jueves, 27 de abril de 2023

El trueno en el reino de Hilary Mantel

El trueno en el reino (Trilogía de Thomas Cromwell 03)
Sinopsis:

Inglaterra. Mayo de 1536. Ana Bolena ha muerto, decapitada en un abrir y cerrar de ojos, a manos de un verdugo francés. Mientras sus restos descansan bajo tierra, Thomas Cromwell desayuna con los vencedores y continúa su ascenso al poder y a la riqueza. Su maestro, Enrique VIII, se conforma con una felicidad a corto plazo en los brazos de su tercera reina, Jane Seymour. 
Cromwell sabe que sólo puede confiar en sí mismo. No tiene una gran familia que lo respalde, ni un ejército privado. Y a pesar de la rebelión interna, de los traidores que se multiplican en el extranjero y de la amenaza de invasión que pone a prueba el reinado de Enrique VIII, Cromwell busca convertir Inglaterra en un nuevo país que se mire en el espejo del futuro. Pero ¿puede realmente una nación, o una persona, desprenderse de su pasado como si fuera piel muerta? «¿Qué haréis –le pregunta el embajador español a Cromwell– cuando el rey se vuelva contra vos como hace tarde o temprano contra todos los que están próximos a él?»

Opinión: El trueno en el reino (Trilogía de Thomas Cromwell 03)

Por fin os hablo de El trueno en el reino, la novela con la que se da por concluida la trilogía sobre Thomas Cromwell.

La primera entrega de esta saga llevaba el título de En la corte del lobo y fue publicada en 2009. La siguiente, Una reina en el estrado, vio la luz en 2012 y entre esta y El trueno en el reino pasaron ocho años, ya que fue publicada en 2020. 
Ese es el primer fallo que he encontrado en esta novela, el tiempo entre la publicación de las dos últimas que hacen que el lector pierda interés en el argumento y más, cuando los hechos son de sobra conocidos.
Otro de los fallos es la extensión de esta última, 992 páginas de conspiraciones en torno a Cromwell y al reinado de Enrique VIII que se hacen demasiado pesadas por la estructura elegida y el exceso de paja.

De esa estructura ya os hablé en las anteriores novelas. Hilary Mantel elige a un narrador en tercera persona que enfoca la cámara sobre el personaje de Thomas Cromwell convirtiéndole en el protagonista absoluto de la historia y empleando una técnica demasiado redundante que termina empalagando al lector.
Para empezar emplea demasiado el pronombre personal Él,con lo cual nos encontrarnos con un texto cargado de infinidad de ellos y frases con la siguiente estructura: Él, Lord Cromwell. Ese uso exagerado es otro de los detalles que terminan cansando al lector.

Pero dejadme que os hable un poco del argumento, esto no es destriparos la novela, tan solo es Historia.

Al final de Una reina en el estrado dejamos a Ana Bolena en el tajo, bajo el filo toledano de la espada del verdugo francés contratado ex profeso para dar fin a su vida. Ana Bolena, la que fuese dama de compañía de Catalina de Aragón, va a ser sustituida en la cama del rey por otra de sus damas de compañía, la insulsa Jane Seymour con la que no tardará en contraer nuevas nupcias.
En ese momento comienza El trueno en el reino
Jane va a ser la nueva esposa de Enrique VIII, la que terminará dándole un heredero, pero que nunca llegará a ser coronada. Jane fallece doce días después del nacimiento de Eduardo VI y de nuevo comienza la búsqueda de Cromwell para darle otra esposa al monarca y una nueva reina a Inglaterra.
Tras muchas conversaciones y deliberaciones la elegida será Anne de Cleves o Ana de Cléveris. Esta noble alemana va a convertirse en la cuarta esposa. Ana no va a ser del agrado del, léase con sorna, agraciado e imponente Enrique, con lo que el matrimonio no será consumado y, por lo tanto, tampoco será coronada reina. Pero no os preocupéis por Enrique porque otra dama de compañía pasará a ocupar el hueco dejado. Como dice el refrán: a rey muerto, rey puesto, en este caso reina.

