martes, 23 de octubre de 2018

El fantasma de la Ópera de Gastón Leroux

Sinopsis:

La Ópera de París se convierte en teatro de horrores en la más célebre obra del periodista y escritor de novelas detectivescas Gaston Leroux. En un ambiente de novela gótica, su escenario esconde tras sus tramoyas la morada del Fantasma: pasadizos secretos que serpentean alrededor de un lago subterráneo.
Esta fascinante historia recrea el mito de la Bella y la Bestia: una joven y delicada artista es el objeto de amor un tenebroso ser que oculta su identidad tras una máscara. Para conseguir a su amada Christine, una bailarina convertida en diva, este ser atormentado por su deformidad y fealdad revive su pasado de inventor de trampas y mazmorras.
Publicada por primera vez por entregas en 1909, El fantasma de la Ópera es uno de los argumentos preferidos del teatro y el cine por el misterio de la trama, la progresión del horror, el extremado y melodramático amor del protagonista y las imaginativas posibilidades del espacio creado por Leroux. Su fama se revalida en el éxito mundial del musical de Andrew Lloyd Weber que sigue en las tablas desde 1986.

Opinión:

Hoy voy a hablaros de todo un clásico de la literatura, una historia de sobra conocida por todos.

El fantasma de la Ópera es una novela gótica que apareció publicada por capítulos en el periódico "Le Gaulois" desde septiembre de 1909 hasta enero de 1910.
Le Gaulois, que posteriormente sería absorbido por "Le Figaro", tenía una edición dominical que contó con grandes plumas de la época, como Émile Zola y Guy de Maupassant.
La obra está inspirada en hechos reales y se mueve a caballo entre el drama, la tragedia, la novela romántica, el misterio y el terror, aunque este último aparezca de forma muy sutil.
Pero lo que ha ocurrido con esta novela es algo curioso...
Ha ido adquiriendo renombre con el paso del tiempo, pero de forma indirecta, ya que ni es uno de los clásicos de la literatura francesa más leído, ni tampoco el más elegido para hacerlo dentro del género de clásicos de terror gótico.
Esa fama le ha llegado por otro lado, debido a que ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones y a que su representación musical llenó durante tres décadas los teatros de Londres y de Nueva York.
Ya os he mencionado que El fantasma de la Ópera no es las novelas góticas más conocidas o más demandadas.
Drácula de Bram Stoker o Frankenstein de Mary Shelley, ocupan los primeros puestos en popularidad mientras que esta, que no es de calidad inferior, ha pasado a convertirse en uno de las grandes olvidados del género.
Estas tres historias comparten varios elementos en común: un protagonista que da título a la obra; la criatura de aspecto repulsivo, de gran crueldad y pasado misterioso que demuestra su escasa humanidad, pero que en cambio en otros momentos logra conmover a los lectores por el drama que arrastra.
Todos ellos son personajes cargados de matices, con un odio acérrimo hacia la sociedad o hacia la humanidad que reniega de ellos y les da la espalda, son seres atormentados, pero fascinantes, que huyen de la soledad y solo buscan el amor.
Pero sus historias también comparten otro detalle, su final.
Los lectores mantenemos la esperanza de que ese fin inevitable no llegue, esa monstruosidad que vemos en ellos nos hace sentirnos culpables, ya que no son más que el fruto de una sociedad corrupta que los crea y los condena desde el comienzo. Por lo tanto vemos en todas ellas, una clásica crítica social y moral.

Otros de los temas que aparecerán de forma recurrente y que se asocian con frecuencia a la literatura romántica, donde se incluye el género gótico, serán: el amor, la pasión, las emociones desbocadas, el odio y los celos, sin dejar de lado a la dama en peligro, los paisajes sombríos y la climatología que parecen afectar a la atmósfera emocional de los personajes, con ese estado de ánimo abatido que portan todos.

