domingo, 5 de junio de 2016

Versalles. El sueño de un rey de Elizabeth Massie

Sinopsis:

Versalles, 1667. Louis XIV, rey de Francia, tiene veintiocho años. Para apaciguar a la nobleza francesa y hacer cumplir su poder absoluto, Louis emprende la ambiciosa construcción de un opulento palacio que se puede convertir en su propia trampa. Pero el rey demuestra ser un estratega extraordinario, manipulador y maquiavélico, y utiliza la construcción de Versalles para mantener a los nobles de París bajo su control. Convierte el famoso palacio en una jaula dorada.

Louis es hombre de grandes pasiones pero, en su papel de rey, no puede abandonarse totalmente a ellas. Pronto la corte se convierte en un campo de batalla de alianzas, unas sinceras, otras tácticas, mientras que la reina, María Teresa de Austria, lucha por mantener a Louis a su lado. ¿Conseguirá volver a ganarse su favor en detrimento de su poderosa amante, la hermana del rey de Inglaterra?

 Opinión:

Adaptaciones televisivas... 

Elizabeth Massie, es conocida por haber escrito varias novelas históricas, así como la novelización de la serie de televisión, Los Tudor.
Ahora surge de su pluma una nueva adaptación, una obra que atrapa sin remedio, pero esta vez basada en la serie francesa Versailles, volviendo a demostrar que es un género donde se desenvuelve con bastante habilidad.

Puede que haya lectores que no encuentre el mérito a novelar de este modo, es decir, lo normal es que se utilice la Historia como base para escribir una obra y de ahí se creen las distintas versiones para cine o televisión, incluso se podría prescindir del paso de la novela...
Pero llevar un periodo de la Historia al cine y de ahí pasarlo al papel, podría parecer que a la autora le dan medio trabajo hecho.
En fin, sea cual sea nuestra opinión al respecto, el caso es que esto de crear adaptaciones de series o películas debe estar muy en boga y la última en apuntarse al reto, porque puede salir bien o muy mal, ha sido la escritora de literatura infantil y juvenil, Cornelia Funke, elegida para escribir la novela de El laberinto del fauno.



En un principio, tras leer las primeras páginas, pensamos que el gran palacio de Versalles; ese personaje inanimado que empieza a tomar forma como un espectro que emerge entre las brumas, tendrá demasiado peso en el argumento y se convertirá en el protagonista principal de esta trama.
Pero no será exactamente así...
Es cierto que logra acaparar nuestras miradas, que sobrevivirá a todo el elenco de personajes que intervienen en este libro, pero eso no es suficiente para eclipsar al rey Sol, Luis XIV; que haciendo un buen uso de ese apodo, logra que la historia gire, casi por completo alrededor de él.

Jamás conseguiremos invadir el mundo entero, pero sí podemos conseguir que el mundo nos considere su centro.


Luis XIV era un rey de gustos refinados e innumerables pasiones, entre las que destacaban la caza y las mujeres.
Pero hablemos de la caza, que al fin y al cabo es el detonante de todas las historias que sucederán después.
Versalles era el lugar donde más disfrutaba con ello y las visitas se fueron haciendo cada vez más frecuentes y prolongadas.
En ese momento es donde da comienzo el argumento, en la primavera de 1667, cuando la corte se desplaza de París a Versalles y Luis decide encargar el proyecto de ampliación del palacio a su arquitecto Louis Le Vau. Un momento crucial y delicado de la Historia, donde la apariencia era lo más importante y ninguna monarquía podía tener por soberano a un hombre débil.

A lo largo de 438 páginas, nos adentraremos en un mundo donde nadie es lo que aparenta.
El lector sucumbe ante una obra cargada de acción e intriga, donde la ambición y las conspiraciones serán constantes.

