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martes, 27 de septiembre de 2022

Crónica de un drama familiar de Aleksandr I. Herzen

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

De nuevo os traigo un clásico ruso hasta esta estantería virtual, pero esta vez en lugar de ser una novela es un crónica que relata la vida del autor, Aleksandr I. Herzen.

Esta obra corta forma parte de los cinco volúmenes que recogen sus memorias, "Pasado y pensamiento", que fueron escritas entre 1852 y 1868. En esas memorias se narran algunos de los acontecimientos más importantes del siglo XIX, pero no fueron publicadas hasta 1917 ya que en ellas aparecían relatados también temas delicados de su vida personal.

En este quinto volumen, cuya lectura puede ser independiente, se narran unos hechos acontecidos entre 1848 y 1863, y en ellos de forma intimista nos traslada a una Europa revolucionaria mostrándonos su desazón por los tiempos convulsos que le ha tocado vivir, y al mismo tiempo, incluyendo momentos muy delicados como la tormentosa relación que mantuvo su esposa Natalie con el poeta alemán Georg Herwegh. 

Ya os he mencionado que esta obra puede leerse de forma totalmente independiente y para que no nos quedemos descolgados, la editorial incluye una pequeña introducción de apenas cuatro páginas en las que nos cuenta la vida de Aleksandr Herzen y de Natalia Zajárina hasta 1848.

En Crónica de un drama familiar vamos a encontrarnos fragmentos de diarios y de cartas, algo muy común en la época, pero también el argumento nos va a recordar esos dramas que triunfaban en ese periodo como Madame Bovary y/o Anna Karenina, eso sí, sin caer en el error de la frivolidad porque Herzen narra la infidelidad de su esposa de forma tácita, sin dar grandes explicaciones y, por supuesto, sin ánimo de hacer más daño metiendo el dedo en la llaga, de ahí que estas memorias se publicasen en 1917, cuando todos los involucrados hacia tiempo que habían fallecido.

Crónica de un drama familiar cuenta tan solo con 181 páginas. Esa brevedad hace que el lector no llegue a saturarse con el hartazgo y el aburrimiento que muestra Herzen al observar la oscura tragedia europea, tras vivir las revoluciones en Italia, París, Berlín y/o Viena.
Lo más interesante, sin duda, llega a partir del capítulo II, momento en que hace acto de aparición el poeta alemán Geroge Herwegh y su esposa Emma.; un matrimonio con un comportamiento tan hipócrita como ridículo y despreciable. Para Herwegh el mundo entero se reduce a sí mismo, un personaje vanidoso con aires de superioridad. 
A este respecto el autor hace un excelente trabajo ya que no escatima a la hora de describir a todos los protagonistas, incluyendo el perfil psicológico.

Y poco más puedo contaros de una obra tan breve. A mí me ha resultado interesante e incluso me ha gustado mucho la forma o el método del autor a la hora de narrar acontecimientos, eso sí, sin olvidar en ningún momento que no se trata de una novela, que aunque sea redundante hay que recordar que es una crónica concebida para formar parte de una monumental autobiografía.

viernes, 17 de junio de 2022

Sospechas de Herman Kock

Sinopsis:

Robert Walter, alcalde de Ámsterdam, hombre carismático y popular, es también un gran observador: una carcajada apenas más sonora de lo habitual y un gesto ligeramente más íntimo de lo apropiado le bastan para concluir que su esposa, Sylvia, tiene una aventura con el concejal Maarten van Hoogstraten. A partir de ese momento, se convierte en un espía en su propia casa, observando cada movimiento, estudiando cada mirada absorta o sonrisa sospechosa, ocultando siempre su preocupación.
A esta situación, de por sí tensa, se suma otra, totalmente inesperada: un mensaje lo advierte de que sus padres, casi centenarios, han tomado la decisión de inducir su propia muerte. Ante el derrumbe de los pilares que sostenían su vida, el alcalde mantiene la apariencia serena propia de los hombres de su cargo, aceptando el papel que le ha tocado en la función; sin embargo, cuando llegue el momento decisivo, quizá tenga que sacrificarlo todo para no perder a su familia, lo único que de verdad le importa.

Opinión:

De Herman Koch ya os he hablado en otras ocasiones. 
Está dotado de un sentido del humor, un tanto ácido, con el que perfila y crítica de forma mordaz algunos sectores de la sociedad del momento.
Consigue atraparnos no solo por las historias que cuentan sus personajes, sino también por el modo en que lo hacen y, por supuesto, por el complejo perfil psicológico que les acompaña.
Así que hoy me toca hablaros de Sospechas, una novela en la que de nuevo las apariencias sociales van a convertirse en uno de los temas principales.

Está escrita en primera persona siendo el narrador, Robert Walter, un popular y carismático alcalde de Ámsterdam. 
Sabemos desde el comienzo que su nombre no es real, así como el de su mujer e hija. Los motivos son sencillos, evitar posibles prejuicios porque su mujer no es de nacionalidad holandesa. 
Desde el momento en que hace esa sencilla aclaración ya sabemos que la novela va a estar cargada, precisamente, de lo que intenta evitar.

Los prejuicios no solo se van a instalar en los que le rodean, también vamos a apreciar como el Robert oficial que nos intenta vender, nada tiene que ver con el Robert real. Poco a poco se irá desembarazando de esa máscara que le mantenía aislado. 
Esta obra que parece un monólogo, donde reflexiona sobre su historia familiar al tiempo que nos la cuenta, se vale de la introspección, pero también de las retrospecciones que nos llevarán hasta el pasado.

La novela comienza con una premisa muy sencilla, un simple gesto captado de casualidad que termina convirtiéndose en sospecha. Un gesto absurdo que hace que las alarmas se disparen en una relación. 
Lo curioso de esta novela es que según avance la historia veremos que esa premisa va perdiendo importancia, ya no importa si esa sospecha es real o fruto de la imaginación porque el resto de temas que se irán abordando la desplazarán a un lugar secundario.

Sospechas no es la novela que más me ha gustado de este autor, y aún así no puedo dejar de encontrarle cosas positivas, aunque también es cierto que en algunos momentos se vuelve reiterativa con algunos temas u obsesiones del protagonista. 
En la trama parece que no sucede nada y al mismo tiempo no dejan de ocurrir acontecimientos alrededor del protagonista que irán agravando su paranoia. 
La novela se puede decir que bebe de las dudas y la desconfianza y avanza gracias a esa tensión que generan.

Otro punto que no quiero olvidar mencionar es la ácida crítica hacia el país de origen del autor, los Países Bajos. Sobre la forma de pensar de sus habitantes, los prejuicios, el medioambiente, la eutanasia o la clase política y la monarquía. Podemos decir que Koch no tiene pelos en la lengua a la hora de mostrar todo con lo que no está conforme.

Ya para terminar...
Dicen que el personaje principal está inspirado en un alcalde que tuvo Ámsterdam, Eberhard van der Vaan, pero y esto hay que aclararlo, se inspira en el individuo, no en los hechos.
Curiosamente dicen que Eberhard van der Vaan leyó la obra antes de su publicación, quedando encantado porque le hacía parecer como alguien con carácter que disfrutaba de la vida.

jueves, 19 de mayo de 2022

La piedra oscura de Alberto Conejero

Sinopsis:

Una habitación de un hospital militar cerca de Santander; dos hombres que no se conocen y que están obligados a compartir las horas terribles de una cuenta atrás que quizá termine con la muerte de uno de ellos al amanecer. Un secreto envuelto en remordimientos y un nombre que resuena en las paredes de la habitación: Federico
Queda tan solo la custodia de unos documentos y manuscritos como último gesto de amor.
Inspirada en la vida de Rafael Rodríguez Rapún estudiante de Ingeniero de Minas, secretario de la Barraca y compañero de Federico García Lorca en los últimos años de sus vidas, La piedra oscura es una vibrante pieza sobre la memoria como espacio de justicia y también sobre la necesidad de redención. Un texto en el que se aúnan tensión dramática y pulso poético para levantar interrogantes sobre la naturalización de nuestro pasado más reciente y el destino de los olvidados en las cunetas de la Historia.

Opinión:

La piedra oscura es una obra de teatro que últimamente están recomendando mucho como lectura en los institutos.  
Está escrita por Alberto Conejero y publicada en 2013, y narra las horas finales de un preso del bando republicano. 
Este preso, Rafael, compartirá esa cuenta atrás con el joven encargado de vigilarle, Sebastián, surgiendo entre ellos una relación que perdurará en el tiempo.

