Sinopsis:
De un contenedor de basura en un aparcamiento periférico asoma el cadáver de una chica jovencísima. Estamos en un pueblo de la costa de Livorno, el imaginario Pineta, convertido en una localidad balnearia de moda: donde estaba el bar con petanca han puesto un discopub al aire libre, en la pineda hay un gimnasio exterior de body-building y ya no hay bancos, sólo aparcamientos para las motos.
El homicidio parece ser un asunto de droga y sexo, y las sospechas recaen sobre dos amigos de la víctima, malcriada hija de buena familia de licenciosa conducta. Pero la casualidad quiere que, por amor al cotilleo y para matar el tiempo, el grupo de los viejecitos del Bar Lume comience a hablar sobre el crimen, a discutir, a reñir y, por último, a indagar.
El propietario del bar, Massimo, nieto de uno de ellos, se acaba erigiendo como el verdadero y desganado investigador, al que los jubilados, como un coro griego, discuten sus intuiciones, las desmontan y las perfeccionan, pasándolas por un cómico cedazo de irreverencias, y convirtiendo la investigación, más allá de la intriga policíaca, en una expresión de testaruda supervivencia de los habitantes del pueblo frente a la devastación del consumismo turístico modelado por la televisión.
Opinión: La brisca del cinco (Bar Lume 01)
Un libro muy cortito y sencillo, que logra arrancarte una sonrisa en momentos puntuales.
De él destacaría algunas situaciones disparatadas, los comentarios sarcásticos y mordaces de los abueletes asiduos al bar. Las contestaciones y salidas de Massimo, propietario del bar donde solo se sirve lo que a él le apetece y la lógica aplastante de la que hace uso. Unas deducciones que contrastan, con la incompetencia del comisario Fusco encargado de llevar el caso.
Aun así es un libro sin muchas pretensiones, adecuado para pasar un rato pero que no aporta mucho más. Descarto totalmente que lea las siguientes entregas.
Es como ver una típica comedia italiana y no soy muy aficionada a ellas.