lunes, 9 de mayo de 2016

Mariana Pineda. Un canto a la pasión y a la libertad de José Luis Olaizola

Sinopsis:

La vida de Mariana Pineda, breve, pero intensa,
fue una aventura permanente y un canto a la libertad

José Luis Olaizola ha novelado, con su maestría habitual, la corta vida de esta granadina que nació en 1804. Era hija ilegítima de un caballero de la Orden de Calatrava y padeció ese estigma durante su azarosa infancia, pero lo superó gracias a su encanto personal y, pasados unos años, a su singular belleza.
Muy joven, se casó con Manuel de Peralta, un militar de ilustre familia que fue quien la inició en los ideales liberales de la Constitución de Cádiz, de los que acabó siendo entusiasta defensora. Así participó en numerosas conspiraciones contra el absolutismo de Fernando VII, que a la postre acabaron costándole la vida. Con solo veintisiete años murió ajusticiada, acusada de bordar una bandera morada con las enseñas: «Libertad, Igualdad y Ley».
Fallecido el rey déspota, Mariana Pineda se convirtió, hasta el día de hoy, en el símbolo de los nobles ideales de la libertad.

Opinión:

Pocos monarcas disfrutaron de tanta popularidad inicial como Fernando VII.
Tras pasar toda la Guerra de Independencia preso, retornó como legítimo rey de España y malogró su reinado convirtiéndolo en uno de los más desastrosos y dignos de olvidar que ha conocido España.
Declaró la constitución de Cádiz nula y sin ningún valor; algunos de los héroes indiscutibles de la Guerra de Independencia española, los mismos que habían luchado por reponerle en el trono, terminaron encarcelados y lo mismo sucedió con los liberales que optaban por restaurar una monarquía, algo más democrática y constitucional.
En este periodo es donde entra a formar parte de la Historia el personaje principal de esta obra.

Quien más quien menos, todos hemos oído hablar en alguna ocasión de esta mujer.
El 18 de Marzo de 1831, Mariana Pineda era detenida y acusada de tener en su poder una bandera, que aunque inacabada, significaba la lucha contra la monarquía absolutista de Fernando VII.

Recuerdo que hace mucho tiempo vi en televisión una serie de cinco capítulos, Proceso a Mariana Pineda, donde recreaban su vida. El papel principal recaía en Pepa Flores y la fuerte personalidad que transmitía, tanto la actriz como la vida del personaje, quedaba reflejada en una de sus frases finales.
Un ejemplo de orgullo, una clara defensora de la libertad que mantuvo la dignidad hasta la hora de prepararse para la ejecución, negándose a entregar sus ligas.
Parafraseo a José Luis Olaizola, porque la frase exacta yo no la recuerdo...
Eso no, no consentiré ir al patíbulo con las medias caídas, y que se tranquilicen esos ministros de justicia, que católica soy y católica quiero morir y mi religión me prohíbe el suicidio.

La narración nos ofrece dos narradores distintos.
  • El cronista.
Tenemos su relato, desde el cual se nos van contando todos los acontecimientos de forma cronológica, que marcaron la vida de esta mujer.
La crónica no comienza con su nacimiento, sino que el autor se remonta un poco más hacia atrás en el tiempo, para que conozcamos algunos retazos de su vida familiar, principalmente los datos que conciernen a su padre.
De esa forma, no solo obtendremos información sobre su familia, sino que también nos crearemos una idea sobre la situación socio política que se vivía en el momento.
No nos encontramos ante un ensayo riguroso, por lo tanto, los datos que se facilitan aunque estrictamente documentados, se complementan con diálogos recreados.

  • El diario
El otro testimonio nos llega a través de la incorporación de fragmentos extraídos del diario de Mariana; aunque coincido con el autor de que no se trata exactamente de un diario.
Los diarios suelen recoger el día a día de su propietario y según conoceremos por lo que en él se relata, la protagonista no plasmaba de forma asidua sus vivencias, sino que tan solo escribía en él los sucesos que consideraba trascendentales o dignos de ser recordados con posterioridad.
Con este diario, seremos partícipes de las reflexiones y pensamientos más íntimos de nuestra protagonista y conoceremos a una mujer liberal que se adelantaba a su tiempo.

Los datos que se proporcionan, en general, resultan interesantes, pero también hay que resaltar que la obra no mantiene un ritmo constante, el ritmo va in crescendo, algo lógico porque lo interesante llega en la vida adulta de la protagonista, más o menos en la segunda mitad de la obra. En ese momento, los acontecimientos que se narran adquieren mayor intensidad.
También hay que señalar que en la parte final de la narración, a partir del momento de la detención de Mariana, se incluyen más fragmentos de sus apuntes, con lo que el relato se vuelve más pasional por lo traumática de la situación.