La obra está excelentemente documentada, aun así no hay que olvidar, la delgada linea que separa ficción de realidad donde personajes reales e inventados entrecruzaran constantemente esa linea.
De entre todas los detalles positivos que he encontrado, de los cuales algunos ya han sido citados, destacaría un par de ellos en particular: Ambientación y ritmo.
La ambientación es muy buena, hace que la narración sea más creíble y todo gracias a excelentes descripciones, sumamente detalladas.
El ritmo es muy ágil y no se aprecian altibajos a lo largo de toda la narración. ¿El motivo? La carga de intriga constante.
Desde el comienzo somos testigos de las confabulaciones palaciegas y luchas de poder que surgen entre los nobles, pero las más interesantes sin duda, son las que llegan a afectar al mismísimo rey.
La corte está plagada de ministros que le desafían abiertamente, nobles que no pagan sus impuestos y por supuesto no podía faltar una mención a la política exterior y a los enfrentamientos constantes con Inglaterra, España y el Sacro Imperio.
Pero en lo referente a las intrigas internas la pregunta más recurrente en el lector es ¿quién se esconde tras ellas?
Lo mejor es que tras descubrirlo el suspense no desaparece, salta a otro nivel y empezamos a sucumbir ante la duda de si al final, será atrapado.

Dando un poco de color a los Austrias...

Una de las aportaciones de esta novela que para mí ha sido todo un descubrimiento es el hecho de que María Teresa de Austria, hija de nuestro rey Felipe IV, diera a luz una niña de piel oscura. He buscado  datos al respeto y resulta que esa información es del todo cierta, aunque los motivos de esa extraña coloración entre los Austrias, podría ser por varias causas...

Los personajes más relevantes de esta historia y algunas curiosidades que no se citan...

Luis XIV, fue uno de los reyes más importantes de la historia francesa. Fue el creador de un régimen absolutista y centralizado, que se ha considerado como el prototipo de monarquía absoluta.

El hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria (nuestros protagonistas), fue conocido como el Gran Delfín, Luis de Francia.
Curiosamente en su nacimiento fue predicho que sería «hijo de un rey, padre de un rey, pero nunca rey».

Es cierto que Luis de Francia nunca gobernó, ya que falleció en 1711 cuando su padre aún gobernaba, pero su hijo tampoco lo hizo, con lo cual la predicción no resultó del todo acertada.

El hijo del Gran Delfín y nieto de Luis XIV, fue Luis, Duque de Borgoña, que tampoco pudo reinar ya que falleció junto con su esposa en 1712, por sarampión...

Por fin, en 1715 y en el lecho de muerte, el todavía rey Luis XIV, nuestro protagonista, mandó llamar a su bisnieto de 5 años, el que por fin sería coronado como Luis XV...

 «Hijo mío, vas a ser un gran rey. No imites mis gustos por construcciones y guerras. 
Al contrario, trata de tener paz con tus vecinos. Vuelve a Dios lo que le pertenece; reconócele las obligaciones bajo las que te encuentras; haz que tus súbditos lo honren. Sigue siempre buenos consejos. Trata de solventar el sufrimiento de tu pueblo, que me aflige no poder solucionar. (...)».

Como solemos decir por aquí, consejos vendo que para mí no tengo. 
No se puede negar que resulta un excelente discurso para el ocaso del rey Sol. Denota un claro arrepentimiento, supongo que un último intento por limar asperezas con el Altísimo, al que iba a visitar en breve.
Ya sabes Luisito, nada de grandes construcciones ni de guerras... Y respecto al número de amantes, es un dato totalmente negociable...



Felipe de Francia, Duque de Orleans, fue conocido por sus costumbres extravagantes, su libertinaje y homosexualidad, algo que la autora deja muy claro e impone como rasgo característico de este personaje a lo largo de la novela.
No llegó a desempeñar ningún papel político relevante y vivió siempre a la sombra de su hermano Luis XIV.
Quizás ese ostracismo al que se vio sometido, fue a causa de sus extravagancias, o todo lo contrario, su comportamiento fruto de un vano intento de llamar la atención de su hermano.

