Un true crime literario en la estela de A sangre fría, Premio Pulitzer de ficción 1980.
Uno de sus libros más intensos y una de sus obras maestras.
La canción del verdugo, obra galardonada con el Premio Pulitzer, cuenta la historia de Gary Gilmore, el hombre que saltó a los titulares de la prensa con motivos de su ajusticiamiento, en la Penitenciaría Estatal de Utah. Porque, aunque hubiese podido prestarse al largo forcejeo de las apelaciones y demás subterfugios legales para aplazar su ejecución, Gilmore prefirió ahorrarse la angustiosa espera en el corredor de la muerte.
El magistral relato de Mailer, basado en cientos de entrevistas, se centra en los nueve meses que empiezan el día en que Gary Gilmore sale en libertad condicional, sigue con los dos absurdos asesinatos que cometió muy pronto y termina con este nuevo "héroe americano" ante el pelotón de fusilamiento. Junto a Gilmore, poco a poco va emergiendo otro protagonista, Nicole, su amante, una joven que se enfrenta a un mundo casi tan sucio y corrupto como el de Gary. La historia de amor de estos dos marginados se elevará finalmente con una insólita pureza en medio de la sordidez circundante.
Opinión:
La canción del verdugo fue publicada en 1979 y obtuvo el Premio Pulitzer en 1980, siendo también finalista en ese mismo año del National Book Award.
Opinión:
La canción del verdugo fue publicada en 1979 y obtuvo el Premio Pulitzer en 1980, siendo también finalista en ese mismo año del National Book Award.
Dicen que es la novela más dura de Norman Mailer, su gran obra maestra, y que sigue la línea y el estilo de A sangre fría de Truman Capote.
Sobre esto y nada más empezar quiero hacer una pequeña aclaración basándome exclusivamente en mis impresiones.
No he leído más libros de este autor, por lo tanto no sé si es su obra más emblemática, pero de lo que sí estoy absolutamente convencida es de que estrenarme con este libro no ha sido una decisión acertada.
También quiero añadir que su lectura me ha hecho reflexionar sobre muchos aspectos, y esas reflexiones, inevitablemente, se van a ver plasmadas en la reseña.
Es cierto que sigue la línea de A sangre fría, pero solo en lo que se refiere a su estructura basada en la técnica del nuevo periodismo, y sí, también tiene otra cosa en común, en que los asesinatos fueron cometidos a sangre fría.
Dejando este par de similitudes al margen, no se puede comparar con el libro de Capote, eso sí que es un novelón, y en cambio esto, repito, siempre bajo mi punto de vista que intenta ser lo más objetivo posible, creo que es una novela sobrevalorada y premiada injustamente con un Premio Pulitzer.
Lo que pienso sobre los premios ya lo habéis leído muchas veces, siempre los cuestiono, pero en esta ocasión considero que es una exageración catalogarla de obra maestra.
Además sobre esto último me surge una duda... Si sigue la línea y el estilo de otra novela como es el caso, no estoy hablando de copiar detalles, estructuras o conceptos, ¿no sería injusto calificarla de obra maestra?, yo creo que sí, porque Capote fue el que dio el pistoletazo de salida a esa nueva técnica del nuevo periodismo, el que se mojó y experimentó, obteniendo con ello un excelente resultado.
Retomando la reseña, me ha resultado un libro demasiado largo; demasiados personajes dando su punto de vista, muchos de ellos sin aportar nada nuevo, repitiendo lo que ya se había contado con anterioridad y curiosamente coincidiendo con el enfoque que quería ofrecer el autor. En este punto quiero señalar que la opinión y/o versión de los familiares de las víctimas no sale plasmada en ningún momento. Supongo que este detalle no es un error sino algo totalmente intencionado.
Pues bien, tantos datos solo nos llevan a un libro de mil páginas, porque todo hay que decirlo, de este libro por lo visto hay dos versiones, una corta de unas quinientas, y otra donde el autor se explaya a sus anchas. Esta última es la mía.
En La canción del verdugo se combinan las técnicas de la novela junto con la del periodismo de investigación, y esa investigación se basa en documentos, actas judiciales y otros materiales que fueron surgiendo del caso entre las que se incluyen cientos de entrevistas, de ahí que salgan tantos personajes. El libro relata los últimos nueve meses de vida de Gary Gilmore, comenzando en el momento en que sale en libertad condicional. También podríamos considerar esta historia como un True Crime ya que nos ofrece mediante una investigación periodística la recreación de un crimen real.
Lo más gracioso, o quizás lo que más me ha llamado la atención, es que se defina a este asesino como un "héroe americano", cuando lo que a mí me ha parecido es un sinvergüenza manipulador que no acepta las normas, imposible de reformar y que no duda en aprovecharse de todos cuanto le rodean. Eso sin contar con que es un mentiroso que alardea y engrandece las situaciones vividas, impulsivo y caprichoso y que no duda en aprovechar la menor oportunidad para manipular su entorno.
Un personaje que toma las riendas de la novela, provisionalmente como ya veréis más abajo, y que introduce a su adlátere, Nicole, para que participe también como coprotagonista.
Lo gracioso de toda esta situación es que el asesino termina convertido en un "héroe" que no quiere recurrir la sentencia de muerte y que no duda en manipular a Nicole induciéndola a un suicidio, por suerte fallido, y de ese modo evitar la soledad al cruzar al otro mundo. Esto no lo consideréis un espoiler, es solo para que os hagáis una pequeña idea de como es este individuo. Porque parece ser que el autor nos quiere vender la historia entre Gilmore y Nicole como si fuese la de Romeo y Julieta, con una vida juntos después de la muerte.
