viernes, 17 de junio de 2022

Sospechas de Herman Kock

Sinopsis:

Robert Walter, alcalde de Ámsterdam, hombre carismático y popular, es también un gran observador: una carcajada apenas más sonora de lo habitual y un gesto ligeramente más íntimo de lo apropiado le bastan para concluir que su esposa, Sylvia, tiene una aventura con el concejal Maarten van Hoogstraten. A partir de ese momento, se convierte en un espía en su propia casa, observando cada movimiento, estudiando cada mirada absorta o sonrisa sospechosa, ocultando siempre su preocupación.
A esta situación, de por sí tensa, se suma otra, totalmente inesperada: un mensaje lo advierte de que sus padres, casi centenarios, han tomado la decisión de inducir su propia muerte. Ante el derrumbe de los pilares que sostenían su vida, el alcalde mantiene la apariencia serena propia de los hombres de su cargo, aceptando el papel que le ha tocado en la función; sin embargo, cuando llegue el momento decisivo, quizá tenga que sacrificarlo todo para no perder a su familia, lo único que de verdad le importa.

Opinión:

De Herman Koch ya os he hablado en otras ocasiones. 
Está dotado de un sentido del humor, un tanto ácido, con el que perfila y crítica de forma mordaz algunos sectores de la sociedad del momento.
Consigue atraparnos no solo por las historias que cuentan sus personajes, sino también por el modo en que lo hacen y, por supuesto, por el complejo perfil psicológico que les acompaña.
Así que hoy me toca hablaros de Sospechas, una novela en la que de nuevo las apariencias sociales van a convertirse en uno de los temas principales.

Está escrita en primera persona siendo el narrador, Robert Walter, un popular y carismático alcalde de Ámsterdam. 
Sabemos desde el comienzo que su nombre no es real, así como el de su mujer e hija. Los motivos son sencillos, evitar posibles prejuicios porque su mujer no es de nacionalidad holandesa. 
Desde el momento en que hace esa sencilla aclaración ya sabemos que la novela va a estar cargada, precisamente, de lo que intenta evitar.

Los prejuicios no solo se van a instalar en los que le rodean, también vamos a apreciar como el Robert oficial que nos intenta vender, nada tiene que ver con el Robert real. Poco a poco se irá desembarazando de esa máscara que le mantenía aislado. 
Esta obra que parece un monólogo, donde reflexiona sobre su historia familiar al tiempo que nos la cuenta, se vale de la introspección, pero también de las retrospecciones que nos llevarán hasta el pasado.

La novela comienza con una premisa muy sencilla, un simple gesto captado de casualidad que termina convirtiéndose en sospecha. Un gesto absurdo que hace que las alarmas se disparen en una relación. 
Lo curioso de esta novela es que según avance la historia veremos que esa premisa va perdiendo importancia, ya no importa si esa sospecha es real o fruto de la imaginación porque el resto de temas que se irán abordando la desplazarán a un lugar secundario.

Sospechas no es la novela que más me ha gustado de este autor, y aún así no puedo dejar de encontrarle cosas positivas, aunque también es cierto que en algunos momentos se vuelve reiterativa con algunos temas u obsesiones del protagonista. 
En la trama parece que no sucede nada y al mismo tiempo no dejan de ocurrir acontecimientos alrededor del protagonista que irán agravando su paranoia. 
La novela se puede decir que bebe de las dudas y la desconfianza y avanza gracias a esa tensión que generan.

Otro punto que no quiero olvidar mencionar es la ácida crítica hacia el país de origen del autor, los Países Bajos. Sobre la forma de pensar de sus habitantes, los prejuicios, el medioambiente, la eutanasia o la clase política y la monarquía. Podemos decir que Koch no tiene pelos en la lengua a la hora de mostrar todo con lo que no está conforme.

Ya para terminar...
Dicen que el personaje principal está inspirado en un alcalde que tuvo Ámsterdam, Eberhard van der Vaan, pero y esto hay que aclararlo, se inspira en el individuo, no en los hechos.
Curiosamente dicen que Eberhard van der Vaan leyó la obra antes de su publicación, quedando encantado porque le hacía parecer como alguien con carácter que disfrutaba de la vida.

miércoles, 15 de junio de 2022

Thérèse Raquin de Émile Zola

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

Hace tiempo que quería hablaros de esta novela de Émile Zola; puede que no sea una de las más conocidas, pero sin duda es una obra que no hay que dejar pasar.

