Inglaterra 1887-1889
Mientras el homicida del Torso del Támesis arroja restos de sus víctimas en el río, Jack el Destripador mutila prostitutas en Whitechapel.
A pesar de los esfuerzos de Scotland Yard y del Comité de Vigilancia los crímenes se suceden, cómo si de una competencia sádica se tratase.
Esta es la historia de aquellos asesinos, y del hombre y la mujer que los enfrentaron.
Opinión:
Ya os he hablado en alguna otra ocasión de Gabriel Pombo.
Un autor uruguayo al que se considera uno de los ripperólogos, (del inglés Jack the Ripper, es decir, expertos en Jack el destripador), más destacados del mundo y gran amigo de este blog.
Ya tuve la oportunidad de leer y comentar otro de sus libros, Jack el destripador. La leyenda continúa y quedé bastante satisfecha con la lectura, por la cantidad de datos, muchos de ellos desconocidos, que facilitaba el autor sobre la misteriosa figura del asesino de Whitechapel, las investigaciones que se llevaron a cabo entorno a ese criminal victoriano y las posteriores teorías que surgieron.
Hace muy poco, Gabriel Pombo me envió las pruebas de las portadas de la que se iba a convertir en su próxima novela, El animal más peligroso. Un thriller victoriano y desde ese mismo momento, el libro me entró por los ojos.
Y es que como se suele decir... Una imagen vale más que mil palabras.
Pero vayamos al interior...
Las anteriores obras de este escritor podían clasificarse como ensayos de investigación.
En Jack el destripador. La leyenda continúa, nos encontrábamos con un ligero cambio.
Pombo nos sorprendía con un ensayo novelado, donde apreciábamos lo cómodo que se sentía escribiendo dentro del género de la novela, y los lectores agradecíamos que el texto se alejase de la estructura clásica de un ensayo, aunque mantuviese la rigurosidad de los hechos.
Así que no es extraño, que de nuevo nos haya vuelto a sorprender con la que será su primera obra dentro de la categoría de novela.
Una historia de ficción donde los hechos históricos y los personajes reales casi logran eclipsar a los verdaderos protagonistas, los ficticios.
En un principio conocemos a los personajes ficticios y de su mano seremos guiados por una detallada narración, una crónica minuciosa, que girará alrededor de los asesinatos que asolaron el Londres victoriano.
Los personajes.
Jack el destripador y el Asesino del Torso, serán personajes omnipresentes a lo largo de toda la obra, pero hay otros secundarios, también reales, descritos de forma muy acertada y que juegan un papel decisivo en la narración.Esos protagonistas reales, fueron testigos de primera mano de los asesinatos de ambos homicidas y aunque tienen escasa participación en la historia, reconozco que su papel histórico pesa demasiado en cualquier obra donde aparezcan.
Esos testigos reales son:
Frederick George Abberline, el Inspector jefe de la policía Metropolitana de Londres. Una importante figura policial en la investigación de los asesinatos de Whitechapel.
Thomas Bond, cirujano forense de la policía que realizó las autopsias a varias de las victimas.
Henry Moore, Inspector jefe de Scotland Yard.
La parte de ficción nos llega de la mano de una pareja de protagonistas.
Y vuelvo a recalcar lo dicho, los hechos que se narran logran acaparar toda nuestra atención y desplazan a un inmerecido segundo plano a estos dos protagonistas.
Arthur Legrand, es un detective de origen francés que lidera un grupo de investigación que va tras los pasos del asesino múltiple. Un genio del disfraz que hace que mi mente vague en dirección a otro personaje decimonónico, Sherlock Holmes.
Y luego tenemos a Barbara Doyle, el personaje femenino, que aunque dista mucho de ser 'redondo' logra conquistarnos sin esfuerzo.
Me pregunto si estos dos personajes son un guiño de Gabriel Pombo a la obra de Arthur Conan Doyle o es simple coincidencia.
Me ha gustado mucho el papel de Barbara en esta historia y es que siempre presto especial atención a los personajes femeninos en textos ambientados en el Siglo XIX o principios del XX.
Barbara es un gran exponente de las mujeres valientes que empezaban a reaccionar, a abrirse camino en el difícil mundo en el que les había tocado vivir, destinado en exclusiva a los varones.
