jueves, 28 de abril de 2016

Volver a Canfranc de Rosario Raro

Sinopsis:

Un andén, unas montañas, unos héroes y, al final, la libertad La historia olvidada de una estación mítica que cambió el curso de una guerra
Marzo de 1943. Agazapados dentro de una habitación secreta, varias personas contienen la respiración mientras aguardan a que el sonido de las botas reforzadas con metal de los soldados alemanes se aleje. En la estación internacional de Canfranc, en el Pirineo, la esvástica ondea sobre la playa de vías. En medio de la oscuridad, Laurent Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte arriesgan sus vidas para devolverles la libertad.Volver a Canfranc es su historia. Jana y Esteve, armados tan solo con la valentía que da el amor, lucharon porque miles de ciudadanos judíos consiguieran atravesar esta estación mítica. Además de ellos, otras personas guiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror y ayudarlos. Para miles de perseguidos por el régimen nazi la esperanza se llamó Canfranc.

Opinión:

En muchas ciudades de Europa central, entre la ceniza tras los bombardeos, los escombros, los techos de los refugios y el miedo, resonaban ocho letras como un salmo entonado en varios acentos, a veces pronunciadas de forma irreconocible, pero que se referían a un único destino. 
La esperanza entonces se llamaba Canfranc.

En este libro se mezcla ficción con hechos reales constatados, donde se narra un episodio olvidado de nuestra historia y se confirma la tan entredicha no beligerancia de España en la II Guerra Mundial.

Pero como en toda historia novelada, hay algo que tenemos que tener en cuenta. La autora se ha permitido algunas licencias históricas en momentos puntuales, como indica al final de la novela.
Considero que son datos poco importantes, como el cambio del nombre verdadero del jefe de aduana de la estación, Albert Le Lay por el de Laurent Juste, o de alguna nacionalidad, pero es que poco importan esos detalles frente a los hechos horribles que se recogen en esta historia.
Otros datos se han inventado con el fin de dar más romanticismo a algunos momentos o incluso más heroicidad si cabe a otros, y por supuesto, algunos personajes también son ficticios, pero sirven para homenajear a esos héroes anónimos de ambos lados de la frontera, que guiados únicamente por la generosidad, ayudaron a salvar tantas vidas.

En 1942, el ejército alemán había tomado la estación internacional de Canfranc en Huesca, como si se tratase de un territorio más de la Francia ocupada.
El argumento de la novela, traza un recorrido breve, de apenas dos años, comienza a principios de 1943 y finaliza en septiembre de 1944.

Llegado a este punto, quiero hacer un par de aclaraciones, porque esta obra no es solo un reconocimiento póstumo, un relato más ambientado en la II Guerra Mundial ni sobre la persecución a la que se vieron sometidos los judíos.
Tampoco su argumento está compuesto únicamente por una trama lineal. Para que tenga consistencia la historia, es necesaria apoyarla con otras que van surgiendo y que corren paralelas, sin alejarse del tema central.
A través de esas pequeñas tramas, de sus personajes, iremos conociendo datos indispensables para el desarrollo del argumento.

La obra está dividida en cinco partes más el pequeño prólogo del comienzo y el epílogo final.

Contamos con una protagonista, Jana, que aunque el peso de toda la obra recae sobre ella, no deja de ser un personaje de ficción. Eso sí, representa a todos esos valientes que pocas veces se recuerdan, pero que ayudaron a cientos a alcanzar la libertad.
También conoceremos a Laurent Juste, el jefe de la aduana internacional de la estación; a la joven Valentina; al bandolero Esteve Durandarte; a Didier el maquinista o a Montlum, un músico metido a panadero; por citar algunos.

