martes, 1 de junio de 2021

Mansfield Park de Jane Austen

Sinopsis:

El magistral retrato de un orden familiar y social que se deshace y se restaura ante la mirada ambigua de una jovencita.
 
Fanny Price es aún una niña cuando sus tíos la acogen en su mansión de Mansfield Park, rescatándola de una vida de estrecheces y necesidades. Allí, ante su mirada amedrentada, desfilará un mundo de ocio y refinamiento en que las inocentes diversiones alimentarán maquinaciones y estrategias de seducción. Ese mundo oculta una verdad peligrosa, y solo Fanny, desde su sumiso silencio, será capaz de atisbar sus consecuencias y amenazas.

«Pero en el mundo no existen tantos hombres de sólida fortuna como bonitas mujeres que los merezcan.»

Opinión:

Jane Austen está convirtiéndose en una autora a la que volver una y otra vez, no solo porque me gusta el estilo que daba a todas sus obras, con protagonistas femeninas dotadas de un carisma capaz de atraer a los lectores como un imán, sino también por esa elegante ironía y esa crítica que vertía en todas sus obras.

En esta ocasión os voy a hablar de una obra distinta, para mí hasta el momento la mejor por varios motivos.
El primero es que nos presenta a una protagonista que se aleja de ese perfil al que nos tiene acostumbrados la autora y que se corresponde con una mujer fuerte y decidida que sabe en todo momento como actuar.

Otro motivo es que el argumento no va a girar sobre mujeres que buscan marido, como veíamos en "Orgullo y prejuicio" o "Sentido y sensibilidad", aunque sí seamos testigos de una preocupación por el futuro de la protagonista. 

Y ya por último es que nos ofrece una historia más sobria y que al final, dependiendo del lector, crea diversidad de opiniones.
Habrá lectores que opinen que esta es su novela más seria, otros que la más aburrida, e incluso que su protagonista es sosa hasta para echarse a dormir, pero Fanny Price es como el patito feo del cuento, alguien que terminará convertido en cisne y que no dejará indiferente a ningún lector.

Austen en esta obra nos ofrece un personaje que se va definiendo con el paso de las páginas. 
Al comienzo tan solo es un esbozo, como un pegote de arcilla al que va moldeando, pero que veréis que tiene muchos matices, más incluso que otros de obras más famosas de la autora; se aleja del papel de heroína tradicional, no es fuerte ni vital, más bien todo lo contrario, tímida y débil, cualidades que la hacen aparecer como vulnerable y de actitud pasiva.
Es una joven demasiado comedida, que piensa no solo antes de hablar, sino también antes de actuar, porque todas sus acciones son criticadas y miradas con lupa aunque sean correctas. Eso la convierte en algo inusual en la obra de Austen y sobre todo que destaca sobre sus compañeros de trama, porque ese miedo a errar o a equivocarse, a estar siempre bajo la mirada atenta del resto, la vuelven precavida frente al resto del elenco protagonista, que cometen errores sin cesar.

En esta novela vamos a conocer a una gran diversidad de personajes, algo a lo que la autora también nos tiene acostumbrados porque no escatima a la hora de crear perfiles. Todos ellos van a evolucionar, pero el rumbo que tomen, ascendente o descendente, va a estar marcado por su actitud, de esa forma ya sabemos que los habrá que mejoren con el paso de las hojas y a otros a los que lamentablemente la toma de decisiones les hará caer en picado. 

Fanny desde su primera aparición va a evolucionar gradualmente. Os he dicho que es un poco sosa y lenta a la hora de tomar decisiones pero esa evolución positiva que tiene se debe a que otros personajes, con su actitud, la impulsan o favorecen. 
Su malintencionada tía, Mrs. Norris, sacaría de quicio hasta al mismísimo Job y con cada gesto que hace pronuncia más su propia curva hacia abajo haciendo que Fanny destaque más positivamente. Como veis la cara y la cruz de una misma moneda.

También debo deciros, que salvo algunas excepciones como la citada anteriormente, los personajes resultan muy neutros. 
Tienen un gran protagonismo, pero en cambio, su actitud es muy plana, como sir Thomas Bertram, su insustancial esposa o sus hijos, Julia y Tom. 
Toda la novela, con su elenco protagonista al completo, es como una historia acromática, en blanco y negro, en la cual Fanny poco a poco va adquiriendo tonalidad hasta brillar. 
Y alguno pensará, ¡oh, que horror, ha dicho actitud plana! y sí, lo he dicho, pero no en plan despectivo, porque aunque algunos de ellos destaquen por tener personalidades complejas, en cambio su forma de reaccionar resulta poco emotiva, de ahí que haya empleado los términos neutro y plano,
También estaréis pensando que en esta reseña solo me centro en los personajes... y es cierto, porque para mí ha sido lo más destacable. 

