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martes, 1 de octubre de 2019

El misterio del cuarto amarillo de Gastón Leroux

El misterio del cuarto amarillo (Las aventuras de Joseph Rouletabille 01)
Sinopsis:

El misterio del cuarto amarillo
Abogado durante un breve periodo de tiempo en su juventud, luego avispado periodista de tribunales y finalmente escritor de éxito, Gaston Leroux (1868-1929) es autor de las que son sin duda algunas de las obras más populares de la literatura francesa.
Entre ellas destaca "El misterio del cuarto amarillo" (1907), clásico de la literatura policíaca y de intriga en la que su protagonista, el periodista Rouletabille (perteneciente a la estirpe del Dupin de Poe y el Holmes de Conan Doyle), se ve enfrentado al reto de despejar un enigma aparentemente irresoluble, como es el de un crimen y la posterior huida del criminal en el interior de una estancia inaccesible.

Opinión: El misterio del cuarto amarillo (Las aventuras de Joseph Rouletabille 01)

Seguro que a todos os suena el nombre de Gastón Leroux, ya que es el autor, mundialmente célebre, de "El fantasma de la ópera"; un gran clásico del género gótico ya reseñado en el blog.
Lo que no todo el mundo sabe es que, más allá de la gran obra, también fue un reconocido escritor de novela policíaca y de misterio.

Leroux curso estudios de Derecho, pero una inesperada herencia y el brillo fascinante que desprendían los cabarets de la Belle Époque, los clubs nocturnos, las bellas mujeres y un exceso de absenta, sumado al mundillo literario que se movía cómodamente entre ellos, le hicieron abandonar la profesión de abogado y abrazar el emocionante mundo literario.
Tras quedarse sin blanca empieza a trabajar en el periódico "Le Matin", a cargo de la crónica judicial, y es allí donde entra en contacto con toda suerte de individuos, desde ricos a maleantes, que serán precisamente los que le inspiren a la hora de crear los personajes de sus historias.
En 1917 publica esta novela de la que hoy os hablo, y que será la primera en la que aparezca su alter ego, el periodista Joseph Rouletabille, y que se hará cargo del protagonismo de toda una saga que le proporcionará un gran éxito, convirtiéndole en toda una celebridad.

Leroux, admirador de Poe y de Conan Doyle, se inspirará en sus obras para dar vida a un personaje, que siendo periodista como él, adopta el papel de investigador.

En este libro vamos a encontrarnos con un clásico del misterio, un crimen cometido al estilo de los de "cuarto cerrado", e incluso muchos amantes de la novela enigma dicen que en esta historia, se encuentra uno de los misterios más elaborados y originales de ese estilo.

La saga cuenta con siete novelas, ya que al llegar a ese número Gastón y pese al gran éxito que obtuvo, decidió abandonar al personaje.

Hay algo curioso en esta historia, y es la gran cantidad de semejanzas que encontramos con otras narraciones de la época...

El narrador empleado es un personaje que hace de cronista, el abogado Gaston Sainclair.
El intentará respetar la versión original de los hechos, pero, aparentemente como personaje, tiene poco protagonismo en el caso.
Es un testigo de los sucesos que acompaña, la mayor parte del tiempo, al personaje principal.
Este narrador va a relatar la aventura y desempeña la misma función literaria que el "Hastings" de Poirot.
Para todos aquellos que hayáis leído la obra de Agatha Christie os resultará fácilmente reconocible esa función e incluso encontraréis paralelismos entre los personajes.
Para los que no... yo os los cuento.
Hastings es el encargado de narrar muchas de las aventuras de Poirot. La mayoría de las veces, falla en sus deducciones, y el detective belga ironiza con la forma de pensar del personaje.
Rouletabille, nuestro protagonista de hoy, actúa del mismo modo que Poirot.
Tiene una gran capacidad deductiva y veremos, como en ocasiones, también ironiza con las pobres deducciones de Sainclair. Pero este joven reportero, es anterior a la creación de los personajes de Christie.
Como veis la literatura se nutre de la literatura, y los creadores se inspiran en lo ya leído a la hora de imaginar nuevas aventuras.
Pero sigamos hablando de paralelismos...

Los lectores vamos a encontrar más semejanzas entre este caso y otros surgidos en el campo de la imaginación, como por ejemplo, "Los crímenes de la calle Morgue" (1841) de Poe, lo que ocurre es que Gastón Leroux, dando voz a uno de sus personajes, quita algo de mérito a esas obras a las que hace referencia, mostrando que este caso del "cuarto amarillo", es mucho más complejo.
La verdad es que en eso el autor tiene razón.
El planteamiento del caso es tan original, que los lectores nos vemos involucrados, intentando desentrañar un oscuro y complicado problema; un caso que a simple vista parece no tener una solución lógica. Vamos a sumergirnos de golpe en varios misterios, no solo cómo se escabulló el criminal de la escena, sino también cuál es la identidad y el móvil que empuja a cometer el crimen.

El ritmo de esta obra, para mi gusto, es demasiado pausado, pero Leroux vuelve a hacer uso de uno de los personajes, dándole el don de la palabra para explicar el motivo...
Sainclair nos informa que la precisión del relato que afecta al ritmo, se debe a que quiere estar seguro de no omitir ningún detalle, que pueda afectar a las condiciones en las que se produce el extraño fenómeno en "el cuarto amarillo", de esa forma mata dos pájaros de un tiro... demuestra que está hecho a propósito y nos calla a los que nos quejamos de la lentitud narrativa.

Unos párrafos atrás os dije que Sainclair tiene, en apariencia, un protagonismo limitado en los hechos. Eso es cierto, lo que ocurre es que el personaje es importante en esta historia por ser el narrador, y como ya habéis visto, es el elemento a través del cual el autor se pone en contacto con nosotros, los lectores.
El será la voz de Leroux además, por supuesto, de asumir la dirección en la crónica. Hará de guía minucioso, eso ya lo he dicho y será quien añada tanto planos de los escenarios, para facilitar la comprensión del caso al lector, como anotaciones que hará Rouletabille cuando el abogado esté ausente.