La piedra oscura está inspirada en Rafael Rodríguez Rapún, el que fuera secretario de "La Barraca", el grupo de teatro universitario que fundó Federico García Lorca y al que gracias a su carácter ambulante llevó grandes obras de teatro a las zonas rurales de escasa actividad cultural. 
Rafael también fue compañero sentimental del autor en sus últimos años de vida y murió un año después que Lorca en el hospital militar de Santander, al resultar herido en el frente de Cantabria.
Este último hecho es el que se utiliza de premisa y da comienzo a esta pieza teatral.

Las escenas que se narran son ficción. No hubo ningún encuentro entre los dos protagonistas y por lo tanto las conversaciones son fruto de la libertad literaria, eso sí, muy bien empleada para hacer resaltar algunos temas que mencionaré más abajo y sobre todo para remarcar la figura de Lorca.

Está dividida en siete escenas.
En las dos primeras vamos a conocer a los dos protagonistas: Rafael y Sebastián, cada uno representado a un bando, al republicano y al nacional.
En la primera escena Rafael escribe a sus padres y poco tiempo después le vemos leer una carta enviada por Lorca, en la que le informa que parte hacia Granada. Los lectores sabemos, pues jugamos con ventaja, que esas serán las últimas horas del escritor, pero también las de Rafael.
La segunda escena está dedicada íntegramente a Sebastián.
En esta primera toma de contacto con los personajes predominan los monólogos y las reflexiones, haciendo uso de la herramienta retrospectiva, un recurso que va a servir para que los lectores o espectadores se hagan un perfil psicológico claro de cómo son.

A partir de ese punto somos transportados a un único escenario y a una historia lineal
Rafael ha resultado herido y se encuentra en una habitación del hospital militar de Santander, custodiado por Sebastián.
En las cinco escenas restantes va a predominar, lógicamente, el diálogo entre ellos; un diálogo que pasará por varias etapas. 
En el comienzo prevalece la ideología de cada bando, pero poco a poco ese contexto ideológico va a ir desapareciendo dando paso a la comunicación. Son solo dos jóvenes empujados a luchar en bandos distintos, pero que aún conservan la esperanza de un futuro mejor. Dos jóvenes que terminarán haciéndose una promesa.

El personaje omnipresente va a ser Lorca. Su impronta sobrevuela todas las escenas y está de fondo en todas las conversaciones.
Se van a tratar muchos temas. La homosexualidad, el miedo y la culpa, el arrepentimiento, los remordimientos, la esperanza, sin olvidarnos de que también aparece una crítica a la religión.

Rafael y Sebastián en los tramos finales de la representación van a olvidarse de la ideología y de la guerra que hay de fondo, primando la defensa de la cultura.
Rafael sabe que Sebastián será la última persona que va a conocer en vida, por eso es tan importante entablar conversación con él para que le ayude, tiene que crear un vínculo con él. No solo quiere que le despida de su familia, sino que impera en su pensamiento el salvar el legado de Federico que queda en Madrid. Unos poemas y tres piezas teatrales.

Como apunte final os diré que se sabe que Lorca iba a escribir una obra con el título de "La piedra oscura", pero no se sabe si se perdió o finalmente el autor descartó la idea. 

"Y cuando entierren a Federico, cuando lo saquen de ese agujero y descanse en un cementerio, cuando por fin ocurra eso, esta tierra tendrá un futuro" 

jueves, 24 de marzo de 2022

Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo

Sinopsis:

Historia de una escalera es una de las creaciones más relevantes del gran dramaturgo español Antonio Buero Vallejo. El valor de esta pieza teatral recae en que representó el punto de inicio de una nueva manera de entender, componer y representar el teatro en España, siguiendo la renovación que tenía lugar en este género en la Europa de mediados del siglo xx.
Esta obra ejemplifica cómo su autor defendió un concepto moderno de la tragedia para crear obras que continuaran interrogando al espectador sobre los deseos, las frustraciones o las limitaciones que acompañan la existencia humana.
Buero Vallejo pretendía enfrentar al público con la realidad social de su tiempo y también ante los grandes interrogantes de la condición humana.

Opinión:

Hoy de nuevo traigo hasta esta estantería virtual una obra de teatro. Reconozco que es un género literario que me gusta y me entretiene muchísimo, pero al que no suelo recurrir con frecuencia.
Las obras de teatro poseen esa inmediatez o agilidad que le proporcionan los diálogos, recursos de lo que en cambio carecen otros géneros. 
Hoy os hablo de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo, pero permitidme que antes de empezar con ella os hable un poco de los hechos que la precedieron.

Tras la Guerra civil, el panorama teatral español era bastante pobre debido a que muchos autores habían desaparecido, como Valle-Inclán que fallece en enero del 36 o como Lorca que lo hacía a manos de la intransigencia en los primeros días de la Guerra civil. 
Otros autores se exiliaron, y los que permanecieron en España tuvieron que enfrentarse a la rígida censura y al aislamiento cultural provocado por la situación política. 
El teatro que triunfa en ese momento es el teatro de tradición que sigue la línea de la comedia burguesa de Benavente, un teatro muy comercial que buscaba ante todo evadirse, predominando las comedias de salón, con situaciones frívolas y superficiales que intentaban vender un mundo falso, pero feliz y confortable. 

Antonio Buero Vallejo estrena Historia de una escalera, su primera obra, en 1949, ofreciendo un nuevo estilo y regenerando totalmente el mundo teatral, también podemos decir que abriendo las puertas al teatro realista social, un estilo que huyendo del anterior, busca algo más que ser un mero pasatiempo. Este autor va a ofrecer una historia de testimonio o de protesta, pero que logra sortear las tijeras de la censura.
Va a presentar a un elenco de personajes corrientes, trabajadores frustrados por la situación que les toca vivir, oprimidos por la vida y por la sociedad.

En Historia de una escalera no aparecen héroes, tan solo son personajes mostrando el día a día y unas tremendas ansias de superación, mientras ven como el tiempo pasa sin que nada cambie.
Se divide en tres actos y nos sitúa en una escalera de una comunidad de vecinos, en un barrio humilde de Madrid.
Vamos a tener muy pocos personajes, el elenco principal se reduce al triángulo amoroso entre Urbano, Carmina y Fernando, pero el resto de personajes que se mueven a su alrededor, resultan indispensables para el desarrollo de estos.

En el primer acto vamos a conocerles de jóvenes. Sabemos, pues no se habla de ella, que la Guerra civil ha debido terminar, pero desconocemos el momento o el año exacto en el que están. En el segundo acto la historia dará un salto de diez años, y por último, en el tercero veremos como el tiempo se les ha echado encima sin darles un respiro, al dar la trama otro salto hacia adelante de veinte años. 

Carmina es una joven sin grandes aspiraciones que se limita a hacer lo que se espera de ella. Representa a la familia, al matrimonio...
Fernando y su mundo de fantasía, simboliza la ambición, al beneficio sin esfuerzo, mientras vemos como el tiempo pasa sobre él y su falsa palabrería. 
Por último, Urbano encarna el esfuerzo, el sacrificio, el trabajo bien hecho y el amor sincero.
Podría decir también que Fernando es alguien que va por libre aunque termina dependiendo de los demás, todo lo contrario de lo que es Urbano, alguien preocupado siempre por el beneficio general y que no duda en sacrificarse.

A parte de estos tres protagonistas vamos a tener al resto del elenco secundario del que ya os he dado una ligera definición al comienzo. Todos estos personajes tienen su propia historia detrás y sirven para que nos hagamos una idea clara de como es la sociedad o el ambiente al que pertenecen los protagonistas.
Pero os habréis dado cuenta de que la obra no se titula una historia de vecinos o un triángulo amoroso, y eso es porque realmente la gran protagonista es la que da título a la obra de teatro.

La escalera, además de ser el escenario principal actúa como un personaje omnipresente. Todos los vecinos suben y bajan por ella mientras pasa el tiempo, siendo éste el otro gran personaje inanimado que nos va a acompañar de fondo.

“¡es que le tengo miedo al tiempo! Ver cómo pasan los días, y los años..., sin que nada cambie.” 

