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martes, 16 de mayo de 2017

La casa del páramo de Elizabeth Gaskell

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

El nombre de Elizabeth Gaskell puede que a muchos no os suene de nada, pero puedo deciros que está considerada como una de las mejores escritoras inglesas de la época victoriana, y lo cierto es, que a pesar de haber escrito una de las mejores biografías sobre Charlotte Brontë o la famosísima Norte y Sur, que fue llevada a la televisión, otras contemporáneas suyas, han conseguido eclipsarla totalmente.
La mayor preocupación para Gaskell fue reflejar de forma fiel en sus obras los problemas sociales de la época; la diferencia abismal entre ricos y pobres, y sobre todo, la problemática a la que se enfrentaba la mujer. 
Esas cuestiones quedan reflejadas en sus obras con acierto, convirtiendo sus narraciones en críticas enmarcadas especialmente en el ámbito rural.

Nos encontramos ante una historia que al principio fue publicada como cuento de navidad, la verdad es que no tiene mucho de navideño, salvo que sea por el mensaje de perdón y de bondad que prevalece hasta el final...

Gaskell nos ofrece con La casa del páramo, una historia muy sencilla pero intensa, con una amplia gama de personajes que van desde los más dañinos y odiosos, hasta la dulce y angelical, Maggie.

Edwar Browne, el hermano de Maggie, es un ser totalmente egoísta, vanidoso y que carece de principios.
Desde la muerte del padre se ha convertido en el cabeza de familia, un déspota que cuenta en todo momento con la aceptación de la Señora Browne.

La Señora Browne, es para ponerla a comer a parte, una mujer que considera ley los deseos de su hijo, y que en ningún momento demuestra cariño hacia Maggie.

Estos dos personajes, enturbian con su presencia el ambiente, lo hacen irrespirable tanto para Maggie como para el lector. Al principio pensé que eran tan planos como retorcidos, pero me equivocaba, porque los lectores solo podemos sentir emociones hacia personajes complejos, bien definidos, y en esta historia, aunque son pocos los personajes que aparecen, sí encontramos en ellos un amplio abanico de caracteres; los malos malísimos, los demasiado santurrones y otros que se mantienen en el centro intentando equilibrar la balanza.

Frank el heredero del Señor Buxton, como es lógico, se enamora de Maggie.
Hasta ese momento la familia Browne ha estado baja la protección de Buxton, pero el amor de los jóvenes se ve de golpe enfrentándose a la oposición paterna.
Maggie pertenece a una familia respetable pero demasiado humilde para cubrir las expectativas que Buxton ha depositado en su hijo.

El Señor Buxton, es el otro personaje junto con Maggie que hace que la historia brille, dan ese toque dramático tan necesario para las historias de la época.
Maggie ha sido acogida en su familia, es dulce y adorable, pero no tiene ni fortuna ni relaciones, por lo que Buxton considera que no es la mejor opción para el futuro de su hijo, ya que carece de capacidad o del espíritu para ayudarle a ocupar una posición preeminente en el país. Maggie sería la criada perfecta, pero nada más...

Gaskell con este punto, busca romper las barreras sociales, esas que impedían o veían con malos ojos la fusión de clases. No pretende ofrecernos una novelita romántica, sino hacer hincapié en esas barreras que va encontrando Maggie.

Y llegamos hasta Maggie.
Su madre y hermano, totalmente egoístas, se aprovechan y la menosprecian a partes iguales, es la versión victoriana de la cenicienta, la única finalidad de Maggie es servir a la familia.
Como he dicho, es el personaje más dinámico junto con el Señor Buxton. La vemos crecer y evolucionar, sin dejar de lado sus principios y su bondad, a pesar de los contratiempos a los que se enfrenta a lo largo de la narración.
La autora critica abiertamente el papel secundario de las mujeres y sobre todo, el destino impuesto para ellas.
Maggie es un personaje muy completo, totalmente abnegado, que terminará sacrificando su bienestar por salvar el honor de la familia, convirtiéndose así en la heroína de la trama.
Salva con su forma de actuar a una familia desagradecida, que no muestra, ni ha mostrado nunca hacia ella, un solo ápice de cariño, aunque hay que reconocer que ese sometimiento al que se entrega nuestra protagonista, sin tan siquiera cuestionarlo, llega a sacarnos de quicio en más de una ocasión.