Los personajes.

La figura de Mariana Pineda pasó a convertirse en todo un símbolo de la causa liberal a comienzos del siglo XIX. Llegó a eclipsar a muchos personajes célebres de la época, como podemos verlo a lo largo de las páginas de este libro, y quizás, ese sea no el error, pero si el detalle que hace que a la obra le falte algo... Las páginas quedan un poco vacías de historia.
El resto de personajes  que aparecen, desempeñan un papel meramente secundario. Una triste comparsa utilizada para recrear el entorno de Mariana y de una sociedad que se mostraba disconforme con un rey, El deseado, que pasó a convertir su reinado en uno de los más ominosos y aborrecidos que se puedan recordar.
Y es cierto, Mariana es el personaje principal indiscutible de esta historia, pero como digo al menos para mi gusto, hubiese resultado interesante ampliar los datos que se dan, rellenando con más acontecimientos históricos.

El mencionado Fernando VII; La Pepa, La constitución de 1812; Juan Martín El empecinado, ese héroe que se inició como guerrillero contra los franceses, luchó por el retorno del rey y al final acabó ajusticiado por él; Rafael de Riego o Espoz y Mina entre otros, creo que son merecedores de un poco más de reconocimiento o protagonismo, y no solo salir citados en algunos momentos que considero demasiado puntuales.

La novela resulta amena, aunque como he dicho se hace corta. Una obra muy recomendable que nos acerca a una época muy intensa, cargada de acontecimientos y donde tras cada esquina se fraguaba una conspiración.

Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios para comprometer a nadie. Me sobra firmeza de ánimo para arrostrar el trance final. Prefiero sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirme de oprobio delatando a persona viviente.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez

Sinopsis:

Acaso sea Crónica de una muerte anunciada la obra más «realista» de Gabriel García Márquez, pues se basa en un hecho histórico acontecido en la tierra natal de escritor. Cuando empieza la novela, ya se saber que los hermanos Vicario van a matara a Santiago Nasar -de hecho ya le han matado- para vengar el honor ultrajado de su hermana Ángela, pero el relato termina precisamente en el momento en que Santiago Nasar. El tiempo cíclico, tan utilizado por García Márquez en sus obras, reaparece aquí minuciosamente descompuesto en cada uno de sus momentos, reconstruido prolija y exactamente por el narrador, que va dando cuenta de lo que sucedió mucho tiempo atrás, que avanza y retrocede en su relato y hasta llega mucho tiempo después para contar el destino de los supervivientes. La acción es, a un tiempo, colectiva y personal, clara y ambigua, y atrapa al lector desde un principio, a pesar de que conoce el desenlace de la trama. La dialéctica entre mito y realidad se ve potenciada aquí, una vez más, por una prosa tan cargada de fascinación que las eleva hasta las fronteras de la leyenda.

Opinión:

Aprovechando que en ocasiones nos embarga la tan temida crisis lectora, en la cual no sabemos que leer, siempre viene bien recurrir a los clásicos que invaden nuestras estanterías.
¡Clásicos! ¡Sí, habéis oído bien!
Esa palabra que a algunos con solo oírla parece que les crea animadversión. Esas novelas casi olvidadas que esperan pacientemente y acumulando polvo, a que su turno vuelva a llegarles; cuyas hojas ya amarillas por el paso del tiempo, leídas y releídas en incansables ocasiones, difícilmente pueden defraudarnos.
Ésta en concreto, ha vuelto a salir victoriosa del difícil encargo para el que había sido elegida, limpiar la desidia lectora.

Crónica de una muerte anunciada, ya la había leído hace años, pero en ningún momento se me ocurrió reseñarla. Suele pasar con las novelas tan famosas, no sabes que decir de ellas y es que, poco se puede decir que no se haya dicho ya.

Textos periodísticos que terminan convertidos en novela... por supuesto con lo esencial.

Hay muchas novelas basadas en hechos reales que nacen en un principio como textos periodísticos. Realmente es una excelente forma de crear una novela. No se necesita imaginación ni que el autor se devane el cerebro inventando un argumento.
Los hechos están ahí, llenando las portadas de los principales periódicos y noticiarios. Lo que sí se necesita y resulta primordial, es el talento para saber buscar y extraer los sucesos más relevantes, dándoles forma después haciendo uso de la técnica adecuada. No debemos olvidar en este punto, la prosa y el don para enganchar al lector.
 
