miércoles, 21 de junio de 2017

Madame Bovary de Gustave Flaubert

Sinopsis:

La soñadora Emma, una joven de provincias casada con Charles Bovary, quien la ama pero es incapaz de comprenderla y satisfacerla, buscará la realización de sus sueños en otros amores, pasionales y platónicos..., pero ninguno de ellos logrará calmar su desesperada ansiedad y sus románticas inquietudes.
La publicación de Madame Bovary (1856) provocó el escándalo de la burguesía francesa, esclava de mil prejuicios, y el proceso judicial que siguió contribuyó a un éxito editorial sin precedentes. Flaubert veía así cómo su obra servía más para satisfacer el morbo que para deleitarse en el caudal narrativo que contenía.
Hoy Madame Bovary es considerada el auténtico pórtico de la modernidad literaria. El omnipresente narrador teje con un rigor documental una sólida trama en la que la técnica de la narración, la descripción, el análisis de caracteres y el diálogo son trabajados minuciosamente y en una interrelación perfecta.

Opinión:

Esta obra que unos clasifican como Romanticismo tardío y otros como Realista, porque encontraremos en ella características de ambos estilos, está considerada como una de las obras cumbre de la Literatura, no solo francesa.
Fue  publicada por entregas a lo largo de 1856, y definitivamente como libro en 1857.
Madame Bovary es una novela excepcional que relata no solo el adulterio de una mujer de provincias frustrada, sino también, mediante una crítica, el cinismo y la frivolidad de la sociedad de finales del S. XIX.

Charles Bovary es un hombre anodino y conformista.
Desde los primeros compases de esta obra, vemos su escasa personalidad.
Decide estudiar medicina, más marcado por la voluntad de su padre que por interés propio, y más tarde, guiado por elección de su madre, se casa con la que será la primera Señora Bovary; una viuda de fuerte carácter.
Charles, una noche, es avisado de urgencia para atender una fractura. De esa forma conoce al Señor Rouault, padre de Emma.
Emma como ya sabréis, es una joven soñadora que ha pasado la primera etapa de su vida estudiando en un convento, rodeada de fantasías y amores platónicos que extrae de las novelas románticas que lee.
Lógicamente cuando Charles la conoce queda prendado inmediatamente de ella y las visitas empiezan a sucederse con la excusa de visitar al paciente.
Aquí surge el primer problema, la odiosa y actual Señora Bovary, a la que por suerte, Flaubert haciendo gala de su derecho de padre creador, no tardará en quitarse de en medio, eliminando de un plumazo el conflicto.
Así que... visita a visita, parece que el amor va fraguando entre estos dos personajes y por fin, llega el tan ansiado matrimonio.

Pero no es oro todo lo que reluce...
Emma es una romántica, aunque más bien habría que decir ilusa y demasiado influenciada por las novelas románticas, entre las que ve pasar el tiempo.
Piensa en el amor como ese sentimiento que dilata el corazón y exalta los sentidos, muy lejano a lo que ella siente por Charles. A medida que se va haciendo más estrecha su convivencia, en Emma, se va produciendo un desapego interior que la separa cada día más de él.

"La conversación de Charles era plana como la acera de una calle, y por ella desfilaban las ideas de todo el mundo con su ropaje más vulgar, sin suscitar emoción, risa o ensueño".

¡Vamos! como diríamos actualmente, que el pobre Charles, era más simple que el asa de un cubo.

Emma, una joven que ha recibido una educación clásica, en una sociedad donde la mujer está siempre subyugada al género masculino, se pregunta sin cuestionar dicha educación, cómo puede ser que un hombre no lo sepa todo y no sobresalga en múltiples actividades... Y es que Charles, no sabe nada ni tampoco lo enseña, no desea nada y en cambio, se conforma con todo.
Así que la joven, echando de nuevo mano a la soberbia pluma de Flaubert:

"se convierte en un desván cuyo tragaluz da al norte y donde el hastío, araña silenciosa, tejía su tela en la sombra por todos los rincones de su corazón...".