Sin duda, "el misterio del cuarto amarillo" es una de las obras mejor estructuradas dentro del género, y os aseguro que os dejará ese regusto tan especial que dejan las grandes novelas de misterio clásicas.


martes, 17 de septiembre de 2019

El asesinato de Roger Ackroyd de Agatha Christie

Sinopsis:

El asesinato de Roger Ackroyd rompió todas las reglas de la novela policíaca y convirtió a Agatha Christie en un nombre reconocible.
Roger Ackroyd sabe demasiado. Sabe que la mujer que ama envenenó a su brutal primer marido. También sospecha que alguien la ha estado chantajeando. Ahora, trágicamente, le llega la noticia de que se ha quitado la vida con una sobredosis de drogas.
Pero el correo de la tarde trae a Roger una última y fatal información, que puede aportar alguna luz sobre la identidad del chantajista. Por desgracia, antes de que pueda terminar de leerla, es apuñalado por la espalda hasta morir.
Si usted no sabe nada de este libro le damos dos consejos: no comentarlo con nadie, y leerlo a toda velocidad, ya que contiene una de las mayores sorpresas de la historia de la novela negra.

Opinión:

Hace tiempo me propuse leer las obras más llamativas de Agatha Christie, y aunque muchas de ellas ya las había leído, esta vez para reseñarlas en el blog, he procurado hacerlo con más atención y detenimiento.
Lo bueno de sus historias, es que al compartir siempre los mismos elementos, es decir, un asesinato y un montón de sospechosos, tras haber pasado un tiempo, yo en concreto, tiendo a mezclar personajes y sucesos, con lo cual cada vez que releo su extensa obra, no recuerdo prácticamente ningún detalle, y cada libro aparece ante mí, como una nueva narración.

Todos los amantes de la obra de esta gran escritora inglesa, hemos oído hablar, en más de una ocasión, del título que he elegido para el leer en el taller de septiembre, El asesinato de Roger Ackroyd (1926).
Lo que no todos sabemos, es que esta novela, la cuarta que publicó, fue en realidad la que la lanzó a la fama, y está considerada no solo como una de sus mejores obras, sino también como la mejor del género policíaco.
Yo he encontrado detalles que pueden ser los motivos de considerarla así, pero supongo que habrá más...
El primero es que con cada nuevo descubrimiento la visión general del caso cambia, como si fuese un calidoscopio, y el otro, es el gran giro que nos depara el final y que desenmascara al asesino, alguien que ha sido capaz de mimetizarse a lo largo de la lectura.

Siempre he pensado que los autores de novela policíaca o enigma, debían ser grandes maestros en el arte de mentir, para poder disfrazar a la perfección a sus personajes, y Agatha demuestra serlo en esta historia, porque nos engaña desde la primera línea con gran habilidad e ingenio, al tiempo que nosotros nos vamos alejando de la verdadera realidad.
Seguimos los pasos de un asesino esquivo, que nos aleja de la verdad, y al final nos damos cuenta de que la solución al caso ha estado ante nuestros ojos desde el comienzo.
Dicen que cuatro ojos ven más que dos, y yo reconozco que ni con gafas he sido capaz de descubrir al asesino.

King's Abbot es un apacible pueblecito, cuyos habitantes tienen como único pasatiempo, "el cotilleo", y cuyo habitante más insigne es el personaje que va a dar título a esta novela, Rogelio Acroyd, aunque supongo que él hubiese preferido prescindir de ese protagonismo al que es empujado.
Todos sabemos por el título lo que deparará a Mr. Acroyd, y sabemos que el desarrollo de la historia gira alrededor de él.
Poirot, como siempre, intentará descubrir al asesino y sus motivos... pero ese no es el único asesinato que encontraremos en esta narración.
La muerte de Mrs. Ferrars, la noche del 16 al 17 de noviembre será el punto de partida para un caso, que se complica según avanza, y que nos lleva a conocer ese giro final sorprendente del que ya os he hablado.

En esta ocasión, en ausencia de Hastings, compañero y amigo del gran Poirot y que narra muchas de las peripecias del gran detective belga, nos encontramos con el Dr. Sheppard, un nuevo narrador que utiliza la primera persona.
Pero Sheppard no va a ser un narrador personaje al uso, ya que él mismo, esconde su protagonismo en un segundo plano; sus escritos solo van a ser el medio para hacernos llegar la historia.

Lo que más me ha gustado de él, es que, en ocasiones, no duda en emplear un tono cargado de ironía para relatarnos determinados hechos, sobre todo, cuando describe las dotes detectivescas de su hermana Caroline, alguien que permaneciendo sentada en casa y valiéndose de un eficiente servicio de información, formado en su mayoría por criadas y proveedores, consigue intuir pero con falta de tino.
Este último detalle, junto con el relato de Sheppard, es lo que nos hace, a la mayoría de los lectores, seguir una línea de pensamiento errónea; Sucede como con las novelas donde hace acto de aparición Hastings, el personaje llega a unas conclusiones que los lectores compartimos, pero que luego están lejos de la realidad, detalle que el gran Poirot no deja escapar añadiendo el puntito sarcástico.

Otro detalle a tener en cuenta es que el segundo capítulo, Sheppard lo emplea para presentarnos a todos los personajes importantes de King's Abbot. De esa forma, al entrar de lleno en el tercer capítulo, ya somos capaces de reconocer, sin dificultad, a los personajes que se moverán por la trama.

Para terminar...
Espero que mi pequeña reseña os haya despertado al menos la curiosidad o el instinto sabueso y os animéis a descubrir quién es el asesino; os aseguro que este libro no os defraudará.


martes, 3 de septiembre de 2019

La telaraña de Agatha Christie

Sinopsis:

Clarissa, la esposa de un diplomático del Foreign Office, es proclive a soñar despierta.
Suponiendo que un día encontrara un cadáver en la biblioteca, ¿qué haría?, se pregunta. Clarissa tiene la oportunidad de averiguarlo cuando un día descubre un cuerpo en la sala de su casa. Desesperada por deshacerse de él antes de que llegue su marido con un importante político extranjero, intenta convencer a sus tres invitados para que la ayuden y se conviertan así en sus cómplices. Cuando empieza a indagar en su entorno para descubrir al asesino, se ve sorprendida por la llegada de un inspector de policía que ha recibido una llamada anónima, y que necesita ser convencido de que allí no se ha cometido ningún asesinato...
Una brillante novelización de una de las obras teatrales de mayor éxito de Agatha Christie; una historia de desengaño y muerte que entusiasmará a los seguidores de la inolvidable autora.

Opinión:

Esta semana os traigo al blog otra reseña sobre la genial Agatha Christie, pero esta vez se trata de la novelización de una de sus obras de teatro más conocida y de mayor éxito, "La telaraña".
Esta obra fue creada para el teatro, y la adaptación, al formato de novela tradicional, fue encargada a Charles Osborne en 2008.
Este escritor, periodista y crítico, fue el único autor al que la herencia de Agatha Christie permitió producir obras adaptadas en su nombre, y lo cierto es que tras leer esta adaptación entiendo el motivo, logró captar el estilo de la autora de forma brillante, algo que no ha sucedido con Sophie Hannah, encargada de tomar el relevo, creando nuevas investigaciones para el inimitable Poirot.