El argumento, en general, es como una historia de cuento. 
Arriba he citado al patito feo, pero también podríamos compararla con la historia de la cenicienta o con la famosísima Jane Eyre. En todas estas historias el personaje empieza desde abajo, para ir creciendo poco a poco y después, llegado el momento preciso, que aparezca el tan deseado cambio. 
El elenco protagonista tiene más sombras que luces o mejor dicho, más defectos que virtudes. Vemos desde el capítulo uno como existen dentro de la sociedad posiciones sociales muy distintas, y como dependiendo de la elección vas a parar a una u otra. Esto de las distintas posiciones sociales es algo que Austen no retrata en sus otras obras, o al menos en las que yo he leído hasta ahora, en las que prefería posar su mirada sobre los ambientes burgueses de provincia.

Sin duda, una obra que hay que conocer.

martes, 25 de mayo de 2021

Cranford de Elizabeth Gaskell

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

La época victoriana, supuso un cambio de estilo en lo que a literatura se refiere. 
Atrás quedaban figuras de la talla de Shelley o Byron, y aunque el Romanticismo seguía vivo, la literatura buscaba otras fuentes de inspiración inclinándose hacia el realismo, haciendo un retrato más cercano de la vida social de la época. En ese periodo de esplendor y de renovación surgieron grandes autoras, entre las que se encuentra esta de la que ya os he hablado en otras ocasiones.

Elizabeth Gaskell se preocupó por los problemas sociales de la época, por la diferencia de clases y los profundos cambios que llegaban, y lo reflejó en todas sus obras. Las mujeres cobraban importancia y pasaban a asumir el papel central de muchas de las novelas de este periodo, como habréis podido comprobar.

Cranford es una de sus obras más populares y en ella se recogen una pequeña colección de historias. Gaskell, animada por Charles Dickens, publicó en 1851, en la revista Household Words que él dirigía, un par de narraciones aisladas. 
Debido a la gran acogida que recibieron por parte del público, se animó a continuar escribiendo narraciones de similar estilo, y fueron apareciendo a lo largo de 1852 y 53. 
Finalmente en 1853 se recopilaron todas ellas en un único volumen, pero esta edición se basa en la última revisión del recopilatorio que hizo la autora y que se publicó en 1864.
Sobra decir que no nos encontramos ante un compendio de relatos aislados, sino de un conjunto de sucesos que agrupados conforman una narración lineal, al irse encadenando unos con otros. Lo que sí hace Gaskell es ofrecernos esas historias como si fuesen capítulos, cada uno de ellos es un cuadro costumbristas, un retrato de escenas de la sociedad rural inglesa. 

La gran diferencia que he encontrado entre Cranford y otras novelas de la época es que aquí la autora da el protagonismo a unos personajes que se alejan de los clásicos arquetipos de la narrativa victoriana.
No vamos a tener a jóvenes casaderas ni la historia girará sobre una trama romántica, porque nuestras protagonistas son ancianas solteronas, y por lo tanto, su mirada o sus inquietudes se centrarán en otros temas muy distintos, como los recuerdos, las apariencias o las manías ahorradoras, todo ello adornado con grandes dosis de humor que dotan a las escenas de una gran comicidad.

Cranford es un pequeño pueblecito donde la mayoría de las mujeres de buena familia son solteronas y viudas sin hijos; esto no es que lo diga yo, es que nos lo dice la autora, y precisamente esas solteronas van a ser las grandes figuras de la novela.
Al comienzo parece que ese protagonismo se dividirá entre varias de ellas, pero según avanza la narración vemos como la señorita Matty se hace con el control del papel central.
A través de la narradora, de la cual desconocemos su identidad hasta que casi llegamos al final, vamos a asistir tanto a los pequeños como grandes acontecimientos que llenan las vidas de esta comunidad tan peculiar. 

