viernes, 24 de febrero de 2023

Carcoma de Layla Martínez

Sinopsis:

Todas las casas guardan la historia de quienes las han habitado. 
Las paredes de esta casa perdida en el páramo hablan de voces que surgen de debajo de las camas, de santas que se aparecen en el techo de la cocina, de desapariciones que nunca se resuelven. 
Los vecinos reniegan de sus dos habitantes a la luz del día, pero todos acuden a ellas cuando nadie los ve. La abuela se pasa los días hablando con las sombras que viven tras las paredes y dentro de los armarios. La nieta vuelve a la casa tras un incidente con la familia más rica del pueblo. 
Ahora, desenredando la historia de la casa, se han empezado a dar cuenta de que las sombras que la habitan estuvieron siempre de su lado.

Opinión:

Mucho se ha hablado de esta obra en las redes, no sé si por el estilo adoptado, por ser la primera novela de la autora y ver que apunta maneras o por lo que se narra en su interior.
Así que voy a intentar contaros todo lo que me ha llamado la atención, destacando algunos detallitos que he encontrado y que me han sorprendido.

La primera curiosidad es que la forma de narrar, a primera vista, me ha recordado a Shirley Jackson. Si de ella dijeron que sus obras podían encuadrarse dentro del gótico sureño, bien podríamos catalogar a Layla Martínez y su Carcoma dentro de nuestro gótico rural. 
No sé si me acabo de inventar algún nuevo subgénero, precisamente yo que me quejo constantemente de las nuevas y absurdas denominaciones con las que les ha dado a las editoriales con bautizar las nuevas publicaciones.
En fin... corramos un tupido velo y continuemos.

Cuando crucé el umbral, la casa se abalanzó sobre mí. Siempre pasa lo mismo con este montón de ladrillos y mugre, se lanza sobre cualquiera que atraviese la puerta y le retuerce las tripas hasta dejarle sin respiración.” 

Con esta primera frase que incluye una personificación y que se sumará a otras que iremos encontrando a lo largo de la lectura, ya intuimos que la casa va a ser parte importante de la trama. Una casa que va a adoptar muy sutilmente cualidades humanas.

Esta historia nos transporta a la España profunda, a esa España olvidada pero de la que todos no paran de hablar; a esa España de rencor, recuerdos y resentimiento enquistado.

La narración cuenta con dos narradoras en primera persona; una abuela y su nieta, ambos personajes sin nombre, porque aquí lo importante no son ellas, sino lo que cuentan y cómo lo cuentan, con esas elipsis, con esos vacíos argumentales que poco a poco tendrá que ir rellenando el lector. 
Dos narradoras que son personajes y que darán voz a cuatro generaciones de mujeres atrapadas en una casa, en los resentimientos y en lo nunca dicho.
La nieta nos va a hablar sobre los sucesos actuales, mientras que la abuela va a ser la encargada de evocar el pasado familiar.
Cada una nos va a dar su versión, son dos narradores que se alternan, un recurso muy rico a la hora de facilitar información, pero que nos impide saber quién de ellas dice la verdad y cuánto de lo que cuentan es cierto.

A través de estas dos voces no solo vamos a conocer la historia familiar, sino también sucesos que ocurrieron en el pueblo.
El presente tiene importancia, en este tiempo cobra valor la venganza, pero el pasado esconde el origen, con la guerra y la posguerra, con esos recuerdos que quizás son los que tienen más peso sobre la narración. 
No os voy a contar nada que no sepáis...

La Guerra Civil dejó heridas abiertas que, aún hoy en día, siguen sin cicatrizar. Obligó a los españoles a ver a sus propios vecinos como enemigos, y eso en un pueblo en el que las víctimas se veían obligadas a convivir con delatores, confidentes y aprovechados, termina magnificándose. 

El tiempo pasa, pero no pasa para todos igual. 
Para las gentes de los pueblos el recuerdo y la memoria son importantes, ¡pero cuidado!, porque esa memoria puede terminar alimentando unos odios que no son suyos, sino heredados. 
Vivimos en una España que construyó su historia sobre silencios, pero esos silencios no hay que olvidar que esconden historias.