Esta obra teatral fue escrita en 1954 y adornada con un humor muy fino y elegante, creo que es la única obra cómica que escribió Agatha Christie.
Clarissa, la protagonista, a la que ya conocéis por la sinopsis, tiene tendencia a gastar bromas, motivo por el cual los que la rodean, también tienen tendencia a no creerla.
Cuando la joven descubre un cadáver en la casa, momentos antes de que su marido llegue con dos  importantes invitados, la historia se le escapa de las manos.
Lo primero es convencer a sus amigos de que lo que cuenta es cierto y lo segundo, y no menos importante, deshacerse del cadáver.

Nos encontramos ante lo que se denomina como comedia de enredos o de situación, y os aseguró que la sonrisa está asegurada.
El desarrollo de la trama es complicado e ingenioso. Cada escena esconde una nueva vuelta de tuerca que complicará, más aún, la situación en la que se ven inmersos los protagonistas.

En esta obra teatral, al igual que sucedía en "La ratonera", no aparece ninguno de sus detectives fetiche, lo que sí encontraremos es la estructura que la hizo famosa: una mansión, un asesinato, y un montón de personajes, con motivos más que suficientes para haberlo cometido.
Clarissa, desde los primeros compases de esta historia, irá tejiendo a su alrededor una red de mentiras, red en la que al final, todos los personajes sin excepción, quedan atrapados.

Poco más puedo decir de una narración tan breve... si no habéis tenido la oportunidad de disfrutar de ninguna obra teatral de la excepcional autora, sin duda, esta es una de las mejores opciones, aunque se trate de una novelización, porque cuenta con notas de humor y suspense en la misma medida, y estoy segura de que no os defraudará.


martes, 6 de agosto de 2019

Tres ratones ciegos de Agatha Christie

Sinopsis:

“Tres ratones ciegos, tres ratones ciegos. 
Mira cómo corren, mira cómo corren. 
Todos corren detrás de la mujer del granjero. 
Cortó sus colas con una navaja de carnicero. 
¿Alguna vez vieron un espectáculo tan horrible, como tres ratones ciegos?”

Tres ratones ciegos, clásico thriller de la genial Agatha Christie escrito en 1952 y llevado al teatro con gran éxito, narra una extraordinaria secuencia de crímenes que tienen lugar en una casa de huéspedes de estilo victoriano.
En una fría noche de invierno, van llegando a la mansión los inquietantes inquilinos que van a pasar un fin de semana en ella.
Ante la muerte de uno de ellos, llega la policía y mediante su interrogatorio hace que la casa se convierta en una ratonera.

Opinión:

Esta obra de Agatha Christie de la cual os hablo hoy y que quizás os suene más por otro nombre, "La ratonera", está cargada de curiosidades...
"Tres ratones ciegos" fue un guion radiofónico, de más o menos veinte minutos, que Agatha escribió en 1947 por encargo de la cadena BBC para celebrar el octogésimo cumpleaños de la Reina Mary, esposa de Jorge V. La Soberana era una gran seguidora de las obras de la dama del misterio y esa fue la curiosa forma en que la emisora rindió homenaje a la monarca.

La otra curiosidad es que tras ese guion radiofónico surgió el relato breve de "Tres ratones ciegos", pero ese relato nunca ha sido publicado en Gran Bretaña por una editorial.
En Estados Unidos se publicó en 1950 y aquí en España en 1957, la mayoría de las veces perteneciendo a un volumen que contenía ocho relatos más de la genial autora. En Gran Bretaña solo apareció publicado en una revista.
Pero lo que sí alcanzo un éxito extraordinario fue la versión que se hizo para el teatro, "La ratonera". La obra fue estrenada en Londres en 1952 y desde esa fecha se lleva representando de forma ininterrumpida.

Para acabar con las curiosidades os diré que "Tres ratones ciegos", en inglés Three blind mice, es una tonadilla infantil que, según las malas lenguas, hace referencia a María Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, y a la persecución que esta inició contra tres obispos protestantes.
La reina estaría representada por la mujer del granjero y los tres ratones serían lógicamente los obispos, pero como digo es solo parte de la leyenda negra, porque según he podido comprobar por otras fuentes, la cancioncilla es muy posterior...

Y ahora sí, vamos al contenido de esta historia.
Una casa de huéspedes recién inaugurada va a ser el escenario de esta obra.
Debo deciros que me he leído tanto el relato breve de "Tres ratones ciegos" como la obra teatral, "La ratonera", y para mi gusto la narración es mucho mejor.
También he tenido la oportunidad de ver la representación de la obra teatral, y eso ya es harina de otro costal porque el resultado es impresionante, aunque entre ellas se encuentren algunas pequeñas diferencias, que eso sí, no afectan al resultado final...

Pero retomando el comentario, la casa de huéspedes va a ser el escenario y a él van a ir llegando los personajes de forma escalonada.
En el relato breve los protagonistas principales serán siete, y en cambio en la obra teatral son ocho, para ampliar más el argumento y dar más juego misterioso a la historia.

La narración está compuesta por seis capítulos, pero sin duda lo más destacable es el giro que nos depara el final.
Dicen que el final de la obra de "El asesinato de Roger Ackroyd" está considerado como uno de los más sorprendentes e inesperados de toda la obra de la maestra del suspense, pero creo que éste resulta igual de ingenioso, porque Agatha se deja guardados en la manga algunos detalles que solo conoceremos al final.