Pero como he dicho además de estos personajes y sus tramas, imprescindibles para conocer los acontecimientos que tuvieron lugar allí, hay otros temas que acaparan toda nuestra atención porque tienen presencia constante en el libro:
  • Los tejemanejes que realizaban supuestos países neutrales como Suiza y Portugal. A España no lo incluyo, en lo de neutral, prefiero dejarlo en no beligerante, porque la neutralidad era algo ambigua y clara la simpatía que existía entre nuestro país y Alemania. Al final, es cierto que terminó declarándose neutral, pero no lo fue hasta que se vio un claro vencedor en la contienda.
    Los trenes salían de Suiza cargados de oro y cruzaban nuestro territorio, al tiempo que de nuestras ciudades salían con el Wolframio también llamado Tungsteno, necesario para las fabricas de armamento alemanas.
  • Contamos también con un capítulo bajo el título de El espanto, dedicado a la limpieza y pureza de la sangre aria. Esa criba que realizaban los nazis con su propia gente eliminando a todo aquel al que consideraban inferior.  Desde alcohólicos, discapacitados psíquicos, inválidos, sordos, ciegos, homosexuales, hasta gitanos, gentes de distintas creencias religiosas o políticas.
  • Se recoge también la huida no solo de personas anónimas, también de un grupo de intelectuales entre los que se encontraba Max Ernst, pintor, escultor, poeta; el hermano del escritor Thomas Mann y su familia; el poeta y novelista Franz Werfel; la compositora Alma Mahler o el marido de la bailarina Joséphine Baker.
  •  También de forma muy sesgada encontramos un homenaje a los libros, esos grandes olvidados que eran quemados en Alemania. Aquí se les trata con respeto, como evasión, y no únicamente porque sus tapas llevasen ocultos mensajes encriptados de la resistencia.
    Jana y Durandarte son también un homenaje a nuestro Quijote, pero para saber que relación tienen con esta obra tendréis que llegar al final de la novela.
Considero que es una obra bastante completa que me ha sorprendido gratamente.
La mezcla de géneros la equilibra y la hace destacar sobre otras de argumento similar. Mezcla de forma acertada los datos históricos con la novela de espionaje, añadiéndole intriga y tensión en algunos momentos, por supuesto dejando también su espacio a las escenas románticas y otras conmovedoras que nos harán bajar la guardia.


Por poner alguna pega, debo mencionar que el edificio en sí, esa preciosa construcción que parece más una catedral que una estación de tren, pasa a ocupar un lugar demasiado secundario en la obra. La fonda La Serena, que ocupa en esta historia el mismo lugar que el Café de Rick de Casablanca, donde se pasa información o desinformación, tiene casi más relevancia.
Al igual sucede con la cantidad de trabajadores que debía haber diariamente en la estación o en el Hotel Internacional. Salvo Jana y otra camarera de habitación, el resto son omitidos casi al completo. Ni siquiera recuerdo haber leído una aparición donde haga acto de presencia el director del hotel.

Para ir terminando...
Volver a Canfranc, además de ser lógicamente la frase que da título a la obra, es una oración que esconde mucho más, una esperanza, la de todos aquellos que por ideas, creencias o simplemente por ser diferentes, se vieron obligados a huir.
Canfranc fue una puerta hacia la libertad.
Unos hablan de que fueron cientos de vidas las que se salvaron, otros hablan de miles, pero lo cierto es que para los personajes reales que lo hicieron posible, tan solo con salvar una vida habría sido suficiente, aun a riesgo de exponer la suya y tener una muerte mucho más cruel que la que esperaba a los que eran capturados huyendo del régimen del terror.

Solo nos ha sido dada una vida, pero con esta podemos salvar muchas otras. Recuérdalo


viernes, 22 de abril de 2016

Hombre sobre una escultura de Álvaro del Olmo

Sinopsis:

Ésta es la vida de un grupo de amigos (un fotógrafo, una actriz y el crupier de un casino) que acompañarán a Hércules Degard, protagonista y narrador, en su extraño intento de transformar la sociedad a través del arte.
Los sueños y la vigilia de Hércules se entremezclan así con una sutil operación de desfalco que se verá amenazada por la pronta aparición de una antigua musa del protagonista, que encierra más de un misterio.
Álvaro del Olmo nos ofrece con su primera novela, una apuesta brillante; una creación curiosa, inquieta y provocadora. Una magnífica obra, sin un lugar ni tiempo definidos, que nos sorprende con un estilo arriesgado y original que será difícil de olvidar.

Opinión:

"Se admiten apuestas absurdísimas siempre que estén claramente justificadas".