No quiero contaros mucho más sobre esta deliciosa novela, salvo que está narrada en un estilo muy íntimo. Los personajes, todos sin excepción, con sus manías y virtudes, consiguen hacerse un hueco en nuestro corazón lector.
Os aseguro que es una obra interesante y a tener muy en cuenta.

jueves, 20 de mayo de 2021

Cierra todas las puertas de Riley Sager

Sinopsis:

Bienvenido a tu nuevo hogar… del que quizá nunca salgas. 

Cuidar de un lujoso apartamento en el barrio más exclusivo de Manhattan parece un trabajo ideal para Jules Larsen, especialmente ahora que acaba de quedarse sin novio, sin casa y sin trabajo. Así que, a pesar de las peculiares normas que le han impuesto, se muda a su nuevo apartamento sin dudarlo. Cuando extraños sucesos empiezan a ocurrir, Jules piensa que son imaginaciones suyas. Sin embargo, poco a poco será innegable que tras la fachada de este magnífico edificio y de los amables vecinos que viven en él se esconden muchos secretos. Y será Jules la única que esté ahí para desentrañarlos.

Opinión:

Riley Sager forma parte de ese relevo generacional que está revolucionando en los últimos tiempos el género del thriller. Autores que saben mantener el suspense combinándolo con pequeños toques de terror, aunque sus ideas no sean muy originales.
Hace menos de un año os hablaba por aquí de otra novela suya, Las supervivientes, la primera que leía de él y que me dejó una sensación muy positiva.
Ahora os acerco a Cierra todas las puertas, la tercera que publica bajo el nombre de Riley Sager porque anteriormente firmó otras tantas con el seudónimo de Todd Ritter y como Alan Finn.

El argumento es muy sencillo y seductor.
Un lujoso y exclusivo edificio gótico con pasado oscuro en pleno Manhattan; una joven desempleada, y una oferta laboral, tan fabulosa, que es difícil de rechazar.
Estas son las pautas sobre las que se construye un argumento cargado de giros argumentales. Llegados a este punto debo mencionaros que a mí la historia me traía a la memoria, en algunos momentos puntuales, la película "La semilla del diablo" de Roman Polanski, basada en la obra homónima de Ira Levin y en la cual Riley Sager ha comentado que se inspiró.
Pero hablemos de otras cosas...

La novela se divide en siete partes y tiene un total de 56 capítulos. 
La estructura que sigue, aunque no es novedosa, sí que aporta ese toque curioso que intento buscar en los libros.

Con lo primero que nos encontramos es con un capítulo muy breve, a modo de introducción, que nos relata el momento actual de nuestra protagonista y narradora, Jules. Es lo que se denomina como narración in extremis, ya que la acción nos sitúa en un punto muy cercano al desenlace de la historia.
 
A continuación el relato retrocede a seis días antes y avanza a partir de ahí.
Las seis primeras partes de la novela se corresponden con un día de la semana y al finalizar el mismo aparecerán unos capítulos escritos en cursiva que nos vuelven a emplazar, brevemente, en el presente de la protagonista, creando un cliffhanger que incrementa la angustia sobre ella por la situación extrema en que se encuentra.
La trama seguirá avanzando, aumentando la tensión narrativa, al tiempo que el reloj corre en contra de Jules, y así llegaremos hasta el presente. 
En la séptima parte llega un último cambio estructural, converge el tiempo pasado con el actual y desde aquí los acontecimientos se aceleran, contándonos los sucesos de los cuatro días posteriores y en un último capítulo lo que sucederá seis meses después, siendo estos últimos capítulos muy breves. 

Riley Sager desarrolla muy bien el argumento y nos mantiene hasta casi el final a la expectativa. La atmósfera que genera es para mí uno de los puntos fuertes y aunque el foco de la historia recae totalmente sobre Jules, hay otra presencia que consigue competir en protagonismo con ella. 
Me estoy refiriendo al Bartholomew, ese edificio del que ya os he hablado al comienzo y sobre el que se sitúa la acción. Este edificio no solo actúa como escenario, sino que también lo hace como personaje omnipresente marcando con su presencia y con su pasado, todo el desarrollo de la novela.
Voy a prescindir de hablaros del resto de personajes porque son meramente ambientales, e incluso me arriesgo a decir que Jules es solo un eslabón más en la cadena para hablar de los acontecimientos misteriosos que ocurren alrededor del Bartholomew.