Para terminar también os diré que la historia, a grandes rasgos, me recordaba muchísimo a diez negritos, porque la trama ocurre en un lugar aislado del que los personajes no pueden escapar debido al mal tiempo y además a esto hay que añadirle la tonadilla infantil, omnipresente a lo largo de la historia, y que Agatha prescinde de incorporar al argumento las mentes perspicaces de Poirot o de Miss Marple y lo cierto... es que tampoco se les echa de menos.


martes, 16 de julio de 2019

Las siete muertes de Evelyn Hardcastle de Stuart Turton

Sinopsis:

Una extraordinaria mezcla de Agatha Christie, Atrapado en el tiempo, Origen y Black Mirror.
Lo que comienza como una celebración termina en tragedia. Los Hardcastle han organizado una fiesta en Blackheath, su casa de campo, para anunciar el compromiso de su hija pequeña, Evelyn. Al final de la noche, cuando los fuegos artificiales estallan en el cielo, la joven es asesinada. Pero Evelyn no morirá una sola vez. Hasta que Aiden Bishop, uno de los invitados, no resuelva su asesinato, el día se repetirá constantemente, siempre con el mismo triste final.
La única forma de romper este bucle es identificar al asesino. Pero cada vez que el día comienza de nuevo, Aiden se despierta en el cuerpo de un invitado distinto. Y alguien está decidido a evitar que Aiden escape de Blackheath.
Finalista del prestigioso CWA Gold Dagger Award

Opinión:

¿Habéis jugado alguna vez una partida de Cluedo?
Para los que no conozcáis el juego o no hayáis tenido la oportunidad de jugar os diré, que es un juego de investigación, en el cual debemos resolver el asesinato de un solitario millonario.
Tendremos que aportar tres datos si queremos ganar el juego: quién lo asesinó, el arma y el lugar.
Pues bien, esta novela nos va a ofrecer casi lo mismo, porque es como echar una partida a ese juego de mesa; recorreremos todas las habitaciones de la mansión, los jardines, el lago, etc... al tiempo que paseamos por dentro de los personajes intentando encontrar pistas.

Una familia acomodada, los Hardcastle, dan una gran fiesta en su mansión de campo.
En ella se anunciará una gran noticia, pero desde el título y la sinopsis, ya sabemos que la fiesta terminará en tragedia.
La trama resulta muy original, Aiden Bishop será el protagonista y el encargado de resolver la misteriosa muerte de Evelyn Hardcastle, pero para llevar a cabo ese gran reto, lo hará de una forma muy especial.
Se verá obligado a investigar esa muerte, rememorando el día, una y otra vez, hasta que dé con el asesino.
Cada día se despertará en el cuerpo de uno de los asistentes a la fiesta, y durante ocho días, entre pesquisas y desconcierto, deberá ir desentrañando el misterio.

Cada uno de sus anfitriones nos desvelará pistas, aportará su granito de arena a la resolución del caso, ¡pero ojo!, porque las decisiones que tome pueden alterar su futuro.
También contaremos con el aporte adicional de angustia, ya que también harán acto de aparición personajes que le perseguirán complicando el desarrollo de las pesquisas, porque en la casa, junto a Bishop, hay otros dos individuos atrapados en el cuerpo de invitados y criados, y solamente uno podrá abandonar definitivamente la mansión, una vez que esté resuelto el enigma.

Esta novela está escrita al más puro estilo Whodunit, ¿Quién lo hizo?, es decir, los lectores nos enfrentamos a un complicado y extraño rompecabezas y deberemos resolverlo antes de llegar al final. Pero esta novela se complica un poco más, porque también deberemos hacerlo antes de que el reloj marque el final del día.

Es una obra policíaca al estilo de Agatha Christie, eso sí, con otro ligero matiz, "Las siete muertes de Evelyn Hardcastle" incorpora también un guiño hacia el género de la ciencia ficción.
La historia en general resulta interesante, porque es la clásica novela en la que hasta el final desconocemos quién es el asesino.
Los lectores adoptamos en esta especie de juego "el modo investigador", iremos conociendo las pistas al mismo tiempo que el protagonista, y eso nos permite conjeturar y averiguar sobre lo que esconde cada personaje, y por supuesto, quién puede ser el asesino... porque todos tendrán ocasión.

Tras pasar las primeras páginas nos encontramos con un mapa de la mansión y la invitación al baile de disfraces.
En esa invitación se encuentra el primer generador de intriga:
¿Qué ocurrió entre Thomas Hardcastle y Charlie Carver, y por qué se ruega en la invitación que no se mencione dicho suceso?
Como veis, nuestra tarea será meternos en la piel de un detective; se irán resolviendo enigmas al tiempo que otros surgen a nuestro alrededor, sin darnos un solo respiro, e impulsando la trama para que no se estanque.
Todo lo que ocurre alrededor de Bishop, parece extraído de un sueño, y entre pincelada y pincelada onírica, nos vamos desplazando lentamente por la trama, como si de un gran lienzo se tratase.
Tras acabar el segundo capítulo, os aseguro que nos encontraremos ante un folio en blanco con un montón de enigmas por resolver.

La novela está dividida en ocho días, pero el relato no nos llegará de forma lineal, ya que habrá días en que lo que se cuente quede interrumpido momentáneamente, ¡el clásico cliffhanger!
La decisión que tome Bishop le obligará a saltar a otro anfitrión, y para saber lo que ocurre, para completar esa nueva pieza del puzzle, tendremos que esperar a que se de la situación idónea para que el protagonista retroceda de nuevo a ese día.

Es una novela compleja, laberíntica, porque cada uno de esos personajes en los que despierta el protagonista, tiene unas prioridades o limitaciones.
Lo primero que deberá hacer es habituarse al nuevo físico y a su personalidad.

Nos vamos a encontrar con ocho hilos argumentales, protagonizados por ocho invitados a la fiesta, pero cuyo narrador, en primera persona, será siempre Bishop, ya que está preso en cada uno de ellos.
Esa narración nos aportará distintas visiones sobre un mismo hecho, es decir, un relato a caballo entre la polifonía literaria y el multiperspectivismo.
Veremos como los invitados se cruzan e interactúan entre ellos, mostrándonos varias versiones del mismo suceso, porque cada anfitrión actúa de forma distinta, ofreciéndonos su visión, su linea de investigación y/o de pensamiento, independiente al de los otros personajes, aunque esas lineas argumentales giren siempre alrededor de lo mismo, averiguar quién mató a Evelyn.

Para terminar...
No es de las mejores novelas que he leído, pero sí resulta entretenida por su argumento y sobre todo, por la elaborada estructura, que es como hacer una casa con palillos... eso sí, debéis leerla atentamente, porque cualquier despiste os puede dejar descolgados del argumento, ya que la historia gira una y otra vez sobre sí misma, aportando pequeños detalles que hacen que la trama cambie.
Para mi gusto creo que le han sobrado cosas, y es que el toque de ciencia ficción, el enfoque que se da al final, no me ha llegado a convencer.
Respecto a los personajes, me han parecido con poca definición, lo que me complicaba el conectar con el argumento.
Aun así, pienso que es una historia curiosa y que quizás deberíais darle una pequeña oportunidad, pero eso depende de vosotros...


martes, 25 de septiembre de 2018

La dama desaparece de Ethel Lina White

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

Ethel Lina White, para los que no hayáis oído hablar de ella, es una de esas grandes escritoras de misterio británicas que lograron conquistar no solo a los lectores con sus tramas retorcidas, sino que también lo hicieron con grandes cineastas de la época que terminaron llevando sus obras al cine.
Aunque muy conocida en su época, en nuestros días su obras se han visto eclipsadas por la fama de la gran Agatha Christie, al igual que le ocurrió a otra de sus contemporáneas, Josephine Tey, otra gran autora de novela de misterio.
Esta novela publicada en 1936 llevó el título de "The Wheel spins" ("gira la rueda"), pero tras ser llevada al cine por Alfred Hitchcock en 1938 bajo el título de "The lady Vanishes", en español "La dama desaparece" o "Alarma en el expreso", las posteriores reediciones adoptaron el título de la película.