Esta obra nos va a mostrar la realidad a la que se enfrentaron millones de españoles tras la Guerra civil. La preocupación por el presente y sobre todo por lo que les deparará el futuro. 
Buero Vallejo ofreció un teatro inconformista, comprometido y crítico con la realidad social. Una historia que esconde una crítica sesgada pero hábil hacia el franquismo.
Una maravilla de lectura que seguro que os va a encantar porque por ella no ha pasado el tiempo. 
Como curiosidad os puedo decir que en su primera escena se tratan los mismos temas que nos están afectando hoy en día, como la carestía de la vida y la subida desorbitada del precio de la luz.


jueves, 3 de marzo de 2022

Señor de la danza de Andrew M. Greeley

Sinopsis:

Están por encima de toda sospecha. Los Farrell son una familia intachable. La capa de honorabilidad que los cubre oculta a la perfección los tortuosos secretos agazapados tras su perfecta imagen de seres respetabilísimos. 
El pío sacerdote cuyo programa de televisión es uno de los de más audiencia del país; la pelirroja y todavía atractiva Brigid, alma de la familia; el digno profesor universitario, llamado a ocupar el cargo de Gobernador; el héroe desaparecido cuando sobrevolaba China, en misión especial, de espionaje, y que al parecer dio su vida por su patria. 
Constituyen Los Farrel una dinastía modelo, orgullo de la nación. Sin embargo, esa impecable tramoya empieza a tambalearse cuando alguien se pone a hurgar en el pasado. Lo irónico es que ese alguien es el miembro más joven de la familia: la bella, curiosa e inquieta Noele, que al profundizar en la historia de los Farrell se convierte en una seria amenaza. Los adultos comprenden que, si Noele descubre ciertas verdades, el desastre será completo. Porque, a pesar de su poder, de su influencia, de su riqueza, la familia Farrell también tiene que someterse a las leyes divinas. y a las humanas. Aunque a ellos se les hubiera olvidado. Sin hacer caso de las advertencias, Noele sigue con su investigación y no tarda en levantar la tapa de una caja de Pandora de la que, automáticamente, empiezan a salir los inconfesables pecados de los Farrell: sus vicios e inmoralidades, sus aberraciones y lujurias, las envidias, los celos, el odio. ¿el asesinato! Noele afronta el riesgo de pagar cara su audacia, mientras el escándalo se cierne sobre la familia, convertido en bomba de relojería que, de estallar, los arrasará a todos irremisiblemente.

Opinión:

Este libro, publicado en 1985, fue una de esas adquisiciones que mi madre hizo a través de Círculo de lectores. No recuerdo la edad que tenía cuando lo leí por primera vez, pero sí recuerdo que era verano y que su argumento me enganchó con solo leer la sinopsis. Después volvió a ocupar su sitio en la estantería, hasta que estas navidades reparé de nuevo en él. Reconozco que con premeditación, nocturnidad y alevosía se vino conmigo, y planifiqué que sería una de las relecturas de este año.

La impresión que me ha dejado, a pesar de que ha llovido mucho entre lecturas, sigue siendo la misma: es una buena novela, no voy a decir que soberbia, porque no es así, pero entretiene y engancha, y eso para mí es más que suficiente. 
Creo que es una obra que ha envejecido bien. Tiene ese toque de las narraciones americanas de los años ochenta, que describen la sociedad burguesa con ese ansia por destacar, por crecer, enterrando por el camino a todos los que se pongan por medio e impidan el ascenso.

Si alguno de vosotros quiere leer Señor de la danza, probad en tiendas de segunda mano o en bibliotecas, porque creo que está descatalogado.

Y dicho esto paso a hablaros de lo que realmente importa.

Hay varias cosas que llaman poderosamente la atención. 
Lo primero, lógicamente, son los datos que ofrece la sinopsis. 
Debo deciros que ese resumen es a la vista bastante extenso, pero solo revela lo justo. Un buen ejemplo que debería inspirar a las editoriales actuales.
Otro detallito es que su autor era un sacerdote y sorprende muchísimo no solo el argumento de sus obras, sino que se maneja con gran soltura hablando de lo humano y lo divino, sin olvidar reflejar un tema del que debía tener un amplio conocimiento, los pecados capitales. 

La novela, ya lo habéis visto por la sinopsis, nos habla del clan Farrell; una familia católica de origen irlandés, ahora afincados en Chicago y que parece que son portadores de una maldición que persigue a todos sus miembros y que puede recordarnos en algunos momentos a la familia Kennedy, por mucho que el autor se empeñe en dejarnos una nota aclaratoria, al comienzo, indicando que los personajes que pueblan el relato son absolutamente ficticios y que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. 

El clan está encabezado por Brigid, la matriarca que vino de Irlanda y su actual marido Burke. 
Después están los dos hijos de Brigid, fruto de su primer matrimonio, y que son monseñor John y Roger, un profesor de universidad que aspira a ser gobernador. 
Roger a su vez está casado con Irene, la típica mujer florero a la que nadie toma en serio. De este enlace, y para ir terminando con el árbol genealógico, está Noele, quien va a actuar como detonante, destapando toda la historia y enlace entre los personajes.

Noele a veces percibe y siente cosas sin que nadie las diga, y esa intuición o curiosidad va a ser la llave que abra los armarios donde los Farrell guardan sus esqueletos. 
La historia va a dar comienzo con lo que parece una pequeña y sencilla investigación para un trabajo escolar. La intuición de Noele, ante las extrañas reacciones que despiertan sus preguntas en algunos miembros de la familia, la va a llevar a sospechar de que su familia está cargada de secretos.

Cada uno de los personajes tiene un hilo propio y van a ir cruzándose al tiempo que la joven investiga. De esa forma, según avanza el relato, que sucede en la década de los ochenta, también se va a ir reconstruyendo el turbio pasado. 

En esta novela el protagonismo va a ir recayendo sobre todos los citados, ya que como he dicho, cada uno de ellos tiene su hilo narrativo, pero sí es cierto que Noele, al ser el medio empleado para ir despejando los secretos, parece que cuenta con una mayor actuación.
De ella he de decir que no me ha gustado mucho su perfil. Eso no quiere decir que sea un mal personaje, pero su comportamiento, para mí gusto, resultaba demasiado adulto. Quizás, si le hubiesen puesto cinco o seis años más, su modo de actuar dejaría de parecerme la nota discordante.

El resto del elenco protagonista cumple con su función. Son los encargados de ir descolocando las piezas del puzle y sembrando intriga en el argumento.
Para sembrar esa intriga, el autor se vale de la estructura de la obra; capítulos muy cortos, cada uno de ellos correspondiente a un personaje, que harán que vayamos saltando por la narración dejando en vilo al lector.

Y poco más os puedo decir, salvo que ha sido de nuevo una buena experiencia lectora. 
Este libro puede llevaros a recordar, por el estilo o por detallitos del argumento, a otros escritos en la década de los ochenta y noventa en los Estados Unidos, momento en que esas historia obtuvieron un gran éxito, describiendo a familias con una supuesta reputación intachable, siempre envueltas en un halo de glamour, pero que luego, tras apagarse las cámaras, descubrían la red de mentiras e hipocresía, sobornos e incluso asesinatos, cimientos de ese selecto imperio de los poderosos.

martes, 16 de noviembre de 2021

Luces de bohemia de Ramón del Valle-Inclán

Sinopsis:

En "Luces de bohemia" nos propone Valle-Inclán un recorrido por el Madrid sombrío de principios del siglo XX, de la mano del poeta ciego Max Estrella y su "perro", el buscavidas Don Latino. 
El prisma desde el que el autor concibe la obra es el esperpento, que consiste en la deformación sistemática de la realidad, y la degradación de una situación, hasta que llega a ser ridícula. 
Valle-Inclán hace una crítica feroz de todos los eslabones de una sociedad enferma, uniendo a los personajes en un grotesco baile de máscaras, donde se tratan los más altos temas filosóficos, artísticos y metafísicos, que resultan tan profundos como risibles, mientras la muerte flota en el ambiente, impregnando con su aroma los rincones de ese Madrid hambriento, corrompido y cansado.

Opinión:

Luces de bohemia es la obra con la que Valle-Inclán da comienzo al esperpento; un género que se caracteriza por deformar la realidad caricaturizando a los personajes para hacer una labor de crítica o denuncia social.
Aquí habría que puntualizar que, aunque existen algunas referencias a este género antes de Valle-Inclán, su origen o procedencia es incierta por lo que este autor está considerado como su creador. 

Este drama teatral empezó a publicarse por entregas en el semanario "España" de julio a octubre de 1920. En la edición inicial constaba de 12 escenas, pero en 1924 tras una revisión Valle incluye 3 más dando como resultado una nueva reedición. Como curiosidad debo decir que la obra teatral no se estrenó en España hasta 1970.