Este último matrimonio con Anne de Cleves va a ser el detonante de la caída de Cromwell, ya que el rey le hace responsable de esa mala elección. Una elección que únicamente tenía como fin una alianza política que sirviese para reavivar la Reforma.

Lógicamente, la prepotencia de Cromwell en asuntos de Estado y las desavenencias con las familias poderosas también contribuyeron a que terminase dando con sus huesos en el cadalso. 

Decían de él que era un gran orador y que entre sus cualidades estaba el excelente dominio de la retórica; te engañaba, ponía palabras en tu boca con unos modales suaves y terminabas diciendo cosas que no querías decir, pero olvidó el dicho español de a quien a hierro mata, a hierro muere
Cromwell se creyó intocable al contar con el favor del voluble Enrique, pero en cambio subestimó el poder de las grandes familias de las que no tenía ningún respaldo, al fin y al cabo, por muchos títulos que ostentara no era más que el hijo de un herrero y ya no resultaba útil. 

Al final, Cromwell siguió el camino que él mismo había trazado para otros y, tal y como nos relata Hilary Mantel, fue ejecutado en privado en la Torre de Londres. 
Lo que la autora olvida mencionar es que según rumores, Enrique VIII eligió a un verdugo no muy ducho en el arte de rebanar cabezas que tuvo que realizar tres intentos con un hacha poco afilada, hasta que logró decapitarle. 
Después de esa ejecución, la cabeza del que fuese miembro del Parlamento, Canciller de la Hacienda, Maestre de los rollos, Lord del Sello Privado y Lord gran chambelán, fue hervida y colocada en el Puente de Londres, con la mirada en dirección contraria a la ciudad.

Y aquí termina la novela y la saga. Es cierto que tratándose de la vida de Cromwell, la historia no puede ir más allá, pero parece que nos quedamos a medias.
Analizando a grosso modo...
La narración sufre demasiados altibajos en el ritmo; hay momentos en que el argumento se desarrolla de forma muy amena, pero en cambio en otros el narrador se pierde en escenas retrospectivas o en pensamientos del personaje que le llevan a perderse en elucubraciones, sin contar con que la autora omite algunos hechos, como el que os menciono en el párrafo anterior sobre la muerte del personaje, y en cambio en otros momentos da importancia a sucesos que la llevan a desarrollar escenas en exceso, de ahí la paja que mencionaba al comienzo.
Creo que puestos a contar debemos contarlo todo, sin omisiones, aunque al mismo tiempo el lector debe ser consciente de que nos encontramos ante una obra de historia ficcionada.

Leyendo todo esto estaréis pensando que el libro no me ha gustado y lo cierto es que todos estos detalles mencionados hacen que la lectura se haga cuesta arriba. La historia, las intrigas, son la parte amena, pero creo que la forma de narrar es lo que falla.

En resumidas cuentas... 
Un final un poco gris para una saga que había empezado con buen pie.

martes, 11 de abril de 2023

La palabra para rojo de Jon McGregor

Sinopsis:

Una expedición a la Antártida acaba en tragedia tras una fuerte tormenta. Uno de los miembros del equipo ha desaparecido y otro, Robert Wright, un veterano del trabajo de campo en el continente antártico que tiene las claves de lo ocurrido, sufre un ictus que lo deja incapacitado. De vuelta en casa, las consecuencias del accidente tienen efectos profundos en él y su entorno: su mujer Anna, una apasionada científica, se convierte en cuidadora a tiempo completo, mientras que Robert tendrá que emplearse a fondo para recuperar el lenguaje y la movilidad.
 
La aclamada nueva novela de Jon McGregor, uno de los grandes autores de la literatura inglesa actual, nos habla de la valentía y del indómito impulso de contar que tenemos los seres humanos, incluso cuando faltan las palabras. Una aventura conmovedora sobre la fina línea que separa el sacrificio del egoísmo y sobre el infravalorado e inadvertido coraje que se necesita para llegar hasta el final del día.

