viernes, 2 de abril de 2021

El conde de Montecristo de Alexandre Dumas

Sinopsis:

El conde de Montecristo es, en principio, la historia de una venganza. Alguien sufre una injusticia y años más tarde reaparece para castigar a los autores de su desgracia. Pero es también un alegato contra el poder judicial corrupto, ya que aquella injusticia se realizó con la colaboración expresa de las instituciones jurídicas. Durante su estancia en prisión el protagonista entra en posesión de los conocimientos teóricos y prácticos de su tiempo, por lo que su venganza no es sólo la de un hombre agraviado, sino la de un "intelectual agraviado".
Cuando el protagonista se fuga de la prisión, el azar, es decir la Providencia, lo convierte en uno de los hombres más ricos de la tierra. 
Venganza, corrupción, intelecto y riqueza.  La cuadratura de un círculo narrativo que encierra al lector en un vértigo fascinante y seductor, pero también inquisitivo, moral y cívico.

Opinión:

Rumores... rumores.

Creo que sobran las presentaciones para esta magistral novela y para su autor porque de ellos se ha hablado mucho y se ha escrito bastante más.
A pesar de ello, voy a haceros una pequeña introducción sobre el autor, para mencionar los detalles más importantes que quedan fuera del argumento y que parece que enturbian un poco la prolífica y brillante carrera literaria de este genio del Romanticismo francés. 
Desde este momento os pido disculpas por la extensión de la reseña, pero es que para un libro tan extenso no sirve la brevedad.
Y dicho esto empiezo...

Alexandre Dumas escribió El conde de Montecristo en 1844 y fue publicada en 18 entregas siguiendo la costumbre de la época. 
También sabemos que gracias a su prolífica trayectoria literaria se ha convertido en el autor más leído en lengua francesa, y solo a modo de curiosidad os diré que se rodeo de "colaboradores", más de sesenta, que le ayudaban en sus obras. 
A pesar de que muchos lectores atribuyen la totalidad de sus historias a esos "negros literarios", hay que decir que se desconoce en qué medida estos colaboraban en ellas. 
Se sabe que escribían guiones, que recababan información y puede que escribiesen parte de esos manuscritos base, pero lo cierto es que Dumas era el encargado de modificarlos y enriquecerlos desarrollando la historia y añadiendo giros y diálogos.

De esto se ha hablado mucho y también de que su colaborador más conocido, Auguste Maquet, pudo ser el autor de gran parte de El conde de Montecristo y de Los tres mosqueteros, pero eso son tan solo conjeturas que a día de hoy no se pueden probar.

También se comenta que Alejandro Dumas se encontró en una ocasión con su hijo (Alejandro Dumas hijo) y le preguntó:
"Has leído mi última novela", a lo cual el hijo contestó: "Yo sí. ¿La has leído tú?", haciendo precisamente alusión a esas habladurías que decían que las obras no eran escritas por él, pero esto, como lo anterior, es tan solo un chascarrillo de la época igual de difícil de contrastar.
En fin, que cada uno sabrá que valor da a los rumores.

El Romanticismo, y cómo la venganza se sirve en plato frío.

Esta novela, que en mi edición de la editorial Debate tiene 1154 páginas, está considerada como la mejor obra de Dumas. Para mí ha sido un gran gran placer leerla porque no me ha dado ni un respiro. No existe a lo largo de toda la narración ni un solo capítulo en que el lector pueda decir que se ha aburrido.
Ya sabéis que una de las principales características del Romanticismo son los sentimientos exagerados, y en esta novela vais a tener una buena muestra de ellos.

El conde de Montecristo es la historia más famosa que existe sobre una traición y su consiguiente venganza, pero yo creo que va más allá, porque a su vez la venganza, un término que se va a repetir con frecuencia en esta reseña, se convierte en un proyecto personal del personaje que nos guía hacia una crítica contra el poder judicial corrupto. 
Lógicamente la crítica de Dumas no se detendrá ahí, y continuará exponiendo a la sociedad, sacando a la luz la hipocresía de la clase dominante y esa obsesión por acumular poder, ya fuese político, económico o social.
Entre la amplia muestra de sentimientos exagerados que vamos a ver no podemos olvidar el más importante, el amor, y de su mano llegarán el odio, las envidias, la gratitud y el perdón.
Y precisamente me remito al primero que he citado, al amor, porque el amor trágico era una de las particularidades más representativa del Romanticismo.
Lo vamos a ver rondando a varios personajes de esta obra, y finalmente la pasión hará que terminen enfrentándose a las barreras, por muy difíciles que sean de sortear.  