Otro detalle curioso es que en ella no se cumplen las premisas del teatro clásico a raja tabla, pues no se respeta al completo la regla de las tres unidades aristotélicas.
La unidad de tiempo que dice que la trama debe transcurrir en 24 horas sí es respetada, ya que el argumento sucede en ese periodo, sucediendo lo mismo con la unidad de acción que indica que solo debe contener una trama. 
Donde Valle-Inclán se permite una licencia es al saltarse la denominada unidad de lugar. La obra en vez de desarrollarse en un único escenario va a cambiar de lugar en cada escena, puesto que los dos protagonistas principales recorren el Madrid bohemio en lo que yo denominaría como una especie de "vía crucis"

Pero hablemos de los personajes...
Max Estrella es el protagonista principal. Un poeta que en su juventud alcanzó cierto renombre, pero que ahora, ya anciano y ciego, vive en la miseria. 
Acompañando a Max, cual "Lazarillo de Tormes", aparece don Latino de Hispalis, un pícaro buscavidas acostumbrado a salir siempre adelante aprovechándose, como apreciaremos, del pobre Max.

La historia narra las últimas horas del poeta y en ese viaje por los rincones oscuros del Madrid bohemio iremos obteniendo referencias de algunos personajes ilustres que lo frecuentaban como Rubén Darío, todo ello narrado con un lenguaje coloquial e incluyendo modismos y algunas figuras literarias como la animalización que ya apreciamos desde el comienzo al tratar a don Latino de "perro lazarillo" y que otros personajes utilizarán en sus diálogos.
Sobra decir, al tratarse de una obra de teatro, que los diálogos que la forman dan agilidad a la trama.

Aunque muchas veces encontramos el nombre de Valle-Inclán asociado al modernismo, algo que es cierto pues ahí se hallan sus comienzos, lo cierto es que el grueso de sus escritos pertenecen a la generación del 98
La estética del esperpento supuso un cambio radical en su modo de escribir que le hizo evolucionar desde ese modernismo hasta un nuevo género que estaba estrechamente ligado a la critica y a la deformación grotesca de los personajes.
 
En Luces de bohemia vamos a ver como critica subrepticiamente o se ríe de los autores modernistas, algo que podemos considerar como un tema secundario, pasando a ser el tema principal el sentimiento de malestar que se arrastra desde la crisis de fin de siglo, el denominado desastre del 98, que llevó a la pérdida de las colonias y que unió a los autores de esa generación.
Ese sentimiento de malestar omnipresente en todo el desarrollo de la obra se va a ver agravado por una serie de acontecimientos históricos que se suceden y que no hacen más que hundir sistemáticamente a España. 
Esos hechos que subyacen por debajo de la trama y que forman parte del contexto histórico son la Semana Trágica de Barcelona (1909) en la que se enviaron por decreto tropas de reserva a las posesiones españolas en Marruecos que terminaría por desencadenar el desastre de Annual en 1921; las huelgas generales de 1917 y 1920; y por supuesto, viendo que España no era más que el reflejo distorsionado de Europa, también podemos intuir que el autor se vio influenciado por la Primera Guerra Mundial e incluso por la Revolución Rusa de 1917.

Con todos estos acontecimientos no es de extrañar que el descontento de la población por la crisis económica, política y social sea uno de los temas principales plasmados en este drama junto con la corrupción indirecta que conlleva. 
España siempre ha sido un país de pícaros y si os animáis a leer esta obra teatral comprobaréis que los personajes y los temas tratados siguen siendo los mismos actualmente, que los de hace un siglo.
Ya para terminar me permito la licencia de parafrasear al protagonista porque da igual cuando leas esto:

"En España el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados" .


"En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo" .

Y ahora sí me despido de vosotros, no sin antes recomendaros la lectura de este magnífico ejemplo del esperpento que estoy segura de que, a pesar del drama que en él se narra, os arrancará más de una sonrisa.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

El vestido de Jennifer Robson

Sinopsis:

Londres, 1947.
Asediados por el frío invierno, los británicos padecen el racionamiento a pesar de su victoria en la Segunda Guerra Mundial. Pero Buckingham Palace remontará los ánimos de la nación con el anuncio del compromiso de la princesa Isabel.
Para Ann y Miriam, bordadoras en el taller de un famoso modisto, la boda es más que una celebración. Han sido elegidas para un honor único en la vida: crear los bellísimos bordados que adornarán el vestido de novia de la futura reina de Inglaterra. Una oportunidad única para una chica inglesa de clase trabajadora y una emigrada francesa que ha sobrevivido al régimen nazi.

Opinión:

Sabéis que siempre en mis reseñas intento ser lo más objetiva posible.
Siempre reseño lo que me gusta y lo que no, porque creo que hay que ser justos con los lectores que seguís los blogs. Si un libro no me ha gustado intento indicar esos puntos en los que creo que falla, para no engañaros con falsas promesas.

Reconozco que esa objetividad muchas veces es complicada, porque no deja de depender de gustos personales, lo cual la convierte en subjetiva; y últimamente, parece que lo subjetivo es malo. Yo en cambio, soy de las que piensan que subjetivo y no argumentable distan de ser sinónimos.
Con esto, lo único que quiero decir, aunque parezca rebuscado, es que yo intento en todos mis comentarios, señalar lo que considero positivo y lo que no, pensando que más allá de estas líneas siempre habrá un lector al que puede que interese la historia.

Dicho esto, os cuento que cuando empecé esta novela lo hice con muchas ganas, pero a mitad de lectura esas ganas volaron, ahora veréis por qué.

El punto de observación para el lector será 1947. Ahí nos vamos a encontrar con dos hilos argumentales, y esa será la fecha en que transcurra la mayor parte de esta historia, aunque también hay un hilo en la actualidad, donde el personaje del presente intentará averiguar y rellenar vacíos.

Como veis no os estoy hablando de nada novedoso, esta estructura la hemos visto hasta la saciedad.
A esto de emplear varias lineas temporales que terminan relacionándose según avanza la trama, se le denomina Acronía, ¡ojo!, no confundir con Anacronía que es como se llama a los saltos en el tiempo, y hay autoras que basan toda su obra en esta estructura que parece un juego de tiempos y espacios, y donde los personajes femeninos de la época actual, buscan resolver un misterio familiar.

Aquí en este punto, es donde me cuesta que mis gustos no interfieran.
Yo prescindiría de la linea argumental del presente; creo que la historia es interesante sin tener que recurrir a ella, pero esta no es mi novela...
Sin este personaje en cuestión, el del presente, la historia sería lineal, los acontecimientos estarían ordenados de forma cronológica.
Con los saltos en el tiempo, se intenta generar dramatismo o suspense, pero es que hay historias que no lo necesitan. La trama dentro de su sencillez resulta atractiva y tanto salto parece que intenta desviar la atención de lo real en este caso, se emplea para rellenar, es pura paja, porque después vemos que ese hilo no aporta nada y con él no vamos a ningún lado.
Lo que se descubre en él se intuye y después nos lo corroboran con su narración los personajes de 1947.

Pero voy a seguir hablando de los saltos en el tiempo...
Yo en una obra busco emoción, intensidad, y aquí precisamente esos saltos al pasado me frenaban el ritmo narrativo, no me aportaban nada, ni suspense ni datos sorprendentes.

La trama ya os lo he dicho, se sitúa en 1947 en Inglaterra.
El país tras el conflicto bélico está arruinado, el Imperio se derrumba y acaban de sufrir el invierno más frío. Aun así, la sociedad inglesa se vuelca con la boda de la princesa Isabel, no les calienta ni les llena el estómago, pero ese acontecimiento les permite soñar con un futuro próximo y que éste sea mejor.
Con solo esa premisa ya debería resultar interesante la novela; creo que le sobran artificios. En esta novela más no es sinónimo de mejor...

Los personajes de Ann y Miriam describen a la perfección lo que miles de personas sufrieron tras la II Guerra Mundial, empatizamos con ellos, e incluso los secundarios aportan a la trama. Sabemos que hay una historia detrás de ellos, sean positivos o negativos, y eso da valor a la narración.
El personaje de la época actual es un lastre para la trama. No tiene ni una personalidad llamativa ni frases brillantes, para mí solo es relleno, al igual que el famoso vestido, que no es más que una argucia argumental de fondo, por mucho que se le intente dar protagonismo.
A medida que avanzan las páginas y el misterio va ganando posiciones, nuestro interés por el vestido se va esfumando.
Lo interesante, el encanto, el hechizo de esta novela, aunque pueda resultar repetitivo, son las vidas de Miriam y Ann; esa crónica en gama de grises que nos ofrecen y que está ligada a la trama de la obra.


martes, 8 de octubre de 2019

La catadora de Hitler de V.S. Alexander

Sinopsis:

Cuando los bombardeos de los Aliados comienzan a caer sobre Berlín, los padres de Magda deciden enviarla con sus tíos a las montañas, donde le consiguen un trabajo en el Berghof, el lugar de descanso de Hitler. Tras una serie de rigurosos exámenes físicos y mentales, es asignada a la cocina formando parte del grupo de mujeres dedicadas a catar los alimentos del Führer para asegurarse de que no estén envenenados.
En medio de la belleza de los Alpes bávaros, Magda se olvida de los horrores de la guerra y del peligro que supone su nuevo trabajo. Sin embargo, la calma se esfumará cuando conoce al capitán de las SS Karl Weber, un conspirador que intenta convencerla de que el Führer debe morir, y ella se convierte en la pieza más importante de un complot que pondrá a prueba su inteligencia y lealtad.