Opinión:

Hoy os hablo de La palabra para rojo, otra novela que había visto que ponían por las nubes, pero que a mí tampoco ha llegado a convencerme, así que no me voy a andar por las ramas y voy a ir directamente al grano.
El primer problema que he encontrado es la sinopsis; se cuenta demasiado y en ella hay más tensión que en las 296 páginas que componen la obra.

La novela se divide en tres partes, Inclinado, caído y de pie.
Nada más comenzar nos encontramos con una narración in media res, situándonos justo en medio del conflicto. 
Esta estructura narrativa da mucho juego al autor porque proporciona un inicio más dramático a la historia, situando al personaje principal en plena acción, de esa forma consigue captar el interés del lector desde los primeros compases de la lectura.
Tras ese comienzo dramático, la narración va a retroceder en el tiempo para contarnos los sucesos previos, los que han llevado a los protagonistas a ese punto crucial, y posteriormente, tras dar esa información, la acción volverá al momento en que lo dejamos y continuará narrando hacia delante.
Este retroceso temporal lo que hace es incrementar el suspense porque dejamos a los personajes en medio de la situación que general el drama.

En esa primera parte que lleva el título de Inclinado, todo perfecto; engancha al lector y nos deja con ganas de conocer más detalles, pero llega la segunda parte y el interés se pierde en detalles.

El personaje principal sobre el que va a girar la novela es Robert Wright, aunque aquí habría que hacer alguna puntualización. 
En la primera parte es uno de los protagonistas principales, pero a partir de la segunda va a ceder un poco de ese protagonismo. Aunque la historia se construye en torno a él y a su mujer, Anna, y vamos a ver como afrontan las consecuencias del accidente, las secuelas de ese ictus terminan tomando el control narrativo por completo. 

Es una novela que como menciono al comienzo, no me ha llenado, y creo que el problema es que la elección del narrador en tercera persona no ha sido una buena opción y hace que no conectemos con el drama real que viven los personajes. 
Aunque nos cuenta su historia e intenta profundizar en lo dramático de la situación, mostrándonos los trastornos del habla, la reducción de la movilidad, su relato me parecía demasiado superficial.
Creo que los diálogos siempre son importantes para conocer a los personajes y en este caso, Jon McGregor los reduce a la mínima expresión. No es que no haya diálogos, lo que ocurre es que se limita a crearlos muy breves y con frases demasiado simples y escuetas, puedes leer una página entera y en ella el protagonista solo intentará transmitir un pensamiento, buscando para hallar la palabra correcta.

Por otro lado, el autor escribe muy bien, no lo voy a negar. Como os he dicho en la sinopsis cuentan más de lo que deben o más bien nos cuentan todo el argumento de principio a fin, pero él termina retorciendo la historia, profundizando en la trama para terminar centrándose en los problemas familiares, es el drama que se esconde tras un accidente cardiovascular, en las consecuencias y en cómo afecta al enfermo y a su entorno más directo. 
Pero... y aquí llega otro detallito que no me convence, quizás intentando rizar demasiado el rizo termina perdiéndose en detalles que se dan por hecho y que no es necesario repetir hasta la saciedad. Es cierto que algunas situaciones y sus descripciones son totalmente necesarias porque en ellas se basa para construir el soporte escénico y dar mayor dramatismo a la historia, pero en determinados momentos esas descripciones se vuelven demasiado repetitivas y cansan, además de que el argumento termina escapándose de sus manos como un globo.

En resumidas cuentas... 
Tras una primera parte prometedora el resto se convierte, siempre bajo mi punto de vista, en una novela fría, con un argumento que no sabe muy bien que rumbo tomar y termina yendo a la deriva. 
El autor intenta hacer partícipe al lector del drama que vive el personaje y su familia, pero no llega a expresar todo lo que quería o no ha encontrado el modo correcto de hacerlo. He leído otras novelas que hablan sobre la degeneración cognitiva, como altera el pensamiento, el habla, los recuerdos o incluso la toma de decisiones, y los lectores sufrimos con lo que leemos, entramos en la historia como testigos de la tragedia.