Es curioso la gran cantidad de novelas clásicas que ocurren de fondo en un tren, algo lógico ya que era un medio de transporte rápido y económico de la época, pero como digo, esa forma de desplazamiento ha dado lugar a que se liberase la imaginación de los autores y a que creasen grandes e inquietantes historias, como esta de la que hoy os hablo o Asesinato en el orient express (1934) y el tren de las 4.50 (1957), ambas novelas de Agatha Christie; Pacto de sangre de James M. Cain (1943); Extraños en un tren de Patricia Highsmith (1950)... entre otras muchas; y es que parece que las conspiraciones y asesinatos tienen un buen aliado en los raíles, porque el tren es un excelente escenario para cometer delitos, ya que en muchas ocasiones tenemos el aliciente del cuarto cerrado, nadie puede entrar ni salir.

La dama desaparece, es una novela que me ha encantado, no por el argumento que llegados al punto podría parecernos muy trillado, sino por la forma de desarrollarlo y echar el lazo al lector.
Ethel Lina White crea a una protagonista que a simple vista no nos va a caer bien, y elige para relatar a un narrador ajeno a la trama.
De esa forma evita la subjetividad o que desconfiemos de los acontecimientos que suceden alrededor de Iris Carr; porque la protagonista, además de parecernos engreída y estirada, en algunas ocasiones su comportamiento puede inducirnos a pensar que no está en sus cabales.Todo eso como digo, la forma de enfrentarnos al personaje, cambia con el tipo de narrador.

Vamos a encontrar varios elementos que convierten la lectura en adictiva y que residen en el desarrollo del argumento.

La lucha contrareloj:
Esa especie de investigación que inicia Iris y que parece que no avanza, se vuelve más intensa porque el tiempo apremia.
El tren se desplaza veloz hacia la estación de Trieste, e Iris, debe encontrar a la señorita Froy antes de que el expreso llegue a la estación y todos sus viajeros desciendan de él.

El aislamiento total:
Iris a pesar de estar rodeada de gente, se encuentra sumida en una soledad total, en parte provocada por ese irritante comportamiento que la aleja hasta de los lectores, y por otro lado, porque está encerrada en un tren donde todos parecen tener algo que ocultar.

La búsqueda de la señorita Froy se va a convertir en desesperación, porque solo Iris, de entre todas las personas que viajan en el tren, parece ser consciente de su desaparición.
Es cierto que la señorita Froy, es alguien sencillo que pasa desapercibida, ¿pero hasta el punto de que nadie la recuerde? Eso nos va a llevar a pensar que todo lo que sucede en el tren es producto de la imaginación de Iris, porque no puede ser que todos los viajeros tengan un comportamiento tan extraño, y se empeñen en negar su existencia.
¿Será la señorita Froy producto de la imaginación de Iris, fruto de la insolación o de la histeria?, eso es algo que tendréis que resolver vosotros.
Como veis, todo esto que he citado en conjunto, hace que aumente la tensión narrativa, y que en los últimos cinco capítulos el lector tenga que contener la respiración.

Esta novela, catalogada en su día como de misterio, es una novela enigma que roza el thriller; hoy en día podríamos ubicarla perfectamente en esa nueva categoría que se empeñan en denominar como "domestic noir", protagonizada por mujeres con algún problemilla; y es que el estilo de Ethel Lina es intemporal y convierte esta historia en actual.

Por poner alguna pega...
Puede parecernos que el final es algo precipitado, pero pensándolo fríamente, la historia sobre la que se construye el argumento ya ha quedado resuelta, no hay más que contar, y todo lo que se añadiese sería relleno.

Os animo a leer y conocer a esta escritora de la que en breve volveré a hablaros...


martes, 15 de mayo de 2018

El crimen del ómnibus de Fortuné du Boisgobey

Sinopsis:

Nos encontramos en París en 1878. Una joven muere misteriosamente en un ómnibus de la ciudad. El pintor Paul Freneuse —testigo de la escena—, al darse cuenta de que la joven que viaja junto a él está muerta, comienza a pensar que tal vez ha sido asesinada sin que ningún pasajero se haya dado cuenta, y comparte su deducción con su amigo Binos. Freneuse debe ocupar su escaso tiempo en completar el cuadro que presentará a la Exposición Universal, pero Binos no cejará en la investigación del crimen. El lector hará entonces un recorrido por el París más bohemio, con pistas salpicadas en cada capítulo —una aguja envenenada, el fragmento de una carta…—, una historia de amor, un par de asesinos particularmente audaces, un policía profesional…

Opinión:

Con lo primero que se enfrenta el lector cuando se embarca en esta lectura, es con un prólogo donde se nos cuenta la vida de este autor francés del s. XIX, que llegó a publicar más de 70 obras, desde 1869 hasta el año de su muerte, y que influenció a otros escritores posteriores como podréis ver más adelante en esta reseña.
Fortuné de Boisgobey, ocupa un lugar destacado entre esos autores del XIX, que se arriesgaron con la novela de detectives, cuando esta era considerada como un género menor y vulgar.
Fortuné fue el impulsor del "roman policier" y de la "sensation novel", novela sensacionalista, género literario de ficción muy popular en esa época, y que se aplicaba en tono despectivo hacia ese tipo de novelillas, donde el misterio y su resolución quedaba en manos de investigadores aficionados.

Ya os he mencionado que esta obra, influenció a otros muchos autores, dejando su impronta en ellos, como por ejemplo Fergus Hume, que reconoció que tras leer "El crimen del ómnibus", ideó un argumento similar para su famosa obra "El misterio del carruaje"; o la famosa Agatha Christie, que plasmó la misma estructura en "Asesinato en el Orient Express".
Ese esquema del que ellos se valieron y que Fortuné du Boisgobey fue pionero a la hora de emplearlo, es lo que denominamos "misterio del cuarto cerrado", del que ya os he hablado en varias ocasiones, y que consiste en cometer un asesinato de difícil ejecución y casi imposible de resolver, porque nadie pudo entrar o salir de lugar donde se encuentra el cadáver sin ser visto.
De esta forma, el crimen se convierte en un enigma totalmente hermético, y en este caso en concreto, el cadáver, elemento indispensable en este tipo de novelas, no muestra ninguna herida aparente, y ningún suceso extraño ha ocurrido durante el viaje.