Siempre he pensado que hay algunos escritores calificados como "difíciles de leer". De esos que nos obligan a sumergirnos en una lectura detenida y atenta, donde solo los valientes y los perseverantes son capaces de salir airosos.
Reconozco que nos encontramos ante una apuesta audaz que me ha supuesto todo un reto.
A lo largo de toda esta aventura, Álvaro del Olmo ha logrado mantenerme en suspense, no porque esta novela sea de intriga, sino porque resulta del todo desconcertante. No sabes por donde va a salir el autor, no puedes prever que giros dará la trama y menos aún, hacia donde encarrilarán los pasos los personajes.
Resulta totalmente imprevisible, casi un sinsentido, que despierta la curiosidad del lector estimulándolo. Nos hace pensar según leemos y también, tras haber finalizado la obra.

En algunos momentos me ha resultado interesante, intrigado e incluso sorprendido. Los ambientes aunque difusos como en un sueño, están muy logrados... pero en general, no me ha entusiasmado. Me ha exigido demasiado esfuerzo que al final no se ha visto recompensado. Creo que una novela es para disfrutar, entretener y la alta concentración hace que se pierda el objetivo primordial.
No he logrado encontrar ese pequeño detalle, esa chispa que convierte en especiales y casi propias, a algunas lecturas.

Los personajes nos muestran como son sus vidas, todo narrado en primera persona a través de la mirada de Hércules Degard, el protagonista. Más adelante descubriréis que este personaje es alguien demasiado especial.
¿Y qué ocurre? Pues que cuando en un entorno hay alguien especial, ese ambiente se contagia también de sus excentricidades afectando a los que le rodean, y eso precisamente, es lo que le ocurre a esta historia, es especial.
Lamentablemente, tampoco he logrado conectar con Hércules. El exceso de irrealidad que le persigue, que se convierte en una constante algo exagerada, le ha alejado de mí. En un principio creí reconocer una sombra e incluso un reflejo de Murakami, pero poco a poco, esa sensación se fue disipando, hasta desaparecer por completo.

Reconozco, que me ha costado esta lectura, he tenido que concentrarme y en más de una ocasión repetir lo ya leído. Pero ocurre algo extraño... y es que según avanzamos, nos adaptamos, y la dificultad parece ir desapareciendo ante nuestros ojos.
También debo decir al respecto, que te queda una sensación muy reconfortante cuando logras terminar uno de estos libros, complejo, con una prosa elegante y un léxico exigente, que no está destinado a todos los lectores; o más aún, si al final, logras comprender la finalidad de lo escrito, llegar al punto donde el autor quería que llegásemos.

El protagonista, Hércules Degard se debate entre la realidad, lo onírico y el delirio.
El surrealismo que le envuelve, da la mano a un sistema particular de ver la vida, en un intento de cambiarla y en una búsqueda constante de la trascendencia.

El monólogo interior que nos lleva a conocer sus pensamientos más trascendentales; la obsesión por Oko, ese otro personaje secundario que bien podría haber sido extraído de alguno de los libros de Murakami; junto con su curiosidad o el vano intento por comprender el arte; componen una de las piezas fundamentales sobre las que se construye esta obra.
La otra pieza que complementa al monólogo, son los diálogos de los personajes, y esos diálogos, son el otro elemento predominante y clave para el desarrollo del argumento.
Una historia abstracta, que mezcla realidad con ficción sin previo aviso, que se aleja con diferencia de cualquier obra que haya leído anteriormente.


La novela cuenta con un número muy limitado de personajes. La reacción disparatada de cada uno de ellos en determinados momentos, llega a rozar el absurdo o puede que la genialidad.
La dificultad de ubicar la trama en un tiempo concreto, ese surrealismo presente en toda la obra, me recuerda a los vídeos en los que aparece ese genio de la pintura, que era Dalí. Y es que esta obra, en algunos momentos, realmente tiene tintes Dalinianos.
Puede que me equivoque con el análisis. Que esta narración y mi imaginación se hayan confabulado creando, y plasmando después, una versión distorsionada de lo leído, pero es que esta obra tiene muchas lecturas.
Es como si estuviésemos ante un lienzo en blanco, aun sin pintar, y según leemos vamos dibujando. Está claro que nuestra obra final no tendrá nada que ver con la del compañero de al lado.
Cada lector obtendrá una visión distinta y prestará atención a detalles concretos, que para otros nos pasarán totalmente desapercibidos.
Lo mismo ocurrirá, si la leemos varias veces, en cada una de ella hallaremos algo distinto, que obviamos la primera vez.
Porque según el día, según nuestra concentración, receptividad, el grado de imaginación o creatividad del lector, parece que el libro cambia ante nuestros ojos.
Puede parecer complicado, tanto la lectura como la explicación, pero es que este libro se adapta perfectamente a la definición de "Ambigüedad".
Ocurre exactamente igual con las obras de arte, cada individuo creará una interpretación distinta dependiendo de la obra que estén contemplando. Porque el Arte no es más que la visión del autor sobre algo en concreto.
Una novela totalmente impredecible para la cual hay que estar preparado.
Si lo que buscas es algo sencillo, esta obra no está destinada para ti.
Si lo que buscas es un reto...¡Adelante!