Y ahora permitidme que os hable del escenario sobre el que nos moveremos.
La Ópera de París, también conocida como Ópera Garnier o Palacio Garnier por su constructor, va a ser casi exclusivamente el escenario por el que nos vamos a mover; uno de los edificios más emblemáticos del s. XIX, que resalta por su construcción ecléctica, donde se mezclan elementos de diferentes estilos y épocas, pero sobre todo que parece estar recubierto de un halo misterioso, no es de extrañar que Leroux lo eligiese para desarrollar su obra más famosa, ya que desprende elegancia al tiempo que misterio.
Otro de los escenarios que visitaremos será su lago subterráneo. Este lago no es fruto de la imaginación del escritor, es un lago artificial creado bajo el magnífico edificio, el estanque subterráneo es hoy en día usado como depósito.

Detalles que me han gustado...


TÉCNICA
Esta historia comienza de forma sencilla, y según va avanzando se va volviendo más compleja a la vez que intensifica la trama.
Reconozco que en un principio me costó un poquito meterme en su lectura, por la cantidad de notas al pie que contenía mi edición, todas relativas al mundo de la ópera. Pero incluso así, hay que reconocer que es una historia brillante, donde su autor no solo da rienda suelta a su imaginación, sino que también emplea una técnica que mucho tiene que ver con el S. XIX donde está ambientada.

Uno de los narradores que vamos a encontrar es el típico de las obras de ese periodo, pero con un ligero matiz.
Lo que nos va a ofrecer es una especie de crónica periodista o de investigación, sobre los sucesos que ocurrieron en la Ópera de París, pero interrumpiéndola de forma constante, dirigiéndose a los lectores, decidiendo que datos aportar y en que momento hacerlo, algo que por otra parte era típico de la época.
Nos va a explicar lo que ocurre, pero aunque intente mostrar objetividad en su relato no puede evitar intervenir, puntualizando algunos detalles, lo que nos lleva a una narración que no es neutral por mucho que lo intente, empleando sus páginas para verter su crítica de la sociedad.

El otro tipo de narrador que encontraremos es uno en primera persona, un testigo que nos transmite la historia, irá incorporando a su relato fragmentos de cartas, diarios o declaraciones del resto de personajes que encontremos.
Con la incorporación de estos nuevos narradores puntuales, lo que va a hacer Leroux es variar la estructura, y nos vamos a encontrar con varias historias dentro de la trama general.
Cada personaje irá añadiendo detalles, dando forma y complementando el argumento, no solo aportarán datos sobre ellos, sino también sobre los acontecimientos que suceden o han sucedido a lo largo del tiempo alrededor del fantasma y de ese gran escenario por el que deambula con sigilo.

Y ahora que he citado de forma indirecta a los personajes, me obliga a hablar de ellos, peo voy a hacerlo sin profundizar en ninguno.
El motivo es que, aunque hay grandes personajes en este libro, todas sus historias nos llegan de forma indirecta, no llegan a brillar y es debido fundamentalmente a dos motivos.
Esa forma de narrar de Gastón Leroux, con esa investigación periodística, parece que los convierte incluido Erik, el fantasma, en secundarios. Los relega a un segundo término y parecen ambientales bajo la pluma de ese periodista, quizás alter ego de Leroux.
El otro detalle es el edificio majestuoso por el que transcurre el argumento; la Ópera actúa como protagonista y testigo silencioso, parece que quedan atrapados en la historia y en el interior de ese escenario que les eclipsa.

MÁS SIMILITUDES y GUIÑOS
Cualquiera que haya leído la obra o visto cualquiera de sus representaciones en teatro, musicales o bien versiones cinematográficas, no le costará reconocer en el argumento de esta historia, además de los ya citados en el primer apartado, elementos que nos recuerdan a otras obras, por ejemplo a un cuento tradicional francés, el de La bella y la bestia.
Ese cuento francés, del que también existen muchas variantes, cuenta con detalles que vamos a ver también aquí: el valor de las promesas; un personaje femenino que debe volver al lugar que supone su cautiverio, junto a un personaje de horrible aspecto para cumplir la promesa hecha.

André Castaigne Fantôme Opéra1.jpg
Otra de las obras que encontraremos, esta vez citada claramente, u homenajeada, es "La máscara de la muerte roja", obra de Poe, ya que será el disfraz que adopte el fantasma en el baile de la ópera.