Los diálogos de esta historia tendrán un papel importante, ya que a través de ellos iremos encontrando las pruebas necesarias para resolver el caso; pero también resultarán de vital importancia las elaboradas descripciones, que no se limitarán al lugar donde se ha cometido el crimen y abarcarán toda la ciudad de París, incluidas sus gentes, que se convierten en personajes ambientales. 
Llama la atención como este autor, consigue captar no solo los ambientes, sino también las escenas espontáneas que representan la auténtica vida parisina, plasmando el relato en una especie de lienzo costumbrista, porque Fortuné de Boisgobey, es un experto y, sobre todo, amante de describir ambientes, dando como resultado un magnífico cuadro que parece surgido de los pinceles de autores de la calidad de Auguste Renoir y/o Degas.

El relato nos llegará de manos de un narrador omnisciente, que dispone de un conocimiento ilimitado, demostrando gran seguridad a la hora de relatar los hechos.
Es el clásico narrador del s. XIX, que presenta distancia y objetividad frente a los hechos, se encuentra fuera del relato, no es ningún personaje ni tiene nada que ver con la trama.
Boisgobey, crea un argumento complejo, y en vez de mantener al protagonista, Paul Freneuse, que hará de investigador, ajeno a la trama que ha dado lugar al crimen, como ocurre en la mayoría de las novelas policíacas o negras, él se arriesga y lo mete dentro de ella, convirtiéndolo en testigo de excepción.

Paul Freneuse es un joven pintor con mucho talento pero de personalidad ambigua; peca de falta de determinación, pero esa falta la suple con una imaginación desbordante que le lleva a apasionarse fácilmente con cualquier cosa y se desinteresa aún con mayor rapidez, lo que le lleva a consagrarse en su arte y en una vida discreta.
Freneuse es testigo de primera mano de la muerte de una joven en el ómnibus en el que viajan.
Lo que en un principio podría considerarse como muerte natural, termina convirtiéndose en un complejo crimen.
Los extraños acontecimientos de esa noche, y las pruebas que de forma indirecta encuentra, le llevan a concebir toda una trama novelesca, a la altura de las mejores plumas del género policíaco, y eso le empujará a intentar resolver el misterio.
Como partenaire en la investigación, contamos con la ayuda del amigo de Freneuse, Binos, otro pintor, pero esta vez de talento cuestionable, ya que pasa la mayor parte de su tiempo entre borrachines de tasca.
Binos es un gran experto en discursos imperturbables, en discrepar sobre cualquier tema, y con tendencia a embarcarse en descabelladas hipótesis, lo que les llevará inevitablemente a formar el tandem pefecto. Binos destaca además de por lo mencionado, porque es perspicaz y está dotado de un fino sentido del olfato.

Si os animáis con este libro veréis como detalle curioso, que según van pasando las hojas no existe en ellas ningún tipo de investigación al uso.
El autor nos muestras las conjeturas a las que llegan los dos protagonistas, opiniones que van formando a partir de datos incompletos y muchas veces supuestos.
Antes de que los lectores nos arriesguemos a formular una hipótesis, aquí llega lo realmente gracioso, los protagonistas nos la destripan; se adelantan a nosotros y nos cuentan su parecer...
Esto que podríamos considerar como algo negativo, como unos personajes que nos boicotean, no lo es, en ello reside la gracia o la sorpresa.

El autor nos ofrece un argumento perfecto y en esa construcción va enlazando los sucesos de forma armónica.
Os he mencionado que no es una novela policíaca corriente, el autor no se reserva pistas en la manga, nos las ofrece al tiempo que a los personajes, y aquí también se demuestra que el narrador elegido es el correcto, porque no interfiere ni intenta engañarnos.

En un principio, nuestro amigo Freneuse, parece que quiere distanciarse de la investigación, centrarse solo en ese nuevo cuadro que proyecta para presentar en la Exposición universal. Es reacio a participar en esa carrera loca contra el tiempo, en la que se ha sumergido el vago de Binos, pero según van apareciendo nuevos datos, Freneuse se da cuenta de que el misterio del ómnibus le preocupa más de lo que quiere admitir.

Los protagonistas como habéis podido intuir, no tienen nada que ver con los estereotipos de la época, y dan el toque especial a esa historia que más que un relato detectivesco, es una crónica social de la época, donde también habrá espacio para conocer como son los comienzos de la Sûreté, la policía criminal francesa.

El resto del elenco de personajes, donde se incluirían personajes incidentales y ambientales, sí pueden considerarse estereotipados. Tenemos a las modelos de los pintores, muchachas corrientes, llegadas desde zonas rurales, y sobre todo, desde Italia. Conocemos mayormente a la clase obrera; los cocheros, las vendedoras de naranjas, a los borrachines que frecuentan los bares, pero también nos llegarán los brillos y el lujo de la clase elitista, que frecuenta la ópera.

Esta historia es un viaje en el tiempo al París bohemio de la Belle Époque, una novela recomendable, una joya ilustrada y recuperada por la editorial dÉpoca.


martes, 17 de abril de 2018

La casa torcida de Agatha Christie

Sinopsis:

Tres generaciones de la familia de Arístides Leónides, multimillonario griego, conviven en Inglaterra, en una curiosa mansión de estructura inclinada que el magnate hizo construir para este fin.
Una multitud de personajes se entremezcla en los pasillos y las estancias de la casa, incluidas la joven y hermosa Brenda, segunda esposa del anciano patriarca, y Sophia, su más avispada nieta, cuyo futuro suegro es comisario de policía.
La paz hogareña se trunca cuando Arístides es envenenado, ya que se sospecha que el culpable ha de ser alguien de la familia. Sophia exigirá entonces a Charles, su prometido, que haga lo posible por esclarecer el asesinato, ya que no podrá casarse con él hasta que el asunto haya sido resuelto. El caso, que contará con el apoyo del padre de Charles y del inspector jefe Tavener de Scotland Yard, se complicará con más muertes y con el hecho de que nadie tiene una firme coartada.