Opinión:

Hoy os hablo de "La catadora de Hitler", pero antes de empezar con la reseña debo hacer una pequeña puntualización.
Esta novela no es una biografía de Margot Wölk, la única superviviente de las catadoras de Hitler, pero sí es cierto que varias escenas aquí narradas se basan en su experiencia.

Magda, nuestra protagonista, toma la palabra; da voz a una de las quince mujeres que se jugaban la vida, varias veces al día, probando la comida del Fürer, intentado que no le asesinasen.
Pero no podemos creernos al pie de la letra todo lo que sucede al personaje.
Ella será el medio para relatarnos, novelándolo, otro de esos episodios de la II Guerra Mundial, verídico pero desconocido por muchos de nosotros.

La historia, como os digo, esta basada o inspirada en Margot.
En este caso, Magda junto a otros personajes ficticios, se entremezclarán con los reales, borrando esa linea que existe entre realidad y ficción.
Pero insisto, no olvidéis que entre las páginas de este libro se esconde una parte muy importante de licencia del escritor, aunque lo que se vive de fondo sea totalmente cierto.

Realmente lo bueno, quizás lo que más me ha llamado la atención, es que mientras lees olvidas todo lo que acabo de mencionar.
El lector no se cuestiona si parte de lo que narra Magda es cierto o no, lo único importante es que es un relato bien contado, siguiendo el hilo de los hechos reales.

Magda es llevada al Berghof, el refugio que tiene en los Alpes el dictador, y allí se verá inmersa en un mundo de desconfianza y temor.
El Berghof es una especie de microcosmos, aislado, recóndito y que les aleja de la realidad de la guerra. Ella se verá involucrada en la famosa "Operación Valkiria", lo que hoy conocemos como otro intento fallido de asesinar a Adolf Hitler en julio de 1944.

"Es como si viviéramos en un mundo fabricado que se encoge día tras día. Puedo sentir que las paredes se nos vienen encima. Sobre Alemania, sobre Berlín, sobre nosotros." .

La historia comienza con un pequeño prólogo fechado en 2013, donde la protagonista, ahora una anciana, nos cuenta que estuvo junto a Hitler el día de su muerte.
A partir de ahí, recurre a una narración retrospectiva que nos sitúa a principios de 1943. para relatarnos, desde el comienzo, como llegó a ser una de las catadoras.
Desde ese punto el relato avanzará de forma lineal...

Magda irá ascendiendo, valiéndose de su inteligencia, pero cualquier acción poco meditada puede ser el fin, no solo de ella, sino también de su familia.
Este detalle que acabo de mencionar, es el generador de tensión, porque todas sus acciones están marcadas no solo por esa época peligrosa que le ha tocado vivir sino también por el ambiente en el que se ha instalado... donde no existe el mañana y pensar en él es algo que no puede permitirse.

El estilo narrativo es directo y sencillo.
La trama se centra en todo lo que ocurre alrededor de la joven, sin olvidar mostrarnos la lucha que se libra en su interior, entre su deber como alemana, como trabajadora al servicio del Reich y sus verdaderas lealtades.

Los personajes se dividen en dos grupos: reales y ficticios, pero también existe otra subdivisión, los buenos y los que desde el comienzo no nos van a gustar.
De entre todos estos personajes solo hay uno que sobresale, y es precisamente ella, no solo porque sea la protagonista, sino también la cronista y nuestra guía por el relato.

Es cierto que, como habéis podido ver, también es la historia de Alemania, pero solo tratada de fondo. Magda nos muestra lo que sucede a su alrededor, lo que le afecta a ella. Supongo que estaréis pensando que Hitler también debe ser un gran personaje, porque su protagonismo histórico así lo requiere; pero aquí el dictador es tan solo un mero secundario. Entra y sale de los escenarios, sabemos que siempre está de fondo, como si fuese un personaje omnipresente, pero siempre con un protagonismo pasivo.
A pesar de esto, me ha gustado muchísimo la descripción que se hace sobre el dictador. Aunque no profundiza en él, sí nos muestra esa atracción que desprendía, toda esa propaganda engañosa que vertían sobre Alemania y que llevaba a sus gentes a confiar plenamente en los delirios de un loco. El autor tampoco omite en esa descripción el deterioro físico que va sufriendo y que poco se menciona en otros libros.

Esta obra esconde una historia emocionante, con intrigas y grandes momentos de tensión, sin olvidar por supuesto a unos personajes bastante interesantes.
Siempre me han gustado las historias inspiradas en la II Guerra Mundial, y esta, al igual que "La ladrona de libros" deja ese regusto tan especial, ese sabor agridulce que hace que sus personajes y la trama perduren en el tiempo.

"Al otro lado de la ventana, el mundo parecía soleado y alegre, pero, al igual que todo lo demás, el agradable clima no era más que una ilusión, una distracción de la verdad" .

Para terminar os diré que, aunque la historia de Magda es el corazón de esta novela, este tipo de obras siempre esconden mucho más, manipulación ideológica, muerte y destrucción, extremismo... resumiendo, historias que nos hacen reflexionar.


martes, 24 de septiembre de 2019

Una mujer inoportuna de Dominick Dunne

Sinopsis:

En Los Ángeles, a principios de los noventa, todo el mundo envidia a Pauline y Jules Mendelson. Casados desde hace más de veinte años, con una reputación intachable y siempre envueltos en un halo de estudiada elegancia, sus fiestas en su espléndida mansión son cita obligada en la vida social de la ciudad. Pero esta estampa de perfección se disipa cuando las luces se apagan y asoma la vasta red de favores, mentiras e hipocresías que sostiene el imperio de los poderosos. Así, cuando Jules se encapricha de Flo, una camarera que sueña con ser actriz, cree que podrá controlar la situación y mantener una discreta aventura con ella, sin sospechar que se convertirá en una peligrosa obsesión. Por otro lado, la doble vida de uno de los mejores amigos de Pauline amenazará con sacar a la luz los secretos que esta opulenta comunidad intenta esconder a cualquier precio.

En la que está considerada por la crítica como su novela más lograda, Dominick Dunne vuelve a su tema favorito para perfilar con exquisito detalle la intimidad de la alta sociedad estadounidense de finales del siglo xx. Un vívido retrato de la peculiar tipología de sus miembros y de sus costumbres, y del entramado de corrupción que les permite conservar sus privilegios.

Opinión:

A Dominick Dunne se le considera como a uno de los herederos de Truman Capote o Tom Wolfe, ya que la linea de su escritura sigue la estética del denominado Nuevo Periodismo, corriente que surgió por la década de los sesenta y caracterizado por un estilo libre, ligero, y que escondía una crítica, ácida pero elegante, hacia la sociedad.
Esta novela de la que hoy os hablo fue escrita en 1990, y gracias a la publicación de Libros Asteroide podemos desfrutar hoy de ella.
"Una mujer inoportuna" está considerada como su mejor obra, quizás por esa descripción que hace de una clase social, donde abunda la corrupción, la mentira y sobre todo el uso del poder mal empleado.

De Dominick Dunne tengo aún pendiente de leer, "Las dos señoras Grenville" y "Una temporada en el purgatorio", que según dicen le convirtieron en un gran cronista, debido a esa faceta de observador, incomparablemente agudo, a la que supo sacar partido.
Este escritor no dudó a la hora de mostrar sin tapujos, el lado más oscuro de las ricas y poderosas familias de la alta sociedad norteamericana.
"Una mujer inoportuna"está basada en un escándalo real, pero es mucho más que la crónica de una infidelidad o de un triángulo amoroso.

La historia nos va a llegar a través de dos tipos de narrador.
El primero que vamos a encontrar y predominante, ya que se hace cargo de relatar todo el grueso de la novela, es un narrador omnisciente, alguien que sabe lo que ocultan los personajes y que no duda en atraparnos en su narración.
El segundo narrador que entra en escena, al final de cada capítulo, va a ser Flo. En esos momentos se incorporan fragmentos de unas cintas grabadas por ella, donde irá relatando detalles importantes de su relación.