Imagen 1: La persistencia de la memoria (Salvador Dalí 1931)
Imagen 2: La tentación de San Antonio (Salvador Dalí 1946)



domingo, 17 de abril de 2016

La pieza invisible de Pedro Martí Martínez

La pieza invisible (César Giralt 01)
Sinopsis:

Tras el asesinato de su hermana; preso por la ira, César Giralt ejecutó al encerrador, el mayor asesino en serie que el país haya conocido. En los siguientes tres años, el inspector jefe se sumió en una espiral de culpabilidad que le acercó peligrosamente a la autodestrucción. Con la ayuda de su fiel subinspector y amigo, Gabriel Pérez; el laureado inspector jefe de la comisaría de Sant Martí de los Mozos de escuadra de Barcelona consigue levantar cabeza y volver al trabajo. El veinticuatro de agosto de 2.012, Marcos Vidal, un inspector de policía y antiguo amigo de César, se suicida lanzándose desde lo alto de un edificio. La viuda del policía no cree que su marido se haya suicidado, y buscará la ayuda del antiguo amigo de Marcos. Lamentablemente, Celia Rivas sólo consigue la negativa de César a inmiscuirse en una investigación que no le concierne y que ha sido archivada. Sin embargo, unos días después de su encuentro, César Giralt recibe una noticia que le sobrecoge: Celia Rivas también se ha suicidado.

Opinión: La pieza invisible (César Giralt 01)

"Una novela negra, moderna, que trata de mirarse en el espejo de las grandes novelas nórdicas de la última década". 

De esta forma es como Pedro Martí contactó conmigo por primera vez. Estaréis de acuerdo en que la frase de contacto, es una excelente presentación para un libro.

Es cierto que Pedro Martí puede estar influenciado por las novelas nórdicas, "¿quién no lo está? si en los últimos años han invadido el mercado", pero por suerte, ésta supera con diferencia las que he leído. Y es que a mí sinceramente, las obras policíacas que vienen del norte, más allá de nuestras fronteras, me dejan fría,como su clima, y aún no he encontrado una que me llene por completo .
¿Por qué considero que este libro supera a cualquier novela nórdica? 
A grandes rasgos, porque los hechos que se narran, aunque pueden suceder en cualquier lugar del globo, nos resultan más reales, ya que trata temas de actualidad que nos tocan de cerca.
La historia transcurre en un escenario de sobra conocido, Barcelona 2012, y me dejo para lo último el papel que desempeñan los personajes, porque lo considero de vital importancia.
Los protagonistas de novela nórdica resultan más fríos, más distantes y carecen muchas veces de la empatía, de la cercanía o del humor, de un protagonista de carácter mediterráneo.
Dicho esto voy a centrarme en argumentar un poco lo encontrado.

La pieza invisible, es una obra muy curiosa que se mimetiza jugando al despiste con el lector. En momentos puntuales cumple con todas las características del género negro y un capítulo después, cambia adaptándose al policíaco e incluso al thriller. Todo esto sacando totalmente airoso a su autor.

La trama es dinámica, perfectamente hilada y los diálogos de los personajes colaboran a ello.
La prosa ágil y sencilla, accesible para todo tipo de lectores. Cada reacción de los personajes, cada acto o gesto que realicen, tiene consecuencias y queda reflejado en la narración, lo que nos lleva a unos personajes, sin excepción, redondos.
Si se tratase de simplificar la reseña, sería muy sencillo hacerlo:
Intriga cien por cien.
Comienzo impactante, desconcertante; con un desarrollo soberbio, sin fisuras y un final elegido a la perfección.