La hija de Carlos I de Inglaterra, Henrietta Anne Stuart, (Enriqueta de Inglaterra), conocía a Luis y a su hermano desde niña, debido al parentesco que les unía, primos.
Enriqueta se convirtió en esposa de Felipe... ¡Sí!, habéis leído bien, en esposa, pero quizás el dato más curioso es que al mismo tiempo pasó a ser una de las amantes mejor consideradas de Luis XIV.
Todo quedaba en familia..

Luisa de la Vallière, fue otra de las amantes del rey.
Aunque en esta historia la conocemos cuando su romance con Luis está a punto de finalizar, la rumorología cuenta que el inicio de su relación fue tan solo una columna de humo, es decir, comenzó de forma estratégica.
Luis XIV, debía fingir que la cortejaba para que la Corte no interviniera en el verdadero romance existente entre él y su cuñada Enriqueta. Pero los cálculos fallaron y el juego se convirtió en realidad, pasando a convertirse en la favorita. 

 


He dejado para el final el detalle que quizás a mí me frena más, aunque no es para nada negativo.
El final de esta historia queda al aire...
Se ha narrado solamente una pequeña parte de las interesantísimas historias que se esconden en Versalles.
Las obras del fastuoso palacio están aún por finalizar y el Gran Delfín, hijo de Luis y María Teresa aún es un niño... Por lo tanto, deduzco, que habrá continuación, algo que espero con ganas...




jueves, 26 de mayo de 2016

El otro hijo de Sharon Guskin

Sinopsis:

¿Qué harías si tu hijo te dijera que ha vivido otra vida y quiere regresar a ella, que quiere volver con su otra madre?
Janie sabe que con su hijo Noah nada es fácil. Por las noches sufre pesadillas tan espantosas que incluso ella se asusta. Todo el mundo le dice que es una fase pasajera, pero la situación solo parece empeorar. Hasta que un día Janie recibe la llamada del colegio para que vaya a recogerlo de inmediato. Y la vida se para.
Para el psiquiatra Jerome Anderson la vida tal y como la conocía también se ha detenido. Su médico le ha confirmado que le queda poco tiempo, pero Jerome no piensa que todo esté acabado. Ha dedicado su vida a buscar algo más allá de lo que todos pueden ver o percibir. Y con Noah cree que lo ha encontrado.
Muy pronto, Noah, Janie y Jerome llamarán a la puerta de una mujer a la que ninguno de ellos conoce y, cuando esa puerta se abra, todas sus preguntas encontrarán respuesta.
¿Qué sucede tras la muerte?
Una historia emotiva y llena de suspense marcada por el profundo vínculo
que se crea entre una madre y su hijo.

Opinión:

Un niño que recuerda haber vivido en otro lugar y con otra madre.
Una madre que no entiende lo que le está ocurriendo a su hijo.
Un psiquiatra que ha dedicado su vida y trabajo a buscar respuestas.
Otra madre, que busca incansablemente a su hijo desaparecido...

Sobre estas premisas se construye la historia, una obra que tiene mucho de filosofía y ello obliga a reflexionar constantemente al lector mientras lee, generándole dilemas.
Como diría Confucio, Leer sin meditar es una ocupación inútil, y lo importante de esas reflexiones no es el resultado, son las cuestiones que van surgiendo por el camino, el proceso de pensamiento.
Hay una pregunta implícita y constante en toda esta historia. La autora nos bombardea con ella desde el comienzo y es la misma que desde la antigüedad ha generado el gran debate entre todas las vertientes del pensamiento. ¿Fiarse de los sentidos o de la razón? 
Una pregunta muy complicada cuando estamos más que acostumbrados a responder con la tan manida respuesta de... Si no lo veo, no lo creo.


Argumento... 