Y ahora ha llegado el momento de hablar del tercer personaje, para mí el más importante y que ya habéis conocido al principio.  
Una casa que alberga fantasmas de dos tipos: las sombras que se esconden en los pasillos o bajo las camas, y las otras, más profundas, fruto de nuestra mente.
Un personaje omnipresente, un testigo silencioso que desempeña también la función de único escenario, pero que como ya habéis visto, adopta cualidades humanas. 

La casa está inquieta desde que has vuelto, contestó, y dio por zanjado el tema porque ella de hablar nunca tenía ganas si no era porque había que decir algo.” 

La casa toma presencia y en ella se va acumulando el odio de cuatro generaciones. Un odio que va alimentándose de las mentiras que corren por el pueblo, de la cobardía, la mezquindad y la hipocresía de la gente.
Un odio y un rencor que poco a poco lo va corroyendo todo, sin descanso, como la carcoma que da título a la obra.
     
Muchos dejaron de hablarnos en este pueblo de arrastrados, como si por ser el perro que más palmaditas recibe del amo uno dejase de ser perro.” 

Como podéis intuir, una atmósfera rural, opresiva y violenta, que no va a desaparecer con el paso del tiempo. 
         
Layla Martínez tiene una forma de narrar muy peculiar, con un lenguaje muy sencillo, pero que no olvida incluir elementos que es raro encontrar en una novela de hoy en día, y más cuando su autora es tan joven.
Siempre os he dicho que ya no se escribe como antes, que harían falta más Delibes o Unamunos, y eso es precisamente lo que me ha llamado la atención, encontrar esos recursos que parece que están en desuso. Ni por asomo la estoy comparando con esos grandes de las letras españolas, no me malinterpretéis...

Ya os he hablado de la personificación, pero no esperaba encontrar el polisíndeton, un recurso que permite repetir varias conjunciones en lugar de poner comas, que sería lo más sencillo. De esa forma se da más intensidad a lo que se cuenta, el discurso se vuelve más íntimo, cercano, directo.
La ausencia de comas nos transmite premura, la impaciencia por narrar e incluso nos puede aportar detalles sobre el bagaje cultural del personaje.

Y poco más quiero contaros.

Carcoma es una novela que utiliza el terror para hablar de la memoria histórica, del desequilibrio social y del maltrato; una novela de santos y sombras, muy cortita, pero que estoy segura que os convencerá. 

Lo que si quiero añadir antes de terminar es que guardar tanto odio y rencor no es bueno para nadie. El odio se contagia, se alimenta, se vuelve tóxico, y en algunos momentos la lectura me ha hecho sentirme mal con tanto resentimiento heredado.

lunes, 20 de febrero de 2023

Mystic river de Dennis Lehane

Sinopsis:

Cuando eran niños, Sean Devine, Jimmy Marcus y Dave Boyle eran amigos. 
Un día, un extraño coche se detuvo en su calle. Uno de los chicos subió al coche, pero los otros dos no lo hicieron. Y sucedió algo terrible, algo que acabó con su amistad para siempre y que les cambió a los tres. 

Veinticinco años más tarde, Devine trabaja de detective para el Departamento de Homicidios, Marcus es un ex convicto que tiene una tienda de barrio y Boyle intenta salvar su matrimonio y mantener sus demonios a raya: demonios que le incitan a hacer cosas terribles.

Opinión:

Hoy os hablo de Dennis Lehane, un autor del que aún no había tenido la oportunidad de leer nada y que, tras esta lectura, os aseguro que vais a ver aparecer por este blog con bastante frecuencia.
Muchas de sus obras han sido llevadas al cine; esta en concreto por Clint Eastwood, destacando en el elenco protagonista actores de gran calidad como Sean Penn, Tim Robbins, Kevin Bacon o Laura Linnev, entre otros.

Lehane nos ofrece en Mystic river una obra que está catalogada como género negro. Nos sitúa en un barrio complicado de los suburbios de Boston, mostrándonos la realidad tal y como la viven sus habitantes y denunciando las injusticias sociales que les llevan a vivir casi como marginados. Un barrio en el que viven atrapados y del que todos sueñan con escapar, pero muy pocos lo logran.

