martes, 29 de enero de 2019

Las tres muertes de Fermín Salvochea de Jesús Cañadas

Sinopsis:

En marzo de 1873, recién instaurada la Primera República, Fermín Salvochea tomó posesión del cargo de alcalde de Cádiz. Siguiendo su espíritu anarquista, adoptó una serie de medidas polémicas que le granjearon la simpatía de los pobres al mismo tiempo que la animadversión de las clases pudientes y del clero. Una de esas medidas fue el desahucio del Convento de la Candelaria.
Esto es Historia. El resto de lo que contienen estas páginas podría no serlo.
1907. Fermín Salvochea, legendario alcalde de la ciudad de Cádiz, fallece en extrañas circunstancias. Ese mismo día, Juaíco, un barbero viejo y borracho, decide contarle la historia de Salvochea a su hijo Sebastián.
1873. El joven Juaíco empieza a trabajar para Fermín Salvochea durante su primera semana como alcalde. Una muerte en un burdel los embarcará en una aventura llena de misterios, magia negra y venganza más allá de la tumba.
1907. Un enigmático teatro de los horrores ha llegado a Cádiz. Brutales asesinatos se suceden en los callejones de la ciudad. Sólo Sebastián y sus amigos podrán encontrar la verdad tras la historia de Juaíco y proteger Cádiz del mal antiguo que anida en sus entrañas.

Opinión:

Hace bastante tiempo que tenía esta novela entre mis lecturas pendientes y lo cierto es que si no hubiese sido por la lectura conjunta que siempre organizamos a principios de año, entre los blogs de AnabelSamaniLecturina y Sifuesemoslibros, creo que esta magnífica historia aún seguiría esperando en la estantería.
Ahora me alegro de haberla tachado de esa lista de libros que esperan una oportunidad, y sobre todo  de poder hablaros hoy de ella, porque a muchos de vosotros os encantará por el conjunto de detalles que vamos a poder descubrir.

La novela está ambientada en Cádiz, entre la primera República y la segunda, más concretamente entre los años 1873 y 1907.
Para relatarnos los acontecimientos que ocurrieron en ese periodo, que a simple vista puede resultarnos bastante extenso, vamos a ir dando saltos continuamente, reconstruyendo una historia que se mueve entre la ficción y la realidad, porque como dirá uno de los protagonistas llegado el momento, la memoria es novelera y mentirosa.
Y como creo que los personajes son de los que se abren paso hasta llegar a lo más profundo de nuestro corazón, permaneciendo en él, voy a evitar hablaros de ellos, pienso que lo mejor es que si os animáis a leer esta historia, seáis también los responsables de crearos vuestra propia imagen sobre cada uno de ellos.
Por lo tanto voy a centrarme en describiros otros detalles que he encontrado y que han sido los responsables de darle la excelente puntuación.

Con lo primero que nos vamos a encontrar es con un narrador en tercera persona y con un estilo narrativo que hace enmudecer al lector.
La historia y la forma, es decir, tanto el argumento como la prosa preciosista de la que este cronista va a hacer gala, lógicamente debe atribuirse al autor, que es el que le insufla vida, pero parece que aquí, Jesús Cañadas le cede el testigo y todo el protagonismo a ese narrador externo que no va a escatimar a la hora de hacer descripciones.
Las descripciones son uno de los muchos recursos que este autor va a utilizar de forma correcta.
Son el elemento que nos transporta a determinados escenarios o ambientes, el modo de proporcionarnos un sinfín de pistas, a simple vista imperceptibles, pero que no dejan de estar ahí, aportando datos a cada uno de nuestros sentidos, en resumen... el recurso sensorial.

¿Pero de qué están compuestas las descripciones?
Principalmente de palabras bien ordenadas... y esas palabras que aquí como he dicho son fruto de un estilo envidiable y elegidas a la perfección, son las responsables de hacer que las frases suenen bien, que sean armónicas, algo que se conoce por el nombre de Eufonía y que el autor maneja con acierto.

Jesús Cañadas también se va a permitir la licencia de incluir un sinfín de expresiones gaditanas, localismos, que si bien muchos son fácilmente reconocibles por el contexto en que se incluyen, otros en cambio, nos harán recurrir al glosario de términos que se adjunta en la novela.
De esta forma la riqueza lingüística que vamos a encontrar,  no solo contribuye a la hora de avivar el argumento, sino que también va a ser la encargada de crear el ambiente idóneo.