CURIOSIDADES
Existen al menos doce versiones cinematográficas sobre esta obra, y la realizada en 1925 está considerada como una joya del cine mudo, entre otros motivos porque debió resultar excesivamente complicado recrear esta historia sin voz, ya que se construye con grandes dosis musicales . La genialidad la consiguió su actor principal, Lon Chaney que consiguió una actuación terrorífica y soberbia.



martes, 16 de octubre de 2018

Los crímenes de Mitford de Jessica Fellowes


Los crímenes de Mitford (Crímenes de Mitford 01)
Sinopsis:

Seis hermanas. Toda una vida de misterio. Una familia incomparable.
Estamos en 1919, y Louisa Cannon sueña con escapar de su vida de pobreza en Londres y, sobre todo, de su peligroso y opresivo tío.
La única salvación para Louisa es una posición dentro de la casa de los Mitford en Asthall Manor, en el campo de Oxfordshire. Allí se convertirá en institutriz, acompañante y confidente de las hermanas Mitford, especialmente de Nancy, de dieciséis años, una chica joven y mordaz, fantasiosa e imaginativa.
Sin embargo, una enfermera de nombre Florence Nightingale Shore, será asesinada en un tren a plena luz del día, y Louisa y Nancy se encontrarán envueltas en los crímenes de un asesino que hará cualquier cosa para ocultar su secreto.

Opinión: Los crímenes de Mitford (Crímenes de Mitford 01)

Creo que sería justo, antes de comenzar a hablaros sobre esta novela, hacer una breve mención a su autora y a la estructura que adoptará esta nueva saga de novelas.

Jessica Fellowes es conocida por sus novelas de Dowton Abbey, ambientadas en Inglaterra a comienzos del s. XX, y en ellas se retrata la vida de una familia aristócrata y la de sus criados, seguro que os suena la serie de televisión.

Esa fascinación por los años 20 y por la alta sociedad inglesa, la ha llevado a crear esta otra saga de novelas de misterio, basadas en casos reales sin resolver y adaptando como personajes a la familia Mitford, (también reales).
Cada volumen de esta serie tendrá como personaje destacable, a una de las hermanas Mitford, y los casos que se intenten resolver harán avanzar el curso de la historia, relatando los acontecimientos que marcaron ese siglo XX.

El protagonismo principal a lo largo de toda la serie recaerá en un personaje de ficción, Louisa Cannon, una humilde joven que ocupará el puesto de niñera de la aristocrática familia, detalle que aprovecha la autora para mostrarnos las diferencias entre clases, al tiempo que reivindica el papel de la mujer y su lucha por hacerse un hueco en la sociedad; por supuesto, sin dejar de lado, la resolución plausible de los misterios, que será el objetivo principal de este conjunto de libros.
Pero la joven Louisa no estará sola en esas aventuras, para hacerlas más reales se hará ayudar por un joven policía, y de esa forma también se incorporará el toque romántico a la saga.

Hay que decir, que la ambientación está muy cuidada, pero en algunos momentos debido a las descripciones y a ese intento de hacer llegar al lector los escenarios y ambientes con total nitidez y precisión, la narración se me hacía algo lenta, parecía que la historia se quedaba enganchada en algunos puntos, costándole avanzar, y eso me impedía cogerle el ritmo.
Supongo que eso será un detalle puntual achacado al comienzo de la saga, ya que hay que hacer especial hincapié en algunos datos y situaciones que en las sucesivas entregas serán omitidos.

A pesar de lo ya mencionado, me ha parecido una novela muy entretenida, pero habría que hacer otra puntualización para los los que estéis pensando en comenzar con esta novela; no debemos fiarnos al pie de la letra de todo lo que se cuenta en ella.
La vida que se recrea entono a los personajes reales no se ajusta totalmente a la realidad, porque contiene un alto componente de ficción o de licencia del autor.

Dicho esto voy a mencionaros lo que resta y que me ha parecido más interesante y atractivo de esta historia.

Está elaborada con los clásicos estereotipos del género enigma de comienzos del s. XX; esos patrones que de forma tan perfecta desarrollaron grandes damas como Agatha Christie y/o Ethel Lina White.
¿Cuáles son esos estereotipos?
Pues un asesinato o desaparición cometido en un medio de transporte, en concreto en un tren, y una mujer que toma las riendas del papel principal para resolver el misterio, intentando dejar de lado los clichés sociales.
Puede que pensemos que para una novela del siglo pasado repetir esos patrones estaba bien, pero para una actual esa reiteración puede llegarnos a parecer aburrida, yo creo que solo se copia lo bueno y las modas terminan volviendo, y en este caso la repetición de ideas resulta acertada.