Ya para terminar...
Creo que la calificación de obra maestra se da hoy en día muy a la ligera, lo digo por la valoración crítica que da The Observer sobre ella.

martes, 4 de abril de 2023

Trilogía de Candleford de Flora Thompson

Sinopsis:

La Trilogía de Candleford es un clásico de la Inglaterra rural victoriana inspirado en la infancia y juventud de Flora Thompson. 
Cuenta la historia de tres comunidades vecinas de Oxfordshire: la aldea de Juniper Hill (Colina de las Alondras), donde Flora creció; Buckingham (Candleford), una pequeña ciudad cercana, y el pueblo de Fringford (Candleford Green), donde Flora consiguió su primer trabajo como oficinista de correos. 
A través de la mirada de Laura, una niña de la aldea que va creciendo a lo largo de los tres libros, la obra captura un mundo aún marcado por las cosechas, los viejos juegos infantiles y un sinfín de canciones al alba en la taberna del lugar. Un mundo que se desvanece porque el campo se mecaniza, las muchachas regresan con ideas modernas de servir en la ciudad y las endiabladas bicicletas invaden la campiña para desconcierto de las viejas generaciones.

Opinión:

Flora Jane Thompson es conocida por su célebre Trilogía de Candleford en la que relata su infancia y juventud. Esta trilogía está compuesta por Colina de las Alondras, Camino de Candleford y Candleford Grenn, publicadas en 1939, 1941 y 1943 respectivamente. Estas tres novelas fueron publicadas conjuntamente por primera vez en 1945, y más tarde, póstumamente, llegó la secuela que lleva por título Heatherley, de la que os hablaré en breve.

Trilogía de Candleford es una novela costumbrista, un clásico ambientado en la Inglaterra rural victoriana en la que Flora nos contará su niñez y adolescencia a lo largo de 39 capítulos. Para ello crea un personaje ficticio, Laura Timmins, sobre el que pondrá el foco y a la que seguiremos por esas tres comunidades vecinas de Oxfordshire. A través de su mirada vamos a apreciar los pequeños detalles que dejaron una huella profunda e indeleble en su interior, al tiempo que veremos como la llegada de las nuevas ideas van alterando poco a poco ese escenario rural en el que pasó sus primeros años.

El primer libro, Colina de las Alondras, es el que se me ha hecho más pesado. 
Comienza en la década de 1880 y en esta parte la autora intenta mostrar al detalle como va afectando la llegada de la modernidad a las zonas rurales.
Los valores y las condiciones de vida van a transformarse inevitablemente, por mucho que sus habitantes quieran resistirse salvaguardando las tradiciones y costumbres. La llegada de la nueva maquinaria agrícola, el ferrocarril que acerca los puntos más distantes, incluso los primeros tomates y el chocolate o la nueva moda que viene a sustituir a la anterior, supone un cambio que, aunque gradual, va a ir tomando cada vez mayor presencia y haciendo desaparecer la acogedora sencillez del estilo rural antiguo.

Por otro lado, la lectura de Colina de las Alondras se hace un poco rara. Contiene una narración nostálgica, mucho más descriptiva que la que vamos a encontrar en las otras dos novelas que componen la trilogía; se mueve entre la narración costumbrista y una especie de autobiografía, incluso el personaje de Laura parece que no tiene mucha relevancia para la trama, es tan solo un medio para que avance la historia y narrar lo que sucede a su alrededor que no son más que las vivencias de la autora. ¿Y por qué sucede esto?, pues simplemente porque su editorial en esos momentos, Oxford University Press, no publicaba ficción y Flora tuvo que adaptar el relato a las normas editoriales.

Posteriormente, en Candleford y Candleford Green el estilo narrativo da un giro completo y Laura se convierte en la protagonista total, y ahora sí, nos encontramos con dos libros que se parecen bastante a una novela. Y digo que se parecen bastante porque en ella no vais a encontrar la clásica introducción, nudo y desenlace, es más bien un anecdotario en el que cada capítulo está dedicado a un tema en concreto de la vida de la protagonista, eso sí, intentando seguir una narración lineal que en algún momento se romperá mediante flashbacks que nos harán retroceder al pasado. 