Otro detalle que a mí personalmente me ha fascinado, y que debía incluir sí o sí en este apartado, es el despliegue de figuras retóricas, un recurso siempre a mano de los escritores y que no siempre emplean, no sé por qué.
En esta obra Jesús Cañadas las utiliza para enriquecer el texto. y realmente hace que brille, haciendo uso de: el símil, la metáfora o la personificación, entre otras...
Como podéis ver, todos los elementos de los que os he hablado hasta el momento, crean una bonita sinfonía de sensaciones ante la que hay que quitarse el sombrero.

El murmullo del mar llegó hasta ella como una nana. Se acercó al ventanal. El mar bailaba en la playa de la Caleta, frente al Hospicio. Bailaba y bailaba y pronunciaba su nombre. La luna era como gajo colgado de un cielo a reventar de estrellas. Parecía un párpado a punto de abrirse.
Julieta se preguntó, soñadora, de qué color sería el ojo tras de ese párpado, si la vería a ella cuando estuviera abierto del todo”.

Respecto a la estructura sobre la que se construye esta historia, los capítulos... resultan bastante breves, y aunque el ritmo de la narración no es vertiginoso, sí logra adoptar una cadencia agradable que nos invita a leer al tiempo que nos introduce, casi sin darnos cuenta, en una trama armada al detalle.

He descubierto en Jesús Cañadas a un autor con una imaginación argumental sobresaliente, pero sobre todo a un escritor muy versátil, capaz de adaptar la narración según van surgiendo las situaciones de su imaginación.
Al comienzo de la lectura, su fuerza y sensibilidad descriptiva me recordaban a alguno de los grandes autores españoles que nos trajeron de vuelta el realismo, concretamente a la prosa de Miguel Delibes en su novela El camino; a simple vista puede parecer una exageración, pero Sebastián, el protagonista de esta historia de la que hoy os hablo, al igual que lo hizo Daniel en la mítica obra de Delibes, nos contarán lo que vieron, como lo vieron o creyeron verlo.
Sebastián va a retratarnos la vida, tal y como él la vivió, dejándonos en ocasiones un regusto amargo.
Ambas novelas tienen en común y como tema principal, la muerte, el amor y la amistad.

¿Pero que ocurre tras superar los primeros capítulos? Pues que la novela da un giro radical, y ese comienzo tan realista, cargado de descripciones costumbristas, pivota dejándonos con la boca abierta, literalmente.
La narración va a cambiar ante nuestros ojos, convirtiéndose en una novela de aventuras que, poco a poco, ira tomando tintes fantásticos e incluso de horror gótico, sin olvidar pasar aunque de puntillas por el Steampunk, un subgénero de la ciencia ficción, ambientado en la época victoriana y donde la tecnología a vapor cobra vital importancia.
Todos esos géneros, mencionados hasta el momento, coquetearán a lo largo del relato, dando lugar a una historia muy, pero que muy interesante.


martes, 22 de enero de 2019

¿A quién teme el diablo? de Pablo Palazuelo

Sinopsis:

«En esta vida hay cosas peores que la muerte, y yo soy la peor de todas ellas». 
Y el diablo tuvo miedo al escuchar aquellas palabras.
En este libro conocerás aspectos de ti tan increíbles como ciertos, pero también descubrirás cómo se desvelan tus más íntimos secretos y cómo sufres por ello.
Porque esta historia trata sobre ti, sobre tus miedos y sobre lo que más te aterra.
Y, cuando te adentres en las páginas de este libro, cambiará para siempre tu forma de ver a las personas que te rodean.
Ese es el inquietante resumen de esta genial novela policíaca, que arranca con esta frase: —¿De qué color soy cuando estoy enamorada?

Opinión:

Pablo Palazuelo es un autor del que ya os he hablado en otra ocasión, coincidiendo con la publicación de su primera novela, "Nunca es tarde para morir", una historia que llegó a ser nº1 en ventas en amazon y que estuvo bastante tiempo, casi dos años, entre los libros más vendidos de la plataforma.
Los excelentes resultados no se debieron al uso de una fórmula secreta, sino más bien a la acertada combinación de géneros, el negro y el policial, con una dosificación de giros argumentales que convertían la lectura en una caja de sorpresas.
Cuando hace más o menos un mes, su autor volvió a ponerse en contacto conmigo para hablarme, de forma escueta, sobre su más reciente incursión literaria, lo que más me sorprendió fue la forma de abordarme y la frase que empleó y que puede leerse en la portada.