¿Pero qué pasa con la autora?
Maggie toma por primera vez una decisión, tan trascendental que cambiará su vida y la de todos aquellos que la rodean, abandona con ello ese papel pasivo y toma el mando.
Por una vez deja claro que no se va a dejar manipular ni por unos ni por otros, ¡Ay ilusa! ¡qué no habías contado con tu creadora!, en ese punto llega Gaskell y ¡ ZAS!, le corta las alas de un plumazo, como diciendo... ¡eh! ¿pero qué te habías creído? ¡Eso de salvar el mundo, aunque sea tu pequeño mundo, no corresponde a las mujeres y menos de tu época!
¡Pon de nuevo los pies en el suelo, arréglate el vestido y retoma el papel mojigato que has representado a lo largo de la historia, qué ya vendrá el verdadero paladín a salvarte!
¡No olvides que tu lugar se halla en la vida privada, en el hogar, y solo te desarrollarás en beneficio de los intereses familiares!

Así que de esa forma, Maggie abandona ese papel de libertad que no la correspondía y retoma el otro, tan acorde al siglo XIX, donde se cuestionaba la capacidad de la mujer para la toma de cualquier decisión. Y es que, como no podía ser de otra forma, Gaskell nos acerca con un relato fiel, a las grandes diferencias existentes entre clases sociales. Toma de referencia el personaje de Maggie, le concede su minuto de gloria, le muestra la realidad y los límites naturales que una mujer decimonónica no debía traspasar.

Gaskell crea pequeñas historias alrededor de cada personaje que se mimetizan con la trama central, son ellos y sus circunstancias, y ahí, es donde vamos viendo reflejada su verdadera naturaleza; esos sucesos van construyendo la trama, excelente, habría que decir llegados a este punto.
Las descripciones también son algo importante en esta breve historia.
La casa está rodeada de naturaleza y es el lugar hacia donde Maggie dirige sus pasos, arrastrándonos con ella, cada vez que sus tareas se lo permiten. Aún así, ante toda esa naturaleza que se abre salvaje ante sus ojos, Maggie se siente atada, enjaulada.
Y de esta forma llegamos al final...
Como habéis podido comprobar, ha resultado ser una excelente lectura a la que sin embargo hay que añadir un pequeño pero... y es en el final.

El desenlace es demasiado abrupto, los acontecimientos suceden de forma precipitada y el lector apenas tiene tiempo para reaccionar o hacerse a la idea de lo que le viene encima. Aún así, aunque el final es demasiado breve, aunque nos sabe a poco, esta historia es una obra que no dudo en recomendar.


martes, 4 de abril de 2017

El misterio del carruaje de Fergus Hume

Sinopsis:

Cuando un hombre es hallado muerto en el interior de un carruaje de alquiler, uno de los más distinguidos ciudadanos de Melbourne es acusado de asesinato. El ilustre joven proclama su inocencia, pero se niega a dar una coartada. Pronto se descubre la identidad de la víctima: un caballero recién llegado a la ciudad, muy bien relacionado con las altas esferas de la sociedad, y que pretendía en matrimonio a la hija de un rico hacendado, Madge Frettlby, que a su vez está enamorada de Brian Fitzgerald, un apuesto irlandés instalado en Melbourne para hacer fortuna.
Desentrañar el misterio será tarea de un eminente abogado y dos intrépidos detectives que llevarán al lector desde los más distinguidos salones de la alta sociedad, al submundo más miserable de los bajos fondos.

Opinión:

Ya sabéis lo mucho que me gusta la novela del siglo XIX.
En esta ocasión os hablo de la primera novela policíaca que logró convertirse en un bestseller.
Fue publicada en 1886, y a la muerte de su autor en 1932, se habían vendido más de 750.000 ejemplares, la mitad de ellos en los seis primeros meses tras su publicación, convirtiéndose en la novela más vendida del siglo XIX y principios del siglo XX.

Fergus Hume y el teatro.