Como podéis ver tenemos tres libros que se enlazan y en los que también vamos a conocer las influencias literarias de la autora: Cranford de Elizabeth Gaskell, Pamela o la virtud recompensada de Samuel Richardson, las obras completas de William Shakespeare, Historia de Inglaterra de Hume, y otros títulos de Byron, Trollope, Austen o Dickens.
Sobre Candleford debo añadir que en realidad se corresponde a la localidad real de Buckingham, pero la autora optó por poner un nombre ficticio al igual que sucede con Candleford Green que es la actual Fringford. En estos dos volúmenes lo que vamos a notar es la gran diferencia que existe entre esas localidades y la pequeña población rural de Colina de las Alondras en la que Flora pasó los primeros años.

Ya para terminar...
Flora Thompson no solo nos ofrece la narración de su adolescencia, sino que detrás de cada historia se esconden otras, las de los habitantes de cada una de dichas poblaciones. 
Vamos a ser testigos de costumbres transmitidas de generación en generación y que poco a poco van a ir desapareciendo hasta caer casi por completo en el olvido, pero también de otras que afectarán a las comunidades, a su rápida expansión y que harán que la población aumente a gran velocidad. El pequeño mundo de Flora está a punto de acabarse, pero en su propio relato reconoce que es una transición tan obligada como necesaria.
La estructura de la sociedad tal y como la conocía Laura/autora, aparentemente sólida aunque debilitada, había cumplido su finalidad y no sobreviviría a un mundo en constante cambio. Atrás quedaba el mundo de la infancia, el de las tradiciones frente al de la modernidad, cargado de nuevas ideas y avances.


Esta trilogía fue llevada por la BBC a la pequeña pantalla en 2008.

martes, 28 de marzo de 2023

Rimas y leyendas de Bécquer

Sinopsis:

La lectura de los grandes poetas románticos despertó muy pronto su vocación literaria, que siempre compaginó con un vivo interés por el mundo del arte. A los dieciocho años, abandonando sus estudios de pintura, Bécquer se trasladó a Madrid, paso obligado para abrirse camino en la literatura. Fueron años difíciles en los que tuvo que recurrir a colaboraciones en la prensa y a las adaptaciones teatrales para subsistir, ya que no llegó a ver sus obras editadas. 
Este volumen ofrece reunidas las RIMAS y una selección de LEYENDAS en una nueva edición prologada, anotada y comentada por Francisco López Estrada y M.ª Teresa López García-Berdoy. La aparente sencillez de la poesía de Bécquer frente a la variedad de recursos estilísticos que maneja; la comunidad de motivos que animan su prosa y su verso; el amor, la tradición; las fuentes literarias en las el poeta se inspiró; la depuración que realizó de la creación romántica procedente y su apertura hacia nuevos ideales literarios son algunas de las cuestiones que aborda esta edición de la obra del poeta más representativo del Romanticismo español.

Opinión:

Rimas y leyendas de Bécquer fue el primer libro de adultos que leí a la edad de ocho años. Fue un regalo de mi madre y lo conservaba como oro en paño hasta el momento en que, por hacer un favor, fue prestado. Como suele ocurrir en muchos casos, nunca volvió al hogar, detalle que aunque no venga al caso mencionar ha convertido el tema del prestado en algo tabú y que es mejor no mencionar en mi presencia. Porque ya sabéis el refrán:

Quien presta un libro, pierde el libro y el amigo.

A partir de ese momento, y tras hacerme con otro ejemplar, este recopilatorio se ha convertido en mi libro de cabecera; una obra a la que volver una y otra vez y en la que siempre descubres algo nuevo.
Bécquer, a pesar de su corta vida, pues parece que la melancolía es un imán para las desgracias, consiguió por la calidad de su obra literaria, tanto en prosa como en verso, convertirse en uno de los mejores representantes de la última etapa del romanticismo español. 
 
Pero comencemos con esta reseña que ya os aventuro que no será breve.