"Una historia como nunca habías leído antes"

Lo cierto es que provocar al lector con esa frase desde la portada puede resultar algo peligroso, porque se juega con nuestras expectativas, y hay muchos ávidos lectores que con el paso del tiempo, por su experiencia, han perdido la ingenuidad y se han vuelto desconfiados... vamos, que están a vueltas de todo...
Como digo, es un riesgo el emplear esa frase, y precisamente ella fue la responsable de que me decidiese a realizar un salto de fe, ya que los datos que me facilitó sobre el argumento fueron tan escuetos, que el comienzo de esta lectura se convirtió en algo así como un salto al vacío con los ojos cerrados.

En esta nueva aventura, Pablo Palazuelo nos ofrece una historia puramente negra, nada de medias tintas, con unos protagonistas desconcertantes, dosis acertadas de violencia, un alto grado de criminalidad, y sobre todo, bastantes giros argumentales, encargados de dar pronunciados vuelcos a la historia.

La forma de narrar del autor no ha cambiado mucho desde su anterior novela.
Mantiene un estilo directo y ligero que hacen de la narración una lectura dinámica. Lo que sí ha cambiado en esta ocasión es la extensión, esta vez ha optado por ofrecer un texto bastante más breve, aunque eso sí, con el mismo aporte de suspense, lo que consigue una historia corta pero con una trama más intensa, más condensada, logrando que los lectores no se tomen ni un solo respiro.

Lo que más nos va a sorprender desde el primer momento, es sin duda, la originalidad del argumento.
La narración prácticamente seguirá una estructura lineal, pero escondiendo en ella pequeñas historias que nos harán cambiar de escenario.
No quiero profundizar mucho en la obra porque se perdería la sorpresa en los próximos lectores, pero sí os diré que el peso de la historia recae, casi en absoluto, sobre los hombros de un personaje, Patrick, alguien que va a lograr, iba a decir sorprenderos, pero creo que es mejor emplear el término, turbar.
Este protagonista estará arropado por un par de personajes más, que no solo le van a complementar, sino que también servirán para dar fondo a la historia.

Creo que esta novela es una buena opción para leer y entretenernos, aunque también debo deciros lo que no me ha gustado.
El fallo lo encuentro en el final.
Personalmente, ya lo sabéis los que me leéis con asiduidad, no me gustan las historias que se quedan a mitad de trayecto; libros que sin avisarnos previamente, nos dejan pendientes de resolución para una próxima entrega, porque desconocemos a ciencia cierta cuando llegará la continuación.
A muchos de vosotros se que ese detalle no os importa, pero yo soy de las personas que tienden a releer cuando sale una nueva entrega de una saga, de ahí que no me haya leído por poneros un ejemplo, "juego de tronos" o que haya roto relaciones con Christian Jacq, porque siempre me deja las historias a medias...
En fin, que esto que acabo de comentar es el único fallo que he encontrado en la novela.
Respecto a la frase del comienzo: Una historia como nunca habías leído antes, se cumple, porque nos va a mostrar como conocer a las personas, a analizarlas, de una forma distinta, como nunca antes lo había visto...


martes, 15 de enero de 2019

La cata de Roald Dahl

Sinopsis:

«La cata» es uno de los más brillantes relatos de Roald Dahl. Se publicó por primera vez en la edición de marzo de 1945 del Ladies Home Journal y posteriormente fue publicado, en 1951, en The New Yorker.
Seis personas se sientan a la mesa en la casa de Mike Schofield, un corredor de bolsa londinense: Mike, su esposa e hija, un narrador sin nombre y su esposa, y un famoso gastrónomo, Richard Pratt. Pratt suele hacer pequeñas apuestas con Schofield con el fin de adivinar el vino que se está sirviendo en la mesa, pero esta noche la apuesta será mayor... Cuando Schofield sirve el segundo vino de la cena comenta que será imposible adivinar cuál es, lo que Pratt toma como un reto.
 Iban Barrenetxea ha realizado un magnífico trabajo gráfico para invitarnos a esta misteriosa velada. El vino está servido. Empieza la cata.

Opinión:

Ya sabéis que de vez en cuando os traigo una pequeña curiosidad al blog.
Este pequeño cuento ilustrado, de tan solo 80 páginas, aparecía recomendado en una de esas revistas que suelen elaborar en las bibliotecas, y de él se decía que además de contener altas dosis de humor ácido también deparaba al lector un final demoledor... Lógicamente y debido a su brevedad, me senté allí mismo y lo leí en un parpadeo.
Pero vayamos a lo interesante.
Lo más curioso de este autor, Roald Dahl, los que hayáis tenido la oportunidad de leer alguna de sus obras lo sabréis, son sus finales.
Todas deparan una sorpresa final, una vuelta de tuerca que pone a cada personaje en su sitio, restaurando el equilibrio y retornando la situación a su estado normal.

