Sinopsis:
Pocos días después del funeral del padre, Erik Davidsen y su hermana Inga encuentran entre los papeles del muerto una breve nota del año 1937 que alude a una tragedia, quizá un asesinato. Erik es psicoanalista, un hombre que escucha relatos. Inga es escritora, y en su último libro habla de los recuerdos que son vueltos a imaginar en palabras. A partir de entonces, los hermanos intentan reconstruir la historia de su familia de emigrantes noruegos.
Pero Inga y Erik también deben enfrentarse a sus propios secretos y relatos. Erik se ha divorciado hace poco tiempo, y la soledad lo ha convertido en alguien que jamás imaginó ser. Inga, que estuvo casada con un escritor de culto, muerto cinco años antes, tiene que proteger a su hija, y protegerse a sí misma, del acoso de un vengativo periodista. O, como dice ella, tiene que reescribir su propia historia de principio a fin...
Opinión:
Antes de comenzar con mi opinión voy a permitirme una pequeña licencia haciendo un pequeño prólogo sobre esta lectura.
Cuando elegí este libro, lo hice un poco llevada por orgullo y echando un capote a la autora Siri Hustvedt.
Me llamo mucho la atención leer una crítica sobre un libro suyo, donde se dejaba caer desde el principio que era
la Mujer de Paul Auster.
Tan impactante me resultó que no recuerdo ni de que libro hablaban.
Desconozco el talante con el que se había vertido ese comentario pero creo que habría otras muchas formas de hablar o presentar a una escritora.
Dejar que se labrase su propio camino, sembrándolo de méritos o fracasos... pero propios.
En cambio con esa cabecera, se veía relegada a un segundo plano desde el principio, a seguir la senda marcada por el renombre de su marido para bien o para mal.
Porque esa sencilla frase puede conllevar varias lecturas...
"está ahí por ser quién es" (no vale un comino) o bien, "tiene que ser buena porque su marido es Paul Auster"(y parece que nos la quieren vender).
Pues bien, dicho esto, me propuse darle una oportunidad antes que a él, porque debo confesar que no me he leído nada
del marido de Siri Hustvedt (y duermo tranquila), aunque tenga que reconocer desde este momento, que lamentablemente este libro me ha dejado un sabor un tanto amargo.
El libro está escrito de un tirón, prescindiendo de los descansos que proporcionarían los capítulos, por lo que se convierte en una lectura compleja, al obligar al lector a mantenerse alerta para no perderse.
La novela está compuesta de una trama principal que gira alrededor del protagonista, el Doctor Erik Davidsen.
Desde este punto surgen varias historias cada una con su correspondiente personaje y el protagonista comienza a saltar de una a otra sin previo aviso para el lector, añadiendo que también lo hace del presente al pasado. Es una técnica narrativa muy dinámica denominada Contrapunto.
Parece que la autora se pierde en sus pensamientos recordando cosas que de pronto quiere añadir, arrastrándonos con ella, por lo que nos obliga a mantener una constante atención al desarrollo continuo de la narración.
El argumento está narrado en primera persona y engancha ya que tiene notas de intriga que mantienen al lector pegado al libro.
Tras fallecer el padre de Erik, descubren una carta entre sus enseres personales donde se menciona algo que sucedio en el pasado, algo que se ha mantenido oculto a lo largo del tiempo.
Desde ese momento Erik inicia una búsqueda para descubrir todos los detalles e irá descubriendo poco a poco, datos del pasado familiar.
Una familia descendiente de Noruegos pero afincada en EEUU.
A esto se le sumará el análisis que hará Erik de todo, ya que al ser psicólogo de profesión (ya sabemos la tendencia de los Americanos que roza la obsesión por los Psicoanálistas) la historia terminará siendo una búsqueda personal, de sí mismo a través de su padre.
La trama en si, resulta atrayente, pero el desarrollo que ha decidido hacer la autora bajo mi punto de vista resulta equivocado.
Leer esta obra ha sido como estar en un constante maratón, aunque haya utilizado un lenguaje sencillo, no ha podido evitar que se convierta en una lectura densa.
Siri nos demuestra que es una escritora culta, que se ha documentado, pero su forma de narrar, al menos en este libro no resulta muy accesible.
Introduce demasiada información que en ocasiones no aporta nada a la historia, datos que hacen que el lector termine dispersándose.
Su forma de escribir se asemeja mucho a Jonathan Franzen en su libro Libertad.
Una escritura que comparten muchos escritores norteamericanos descendientes de Inmigrantes, donde plasman una necesidad casi obsesiva de descubrir de donde vienen y a donde van.
Lo interesante de esta novela, es que una vez que te habitúas a los incesantes brincos del protagonista terminas adaptándote al desarrollo de la novela y puede llegar a resultar en algunos puntos incluso atractiva.
Como podréis comprobar es lo que decía al principio, una lectura que me ha dejado un sabor amargo, con sentimientos contradictorios.
Si me preguntáis si la recomendaría os diré, que no soy de las personas que suelen dejar los libros a medias, pero a lo largo de este, se me ha pasado varias veces por la cabeza.
Sinceramente creo que hay muchísimos libros y la vida es muy breve como para perder el tiempo con lecturas como esta, que cuando terminas con ellas piensas...
Y?...
Pero como siempre digo, también puede ser un error de percepción mia o quizás no era el momento para este libro.