Émile Zola es conocido mundialmente por ser el fundador y principal representante del naturalismo. 
Su vida no estuvo exenta de polémica tras denunciar públicamente un complot militar y reaccionario. Por ese motivo fue condenado a un año de cárcel y se exilió un año en Inglaterra. Murió poco después, según dicen, por las emanaciones de una estufa mientras dormía, aunque muchos ven detrás de ese accidente la hipótesis de un crimen político, ya que su homicidio fue reivindicado por un grupo de extrema derecha.

Sus obras más importantes comenzaron a publicarse a partir de 1868, y esta de la que hoy os hablo fue la primera que consiguió darle notoriedad. Ahora veréis por qué.

Thérèse Raquin fue publicada en una revista llamada "Artiste" e inicialmente llevó el título de "Una historia de amor". Esa versión hay que decir que estaba un poco suavizada porque por lo visto la emperatriz Eugenia era lectora habitual de la publicación. 
Posteriormente en 1867 fue publicada en un único volumen, incorporando esos fragmentos recortados.

Críticos especializados, gentes virtuosas y la prensa sensacionalista se cebaron e hicieron una crítica virulenta contra la obra y su autor, por lo que Zola tuvo que incorporar en las siguientes ediciones un prefacio explicando algunos detalles. 
Este hecho puede parecer surrealista, que el autor tenga que dar explicaciones por el contenido, sin embargo estamos viendo que hoy en día sigue ocurriendo, llegándose al extremo de que no se crítica ya el contenido de la obra sino también al autor.

La obra, como digo, recibió infinidad de críticas aplastantes por el contenido o su temática, pero ninguno de ellos fue capaz de resaltar la asombrosa complejidad psicológica de los personajes.
Las descripciones sobre los escenarios o los ambientes son espléndidas, mientras que las hechas sobre los protagonistas te ayudan a imaginarte con poco esfuerzo como eran tanto física como psíquicamente. 
En este apartado tengo que hacer énfasis en la descripción de dos personajes. Uno es Camille, el marido de Thérèse, que recuerda mucho al que Galdós hace sobre el marido de Jacinta en su obra cumbre, Fortunata y Jacinta.
El otro personaje es la protagonista que da título a la obra.

Thérèse tan solo era una niña cuando su tía se hizo cargo de ella. A partir de ese momento se ve obligada a crecer junto a su primo, un niño siempre enfermizo, y más tarde, por respeto a su tía, empujada a un matrimonio de castigo con él.
A partir de ese momento va a vivir atrapada entre la mercería y las reuniones que su suegra organiza para sus amistades. Una vida oscura en un escenario oscuro, encerrada entre individuos grotescos que nada la pueden aportar.

Las descripciones de la protagonista pueden llegar a resultar aterradoras, la tranquilidad o la indiferencia con la que asume ese matrimonio impuesto en el que no tiene ni voz ni voto. Con una obediencia siempre pasiva, va donde ellos van y hace lo que le dicen, sin queja ni reproche; con una condescendencia y una abnegación supremas. 
Quizás por eso la creación de este personaje tiene tanto mérito, porque vamos a ver un cambio completo en él. La Thérèse del principio nada tiene que ver con la que nos muestra Zola al acabar la obra.

Luego tenemos a Madame Raquin, la tía, que va a estar acompañada por un elenco de secundarios que se encargan de que la trama avance. Entre ellos aparece Laurent, un antiguo amigo de Camille que será quien haga despertar a Thérèse. Ambos se van a dejar llevar por la pasión y se arrojarán en brazos de una relación adúltera en la que no hay remordimientos y que haría sonrojar a la mismísima Madame Bovary o a Ana Karenina y que les empujará al desastre.

En la obra no hay mucha acción y la trama resulta bastante sencilla. También sabemos desde el comienzo que hay una trama para idear asesinar al marido, pero ese detalle no resta interés al desarrollo de la obra porque vamos a sumergirnos en la duda de si, al final, serán descubiertos. 

Zola nos ofrece una historia narrada de forma muy real y objetiva que va más allá de una adulterio y de un asesinato. Mezcló el naturalismo con el suspense e hizo un estudio sobre los personajes y su psicología, dando como resultado una obra que con el paso del tiempo sería considerada como maestra, a pesar de que, cómo os cuento, en su época no la supieron entender.

jueves, 9 de junio de 2022

La invitada de Jennifer McMahon

Sinopsis:

Helen y Nate dejan atrás la ciudad para mudarse al campo. Quieren construir la casa de sus sueños en un terreno rural a las afueras de un bosque. 