El narrador de esta curiosa historia, es un narrador en tercera persona, un personaje que asiste a la cena en compañía de su esposa, pero del que no vamos a saber su nombre.
Va a pasar totalmente desapercibido durante la extravagante cena, y su única misión va a ser testimoniar de forma fiel lo que allí acontece. Va a resultar totalmente neutral.

A esa cena elitista van a asistir seis personajes, a dos ya los conocemos, y el resto serán: el estrafalario anfitrión, el señor Schofield, un pedante encantado de haberse conocido a sí mismo, al que se le va la vida en intentar aparentar; su mujer e hija, y un gastrónomo famoso, de nombre, Richard Pratt.

Lo primero que hará nuestro narrador es presentar y describir a los personajes.
Lo cierto es que no hay mucho que describir, las mujeres pasan casi desapercibidas, ya que asistimos a una pelea de gallos, y nuestro narrador testigo centrará toda su atención en la impertinencia de Shofield y de Pratt.
De esa forma se inicia una especie de duelo; uno retando a averiguar que vino es el que se sirve en la cena, y el otro, demostrando su pericia y pedantería al intentar averiguarlo.
La controversia en la mesa surgirá cuando cada uno de ellos presente la que será su apuesta.
Como he dicho el resto de personajes son ambientales, no aportan nada interesante, tan solo son figurantes de un inquietante lance.


Esta novela es perfecta para ser llevada al teatro.
Una obra con un estilo muy británico, y cuyos personajes se comportan de manera casi infantil.
Los lectores vamos a ser uno más en la mesa, gracias a ese narrador, y lo cierto es que nos sorprenderá no solo por el suspense que acompaña a la apuesta, sino también por la vergüenza ajena que llegamos a sentir.
Os invito a tomar parte de esta estrambótica cena con un toque muy esnob. imprescindible vestir de etiqueta, y ya me contaréis...



viernes, 11 de enero de 2019

Notre-Dame de París de Victor Hugo

Sinopsis:

Notre-Dame de París cuenta la historia de la gitana Esmeralda, quien en compañía de su cabra Djali toca la pandereta y baila en las calles de París para subsistir, hasta que se la acusa de haber asesinado al capitán Phoebus, su amado, y se la condena a la horca. Sin embargo, el jorobado Quasimodo, campanero de Notre-Dame, quien tras su deformidad esconde un corazón sensible y sediento de amor, luchará para salvar a la gitana. Recreación del mito de la bella y la bestia y uno de los monumentos de la literatura francesa, Notre-Dame de París es una historia verdaderamente inmortal.
La presente edición se abre con un estudio escrito por el que fue uno de los más reconocidos expertos en la obra de Victor Hugo, el crítico literario y profesor francés Jacques Seebacher. Además de contar con la reciente traducción de Teresa Clavel, el volumen incluye una cronología sobre el autor.

Opinión:

Hace mucho que tenía pendiente la lectura de este gran clásico, y lo cierto es que la reseña también se ha hecho de rogar más de la cuenta. He tenido que tomarme un tiempo para reflexionar sobre la historia, sobre los personajes, o sobre como encauzar este comentario, porque es verdad que como había leído en algunos sitios, todo este libro en conjunto, termina dejando una profunda huella en el lector; es una compleja obra de construcción, con sólidos cimientos e iluminada por la gracia de los personajes.

Por eso voy a empezar por lo más fácil, hablándoos de su autor.

Notre-Dame de París y Victor Hugo. 

Victor Hugo, poeta, dramaturgo y novelista francés, está considerado como una de las mejores voces de la literatura francesa, de todos los tiempos.
Hombre comprometido con la política, aprovecho la influencia que tenía como escritor para volcar en sus obras su propia crítica, de esa forma veremos como en ellas vierte, subrepticiamente, sus ideas sobre la educación, sobre la pena de muerte o los derechos de la mujer, entre otros.

Pero el conjunto de acontecimientos que marcaron a este autor y que le impulsaron a escribir este libro en 1830, será  la lucha por preservar el patrimonio artístico francés.
En ese momento, existía la conciencia de que los edificios que se deterioraban debían derruirse para dar paso a otros de nueva construcción.
Victor Hugo va a ser una de las voces que se alcen contra ese agravio urbanístico, un gran defensor de  preservar los edificios de la época medieval, de ahí precisamente, de esas ideas va a surgir la historia de Nuestra Señora de París.

Esta obra dramática fue publicada en 1831 y está compuesta por 11 libros.
Se encuadra dentro de la estética del Romanticismo, y sus personajes por lo tanto, estarán marcados por la fatalidad desde el comienzo.