Dicho todo esto pensaréis que cualquiera puede escribir, ¡pues no! se necesita algo que ya he citado, TALENTO, y por suerte para unos o desgracia de otros, no todo el mundo lo tiene.
Hay que ser realistas; por mucho que papá, mamá y el amiguete de turno nos encumbren, no dejan de ser papá y mamá. Como dice el dicho popular... ningún hijo es feo para sus padres; y hay que saber mirar un poco más lejos del círculo familiar: padre, madre, abuelos y mascotas.
Vamos, como decían en la serie Expediente X 

La verdad está ahí a fuera...

Y ahora en serio...
Hay muchas obras similares, pero no llegan a ser dignas de alabar como ésta de la que hoy os hablo o por poner otro ejemplo, A sangre fría de Truman Capote. Y es que estas obras citadas, recalcando lo dicho en el párrafo anterior, no son solo una reconstrucción periodística de sucesos, más bien yo lo describiría como un encadenamiento armónico y casi perfecto de escenas. Por algo, Crónica de una muerte anunciada, fue incluida en la lista de las cien mejores novelas del siglo XX y su comienzo, también aparece en otra de esas famosas listas.

Pero vayamos al principio...

La primera vez que la leí, me pareció una obra extraordinaria, ahora con el paso del tiempo, reconozco que no solo no ha variado mi opinión, sino que la coloca en ese lugar excepcional al que solo tienen acceso determinadas joyas literarias.

Conociendo el final desde el principio...

Coincido al igual que la vez anterior, en que lo qué más me impresionó, es el comienzo. Saber desde el principio del texto, desde el título, cual será el final de Santiago Nasar.
Y es que como se dice en la narración... "Nunca hubo una muerte tan anunciada" pero añado... tampoco estuvo también contada.
El conocer el desenlace desde el principio, a muchos les puede parecer que le quita gracia a la historia, pero no es así, en este caso consigue crear más tensión.
Gabo, el apelativo cariñoso con el que se conocía al autor, aprovecha ese detalle, ese dato que conocemos de antemano y lo explota, colocando al lector en situaciones comprometidas. A través de las completas descripciones del lugar, de los relatos de los personajes, vamos conociendo de primera mano el recorrido de Santiago y de sus asesinos, los hermanos Vicario, llevando al extremo la angustia del lector.
Vemos como sus recorridos en más de una ocasión están a punto de cruzarse, y aquí entran de nuevo...

Las casualidades...

"Sobre todo, nunca le pareció legítimo que la vida se sirviera de tantas casualidades prohibidas a la literatura, para que se cumpliera sin tropiezos una muerte tan anunciada".

¿Recordáis lo qué siempre digo sobre las casualidades? Que la literatura no puede pasar a depender totalmente de ellas... pues bien hay excepciones, y una de esas gloriosas excepciones, es esta novela que aparece cargada de coincidencias. (Las otras podrían ser El conde de Montecristo y Los tres mosqueteros, ambas de Alejandro Dumas), por citar algunas...
Todo el mundo en el pueblo sabe la amenaza de los hermanos Vicario... todos claro está, menos Santiago.
Los hermanos, Pedro y Pablo Vicario, lo cuentan a todo aquel con el que se encuentran, como en un intento de que alguien tenga la suficiente valentía de detenerles. De esa forma y ante la imposibilidad de cometer el asesinato, la cuenta pendiente quedaría saldada.
El cura, la policía, una carta que se cuela por debajo de la puerta, TODO el pueblo sabe lo que va a ocurrir, pero nadie toma medidas. Aquí es donde el "hecho en sí" adquiere un protagonismo especial, según mi punto de vista, no solo son asesinos Pedro y Pablo, también lo son los que con su silencio colaboran y no evitan el desastre.
Este es el momento oportuno para citar otro detalle de la obra, el número infinito de personajes secundarios que aparecen para componer el relato.

Multiperspectivismo...

Narrada en primera persona, se recrean principalmente, unos hechos acontecidos veinte años antes. Aunque existe un narrador, éste no interfiere y nos muestra las versiones de los distintos personajes, lo que se conoce como multiperspectivismo. Ellos serán los encargados de recrear una historia a tres tiempos, de ir rellenando los huecos en blanco para que el lector no pierda detalle.
La narración, como he avanzado, no sigue un orden lineal, los saltos son frecuentes.
Tenemos la narración del día del suceso, donde Santiago y los hermanos Vicario son los protagonistas; otra que se corresponde con la recogida de los datos por parte del narrador, para recrear completa la historia, y donde se incluyen las narraciones de todos los personajes del pueblo que se vieron involucrados; por último, una tercera donde se cuenta lo que ocurrió tras el asesinato.

El realismo mágico... 