Flaubert utilizando a un narrador en tercera persona, nos presenta a los personajes en los primeros siete capítulos.
Hace un retrato colorista, sin escatimar en detalles, de sus personalidades, de sus deseos, de sus conflictos, al tiempo que decora la narración con completas descripciones de los escenarios.
Flaubert considerado como padre del realismo francés, es un maestro a la hora de pintar ambientes, que retrata de forma detallista lo más mezquino de la sociedad.
La prosa de este autor es una maravilla y las metáforas empleadas hacen enmudecer al lector. Algunos fragmentos son pura poesía.

Es cierto que la trama, personajes y críticas, hacen que esta historia sea muy parecida a otras escritas con posterioridad. Quizás, o casi con seguridad, que la obra de Flaubert influyó en autores de renombre como Tolstoi a la hora de crear a su Anna Karenina en 1877, o en Clarín con su famosa Regenta, escrita en 1885.
Aún así, todas ellas, consideradas como grandes joyas literarias, deberían leerse como críticas a una sociedad burguesa con estrictas normas morales, mostrando la hipocresía de esa misma sociedad, de finales del siglo decimonónico, que empuja al final a estas mujeres, culpables o no, a un final trágico; y no como copias u obras influenciadas por uno u otro autor.

Otra crítica irónica que encontramos desde el comienzo, es a la opinión que la sociedad puritana de la época, tenía sobre las novelas románticas. Esos libros perniciosos que iban contra la religión, que trastornaban con engaños las mentes permeables de las jóvenes decentes, seduciéndolas con una vida ociosa.
Hay que recordar que la sociedad del S. XIX, había creado un arquetipo de mujer que se apoyaba en los manuales de conducta y en la literatura religiosa. El papel de la mujer era el de ser "el ángel del hogar", dulce y sacrificada, sin opiniones propias ni deseos, y apartada de la vida pública. La cultura que se le daba era artificial, un simple adorno: pintura, música, clases de francés, con las que entretener a las jóvenes.

Emma, se revela contra esa vida provincial que le ha tocado vivir y que le impide disfrutar de las mismas historias, intensas y pasionales, que viven las protagonistas de sus novelas.
Emma es un extraordinario personaje, te arrastra con ella y provoca reacciones adversas en el lector. La odias y la compadeces a partes iguales. Reconoces que es caprichosa, egoísta, infantil, insoportable y manipuladora, y aun así, comprendes su situación.
Charles, es el otro personaje soberbio de esta historia. Permanece perpetuo a su lado, es el eterno incomprendido, incapaz de darle las emociones que ella busca, pero que en cambio, sin pedírselo, le da todo el amor del mundo, el amor más puro.

Es una novela tan completa como compleja, cargada de metáforas como ya indiqué y de simbología.
Muchos han dicho que es una crítica al personaje, a su infidelidad, pero no creo que sea así. Como os he mencionado es una crítica a una sociedad, a las falsas ilusiones, al exceso de romanticismo que inundaba la época, que hacía crear falsas expectativas.

Emma, esa mujer manipuladora, termina convirtiéndose en la primera manipulada; cree que lo que lee es real, o puede llegar a serlo, tal y como le pasó a nuestro personaje de la literatura más insigne, Don Alonso Quijano.
Nuestra protagonista se convierte así, en un Quijote femenino, vapuleada por sus propios molinos, y acompañada, eso sí hasta el final, por su Sancho Panza particular, ese personaje fiel, al que ella no da ninguna importancia.
Flaubert en los compases finales la convierte en víctima y verdugo, ya que arrastrará en su caída a muchos, aunque no a los que debiera.

Una historia espectacular, digna de adornar las mejores bibliotecas y con unos personajes secundarios que no solo acompañan, sino que están a la altura. He obviado hablar de ellos, para ver si de esa forma os ánimo a conocerlos...


jueves, 15 de junio de 2017

La cacería de J.M. Peace

Sinopsis:

Samantha Willis es una oficial de policía de Queensland, Australia, y una mujer convencida de su capacidad de cuidar de sí misma. Al menos hasta que cae en manos de un peligroso psicópata, cuyo juego consistirá en cazarla como a un animal. La detective Janine Postlewaite no conoce a Sammi personalmente, pero los agentes de la ley se cuidan los unos a los otros, y dirigirá la investigación con tenacidad. Mientras un asesino da caza a Sammi, Janine deberá reunir las pistas que podrían conducir hasta esta. Todo se convertirá en una carrera contra el reloj, en la que Sammi deberá apelar, para sobrevivir, a su sangre fría y su experiencia como policía, mientras sus colegas intentan descifrar las pruebas antes de que el sádico asesino lleve a cabo su juego mortal. Una novela de suspense trepidante, que denota la pericia y la experiencia de la autora acerca de los procedimientos policiales.