Vamos a ser testigos de como el poder de los sentimientos se enfrenta a la razón y termina afectando a la toma de decisiones, pero no será la única característica romántica que perfile a los personajes...
Lo misterioso, las supersticiones y lo exótico nos llegan de manos de la tradición folclórica; la rebeldía, la melancolía, el amor y las pasiones desatadas, junto al destino y la muerte, serán también elementos fácilmente reconocibles en esta historia.
El romanticismo como ya habréis podido comprobar en otras obras, da a unos personajes nostálgicos, idealistas en extremo que se encuentran de golpe con la cruda realidad, una sociedad que no les comprende, cruel, materialista y miserable, que se mueve por impulsos irracionales, y que aquí, el gran autor francés, nos describe a la perfección.

La novela

El narrador que emplea Victor Hugo, es el clásico narrador del s. XIX.
No interviene en los hechos pero sí nos los relata como haría un cronista. Supuestamente debería mostrarse imparcial, pero no lo consigue, rompe la objetividad dirigiéndose a nosotros, mostrándonos los aspectos negativos de la sociedad, de los personajes, y no duda a la hora de posicionarse en un lado, dejando clara su opinión.
La narración sigue un orden cronológico, aunque también se incluyen algunas retrospecciones, que rompen en momentos puntuales esa linealidad.
Vamos a encontrarnos por lo tanto, una historia principal y unas cuantas historias más secundarias, que dan forma a los personajes.

También hay que señalar que algunos capítulos, podrían considerarse algo densos e incluso creo que podrían llegar a ralentizar la lectura, pero también opino que sin ellos la obra no se entendería igual.
Esos capítulos donde se habla sobre arquitectura, donde se describe cada una de las piedras de Notre Dame o de cualquier otro edificio de París, sirve para crear un fondo en la novela imprescindible y que nos sitúa en el contexto histórico.

Otro detalle a tener en cuenta es que esta historia nada tiene que ver con la que nos vendió Disney, edulcorada o adulterada, como queráis... y aprovecho este nuevo inciso para seguir hablando de lo que creo más importante, los personajes.
Ni Quasimodo es la encarnación de la bondad, ni el arcediano Frollo es el personaje malvado por definición.
Las circunstancias que rodean a cada uno de los componentes del elenco principal, son los impulsores que hacen que se muevan entre la delgada linea que separa el bien del mal; no son perfectos, son como semillas que van germinando y creciendo a lo largo de la obra, influenciadas por cuanto les rodea, son como esponjas, que se nutren de los acontecimientos y basan sus decisiones en lo que sucede a su alrededor.
Cada gesto, cada decisión que tomen marcará su final y es que en esta obra, como ya os he mencionado más arriba, el destino y el azar es algo que jugará con ellos, un elemento muy presente en toda la obra de Victor Hugo.

Los personajes... 

Y he dejado casi para el final a los personajes, porque hay mucho que hablar sobre ellos...
La bella gitana Esmeralda; el deforme jorobado, Quasimodo; el arcediano, Claude Frollo y el capitán Phoebus de Châteaupers, van a ser algunos de los protagonistas principales de esta historia cargada de romances desdichados y seres marginales.
Como ya tendréis oportunidad de comprobar, si os decidís por esta lectura, los protagonistas son como matrioskas, sencillos en su forma exterior pero que esconden una extraordinaria complejidad en cada una de sus capas.
Cuando empecé a leer esta historia, tenía la idea errónea de que Notre-Dame, la majestuosa catedral, era el gran personaje, un escenario que acapararía las escenas pasando de ser algo inanimado al protagonista principal, pero al final no ha sido así.
Me ha ocurrido algo extraño, pero no solo con esa señorial construcción, amada por su belleza y su armonía, sino también con el resto de personajes que no me han parecido protagonistas absolutos... y creo que esto tengo que explicarlo porque se podría malinterpretar.

Todos los personajes principales que componen esta novela, es decir, Esmeralda, Quasimodo, Gringoire, Frollo y Phoebus, son grandes personajes; se mueven de un extremo a otro, evolucionan y con cada uno de esos cambios que experimentan, no solo consiguen provocar reacciones en el resto de protagonistas, sino que también lo hacen sobre el lector, llegando a conmocionarnos en algunos momentos.
¿Pero qué ocurre con ellos? pues simplemente, que se roban el protagonismo en cada uno de los capítulos.
Cada personaje es único, destaca dentro de su propia trama, son personajes redondos que se complementan con un único fin... Sumar a la narración.
Aportan detalles a la historia general, la enriquecen, haciendo destacar el argumento sobre cualquier otro detalle.
En esta obra, cada palabra, cada frase está meticulosamente concebida para despertar emociones, para lograr conmovernos con el dramatismo del argumento y con las descripciones soberbias y meticulosas de los escenarios, que se nos van mostrando según se van moviendo esos actores.