Si hay algo que caracteriza a Gabriel García Márquez, es el realismo mágico que aparece plasmado en sus obras. ¿Quién lo invento? Pues no lo sé, pero es citar ese estilo narrativo y el nombre de Gabo y sus historias vienen directas a mi cabeza. Narra los hechos sin restarles crudeza y los adorna con algunos momentos puntuales de fantasía, con hechos surrealistas, que perduran en el recuerdo del lector.
En esta obra se pueden disfrutar algunos de esos momentos excepcionales y quizás ese toque de magia, que aportaba su autor, es lo que hace que el lector a pesar de conocer desde el comienzo el desenlace, continúe leyendo con la absurda esperanza de que el destino de Santiago Nasar cambie con el paso de las hojas...

Una prosa pausada, detallista; una novela breve, genial, casi única, que siempre es un placer recuperar en un intento de que si no la habéis leído lo hagáis...



jueves, 28 de abril de 2016

Volver a Canfranc de Rosario Raro

Sinopsis:

Un andén, unas montañas, unos héroes y, al final, la libertad La historia olvidada de una estación mítica que cambió el curso de una guerra
Marzo de 1943. Agazapados dentro de una habitación secreta, varias personas contienen la respiración mientras aguardan a que el sonido de las botas reforzadas con metal de los soldados alemanes se aleje. En la estación internacional de Canfranc, en el Pirineo, la esvástica ondea sobre la playa de vías. En medio de la oscuridad, Laurent Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte arriesgan sus vidas para devolverles la libertad.Volver a Canfranc es su historia. Jana y Esteve, armados tan solo con la valentía que da el amor, lucharon porque miles de ciudadanos judíos consiguieran atravesar esta estación mítica. Además de ellos, otras personas guiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror y ayudarlos. Para miles de perseguidos por el régimen nazi la esperanza se llamó Canfranc.

Opinión:

En muchas ciudades de Europa central, entre la ceniza tras los bombardeos, los escombros, los techos de los refugios y el miedo, resonaban ocho letras como un salmo entonado en varios acentos, a veces pronunciadas de forma irreconocible, pero que se referían a un único destino. 
La esperanza entonces se llamaba Canfranc.

En este libro se mezcla ficción con hechos reales constatados, donde se narra un episodio olvidado de nuestra historia y se confirma la tan entredicha no beligerancia de España en la II Guerra Mundial.

Pero como en toda historia novelada, hay algo que tenemos que tener en cuenta. La autora se ha permitido algunas licencias históricas en momentos puntuales, como indica al final de la novela.
Considero que son datos poco importantes, como el cambio del nombre verdadero del jefe de aduana de la estación, Albert Le Lay por el de Laurent Juste, o de alguna nacionalidad, pero es que poco importan esos detalles frente a los hechos horribles que se recogen en esta historia.
Otros datos se han inventado con el fin de dar más romanticismo a algunos momentos o incluso más heroicidad si cabe a otros, y por supuesto, algunos personajes también son ficticios, pero sirven para homenajear a esos héroes anónimos de ambos lados de la frontera, que guiados únicamente por la generosidad, ayudaron a salvar tantas vidas.

En 1942, el ejército alemán había tomado la estación internacional de Canfranc en Huesca, como si se tratase de un territorio más de la Francia ocupada.
El argumento de la novela, traza un recorrido breve, de apenas dos años, comienza a principios de 1943 y finaliza en septiembre de 1944.

Llegado a este punto, quiero hacer un par de aclaraciones, porque esta obra no es solo un reconocimiento póstumo, un relato más ambientado en la II Guerra Mundial ni sobre la persecución a la que se vieron sometidos los judíos.
Tampoco su argumento está compuesto únicamente por una trama lineal. Para que tenga consistencia la historia, es necesaria apoyarla con otras que van surgiendo y que corren paralelas, sin alejarse del tema central.
A través de esas pequeñas tramas, de sus personajes, iremos conociendo datos indispensables para el desarrollo del argumento.

La obra está dividida en cinco partes más el pequeño prólogo del comienzo y el epílogo final.

Contamos con una protagonista, Jana, que aunque el peso de toda la obra recae sobre ella, no deja de ser un personaje de ficción. Eso sí, representa a todos esos valientes que pocas veces se recuerdan, pero que ayudaron a cientos a alcanzar la libertad.
También conoceremos a Laurent Juste, el jefe de la aduana internacional de la estación; a la joven Valentina; al bandolero Esteve Durandarte; a Didier el maquinista o a Montlum, un músico metido a panadero; por citar algunos.