En esta novela Jessica Fellowes, no solo se inspira en el argumento de ese tipo de obras que convirtieron historias de apariencia sencilla en uno de los géneros más populares, presumiendo de argumentos complejos y retorcidos, sino que también consigue adoptar con acierto el tono narrativo de los personajes, el ambiente y el estilo de la época.
Creo que es algo a tener en cuenta y que deberíamos valorar de forma positiva.
La autora también consigue integrar en la novela el género epistolar, y ese es otro de los elementos que aportan ese toque de novela de época, consiguiendo recrear el ambiente y utilizándolo de paso para facilitar datos y hacernos retroceder en el tiempo mediante esas cartas, a modo de recuerdos.

Para ir terminando, voy a mencionaros otro detalle a modo de curiosidad que me ha gustado, y es incluir a la famosa Florence Nightingale en la novela.
Florence fue una gran enfermera que está considerada como la precursora de la enfermería actual. En su honor, hoy en día, los nuevos enfermeros tras acabar sus estudios, siguen haciendo el juramento Nithtingale, un juramento público de carácter ético, parecido al hipocrático que realizan los médicos.
Esta famosa enfermera, que tan solo aparecerá citada, será la madrina del personaje que aparece muerto, y de ahí la similitud en el nombre, que al comienzo puede crearnos algo de confusión.

De momento solo podemos opinar sobre esta historia, tendremos que esperar a la siguiente entrega para hacernos una opinión más global sobre el desarrollo de la saga, pero si sigue la misma linea, creo que nos encontraremos ante una saga interesante y entretenida a tener en cuenta.


martes, 9 de octubre de 2018

La escalera de caracol de Ethel Lina White

Sinopsis:

Helen ha comenzado a trabajar como dama de compañía en La Cúspide, una gran mansión que se erige en la línea divisoria entre Inglaterra y Gales. La ciudad más próxima se encuentra a 22 millas y el pueblo más cercano a 12. Por ello, son pocos los que aceptan de buen grado trabajar en un lugar tan apartado.
Helen empieza al servicio del viudo profesor Warren, su hermana Blanche - también viuda - y la vieja madrastra de ambos, Lady Warren, enferma y recluida en la habitación azul desde hace años.
A pesar de que inicialmente Helen no debía ocuparse de Lady Warren enseguida se ganará su amistad y su confianza gracias a su dulzura, y se convertirá en la favorita de la dueña de La Cúspide.

Opinión:

Hace unas semanas os hablaba de "La dama desaparece", una gran historia de suspense escrita por la autora británica Ethel Lina White y que fue llevada al cine por Alfred Hitchcok. En esa reseña os avanzaba que en breve volvería a hablaros sobre su excelente autora.
Pues bien, ya ha llegado ese momento anunciado y hoy os acerco a otra novela suya, esta vez a la que está considerada como la mejor de todas sus obras y que fue escrita en 1933.
La historia que se esconde tras La escalera de caracol, tardó en ser llevada al cine, pero al final vio la luz en 1945 bajo la dirección de Robert Siodmak, aunque hay que mencionar que existen bastantes diferencias a simple vista con la novela.

Ethel Lina White, como ya pudisteis comprobar, es una autora que sabe mantener la intriga hasta el final, pero que peca de dar a sus obras un final apresurado.
Esa es quizás la mayor pega que encuentro en sus relatos, que los finales me resultan poco elaborados, sin detalles.
Nos dejan siempre con la miel en los labios; con la dama en brazos del galán, pero sin saber muy bien como hemos llegado a ese punto, a esa escena final.
Al margen de esta minucia, hay otros elementos que convierten en interesantes sus lecturas...

Como detalle curioso que voy a utilizar para picaros en la lectura de este libro, os diré que he encontrado un detalle en el argumento que me hacía recordar muchísimo a la estructura de diez negritos, escrita por Agatha Christie en 1939.
En esa novela, los personajes van muriendo, desapareciendo de escena, aquí no ocurre exactamente así, no penséis que es un spoiler... pero en esta narración, los habitantes de la casa tienen en común con los protagonistas de la obra de Christie, que irán saliendo de escena uno a uno, por diversos motivos, contribuyendo a crear un ambiente cada vez más aislado y claustrofóbico.