Insisto, creo que esta novela, tal y como os decía en el primer párrafo de la reseña, es una compleja obra de construcción que se sostiene sobre sólidos cimientos, imposible citar todos, y siendo iluminada por el excelso elenco de personajes.
Pero creo que todo lo dicho hasta el momento, aún resulta escaso para describir lo que he sentido con los protagonistas.

Todos esos figurantes, como acabo de decir son complejos, cada uno muestra una personalidad única, no hay ni un solo rasgo en común que compartan.
Su forma de actuar, su personalidad, o como interpretan el amor o el honor, es distinto en cada uno de ellos.
Victor Hugo creó una gran paleta de personalidades, cada uno con una naturaleza. Se mueven entre la  dulzura, la compasión, el odio, la mentira e incluso la obsesión, y se sitúan en la escena como en un círculo cromático, según su comportamiento pueden ser fríos o cálidos y cada uno tendrá su complementario.
Por ejemplo:
El lánguido y melancólico Quasimodo, contrasta con la siempre alegre Esmeralda, al igual que al grotesco personaje es imposible no compararle con la belleza de la joven gitana o del capitán Phoebus.
El corazón noble de Quasimodo hace destacar más aún si cabe, la naturaleza oscura que se esconde en el de Frollo.
El amor puro de algunos personajes contra el obsesivo de otros, la sinceridad contra la mentira o el valor contra la cobardía...

Gringoire me ha parecido un excelente personaje, tenía que hablar necesariamente de él, y creo que Victor Hugo tendría que haberle dotado de un mayor protagonismo.
Es un poeta, un romántico que intenta enseñar a través de sus obras. En todas ellas vierte un fin didáctico, y el pobre se estrella.
Es el personaje cómico, el representante de la cultura, alguien que enarbola las bellas letras, la poesía contra la ignorancia de la plebe.
Quasimodo, según nos lo pinta el autor en un capítulo en concreto, es malo porque es salvaje, como si una cosa fuese inherente a la otra.
Yo no opino igual, creo que Quasimodo es otra víctima en esta historia. Se ve rechazado por la sociedad, condenado por ella; es objeto de burla constante, de maldiciones; él siente odio a su alrededor, sin entender el porqué, y termina mimetizándose con el entorno. Adopta ese odio, se convierte en un espejo que refleja lo que ve, y lo vuelca sobre los que están en frente, por lo tanto no es más que un fruto de esa sociedad decadente e infecta que le persigue.

Esmeralda es el personaje femenino, la víctima de toda la historia. Un personaje perseguido y acosado. Alguien que nos mostrará como a su alrededor se despiertan los distintos conceptos de amor.
Así conoceremos el amor caprichoso, el amor pasional, el incondicional, el fraternal y el obsesivo.

Para ir terminando...
Esta historia y sus personajes, aunque pueda parecer una locura, me recordaron mucho a La Regenta de Clarín; lo que ocurre es que la escritura de nuestro autor patrio es más sobria, adecuándose a las características del realismo, pero ya veréis a que me refiero.
Ambas novelas son un gran fresco narrativo sobre la sociedad de la época.
La ciudad de Vetusta y su catedral, actúan como París y Notre-Dame, contemplando silenciosas lo que sucede a sus pies.

Esmeralda y Ana Ozores son las víctimas de una persecución amorosa, presas de la ambición de los personajes masculinos. Ambas son la antítesis de esa sociedad podrida de avaricia, egoísmo y envidia.
Fermín de Pas, el magistral, al igual que el arcediano, Claude Frollo, sienten una pasión creciente, enfermiza hacia las protagonistas de sus historias.
Ambos contemplan sus ciudades y a sus habitantes desde lo más alto de sus catedrales, demostrando su supremacía.

Alvaro Mesía y Phoebus son los conquistadores, personajes que ven en la seducción solo un juego.