Hace muy poco leía una entrevista realizada a Tana French, en la cual describía unas sensaciones que son exactamente las que me invaden a mí con este tipo de historias. 
En ella venía a decir que a los lectores de este género nos apasionan los misterios y que haya hechos que no entendamos para así poder descubrir que ocurre en ellos...
Pues bien, a escasas cincuenta páginas, esos hechos que no entendemos y que queremos descubrir, sumados a mi imaginación, hicieron que mi mente volase hasta una solución muy distinta a la que nos ofrece el autor. Quizás hacia el desenlace fácil, pero satisfactorio, que él mismo nos había estado marcando desde la mitad de la novela y que en un último momento decide cambiar no sé por qué. 
Para mi gusto con ese giro imprevisible, el ritmo afloja y la resolución me parece cogida con alfileres.
Pero es lo que hay...
La valoración final, a pesar de ese detallito, es positiva. 
¿Se podía haber sacado más partido al argumento? pues, también.

martes, 11 de mayo de 2021

El asesino vive en el 21 de S. A. Steeman

Sinopsis:

En el neblinoso Londres de los años treinta, un asesino en serie tiene aterrorizada a la capital. Tras matar a sus víctimas de un golpe en la cabeza, les roba y deja junto a ellas una nota con la más anodina de las firmas: «Mr. Smith». 
Cuando, tras el último ataque, un testigo ve al criminal entrar en una pensión del número 21 de Russel Square, Scotland Yard —con el superintendente Strickland al frente del caso— pondrá bajo vigilancia a sus huéspedes: la viuda Hobson, dueña del establecimiento; el señor Collins, vendedor a domicilio de radios; el mayor Fairchild, retirado tras haber servido en las Colonias; la señorita Holland, amante de los gatos... 
Pero pese a haber estrechado tanto el cerco, descubrir entre todos la verdadera identidad de Mr. Smith no resultará sencillo en absoluto...

Opinión:

Esta semana vuelvo a dedicar la entrada semanal a una novela policíaca clásica que estoy segura de que llamará vuestra atención. 
Esta historia fue publicada en 1939 y tres años después fue llevada al cine por Henri-Georges Clouzot, quien la ambientó en el barrio de Montmartre en lugar de Londres, que es el escenario original por el cual se moverá nuestro asesino.

El asesino vive en el 21 nos transporta hasta un Londres en cuya memoria aún resuenan los ecos de otro asesino serial, Jack el Destripador. Este nuevo asesino londinense, que firma sus crímenes como Mr. Smith, sigue siempre el mismo patrón: asesinar a sus víctimas con un golpe certero y, tras robarlas, huir amparándose en la niebla. 
El superintendente Strickland se pondrá al frente de la investigación, pero el único dato que puede llevarle a dar con el asesino es tan poco fiable como el testigo del que procede la información y que le llevará hasta una pensión ubicada en el número 21 de Russel Square.

La investigación del superintendente va a resultar complicada, tanto o más que la de los lectores, que trataremos de descubrir quién de todos los habitantes del número 21 es el asesino. 
Algunos autores de la época tenían por costumbre, en sus novelas policíacas, entablar una especie de lucha mental con sus lectores. Los retaban a hallar por sí mismos la solución del caso, y S. A. Steeman  va a actuar de igual forma.
Este escritor no solo nos invita a descubrir al asesino, sino que sabe a ciencia cierta que no seremos capaces de dar con la solución, al menos al completo, porque por decirlo de alguna forma, es un poco liante. 
En dos ocasiones, llegando ya al final, interrumpirá la narración para informarnos de que tenemos en nuestro poder todos los elementos necesarios para descubrir la verdad y que la solución aparece citada, literalmente, en distintos lugares de la narración... 
¿Es eso cierto? pues no del todo.

Mal de muchos, consuelo de tontos...

Debo deciros que este autor no solo se ríe de nosotros, sino que no duda en calificar al gran Sherlock Holmes y a su método de simplista, y aún así considerarlo muy superior al inspector jefe Strickland que como ya sabéis será el encargado de dirigir esta investigación.
Con esto quiero decir que Steeman se cree superior a nosotros, porque sabe que los lectores nos dejamos distraer con facilidad, y eso que no duda en señalarnos que: solo abordando el enigma desde un nuevo punto de vista se logrará descifrar.