Pero vayamos por partes, creo que lo mejor sería comenzar con los parecidos razonables...

Similitudes con "La dama desaparece" de la misma autora:

Vamos a tener...
➣Un personaje central femenino.
➣Ambiente claustrofóbico, provocado por el aislamiento.
➣La soledad que rodea a la protagonista, pese a estar rodeada de gente.
En La dama desaparece, esa soledad se debía al comportamiento del personaje; a viajar en un tren que no realizaba paradas; a la dificultad para hacerse entender en un lenguaje ajeno y al comportamiento extraño del resto de viajeros...
En La escalera de caracol, ese aislamiento es causado por la diferencia de clases.
Helen no pertenece a los criados, es como una asistente, pero tampoco encaja con la clase alta, y lógicamente esa soledad también lo aporta la mansión apartada.
➣El argumento sucede en un breve espacio de tiempo.

Diferencias con "La dama desaparece":

Como diferencias encontramos principalmente, el tono que emplea la autora.
➣El tono:
Si en La dama desaparece hacía gala de un toque de humor muy inglés, aquí el humor es más socarrón y quizás aparece en dosis menores.
➣El ritmo y la tensión.
También veíamos que la aventura en tren tenía más ritmo, resultaba más dinámica, y la tensión se diseminaba a lo largo de la narración, eso sí, intensificándose en la parte final.
En  La escalera de caracol aunque con una narración más pausada y concentrando toda la tensión en el último cuarto de novela, nos ofrece un argumento mejor, más enrevesado y mejor construido, con más detalles.

La escalera de caracol.

Lo que quizás más me ha gustado de este relato es el narrador elegido, que afecta a la tensión narrativa.
Para esta ocasión, la autora opta por un narrador equisciente

Relata en tercera persona al igual que lo haría el omnisciente, pero la gran diferencia reside en que este tipo de narrador tiene unas carencias.
Solo conoce lo que ocurre alrededor de un personaje, en este caso el de Helen; se centra en captar hasta el más mínimo movimiento de ella, la persigue como si se tratase de una cámara, y esa información es la que nos hace llegar, pero descuida lo que sucede alrededor del resto de personajes. De esta forma se aporta más suspense a la historia.
Vemos como el peligro flota en el aire, siempre alrededor de Helen.
Los lectores con este tipo de narrador, siempre vamos a ir un paso por delante de la protagonista.
Intuimos lo que va a suceder por las pistas que nos va dando el narrador; nos deja ver algunos detalles, lo que más le llama la atención, pero solo puede narrar lo que ve en un círculo de acción mucho más pequeño que el que vería un narrador omnisciente.
En una película, el peligro nos lo avanza la música; aquí aunque carecemos de ese elemento vamos viendo como el peligro se acerca cada vez más a Helen. Con esa intuición nuestra, y con esa carencia del narrador se aumenta la angustia, sobre todo porque sabemos que la protagonista desconoce que poco a poco el cerco se va cerrando sobre ella.

A ese suspense que se consigue con el narrador, también hay que añadir el que aportan los escenarios.
La mansión, "La Cúspide", parece acechar a los personajes, al igual que la famosa escalera de caracol que da título al libro.
Esos elementos inanimados, omnipresentes a lo largo del relato, que adoptan al mismo tiempo el papel de protagonistas, dan el toque de inquietud y convierten a los habitantes de la mansión en simple atrezzo. Una casa demasiado aislada de la civilización, solitaria y que arrastra fama de traer mala suerte, y una escalera oscura, con ángulos muertos, donde cualquiera podría esconderse y pasar totalmente desapercibido...

Otros detalles a favor de esta historia...