Cuando descubren que su magnífica propiedad tiene un pasado violento y oscuro, Helen, que era profesora de historia, quedará fascinada por la leyenda local de Hattie Breckenridge, que fue acusada de brujería hace más de cien años. 

Cuando se sumerge en la historia de Hattie y sus descendientes, descubrirá que ese linaje llega hasta la actualidad. Conforme avance la construcción de la casa, un peligro inesperado acechará a sus dueños y al resto de habitantes del lugar.

Opinión:

El tema de las casas malditas o embrujadas es un tema muy socorrido en la literatura de terror, es más, me arriesgo a ir un poco más allá al decir que una casa abandonada o en ruinas es una de las características imprescindibles en el género gótico, y cuando digo casa se hace extensible a castillo, mansión o monasterio medieval.
Parece algo ridículo tener miedo a algo que se supone que está construido para dar protección, para aislarnos de lo que se esconde fuera, pero es que precisamente ese aislamiento nos hace sentir al mismo tiempo vulnerables por estar atrapados en su interior.
Las mansiones de las que la literatura se nutre tienen unas características que las convierten en especiales; suelen estar ubicadas en lugares aislados y su antigüedad o deterioro provocan ruidos extraños de los que desconocemos su origen y que, por tanto, tienden a alarmarnos. 
También, lógicamente, en esa antigüedad que arrastran se hace imposible que no haya ocurrido una muerte entre sus muros y, aunque no haya sido de forma violenta, eso también nos coloca en una posición de alerta.
Todo lo mencionado convierten a la mansión en un elemento omnipresente que la llevará a convertirse en un personaje más.

El caso es que toda esta introducción me ha servido para hacer hincapié en la originalidad de esta novela, porque Jennifer McMahon nos ofrece una casa, sí, pero que irá construyéndose poco a poco. 
De lo que no se olvida la autora es de añadir la dosis correspondiente de terror con la incorporación de algunas características propias del género como son las leyendas locales, los fantasmas, la brujería y la ubicación aislada que aportará ese toque de soledad tan necesario para que, aunque no sea terror extremo, sí nos acompañe a lo largo de la lectura algún que otro escalofrío.
Y es que Jennifer McMahon es una escritora considerada en Estados Unidos como todo un referente para los amantes del terror. 
Habrá que seguirle la pista...

La novela comienza con un capítulo inicial que nos hace retroceder hasta 1924 y que tiene como protagonista a Hattie Breckenridge; una mujer con un "don" o una "maldición", según se mire, y que será acusada de brujería.
Después de este breve capítulo vamos a conocer a dos de los protagonistas principales, Helen y Nate, un matrimonio que decide mudarse a una zona rural en busca de la casa soñada, algo que sin duda sabéis que no existe. 

Los cambios y reparaciones que deberían hacer en las casas que encuentran supondría el agotamiento de sus ahorros, y aquí llega otro de esos detalles indispensables en las novelas de terror, la casualidad
El azar va a participar en la trama y les va a llevar a descubrir un magnífico terreno con un pasado violento y oscuro.
Tendrán que ir construyendo desde los cimientos y eso les va a permitir conseguir la adorada casa de sus sueños, en ese momento se incorpora a la trama otro elemento que aporta tensión: la obsesión, la apremiante necesidad de construir, en el menor tiempo posible, para tener sobre ellos un techo que les resguarde y que va a generar roces y conflictos. 
Está claro que la edificación carecerá del toque misterioso y antiguo, pero eso no va a ser un problema, porque irán incorporando a la construcción piezas con historia, con un pasado, como fregaderos, cornisas o vigas que le aportarán ese aspecto de tiempos pasados y que propiciarán una mayor aparición de sucesos extraños. 
Los amantes del terror ya sabéis que muchas veces los objetos son los portadores del mal...

El otro personaje principal va a ser Olive, una niña que vive en la zona y que es un poco rebelde.

Tanto Helen como Olive van a tener un hilo argumental propio con el que iremos conociéndolas en profundidad. Lo que no tienen estos dos personajes es la facultad de narrar su historia en primera persona, ya que será un narrador en tercera persona el encargado de relatar todo lo que irá sucediendo a su alrededor.
En momentos puntuales se añadirán a la narración otros capítulos retrospectivos que irán mostrando momentos del pasado, necesarios para reconstruir la historia de Hattie y sus descendientes.