El mayor sueño de este autor era llegar a ser un gran dramaturgo, y esa vocación se ve plasmada en esta historia, donde encontramos claras influencias del género.
El argumento parece dividido en actos, que son los que marcan de forma brusca los cambios o giros en la historia.
En el primer acto conoceremos en que consiste el misterio, y va desde el asesinato hasta la detención del joven Fitgerald.
En el segundo, nos encontramos con el juicio en su totalidad y es aquí, donde encuentro las mayores semejanzas con una obra de teatro.
La estructura de los diálogos, que son el método empleado en la ronda de declaraciones de los testigos, utilizan un estilo muy directo, haciendo uso de expresiones muy cortas que agilizan las escenas, y dando alternancia al discurso de los personajes que intervienen en esa escena.
El tercer acto se corresponde con el desenlace de la obra y conlleva una serie de revelaciones que desentrañaran el misterio que rodea al asesinato del carruaje.
En esa parte los acontecimientos se desencadenan de forma rápida y muestran de forma lineal, paso a paso la historia tal y como sucedió.
Por otro lado, no hay un gran número de personajes y en cada escena intervienen un número muy limitado de ellos. Algunos incluso desaparecen tras su corta aparición.

Un homenaje a los autores victorianos.

El libro lo componen 35 capítulos no muy extensos, y en ellos encontramos constantes alusiones a novelas y autores de la época.
Entre los referenciados podemos encontrar a Wilkie Collins, Edgar Allan Poe , Émile Gaboriau o Arthur Conan Doyle, entre muchos otros, pero quizás lo que más sorprende, son las constantes citas a escritoras, en un momento de la historia donde las mujeres, nos centraremos solo en este gremio, no estaban muy valoradas, y muchas de ellas optaban por publicar sus obras bajo seudónimo. Por eso resulta extraño a la vez que admirable, que Fergus las haga un hueco en su obra y sobre todo que de los constantes comentarios se desprenda la gran admiración y respeto que sentía por las obras de Mary Elizabeth Braddon y Anna Katherine Green, por cierto reseñadas en este blog.


¿Realismo o Naturalismo?

Las clásicas novelas victorianas se caracterizaban porque reflejaban de forma muy real la vida social de la época, en concreto sobre la aristocracia y la clase media emergente.
Pero esta historia, que muchos incluyen dentro del género del Realismo, tiene unos rasgos pronunciados que a mi me parece que pertenecen más bien al Naturalismo, ya que la trama, aunque habla de la aristocracia, profundiza bastante más en la vida callejera, adentrándose en los suburbios más marginales. Hace especial hincapié en la diferencia de clases, refleja la parte más dura y oscura de la condición humana y las taras sociales como la prostitución, las bandas callejeras o el alcoholismo.
Vemos una amplia critica social, aderezada con buenas dosis de ironía. La clase alta se resguarda tras un velo de hipocresía, tras falsas apariencias que serán un elemento fundamental en el desarrollo del argumento.

Una historia policial un tanto inusual.

No nos encontramos ante una historia policial al uso. Pensamos que al tratarse de una novela policíaca, el responsable de llevar a cabo la investigación será un detective, y eso no es del todo cierto.
Samuel Gorby es un detective que al comienzo parece que será el encargado de desentrañar el misterio, pensamos que su intervención será constante, pero poco a poco, según avanza la trama, vemos como este personaje empieza a perder fuelle y termina haciendo, como se diría en teatro, Mutis por el foro, es decir, saliendo de escena...

En ese momento, hacen acto de aparición dos personajes con bastante relevancia para el argumento. Un nuevo detective, Kilsip, con bastante más fuerza y personalidad que el anterior y Ducan Calton, el abogado defensor.
Pero tanto Gorby como Kilsip, son detectives imperfectos, con modos poco convencionales y mientras ellos se discuten el aplauso del público, Calton toma el mando de esta investigación y será finalmente quien, con su sagacidad, desentrañe la mayor parte del misterio.
Calton es un personaje muy bien definido y con el que el lector logra empatizar. Para mí, es el mejor personaje de toda la historia con diferencia.

