sábado, 5 de noviembre de 2016

Las chicas de Emma Cline

Sinopsis:

California. Verano de 1969.
Evie, una adolescente insegura y solitaria a punto de adentrarse en el incierto mundo de los adultos, se fija en un grupo de chicas en un parque: visten de un modo descuidado, van descalzas y parecen vivir felices y despreocupadas, al margen de las normas. Días después, un encuentro fortuito propiciará que una de esas chicas –Suzanne, unos años mayor que ella– la invite a acompañarlas. Viven en un rancho solitario y forman parte de una comuna que gira alrededor de Russell, músico frustrado, carismático, manipulador, líder, gurú. Fascinada y perpleja, Evie se sumerge en una espiral de drogas psicodélicas y amor libre, de manipulación mental y sexual, que le hará perder el contacto con su familia y con el mundo exterior. Y la deriva de esa comuna que deviene secta dominada por una creciente paranoia desembocará en un acto de violencia bestial, extremo…

Opinión:

Cuando te encuentras, mires donde mires, artículos, reseñas y menciones continuas sobre un libro determinado, resulta casi imposible escapar de la fina red que se va tejiendo a tu alrededor.
Lo cierto es que sobre el mes de septiembre, no había ni un solo día en que no encontrase una opinión entusiasta sobre este libro, y eso para mí es un problema, porque tiendo a desconfiar por naturaleza de las novelas que nacen bajo una lluvia desorbitada de halagos y al mismo tiempo, aunque parezca una paradoja, crece en mi una curiosidad morbosa por saber si es cierto lo que se dice sobre ellas.

Pues bien, para no alargar mucho más el veredicto final, he de decir que a mí no me ha convencido.

Hace poco leía, no recuerdo ni quién ni dónde se mencionaba, (una pena porque es una frase buenísima), que hay autores que son más interesantes en entrevistas que en sus obras...
Creo que esa es una definición perfecta en la que yo enmarcaría esta novela.
La gran promoción creada alrededor de esta joven autora y de su ópera prima, ha generado unas altas expectativas que en mis manos no se han visto cumplidas. No me he llegado a impregnar de esa genialidad de la que todo el mundo habla...
La idea sobre la que escribe y la forma, están muy bien, pero hay algunos pequeños elementos, dispersos a lo largo de la narración, que han hecho que no disfrute de la lectura. No he logrado conectar con los personajes ni tan siquiera con lo que quiere transmitir la autora. Creo que todo radica en el personaje de Evie y en su narración en primera persona, la cual en algunos momentos me ha parecido demasiado pausada e incluso distante... aun así, creo que lo mejor es que intente razonar esos aspectos.

Evie y Suzanne.

Evie, además de ser la protagonista, es la encargada de narrarnos los hechos en primera persona.
Su relato oscila entre dos lineas temporales, una nos sitúa en la época actual y nos muestra a la mujer adulta, más reflexiva y marcada por los acontecimientos que vivió en su juventud.
La otra, más extensa por su importancia, nos hará retroceder hasta situarnos en 1969. En esta última, nos mostrará como era la relación con sus padres, su entorno, y aquí es donde encontraremos los detalles clave por los que entra a formar parte del grupo de Russell (Manson), La familia.

La autora toma como base un hecho, la matanza de La Familia Manson y desde ahí construye su propia historia.
No intenta novelar los acontecimientos reales, sino hacer una reconstrucción totalmente libre.

Cambia detalles de los sucesos, otros los elimina, evitando así entrar en detalles macabros al recrear las escenas sangrientas y da el protagonismo a los personajes femeninos, las chicas que formaban parte de la secta.

"A las mujeres nos educan para que nos miren, no para ser protagonistas".
Emma Cline
El Español.

De esta forma, Emma Cline, intenta hacer una denuncia sobre el papel que representaban las mujeres en esas comunas. Y es que, lo que si sabemos de cierto, es que amparándose en el movimiento Hippy, ese movimiento contracultural, encubierto en aires de paz y libertad, las mujeres, muchas veces... estaban sujetas a los dictámenes del supuesto maestro o gurú, y eran consideradas como simples objetos de cambio.
En este punto es donde deberían sobresalir Evie y Suzanne, pero la falta de profundidad de los personajes, hace que la denuncia no cale en el lector o al menos en mí.
Somos conscientes de que la autora intenta alzar la voz por esas mujeres, pero la encargada de esa defensa es Evie, una jovencita de 14 años, que no convence con sus argumentos y con ello, llega a parecer que la autora, intenta victimar a esas mujeres o redimirlas de parte de su culpa.