Es una novela que me ha gustado mucho. 
Aporta ese toque distinto que os he mencionado al comienzo de las casas de terror; creo que actualiza un poco el género, algo que considero muy necesario para huir de los tópicos.

martes, 7 de junio de 2022

La poeta y el asesino de Simon Worrall

Sinopsis:

Cuando un poema desconocido de Emily Dickinson apareció en una subasta de Sotheby’s en 1997, un escalofrío recorrió el mundo del coleccionismo literario. Cuatro meses después, sin embargo, el poema fue devuelto por tratarse de una falsificación. 
La poeta: Emily Dickinson. Una mujer solitaria, que garabateaba versos en todo lo que tuviese a mano, para revisarlos, cada noche, frente a su escritorio. No vio ninguno publicado en vida, pero escribió más de mil setecientos mientras ayudaba a caminar a su madre por el jardín y cocía pasteles de jengibre. 
El asesino: Mark Hofmann. Un manipulador nato, un maestro de la psicología humana. Comerciante de documentos raros, creó una serie de sensacionales falsificaciones con las que pretendía socavar los principios de la Iglesia mormona, y también decidió «especializarse» en la obra de la poeta norteamericana. Un hombre que de ser uno de los más grandes falsificadores del siglo XX pasó a convertirse en un despiadado asesino.
Simon Worrall explora el filo que separa arte y artificio, genialidad y locura, en esta trepidante crónica sobre una de las falsificaciones literarias más famosas de toda la historia.

Opinión:

Hoy os hablo de La poeta y el asesino de Simon Worrall, una novela muy recomendada por libreros y en las redes, pero con la que yo no he llegado a conectar salvo al principio.
La editorial nos la presenta como una trepidante crónica sobre una de las falsificaciones literarias más famosas de toda la historia, y aquí comienzan mis peros...
 
Esa falsificación hace referencia a un poema de Emily Dickinson, pero este hecho es tan solo una premisa con la que se inicia esta obra que va a terminar girando por completo sobre el verdadero protagonista, Mark Hofmann, un falsificador y asesino. 
Emily Dickinson solo hace una aparición fugaz para después terminar desapareciendo junto con su poema y la crónica trepidante de la que nos hablan, y dar paso a una reconstrucción sobre la vida de ese sujeto criminal.

La poeta

Quizás el poema de Emily Dickinson fue la falsificación más famosa de Mark Hofmann y la que llevó a Simon Worral a conocer la larga lista de trabajos que se le atribuyen, pero repito, solo es el hecho que da pie para comenzar una historia sobre este falsificador.

Esta obra se cataloga dentro de lo que se denomina True Crime y que no es más que una historia real que se va reconstruyendo sobre un crimen.
El libro está compuesto por 17 capítulos y un epílogo. 
Solo los cuatro primeros hacen referencia al descubrimiento de un poema original e inédito de Emily Dickinson. En ellos nos van a contar cómo fue descubierto, quién fue el comprador y a través de qué casa de subastas se llevó a cabo la adquisición. 
Esta para mí ha sido la parte más interesante de toda esa reconstrucción, porque la casa de subastas se vio inmersa en una trama propia de las mejores novelas de espías.

Hofmann consiguió engañar a la prestigiosa casa de subastas Sotheby's que vendió el falso poema a una biblioteca de Amherst, pueblo natal de Dickinson.
Dicen que las constantes modificaciones que experimentó la letra de esta autora a lo largo de su vida, el que el manuscrito estuviese escrito a lápiz, sumado a la pericia de Hofmann, a la negligencia de quienes no se percataron del engaño y a los intereses económicos, hicieron que está falsificación se convirtiese en una de las más famosas de la historia.

Los máximos responsables de Sotheby's participaron en el engaño, bien por acción o por omisión, porque fueron advertidos de la dudosa procedencia del poema e incluso así continuaron con la subasta, llegando a inventar que había sido certificado por varios expertos. 
Lógicamente, a día de hoy, la prestigiosa casa de subastas mantiene que ellos son la víctima involuntaria de Hofmann.

Esta como digo es la parte que más me ha gustado, no se hace nada pesada, algo que lamentablemente no va a suceder con el resto del libro... 

El asesino

Este libro está respaldado por una ardua investigación que nos sumerge en la vida y crímenes de Mark Hofmann, un maestro del engaño que se regocijaba con el caos que provocaban sus mentiras. En pocas palabras, un individuo sin escrúpulos, apresado en su propia red de mentiras y que terminó asesinando para cubrir sus engaños.
Este personaje odiaba a los mormones, religión a la que estaba vinculado por generaciones, y empezó a falsificar documentos sobre sus orígenes como medio para descargar su ira y su frustración, y de ese modo, destruirla.