Y con esta comparación inusual, quizás algo alocada pero fruto de mis reflexiones, termino la reseña.
Espero que os haya gustado o al menos que haya hecho saltar en vosotros una pequeña chispa de emoción que quizás prenda como futura lectura.


lunes, 31 de diciembre de 2018

Rey de picas de Joyce Carol Oates

Sinopsis:

«Un homenaje a Poe. Este perturbador y electrizante thriller de Oates no decepciona.» 
Kirkus Reviews 

«Los problemas empezaron de la manera más inocente cinco meses, dos semanas y seis días antes.»
Andrew J. Rush ha conseguido el aplauso del público y la crítica, un éxito con el que sueña la mayoría de los autores. Sus veintiocho novelas policíacas han vendido millones de ejemplares en decenas de países y tiene un poderoso agente y un editor brillante en Nueva York. También tiene una amante esposa y tres hijos ya adultos, y es una gloria local en el pueblo de Nueva Jersey donde reside.
Pero Rush esconde un oscuro secreto. Utilizando el seudónimo Rey de Picas escribe otro tipo de novelas, violentas y espeluznantes: el tipo de libros que el refinado Andrew nunca leería y mucho menos escribiría. Su vida perfecta se viene abajo cuando su hija encuentra una novela de Rey de Picas y comienza a hacer preguntas. Al mismo tiempo, Rush recibe una citación judicial tras ser demandado por una mujer del pueblo que lo acusa de plagio. Mientras la reputación, la familia y la carrera de Rush peligran, los pensamientos de Rey de Picas se vuelven cada vez más malvados.

Opinión:

Al igual que hice el año pasado, dedico esta última entrada del año a la reseña que preparé para la revista digital Cita en la glorieta.
Espero que os guste.


Esta reseña fue realizada para colaborar en la V Semana Negra en la Glorieta (2018), evento dedicado al género negro y policíaco.

La Semana Negra en la Glorieta se celebra, desde el año 2016, del 21 al 27 de noviembre. Aunque inicialmente se trataba de un festival virtual, en las últimas ediciones, además de la publicación de reseñas, artículos y relatos, se han llevado a cabo actividades presenciales en diversas ciudades de España y Latinoamérica. 

Coordinada por Rafael Guerrero, Osvaldo Reyes y Javier Alonso García-Pozuelo, a lo largo de estos años, han participado en ella más de un centenar de escritores y críticos literarios del género negro de Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, México y Panamá.

Si queréis leer todos los artículos, reseñas y relatos negros que se han publicado en ese evento, solo tenéis que pinchar en el enlace que os dejo a continuación. 




Joyce Carol Oates, es una autora singular.
En su larga y prolífica carrera literaria de más de cuarenta años, ha publicado más de 50 novelas, más de cuatrocientos relatos breves, una docena de libros de no ficción, ocho de poesía y otras tantas obras de teatro...
Es una autora siempre alabada por la crítica, detalle que sumado a lo anteriormente citado, la ha llevado a convertirse en una de las grandes figuras de la literatura contemporánea.
Pero lo que la convierte en singular, según mi opinión, es un detalle cuya pista podéis hallar en las primeras líneas de esta reseña, y reside en que Joyce Carol Oates es una escritora capaz de cambiar de tono, de registro, sin inmutarse... eso sí, logrando conmocionar al lector en cierta medida.

En esta obra escrita en 2015, con lo primero que vamos a encontrarnos es con un capítulo de tan solo una página. Un capítulo aislado y desconcertante, donde se nos relata una agresión.

A continuación, en el siguiente, conoceremos a nuestro protagonista, Andrew J. Rush, un escritor de éxito con veintiocho novelas policíacas a sus espaldas, pero que como él mismo nos advierte, con unos problemas que comenzaron cinco meses antes.

A ese periodo mencionado, es al que vamos a retroceder llevándonos a Andrew como guía y narrador, esa técnica empleada es una narración preactiva, lo que comúnmente conocemos como racconto, es decir, un relato que nos hace retroceder hasta el inicio de esos problemas, y que poco a poco irá avanzando, facilitando datos de forma detallada, hasta alcanzar y dar sentido a ese primer capítulo del cual ya os he hablado; desde ahí, la narración continuará de forma lineal hasta llegar al desenlace.

Ya habéis conocido por tanto, algún dato sobre nuestro protagonista y sobre la estructura que encontraremos.
Pero en esta historia, hay alguien más; alguien que lucha por abrirse camino y ganar protagonismo; ese personaje es Rey de Picas, álter ego de Andrew y que sirve para dar título a esta obra.
De Andrew sabemos que además de tener una carrera brillante, está felizmente casado y es padre de familia; en cambio alrededor de Rey de Picas hay solo vacío.
Nadie conoce la identidad de ese escritor misterioso. Se sabe que sus novelas, día a día ganan adeptos, y que contienen una alta dosis de violencia; todo lo contrario a lo que se encuentra en la obra del protagonista. Ese es el motivo de que nadie pueda relacionar que tras el Rey de Picas se esconde el admirado Andrew J. Rush.