Pero como he dicho además de estos personajes y sus tramas, imprescindibles para conocer los acontecimientos que tuvieron lugar allí, hay otros temas que acaparan toda nuestra atención porque tienen presencia constante en el libro:
  • Los tejemanejes que realizaban supuestos países neutrales como Suiza y Portugal. A España no lo incluyo, en lo de neutral, prefiero dejarlo en no beligerante, porque la neutralidad era algo ambigua y clara la simpatía que existía entre nuestro país y Alemania. Al final, es cierto que terminó declarándose neutral, pero no lo fue hasta que se vio un claro vencedor en la contienda.
    Los trenes salían de Suiza cargados de oro y cruzaban nuestro territorio, al tiempo que de nuestras ciudades salían con el Wolframio también llamado Tungsteno, necesario para las fabricas de armamento alemanas.
  • Contamos también con un capítulo bajo el título de El espanto, dedicado a la limpieza y pureza de la sangre aria. Esa criba que realizaban los nazis con su propia gente eliminando a todo aquel al que consideraban inferior.  Desde alcohólicos, discapacitados psíquicos, inválidos, sordos, ciegos, homosexuales, hasta gitanos, gentes de distintas creencias religiosas o políticas.
  • Se recoge también la huida no solo de personas anónimas, también de un grupo de intelectuales entre los que se encontraba Max Ernst, pintor, escultor, poeta; el hermano del escritor Thomas Mann y su familia; el poeta y novelista Franz Werfel; la compositora Alma Mahler o el marido de la bailarina Joséphine Baker.
  •  También de forma muy sesgada encontramos un homenaje a los libros, esos grandes olvidados que eran quemados en Alemania. Aquí se les trata con respeto, como evasión, y no únicamente porque sus tapas llevasen ocultos mensajes encriptados de la resistencia.
    Jana y Durandarte son también un homenaje a nuestro Quijote, pero para saber que relación tienen con esta obra tendréis que llegar al final de la novela.
Considero que es una obra bastante completa que me ha sorprendido gratamente.
La mezcla de géneros la equilibra y la hace destacar sobre otras de argumento similar. Mezcla de forma acertada los datos históricos con la novela de espionaje, añadiéndole intriga y tensión en algunos momentos, por supuesto dejando también su espacio a las escenas románticas y otras conmovedoras que nos harán bajar la guardia.


Por poner alguna pega, debo mencionar que el edificio en sí, esa preciosa construcción que parece más una catedral que una estación de tren, pasa a ocupar un lugar demasiado secundario en la obra. La fonda La Serena, que ocupa en esta historia el mismo lugar que el Café de Rick de Casablanca, donde se pasa información o desinformación, tiene casi más relevancia.
Al igual sucede con la cantidad de trabajadores que debía haber diariamente en la estación o en el Hotel Internacional. Salvo Jana y otra camarera de habitación, el resto son omitidos casi al completo. Ni siquiera recuerdo haber leído una aparición donde haga acto de presencia el director del hotel.

Para ir terminando...
Volver a Canfranc, además de ser lógicamente la frase que da título a la obra, es una oración que esconde mucho más, una esperanza, la de todos aquellos que por ideas, creencias o simplemente por ser diferentes, se vieron obligados a huir.
Canfranc fue una puerta hacia la libertad.
Unos hablan de que fueron cientos de vidas las que se salvaron, otros hablan de miles, pero lo cierto es que para los personajes reales que lo hicieron posible, tan solo con salvar una vida habría sido suficiente, aun a riesgo de exponer la suya y tener una muerte mucho más cruel que la que esperaba a los que eran capturados huyendo del régimen del terror.

Solo nos ha sido dada una vida, pero con esta podemos salvar muchas otras. Recuérdalo


viernes, 22 de abril de 2016

Hombre sobre una escultura de Álvaro del Olmo

Sinopsis:

Ésta es la vida de un grupo de amigos (un fotógrafo, una actriz y el crupier de un casino) que acompañarán a Hércules Degard, protagonista y narrador, en su extraño intento de transformar la sociedad a través del arte.
Los sueños y la vigilia de Hércules se entremezclan así con una sutil operación de desfalco que se verá amenazada por la pronta aparición de una antigua musa del protagonista, que encierra más de un misterio.
Álvaro del Olmo nos ofrece con su primera novela, una apuesta brillante; una creación curiosa, inquieta y provocadora. Una magnífica obra, sin un lugar ni tiempo definidos, que nos sorprende con un estilo arriesgado y original que será difícil de olvidar.

Opinión:

"Se admiten apuestas absurdísimas siempre que estén claramente justificadas".