Debo deciros que este libro me ha gustado muchísimo, por varios motivos.
Cuando comenzamos a leer, o si hacemos caso a la sinopsis, pensamos que nos vamos a encontrar con una obra que relata la historia de un clásico triángulo amoroso; el compuesto por Jules Mendelson; la esposa perfecta, Pauline; y una joven camarera con sueños de actriz que se ve convertida, de la noche a la mañana, en la incomoda amante del empresario, como veis recursos muy estereotipados, pero no es así...
Lo que comienza siendo una historia de exitosos empresarios, con fiestas deslumbrantes, deriva al poco tiempo en una trama de corrupción y ambición que se sostiene sobre unos débiles pilares... la mentira.

El argumento es muy dinámico y no da opción para el aburrimiento, ya que la trama se desliza con fluidez, desde la crónica social hasta la crónica negra, con asesinato incluido.
Los personajes, ya os he advertido en el párrafo anterior, pueden parecernos cargados de clichés, pero incluso ese detalle me ha gustado, porque cumplen con su función, sirven para denunciar el cinismo que rodea a las clases retratadas.
Dunne nos ofrece un amplio abanico de personajes, donde incluso los secundarios, aparecen construidos con todo detalle. Todos esconden mucho más de lo que nos muestran en apariencia.

Todo ese elenco de personajes va a ir entrecruzándose, y como cada uno de ellos arrastra un pasado, unos más turbio que otros, vamos a entrar de lleno en una novela compuesta por muchas historias.
Este autor recrea el mundillo de la alta sociedad norteamericana como si fuese la construcción de un microcosmos de ámbito cerrado, al que únicamente los más privilegiados pueden tener acceso. Pero Dunne, de forma inteligente, deja abierto un resquicio, una puerta trasera lo suficientemente grande, para que algunos personajes puedan entrar y salir de él.
Por esa entrada vamos a ver asomarse a Flo, que se deja deslumbrar por esa vida cargada de lujos que le ofrece el gran empresario del momento; y también veremos al estiloso Hector, y sus salidas nocturnas, que esconden más de un secretillo.
El personaje que hace de nexo entre todas las historias es Philip Quennel, un joven que es contratado por un productor para escribir un documental. Philip también se verá absorbido por ese mundo en el que no es oro todo lo que reluce.

Y poco más me queda por deciros, salvo que ha sido una obra que me ha dado más de lo que esperaba.
Espero que este comentario haya sido de vuestro agrado y que si disponéis de tiempo, le echéis una mirada a la obra de este autor.
Yo por mi parte me comprometo, en breve, a hablaros de otra de sus novelas, ya que la experiencia de esta ha sido muy satisfactoria.


martes, 2 de abril de 2019

La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca

Sinopsis:

A la muerte de su marido, Bernarda impone a sus hijas un luto riguroso de 8 años. Tan riguroso que ni siquiera podrán salir de casa, frustrando así las necesidades de sus cuatro hijas, ”en edad de merecer”. Después de haber negado a Martirio como prometida a un Humanes «por ser gañán», compromete a Angustias con Pepe «El Romano».
La aparición de este personaje desencadena una serie de acontecimientos que degenera en una confrontación entre la madre y las hijas y sobre todo entre éstas últimas. Poncia, una de las criadas de confianza de la casa, trata de advertir a la señora sobre las consecuencias de una disciplina tan rígida. Pero Bernarda rechaza todas las críticas; primero para no perder su aparente seguridad y, segundo, porque no puede aceptar consejos de una persona que está a su servicio.

Opinión:

"En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta de que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas".

La casa de Bernarda Alba es el último drama escrito por Federico García Lorca poco antes de su asesinato en 1936, pero no pudo ser publicada ni editada hasta 1945. En esa fecha Margarita Xirgu, una de las grandes actrices que habían representado las obras de Lorca, la estrenó en el teatro Avenida de Buenos Aires.
La obra de teatro consta de tres actos y narra la historia de Bernarda Alba y sus hijas.
Lorca nos ofrece una historia costumbrista donde se critica el papel destinado a las mujeres, papel que se recrudece en la España rural, en la España más profunda. Una denuncia de la violencia y del fanatismo religioso.
Los temas principales serán la muerte, el amor, el odio y la envidia, e incluso el miedo a la soledad.

Tras la muerte del segundo marido de Bernarda, esta impone un luto riguroso de ocho años.
Tres generaciones de mujeres de una misma familia se van a ver encerradas en esa casa; La abuela, María Josefa, que ya vive encerrada en sus recuerdos; Bernarda de 60 años, déspota, autoritaria y odiada por cuantos la conocen; y sus cinco hijas, Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela.
La frase con la que he iniciado la reseña es quizás la que describe mejor no solo el carácter autoritario de la protagonista, sino también la suerte que espera a sus hijas.

En todo el teatro de este autor, lo visual, como ya veréis más abajo, tiene tanta importancia como los diálogos o el argumento. Cada uno de los detalles aparecen colocados estratégicamente tejiendo una red que atrapa no solo a los personajes, sino también a todos aquellos que se adentran entre las páginas de sus obras.

El simbolismo.
La casa de Bernarda Alba está cargada de simbolismo y eso es precisamente lo que más me ha gustado, porque ese simbolismo consigue adueñarse de la trama desde las primeras escenas.
El lector debe descifrarlo, trazar las líneas ocultas que unen lo que se ve con lo que se oculta de verdad en ello.
El bastón de Bernarda, un elemento que se ha convertido en una extensión de su mano dura, reflejará el poder, la autoridad, el dominio y por eso al final, Adela se lo rompe. Con ese gesto hace desaparecer la influencia sobre ellas.

Lorca también juega mucho con el color, busca impactar y lo consigue haciendo uso de grandes contrastes.
El blanco frente al negro va a ser el juego cromático que se repetirá a lo largo de los tres actos, desde que se levanta el telón por primera vez, y es que la puesta en escena para remarcar este efecto es fundamental. Os cito unos cuantos ejemplos...
La casa, la que va a convertirse en la prisión de esas mujeres, aparece representada con gruesos muros pintados de blanco, con cortinas pesadas de yute y rematadas con madroños y volantes que dan sensación de sobrecarga, de asfixia y con las cuales se van a tapar las entradas de luz, dejándolo todo en penumbra.
La mañana luminosa, con un sol brillante, es salpicada por el color negro del luto, que visten todos los que asisten al funeral.
La luna rompe la noche cerrada...

Pero sigamos con el blanco...
Hay una obsesión a lo largo de la obra por la limpieza.
La blancura es sinónimo de pureza, de virginidad, de inocencia, e incluso si lo identificamos con las hijas, significa sumisión, y cuanto más puro es el blanco es más perfecto.
En cambio el negro simboliza la muerte, lo malo, la decadencia, lo autoritario... Y eso sin ahondar en simbología religiosa.

Todos los que hayáis leído esta obra o visto alguna de sus representaciones, recordaréis una de las escenas casi llegando al final, donde hablan sobre el caballo Garañón que está golpeando las paredes, completamente blanco destaca su silueta en la noche oscura y parece una aparición.
Aquí Lorca no solo juega con el color sino que representa en el caballo la frustración sexual y el deseo de escapar que hay en la casa.

Hasta los nombres con los que viste a sus personajes tienen un significado oculto.
Magdalena, como su nombre indica se pasa el día llorando y lamentándose; Martirio es una sufridora constante, Angustias siempre agobiada... y así hasta llegar al último personaje. Quizás el que más me ha gustado es Poncia, una de las criadas, que juega a dos bandos con tal de que la dejen tranquila, y ante el conflicto se lava las manos como Poncio Pilatos.

Las elipsis.
Os he mencionado más arriba, cuando empezaba a hablar del simbolismo, que tenía tanta importancia lo que se ve como lo que se oculta detrás, pero me refería en lo visual, y aquí también debo señalar que las elipsis, los silencios en la narración, también son importantes.
Lo que se dice y el modo de decirlo, dando a entender cosas, o valiéndose de frases que no llegan a terminarse pero cuyo significado se intuye, cobra tanta importancia como lo que no se dice.

A partir del segundo acto se va viendo como el encierro empieza a causar un efecto negativo sobre las mujeres, alterando el microcosmos que se ha creado en la casa. La tensión y las emociones se intensifican hasta llegar a la tragedia, un drama que se masca desde el comienzo.