Arquetipos

Sobre el resto de personajes no hay mucho que decir.
Podríamos hablar de Brian Fitgerald, el joven que es acusado desde el comienzo, y que desempeña uno de los papeles principales, pero no llega a cuajar.
Aunque el personaje está muy bien definido, a mí no deja de parecerme un peón, aunque necesario para el desarrollo de la trama, pero solo un peón.
Madge Frettlby, su enamorada, hija de un rico hacendado de Melbourne, tampoco me llega a convencer, y el motivo es que ambos personajes, al igual que el resto que aparecen en este relato, están demasiado estereotipados.

Las mujeres parecen tiernas flores de invernadero, demasiado ingenuas, con muy poco que decir o más bien nada, ya que su conversación resulta completamente vacía, ajustándose al canon de la época.
Los hombres, virtuosos y en apariencia inteligentes, portadores del fino sentido del humor inglés.
La clase humilde, además de tener que cargar con el lastre de la falta de cultura, aparecen cargados de defectos, faltas que no dudan en utilizar los de la clase snob para mofarse de ellos.
Entre medias de estas clases surge otra, la correspondiente a los dos detectives y que parecen mantenerse al margen de todas estas características.

Detalles

La novela incluye en la narración, cartas, fragmentos de los periódicos, transcripciones del juicio, lo que aporta un cambio en la estructura que convierte en amena la lectura.

Al final de la obra encontramos un posfacio donde Fergus Hume, nos cuenta no solo como surgió la idea de la novela, sino todas los problemas que tuvo que solventar antes y después de su publicación.

Por último, recomiendo dejar la lectura de la introducción, para el final. Creo que en ella se dan demasiadas pistas sobre el desarrollo de la trama, que en algún momento pueden llegar a destripar parte del argumento.


viernes, 4 de diciembre de 2015

El secreto de Aurora Floyd de Mary Elizabeth Braddon

Sinopsis:

El secreto de Aurora Floyd, una de las más reconocidas novelas de intriga y misterio victorianas, cuenta la historia de la bella señorita Floyd, hija única de una actriz de provincias y el noble y rico banquero Archibald Floyd,que debido a la inesperada muerte de su esposa al dar a luz, se ve obligado a criar a su hija en soledad.
Desde muy temprana edad, Aurora desarrolla intereses «poco femeninos» para la época, y a medida que crece se ve envuelta en el misterio y el escándalo. El pasado de Aurora encierra un secreto que obliga a su apesadumbrado padre a enviarla de inmediato a una escuela privada de señoritas en París.
A su regreso a Inglaterra, dos hombres se enamoran perdidamente de Aurora, el estirado y recto aristócrata Talbot Bulstrode, y el afable y sencillo John Mellish. Pero, ¿cuál permanecerá a su lado si se descubre que Aurora tiene un pasado tan «oscuro»?

Estamos ante una heroína victoriana atípica, una joven bella y apasionada de carácter fuerte y rebelde, dispuesta a desafiar el estricto código moral de su época, constituyendo una afrenta contra el ideal femenino de la perfecta mujer victoriana.
 El secreto de Aurora Floyd incluye elementos de misterio, chantaje,traición, usurpación de identidades, crímenes, decadencia moral… y lo que constituye un «final escandaloso y subversivo» para la época, que hacen de esta célebre novela la quintaesencia del drama victoriano.
Opinión:

Mary Elizabeth Braddon fue una destacada novelista en la escena literaria victoriana que cuenta en su haber con más de 80 novelas, la mayor parte de ellas pertenecientes al género de la sensation novel, un término algo despectivo que se aplicaba a las historias de crímenes, misterio y terror.
Aun así, la autora logró conseguir fama y reconocimiento gracias a este género y situarse junto a Wilkie Collins, en lo más alto del escalafón de la intriga decimonónica
Este último comentario me resulta algo gracioso.
Cuando leemos sobre autores de esa época, como Allan Poe, Anna Katharine Green, Wilkie Collins, o de la que hoy hablamos entre otros; siempre interpretamos que su novela fue la pionera o mejor del género. No hay que negar que todos son autores importantes dentro de esa clase de novelas, pero no considero a unos por delante de los otros, y es que todos en menor o mayor medida consiguieron situarse en los primeros puestos de la intriga decimonónica; aunque hay que decir que con tantos autores como eran, debían estar muy apretados en lo más alto del escalafón.