La novela comienza con un asesinato.
Directamente el autor siembra la intriga al tiempo que nos despista.
¿Quienes serán los personajes que se ven involucrados en esa escena?
Antes de descubrir ese misterio y entender como han llegado hasta allí, aún le quedan al lector bastantes capítulos por delante, todo un desafío al lector gracias al ingenio del autor.

Respecto a la estructura de la novela, nos encontramos con la clásica narración Ab ovo, ya sabéis, la narración relata los hechos partiendo de un momento en concreto, en este caso del primer capítulo que ya he mencionado y que puede considerarse como prólogo.
A continuación, tenemos la introducción, aproximadamente los cuatro primeros capítulos numerados; el nudo y el desenlace que lo sitúo alrededor del capítulo XXVII.
Al final encontramos un epílogo, que al igual que el capítulo introductorio, no hará más que seguir sembrando intriga en el lector, ya que ese pequeño fragmento no es más que un avance de la que será la siguiente novela de esta saga y que llegará con el título de "Donde lloran los demonios".



Siguiendo con la primera, ésta es una historia plagada de referencias literarias donde podemos apreciar no solo la pasión por Auster de César Giralt el protagonista, sino también, "deduzco" que de Pedro Martí, el autor de esta obra.
También encontraremos constantes giros al mundo del cine y un homenaje al ajedrez, juego que aparece presente en varios momentos a lo largo de la obra.

Antes os hablé de que la totalidad de los personajes resultaban redondos, por lo tanto voy a pasar a presentároslos, pero de una forma distinta, haciendo un guiño hacia el juego del ajedrez y asignando una pieza a cada personaje. Blancas para los buenos y negras para los malhechores.

El Rey, la pieza más importante y cuya captura es el único objetivo del juego.
Ya tenemos al personaje principal, César Giralt. Un hombre atormentado, de carácter analítico que se enfrenta posiblemente al caso más complejo de su trayectoria policial. Un personaje tan completo como complejo, pero excelentemente construido.
Por su puesto el personaje que cumple la función de antagonista de César, "no os voy a revelar su nombre", también estará representado por la ficha del otro Rey.

La descripción de los personajes secundarios la voy a comenzar con el compañero de César, el subinspector Gabriel Pérez, otra pieza fundamental en esta trama y que podría jugar en la posición de Torre. Podríamos decir que César y Gabriel son dos polos opuestos, respecto a comportamiento, pero que forman el tandem perfecto, se equilibran.

Dalia Torres, otra Torre, por lo tanto otra subinspectora que aparece a partir de la mitad de la novela y que al igual que el resto de personajes secundarios, será decisiva para la buena resolución del caso.
¿Por qué he decidido que Dalia y Gabriel sean las torres? pues porque una torre con la ayuda de su rey puede dar jaque mate al rey enemigo en un tablero vacío, mientras que el alfil o el caballo no pueden. 
 
Silvia, la sobrina de César, la Reina o Dama indiscutible. Lógicamente también es un personaje de peso. Una adolescente, madura, sensata, responsable que se aleja del estereotipo que tenemos hoy en día de la juventud y que en ocasiones se turna con Gabriel Pérez para hacer de Pepito Grillo del Inspector Giralt.
En este momento tendría que seguir asignando piezas, Celia y Marcos podrían asumir el papel de alfiles, ya que tienen un papel importante en toda la historia y sin ellos no habría caso.
Los caballos... El comisario Dávila y algún agente de inferior rango; los peones, todos los que ayudan a resolver dudas para la investigación.

Los fallos...
En la Segunda edición que es de la que yo dispongo, hay un par de erratas sin importancia, casi inapreciables que según me han dicho están pendientes de corregir para las próximas ediciones.