Opinión:

Esta historia de la que hoy voy a hablaros, ha tenido una calurosa acogida en Australia, escenario en el que transcurre su argumento.
Su autora, J. M. Peace, como se indica en la sinopsis, plasma en la novela su experiencia sobre los procedimientos policiales, y es que ella, es oficial de policía en activo.

La cacería es un thriller intenso, bastante bueno, de esos que se quedan pegados a las manos y cuyo argumento nos recuerda a algunas de películas de la década de los 90.
Los lectores nos sumergimos en la historia, en una especie de simbiosis con la protagonista.
Mientras a ella el instinto de supervivencia la empuja a correr sin detenerse, para huir de su depredador, a nosotros esa empatía nos empuja a leer para intentar averiguar cuál será su final.
Este thriller crea una angustia en el lector que va en aumento, y consigue mantener el suspense hasta casi el final.
Esa angustia se acrecienta por la estructura de la novela.
En vez de número de capítulos, tenemos el indicativo horario; sabemos al comenzar cada capítulo que día y que hora es, calculamos sin querer el tiempo que lleva Sammi desaparecida, y ese tiempo actúa como un personaje mudo que persigue a los personajes.
Sabemos que cuanto más tiempo pase, menos posibilidades habrá de encontrarla con vida.

Realmente, aunque os he hablado de Sammi, he olvidado mencionar dos "pequeños detalles" que harán más interesante esta lectura.
El primero es que Sammi es agente de policía, detalle que su acechador desconoce, y el segundo más curioso, es que ella, no parece ser la protagonista absoluta de la historia.
Es la presa, el personaje que da movimiento a la trama, la culpable de que haya una investigación, pero tiene que compartir protagonismo con Janine Postlewaite, una detective muy eficiente, que se toma el caso como algo personal.
La autora no entra en muchos detalles sobre los personajes, no es de esos escritores que apoyan un argumento en las grandes historias que hay tras sus protagonistas, para intentar de esa forma justificar su existencia y/o convencernos de que son geniales... ¡No!, J. M. Peace, con esta historia no necesita eso.
Solo crea unos personajes reales, sin necesidad de elementos superfluos.
Lo único que necesita de ellos es, que sean eficientes en el momento actual, que cumplan con su función, ser el hilo conductor de una historia y si es posible, que al final del relato sigan con vida.

J. M. Peace crea una historia sin añadidos y con un estilo sencillo y ágil.
La tensión es lo importante en esa obra, marca el ritmo y los lectores como he mencionado, quedamos atrapados en medio del bosque con la protagonista, en una persecución frenética... y aquí llega el pero...
Al comienzo el lector se ve empujado en la lectura, un poco por el morbo.
Nos encontramos con un cazador cruel, sanguinario... pero éste pierde fuelle, y no llega a convertirse en el asesino despiadado, que no da tregua, que yo esperaba.

Llegando a la recta final de la novela, la trama pierde intensidad.
En el segundo párrafo de esta reseña os había dejado una pequeña pista con la frase, "consigue mantener el suspense hasta casi el final".
Y ese es el fallo, que la forma de terminarla parece precipitada, le falta ese final de película, potente, apasionado e incluso extremo al que nos tienen acostumbrados.
Es cierto que el final es totalmente real, verídico, pero como os digo, me hubiese gustado un remate que cortase la respiración.