Voy a indicaros lo que más me ha llamado la atención en esta novela, en vuestra mano queda decidir si son puntos positivos para su lectura o negativos.

La gran calidad literaria de las obras elegidas por la editorial dÉpoca ha sido uno de los principales motivos para que se haya convertido en una de mis editoriales preferidas.
También hay que sumarle el gran mimo con el que cuidan la presentación, siempre incluyen como obsequio un marcapáginas y una lámina réplica de la ilustración de la cubierta.
Pero vayamos a lo realmente importante, el contenido.

Para los lectores que no hayáis profundizado en la novela victoriana voy a indicaros algunas características que en esta obra podréis apreciar con claridad.

Una característica típica que puede encontrarse en las novelas victorianas y que en ésta veremos en repetidas ocasiones, es la intrusión del autor en la narración apelando al lector. Veremos como con frecuencia interrumpe el hilo de la trama emitiendo opiniones sobre hechos y personajes con la frase: '¡Querido lector!'
Además a este detalle hay que sumarle otro importante, la autora ejerce de narrador omnisciente, pero cuidado, es un narrador subjetivo; ya que no duda en darnos en todo momento su opinión sobre algunos acontecimientos. Juega con ventaja pues conoce todo lo que sucede alrededor de los personajes. Su pasado y presente; sus pensamientos y lo más relevante para el desarrollo de la trama, lo que les acontecerá.

El lenguaje rico e incluso intrincado, que encontraréis en estas obras, para mí, es un aliciente a la hora de elegir este tipo de lecturas.
Otra característica es que la narración resulta muy real, ya que no duda en incorporar descripciones, algunas veces demasiado extensas. Esta particularidad añadida a que las obras también eran largas, puede ser el detalle negativo, pero no olvidemos que la mayor parte de las novelas de esta época, llegaban al lector de forma fragmentada, por capítulos, ya que se incorporaban en periódicos y revistas.

La contextualización histórica, social; son también elementos comunes que aparecen en todas estas narraciones.
Esas descripciones son atrayentes para los que quieran tener un conocimiento más profundo sobre esa etapa e incluso resulta curioso e interesante leer, el papel que desempeñaba la mujer en el siglo XIX.
Sobre el argumento poco se puede añadir a la amplia sinopsis que facilita la editorial.
La obra gira alrededor de un misterio que amenaza con convertirse en un escándalo social.
El tema romántico pasa a ser una trama secundaria pero imprescindible; resulta tan importante como las protagonistas melancólicas y las instrucciones morales que aparecen de forma subrepticia y que indicaban de que forma deberían comportarse las señoritas.

Los personajes que aparecen en esta narración no son muchos y van apareciendo en escena de forma escalonada, sin saturar al lector ni complicarle la lectura.
Es una novela extensa y por lo tanto en ella no podían faltar las descripciones. En este caso favorecen al lector, que puede crearse una idea clara sobre cada personaje; sus vicios, manías, pecados ocultos e incluso virtudes y recrear las situaciones en su imaginación.

Anteriormente os he hablado de lo que era la sensation novel o novela sensacionalista, pero he obviado decir, adrede, que surgió a partir de las novelas melodramáticas. Por lo tanto, la narración buscando emocionar o conmover al lector, no dudará en incorporar exageraciones entorno a la protagonista. La autora llevará al lector junto a los personajes a vivir situaciones límites. Sobra decir que al igual que aparecerán personajes emotivos y conmovedores también lo harán otros de la peor calaña.

Llegando al final, la solución del misterio resulta ser menos compleja que lo que el lector imaginaba y ocurre exactamente igual con la resolución del crimen; porque como es lógico para dar otra vuelta de tuerca y añadir más intriga a la obra, no podía faltar la aparición de un cadáver en la trama.
¿Sobran páginas? Pues sí, algunas.
Para llegar a la parte policíaca, que era la que más me interesaba a mí, tuve que leer casi la mitad de la historia, pero con eso no digo que el lector llegue a aburrirse, porque en ningún momento lo hace.
La obra podría dividirse en varias partes bien definidas:
La presentación de los personajes principales, la crónica social donde se muestra el día a día de la clase privilegiada a la que pertenece Aurora, la parte con más intensidad e intriga que corresponde al secreto que guarda la protagonista y la solución al misterio. Quizás esta última parte, para mi gusto, es la más breve y nos deja con ganas de más, porque una vez que el lector conoce el secreto y como se solucionan los problemas la trama da un nuevo giro volviéndose a complicarse...