Siempre he pensado que hay algunos escritores calificados como "difíciles de leer". De esos que nos obligan a sumergirnos en una lectura detenida y atenta, donde solo los valientes y los perseverantes son capaces de salir airosos.
Reconozco que nos encontramos ante una apuesta audaz que me ha supuesto todo un reto.
A lo largo de toda esta aventura, Álvaro del Olmo ha logrado mantenerme en suspense, no porque esta novela sea de intriga, sino porque resulta del todo desconcertante. No sabes por donde va a salir el autor, no puedes prever que giros dará la trama y menos aún, hacia donde encarrilarán los pasos los personajes.
Resulta totalmente imprevisible, casi un sinsentido, que despierta la curiosidad del lector estimulándolo. Nos hace pensar según leemos y también, tras haber finalizado la obra.

En algunos momentos me ha resultado interesante, intrigado e incluso sorprendido. Los ambientes aunque difusos como en un sueño, están muy logrados... pero en general, no me ha entusiasmado. Me ha exigido demasiado esfuerzo que al final no se ha visto recompensado. Creo que una novela es para disfrutar, entretener y la alta concentración hace que se pierda el objetivo primordial.
No he logrado encontrar ese pequeño detalle, esa chispa que convierte en especiales y casi propias, a algunas lecturas.

Los personajes nos muestran como son sus vidas, todo narrado en primera persona a través de la mirada de Hércules Degard, el protagonista. Más adelante descubriréis que este personaje es alguien demasiado especial.
¿Y qué ocurre? Pues que cuando en un entorno hay alguien especial, ese ambiente se contagia también de sus excentricidades afectando a los que le rodean, y eso precisamente, es lo que le ocurre a esta historia, es especial.
Lamentablemente, tampoco he logrado conectar con Hércules. El exceso de irrealidad que le persigue, que se convierte en una constante algo exagerada, le ha alejado de mí. En un principio creí reconocer una sombra e incluso un reflejo de Murakami, pero poco a poco, esa sensación se fue disipando, hasta desaparecer por completo.

Reconozco, que me ha costado esta lectura, he tenido que concentrarme y en más de una ocasión repetir lo ya leído. Pero ocurre algo extraño... y es que según avanzamos, nos adaptamos, y la dificultad parece ir desapareciendo ante nuestros ojos.
También debo decir al respecto, que te queda una sensación muy reconfortante cuando logras terminar uno de estos libros, complejo, con una prosa elegante y un léxico exigente, que no está destinado a todos los lectores; o más aún, si al final, logras comprender la finalidad de lo escrito, llegar al punto donde el autor quería que llegásemos.

El protagonista, Hércules Degard se debate entre la realidad, lo onírico y el delirio.
El surrealismo que le envuelve, da la mano a un sistema particular de ver la vida, en un intento de cambiarla y en una búsqueda constante de la trascendencia.

El monólogo interior que nos lleva a conocer sus pensamientos más trascendentales; la obsesión por Oko, ese otro personaje secundario que bien podría haber sido extraído de alguno de los libros de Murakami; junto con su curiosidad o el vano intento por comprender el arte; componen una de las piezas fundamentales sobre las que se construye esta obra.
La otra pieza que complementa al monólogo, son los diálogos de los personajes, y esos diálogos, son el otro elemento predominante y clave para el desarrollo del argumento.
Una historia abstracta, que mezcla realidad con ficción sin previo aviso, que se aleja con diferencia de cualquier obra que haya leído anteriormente.


La novela cuenta con un número muy limitado de personajes. La reacción disparatada de cada uno de ellos en determinados momentos, llega a rozar el absurdo o puede que la genialidad.
La dificultad de ubicar la trama en un tiempo concreto, ese surrealismo presente en toda la obra, me recuerda a los vídeos en los que aparece ese genio de la pintura, que era Dalí. Y es que esta obra, en algunos momentos, realmente tiene tintes Dalinianos.
Puede que me equivoque con el análisis. Que esta narración y mi imaginación se hayan confabulado creando, y plasmando después, una versión distorsionada de lo leído, pero es que esta obra tiene muchas lecturas.
Es como si estuviésemos ante un lienzo en blanco, aun sin pintar, y según leemos vamos dibujando. Está claro que nuestra obra final no tendrá nada que ver con la del compañero de al lado.
Cada lector obtendrá una visión distinta y prestará atención a detalles concretos, que para otros nos pasarán totalmente desapercibidos.
Lo mismo ocurrirá, si la leemos varias veces, en cada una de ella hallaremos algo distinto, que obviamos la primera vez.
Porque según el día, según nuestra concentración, receptividad, el grado de imaginación o creatividad del lector, parece que el libro cambia ante nuestros ojos.
Puede parecer complicado, tanto la lectura como la explicación, pero es que este libro se adapta perfectamente a la definición de "Ambigüedad".
Ocurre exactamente igual con las obras de arte, cada individuo creará una interpretación distinta dependiendo de la obra que estén contemplando. Porque el Arte no es más que la visión del autor sobre algo en concreto.
Una novela totalmente impredecible para la cual hay que estar preparado.
Si lo que buscas es algo sencillo, esta obra no está destinada para ti.
Si lo que buscas es un reto...¡Adelante!