Las mujeres se veían desplazadas a un segundo plano, limitando su papel a labores domésticas.
Barbara es una periodista que no duda en hacer frente con eficacia a sus "colegas de oficio", varones, aunque luego sus artículos vean la luz bajo seudónimo, algo frecuente en la época, ya que era imposible que una mujer, seres considerados de inteligencia limitada e inferior a la de los hombres, tuviese capacidad para pensar por sí misma.
Este papel impuesto que marginaba a las mujeres, se ve resaltado al incluir la opinión que tienen las criadas sobre su forma de actuar y que consideran totalmente alejado del código de conducta social que debería cumplir una señorita; y es que como veréis, ésta en particular tiene un comportamiento totalmente pecaminoso:
Joven, soltera, y con trabajo fuera de casa.
Otro detalle más a tener en cuenta y en favor de este personaje femenino, es el relato que nos regala Barbara sobre una captura ficticia de Jack el destripador.
Ese momento, al igual que otro que se desarrolla en una cantina, donde cuatro peniques entran y salen de escena, es el momento elegido por Gabriel Pombo para incluir un par de escenas cómicas en la historia. Nos sumerge en un pequeño juego junto a los dos protagonistas y terminan arrancándonos una amplia sonrisa.
Y ahora viene la pega generada entorno a estos dos personajes.
Merecerían haber tenido más participación, cincuenta páginas e incluso me animo a decir cien, para desarrollar más sus papeles, porque su actuación se hace corta en esta novela. Resultan demasiado interesantes para abandonarlos y formarían un tándem perfecto para dar continuidad a sus aventuras en una saga. No será por falta de asesinos en esa época...
Unos últimos apuntes...
Debido a los grandes conocimientos de Gabriel Pombo y al extenso trabajo de investigación que ha realizado sobre la figura de Jack el destripador, es normal, que este personaje intente a golpe de cuchillo, tomar también el protagonismo en esta historia que no le pertenece.
Para alguien que ha estado siempre catalogado como uno de los asesinos más macabros de la Historia, es normal, que no se conforme con pasar por esta narración de puntillas, como lo haría un secundario más.
Por eso insisto, el Descuartizador del Támesis, es el personaje sobre el que se construye esta historia y concluye con un final del todo imprevisible.
Pero hay que recordar, al igual que ocurría en la obra de Sarah Pinborough, El segundo asesino, que hablaba sobre el mismo serial Killer, que se trata de una obra de ficción.
El asesino del Torso o Descuartizador del Támesis como se le calificó y Jack el destripador, coincidieron con sus macabros asesinatos en un espacio de tiempo muy reducido en Londres.
Ambos asesinos desaparecieron sin dejar rastro y muchas teorías surgieron alrededor de estas dos figuras.
Jamás conoceremos su identidad y ese hecho quizás, es el que les ha convertido casi en un mito.
Es cierto que Jack puede considerarse como uno de los primeros asesinos en serie, su actuación fue macabra, pero creo que El descuartizador del Támesis que tuvo menos notoriedad, lo superaba.
Su modus operandi consistía en desmembrar a las víctimas prestando especial hincapié en la cabeza, que deformaba para evitar que se la reconociese y tras esto arrojaba los restos al río.
Llegados a este punto habrá quien diga, que una nueva novela donde reaparece Jack, un personaje del que tanto se ha hablado no es muy original; pero aquí hay que decir que gracias a la experiencia y a los conocimientos que aporta este autor sobre el tema, junto con el hecho de que ambos asesinos coexistiesen al mismo tiempo en Londres, hace que aparezcan ante nuestros ojos como personajes reinventados.
La historia al cambiar de manos nos ofrece otro enfoque, otra versión, que hace que comprendamos mejor los detalles sobre como se desarrollaron las investigaciones y las medidas de seguridad que se tomaron para proteger a la gente de Whitechapel...
La novela salió a la venta en julio en Argentina. Aunque fue una edición muy pequeña, los visitantes de ese país ya podéis disfrutarla; en Uruguay, de donde es este escritor, saldrá a la venta en estos días en caso de no haberlo hecho ya.
Los españoles de momento tendremos que limitarnos a esperar para ver si esta nueva novela ve la luz en nuestro país. A ver si alguna editorial se anima y hace que esta obra cruce el charco.