Como podéis comprobar, nos encontramos ante un adictivo debut literario que lo tiene todo para convertirse en uno de esos libros, de esas pequeña "delicatessen literarias" que empiezan a conformar esa literatura en auge que no paro de citaros a lo largo de las reseñas, novela negra o policíaca de fabricación casera, es decir "Made in Spain".
También es muy gratificante toparnos de vez en cuando con autores noveles de semejante calidad literaria.
Y es que, por desgracia, las listas de superventas están llenas de autores ya consagrados que arrastran consigo falsos aduladores y que lamentablemente para los lectores, no ven el momento adecuado de tomarse un respiro y llenan el mercado con obras infumables.
Es muy triste que en este país venda más un nombre que la verdadera calidad de una obra.
Pero también tenemos la otra cara de la moneda, los famosillos que de la noche al día se sienten escritores y deciden ponerse a escribir, valiéndose de ser caras conocidas que salen constantemente en los medios de comunicación; ya sea como presentador, contertulio o diana de los flashes de la prensa.
Y es que a día de hoy, con solo cumplir alguno de estos requisitos, ya puedes escribir un libro y te llueven las editoriales... y ¡ojo!, aquí no critico a las editoriales que no desperdician el filón que tienen delante, ni tampoco a quienes compran esas obras que considero de dudosa calidad literaria, al igual que tampoco persigo el fin de hacer proselitismo, intentando convencer a nadie sobre lo que tiene que leer.
Para terminar solo deciros, que según dicen, la próxima entrega será mucho, pero que mucho mejor...


domingo, 10 de abril de 2016

El próximo funeral será el tuyo de Estela Chocarro

Sinopsis:

«El próximo funeral será el tuyo» es una de las amenazas que recibe Rebeca Turumbay, profesora de arte en la universidad y empleada de la fundación del Teatro-Museo Dalí de Figueres, a los pocos días de llegar a Cárcar, el pueblo en el que ha decidido pasar las vacaciones. Es allí donde nació su abuelo Ángel Turumbay, y ella va con la intención de conocer algo más sobre su historia, de la que nunca le han hablado. Pronto averigua que algo turbio rodea a la figura de su abuelo, y que quizá tenga que ver con el silencio que se cierne sobre el asesinato de la joven Celia Urbiola en el año 1945.
Rebeca pondrá en peligro su vida para esclarecer este antiguo crimen y para ello deberá enfrentarse sola a un macabro juego, en el que nada ni nadie es lo que parece.
 Unos entrañables ancianos serán sus mejores aliados y junto a ellos, con la ayuda de Víctor, un joven periodista local, irá desentrañando la verdad sobre los terribles hechos del «crimen de Cárcar» en el que muchos de los habitantes del pueblo, de una manera u otra, estuvieron involucrados.

Opinión:

El argumento de la novela no está mal, pero no llega a convencer, no me ha entusiasmado...
Las reseñas leídas crearon unas altas expectativas que yo no he visto cumplidas.

Podría dejar la reseña así, pero dado que la finalidad de este blog es fomentar la lectura e incitar a leer, siempre sin imponer opiniones, considero que esos puntos negativos encontrados en la obra se deben argumentar.

La novela da comienzo en 1945 y tras un breve capítulo salta hasta la actualidad, situando la acción en julio de 2010, en la llegada de la protagonista a Cárcar.
Como habéis leído en la sinopsis, nos encontramos con la historia de Rebeca, una joven que vuelve al pueblo donde nació su abuelo para conocer algo más sobre su pasado.
Rebeca en su búsqueda, entrará en contacto con algunos de los habitantes del pueblo, a través de los cuales iremos conociendo el pasado y la historia negra que esconde el pequeño municipio.

Por lo tanto ya tenemos la localización, Cárcar (Navarra) y alrededores.
Esos serán los escenarios por los que transcurre la trama y aquí es donde encuentro lo que podría catalogar como uno de los fallos principales de la novela.
Puede que la autora no sea muy prolija a hacer grandes descripciones, pero la localización es perfecta, invita a realizar un pequeño cuadro costumbrista.
Creo que para un autor es más fácil escribir sobre lo que se conoce, puede que sea un error pensar eso, pero al menos yo esperaba encontrar una descripción más amplia, por poner un ejemplo, del pueblo, de la iglesia, de la plaza, de los paisajes e incluso de sus habitantes.