La novela comienza con una escena, la primera vez que Evie ve al grupo de chicas que lidera Suzanne.
Las descripciones, la narración al completo que hace Emma Cline, en ese momento, es excelente. Parece que el tiempo se detiene al paso de esas chicas que aparecen cruzando el parque, con sus melenas ondeando al viento.
Evie las mira con asombro, son como tres diosas arrojadas del Olimpo; está hipnotizada por sus gestos, por su forma de caminar, por el aire de libertad que arrastran, por la actitud de indiferencia que muestran frente a los comentarios y miradas que surgen a su paso, parece que están por encima de todo y de todos.
La autora logra describir al detalle todas esas sensaciones que Evie experimenta y las transmite al lector, pero... esa fascinación casi enfermiza que comienza a sentir la joven protagonista por Suzanne y que vemos crecer a lo largo de la novela, no logro entenderla.
Esa extraña atracción, esa dependencia, debe surgir de algún lado y Emma Cline aquí falla, aunque intenta dar una explicación razonable, no sabe conectar con nosotros los lectores, que permanecemos ajenos e indiferentes a los hechos.
Evie ve una cosa y los lectores apreciamos otra totalmente contraria...
A pesar de esa narración en primera persona, hay algunos momentos donde Evie parece ajena a los hechos, su relato parece distante. Puede parecer incongruente, pero no lo es...
Aunque Evie forma parte de la secta, no es parte activa, no pinta nada; intenta convencernos de que es un miembro más de la familia, pero en cambio nosotros vemos como allí tampoco llega a encontrar su sitio. Persigue de forma incesante a Suzanne, como ese patito desprotegido que nos regalan cuando somos pequeños y que sigue nuestros pasos allá donde vamos.


"¿Por qué ibas con ellos entonces?
La gente no dejaba de caer en ese tipo de cosas, por aquel entonces. 
La Cienciología, los del Proceso, La Técnica de la silla vacía. [...]
En parte fue mala suerte supongo. Que ése fuera el grupo que me encontrara".

Es cierto que Evie se encuentra en un momento delicado, se siente sola, sus padres acaban de divorciarse y buscan la felicidad por su lado; por otra parte, se ha distanciado de su única amiga y La familia aparece en ese momento crucial, rellenando esos vacíos y haciéndola sentir parte de algo. (El problema es que ese vacío se rellena con marihuana, LSD y otras drogas...)
Es joven, influenciable y podríamos llegar a compadecerla hasta cierto punto, pero el problema surge cuando ella misma intenta imponer al lector ese papel de víctima, justificándose como se puede ver en la cita anterior, y siempre aludiendo a que se quedó en el grupo por la extraña atracción que sentía por Suzanne, por ese magnetismo que irradiaba.
No nos engañemos, Evie persigue a las chicas, no al revés; se une al grupo por voluntad propia, nadie la retiene ni la obliga a permanecer en él. Lo que nos hace ver a este personaje como alguien demasiado maleable, un personaje totalmente plano.

Suzanne, es otro de los fallos, tampoco es un personaje desarrollado. Si la autora intentaba que comprendiésemos esa atracción que emana, debería haber desarrollado un poco más este personaje.

Y esto me lleva a lo dicho con anterioridad...

La elección del narrador.

Creo que todos esos fallos mencionados surgen del mismo sitio, una mala elección del narrador.
Como he dicho, Emma Cline da voz a la adolescente, la convierte en narradora de sus propias vivencias.
Los narradores en primera persona deberian empatizar con el lector, el relato se hace más cercano pero hay que tener cuidado con ellos, porque nos ofrecen una visión subjetiva ya que se basa en los propios sentimientos y eso a mí, y en concreto con este tipo de temas, más que acercarme al personaje me hacen dudar de él.
Mi opinión es que, un narrador en tercera persona habría aportado la objetividad necesaria para dar credibilidad al relato, ya que no impondría opiniones.