Otra característica que encontramos en las páginas de este libro es la admiración de los románticos hacia los seres que viven al margen de la ley, aquí representados por los contrabandistas y bandoleros como Luigi Vampa.

Y he dejado para el final de este apartado, quizás lo más llamativo, la exaltación del yo
Montecristo no es que se sienta superior al mundo o se crea Dios, como he escuchado decir por ahí, es simplemente que, moralmente, sí demuestra a lo largo de toda la novela ser superior a sus enemigos. Él, a pesar del daño que le han causado, tiene espacio en su corazón para el perdón y la generosidad... Decidme si ese no es motivo suficiente para considerarse moralmente mejor que quienes le arruinaron la vida y que con el paso de los años continúan con la misma actitud.

Estructura.

La novela está dividida en 5 partes y sigue la secuencia clásica de introducción, nudo y desenlace.
El texto, como era frecuente, se dirige a un hipotético lector universal y el narrador elegido para ello es el omnisciente.
Este narrador nos advertirá de detalles importantes, puntualizará, e incluso en algunos momentos, gracias a esa capacidad que le permite conocer en profundidad a todos los personajes y las tramas, nos relatará hechos que se están produciendo en el mismo momento aunque en distintos lugares.

En la primera parte, Dumas nos presenta a Edmond Dantès y a los personajes que formarán parte o se verán implicados en esa conjura que culmina con él en la prisión del castillo de If. 
Esos personajes son: Dantès, Mercedes, Danglars, Fernando, Villefort y Morrel.  

La segunda, tercera y cuarta parte es lo que se denomina como nudo y en él iremos viendo cómo se fragua o se desarrolla la venganza del conde. 
Hay que decir, para ser justos, que Dumas en este desarrollo olvida mencionarnos bastantes hechos que suceden desde que Dantès huye de If y vuelve a aparecer casi veinte años después. 
Puede que para él esos datos no fuesen interesantes o que, al menos es lo que yo pienso, de esa forma crea un halo de misterio alrededor del protagonista. También hay que recordar en este punto y romper con ello una lanza en favor del autor, que esta es la historia de una venganza, y lo grandioso es ver como Dumas encarrila la trama y convierte al Conde de Montecristo en fiscal, juez y verdugo.
Todo lo demás, y como llega a ello, es insignificante para la trama.

Y por último, la quinta parte, es para mí la más emocionante e interesante. 
Veremos la culminación de los planes de Dantès en los que también habrá espacio para el perdón y la generosidad, como ya os avancé unos párrafos atrás.

Y ya para terminar...

El libro como ya os imaginaréis tiene un montón de personajes que van incorporándose poco a poco a la trama, sin crear con ello confusión en ningún momento. 
Dumas no deja un cabo sin atar en toda la historia, a pesar de la complejidad de la trama, y algo que llama la atención, aunque quizás pueda restar veracidad a los acontecimientos, es la infinidad de coincidencias que se arremolinan alrededor de los protagonistas. 
Eso, como digo, puede afectar a la opinión de los lectores que pensarán que en esa época más que en cualquier otra, "El mundo era un pañuelo", pero no es más que una obra de ficción y el autor puede recurrir a las coincidencias como le vengan en gana para dar resolución a los hilos abiertos; y por supuesto, hay que incidir en esto, esa resolución es titánica.

Las descripciones psicológicas de los personajes son brillantes. No solo los conoceremos en profundidad por su fisonomía, que nos es relatada en detalle, sino también por los diálogos y su forma de conducirse a lo largo de la narración. 

Y creo que con esto ya he mencionado lo más importante. 
Podría seguir hablando horas sobre este libro o sobre los personajes en los que no he querido profundizar, como ya habréis notado. 
El motivo es sencillo, cada lector, durante o después de la lectura, se creará sobre ellos su propia opinión, idealizando a unos y aborreciendo a otros. Para mí, el joven Dantès no es más que un bobo que se deja engañar, en cambio Montecristo es un personaje misterioso que experimenta una evolución fascinante, por mucho que otros lectores digan de él que está demasiado pagado de sí mismo y que se cree superior al resto.
Todo en esta vida es subjetivo y la opinión sobre cada personaje debe creársela uno mismo.