Aun así, es una novela interesante y recomendable.


miércoles, 7 de junio de 2017

La metamorfosis de Kafka

Sinopsis:

Durante el otoño de 1912, en Praga, escribió Franz Kafka (1883-1924) La metamorfosis, la peripecia subterránea y literal de Gregorio Samsa, un viajante de comercio que al despertarse una mañana «de un sueño lleno de pesadillas se encontró en su cama convertido en un bicho enorme».
En pocos libros de Kafka queda tan explícito y tan nítido su mundo como en La metamorfosis, en la que el protagonista, convertido en bestia, sumido en la más absoluta incomunicación, se ve reducido cruelmente a la nada y arrastrado inexorablemente a la muerte.
Otros escritos de Kafka desarrollan rigurosas variaciones paralelas, desmenuzan inexorables pesadillas, asignan obsesiones enigmáticas a personajes desorientados y vencidos, pero tal vez sea La metamorfosis la narración que mejor expresa al «hombre primordial kafkiano». De ahí que merezca la calificación unánime de obra perfecta y obra maestra, un texto decididamente superior en el panorama de la literatura universal del siglo XX.

Opinión:

Hoy vengo a hablaros de este relato breve, que llevaba mucho tiempo esperando que le diese una segunda y merecida oportunidad.
La primera vez que tuve este libro en mis manos, llegué a él con las expectativas muy altas, y la verdad, es que me defraudó de tal manera, que se quedó a medias. No debía ser el momento adecuado para él, así que la semana pasada decidí tenderle una mano amiga a Gregorio Samsa, quizás la oportunidad o la mano que nadie en el relato fue capaz de ofrecerle.

Muchas han sido las interpretaciones que se han dado a lo largo del tiempo sobre este relato, y es que creo que no existe una única lectura, ni dos, ni tres... las interpretaciones varían según el lector y el momento.
Yo he intentado hacer hincapié en los principales puntos que más me han llamado la atención, pero seguro, que en una lectura posterior aparecerían algunos más.

Ya sabéis el argumento básico de esta historia:
Cuando Gregorio Samsa despierta, se descubre convertido en un insecto, pero su mayor preocupación es que se ha quedado dormido y llega tarde al trabajo.
Gregorio trabaja de viajante, para poder pagar la deuda que sus padres tienen contraída con el dueño de una empresa. Tiene un trabajo que no le aporta nada, sin incentivos, donde le explotan, pero al que debe asistir sin remedio porque su familia depende de él.
En pocas palabras se considera un ser insignificante, un bicho raro...
Así empieza su terrible historia y mi análisis sobre esta obra.

¿A qué se enfrenta Samsa?
En un principio podríamos pensar que su nuevo aspecto será lo que más le preocupará, pero no  es así. Lo prioritario para él, es el deber, la obligación de ir a trabajar, que está por encima de todo, incluso de su persona.

Así que llegamos a la primera cuestión.
Él no maneja su vida, está completamente manejada por otros.

Los primeros pasos siempre son difíciles...
Para seguir con esa vida, lo primero que tiene que hacer es adaptarse a su nuevo cuerpo. Pero sus padres detectan que algo le pasa, que está enfermo.
Gregorio les habla desde dentro de la habitación, intentando calmarles, pero no le entienden, lo que consigue agravar la situación. Lo único que puede hacer, a pesar de las dificultades que le supone su nueva forma, es salir.

Segunda cuestión.
Un pequeño problemilla con el que el joven no había contado:
El problema de la comunicación.

¿Cómo actúa Samsa ante esa difícil situación?
Pues parece que el asume su forma, no le queda otra, solo quiere salir y que le vean, piensa que de esa manera se eliminará el problema.
Hay dos opciones:
  • Que se asusten
  • Que lo acepten
Pero al margen de lo que ocurra, su intención es que después se irá a trabajar como si tal cosa. El quiere seguir con su vida, evitar hablar o discutir sobre el problema.

Tercera cuestión.
Incomunicación, falta de relación familiar: No quiere hablar sobre ello, tan solo quiere dejar el problema atrás.

¿Cómo reaccionan los demás al verle?
El apoderado, se asusta, huye.
Su madre, se desmaya, una reacción casi lógica, una forma de protegerse para evitar aceptar el problema.
Su padre, le persigue haciendo ruidos fuertes para obligarle a retroceder.
Su hermana, en un principio, se compadece de él.
La criada le somete a un trato hostil, vejatorio.