Pero dejadme que os hable de ese otro yo...
Joyce Carol Oates, la autora de esta historia, nos habla de algo real, algo que existe y que algunos podríamos calificar como desdoblamiento de la personalidad; un ejercicio del que muchos autores hacen uso por distintos motivos.
Existen los que escriben bajo seudónimo, los que buscan ocultar su identidad, para evitar que se les identifique en un texto, simplemente para mantener separadas vida pública de privada; y otros que hacen uso del heterónimo, es decir, cuando el autor crea una personalidad totalmente distinta a la suya y parece cobrar vida propia.
El uso de seudónimos o heterónimos, no es algo extraño de encontrar en nuestro día a día, basta darse un pequeño paseo por las redes sociales para comprobarlo.
Muchas veces es cuestión de preservar la intimidad y otras, en cambio, de liberar nuestro lado oscuro, así que no es extraño que eso también suceda en el mundo literario...
Conocemos a grandes escritores que a la hora de firmar sus artículos en la prensa, lo hacen o lo han hecho bajo otro nombre.
A mí, el que siempre me viene a la cabeza es nuestro famoso Larra, y ese nombre que más que en un seudónimo era un heterónimo, y que empleaba para firmar sus críticas mordaces, "Fígaro".

Pues bien, nuestro protagonista también va a hacer uso de ese juego empleando un heterónimo.
Él es el personaje correcto, el real, frente a Rey de Picas que no es ni más ni menos que su lado oscuro y secundario.
Rush le da rienda suelta a la hora de escribir esas novelas negras, depravadas y terribles, se libera en ellas de la carga emocional que arrastra, por lo tanto, podríamos decir que Rey de Picas es tan solo un medio para descargar la adrenalina, tan bueno como ir al gimnasio.

Mientras que Andrew escribe de día, Rey de Picas toma el control por las noches y compone sus historias cruentas. El problema va a surgir, cuando Rey de Picas, esa identidad ficticia y siniestra, intente poco a poco ganar espacio en la vida real.
Rey de Picas va a ir incorporando al monólogo interior de Andrew cada vez más comentarios perversos.
Vamos a ser testigos de una lucha interior, algo parecido a lo que vemos en la obra de Robert Louis Stevenson, El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde.

Pero no penséis que solo en esta lucha interior se basa Joyce Carol Oates para crear el argumento. Oates construye otra historia paralela, es decir, un dos en uno, y enturbia la apacible vida de nuestro escritor, que va a ver como recibe una citación judicial tras ser demandado por plagio.

Y creo que ya os he dado demasiadas pistas...

Nos enfrentamos a un thriller con tintes de novela negra y altas dosis de suspense. A todo esto hay que sumarle el aporte metaliterario, porque las referencias a autores y obras de misterio y suspense, también va a ser algo que encontremos en grandes cantidades.
Vamos a ver a a Richard Matheson, a Le Guin, a Lovecraft, entre otros muchos; y aunque ya he mencionado que algunos detalles pueden recordarnos a Jekyll y Hyde, las principales reminiscencias que vamos a encontrar, van a ser sobre la obra de Edgar Allan Poe, el gato negro y también de algunas historias de Stephen King, como Misery; La mitad oscura; o el relato La ventana secreta, jardín secreto.

Vuelvo al párrafo del comienzo para retomar una cuestión que comentaba allí, y así, abrir y cerrar esta reseña hablando sobre la autora.

La prensa, la crítica, etc... alaban la obra de Joyce Carol Oates.
Si habéis leído antes algo de ella, sabréis que no hace alarde de una gran prosa. Tampoco sus argumentos destacan por una gran originalidad, pero en cambio, hay algo mágico en sus narraciones; ese toque especial que sabe dar, que las retuerce convirtiéndolas en desasosegantes y atrayentes al mismo tiempo.
Los lectores nos sentimos tan atraídos por sus historias, como polillas a la luz.
Concretamente en esta narración, comprobamos que tampoco es excesivamente descriptiva; pero en cambio, podemos hacernos un retrato bastante claro y vívido de como son los personajes y los escenarios y ambientes por los que se mueven.
Dicen que muchas veces menos es más, y aquí Oates lo demuestra, nos regala tensión sin artificios, pero con un ritmo dinámico.
Si hay que poner alguna pega, lo hago sobre el final elegido; para mí, algo precipitado.
Creo que un par de capítulos más habrían servido para componer un final más enrevesado, más complejo, y que aportase ese giro final desconcertante, acorde con la introducción y el desarrollo de la trama.
No hubiese estado nada mal, jugar un poquito con la ambigüedad...