Es una obra muy interesante para los amantes de la novela victoriana de intriga y que desde aquí no dudo en recomendaros.



martes, 11 de agosto de 2015

El misterio de Gramercy Park de Anna Katharine Green

Sinopsis:

La acaudalada familia Van Burnam regresa de un viaje al extranjero al mismo tiempo que aparece una mujer muerta en el salón de su casa. Un gran aparador ha caído sobre ella aplastando su cara, y aunque la policía sospecha que la víctima es la esposa de uno de los hijos del señor Van Burnam, éste insiste en que no la reconoce. ¿Qué hacía la mujer en una mansión que permanecía cerrada? ¿De quién son las extrañas prendas que llevaba puestas? ¿Estaba muerta antes de caer sobre ella el aparador?...
Obra maestra de la «madre de la novela de detectives», Anna Katharine Green, conocida como la Agatha Christie de la época victoriana. Su protagonista es la encantadora señorita Butterworth, brillante precursora de la señorita Marple. 
En El misterio de Gramercy Park (1897) una solterona de mediana edad, la señorita Butterworth, se convierte en detective aficionada cuando un extraño asesinato tiene lugar en la mansión contigua a su vivienda. Así da comienzo una compleja investigación llena de giros equivocados y con una intrigante trama que mantiene en vilo al lector hasta la última página.

Opinión:

Lo primero a lo que habría que hacer mención, es a la cuidada edición que nos presenta Editorial dÉpoca.
El libro presenta una sobrecubierta con una ilustración, Óleo sobre lienzo «An elegant woman» de Fernand Toussaint. El interior no se queda atrás e incluye varias ilustraciones que hacen cómoda y enriquecen la lectura.

Algunos críticos tras leer el primer libro publicado de Anna Katharine, El caso Leavenworth, cuyo protagonista era el detective Ebenezer Gryce; no creyeron, que una novela de tan preciso y complejo argumento que incluía conocimientos legales, pudiese ser obra de una mujer... Y es que a Anna Katherine se la considera como la primera mujer que escribió una novela de detectives.

El misterio de Gramercy Park fue publicada en 1897. Hay que recalcar que ésta, es la décima obra policíaca de la autora y la primera que tiene como protagonista a Amelia Butterworth.
La autora en sus libros, resalta las supuestas diferencias que existían en la época entre hombres y mujeres, haciendo un excelente retrato de la sociedad.
Aunque Anna Katherine Green se declaraba antisufragista, sí se reconocía como una mujer preocupada por las situaciones de indefensión a las que las mujeres se veían constantemente sometidas.

Nuestra protagonista, Amelia Butterworth, es una mujer fuerte que lucha contra todo lo que acabo de mencionar.
Independiente e inteligente, se enfrentará sin dudarlo y dejará en evidencia, a todo aquel que se cruce en su camino, incluido al personaje masculino de esta historia, el ya citado, detective Ebenezer Gryce.

Nos encontramos ante una historia con intrincado argumento al que se suma una crónica histórica y social.
Se supone que Amelia en El misterio de Gramercy Park, debe ser solo una mera colaboradora y el afamado detective Gryce llevar el peso de la investigación, pero al final de la lectura nos demostrarán que juntos forman un equipo excelente. Gryce aporta la experiencia y profesionalidad adquirida a lo largo de una larga carrera y Amelia la verdadera inteligencia y un método muy eficaz, la observación.

La novela tiene cuarenta y dos capítulos distribuidos en cuatro partes y uno de los fallos es el ritmo, que lamentablemente sufre de demasiados altibajos.
Otro detalle es el uso de constantes giros. Eso pensaréis que puede ser positivo... estoy de acuerdo, pero siempre y cuando no sean en exceso.
Cada personaje encargado de investigar va emitiendo veredictos sobre el caso, dependiendo de las pruebas obtenidas hasta el momento. Los abusivos giros en el argumento, hacen cambiar frecuentemente de sospechoso al lector, al tiempo que se van incorporando nuevos personajes. Eso que en un principio podría ser un buen aliciente se convierte en completamente lo contrario y terminamos aburriéndonos, no por el argumento que es muy original, sino por tanto cambio que hace que el final se haga cuesta arriba.