Estamos ante una historia protagonizada exclusivamente por mujeres, donde los hombres tan solo son citados, no cuentan ni con una sola línea de texto, y aun así, la representación de la sociedad machista y patriarcal está presente, recrudeciéndose en el comportamiento de Bernarda, que asume el papel de dictadora.
Una obra muy, muy recomendable.


viernes, 11 de enero de 2019

Notre-Dame de París de Victor Hugo

Sinopsis:

Notre-Dame de París cuenta la historia de la gitana Esmeralda, quien en compañía de su cabra Djali toca la pandereta y baila en las calles de París para subsistir, hasta que se la acusa de haber asesinado al capitán Phoebus, su amado, y se la condena a la horca. Sin embargo, el jorobado Quasimodo, campanero de Notre-Dame, quien tras su deformidad esconde un corazón sensible y sediento de amor, luchará para salvar a la gitana. Recreación del mito de la bella y la bestia y uno de los monumentos de la literatura francesa, Notre-Dame de París es una historia verdaderamente inmortal.
La presente edición se abre con un estudio escrito por el que fue uno de los más reconocidos expertos en la obra de Victor Hugo, el crítico literario y profesor francés Jacques Seebacher. Además de contar con la reciente traducción de Teresa Clavel, el volumen incluye una cronología sobre el autor.

Opinión:

Hace mucho que tenía pendiente la lectura de este gran clásico, y lo cierto es que la reseña también se ha hecho de rogar más de la cuenta. He tenido que tomarme un tiempo para reflexionar sobre la historia, sobre los personajes, o sobre como encauzar este comentario, porque es verdad que como había leído en algunos sitios, todo este libro en conjunto, termina dejando una profunda huella en el lector; es una compleja obra de construcción, con sólidos cimientos e iluminada por la gracia de los personajes.

Por eso voy a empezar por lo más fácil, hablándoos de su autor.

Notre-Dame de París y Victor Hugo. 

Victor Hugo, poeta, dramaturgo y novelista francés, está considerado como una de las mejores voces de la literatura francesa, de todos los tiempos.
Hombre comprometido con la política, aprovecho la influencia que tenía como escritor para volcar en sus obras su propia crítica, de esa forma veremos como en ellas vierte, subrepticiamente, sus ideas sobre la educación, sobre la pena de muerte o los derechos de la mujer, entre otros.

Pero el conjunto de acontecimientos que marcaron a este autor y que le impulsaron a escribir este libro en 1830, será  la lucha por preservar el patrimonio artístico francés.
En ese momento, existía la conciencia de que los edificios que se deterioraban debían derruirse para dar paso a otros de nueva construcción.
Victor Hugo va a ser una de las voces que se alcen contra ese agravio urbanístico, un gran defensor de  preservar los edificios de la época medieval, de ahí precisamente, de esas ideas va a surgir la historia de Nuestra Señora de París.

Esta obra dramática fue publicada en 1831 y está compuesta por 11 libros.
Se encuadra dentro de la estética del Romanticismo, y sus personajes por lo tanto, estarán marcados por la fatalidad desde el comienzo.

Vamos a ser testigos de como el poder de los sentimientos se enfrenta a la razón y termina afectando a la toma de decisiones, pero no será la única característica romántica que perfile a los personajes...
Lo misterioso, las supersticiones y lo exótico nos llegan de manos de la tradición folclórica; la rebeldía, la melancolía, el amor y las pasiones desatadas, junto al destino y la muerte, serán también elementos fácilmente reconocibles en esta historia.
El romanticismo como ya habréis podido comprobar en otras obras, da a unos personajes nostálgicos, idealistas en extremo que se encuentran de golpe con la cruda realidad, una sociedad que no les comprende, cruel, materialista y miserable, que se mueve por impulsos irracionales, y que aquí, el gran autor francés, nos describe a la perfección.

La novela

El narrador que emplea Victor Hugo, es el clásico narrador del s. XIX.
No interviene en los hechos pero sí nos los relata como haría un cronista. Supuestamente debería mostrarse imparcial, pero no lo consigue, rompe la objetividad dirigiéndose a nosotros, mostrándonos los aspectos negativos de la sociedad, de los personajes, y no duda a la hora de posicionarse en un lado, dejando clara su opinión.
La narración sigue un orden cronológico, aunque también se incluyen algunas retrospecciones, que rompen en momentos puntuales esa linealidad.
Vamos a encontrarnos por lo tanto, una historia principal y unas cuantas historias más secundarias, que dan forma a los personajes.

También hay que señalar que algunos capítulos, podrían considerarse algo densos e incluso creo que podrían llegar a ralentizar la lectura, pero también opino que sin ellos la obra no se entendería igual.
Esos capítulos donde se habla sobre arquitectura, donde se describe cada una de las piedras de Notre Dame o de cualquier otro edificio de París, sirve para crear un fondo en la novela imprescindible y que nos sitúa en el contexto histórico.

Otro detalle a tener en cuenta es que esta historia nada tiene que ver con la que nos vendió Disney, edulcorada o adulterada, como queráis... y aprovecho este nuevo inciso para seguir hablando de lo que creo más importante, los personajes.
Ni Quasimodo es la encarnación de la bondad, ni el arcediano Frollo es el personaje malvado por definición.
Las circunstancias que rodean a cada uno de los componentes del elenco principal, son los impulsores que hacen que se muevan entre la delgada linea que separa el bien del mal; no son perfectos, son como semillas que van germinando y creciendo a lo largo de la obra, influenciadas por cuanto les rodea, son como esponjas, que se nutren de los acontecimientos y basan sus decisiones en lo que sucede a su alrededor.
Cada gesto, cada decisión que tomen marcará su final y es que en esta obra, como ya os he mencionado más arriba, el destino y el azar es algo que jugará con ellos, un elemento muy presente en toda la obra de Victor Hugo.

Los personajes... 

Y he dejado casi para el final a los personajes, porque hay mucho que hablar sobre ellos...
La bella gitana Esmeralda; el deforme jorobado, Quasimodo; el arcediano, Claude Frollo y el capitán Phoebus de Châteaupers, van a ser algunos de los protagonistas principales de esta historia cargada de romances desdichados y seres marginales.
Como ya tendréis oportunidad de comprobar, si os decidís por esta lectura, los protagonistas son como matrioskas, sencillos en su forma exterior pero que esconden una extraordinaria complejidad en cada una de sus capas.
Cuando empecé a leer esta historia, tenía la idea errónea de que Notre-Dame, la majestuosa catedral, era el gran personaje, un escenario que acapararía las escenas pasando de ser algo inanimado al protagonista principal, pero al final no ha sido así.
Me ha ocurrido algo extraño, pero no solo con esa señorial construcción, amada por su belleza y su armonía, sino también con el resto de personajes que no me han parecido protagonistas absolutos... y creo que esto tengo que explicarlo porque se podría malinterpretar.

Todos los personajes principales que componen esta novela, es decir, Esmeralda, Quasimodo, Gringoire, Frollo y Phoebus, son grandes personajes; se mueven de un extremo a otro, evolucionan y con cada uno de esos cambios que experimentan, no solo consiguen provocar reacciones en el resto de protagonistas, sino que también lo hacen sobre el lector, llegando a conmocionarnos en algunos momentos.
¿Pero qué ocurre con ellos? pues simplemente, que se roban el protagonismo en cada uno de los capítulos.
Cada personaje es único, destaca dentro de su propia trama, son personajes redondos que se complementan con un único fin... Sumar a la narración.
Aportan detalles a la historia general, la enriquecen, haciendo destacar el argumento sobre cualquier otro detalle.
En esta obra, cada palabra, cada frase está meticulosamente concebida para despertar emociones, para lograr conmovernos con el dramatismo del argumento y con las descripciones soberbias y meticulosas de los escenarios, que se nos van mostrando según se van moviendo esos actores.

Insisto, creo que esta novela, tal y como os decía en el primer párrafo de la reseña, es una compleja obra de construcción que se sostiene sobre sólidos cimientos, imposible citar todos, y siendo iluminada por el excelso elenco de personajes.
Pero creo que todo lo dicho hasta el momento, aún resulta escaso para describir lo que he sentido con los protagonistas.

