Sinopsis:
Todos ocultamos pedazo de nosotros mismos: instantes imprecisos de nuestra vida. Esos jirones están preñados de añoranzas, de deseos incumplidos, de amores imposibles o frustados, de silencios necesarios, de mentiras piadosas. Llenos de la impotencia que,a veces, produce la vida. Esas pequeñas cosas que no solemos compartir con nadie, son las que nos hacen ser quienes somos, las que nos convierten en seres únicos e irrepetibles. Son las que guardamos en un rincón del alma. En esta novela, carente de sinopsis, el lector encontrará una historia real y conmovedora. Una historia que, como apunta su creadora, deber ser leída como si la protagonista saliera del presidio de sus páginas, e irrumpiera en nuestra vida del mismo modo en que lo hace una persona que nos acaban de presentar, con la que intimaremos poco a poco, día tras día. En este caso, página tras página. Todo ello bajo la sombra de un paraguas rojo.
Opinión:
Este, es uno de esos libros cortitos, que en ocasiones llegan hasta nuestras manos de forma accidental, pero que al comenzar a leer ves en él un gran descubrimiento y disfrutas enormemente leyendo.
Podría decirse que es un libro muy sentimental, un monólogo epistolar, una confesión que aligera la gran carga que soporta el alma de la protagonista, pero sobre todo, una crónica con la que en más de una ocasión nos sentiremos identificados.
Es la historia de una mujer que huye buscándose a si misma, con una prosa simple pero contundente, cargada de descripciones y reflexiones tan bellas como sinceras, que lograrán tocar lo más profundo de nuestro corazón.
Este libro nos acercará a la protagonista y al mundo que le rodea, donde nos hablará de las dificultades que surgen en las relaciones y nos enseñará, que la vida es únicamente un camino con una meta, pero un camino que puede volverse muy empinado cuando lo recorres solo, cuando no cuentas con el apoyo de los que te rodean ni obtienes algo tan sencillo, como unas simples palabras de aliento que harían que el camino se tornase un poco más liviano.
Una narración que nos mostrará que a pesar de transigir, a pesar de poner todo el empeño en hacer las cosas de la mejor forma posible, esmerándonos en agradar siempre a todos, aun a riesgo de renunciar a uno mismo, jamás seremos perfectos y siempre habrá quien se crea con el derecho a criticar y a no valorar el esfuerzo realizado.
Es curioso que en el libro la protagonista es denominada en más de una ocasión mujer de agua, y realmente mirando a nuestro alrededor descubriremos muchas mujeres así, en silencio.
Mujeres que una mañana se levantan junto a un hombre al que miran y no reconocen, mujeres que empezaron junto a su pareja un camino y que llegados a la mitad descubren que en el primer cruce tomaron senderos distintos.
Un libro para leer, saborear y disfrutar entre sus páginas, que en alguna ocasión, no digo que no nos deje un sabor amargo.
Una pequeña joya similar a Carta de una desconocida de Stefan Zweig, que nos robará únicamente una tarde.
Entre sus hojas perderemos completamente la noción del tiempo pero a cambio obtendremos mucho, pasar una tarde sumergidos en la belleza convertida en escritura.
Un libro que se nos hará lamentablemente muy corto.