Pues bien, este impresentable al que algunos denominan "héroe" termina cediendo parte de su protagonismo al resto de buitres que giran a su alrededor, entre los que se encuentran la prensa, directores de cine, abogados, etc... que no ven en él nada más que un filón de oro a explotar para obtener un beneficio.
Artículos de prensa, series de televisión, películas y canciones para mitificar a un personaje y conseguir que se hable de él a nivel nacional y terminar juzgando a la justicia, en un momento en el que el debate de la pena de muerte en Estados Unidos estaba en pleno auge. Porque sí, también las personas interesadas en la abolición de la pena capital entraron a formar parte de este circo, intentado utilizar el caso Gilmore desde un punto de vista ideológico, pero solo como pretexto.
Es cierto que hubo fallos judiciales, por ejemplo, el estado de Utah se olvidó de exigir la revisión de la condena, pero al fin y al cabo, y según decía Gilmore, a él le beneficiaba, porque no quería ni la revisión ni la suspensión de la condena.
¿A qué se debía esta forma de actuar? Pues muchas veces a lo largo de esta lectura he llegado a pensar que solo era un bravucón que quería llamar la atención; desafiar a todos los ciudadanos bienpensantes del país, y lo cierto es que con su actitud dejó a todo el mundo en ridículo. Un asesino que ponía en tela de juicio el conjunto del sistema.
Quizás, si se le hubiesen dedicado menos titulares habría cambiado de idea y tratado de evitar la ejecución pidiendo la suspensión de la condena, pero estaba atrapado por la fama.
Sobre las víctimas... pues pasan sin pena ni gloria por esta historia, porque parece que para Mailer lo único importante es echar un pulso a la justicia, a la moralidad, a la ética de la sociedad.
A las víctimas, personas que ni siquiera cometieron el error de cruzarse en su camino porque lo que hacían era trabajar, ¡que les zurzan!, porque pobre de Gilmore que va a ser condenado a la pena de muerte y se niega a apelar. Tómese esto último en modo irónico.
Y en este punto me permito hacer un breve inciso porque surge en mí un debate interior al ver como unos hechos pueden resultar tan manipulables. ¿Hasta que punto es lícito esto de los True Crime?
Supongo que si los acontecimientos están contados con rigurosidad, si el relato es fiel a ellos, si no se glorifican los crímenes ni a los asesinos, supongo, insisto, en que es justo reproducir la historia. Pero ¿Qué ocurre si termina glorificándose al criminal, dándole voz e intentado tergiversar, maquillar, disfrazar o contar la historia sesgada, como queráis denominarlo, convirtiendo el verdugo en víctima?
El jurado declaró probados los hechos y determinó la culpabilidad del acusado en hora y media. Hechos que el propio Gilmore asumió y declaró haber cometido, y aún así, inspiró películas, libros y canciones. ¿Entonces es justo publicar estos True Crime que intentan mostrar otra perspectiva? En fin, aquí lo dejo, esta reseña no va de juzgar este tipo de libros sino de comentar La canción del verdugo, pero deberíamos cuestionárnoslo a la hora de comprar estas obras, yo la primera.
El estilo de Mailer es muy directo, con muchos diálogos, pero al incorporar tantos puntos de vista termina ralentizando el ritmo y haciendo en algunos momentos el relato demasiado pesado.
También incorpora las cartas que cruzó con Nicole desde la prisión. En esas cartas vamos a conocer en profundidad a los personajes, sus realidades, sus miedos, lo que les atormenta, sus delirios y también el lenguaje soez y barriobajero que emplean entre ellos, pero son cartas que les alejan del lector. Todo hay que decirlo... Nicole es más simple que el asa de un cubo, alguien fácil de manipular y con una dependencia total de Gilmore.
La novela es recomendable, sí, si queremos leer otra novela más basada en la técnica del nuevo periodismo y, por supuesto, para conocer lo que sucedió con este asesino que fue el creador del famoso eslogan de Nike, "Just do it", es decir, ¡vamos a ello!, frase que dijo ante el pelotón de fusilamiento.
Ya para terminar...
Tras el veredicto y finalmente tras la ejecución, en la sociedad se generó un pensamiento quizás absurdo, no voy a ahondar en ello. Una sensación incómoda que apuntaba a que el sistema había fallado.
Es posible que fuese así, no voy a entrar en polémicas ni en debates sobre si la pena de muerte es justa o no, porque es un tema que me resulta ajeno y muy lejano, aunque lógicamente pueda tener mi opinión sobre ello.
Lo que sí puedo decir es que las víctimas fueron eso, víctimas de un criminal que los mató a sangre fría, sin motivo alguno, solo porque era un chulo que tenía un mal día, alguien que no dudaba en culpar al mundo que le rodeaba de todo cuanto le sucedía.
Sería muy arrogante por mi parte decir categóricamente que no es una buena opción, pero sí, basándome en mis gustos, que algo falla en ella, supongo que para Mailer y su ideología, disfrazar la realidad, glorificar a un asesino o demonizar la justicia y con ello a la sociedad era lo correcto.
Creo que hay detalles interesantes, pero insuficientes para catalogar una novela de buena o recomendable, y por supuesto, muy alejada de esa valoración que le dan los expertos de obra maestra.