Rimas

La poesía, en general, ya sabéis que nunca han sido lo mío y que no es un tema del que hable en el blog. El motivo es muy sencillo. No es que no me guste, directamente es que no entiendo la poesía actual, no conecto con ella.. 
He leído a Bécquer, Espronceda, Machado y a Lorca, entre otros muchos, y esa poesía que hacían brotaba del alma y era entendible para mí. Quizás, y según los expertos actuales en este género literario, mi conocimiento sea muy vago, pero creo que hace mucho tiempo que los sentimientos no se expresan como antaño.
Por otro lado y entonando el mea culpa, reconozco que mis conocimientos poéticos son escasos, fijaros que estoy ensalzando a Bécquer, un autor del que Núñez de Arce dijo que sus rimas eran suspirillos germánicos, y al que Campoamor o Menéndez Pelayo no dudaron en menospreciar. Lo de los suspirillos germánicos viene de que en ellos se aprecia una preferencia por la corriente germánica, con tendencia a los poemas breves y concisos, algo por otra parte ridículo, porque ¿qué autor romántico no se inspiró en Alemania o Gran Bretaña si el género surgió allí?

Pero insisto, para mí la obra del autor sevillano es brillante. Sabía despertar los sentimientos dormidos en el lector, al tiempo que nos trasmitía los suyos propios con una poesía breve pero intensa que brotaba del alma, con una profundidad y musicalidad que, insisto, hoy en día no es fácil de encontrar.
Sus 84 rimas son de temática muy variada, hablan de amor, de desengaño, del miedo a la soledad o a la muerte; versos amargos que van desde la melancolía hasta la desesperación, no olvidemos que a estos jóvenes románticos les gustaba pasar por desencantados y desilusionados, algo que como podemos ver en nuestros días nunca pasa de moda.

Ya para terminar con este apartado poético.
Las rimas comenzaron a aparecer publicadas a partir de diciembre de 1859. Se sabe que Bécquer preparó una colección durante 1867 y 1868, pero ese manuscrito que entregó al ministro González Bravo se perdió en la violencia de los sucesos políticos del 1868, la llamada revolución de La Gloriosa.
Y ahora sí, ha llegado el momento de hablaros de lo mejor del recopilatorio.

Leyendas

Las leyendas se habían ido publicando en periódicos madrileños de la época en formato folletín desde 1858 a 1864.
Tras la muerte del autor en 1870, sus amigos más cercanos para ayudar económicamente a la viuda e hijos, recopilaron en dos volúmenes algunas de sus rimas y leyendas, publicándolas en 1871. Tras el éxito de estas publicaciones hubo otras ediciones que se fueron ampliando.

Y ahora llega el tirón de orejas...

El ejemplar que tengo actualmente es de la editorial Austral, de junio 2010.
Es cierto que es una edición muy completa, anotada, donde se incluye una guía de lectura, una introducción en la que se analiza toda la obra del autor incluyendo su biografía, cronología, e incluso documentación complementaria para entender mejor el contexto histórico y la obra, pero hay un problema, se ha reducido tanto la parte dedicada a las leyendas, limitándose a incluir solo nueve de las veintiocho que escribió, que resulta un insulto para los amantes de este gran autor del posromanticismo español.
Se han retirado o se ha creído conveniente no incluir por espacio editorial, Los ojos verdes, La corza blanca, La cueva de la mora, La ajorca de oro, El cristo de la calavera y creo que la más conocida y que yo, particularmente, considero la más importante, El monte de las ánimas.
Todas estas leyendas las considero imprescindibles para entender los ideales literarios hacia los que se dirigía su obra en prosa. No entiendo que se haya recortado tanto a la hora de realizar la selección, cuando incluir esas narraciones solo habría extendido la edición en cien páginas.
Insisto, realmente esta edición me ha resultado decepcionante; las leyendas representan un tercio de la obra total de Bécquer y aquí la han reducido a la mínima expresión.

Para poder hacer una reseña más completa y hablaros en general de todas las leyendas que considero importantes, he recurrido al préstamo bibliotecario. No descarto en breve comprar el ejemplar de Penguin clásicos, porque me ha parecido el más completo de los revisados hasta ahora.