Esta historia por su contenido también podría incluirse dentro de novela dramática, policíaca o thriller, os aseguro que es una narración que no da tregua y que te lleva a imaginar todo el argumento en blanco y negro. A mí me recordaba mucho a la novela de denuncia social.
Como ya sabéis, ese tipo de novelas de realismo crítico suelen surgir tras una profunda crisis y con ellas se pretende mostrar al lector los profundos desequilibrios sociales. En ellas, el autor puede decidir involucrarse de manera explícita o en cambio, como en este caso, realizar un enfoque objetivo, tomando una postura imparcial. 
En Mystic river, Dennis Lehane adopta el papel de autor-cámara, nos muestra todo como si lo estuviese viendo en directo, pero sin intervenir y transcribiendo de forma directa y al desnudo los hechos. 

Con lo primero que nos encontramos es con un narrador en tercera persona. 
Este narrador nos va a echar el lazo con una introducción muy directa y que ocupa los dos primeros capítulos. En ellos nos va a relatar lo sucedido en 1975, cuando Sean, Jimmy y Dave eran tan solo unos niños. En ese momento, uno de ellos será obligado a subir a un coche con unos desconocidos. Este hecho marcará a los tres amigos, porque a partir de ahí su relación se romperá y nunca volverán a ser los mismos.
Tras esos dos capítulos introductorios la trama dará un salto al año 2000 y allí se desarrollará el resto del argumento.

Su forma de narrar, al menos por lo que he visto en esta obra, me ha parecido totalmente absorbente, creando una especie de lazo invisible entre los personajes y el lector.
Me ha encantado no solo el argumento, sino también la sencillez con la que describe temas tan complejos como el dolor, el sentido de la culpa, los remordimientos o los traumas infantiles.

Destaca el profundo perfil psicológico de cada uno de los personajes. 
Todos tienen su demonio particular, se mueven entre luces y sombras, porque desgraciadamente el vecindario, en el que nacieron y se criaron, ha marcado no solo su infancia sino también su vida de adultos.
Dennis Lehane presta tanta atención al comienzo de la obra como al final y en el desarrollo teje una red de mentiras, enredando en ella tanto a los personajes como a los lectores, y sembrando una duda que nos acompañará desde los primeros compases de la lectura.

En resumidas cuentas, una historia brillante, adictiva, que debería ser de lectura imprescindible para los amantes del género negro y criminal; con altas dosis de realismo y de la que creo que no hay necesidad de contar más. Os la recomiendo.

martes, 14 de febrero de 2023

La hija ejemplar de Federico Axat

Sinopsis:

"Ahora sé que la maldad se esconde donde menos lo esperas, y que los sitios donde te creías más segura pueden resultar los más peligrosos."

Esto es lo último que escribió Sophia en su diario, casi un año atrás. Desde entonces nadie sabe nada de ella, aunque las pruebas apuntan a que se quitó la vida arrojándose de un puente y que el hecho está relacionado con un vídeo escabroso que se viralizó en el instituto. Sus padres se niegan a creerlo. Su hija no es la clase de persona que haría algo así. 
Cuando meses después el chico que lo grabó aparece muerto de un martillazo en la cabeza, hay quienes se atreven a pensar que quizá Sophia está viva y que su desaparición forma parte de un plan que ella misma ha puesto en marcha.
Camila Jones, una celebridad del periodismo de investigación temporalmente retirada, recibe la inesperada visita de un periodista local que quiere que se involucre en el caso. Ella no tiene ninguna intención de acceder, pero la revelación de que Sophia está ligada a un hecho de su pasado que nadie conoce la lleva a aceptar la propuesta y a buscar la verdad a cualquier precio.

Opinión:

Federico Axat es un autor que a mí nunca me falla y que, tras la lectura de cada una de sus obras, siempre deja una sensación de trabajo bien hecho, por eso es tan difícil resistirme cuando sé que ha publicado una obra nueva.

La clave de este autor es que, al igual que ocurre con Stephen King, construye sus historias a partir de hechos cotidianos; esa normalidad con la que tiñe sus obras es lo que provoca ansiedad, porque no hay nada que de más miedo que poner al lector ante el dilema de enfrentarse a una situación tan común que le podría suceder a cualquiera.