Os animo a leer este novelón porque es, sin duda, una de las mejores obras de la literatura universal.

martes, 23 de marzo de 2021

Me dejaste entrar de Camilla Bruce

Sinopsis:

Cassandra Tipp, excéntrica escritora de novelas románticas, ha desaparecido y ha dejado una gran fortuna y un misterioso manuscrito. 
La policía supone que se trata de un homicidio. Sin embargo, los habitantes del pequeño pueblo en el que vivía no están seguros de su muerte. 
Aunque resultara absuelta, nadie ha olvidado el juicio por el sobrecogedor asesinato de su marido. 
Siguiendo las instrucciones del testamento, sus sobrinos, Penelope y Janus, acuden a su mansión en busca de respuestas. 
¿Qué le sucedió a Cassie de niña en el bosque?, ¿a quién ha estado protegiendo? Y, lo más importante para ellos, ¿cómo pueden acceder a su fortuna?

Opinión:

Esta es la primera novela de Camilla Bruce, o como dirían los expertos su ópera prima, que parece que queda más aparente. 
En ella nos presenta un thriller o si queremos ser más concisos un domestic noir; una novela con protagonista femenina y cuya trama girará alrededor del estado emocional del personaje, ofreciéndonos dos puntos de vista sobre los hechos, o más bien, dos versiones de una misma historia que nos harán dudar. 

Sobre el argumento ya habéis leído la sinopsis que adjunta la editorial. 
Una excéntrica escritora desaparece sin dejar huella, dejando tras ella una herencia que depende de la lectura de un manuscrito. El pasado misterioso del personaje la persigue, ya que tres miembros de su familia fallecerán de forma violenta.

Los datos del caso los iremos conociendo de un modo curioso. Para evitar la interferencia de la protagonista se incorporan recortes de periódicos, informes policiales, etc. 
¿Y por qué puede interferir la protagonista? pues simplemente, porque ella será la encargada de hacernos llegar los hechos en primera persona, aunque eso sí, de dos modos distintos. 
Al comienzo será ella quien vaya contando la historia en una especie de conversación que va dirigida a sus sobrinos. Una vez que estos participen en la trama como personajes serán los encargados de leer el manuscrito que continuará narrando los hechos de forma lineal, y dando voz a la protagonista. 

Lo cierto es que no choca mucho la elección de ese narrador en primera persona, ya que la autora intenta en todo momento hacernos dudar con el relato. 
Sabemos que no podemos fiarnos de ese tipo de narración porque siempre será subjetiva. 
La narradora nos contará lo que quiera y cómo quiera, y siempre nos quedará la duda de si esa interpretación de la historia está manipulada.
Puede que el relato de Cassandra esconda otra verdad y no la que ella nos muestra bajo su mente infantil. Puede que el ser fantástico del que nos habla sea un disfraz, una recreación infantil, y tras esa figura se esconda alguien de carne y hueso. Esa historia puede ser la forma en que la niña intenta protegerse, una fábula creada para escapar de la horrible realidad.

Al comienzo de esta reseña os he mencionado que los domestic noir suelen ofrecernos varios puntos de vista sobre un mismo hecho, y en Me dejaste entrar vamos a tener dos historias sobre lo que pasó. Los lectores deben quedarse con la que les convenza, pero tras la tragedia familiar o tras ese fin violento  siempre habrá una explicación, y quizás en este caso la solución al misterio se halle en la versión más sencilla. 

Ya os he dicho que Cassi nos cuenta su versión, pero también conoceremos la otra parte, quizás la verdadera, y nos llegará desde el personaje de su psiquiatra.

Hay un par de detalles que me han gustado mucho.
El primero es encontrar algún que otro guiño a la obra de Navokov, Lolita; y otro es encontrar esa narración dentro de la principal, ese manuscrito que deben leer sus familiares y que esconde una clave que deben facilitar a un notario para desbloquear el testamento. 
Respecto a esto último debo decir que me creé una idea equivocada. 
Pensé que sería un juego para los lectores, que deberíamos encontrar esa palabra clave escondida, pero no es así. 
Llegados a un punto Cassandra desvela en el manuscrito cuál es ese término, quizás se podría haber dado más juego a este detalle, pero es simplemente una elucubración mía. 

