El peluquero Joffo, un honrado judío establecido en el París ocupado por los nazis, decide dispersar a su familia para evitar el cruel y previsible destino que le espera. Sus hijos Joseph (el autor de la obra) y Maurice tienen, a sus 10 y 12 años, que sobrevivir sin entender muy bien lo que sucede a su alrededor. Los dos chavales pasan en un mismo día de jugar a las canicas en el colegio a intentar cruzar hacia la Francia libre sin ser capturados por soldados alemanes. Solos en un universo desquiciado, en el que la barbarie, la amistad, la picaresca y, sobre todo, el miedo imponen una sola ley: la supervivencia. Enfrente de esto solamente esta el ingenio de dos pequeños.
Opinión:
Este libro llevaba en mi lista de espera más o menos un año, y es fruto de las grandes recomendaciones de amigos con los que tengo la suerte de compartir la afición por la lectura.
Ahora, por fin, le ha llegado su turno.
Debo decir que lo primero que me llamó la atención fue la sinopsis, logró ponerme la piel de gallina mientras la leía.
La historia, basada en hechos reales, nos la narra Joseph Joffo, uno de los niños de la novela, por lo tanto ya tenemos el primer detalle a tener en cuenta, nos enfrentamos a un narrador protagonista.
En ella se relatará la huida de su familia de París.
Una familia que se verá obligada a separarse, huyendo de las leyes antijudias del gobierno de Vichy, pero este dato no es lo importante de esta historia.
Lo importante es que está escrita sin acritud, sin ánimo de dañar ni ofender, toda la historia se narra desde los recuerdos de la infancia del autor.
Una novela donde hay sitio para las buenas personas que con sus acciones lograrán hacer que asomen las lágrimas a nuestros ojos.
Nos sorprenderá la emotividad con la que está escrita y sobre todo, el candor y la sencillez de nuestros protagonistas. Niños que se verán arrancados de su inocencia y convertidos a la fuerza en adultos, que no logran entender como una simple estrella cosida en la ropa puede excluirlos de las cosas cotidianas que hasta ahora habían conocido.
Para ellos la archiconocida frase Libertad, igualdad y fraternidad y las palabras del mariscal Pétain Mantengo mis promesas incluso las de los demás, han dejado de tener significado, o al menos, ya no significan lo mismo desde que llevan esa extraña Medalla sobre sus ropas.
Y ahora me toca hablaros de otro detalle importante que hallaréis en esta historia. El arco de transformación de los personajes principales que en este caso es ascendente.
Poco a poco iremos viendo la evolución de nuestros pequeños amigos y como utilizan su ingenio de forma sorprendente. Niños que aprenderán a valerse por sí mismos, a sobrevivir e incluso a servir de valioso apoyo a los adultos.
Veremos como se crecen ante las adversidades, la inteligencia con la que se enfrentan a situaciones difíciles y la unión inquebrantable entre los dos hermanos que les hará permanecer juntos en todo momento.
Pero esta novela no trata solo de penurias, también nos arrancará más de una sonrisa.
Veremos como a pesar de las adversidades a las que se enfrentan, logran sacar tiempo para sus juegos, eclipsando con ello, la amenaza siempre constante de la guerra y la muerte, permitiéndoles volver a ser niños, aunque solo sea durante un breve espacio de tiempo.
Joseph Joffo se pregunta en el epílogo...
¿Por qué he escrito este libro?
A mi entender, la respuesta es muy sencilla...
Es una forma de sacar lo que se lleva dentro, una forma de narrar lo que ocurrió a los que vienen detrás, cosas que aunque son de sobra conocidas más nos vale no olvidar.
Sucesos que nos harán pensar a la vez que nos emocionan...
¿Qué más se puede decir...?
Una historia escrita con una prosa muy sencilla, pero a la vez muy emotiva.
Otro novela excepcional como La ladrona de libros de Markus Zusak.
Dos grandes novelas narradas desde el punto de vista de los más débiles y perjudicados en una guerra -los niños- y que sin dudarlo os recomiendo, porque es de esas obras que siempre perdurarán en el recuerdo.