Sin duda, es una apuesta arriesgada, ya que el tema principal sobre el que gira esta novela, es la reencarnación.
Para algunas religiones o filosofías, la creencia de que la esencia individual de las personas; alma, mente, conciencia, o energía, adopte un nuevo cuerpo material tras la muerte, es algo natural; pero a los occidentales esas creencias nos cuesta entenderlas con facilidad.
La reencarnación contempla que tras la muerte, el espíritu viaja hasta encontrar un nuevo cuerpo; para aprender a través de varias vidas, lecciones fundamentales que nos hagan evolucionar hasta alcanzar el estado de iluminación.
Por ese motivo digo, que es una apuesta arriesgada. Hay que tener una mente muy abierta para leer esta obra sin prejuicios.

Pero no es el único tema sobre el que se construye la trama. Los personajes principales nos mostrarán sus conflictos interiores, sus prejuicios, el miedo ante lo desconocido, los remordimientos, e incluso podemos ver una clara crítica hacia la ciencia y la medicina moderna, con sus diagnósticos preconcebidos.

Estructura...

La novela comienza con dos hilos argumentativos principales.
El de Janie, la madre de Noah y el de Anderson, el psiquiatra que tomará el caso de nuestro pequeño protagonista en un último intento por resolver el misterio de sus fobias nocturnas y de su extraño comportamiento.
Estas dos tramas van alternándose hasta que sus protagonistas se cruzan.
Más avanzada la lectura, hacen acto de aparición otros dos hilos argumentales más.
El de Denise, aparecerá llegando al meridiano de la novela y el de Paul, prácticamente en la recta final de la historia, para rematar algún tema pendiente.
Estos dos personajes, aunque secundarios, tienen mucha importancia para el desarrollo de la trama.

La historia, en un principio, comienza siendo una narración lineal, pero llegados a un punto se rompe ese orden cronológico con la incorporación de escenas retrospectivas que darán la información necesaria al lector, para comprender a los personajes.

A toda esta estructura, hay que añadirle algunos fragmentos de la novela Vida antes de la vida de Jim B. Tucker, que aportan la parte de realidad a la novela, con el relato de casos verídicos sobre reencarnaciones.
Estos fragmentos, aunque interesantes, no los entiendo incluidos entre medias de la historia. El argumento de por sí, aporta bastante interés y credibilidad, y lo habría encontrado más lógico que esa incorporación se hiciese en bloque en la parte final de la obra e incluso al principio como un prefacio.

El tono general...

Puede parecer que nos encontramos ante una novela de intriga, un thriller, pero realmente la veo complicada de catalogar. Más bien apostaría por clasificarla como drama de ficción, porque los rasgos anteriormente citados tampoco sobresalen en ningún momento.

El estilo narrativo es sencillo. El tono empleado no es en general positivo ni estimulante, aunque es cierto que es el correcto para mostrar los sentimientos de los personajes, sus conflictos y conseguir empatizar con el lector.
La novela sin duda engancha, incluso me arriesgaría a decir que la trama da un giro radical a raíz de la incorporación de los últimos dos hilos argumentales.
El ritmo de la narración se acelera por el aumento de la intriga y el deseo de encontrar respuestas por parte de los personajes e incluso del lector.
Pero lógicamente, en el libro no encontraréis esas respuestas...
Al llegar al final el lector se encuentra con un dilema, la reencarnación es la mejor explicación, aunque no lo única...

El final elegido considero que es el correcto...

Con todo lo citado hasta el momento, debo decir que esta lectura no me ha convencido del todo.
No he disfrutado como esperaba y es que me ha quedado una sensación como de vacío.
No puedo atribuir esa sensación a ningún detalle en concreto, es simplemente, que me deja la impresión de que falta algo y ese algo, se levanta ante mí como un muro insalvable que impide, en este caso a mí, conectar con el rumbo que toma el argumento y empatizar con los personajes.
Es como cuando haces una comida y no logras identificar que condimento le falta. Una percepción sutil que te persigue a lo largo de la lectura del libro e incluso después de haberlo finalizado.
Con esto, no estoy diciendo que la ópera prima de Sharon Guskin sea mala, tiene un argumento original, un comienzo impactante y prometedor, y unos personajes que se van perfilando poco a poco sin llegar a eclipsar al resto. Cada uno cumple con su papel dentro de la trama sin llegar a sobresalir por encima de los demás.