Los capítulos que vamos a encontrar son muy breves y eso agiliza mucho la lectura, junto, por supuesto, al suspense del argumento.

Y ya para terminar...

Los lectores que se adentren en esta lectura deben ser conscientes de que esta historia es el resultado de la colisión de dos mundos, el real y el ficticio.
La protagonista nos relatará los hechos desde su infancia, y puede que en algunos momentos podamos parecer confundidos ante los acontecimientos, pero debemos pensar que aunque una versión sea cierta, no quiere decir que la otra sea completamente falsa.
Debemos ponernos en la piel de Cassandra, una mujer/niña que según nos hace ver su psiquiatra ha perdido la capacidad para distinguir la realidad de la ficción. Alguien que construirá un mundo propio como escapatoria.

martes, 16 de marzo de 2021

El hotel encantado de Wilkie Collins

Sinopsis:

Autor de las grandes novelas "La dama de blanco" y "La piedra lunar", alabado por personalidades tan dispares como Borges, Eliot o Swinburne, Wilkie Collins ha sido reconocido universalmente como uno de los más geniales creadores de la intriga y el misterio, y celebrado por sus desenlaces imprevisibles.
"El hotel encantado" pertenece al género de la novela de terror, o más específicamente al de la novela de fantasmas. Unos fantasmas que no son espantajos de ululante protoplasma, sino realidades que hallan sentido en los repliegues más oscuros y abyectos del espíritu de todo ser humano. 
El terror, pues, no se busca aquí a través del susto fácil, del mero entretenimiento, sino en la conmoción profunda que genera el horror auténtico: el que surge del encuentro del hombre consigo mismo en el terreno atroz de lo que está más allá de lo conocido y, también, más allá de lo tolerable.

Opinión:

La obra de Wilkie Collins, autor que ya ha aparecido por este blog en varias ocasiones, se caracteriza, o al menos lo que yo he leído de él hasta el momento, porque siempre incluye el personaje recurrente de un abogado, independientemente de la relevancia que éste tenga en la trama.
Otra característica es la pluralidad del punto de vista, es decir, recurre al uso de varios tipos de narradores dentro de la misma historia. 
En este caso la mayor parte del relato nos llega desde la voz de uno en tercera persona que no conoce toda la historia, ya os comenté que este autor huye del narrador omnisciente que era común utilizar en esa época.
Para subsanar ese detalle, Collins reserva una pequeña parte de la narración para darnos a conocer los sucesos como ya nos tiene acostumbrados, a través de cartas y del manuscrito de una obra de teatro, de esa forma seremos testigos de los detalles a los que no accede ese narrador y rellena los posibles vacíos argumentales que podrían derivar de ello.

El hotel encantado escrita en 1878 es una novela breve si la comparamos con otras de sus grandes obras, ya que solo tiene 212 páginas.

Está dividida en cuatro partes y se ajusta completamente al género de las sensations novels de las que ya os hable un poco en la anterior reseña de Collins, Armadale
Este género, que surgió alrededor de 1860 y que se extendió hasta finales de la siguiente década de 1870, abarcaba obras de misterio y terror; en ellas se incluía algún crimen y algunos de los rasgos de sus protagonistas, mayormente psicológicos, aparecían descritos de forma algo exagerada, además de que las historias escondían algún secretillo escandaloso que chocaba con la severa moralidad de la época. 

En esta novela nos vamos a encontrar con un Wilkie Collins que vuelve a dar el protagonismo principal a los personajes femeninos y entre ellos destaca, lógicamente tratándose de una sensation novel, una villana de la clase aristocrática.
Como ya sabéis otra característica de ese género era que como foco de esas conductas escandalosas se encontraba un personaje de la clase alta, y por ese motivo estas novelas adquirieron esa calificación despectiva de novelas sensacionalistas, dado que en ellas se sacaba a la luz un comportamiento, más que censurable, que la aristocracia tomó como un ataque personal. sobra decir, que esas novelillas contaron con la aprobación del público de a pie que vio cómo los delitos no eran cometidos solo por las clases bajas.