Simon Worrall hace un excelente trabajo de documentación, eso nadie lo pone en duda, pero no es necesario incluir todos los datos encontrados. 
Para mí, ese es el fallo... que peca de exceso.

Worrall nos ofrece un relato sobre cómo fue la creación de la religión mormona y un perfecto y exhaustivo estudio del arte de la falsificación, incluyendo páginas y páginas en las que se habla sobre el simple acto de escribir, sobre la postura que adoptamos, el modo en que cogemos un lápiz o bolígrafo, sin olvidar incluir aspectos de agilidad, velocidad o presión. Toda esta información es muy interesante, no digo que no, pero en su justa medida.

Dicen que esta novela se lee como un thriller, pero es que parece más un ensayo o una tesis que la reconstrucción de un crimen. 
Tantos datos hacen que se pierda la emoción en lo que se cuenta, a pesar de que las explicaciones resulten excelentes. Es como si el autor quisiese demostrar que es un experto en el tema y que ha trabajado mucho.

Creo que con lo dicho queda demostrado que el libro me ha defraudado, pero como se suele decir, siempre hay un roto para un descosido o para gustos los colores. Habrá lectores, que sé que los hay, que hablarán maravillas de esto que califican como thriller apasionante o trepidante crónica.

Frente a las máximas valoraciones que he visto por ahí, yo os ofrezco mi opinión de que algo falla, y vuelvo a insistir en que es el aporte excesivo de información.

martes, 31 de mayo de 2022

Empezamos por el final de Chris Whitaker

Sinopsis:

Duchess Day Radley es una joven de trece años que se autoproclama «proscrita». Las normas son para otra gente. Ella es la fiera protectora de su hermano de cinco años, Robin, y la figura adulta para Star, su madre soltera, incapaz de cuidar de sí misma y mucho menos de sus dos hijos.
 
Walk es ahora el jefe de policía local, pero sigue intentando sanar la vieja herida de haber sido el testigo que tres décadas atrás mandó a prisión a su mejor amigo, Vincent King, que se dispone a salir de la cárcel. 
Y Duchess y Walk deben afrontar el problema que supondrá su vuelta.

Opinión:

Empezamos por el final está considerado por The Guardian y el Mirror Express como el mejor thriller literario del 2021. Sabéis que no soy mucho de fiarme de novelas tan alabadas, pero en este caso os la recomiendo al cien por cien, no solo porque ha sido el fenómeno editorial del 2021, sino porque en esta ocasión, críticos, libreros y público hemos coincidido en que es una de las mejores novelas negras de ese año.

El encargado de hacernos llegar la historia será un narrador omnisciente. En un principio nos hace retroceder en el tiempo hasta 1975, a una ciudad costera de California, Cape Haven, la que va a convertirse en escenario de esta apasionante novela.
A continuación se retoma la narración en 2005, y a partir de ahí nos enfrentaremos a un relato lineal muy bien construido, con algunas retrospecciones, con varias tramas secundarias donde vamos a tener asegurado el suspense y con una última mitad donde los giros argumentales no darán tregua al lector. 

Duchess, la protagonista, es una rebelde. Se parece mucho a Harriet, el personaje que conocimos en Un juego de niños de Donna Tartt. Tiene tan solo 13 años, está cargada de prejuicios y chulería, pero sobre todo piensa que es capaz de sobrevivir en el mundo de los adultos. Lo que se le escapa es que todos los actos tienen su repercusión y van a terminar en terribles consecuencias para todos los que la rodean.
La diferencia entre las dos obras que he citado, es que, en esta ocasión, la protagonista va cargada de diálogos y conversaciones inteligentes, e incluso su modo de actuar resulta más creíble aunque en ocasiones pueda merecerse un buen pescozón. 

Duchess Day Radley, nuestra pequeña forajida, va a compartir protagonismo con el jefe de policía de la zona, Walk; otro gran personaje con una profundidad psicológica extraordinaria.
El resto de personajes se dividen entre incidentales y ambientales, pero todos juegan un papel muy importante en el desarrollo de la trama, dejándonos marcados con su actuación. 
Creo que Chris Whitaker ha hecho un excelente trabajo desarrollando el argumento, pero lo ha bordado a la hora de crear a todo el elenco de personajes, sin excluir a ninguno, porque resultan reales; ellos son los que arrojan el lazo y atrapan a los lectores. 

La novela os he mencionado al comienzo que es un thriller, pero realmente podría catalogarse dentro de otros géneros porque tiene hasta un ligero toque de western.