Dicho esto retomo la reseña.

La moda romántica seguía interesando a los lectores y Bécquer no dudó a la hora de plasmar en sus narraciones todas las características de ese movimiento cultural. Por lo tanto, el amor tempestuoso, la naturaleza desbocada, la admiración a la Edad Media, el simbolismo, lo onírico y/o la fantasía van a aparecer reflejados en sus relatos, tanto como los toques góticos, con sus ambientes y escenarios tétricos cargados de soledad y melancolía. No voy a olvidar mencionar en este punto las iglesias y cementerios derruidos junto con los castillos abandonados, detalles que considero indispensables y que despiertan la imaginación del lector y el miedo más ancestral.

Las leyendas se van a dividir por temática y vamos a encontrar algunas de tradición cristiana como El miserere o La rosa de pasión; leyendas fantásticas como La corza blanca, El rayo de luna, Los ojos verdes o El gnomo; otras de misterio y terror como La cruz del diablo, El monte de las ánimas o Maese Pérez el organista; e incluso orientales de tradición india como La creación. Como podéis ver la variedad temática está asegurada.

Por otro lado, todas van a comenzar con una pequeña introducción en la que el autor nos cuenta cómo llegó a sus oídos e incluso le veremos como personaje oyente mientras el narrador nos acerca a los sucesos. En esas breves introducciones vamos a ver la gran importancia que daba a la tradición oral, a esos cuentos transmitidos de generación en generación y que incluso hoy en día los abuelos siguen narrando a sus nietos alrededor de una hoguera.
Las mujeres van a cumplir con un papel fundamental en la mayoría de los relatos...

Resumiendo, todas las leyendas son únicas en su género, breves pero intensas.
Solo puedo deciros que El monte de las ánimas, Maese Pérez el organista y La cruz del diablo, son perfectas para leer por la noche o como lectura para la noche de difuntos. Os prometo que alguna de ellas aparecerá por aquí reseñada...

Finalizo con el breve listado de leyendas que ha incluido la editorial Austral en este ejemplar.
La creación, La rosa de pasión, El beso, El rayo de luna, El gnomo, El miserere, La cruz del diablo, Maese Pérez el organista y ¡Es raro!.



martes, 21 de marzo de 2023

Sola de Carlota Gurt

Sinopsis:

Mei, una mujer de cuarenta y dos años inmersa en un matrimonio apático y a la que acaban de despedir del trabajo, decide refugiarse en la casa donde se crio, una pequeña masía en medio del bosque. Allí intentará escribir la novela que la obsesiona desde hace años mientras planta cara a su pasado, a un presente inoportuno y a un futuro a la deriva. Esta novela es la crónica de una rebelión, la historia de una soledad impenitente narrada en una intrigante cuenta atrás de 185 días. ¿Qué es la soledad? ¿Una realidad objetiva o un estado de ánimo, una bendición o una condena? Lo único seguro es que de la soledad nunca se sale indemne. Sola, la impactante primera novela de Carlota Gurt, está escrita en una prosa vivísima y muy visual que sacude al lector como una fuerza de la naturaleza.

Opinión:

Cuando me adentré en esta novela lo hice un poco a la ligera; no había oído hablar de ella y la elegí guiándome por una recomendación de la librería. Me dijeron que me sorprendería, y eso que creo que es  lo que buscamos todos en una lectura fue lo que me convenció. 
Ahora veo que la capacidad de sorprenderse también es cuestión de gustos.

Carlota Gurt nos presenta a Mei, su protagonista y narradora, como una mujer de cuarenta y dos años en plena crisis. Acaba de ser despedida de la editorial en la que llevaba trabajando veinte años, y ese hecho, sumado a un matrimonio que no pasa por su mejor momento, la llevará hasta la que fuese su casa de la infancia.
Una masía cargada de recuerdos en la que espera encontrar la soledad suficiente para escribir su primera novela. 
Con lo que no cuenta Mei es con los recuerdos que estallarán en cuanto ponga un pie allí, porque detrás de cada objeto y de cada olor se esconde un pasado con recuerdos incrustados.