En esta novela Collins consigue mantener el suspense hasta prácticamente el final y vuelve a sorprender por el soberbio argumento en el que cada pieza termina encajando al detalle.
Hay algunos expertos que dicen que la novela es floja e incluso la califican de obra menor, ya que corresponde a una época en la que el autor empezaba a decaer presa de su situación económica, de los dos romances que mantenía al mismo tiempo y de una fuerte adicción al opio, como veis la vida de Collins también parece una sensation novel, pero a mí no me ha parecido floja. 
Me ha parecido una novela más breve, lógicamente doscientas páginas no pueden contener lo mismo que mil, pero la trama sigue siendo igual de elaborada e ingeniosa, por no hablar de los personajes que aparecen descritos de forma minuciosa.

Sin duda, Wilkie Collins es uno de los grandes autores de misterio que hay que conocer. Si sois de los que tenéis miedo a zambulliros en más de 800 páginas, aquí tenéis una buena alternativa.

lunes, 8 de marzo de 2021

Mujeres que vistieron de hombre de Vicenta Márquez de la Plata

Sinopsis:

Elena de Céspedes que en el siglo XVI se convirtió en la primera mujer cirujano, la descubridora y aventurera Isabel Barreto de Mendaña, que por aquella misma época pasó a la historia como la primera mujer Almirante, Catalina Erauso Pérez, conocida como “La Monja Alférez”. Soldado, aventurera y comerciante. Concepción Arenal, escritora y feminista, Hannah Snell “Marine” de S.M. británica en el S XVIII, Jeanne Baret, la científica que dio la vuelta al mundo vestida de hombre hace dos siglos y medio, carpintera naval, escritora, aventurera y viajera o Miss Margaret Ann Bulkley, que sirvió en el ejército británico como “Doctor James Barry”… Todas ellas tienen algo en común: tuvieron que hacer uso del anonimato vistiéndose de hombre para llevar a cabo sus objetivos. 
Vicenta Márquez de la Plata reúne esta sorprendente colección de historias que por primera vez se dan cita en un libro y nos hace recapacitar sobre las dificultades que la mujer tuvo que afrontar para cumplir sus sueños. Una acertada recopilación de aventuras.

Opinión:

Hace unas semanas en la reseña de "El asesinato de Platón" puse una frase que se ajusta perfectamente a lo que Vicenta Márquez de la Plata nos narra en este libro que es protagonista hoy del blog.
En esa frase en la que hacía referencia al gran filósofo griego decía algo así: 
Platón afirma en "La república" que no hay oficio alguno que sea propio únicamente de las mujeres. El varón engendra y la mujer pare, mas la naturaleza del hombre no difiere de la de la mujer con relación a las artes y los oficios.

Esto viene a colación de que la humanidad, en general, siempre ha admirado las enseñanzas clásicas, hasta tal punto que precisamente el término clásico, lo acuñaron los romanos al llegar a Grecia y contemplar su arte, de ahí que lo denominaran classicus, es decir, digno de imitar. Posteriormente, en muchas de las épocas o etapas de la historia, los hombres o la sociedad han vuelto la mirada de forma reiterada hacia el pasado intentando recuperar las enseñanzas, pero se les olvidó lo fundamental o decidieron hacer un rescate sesgado y/o manipulado de esas ideas universales.

Cito a Platón, como bien podía haber citado a Sócrates, otro filósofo que se rodeo de mujeres, y los menciono a ellos porque defendieron a la mujer en una época y lugar donde precisamente el género femenino, salvo Diosas o Musas, tenían muy poco que decir.

A consecuencia de esa actitud nos vimos obligadas a permanecer en la sombra. Muchas hicieron uso del recurso de firmar sus obras bajo pseudónimo, una especie de disfraz, para evitar el rechazo de las editoriales como Cecilia Bhöl de faber que firmó como Fernán Caballero o María Lejárraga que firmaba con el nombre de su marido, el también escritor Gregorio Martínez Sierra.

Pero otras... bastante más osadas se vistieron literalmente de hombre para desempeñar esas funciones en las que estábamos vetadas, demostrando precisamente lo que os acabo de mencionar, que entre hombre y mujeres, en relación a artes y oficios, no existía diferencia.

En esta novela vamos a conocer a ocho de ellas, de distintas nacionalidades, aunque yo hago especial hincapié en las españolas, porque al fin y al cabo son las que intervinieron de un modo u otro en la historia de España.