Pero vamos al argumento porque hay alguna cosilla en la sinopsis que nos puede distraer o confundir. 
Sophia desaparece. La policía encuentra un trozo de su vestido en el río con lo que cobra fuerza la hipótesis de su suicidio.
Lógicamente, los que conocen bien a Sophia sostienen que es imposible que haya tomado esa decisión.
Meses después Dylan Garrett, el matón del colegio aparece muerto. Sobre esta idea se construye la historia, pero esos hechos son solo dos de los eslabones de lo que terminará convirtiéndose en una compleja cadena.

La novela se divide en dos partes, cada una de ellas ronda los cincuenta capítulos, pero son de muy corta extensión.
La primera parte está dedicada íntegramente a presentarnos a los personajes y plantear el conflicto, lo que deja toda la segunda parte a su resolución.
Esta primera parte tiene un par de hilos argumentales. En uno de ellos se nos presenta a Camila, la periodista que se encargará de cubrir la noticia de la desaparición de Sophia; el otro hace retroceder la trama cinco meses, centrándose en la pandilla de Sophia.
Ambas tramas se irán alternando al tiempo que avanzan de forma lineal hasta llegar a converger en la fecha actual.
La segunda parte también está compuesta por dos líneas argumentales. Volvemos a tener a Camila como protagonista principal en una de ella y veremos como avanza su investigación. La otra línea corresponde íntegramente a Sophia.
Los capítulos son muy breves y como las historias de los personajes se van solapando, Axat lo aprovecha para incluir en ellos un recurso literario muy potente que genera tensión dramática, ya intuiréis que os estoy hablando del Cliffhanger que deja una escena interrumpida para saltar al otro hilo argumental y retomar esa escena más tarde generando intriga.

Es una novela de la que no se puede decir mucho porque corremos el riesgo de dar alguna pista y tirar por tierra la lectura, lo que sí os puedo decir es que es una trama muy dinámica y que el autor sabe como atraparnos en ella, porque es un maestro generando tensión. 

En la hija ejemplar vamos a tener elementos que ya hemos visto en otras obras de Axat, por ejemplo, la protagonista principal es una adolescente; hay una pandilla; una desaparición como tema central; pero sobre todo, lo que cala en los lectores es que al final nada es lo que parece, el autor aprovecha el factor sorpresa que provocan lo giros argumentales y termina teniendo tanta importancia el inicio de la historia como el final.
Hay una frase que aparece en esta novela y que resume también, a la perfección, otro de esos detalles tan comunes que vamos a encontrar en esta novela:
"La verdad es valiosa, por eso aquí la dosificamos"
Y eso es precisamente lo que hace Federico Axat durante el desarrollo del argumento. La verdad se nos administra en pequeñas dosis, lo que sucede es que esa dosificación de datos termina convirtiendo las verdades a medias en mentiras. 
Ya sabéis que una verdad a medias es una falacia en la que se presenta algo creíble y nos hace creer que el resto de la información es cierta, algo que termina llevándonos por el mal camino de la especulación. Porque como se suele decir, una verdad a medias será tarde o temprano una mentira completa.

Para terminar os diré que el autor incorpora en la trama un guiño a su primera novela, Benjamín, ya que un personaje acaba de terminar de leer precisamente ese libro.

Como os he dicho al comienzo, Axat no decepciona, así que en La hija ejemplar tenéis otro excelente thriller que os hará pensar.

martes, 7 de febrero de 2023

Trilby de George du Maurier

Sinopsis:

La ingenua, bellísima y algo ligera de cascos Trilby O’Ferrall, lavandera y musa de unos bohemios pintores ingleses del legendario París de mediados del siglo XIX, se convierte en la mejor cantante lírica del mundo, rompiendo los corazones de media Europa. Pero ¿cómo puede cantar tan bien con un oído tan malo para la música? La respuesta la oculta el malvado músico Svengali, que la ha hipnotizado para aprovecharse de ella y alcanzar la fama. Considerada el primer best seller de la era moderna, Trilby es sin duda la gran novela de culto victoriana. Causó una auténtica conmoción cuando se publicó en 1894 y generó una verdadera «Trilbymanía» a ambos lados del Atlántico. Un éxito que torturó a Henry James, pues su amigo Du Maurier le había ofrecido el argumento de esta novela y no pudo evitar los celos cuando constató con estupor cómo su colega cosechaba un fantástico éxito de crítica y de ventas con la trama que había rechazado.