Cuarta cuestión:  
Miedo, violencia, intolerancia, compasión, rechazo.

Como podéis ver, Kafka, nos muestra en este punto, los prejuicios, todas las posibilidades, las reacciones que la sociedad puede experimentar o adoptar ante los que consideramos diferentes, muchas veces por desconocimiento o miedo.
Podemos interpretar, que esos a los que consideramos distintos, suponen un cambio para nuestra forma de vida, nos alteran lo que consideramos nuestro pequeño círculo de confort. Y es que, todos los cambios si son bruscos no son bien aceptados. Esos cambios nos obligan a intervenir y eso  conlleva un riesgo...

El tiempo pasa...
Pues sí, y no solo para Gregorio. 
La familia Samsa, cuyos miembros antes vivían de forma acomodada, sin necesidad de trabajar, deben empezar a hacerlo.
Gregorio antes trabajaba sin descanso, toda la familia dependía de él, y ahora es él, el que pasa a depender de ellos.

Quinta cuestión.
Egoísmo.
Samsa no veía a su familia como una carga, tan solo veía un deber, una obligación de trabajar, en cambio ellos ahora, sí le ven como una carga.

La habitación.
Sus objetos más preciados empiezan a salir de la habitación, de ese pequeño cuarto que le aporta seguridad.
Para ellos no son más que trastos; en cambio, para él, sus reducidas posesiones son mucho más, son su mundo, las que le recuerdan quién fue. De esa forma le deshumanizan. 
Tras eso, llega el segundo paso, convertir esa habitación en trastero.
Invaden el único sitio donde está cómodo. Junto a él, empiezan a amontonarse todo lo que les estorba; la basura, los muebles viejos...
Nadie se preocupa por lo que el pueda pensar u opinar, no es nadie, es solo "eso".

Sexta cuestión.
Gregorio ha perdido o le han quitado la poca humanidad que le quedaba y ahora solo es un estorbo, se produce una cosificación del personaje. 

Solo queda un final para él, que acepta resignado...
Quizás el final más lógico, más justo para la mayoría y que supondrá que todos por fin, puedan descansar. 
Con esta cuestión llegamos al final.

Séptima cuestión.
Impotencia. Resignación.

La narración es en tercera persona, pero la forma de narrar nos hace partícipes del problema. Kafka hace que con su narración empaticemos con Gregorio, le vemos como lo que es, tan solo una víctima desde el comienzo.
Obviamos su forma, y nos solidarizamos con él, somos conscientes o más bien estamos atentos a sus impresiones, reacciones y sobre todo sentimientos. ¡Eso está muy bien!, pero Kafka no quiere eso, quiere que seamos realistas...
La forma que elige Kafka para transformar a Gregorio, está elegida con acierto, para provocar a simple vista rechazo y el autor nos pone en un dilema, es muy fácil solidarizarse a través de un relato, a través de la televisión, ¿verdad? Estamos hartos de oír y decir, que lo importante se encuentra en el interior, pero cuando tenemos que enfrentarnos a un problema similar, nuestro concepto cambia y olvidamos esos principios, alegamos que no es lo mismo...

Samsa se considera un bicho raro, nos muestra una sociedad que se mueve rápido, que va únicamente a lo suyo, que mira hacia otro lado cuando hay problemas, que no le gustan los cambios ni tampoco los que son diferentes.

Quizás esté exagerando, pero creo que esta historia está plagada de metáforas y simbolismo, y que cada uno la interpretará a su modo, como he mencionado al principio.

Al final de esta triste historia, tras su muerte, su familia elige salir a pasear.
Se han quitado el problema de encima y ahora, el Señor y Señora Samsa, (a estos habría que dedicarles un capítulo entero), parece que entre guiños miran a su hija con otros ojos.
Puede que solo sea una percepción mía, pero creo que Grete no ha aprendido de lo vivido y me da, que va a tener que adoptar por obligación, el mismo papel que tenía hasta hace poco asignado Gregorio. El de mantener a la familia.

Como digo, solo es una pequeña apreciación, así que os animo a leer esta obra con detenimiento y espero vuestros comentarios al respecto, con impaciencia.