Esta novela fue escrita, como ya he indicado, en el año 1939, y podría encuadrarse perfectamente dentro de la llamada Golden Age, ya que a pesar de que su autor es belga y no inglés, tanto los escenarios como la ambientación, estilo y planteamiento, resultan auténticamente brittish, sin olvidar el sentido del humor con el que adorna algunos diálogos.
Las características de este relato también se ajustan a todas esas normas que los fundadores del selecto club, el Detection Club, pusieron por escrito para que en sus relatos prevaleciese el juego limpio, y los detectives de sus obras contasen con las mismas pistas que el lector.
Os he dicho que el autor era un poco tramposillo, pero debo reconocer que la resolución del caso solo es encubierta parcialmente por él, y es uno de esos requisitos del Detection club. 
Es cierto que Steeman se guarda un as en la manga que yo no fui capaz de detectar porque actúa como un prestidigitador, nos entretiene y hace que miremos hacia otro lado, mientras él manipula el modo en que da la información. 
Imaginé o intuí lo que sucedía, pero se me escaparon algunos detalles y eso me impidió dar con la solución exacta.

miércoles, 5 de mayo de 2021

Los casos del comisario Collura de Andrea Camilleri

Sinopsis:

Un crucero en el que todo puede pasar. Un caso para el comisario Collura, un investigador sin igual.
Tras resultar herido en un tiroteo, el comisario de policía Vincenzo Collura, conocido por todos como Cecè, acepta encargarse de la seguridad de un crucero que surca las aguas del Mediterráneo mientras se recupera de sus heridas.
 
Sin embargo, al poco de embarcar, deberá enfrentarse a ciertos misterios que harán de su posición en el barco algo muy necesario. Entre falsos cantantes, fantasmas que aparecen misteriosamente, intercambios de gemelos, cadáveres desconocidos y un robo de joyas de incalculable valor, Cecè se encontrará, una vez más, teniendo que confiar en su olfato y en sus células grises para dar con los culpables.

Opinión:

Cuando, hace escasamente un mes, me enteré de la publicación de este libro del desaparecido maestro de la novela negra, Andrea Camilleri, supe que tenía que hacerme inmediatamente con él.Esta obra que lleva el título de "Los casos del comisario Collura" por lo primero que nos sorprende es por su brevedad, 128 páginas, pero ya veréis como hay alguna cosilla más que la convierten en interesante.

En 1998, el periódico La Stampa le propuso a Camilleri una colaboración veraniega, y así nacieron los ocho relatos que componen esta obra y que tienen como protagonista a Collura. La primera curiosidad la encontramos en el nombre de este nuevo personaje, ya que fue uno de los que barajó utilizar cuando creó a ese otro comisario que le hizo famoso y que al final fue elegido en un homenaje a Vázquez Montalban, me estoy refiriendo a Montalbano.

Uno de los requisitos que debía cumplir el autor para esas colaboraciones era ceñirse a una longitud preestablecida, por ese motivo, si os animáis con esta lectura, comprobaréis que los relatos son muy breves.

Los ocho relatos tratan sobre temas diversos, pero tienen una peculiaridad, y es que todos los casos suceden a bordo de un crucero. 
Para ello, Camilleri, nos presenta las ocho narraciones, pero no como si fuesen independientes, sino que crea un hilo conductor principal para enlazarlas.
En ese hilo principal conoceremos a Cecè Collura, y el motivo de que un comisario de policía se encuentre desempeñando las funciones de seguridad a bordo del crucero.
Los ocho relatos llevan los siguientes títulos:
  • El misterio del faso cantante.
  • El fantasma en el camarote.
  • Trampa de amor en primera clase.
  • Guapa, joven, desnuda y prácticamente asesinada.
  • Un ramo de mujeres para el petrolero Bill.
  • Las joyas al fondo del mar.
  • ¿Qué ha pasado con la pequeña Irene?
  • La desaparición de la viuda inconsolable.
Andrea Camilleri sigue los pasos de la gran dama del crimen, Agatha Christie, y nos plantea un juego al estilo de las novelas de cuarto cerrado y que se extiende a los ocho casos.
Debo deciros que esa limitación en su extensión pesa mucho sobre el desarrollo y los relatos casi no ofrecen pistas al lector, eso sí, no por ello van a dejar de sorprenderos en su resolución, porque, a los que hayáis leído a este autor ya sabréis de qué os hablo, llevan muy marcada la personalidad de Camilleri.

Lógicamente habrá relatos que os gustarán más que otros, es algo inevitable, pero os alegraréis de haber conocido a este otro investigador tanto o más que los cruceristas que pululan por este crucero. Os aseguro que estas breves narraciones os sabrán a poco.