Tema central... El psicópata misógino.
No sé si es la primera, la segunda, o la décima vez, que una obra tiene como tema central a un asesino en serie que arrastra un trauma sexual; pero quizás esta junto con Psicosis, son las que más me impactaron cuando las vi en su versión cinematográfica.
Vemos el tono misógino incluso en el papel de algunos personajes femeninos. Ese pensamiento se había enquistado incluso dentro de nuestro género.
Lo apreciamos en la forma de pensar de la enfermera que asiste a Lady Warren, con las opiniones sobre todas las mujeres "de aspecto cuidado", y también en Simone, el personaje que encarna a la femme fatale de la novela.
El pensamiento de Simone contrasta enormemente con su forma de actuar; ella, una mujer adinerada, a pesar de estar casada con Newton, uno de los integrantes de la familia Warren, se cree libre y que puede abandonarle cuando ella quiera, en cambio ese pensamiento tan liberal para la época choca con la opinión que tiene sobre su propio género.

“Sentía desprecio hacia las mujeres inteligentes, ya que creía que la mujer solo necesitaba instinto para explotar todos los rincones del territorio llamado hombre”.

La historia resulta perfecta para convertirla en obra de teatro.
La escasez de escenarios y de personajes, sumado a que se ajusta a la perfección a las reglas literarias ideadas por Aristóteles para el teatro, la convierten en ideal para la escenificación. Esas reglas conocidas por las tres unidades, son:

  • La unidad de tiempo: todo sucede en un día.
  • La unidad de espacio: todo sucede en un único escenario.
  • La unidad de acción: una historia lineal, con introducción, nudo y desenlace, y que no da importancia a las historia secundarias.
Y por fin, para ir terminando, no podía dejar de mencionaros otra serie de diferencias...

Diferencias entre película y novela:

➣En la película, Helen, es muda, lo que crea más angustia, porque su aislamiento es mayor.
La inquietud se agudiza por esa mayor vulnerabilidad de la protagonista y también con los planos en los que aparece el asesino observando, planos en los que solo podemos contemplar un ojo que acecha cada movimiento de la protagonista, y que en la novela se omiten.
➣En la película también sabemos que el asesino es un hombre, todo lo contrario de lo que sucede en la obra literaria, donde todos los personajes, independientemente del género, aparecen como posibles asesinos.

➣El número de personajes en la cinta también es menor.
➣Otra diferencia es que Helen en la película lleva tiempo trabajando en la mansión, detalle que hace que conozca más profundamente a los personajes y haya una relación más estrecha con ellos.

Por el contrario...
➣En la novela se capta más los matices de las personalidades complejas de cada uno de los personajes, detalles que en la película apenas se aprecian, ya que no hay tiempo para ahondar en ellos, resultando más superficiales.


martes, 2 de octubre de 2018

Pacto de Sangre de James M. Cain

Sinopsis:

Cuando el agente de seguros de poca monta Walter Huff conoce a la seductora Phyllis Nirdlinger, esposa de uno de sus acaudalados clientes, sólo necesita unos minutos para descubrir que lo que ella quiere es deshacerse de su marido, y no muchos más para decidir que la ayudará a hacerlo.
Walter sabe que los seguros que cubren accidentes pagan doble indemnización en los casos de percances ferroviarios, por lo que el pacto de sangre al que llega con Phyllis consistirá en tratar de hacer subir a Nirdlinger a un tren sin despertar las sospechas de la policía, la compañía de seguros, la guapa hija de la víctima, su misterioso novio, ni del propio Nirdlinger.

Opinión:

Reconozco que soy una gran amante de la novela negra clásica, pero de la más pura, de esa en la que entre bandidos y el brazo fuerte de la ley existía una extraña relación basada en el respeto, quizás porque la corrupción y los malos modos campaban a sus anchas en ambas filas por igual.
Esta novela negra clásica, que nada tiene que ver con el estilo actual, que disfruta impregnando las páginas con una alta carga sexual y violencia explicita, incorpora en cambio detalles que la han hecho perdurar a lo largo del tiempo, y arrastrar con ello a miles de adeptos, que no dudan en volver una y otra vez a perderse entre sus páginas, quizás en busca de esa limpieza y simplicidad de formas.

Hoy voy a hablaros de Pacto de sangre, otra gran obra de James M. Cain, que fue escrita dos años después de la publicación de su archiconocida "El cartero siempre llama dos veces"(1934), y que se basa en un hecho real ocurrido en la ciudad de Nueva York en 1927. Después sería llevada al cine bajo el título de "Perdición".