Imagen 1: La persistencia de la memoria (Salvador Dalí 1931)
Imagen 2: La tentación de San Antonio (Salvador Dalí 1946)



domingo, 17 de abril de 2016

La pieza invisible de Pedro Martí Martínez

La pieza invisible (César Giralt 01)
Sinopsis:

Tras el asesinato de su hermana; preso por la ira, César Giralt ejecutó al encerrador, el mayor asesino en serie que el país haya conocido. En los siguientes tres años, el inspector jefe se sumió en una espiral de culpabilidad que le acercó peligrosamente a la autodestrucción. Con la ayuda de su fiel subinspector y amigo, Gabriel Pérez; el laureado inspector jefe de la comisaría de Sant Martí de los Mozos de escuadra de Barcelona consigue levantar cabeza y volver al trabajo. El veinticuatro de agosto de 2.012, Marcos Vidal, un inspector de policía y antiguo amigo de César, se suicida lanzándose desde lo alto de un edificio. La viuda del policía no cree que su marido se haya suicidado, y buscará la ayuda del antiguo amigo de Marcos. Lamentablemente, Celia Rivas sólo consigue la negativa de César a inmiscuirse en una investigación que no le concierne y que ha sido archivada. Sin embargo, unos días después de su encuentro, César Giralt recibe una noticia que le sobrecoge: Celia Rivas también se ha suicidado.

Opinión: La pieza invisible (César Giralt 01)

"Una novela negra, moderna, que trata de mirarse en el espejo de las grandes novelas nórdicas de la última década". 

De esta forma es como Pedro Martí contactó conmigo por primera vez. Estaréis de acuerdo en que la frase de contacto, es una excelente presentación para un libro.

Es cierto que Pedro Martí puede estar influenciado por las novelas nórdicas, "¿quién no lo está? si en los últimos años han invadido el mercado", pero por suerte, ésta supera con diferencia las que he leído. Y es que a mí sinceramente, las obras policíacas que vienen del norte, más allá de nuestras fronteras, me dejan fría,como su clima, y aún no he encontrado una que me llene por completo .
¿Por qué considero que este libro supera a cualquier novela nórdica? 
A grandes rasgos, porque los hechos que se narran, aunque pueden suceder en cualquier lugar del globo, nos resultan más reales, ya que trata temas de actualidad que nos tocan de cerca.
La historia transcurre en un escenario de sobra conocido, Barcelona 2012, y me dejo para lo último el papel que desempeñan los personajes, porque lo considero de vital importancia.
Los protagonistas de novela nórdica resultan más fríos, más distantes y carecen muchas veces de la empatía, de la cercanía o del humor, de un protagonista de carácter mediterráneo.
Dicho esto voy a centrarme en argumentar un poco lo encontrado.

La pieza invisible, es una obra muy curiosa que se mimetiza jugando al despiste con el lector. En momentos puntuales cumple con todas las características del género negro y un capítulo después, cambia adaptándose al policíaco e incluso al thriller. Todo esto sacando totalmente airoso a su autor.

La trama es dinámica, perfectamente hilada y los diálogos de los personajes colaboran a ello.
La prosa ágil y sencilla, accesible para todo tipo de lectores. Cada reacción de los personajes, cada acto o gesto que realicen, tiene consecuencias y queda reflejado en la narración, lo que nos lleva a unos personajes, sin excepción, redondos.
Si se tratase de simplificar la reseña, sería muy sencillo hacerlo:
Intriga cien por cien.
Comienzo impactante, desconcertante; con un desarrollo soberbio, sin fisuras y un final elegido a la perfección.

La novela comienza con un asesinato.
Directamente el autor siembra la intriga al tiempo que nos despista.
¿Quienes serán los personajes que se ven involucrados en esa escena?
Antes de descubrir ese misterio y entender como han llegado hasta allí, aún le quedan al lector bastantes capítulos por delante, todo un desafío al lector gracias al ingenio del autor.