Opinión:

Esta es la reseña pendiente de las dos novelas que os propuse para leer durante este mes de Abril, y que tenía como protagonista a la gran Agatha Christie.
Las dos lecturas elegidas, Diez negritos y esta de la que hoy os hablo, La casa torcida, están consideradas como sus mejores obras y tienen algunos elementos que comparten.
En "Diez negritos", el título surgía de una canción de cuna de la cual el asesino copiaba el modus operandi, y en esta comprobamos que de nuevo la idea del título surge de una canción infantil:

"Érase un hombre torcido que anduvo una milla torcida.
Encontró seis peniques torcidos junto a un portillo torcido.
Tenía un gato torcido que cogió un ratón torcido,
y todos vivieron juntos en una casita torcida".

Lo que más llama la atención en esta cancioncilla, además de que la rima es pésima en nuestro idioma, es la cantidad de veces que aparece el adjetivo, torcido/a, y es de ahí de donde surge el título de la obra y también la primera pista sobre el asesino; porque torcido/a no solo significa algo que no está recto...

También vamos a encontrarnos con unos personajes que aunque no están encerrados en el lugar donde ocurre el asesinato, sí es cierto que todas sus acciones ocurren dentro de la mansión, con lo cual podríamos encuadrar esta obra dentro las novelas tipo "misterio del cuarto cerrado" y resultaría perfecta para representarla como obra de teatro.
Otro detalle que no debemos olvidar, indispensable en este tipo de misterios del cuarto cerrado, es que dispondremos de los mismos indicios que el investigador, por lo tanto igual de condiciones para resolver el caso.

Y por último mencionar que tampoco encontraremos ni a Poirot ni a Miss Marple, pero sí un protagonista que desempeñará el papel de investigador a la perfección, por lo que los lectores no echaremos en falta la deducción de ninguno de los dos personajes citados.
Ese personaje que os acabo de presentar es Charles Hayward, un joven que intentará resolver el misterio del asesinato de Arístides Leónides para conseguir el corazón de su amada Sophia, nieta del aristócrata asesinado.

Charles además de personaje investigador actuará como narrador, alguien que como nosotros desconoce lo que ocurre más allá de las puertas de la mansión de las tres chimeneas o como nosotros la vamos a conocer, La casa torcida.
Todos y cada uno de los personajes que va a ir conociendo, podrían ser el asesino, así que los lectores junto a Charles tendremos una misión común, averiguar quién es el responsable del crimen y sus motivos.

Para esta novela que fue publicada en 1949, Agatha Christie elaboró una trama sin igual, de ahí que como ya os he adelantado, haya sido considerada como una de sus mejores obras.
Además de una trama compleja cargada de misterio, destacan las vueltas de tuerca que desconciertan totalmente al lector. A eso le añadimos un elenco de personajes bastante amplio, más o menos 15, entre los que deberemos localizar al asesino.

Ahora bien, de entre esos 15 debemos descartar al muerto, a la policía y a algún personaje incidental, por lo que al final contaremos con unos diez personajes que nos van a complicar nuestra labor de detective. Tendremos que tener a punto todos nuestros sentidos, para analizar las acciones de cada uno de los posibles asesinos.
Lo normal, sería pensar que todos los personajes tienen motivos para asesinar al patriarca, pero este es nuestro primer error. Ninguno de ellos tiene motivos aparentes para desear su muerte.

Ya os he comentado en otras ocasiones que mi sentido sabueso no es muy bueno, así que esta vez me propuse prepararme a conciencia para descubrir al culpable.
Aunque es muy sabio hacer caso a los refranes, yo intenté ignorar esta vez a esa vocecilla que me decía que El hábito no hace al monje. 
Me calcé mi gorra de detective, me apropié de una lupa, e intenté afinar mis escasas dotes detectivescas. ¡No iba a permitir que se me escapase ni un solo indicio!, ya que según Agatha Christie, todas las pistas necesarias para resolver el caso estaban a la vista... así que me lancé a seguir su rastro.

Dicen que el 95% de los asesinatos son cometidos por hombres, y tan solo el 5% restante, es cometido por mujeres; esto me sirvió para ponerme en guardia, y revisé uno por uno a los personajes masculinos.
El primer problemilla surgió al leer la forma de morir, ya que normalmente esa forma de asesinar se atribuye a mujeres...
De esa forma volví a estar situada en el punto de partida y sin pistas.

La siguiente medida que adopté en mi corta carrera como detective, fue analizar las reacciones de los que directamente intentaban pasar desapercibidos; los que Agatha parecía descartar, sin profundizar en su perfil y sin darnos muchas pistas sobre ellos.
¿Creéis que acerté?
Pues tampoco, pero este nuevo error me sirvió para descubrir varias cosas.
La primera, que hay que hacer caso al refranero popular... El hábito no hace al monje
La segunda, que miraba el asunto desde el ángulo equivocado...
Y la tercera, que esto de ser detective es algo muy complicado y no está hecho para mí.

Según fui pasando las hojas descarté a ocho personajes, y me quedé solo con dos culpables, que aunque tenían los mismos motivos que el resto, parecían querer pasar por las escenas de puntillas.
¡Dos culpables, y solo uno de ellos podía ser el asesino!
Opté por uno en concreto, me la jugué a una sola carta... y como he dicho, fallé.

Reconozco que así terminó mi pequeña incursión como investigadora y alabo la gran maestría de esta autora a la hora de construir escenas y de confundirnos con ellas.
Agatha Christie fue una adelantada a su tiempo. Tenemos que tener en cuenta que este libro fue escrito en 1949, y en esa época era impensable que el asesino de esta obra resultase... el que es.
Y hasta aquí puedo contar... ya sabéis, el que quiera saber más que lea...

Otra cosa que he sacado en claro tras leer esta narración y que corrobora que soy una total negada para la deducción, es que Agatha Christie utilizó los venenos en más de la mitad de los crímenes que imaginó. De ella es la frase:

 "Dadme una botella decente de veneno y construiré el crimen perfecto".

Os animo a leer esta novela ahora, antes de que se estrene su versión cinematográfica, porque el libro estoy segura de que es mucho mejor.
Os enfrentaréis a 26 intensos capítulos y como siempre, Agatha gana y nos presenta al verdadero culpable y sus motivos, en el último.
Yo creo que no es su mejor novela, pero sí la que tiene un final tan inquietante como sorprendente.


viernes, 6 de abril de 2018

Diez negritos de Agatha Christie

Sinopsis:

Diez personas sin relación alguna entre sí son reunidas en un misterioso islote de la costa inglesa por un tal Sr. Owen, propietario de una lujosa mansión a la par que perfecto desconocido para todos sus invitados. Tras la primera cena, y sin haber conocido aún a su anfitrión, los diez comensales son acusados mediante una grabación de haber cometido un crimen en el pasado.