Pues bien, en Pacto de sangre, vamos a encontrar bastantes elementos comunes con otras obras de la época, y en concreto con la ya citada del mismo autor, "El cartero siempre llama dos veces".

La ambición como tema central, la pasión, la femme fatale, la inducción a cometer un delito, el triángulo amoroso, la ausencia de la policía, son solo algunos de esos elementos sobre los que se teje esta curiosa novela.
Pero si lo que buscamos son similitudes, no podríamos olvidar mencionar que ambas narraciones son muy breves, no superan las 200 páginas; y también que los diálogos y las descripciones son cortas. Pero hay algo en "El cartero siempre llama dos veces" que, para mí, la sitúa en un nivel superior, y es la gran profundidad de los personajes.
En la ya citada novela, James M. Cain se esforzaba en mostrarnos las obsesiones que perseguían a Cora y Frank, por encima de centrarse en el asesinato.
Con eso no estoy diciendo que los protagonistas de Pacto de sangre, Phyllis y Walter, sean personajes planos, sino que en Pacto de Sangre, Cain prefiere prescindir de esas descripciones que se centraban en ellos dándoles profundidad, para dar prioridad a todos los detalles que giran alrededor de la planificación del crimen.
Los personajes, insisto, no son planos, ya que son el medio para que la atención del lector se centre en el desarrollo de la trama, pero sí es cierto que con Cora y Frank, entablabamos una relación de amor/odio, más intensa y cercana.

Pero sigamos con las similitudes, la función de narrador también volverá a recaer en manos del protagonista masculino, que nos relatará en primera persona unos sucesos ya ocurridos.
Cain da el mando del relato a Walter, parece que le da prioridad sobre el resto del elenco, en cambio el personaje femenino, Phyllis, que podría parecernos pasivo o más secundario, es sobre el que recae la mirada constante del lector.
Hemos de tener en cuenta que las novelas negras de esa época tenían otra característica importante, el enfoque realista, y precisamente la mentalidad social destacaba al hombre sobre la mujer; el varón llevaba los pantalones en todos los ámbitos, relegando a la mujer a un segundo término, siendo solo el "cerebro" manipulador e inductor de los delitos.

Como habéis podido comprobar, es una novelita muy corta, al estilo pulp, pero que puede llegar a sorprendernos.
Estaréis pensando que a parte del asesinato elaborado, no cuenta con muchos detalles más que avalen que es una gran novela, y más si considero que "El cartero siempre llama dos veces" es mejor; pues bien, la gracia reside en que según leemos, vamos imaginando finales alternativos para la historia y sus protagonistas; yo tenía al menos cinco posibles cuando estaba acabando, y el final elegido por Cain, sorprende hasta tal punto, que no es ninguno de los que yo tenía en mente.

Otro detalle que ya he mencionado de pasada, es que en estas dos novelas clásicas la policía es un elemento latente, sabemos que existe, pero no llega a materializarse, no hace acto de aparición, adoptando un papel secundario que acecha al delincuente, marca todos su movimientos empujándole muchas veces a situaciones límite.


jueves, 27 de septiembre de 2018

Miedo de Stefan Zweig

Sinopsis:

Irene Wagner lleva una vida acomodada y sin preocupaciones junto a su marido y sus dos hijos. Sin embargo, tras ocho años de matrimonio, los bailes, el teatro, la ópera y otras actividades sociales se le antojan predecibles y anodinas. Así, más por fantasía novelesca que por auténtico deseo, inicia una relación con un joven pianista. Pero pronto una mujer la descubre cuando sale del apartamento de su amante e Irene se ve obligada a ceder a un terrible chantaje.
El terror de ser descubierta por su marido y de perder todo lo que posee y, ahora descubre, tanto necesita y ama, la sumirá en una tormentosa pesadilla. Escrita en 1913 y publicada por primera vez casi una década más tarde, Miedo es una de las nouvelles más sobrecogedoras de Stefan Zweig, con un final tan sorprendente para la protagonista como para el lector.

Opinión:

Hoy os voy a hablar de otra novela de Stefan Zweig, Miedo, una obra escrita en 1913 pero que no vio la luz hasta una década después.