A grosso modo...
La narración es lineal, avanza hacia adelante, aunque para nosotros el comienzo de cada capítulo nos indique que es una cuenta atrás. Sabemos que ese relato nos lleva a algo, aunque no sabemos a qué. Sinceramente, yo aún me lo estoy preguntando...

Esa cuenta atrás es una especie de macguffin, se utiliza para mantener la expectativa, lo que ocurre, según mi punto de vista, es que según avanza la trama, según pasan los días, el texto se va volviendo más aburrido, acrecentado por una protagonista que va perdiendo el rumbo.

Pero, como diría Jack el Destripador... vayamos por partes.

La primera parte de la novela comienza muy bien.
La autora da el protagonismo total a Mei, tanto es así que la convierte en la única voz de la obra. Mei nos relata los sucesos desde su punto de vista, los presenta de forma subjetiva. Solo tenemos acceso a lo que ve, piensa y siente, y de esa forma también vamos a conocer hechos del pasado.

No lo voy a negar, el comienzo engancha, tiene una prosa muy fluida lo que da como resultado una narración muy introspectiva adornada con sentimientos propios y recuerdos. 
Vemos como la protagonista va evolucionando gradualmente, como crece según pasan los días, como toma las riendas de su vida, pero al llegar a la mitad algo sucede que hará a Mei replantearse todo su mundo.

A partir de ese punto de inflexión el arco de transformación del personaje va a descender a pasos agigantados.
Lo que narra Mei va perdiendo interés al tiempo que ella pierde el control de su vida, comienza a dar bandazos y no solo en lo que cuenta, sino también en la forma de hacerlo. 

En este punto se modifica su relato y la narración comienza a dirigirse a su marido, directamente, empleando la segunda persona, .
Esa técnica está bien para utilizarse en determinados fragmentos, pero media novela con ese estilo, a mí me terminó saturando. Supuestamente el uso de la segunda persona es para hacer la narración más cercana, para involucrar al lector en los hechos, para que se sienta como un personaje más, pero ese monólogo continuo dirigido a su marido, cansa.

Utilizando la misma técnica que emplea Herman Koch en sus novelas, con un narrador protagonista que narra en primera persona, muy introspectivo, llegas a la inevitable comparación de estilo, y más cuando, como en mi caso, he leído una obra del autor holandés hace escasamente unos días.

En resumidas cuentas...
Se ha tensado demasiado la cuerda alrededor de la protagonista, creando un personaje principal que lucha contra el futuro, pero también contra el pasado. Quizás ese es el problema, que tiene demasiados frentes abiertos. 
Su reflexión sobre la vida, hablando de soledad, maternidad, fracasos, decepciones...la atrapa en una red con demasiadas obsesiones y resentimientos, y eso la impide huir de una presión familiar y social que la asfixia. Realmente el personaje me hace dudar de si lo que quiere es soledad o libertad. 
Esa sobretensión hace que se pierda la naturalidad en el estilo que era lo que me estaba cautivando al comienzo.

La autora intenta crear un personaje con mucha fuerza, pero como se dice en el interior de la obra, cae demasiado en el uso del yo, convirtiéndola en alguien incapaz de ver más allá de su ombligo y en ocasiones soez.

La obra termina siendo solo ella y sus circunstancias; una mujer perdida en un bosque, con un elenco de secundarios ambientales muy limitado y que lo cierto es que tampoco aportan mucho.

¿Me ha sorprendido? pues sí, pero no como yo esperaba, porque era una historia que pintaba muy bien. 

Si me tengo que quedar con algo es con el múltiple ejercicio metaliterario que esconde.
Vamos a ver como la protagonista intenta escribir su ópera prima al tiempo que se hace un pequeño homenaje a Víctor Catalá y a su obra, Solitud, tomando de base esa novela. 
También con las leyendas que nos esperan en el interior y que Flavio, uno de los personajes secundarios, irá contando.

Pero insisto, esta novela no estaba hecha para mí, no es de mi estilo. Cuidaros de las recomendaciones porque las carga el diablo.