Respecto a la estructura de la novela, nos encontramos con la clásica narración Ab ovo, ya sabéis, la narración relata los hechos partiendo de un momento en concreto, en este caso del primer capítulo que ya he mencionado y que puede considerarse como prólogo.
A continuación, tenemos la introducción, aproximadamente los cuatro primeros capítulos numerados; el nudo y el desenlace que lo sitúo alrededor del capítulo XXVII.
Al final encontramos un epílogo, que al igual que el capítulo introductorio, no hará más que seguir sembrando intriga en el lector, ya que ese pequeño fragmento no es más que un avance de la que será la siguiente novela de esta saga y que llegará con el título de "Donde lloran los demonios".



Siguiendo con la primera, ésta es una historia plagada de referencias literarias donde podemos apreciar no solo la pasión por Auster de César Giralt el protagonista, sino también, "deduzco" que de Pedro Martí, el autor de esta obra.
También encontraremos constantes giros al mundo del cine y un homenaje al ajedrez, juego que aparece presente en varios momentos a lo largo de la obra.

Antes os hablé de que la totalidad de los personajes resultaban redondos, por lo tanto voy a pasar a presentároslos, pero de una forma distinta, haciendo un guiño hacia el juego del ajedrez y asignando una pieza a cada personaje. Blancas para los buenos y negras para los malhechores.

El Rey, la pieza más importante y cuya captura es el único objetivo del juego.
Ya tenemos al personaje principal, César Giralt. Un hombre atormentado, de carácter analítico que se enfrenta posiblemente al caso más complejo de su trayectoria policial. Un personaje tan completo como complejo, pero excelentemente construido.
Por su puesto el personaje que cumple la función de antagonista de César, "no os voy a revelar su nombre", también estará representado por la ficha del otro Rey.

La descripción de los personajes secundarios la voy a comenzar con el compañero de César, el subinspector Gabriel Pérez, otra pieza fundamental en esta trama y que podría jugar en la posición de Torre. Podríamos decir que César y Gabriel son dos polos opuestos, respecto a comportamiento, pero que forman el tandem perfecto, se equilibran.

Dalia Torres, otra Torre, por lo tanto otra subinspectora que aparece a partir de la mitad de la novela y que al igual que el resto de personajes secundarios, será decisiva para la buena resolución del caso.
¿Por qué he decidido que Dalia y Gabriel sean las torres? pues porque una torre con la ayuda de su rey puede dar jaque mate al rey enemigo en un tablero vacío, mientras que el alfil o el caballo no pueden. 
 
Silvia, la sobrina de César, la Reina o Dama indiscutible. Lógicamente también es un personaje de peso. Una adolescente, madura, sensata, responsable que se aleja del estereotipo que tenemos hoy en día de la juventud y que en ocasiones se turna con Gabriel Pérez para hacer de Pepito Grillo del Inspector Giralt.
En este momento tendría que seguir asignando piezas, Celia y Marcos podrían asumir el papel de alfiles, ya que tienen un papel importante en toda la historia y sin ellos no habría caso.
Los caballos... El comisario Dávila y algún agente de inferior rango; los peones, todos los que ayudan a resolver dudas para la investigación.

Los fallos...
En la Segunda edición que es de la que yo dispongo, hay un par de erratas sin importancia, casi inapreciables que según me han dicho están pendientes de corregir para las próximas ediciones.

Como podéis comprobar, nos encontramos ante un adictivo debut literario que lo tiene todo para convertirse en uno de esos libros, de esas pequeña "delicatessen literarias" que empiezan a conformar esa literatura en auge que no paro de citaros a lo largo de las reseñas, novela negra o policíaca de fabricación casera, es decir "Made in Spain".
También es muy gratificante toparnos de vez en cuando con autores noveles de semejante calidad literaria.
Y es que, por desgracia, las listas de superventas están llenas de autores ya consagrados que arrastran consigo falsos aduladores y que lamentablemente para los lectores, no ven el momento adecuado de tomarse un respiro y llenan el mercado con obras infumables.
Es muy triste que en este país venda más un nombre que la verdadera calidad de una obra.
Pero también tenemos la otra cara de la moneda, los famosillos que de la noche al día se sienten escritores y deciden ponerse a escribir, valiéndose de ser caras conocidas que salen constantemente en los medios de comunicación; ya sea como presentador, contertulio o diana de los flashes de la prensa.
Y es que a día de hoy, con solo cumplir alguno de estos requisitos, ya puedes escribir un libro y te llueven las editoriales... y ¡ojo!, aquí no critico a las editoriales que no desperdician el filón que tienen delante, ni tampoco a quienes compran esas obras que considero de dudosa calidad literaria, al igual que tampoco persigo el fin de hacer proselitismo, intentando convencer a nadie sobre lo que tiene que leer.
Para terminar solo deciros, que según dicen, la próxima entrega será mucho, pero que mucho mejor...