Sinopsis:
Convertido en objetivo del Diablo Blanco, un brutal asesino en serie, el escritor de novela negra Matt Wells sabe lo que es encontrarse cara a cara con el mal y sobrevivir. Ha rehecho su vida, pero una discípula de su torturador todavía está en libertad, así que no puede dejar de vigilar la seguridad de todo su entorno.Cuando comienzan a morir algunos escritores de suspense, y encuentran asesinado a su mejor amigo, la paranoia de Matt parece bien fundada. Ahora debe poner en práctica todos sus recursos para orquestar el fin de la psicópata. Sin embargo, a medida que el asesino consigue burlarlo con pistas crípticas sobre la identidad de las siguientes víctimas, va quedando horriblemente claro que el baile con el diablo acaba de empezar...
Pues creo que mi crítica va a ser devastadora...
No voy a decir que el libro sea malo, porque cumple la función de hacer pasar el rato, pero me ha decepcionado totalmente.
El primer libro, Lista mortal, me pareció una novela policíaca muy buena, pero en este segundo que da continuidad a los sucesos de la primera parte, la calidad de la saga desciende de forma escandalosa.
El autor hace que la trama no resulte creíble, pierde originalidad según avanzas y resulta demasiado enrevesada.
Introduce demasiados personajes en la historia que se han de sumar a los del primer volumen.
Otro fallo según mi opinión es que el autor resulta demasiado repetitivo.
Nos cuenta los sucesos del primer libro en la sinopsis y tantas veces como van apareciendo en la historia los personajes de la primera novela.
Y en el desarrollo de la trama, pues demasiados hilos argumentativos que terminan haciendo un ovillo que lía al lector.
Los personajes...
Los malos, son malísimos, magníficamente entrenados, no dejan huellas salvo las pistas que ellos quieren dejar, poseedores de un sexto sentido que ya querrían muchos Supervillanos de los comics.
Los buenos... superlistos, supermanitas, dotados de una suerte inacabable. Vamos la mezcla perfecta entre James Bond y McGiver, que dejan a la policía por imbéciles que no son capaces de resolver un caso.
El final totalmente surrealista, inverosímil y en algunos momentos resulta rocambolesco y precipitado, ya que el autor decide acabarlo de la misma manera que finaliza el primero.
Por lo tanto, totalmente prescindible.
Un libro según mi opinión, de los que no has acabado y ya empiezas a olvidar.
Sólo me viene a la cabeza una pregunta después de haberlo terminado...
¿Qué se le puede haber pasado al autor por la cabeza, a la hora de destrozar así una saga que había empezado con tanta fuerza?