Todos esos figurantes, como acabo de decir son complejos, cada uno muestra una personalidad única, no hay ni un solo rasgo en común que compartan.
Su forma de actuar, su personalidad, o como interpretan el amor o el honor, es distinto en cada uno de ellos.
Victor Hugo creó una gran paleta de personalidades, cada uno con una naturaleza. Se mueven entre la  dulzura, la compasión, el odio, la mentira e incluso la obsesión, y se sitúan en la escena como en un círculo cromático, según su comportamiento pueden ser fríos o cálidos y cada uno tendrá su complementario.
Por ejemplo:
El lánguido y melancólico Quasimodo, contrasta con la siempre alegre Esmeralda, al igual que al grotesco personaje es imposible no compararle con la belleza de la joven gitana o del capitán Phoebus.
El corazón noble de Quasimodo hace destacar más aún si cabe, la naturaleza oscura que se esconde en el de Frollo.
El amor puro de algunos personajes contra el obsesivo de otros, la sinceridad contra la mentira o el valor contra la cobardía...

Gringoire me ha parecido un excelente personaje, tenía que hablar necesariamente de él, y creo que Victor Hugo tendría que haberle dotado de un mayor protagonismo.
Es un poeta, un romántico que intenta enseñar a través de sus obras. En todas ellas vierte un fin didáctico, y el pobre se estrella.
Es el personaje cómico, el representante de la cultura, alguien que enarbola las bellas letras, la poesía contra la ignorancia de la plebe.
Quasimodo, según nos lo pinta el autor en un capítulo en concreto, es malo porque es salvaje, como si una cosa fuese inherente a la otra.
Yo no opino igual, creo que Quasimodo es otra víctima en esta historia. Se ve rechazado por la sociedad, condenado por ella; es objeto de burla constante, de maldiciones; él siente odio a su alrededor, sin entender el porqué, y termina mimetizándose con el entorno. Adopta ese odio, se convierte en un espejo que refleja lo que ve, y lo vuelca sobre los que están en frente, por lo tanto no es más que un fruto de esa sociedad decadente e infecta que le persigue.

Esmeralda es el personaje femenino, la víctima de toda la historia. Un personaje perseguido y acosado. Alguien que nos mostrará como a su alrededor se despiertan los distintos conceptos de amor.
Así conoceremos el amor caprichoso, el amor pasional, el incondicional, el fraternal y el obsesivo.

Para ir terminando...
Esta historia y sus personajes, aunque pueda parecer una locura, me recordaron mucho a La Regenta de Clarín; lo que ocurre es que la escritura de nuestro autor patrio es más sobria, adecuándose a las características del realismo, pero ya veréis a que me refiero.
Ambas novelas son un gran fresco narrativo sobre la sociedad de la época.
La ciudad de Vetusta y su catedral, actúan como París y Notre-Dame, contemplando silenciosas lo que sucede a sus pies.

Esmeralda y Ana Ozores son las víctimas de una persecución amorosa, presas de la ambición de los personajes masculinos. Ambas son la antítesis de esa sociedad podrida de avaricia, egoísmo y envidia.
Fermín de Pas, el magistral, al igual que el arcediano, Claude Frollo, sienten una pasión creciente, enfermiza hacia las protagonistas de sus historias.
Ambos contemplan sus ciudades y a sus habitantes desde lo más alto de sus catedrales, demostrando su supremacía.

Alvaro Mesía y Phoebus son los conquistadores, personajes que ven en la seducción solo un juego.

Y con esta comparación inusual, quizás algo alocada pero fruto de mis reflexiones, termino la reseña.
Espero que os haya gustado o al menos que haya hecho saltar en vosotros una pequeña chispa de emoción que quizás prenda como futura lectura.


jueves, 27 de septiembre de 2018

Miedo de Stefan Zweig

Sinopsis:

Irene Wagner lleva una vida acomodada y sin preocupaciones junto a su marido y sus dos hijos. Sin embargo, tras ocho años de matrimonio, los bailes, el teatro, la ópera y otras actividades sociales se le antojan predecibles y anodinas. Así, más por fantasía novelesca que por auténtico deseo, inicia una relación con un joven pianista. Pero pronto una mujer la descubre cuando sale del apartamento de su amante e Irene se ve obligada a ceder a un terrible chantaje.
El terror de ser descubierta por su marido y de perder todo lo que posee y, ahora descubre, tanto necesita y ama, la sumirá en una tormentosa pesadilla. Escrita en 1913 y publicada por primera vez casi una década más tarde, Miedo es una de las nouvelles más sobrecogedoras de Stefan Zweig, con un final tan sorprendente para la protagonista como para el lector.

Opinión:

Hoy os voy a hablar de otra novela de Stefan Zweig, Miedo, una obra escrita en 1913 pero que no vio la luz hasta una década después.

Hablar de Stefan Zweig, es hablar de un gran autor de prosa y argumentos cuidados; de historias cargadas de sentimientos; de argumentos sencillos pero con complejas tramas.
Lecturas breves, la gran parte de ellas, pero en resumen, grandes obras con mayúsculas que nos hacen analizar al detalle el comportamiento de los personajes y reflexionar sobre ellos.
Aunque pueda resultar extraña la comparación, para mí la obra de Zweig es como leer Haikus. poemas breves, de apariencia simple que la mayoría de las veces desarrollan o esconden conceptos complejos.
Pero volvamos a Zweig...

Esta obra, al igual que las anteriores que he reseñado de él, se leen de forma muy fácil por varios motivos:
El primero: la exquisitez y fluidez de la prosa de Zweig, que convierten las lecturas en todo un placer.
El segundo: la gran diversidad de sentimientos que retrata, y que recaen en el lector como una refrescante lluvia de sensaciones.
El tercero: por el  argumento inquietante.
Y el cuarto y último, pero no por ello menos importante, es su extensión, en este caso 136 páginas.

Esto último que he mencionado, la brevedad de la obra, es algo a tener muy en cuenta.
Zweig crea una gran historia, sin necesidad de recurrir a las aproximadamente 1000 páginas de Anna Karenina, a las 400 de Madame Bovary o las 800 de La Regenta, y lo hace focalizando la historia básicamente alrededor de un único personaje, Irene Wagner, aunque eso sí, también se valdrá de tres personajes secundarios, ambientales, para dar forma complementando el argumento.
De esa forma, con lo que a simple vista podría parecer un argumento simplón, consigue una trama potente, de gran tensión pero sin necesidad de recurrir a artificios escénicos.

Ahora os voy a a comentar el porqué de haber citado a estas otras tres obras:
Hemos visto muchas novelas que tratan el tema del adulterio, con personajes atados a los clichés de la época y se me ocurre, que esta breve historia, también podría estar incluida en ese gran triángulo literario que forman: Anna Karenina, Madame Bovary y La Regenta.
Flaubert, Tolstoi o Clarín, fueron unos de los primeros en tratar un tema tan delicado, donde la sociedad era la encargada de juzgar a unas mujeres que, por uno u otro motivo, caían bajo el influjo de un seductor galán.
Stefan Zweig da una pequeña vuelta de tuerca a ese argumento y decide centrarse plenamente sobre el personaje femenino, al igual que lo hicieron los anteriormente citados, pero volcándose en reflejar sus sentimientos, más concretamente en el miedo que experimenta a ser descubierta y/o a perder todo lo que posee.
¿Porqué se centra Zweig en describirnos el miedo? pues simplemente porque el miedo es una sensación provocada por algo real o imaginario pero que en cada sujeto se manifiesta de una forma distinta.
Tiene una infinidad de causas y deriva en otro tanto de sensaciones: angustia, ansiedad, desconfianza, inseguridad; a nuestra protagonista ese "miedo" le va a llegar a través de los remordimientos, y en cada escena, en cada situación, Irene lo que espera es un castigo que no llega, una espera que se convierte en desasosiego, en una tensión que va en aumento, que no conoce límites; para ella su miedo, esa incertidumbre que arrastra, es mucho peor que el castigo, algo que ella considera tangible.

Hay que reconocer que este autor crea un personaje soberbio.
En Irene Wagner, en un momento u otro, vamos a ver como se mezclan varios estereotipos femeninos.
Aparecerá la mujer virtuosa, esa perfecta casada de la que nos hablaba Fray Luis de León en su texto homónimo, y la evolución que ha experimentado ese papel hacia la mujer ideal que la convierte en el famoso ángel del hogar, mientras que en otros otros se ajusta al papel de mujer malcasada, alguien empujado al adulterio por la insatisfacción, al igual que le ocurría a Madame Bovary o Anna Karenina.

Zweig nos muestra como es la mente del personaje y los lectores terminamos sintiendo lo que ella siente. Todo eso lo consigue sin necesidad de darle a Irene el mando del relato, haciéndolo a través de un narrador externo, y prescindiendo del monólogo interior.
Ese narrador omnisciente, capaz de meterse en lo más profundo de los pensamientos de la protagonista.

Una novelita muy breve, pero muy recomendable que no debéis perder la oportunidad de leer.