Uno por uno, a partir de ese momento, son asesinados sin explicación ni motivo aparente. Sólo una vieja canción infantil parece encerrar el misterio de una creciente pesadilla.

Opinión:

Hoy voy a hablaros de una autora que no necesita presentaciones, ya que sus obras continúan leyéndose y reeditándose más de cuarenta años después de su fallecimiento.
Esta escritora, era de la opinión de que el asesinato podría ser arte y valiéndose de esa fórmula, lo reflejaba en las elaboradas tramas de sus novelas, narraciones que lograron conquistar tanto a críticos como a lectores.
Me estoy refiriendo a la gran e inimitable, Agatha Christie.

Diez negritos ha pasado a convertirse en su novela más vendida y también en la novela de misterio más vendida de la historia.
En este relato que fue publicado en 1939, no aparece ninguno de sus personajes más carismáticos; ni el detective belga Hércules Poirot ni la entrometida Miss Marple, pero lo que sí vamos a encontrar, son esos elementos tan característicos y reconocibles de su obra, esos que la hicieron convertirse en la gran dama del misterio y que muchos han tratado de imitar sin mucho éxito.

El patrón que sigue en todos sus relatos, sin apenas aportar variaciones y que seguro que reconoceréis, consiste en coger un elenco de personajes bastante amplio, de lo más dispares, y añadir una muerte en extrañas circunstancias, en un escenario aislado.
Sobre este círculo de sospechosos habría que decir que todos cuentan con una coartada, pero también con un móvil, lo que convierte la narración en un relato lleno de suspense desde el comienzo. Ese suspense se retroalimenta con las elipsis, se cuenta... pero no se cuenta todo, quedan vacíos, frases en el aire, que el lector tratará de completar en su mente.

Decía Christie que el detective debía contar con los mismos datos que los lectores, de esa forma nos ayudaba en la difícil labor de descubrir al culpable y resolver el misterio. Pero con lo que no contamos es con un personaje indispensable en todas sus novelas, que sabrá más que nosotros y que lógicamente se callará detalles desde el principio, eso le lleva a ir un paso siempre por delante en nuestra investigación, y ese personaje es "el asesino".
Para descubrir el misterio y al culpable, sobra decir que solo lo conseguiremos si uno es muy avispado, y reconozco que yo no debo contar con ese don, ya que aunque me acerco no consigo resolverlo.
En mi defensa debo decir que la autora, siempre se reserva un as en la manga y en esta historia en concreto, se vale de una argucia para engañarnos, expone un argumento falso de modo tan hábil que a los simples ojos de un detective con pocas tablas y con el sentido de la deducción un poco atrofiado como es el mío, nos parece verdadero.

Pero os voy a hablar un poquito sobre el género por el que se mueve esta gran escritora.
Esas tramas tan complejas donde debemos descubrir al culpable e ir encajando las piezas como en un rompecabezas, se catalogan dentro del género policíaco o de misterio, y responden al término Whodunit¿Quién lo ha hecho?, y los grandes expertos en el tema fueron la mencionada Agatha, Ellery Queen y Chesterton.
Este género Whodunit, también tiene una variante que se conoce como "misterio del cuarto cerrado", donde el crimen se comete en un lugar aislado y los personajes no tienen posibilidad de contacto con el exterior, algo muy similar a lo que vamos a encontrar en esta obra de diez negritos.
En este caso, la señora Christie no se conformará con agasajarnos con un crimen retorcido y siniestro, sino que que todos los personajes que han sido invitados a la misteriosa isla del negro y que se encuentran totalmente aislados, empezarán a ser asesinados, uno a uno, de forma similar a las circunstancias descritas en una conocida canción infantil.

La narrativa de esta célebre autora es muy especial.
Los relatos nos resultarán muy breves, gracias a la prosa ágil y amena que emplea y a las sorpresas que va diseminando a lo largo de los capítulos. También habría que resaltar que el lenguaje empleado se ajusta a cada uno de los personajes, por lo tanto no hablará igual una señorita de la alta sociedad, que una criada; ni un general del ejército retirado, que un joven cazador de dotes...

En este relato conoceremos a diez personajes que nos son presentados nada más comenzar.
Esto en un principio puede resultarnos lioso, el ubicar a cada uno de ellos con nombres y apellidos y con los datos que aportan, pero esto también es un característica fija en la obra de Agatha Christie que no debe asustarnos, y menos en este caso, en el que veremos como van cayendo, uno a uno, como moscas...

Y poco a poco, casi sin darnos cuenta hemos llegado al final. La forma de resolver este misterio resulta sorprendente, porque como os he adelantado al comienzo, la autora no juega del todo limpio. Gracias a su maestría, eso solo lo descubrimos al llegar y leer la carta final.

Agatha Christie buscó y encontró un estilo propio con el que firmar sus obras.
Era de la opinión de que ningún escritor debería imitar el estilo de otro, por mucho que lo admirase. Decía que en ese momento se perdía la originalidad y la esencia; por ese motivo no entiendo que su bisnieto, James Prichard, presidente desde 2015 de Agatha Christie Limited, haya decidido resucitar al mítico Poirot, protagonista de 33 de sus 80 novelas, para protagonizar "Los crímenes del monograma" y "Ataúd cerrado", empleando para ello la pluma de Sophie Hannah.
Si habéis leído la reseña que hice sobre la primera obra citada, veréis que Hannah no consigue ni imitar malamente la pluma de Christie, ni tan siquiera impregnar el relato con el espíritu inconformista del Gran Poirot.

Por último solo me queda recomendaros la obra de esta autora, alguien que de forma merecidísima se ganó el sobrenombre de Reina de la intriga o gran dama del misterio, entre otros muchos...
Esta como he dicho, es una de sus mejores obras y no aparece ninguno de sus grandes detectives. Si no la habéis leído, aún estáis a tiempo de descubrir si sois un detective sagaz.
¿Os atrevéis a intentar adivinar quién es el asesino?

Curiosidades:
➤El título ha sufrido cambios dependiendo de los países donde era publicado.
Según James Prichard, bisnieto de Agatha Christie eso es a consecuencia de que el lenguaje evoluciona y actualmente el título de "diez negritos" se considera inadmisible. Ahora lleva el título de ¡Y no quedó ninguno! que queda políticamente más correcto.

➤Esta novela lleva unas diez adaptaciones cinematográficas, la primera realizada en 1945.