Las valoraciones de las novelas, ya sabéis, que dependen de muchos factores y varían según el lector, por ese motivo, espero que vosotros sepáis o logréis disfrutar más de esta obra.

Salvo un par de errores o deslices que achaco a la traducción más que a la redacción, considero que esta lectura puede resultar una apuesta interesante...


sábado, 21 de mayo de 2016

El perfume de Patrick Süskind

Sinopsis:

Jean-Baptiste Grenouille tiene su marca de nacimiento: no despide ningún olor. Al mismo tiempo posee un olfato prodigioso que le permite percibir todos los olores del mundo.
Desde la miseria en que nace, el protagonista escala posiciones sociales convirtiéndose en un afamado perfumista.
Crea perfumes capaces de hacerle pasar inadvertido o inspira simpatía, amor... Para obtener estas fórmulas debe asesinar a jóvenes muchachas vírgenes, obtener fluidos corporales y licuar sus olores íntimos.
Su arte se convierte en una suprema e inquietante prestidigitación.

Opinión:

Nos encontramos ante una novela de ficción; la biografía quimérica de un asesino, ambientada con maestría en la Francia del sigo XVIII.
Pero no nos encontramos únicamente con una trama que nos transporte por el tiempo, más bien es un viaje a través de los sentidos, en concreto del olfato.

La obra está dividida en cuatro partes, un total de cincuenta y un capítulos cuyo narrador nos referirá todo cuanto acontece alrededor de Jean Baptiste Grenouille, el protagonista.
En este párrafo de apenas dos líneas acabo de señalar los cuatro puntos más importantes que he encontrado y sobre los que está construida esta novela.
He citado de forma implícita la estructura; el narrador y su forma de relatar; sin olvidar, por supuesto, al protagonista absoluto de la obra.

¿Qué destaca en la estructura de esta obra?

Estamos más que acostumbrados a encontrar historias con estructuras completamente lineales, las clásicas de introducción, nudo y desenlace; donde la historia acompaña a un protagonista y el resto de personajes van entrando y saliendo de la trama. Esta novela podría ajustarse a esa descripción, pero yo realmente no la veo así, encuentro que tiene una estructura algo curiosa, especial e incluso atípica. La veo como una concatenación de historias, donde una tras otra van dibujando la vida del protagonista.
Cada etapa de la vida de Grenouille cuenta con un personaje secundario que le acompañará por un breve espacio de tiempo, eso sí, una vez que desaparece lo hace para siempre de esta historia. Estos personajes incidentales, episódicos, que apenas interfieren en la trama, son un recurso para narrar de foma ordenada los acontecimientos, dejando que el peso de la acción recaiga totalmente en manos del protagonista.

¿Quién narra y cómo?

En este caso la narración nos llega de manos de un narrador omnisciente dotado de una gran capacidad descriptiva.
Su narración va más allá del mero hecho de contar, y es que cuando empleo este término en concreto, contar, lo hago para referirme a un relato más superficial, no tan rico en explicaciones y detalles como es el caso de éste ante el que nos encontramos.
Este narrador, por lo tanto, nos muestra, nos ofrece una crónica más detallada, cargada de intensas y vívidas descripciones que ayudan al lector a imaginar sin esfuerzo, participando en la tremenda evolución que sufre el protagonista.

Lo que más puede llamar la atención de esta novela es la prosa empleada, el juego que se da a la semántica.