Elena de Céspedes, primera mujer cirujano; Isabel Barreto, la primera almirante; Catalina Erauso, la llamada "monja Alférez", soldado y aventurera, y por supuesto Concepción Arenal, pionera en el feminismo y precursora del trabajo social.

Todas estas mujeres, tanto las citadas como las que no, tienen una historia que merece ser rescatada. Por ese motivo no voy a profundizar en ellas, creo que es una obra que recoge a modo de pequeñas biografías los datos más interesantes de sus vidas, eso sí, narrado de forma muy amena y que merece ser leída.  

Para terminar recupero una frase que ya empleé en la reseña de Damas ilustres en la historia de España, de esta misma autora:

"Son todas las que están, pero no están todas las que son"

Eso solo indica que aún tenemos un camino muy largo por andar, pero también, que con cada paso que damos ese camino se hace más corto.


martes, 2 de marzo de 2021

Tiniebla de Paul Kawczak

Sinopsis:

Una mañana de septiembre de 1890, el topógrafo belga Pierre Claes deja Leopoldville rumbo al norte con una tarea encargada por su rey. Con las estrellas como guía y unos pocos instrumentos, su misión consiste en trazar en la tierra la frontera norte del Congo, y así, materializar lo que Europa llamaba entonces “progreso”, frente al barbarismo de una tierra inexplorada, salvaje, mágica y maldita a la vez. A bordo de la Fleur de Bruges, deslizándose sobre el río Congo, lo acompaña un grupo de lo más heterogéneo, en el que se encuentra Xi Xiao, un maestro del tatuaje chino que tiene visiones del futuro. Xi Xiao viaja con dos certezas: que la colonización es una abominación condenará no sólo a ambos sino, a larga, al mundo occidental; y que su lealtad por el topógrafo está por encima de su propia vida.

Opinión:

Siempre os digo que tengáis cuidado con el contenido de las fajas que envuelven los libros, y en cambio yo caigo una y otra vez en se mismo error.
Como suele decirse: "El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra", y en mi caso parece que he debido cogerla cariño, porque si no es la misma piedra es otra muy parecida.
Dicho esto, comienzo con la reseña.

Por la introducción ya supondréis que me ha ocurrido con este libro.

Tanto en la faja como en la contracubierta aparecían unas frases que incitaban a hacerse con el libro y la multitud de premios que había recibido el autor contribuían también a hacerlo.
De entre esas frases las que más destaco son estas que están relacionadas:
"Una aventura clásica en la tradición de Moby Dick y El corazón de las tinieblas", "Una novela con el espíritu épico de Conrad".

Pues bien, centrándome en ellas os diré que en lo que se refiere a Moby Dick no encuentro la semejanza; tampoco, y todo hay que decirlo, el espíritu épico ni la aventura, ya sea clásica o moderna.

Otra cosa, como ahora veréis, es la mención a Conrad y a su obra El corazón de las tinieblas (1899), con la que por supuesto hay muchísimas similitudes y la primera la encontramos en el título.
Conrad tituló su novela Heart of Darkness, pero la mayoría de las traducciones a otros idiomas prefirieron sustituir Darkness, oscuridadpor tiniebla, dando como resultado final el título ya mencionado, y precisamente la obra de la que hoy os hablo de Paul Kawczak lleva ese término: Tiniebla
Como podéis apreciar el guiño al autor y a su obra es obvio. 

Por otro lado, y siguiendo con las similitudes entre ambas historias, las dos comparten el tema central que gira alrededor del colonialismo, el racismo y la violencia generada por ello. 
Conrad basó su novela en el viaje que realizó al Congo cuando fue contratado por una compañía belga para trabajar en el barco Roi des Belges que surcaba el río Congo, barco que sale citado también aquí.
De la misma forma, Paul Kawczak nos cuenta la historia de un joven geómetra belga, Pierre Claes, al que se le encomienda la misión de trazar la difusa frontera norte del Congo y lo hará navegando a bordo del Fleur de Bruges
A través de un narrador en tercera persona veremos a lo que Pierre Claes se enfrenta: un territorio colonizado por el rey Leopoldo II de Bélgica y la barbarie de los europeos que contrasta con esa tierra aún inexplorada y salvaje. Exactamente lo mismo que nos muestra Joseph Conrad en El corazón de las tinieblas.