Opinión:

George du Maurier fue novelista e ilustrador. Su pasión por la pintura le llevó a París y después a Amberes donde prosiguió con su formación artística. 
En Londres colaboró como dibujante y escritor satírico para Harper's Magazine y para la revista de humor Punch. Todo esto os lo cuento porque tiene relación directa con esta novela, ya que en la edición que yo he leído se incluyen los 130 dibujos originales que el autor realizó para la primera edición de 1894, publicada en Nueva York por Harper & Brothers.

Los grandes críticos y expertos hablan de que esta obra tiene un marcado estilo gótico y que inspiró a Gastón Leroux para su célebre El fantasma de la ópera
Dejadme que tome aire y cuente hasta diez antes de continuar porque los comentarios de los grandes expertos ya claman al cielo.
Una obra puede tener varias características que hagan dudar a la hora de catalogarla; en ese caso, siempre se opta por situarla dentro del género del que tiene más elementos. 
Trilby, de principio a fin, se muestra como una historia costumbrista en la que se describe al detalle la vida bohemia en París.
Sobre las características góticas o el ligero toque de misterio que encontramos al leer la reseña, para mí han sido tan solo un engaño. 
Esos hechos que se citan en la reseña se limitan exclusivamente a la séptima parte, cuando el libro está estructurado en ocho más un capítulo final. Esto me lleva a decir que es algo ligero argumentar que una novela es gótica centrándonos en unos sucesos que ocupan solo un capítulo y dejando sin examinar el resto de características. Es más, antes que encuadrarla como gótica yo me atrevería a hacerlo como Sensation novel porque se ponen en entredicho los principios morales victorianos cruzando la raya roja de lo que consideraban la decencia al uso.

Y no quiero extenderme mucho más... Puede que Trilby inspirase El fantasma de la ópera, sobre eso habría que preguntar a Gastón Leroux, algo complicado a estas alturas, pero solo encuentro un minúsculo elemento en común entre ellas que no merece la pena ni mencionar.

Trilby

Dejando de lado este tema, que me ha llevado más de la cuenta, paso a hablaros de la obra en sí.
Esta lectura la propuse para el taller del blog de enero y febrero. A ella se unieron Inés, de la huella en los libros, y Anabel Samani, pues bien, al final ellas terminaron abandonando. 
¿Por qué cuento esto?, pues, simplemente, porque la forma de narrar de este autor se convirtió en algo insufrible y comparto con ellas la opinión de que la lectura siempre debe ser sinónimo de disfrute. 
Yo alego en mi defensa, aunque la tortura no tiene nada de defendible y menos aún cuando te la infliges a ti mismo, que tras leer seis partes me resistí a abandonar solo por cabezonería. 
Ahora entiendo perfectamente el sentimiento de Mark Twain cuando dijo de Jane Austen:
"Cada vez que leo Orgullo y prejuicio me entran ganas de desenterrarla y golpearla en el cráneo con su propia tibia"
.
Y no es que yo coincida en su opinión sobre Orgullo y prejuicio, pero se despertaron en mí los mismos instintos agresivos, con esta historia.

Dicen que Trilby está considerado como el primer bestseller de la era moderna, y que se convirtió en la gran novela de culto victoriana, causando una auténtica conmoción cuando se publicó en 1894. Leyendo esto pienso que tanta gente no puede estar equivocada al juzgar una obra; quiero pensar que esa moralidad victoriana tan asfixiante que marcaba sus vidas les empujó a buscar el morbo en una trama que, a simple vista, se presentaba como trasgresora, pero no descarto que también el problema sea nuestro, que no conectamos con la forma o el método de narrar de este autor. 
Y en esto último me voy a centrar...