El gran fallo... la personalidad de la protagonista...
El personaje de Amelia se me ha hecho un poco cargante. Es petulante, clasista, estirada, prepotente y cotilla, aunque esto último, ella se empeñe en dejar claro, que no es así. Está demasiado pagada de sí misma. Me hubiera gustado un personaje más humilde y con menos dosis de orgullo.
Podemos pensar que la Señorita Butterworth, es la antecesora de Miss Marple. Otra encantadora metomentodo; pero pienso que el personaje en momentos hace que la novela provoque con su particular método de actuar un sentimiento más de fobia que de filia y eso repercute de forma negativa en la lectura. Nos centramos más en la forma de actuar de Amelia que en la investigación en sí.
Sobre la opinión que me ha generado el inspector, tampoco me voy a andar con remilgos. parece distante, en ocasiones ajeno a los acontecimientos, otras veces disperso; aunque luego veamos que no es así y que tras esa fachada anodina se esconde un personaje al que no se le escapa casi nada. La particularidad de este personaje es que apenas aparece, y cuando lo hace no conocemos su modo de proceder y como llega a sus deducciones detectivescas, no existe mención al desarrollo de ellas.

Amelia y el detective Gryce son personajes totalmente opuestos. Puede parecer una paradoja pero son antagónicos, en lo que en su forma de llevar una investigación se refiere. Son como los polos opuestos de un imán, se atraen y al final se complementan.

El gran atractivo quizás pueda recaer en la curiosidad o en el afán de conocimiento. Es interesante conocer una de las primeras obras policíacas escritas por una mujer y con un argumento innovador para la época con una forma de redactar la narración, totalmente distinta a lo que conocemos.


martes, 16 de diciembre de 2014

Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe

Sinopsis:

Un brutal asesinato de dos mujeres.
La brigada de investigación no encuentra forma de averiguar los hechos. M. Dupin, tras una investigación y deducciones lógicas, ofrece una explicación extraordinaria.
Cuento policial de detectives considerado el iniciador del género, que alcanzaría su auge con Sherlock Holmes (de Arthur Conan Doyle).
Dupin inaugura el razonamiento lógico deductivo y las bases del género policial.


Opinión:

Los crímenes de la calle Morgue escrita en 1841, está considerada como una de las primeras novelas policíacas.

La historia narra el asesinato de dos mujeres de forma extremadamente violenta.
Poe reta al lector con este relato, ya que deja las suficientes pistas y detalles a lo largo de la narración, para que el lector se inmiscuya en el caso y asuma a su vez, el papel de detective, en el vano intento de descubrir quien es el autor de los hechos.
Desde el primer momento seremos testigos del ambiente tétrico y misterioso que caracteriza toda la obra de este escritor, al igual que de su genialidad de sobra conocida por todos los amantes de la novela gótica. En esta ocasión, con tal solo 60 páginas consigue que la mente y la imaginación del lector se disparen.

Una novela única que sirvió de ejemplo para otros escritores, no solo de esa época, por varios motivos.
Edgar Allan Poe, con su personaje Dupin, creo las pautas que luego seguirían otros escritores como Conan Doyle con su aclamado Sherlock Holmes, por citar alguno.
Novelas con un gran misterio desde el principio, una trama cargada de pistas y detectives que resolvían los casos haciendo alarde de grandes dotes de deducción, imaginación o lógica. En otras palabras... introducción al misterio, desarrollo de la trama y resolución del caso.
También el misterio que se esconde tras las páginas de este relato, un crimen en una habitación cerrada por dentro, ha servido de ejemplo para crear otras muchas obras. La última sin ir mas lejos de Sophie Hannah y su exagerado Poirot.

El único pero que se le puede poner a ésta narración breve, son las primeras seis o siete páginas, donde se hace una breve introducción sobre el poder analítico y la deducción, pero el resto resulta totalmente brillante.
Un relato breve muy recomendable e indispensable para todos los amantes del thriller o de la novela policíaca.