Hay muchos autores, y ahora viene el pero, que se inspiran o toman de base la idea de otro, y más cuando el clásico original ha recibido tantos halagos y se encuentra en la lista de los mejores libros del s. XX, pero no se dan cuenta que cuando llega a manos de los lectores ya no es una idea fresca, y más aún, si el lector ha leído la novela original. 
Entonces nos encontramos ante una idea viciada y solo nos deja una sensación de que nos menosprecian y que piensan que los lectores no tenemos memoria. 
Esa, al menos, es la sensación que me ha dejado a mí, no sé lo que opinaría Joseph Conrad de la comparación a la que someten su obra.

En sus 280 páginas no he encontrado nada que me haya sorprendido, para bien, ni en lo que respecta al argumento ni en la forma de narrar.
Esperaba encontrar una historia donde el tema central fuese el viaje, al menos eso es lo que nos vendían, pero el pasado de los personajes termina cobrando protagonismo y dejando la misión de Claes fuera del argumento.
Dicho esto, tampoco es que en esa mínima parte en la cual se habla del viaje se incluyan descripciones ni detalles interesantes, por lo que la idea de aventuras termina desapareciendo en manos del lector y convirtiéndose en una extraña novela inclasificable.
Lo que debería ser una aventura cambia al poco tiempo para convertirse en una especie de batiburrillo místico en el que las situaciones hostiles harán que el personaje tome conciencia, de algo que no sabemos lo que es, y que cambie su finalidad en el continente africano, llevando al extremo un final que es más que previsible y surrealista. 

Todo en esta historia me evoca al realismo mágico, pero también al simbolismo y al surrealismo. 
Centrándome en el realismo mágico os comento. 
Hace uso del narrador en tercera persona que se denomina impasible, es decir, el que nos presenta algunos sucesos extraordinarios o insólitos sin emoción, con absoluta indiferencia y creando una atmósfera de normalidad, de esa forma iremos construyendo no solo la vida de Pierre Claes, sino también la de sus padres.
Otro detalle que me lleva a recordar ese movimiento literario es que ese relato del narrador, llegados a ciertos pasajes, se ve afectado en el tiempo y el espacio. 
¿Qué quiero decir con esto? pues sencillamente que el relato va a detenerse para retroceder y narrarnos detalles de la vida de sus padres e incluso abuelos que como he dicho más atrás, terminan resultando más interesantes que la realidad del protagonista. ¡Vamos! que el autor engulle sin querer a su propio personaje.  

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero cuando un libro y autor aparece mencionado en ambas caras de la faja y en la contracubierta como obra de referencia, y dicen que está escrita en su misma línea, creo, siempre bajo mi punto de vista, que dicha comparación es obligada, ya que la editorial invita a buscar paralelismos aunque sean mínimos entre esas obras maestras y el libro en cuestión.
Es cierto que esas frases que cita la editorial están extraídas de periódicos como Le monde o L'Express, pero si ves que esas opiniones pueden condicionar una lectura, está en tu mano como editor no incluirlas en la faja, por muy afamados que puedan ser los creadores de las mismas. 
Y eso precisamente es lo que se ha cargado mi lectura, una comparación fuera de lugar que, en vez de hacer bien, perjudica.

También quiero comentaros que en la faja se anuncia la obra como una ópera grandiosa en la que el erotismo y el lenguaje delicioso cobran importancia. sobre esto voy a ser muy concisa, si lenguaje delicioso es sinónimo de soez y el de erotismo de mal gusto, pues ahí está mi fallo, que los críticos de los periódicos elegidos y yo, no entendemos ese concepto de igual manera. Algunos pasajes me invitaron a pensar que el autor solo buscaba la provocación. "Que hablen de mí aunque sea para mal".

Y con esto finalizo...
Esta, al igual que el resto de opiniones que vierto en mis reseñas, son emitidas bajo mi propio criterio, el de una lectora, y por lo tanto pueden ser compartidas o no.
Habrá quien piense que no hago justicia a este autor novel; a esos lectores les invitaría desde estas líneas a leer a Conrad, entonces sí que se puede comparar. 
Puede que haya centrado mi reseña en las mal elegidas frases de la faja, pero es que hay más emoción en lo que dicen que lo que vamos a encontrar en realidad.