Nos encontramos con un libro de trama interesante, todo hay que decirlo.
Desde el primer capítulo la autora siembra intriga en la historia. Las amenazas, los atentados contra la vida de la protagonista empiezan a suceder, y son precisamente esos sucesos continuos, los que mantienen en vilo al lector.
Los personajes secundarios que van incorporándose a la narración colaboran generando intriga. Todos aparecen como posibles sospechos, dudamos de ellos sin excepción y al eliminar a uno, otro pasa a ocupar su lugar.
También hay que decir que los personajes de esta novela no son muchos, pero sí es cierto que todos tienen algún motivo para ser el culpable.

El tono general de la obra es el propio de una novela negra. La historia está narrada de manera ágil, con un lenguaje sencillo, por lo que la historia avanza, pero hay algunos detalles que encontramos a lo largo de la lectura, para mí completamente incoherentes, que restan intensidad y dejan descolocado al lector.

La protagonista se limita a preguntar escasamente a un par de habitantes y deja que las noticias, o los avances de su pequeña investigación particular, le lleguen por interpelación del espíritu santo o por generación espontánea.
Aclaro esto:
Preguntar a un par de ancianos de una residencia, es correcto, pudieron conocer a su abuelo;pero si se cierran en banda yo intentaría recabar información por otros medios, en otros lugares...
Si sale a la luz un tema de asesinato, en el que supuestamente el abuelo estuvo involucrado, hay lugares a los que dirigirse para conseguir información, cuartel de la guardia civil, policía foral o en su defecto al cuerpo de seguridad del estado que tenga las competencias de esa zona y la documentación de la época en la que ocurrieron los sucesos.
Sobre las amenazas que recibe y los atentados hacia su persona, por supuesto lo habría denunciado, algo que ella prescinde de hacer alegando una justificación absurda.

La estructura de la novela, en algunas ocasiones, también resulta un pelín caótica.
Dentro de un mismo capítulo, no es que se llegue a interrumpir bruscamente una escena, pero da esa sensación al saltar sin preámbulos a los hilos de otros personajes, con lo cual el lector en esos momentos se queda desconcertado, le cuesta reaccionar y ubicarse en la nueva escena, con el nuevo personaje.

También se incluyen o se citan datos que en un principio parece que tendrán alguna relación con la historia, pero luego se descubre que no es así.
Creo que un autor debe prescindir de dar datos sin sentido o sin ninguna relevancia. Sembrando esos datos lo único que provoca en el lector es desconcierto y no considero que en este caso sea sembrar pistas falsas para engañar al lector.

Los personajes están poco definidos y sus reacciones, en ocasiones, no resultan lógicas, incluso llegando a afectar al argumento que pasa a depender demasiado de las casualidades.
Esta claro que las casualidades son un elemento casi imprescindible en la literatura, pero una novela, no puede depender al cien por cien de ellas.
El personaje al que más llegamos a conocer es Rebeca, pero su actitud respecto a la gente del pueblo tampoco considero que sea la adecuada.
Intenta conseguir información y en cambio se muestra prepotente y arrogante con ellos. Esa actitud choca y con razón, con la natural desconfianza de la gente hacia un desconocido que pregunta insistentemente sobre una persona o hechos.

Todo lo mencionado hasta ahora concierne al núcleo argumental que se intenta complementar con otra trama secundaria creada alrededor de unos cuadros.

Y vuelven a aparecer las coincidencias...
Rebeca es profesora de arte en la universidad y empleada de la fundación del Teatro-Museo Dalí de Figueres. Se podría haber dado más juego a esa historia secundaria, haberla desarrollado y no pasar completamente de refilón por ella. Como si tan solo fuese puro relleno.

Y para acabar, al final elegido, le falta emoción...
No me resultan verosímiles los argumentos que se dan para finalizar el libro. El hecho sobre el que gira la obra sucedió en el año 45, es cierto, la policía no disponía de los medios de investigación actuales, pero algunos detalles quedan muy al aire, como cogidos por los pelos.


Para mi gusto esta opera prima de Estela Chocarro, no ha sido un brillante comienzo, pero como siempre digo es mi opinión, ni la impongo ni se tiene que compartir.
También es cierto que voy a dar una segunda oportunidad a esta autora, es más, tengo su siguiente novela Nadie ha muerto en la catedral. He leído las primeras páginas y me han gustado. Por supuesto pospongo esa lectura para más adelante, evitando valga la redundancia, influenciarme a mi misma con mi misma opinión.