Con lo primero que nos encontramos es con un narrador en tercera persona, demasiado meticuloso y observador, y que de vez en cuando se incluye en el relato como personaje testigo. 
Este narrador tiene tendencia a irse por las ramas, apartándose del tema central y dando tumbos por asuntos que no tienen ninguna relación. Lo peor de estas digresiones es que hasta el propio autor reconoce en mitad de la lectura que no vienen al caso, he aquí unas muestras:
"Esta digresión no viene demasiado a cuento, y no sé por qué me he apartado de mi camino."

"Y entonces, como llevado por el raudal de su elocuencia (pues nunca se había sentido tan inspirado ni había tenido tan buen auditorio) apostrofó al perro, que se estaba cansando de prestar atención —como acaso le pase al lector— "

o esta última que resume todo lo dicho:

"No tema el lector. Renuncio a describirlo. No sabría dónde empezar ni cuándo dejarlo." 

Una consecuencia de esa tendencia a irse por las ramas es que también los personajes terminan perdidos en reflexiones y pesados monólogos.

Creo que un narrador, y aquí incluyo también al escritor, no debería contar nada que pueda desviar la atención del lector de lo fundamental. Tal y como decía Chéjov: 

"Todo lo innecesario debe ser descartado."

Pero la cosa no termina aquí...

Otra característica de este narrador es que se toma demasiado tiempo para describir y presentar a los personajes; a grosso modo os puedo decir que en esa cuestión se van dos tercios de la obra.
Las descripciones constituyen el soporte escénico de la historia pero al ser tan extensas ralentizan la lectura y provocan que la narración sufra demasiados altibajos. 
Reconozco que siempre se agradecen los detalles a la hora de crear el perfil psicológico y/o físico de los personajes, pero insisto, todo el abuso cansa, se trata de estimular la mente de los lectores, pero también hay que dejar algo en manos de nuestra imaginación.

Dentro de esas descripciones que mencionaba, lo que llama la atención es que están cargadas de clichés sobre los ingleses, franceses, españoles o judíos, pero sobre todo destaca la saturación en el empleo de adjetivos. Todas las frases están sobresaturadas de ellos, algo que provoca empacho y desata esas ganas locas de torturar al autor que ya comenté más arriba...
"Podía cantar alto, bajo, fuerte y suave. Los frívolos quedaron fascinados como era de esperar; y aun los más serios quedaron sorprendidos, transportados, pasmados, enternecidos, excitados, perturbados, atormentados, exasperados, seducidos, desmoralizados, degradados y corrompidos de tanta naturalidad, sin poder contener ni disimular su entusiasmo."

Entiendo que el autor intenta con esa muestra del uso del lenguaje embellecer la narración, pero el abuso consigue el efecto contrario; intentar ampliar el significado o intensificar la expresión de esta forma, aburre hasta a los muertos. Y lo mismo sucede con la gran cantidad de citas, poemas y canciones, tanto en inglés como en francés con las que siembra el texto y que deduzco que los lectores terminamos saltándonos.

Ya para terminar...

Las bases del argumento pueden resultar interesantes, lo vemos en esa sinopsis engañosa, pero de verdad que la ejecución, para mi gusto, no lo es. Necesita demasiadas páginas para contextualizar y luego emplea muy pocas en desarrollar la idea fundamental. 

He leído en algunas páginas que la lectura fluye, que es ligera... como podéis ver a mí me ha parecido todo lo contrario, fluye, sí, pero como las aguas del Estigia hacia una ciénaga.

Y ahora me entrarán los ofendiditos y grandes expertos a decir que no he entendido nada de este libro, pero creo que he argumentado y mostrado pruebas más que de sobra. Todo lo citado termina alterando el ritmo narrativo y sacando al lector del relato. 
Insisto, en toda valoración crítica, por muy objetiva que intente ser, siempre hay un alto grado de subjetividad que depende directamente de nuestros gustos... pero lo subjetivo, al menos yo lo intento, está argumentado y puede ser de la misma respetabilidad que lo objetivo. También debo añadir que no hay que tener miedo a decir que un libro no gusta por muy clásico que lo consideren, porque clásico no es sinónimo de intocable, algo que en algunos blogs parecen olvidar.

Creo que es la primera vez que doy una valoración tan baja a una obra clásica, pero es que no creo que haya algo que falle, creo que son muchos los detalles que me han sacado de una lectura que en un principio pensé que sería prometedora.