El uso continuado de sinónimos, comparaciones... convierten esta lectura realmente en enriquecedora.
Pero quiero hablaros más de las descripciones y de lo que encontraremos en ellas.
Aparecen página tras página y tienen una peculiaridad, están cargadas de adjetivos que para mi gusto hacen resaltar la realidad de lo narrado.
Hay quien dice que más vale una descripción sumaria que una cargada de adjetivos, que el convertir el uso de ellos en abuso, es propio de escritores con poco oficio. Personalmente no comparto esa opinión, al menos en lo que se refiere a esta obra.
Es cierto que el abusar de adjetivos deja poco margen a la imaginación del lector, pero en este caso, los adjetivos realzan, refuerzan, dan más énfasis, engrandecen las descripciones y aportan un entorno más real, más tangible.
También es justo citar que descripciones tan precisas pueden llegar a herir en algún momento la sensibilidad de algunos lectores, sobre todo cuando entra en detalles sobre determinados temas escatológicos.

Pero dejando esto al margen, lo más normal es que desde el comienzo nos sintamos atrapados por la técnica tan asombrosamente descriptiva, tan enganchados como se siente el mismo Jean B. por los miles de olores que le rodean.
El lector queda embelesado por los matices que el joven aprendiz es capaz de identificar, nos vemos transportados al microcosmos que el personaje ha creado para sí mismo, ese mundo donde solo existen los aromas, alejado de las personas, para evitar que lo contaminen con su presencia y olor.

¿Y qué convierte a ese personaje en alguien tan atípico?

Jean Baptiste es un ser grotesco, extraño, carente de olor, y quizás precisamente este último detalle, en apariencia sin importancia, es lo que hará que desarrolle su fabuloso don.
Esa capacidad olfativa se irá desarrollando hasta convertirle en alguien con una destreza extraordinaria, en todo un genio de los perfumes, en un personaje que no parará de evolucionar y terminará convertido en el mayor asesino que se haya conocido en Francia.
Este personaje de apariencia aborrecible, detestable; de comportamiento solitario, huraño e introvertido; llega a generar sensaciones contradictorias y volubles en el lector.
En momentos puntuales llegamos a sentir pena por él y un segundo después ese sentimiento se mitiga o cambia de forma radical, convirtiéndose en odio e incluso asco. 
Esos sentimientos no solo afectan al lector, todos los personajes que se cruzan con Jean Baptiste lo sienten de igual manera.
El Maestro perfumista Baldini así lo deja plasmado entre las páginas de este libro al despedirse. No puede negar la honda simpatía que ha acumulado hacia Grenouille con el paso del tiempo, en cambio, un párrafo después menciona que nunca le resultó simpático y que ahora que lo pierde de vista es cuando únicamente puede ser sincero y confesárselo a sí mismo.

Punto y final.

Es una obra amena, de fácil lectura, que ya había tenido la oportunidad de leer hace mucho tiempo. Recordaba muy poco de ella, solo se había quedado grabada en mí la descripción del protagonista y la sensación agradable que solamente dejan las buenas historias, por lo tanto, era otra de las que me apetecía recuperar. Ahora con el paso del tiempo y tras una segunda lectura puedo seguir recomendándola, me ha vuelto a colmar la misma sensación satisfactoria que la primera vez.

Por último, decir que hay una versión cinematográfica de esta obra.
Una excelente versión pero que no llega a estar a la altura del libro.
El cine transmite sensaciones mediante el sentido de la vista, pero la huella que dejan en el lector las descripciones sobre olores no se pueden plasmar visualmente.
Es cierto que la escenografía de la cinta está muy lograda, pero es imposible captar determinados momentos, ni ser tan minuciosa y rica en detalles como la novela.
El libro obliga al lector a servirse de sus propias experiencias para recrear olores, por ejemplo, mientras leía se me agudizó el olfato, tuve la sensación de sentirme rodeada por los diferentes aromas que se describen, tanto beneficiosos como perniciosos.

Y ahora sí, me despido y dejo a vuestra elección escoger este libro como posible y futura lectura.