Hablar de Stefan Zweig, es hablar de un gran autor de prosa y argumentos cuidados; de historias cargadas de sentimientos; de argumentos sencillos pero con complejas tramas.
Lecturas breves, la gran parte de ellas, pero en resumen, grandes obras con mayúsculas que nos hacen analizar al detalle el comportamiento de los personajes y reflexionar sobre ellos.
Aunque pueda resultar extraña la comparación, para mí la obra de Zweig es como leer Haikus. poemas breves, de apariencia simple que la mayoría de las veces desarrollan o esconden conceptos complejos.
Pero volvamos a Zweig...

Esta obra, al igual que las anteriores que he reseñado de él, se leen de forma muy fácil por varios motivos:
El primero: la exquisitez y fluidez de la prosa de Zweig, que convierten las lecturas en todo un placer.
El segundo: la gran diversidad de sentimientos que retrata, y que recaen en el lector como una refrescante lluvia de sensaciones.
El tercero: por el  argumento inquietante.
Y el cuarto y último, pero no por ello menos importante, es su extensión, en este caso 136 páginas.

Esto último que he mencionado, la brevedad de la obra, es algo a tener muy en cuenta.
Zweig crea una gran historia, sin necesidad de recurrir a las aproximadamente 1000 páginas de Anna Karenina, a las 400 de Madame Bovary o las 800 de La Regenta, y lo hace focalizando la historia básicamente alrededor de un único personaje, Irene Wagner, aunque eso sí, también se valdrá de tres personajes secundarios, ambientales, para dar forma complementando el argumento.
De esa forma, con lo que a simple vista podría parecer un argumento simplón, consigue una trama potente, de gran tensión pero sin necesidad de recurrir a artificios escénicos.

Ahora os voy a a comentar el porqué de haber citado a estas otras tres obras:
Hemos visto muchas novelas que tratan el tema del adulterio, con personajes atados a los clichés de la época y se me ocurre, que esta breve historia, también podría estar incluida en ese gran triángulo literario que forman: Anna Karenina, Madame Bovary y La Regenta.
Flaubert, Tolstoi o Clarín, fueron unos de los primeros en tratar un tema tan delicado, donde la sociedad era la encargada de juzgar a unas mujeres que, por uno u otro motivo, caían bajo el influjo de un seductor galán.
Stefan Zweig da una pequeña vuelta de tuerca a ese argumento y decide centrarse plenamente sobre el personaje femenino, al igual que lo hicieron los anteriormente citados, pero volcándose en reflejar sus sentimientos, más concretamente en el miedo que experimenta a ser descubierta y/o a perder todo lo que posee.
¿Porqué se centra Zweig en describirnos el miedo? pues simplemente porque el miedo es una sensación provocada por algo real o imaginario pero que en cada sujeto se manifiesta de una forma distinta.
Tiene una infinidad de causas y deriva en otro tanto de sensaciones: angustia, ansiedad, desconfianza, inseguridad; a nuestra protagonista ese "miedo" le va a llegar a través de los remordimientos, y en cada escena, en cada situación, Irene lo que espera es un castigo que no llega, una espera que se convierte en desasosiego, en una tensión que va en aumento, que no conoce límites; para ella su miedo, esa incertidumbre que arrastra, es mucho peor que el castigo, algo que ella considera tangible.

Hay que reconocer que este autor crea un personaje soberbio.
En Irene Wagner, en un momento u otro, vamos a ver como se mezclan varios estereotipos femeninos.
Aparecerá la mujer virtuosa, esa perfecta casada de la que nos hablaba Fray Luis de León en su texto homónimo, y la evolución que ha experimentado ese papel hacia la mujer ideal que la convierte en el famoso ángel del hogar, mientras que en otros otros se ajusta al papel de mujer malcasada, alguien empujado al adulterio por la insatisfacción, al igual que le ocurría a Madame Bovary o Anna Karenina.

Zweig nos muestra como es la mente del personaje y los lectores terminamos sintiendo lo que ella siente. Todo eso lo consigue sin necesidad de darle a Irene el mando del relato, haciéndolo a través de un narrador externo, y prescindiendo del monólogo interior.
Ese narrador omnisciente, capaz de meterse en lo más profundo de los pensamientos de la protagonista.

Una novelita muy breve, pero muy recomendable que no debéis perder la oportunidad de leer.