Como última curiosidad... George du Maurier también es conocido por ser el abuelo de la escritora Daphne du Maurier, autora de títulos tan conocidos como Rebeca o La posada de Jamaica.


viernes, 3 de febrero de 2023

Duma key de Stephen King

Sinopsis:

Unas pinturas de sorprendente fuerza y maestría podrán estar inspiradas en una terrible maldición...
 
Tras sufrir un grave accidente, la vida del constructor millonario Edgard Fremantle cambia radicalmente. Ha perdido un brazo, se separa de su mujer y decide trasladarse a Duma Key para dedicarse a pintar.
El paisaje de este cayo en Florida, con viejas casonas y una vegetación tropical, y la extraña propietaria de la isla desatan en Edgar una fiebre creadora sobrenatural: los paisajes surrealistas, los mares embravecidos y las muñecas que dibuja parecen formar parte de un aterrador mensaje de advertencia...

Opinión:

Ya sabéis, los que me seguís desde hace tiempo que considero a Stephen King el gran autor de terror contemporáneo.
Lo más curioso de esta novela, Duma Key, es que no había oído hablar de ella, a pesar de haber sido publicada en 2008 y haber alcanzado el número uno en la lista de superventas del New York Times.

Es una novela de 736 páginas, pero no se hace larga en ningún momento porque King dosifica el suspense.
Su arranque es lento, es cierto, pero considero que es totalmente necesario para generar la atmósfera propicia que conseguirá que, al final, encajen todas las piezas a la perfección, tal y como King nos tiene acostumbrados.

Duma Key es una isla ficticia ubicada cerca de la costa oeste de Florida, lugar en el que el protagonista decide alquilar una casa en la playa, debo decir en este punto que esta novela es la primera de King ambientada en esa zona, y en ese escenario se desarrollará el grueso de la acción. 

Esa isla ficticia, como ya habéis visto, da título a la obra, pero se convierte en algo más, en un personaje omnipresente que marca toda la trama y que parece convertir en marionetas a todos los que habitan allí. Y es que como indica parte de su nombre, en Duma Key se encuentra la clave, la llave de esa fiebre creadora sobrenatural que despierta en todos los que habitan o han habitado Big Pink, la casa rosada.

No es una novela en la que el terror esté constantemente presente, es más bien un terror psicológico que acompaña la atmósfera misteriosa recreada y que nos acecha en momentos puntuales, alcanzando el punto álgido casi llegando al final.

Edgar, el protagonista, tras sufrir un grave accidente se muda a Duma Key. 
Al llegar allí sufre una fiebre creadora sobrenatural que da como resultado extraños paisajes que parecen arrastran un mensaje de advertencia.
Esas obras surgen de su subconsciente de forma automática y se mueven entre lo irracional y lo onírico, lo que ocurre es que tras esa extraña facultad que da como resultado lo que otros juzgan como grandes obras maestras, se esconde algo más... una extraña fuerza sobrenatural que le permite cambiar la realidad.
Solo con las descripciones de esas obras, con el modo en que entra en trance o con la vulnerabilidad que conllevan esos periodos, consigue predisponer al lector y crearnos una continua incomodidad.

Los personajes protagonistas son muy pocos, pero King se saca de la manga un pequeño elenco secundario que sirve para crear ambiente y suspense.

En esta historia el autor vuelve a utilizar algunos elementos que ya hemos visto en otras obras y que le han funcionado a las mil maravillas:
Personajes atormentados; lugares apartados de la civilización que incrementan la soledad que ya acompaña de por sí el protagonista; una lucha final entre el bien y el mal, y no me olvido de ese escenario, la casa, una protagonista imposible de eclipsar.
Por supuesto otro elemento característico del maestro que vamos a encontrar en Duma Key es el toque de normalidad que persigue a los personajes y a las situaciones por las que se mueven.

Y poco más me queda por decir...
A pesar de no ser una de las obras de Stephen King más conocidas a mí no me ha decepcionado. La sitúo entre las mejores, entre esas historias en las que parece que no sucede nada y en cambio no paran de ocurrir cosas.