Para terminar...
Quizás me habría parecido una buena novela si hubiese omitido todos los datos que conocía de antemano sobre el caso de Charles Manson, si hubiese comenzado la novela con la mente en blanco, sin haberme dejado influenciar por las excelentes valoraciones que veía por todos lados.
Quizás el problema sea mio, me meto demasiado en las novelas o intento extraer demasiados datos de ellas...
La última palabra como siempre es vuestra, no os dejéis influenciar ni por mi opinión ni por la de otros, no olvidéis que las reseñas siempre se basan en un punto de vista subjetivo.
Dejaros llevar, y si la sinopsis os llama la atención, volcaros en la lectura. Solo vosotros podéis decidir si una novela es de vuestro agrado o no...

También difiero con el comentario que os muestro a continuación de Emma.
Como dice... las malas decisiones nos persiguen toda la vida, es cierto, pero yo soy de la opinión de que toda mala experiencia tiene como poco una enseñanza, el ser lo suficientemente inteligentes para no volver a cometer el mismo error.

"En mi novela no hay moraleja. A veces, se toman malas decisiones y están ahí toda la vida. No creo que se pueda sacar algo bueno de cualquier mala experiencia".
Emma Cline
El Español.



lunes, 31 de octubre de 2016

La Señora de Winter de Susan Hill

Sinopsis:

La señora de Winter da inicio 12 años después de los sucesos que tenían lugar en la novela originaria.
Maxim de Winter y su esposa deben regresar del exilio voluntario que les ha mantenido alejados de su querida Inglaterra durante más de una década para asistir a los funerales de la hermana de él.
A pesar de todos los temores de Maxim, una vez pisen suelo inglés, la señora de Winter será incapaz de quitar de su cabeza la idea de que una nueva vida es posible y que establecer un hogar allí no implica ningún peligro. Después de tanto tiempo, ¿quién se va a acordar de ellos? ¿Quién los va a relacionar con la desaparecida Manderley?
Pronto comprenderán que los secretos que ellos creían enterrados, únicamente estaban a la espera de que alguien los desenterrara.

Opinión:

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas...
Yo no lo afirmaría de forma tan rotunda, pero si soy de la opinión de que cuando la novela original sobre la que se basan las secuelas ha sido de una calidad excelente, deja el listón demasiado alto para las continuaciones.
A esto habría que añadir que, muchas veces, los encargados de dar continuidad a la historia, por meritoria que sea su trayectoria literaria, no logran captar la esencia o transmitirla con la misma intensidad que el creador de la novela original.
En este caso, la autora que toma el relevo a la historia que nos encontrábamos en Rebeca es Susan Hill, una escritora de renombre que se mueve con extremada soltura entre el género de intriga y misterio.
Aun así, con esa gran trayectoria que la respalda, no ha sido capaz, en esta obra, de sacar lo mejor de su pluma.

Quizás demasiado influenciada por la narrativa de Daphne du Maurier o por el éxito de Rebeca, la historia que nos ofrece en esta continuación se ve demasiado forzada, demasiado sobrecargada de descripciones que intentan emular a las de Du Maurier sin conseguirlo; los personajes demasiado estereotipados no evolucionan y la trama no llega a convencer.
Y es que como se suele decir...
Lo poco agrada y lo mucho cansa.

Si tuviese que definir esta obra con tan solo un par de frases diría que, Susan Hill, no consigue imitar el estilo de Daphne Du Maurier ni por aproximación. Nos encontramos con una diferencia muy clara de estilo y sobre todo de forma; pero también sabéis que me gusta razonar los detalles, aunque se traten de reseñas negativas, así que vamos a ello...

Esta historia da comienzo doce años después de los sucesos trágicos que se nos narraban en Rebeca. La autora inventa una posible continuación, pero al igual que le ocurre a ella, nosotros los lectores también nos vemos condicionados por la historia y por el estilo de la obra original.

La joven Sra. de Winter que ya de por sí podía parecernos un poco ñoña, consigue saturar al lector con sus continuas justificaciones y un comportamiento totalmente infantil.
Este personaje continúa sin tener nombre, algo lógico ya que en Rebeca era un dato que se omitía al lector y que remarcaba la poca importancia del personaje respecto al resto de los que aparecían en la obra.
En esta continuación sigue siendo un personaje totalmente anulado, sujeta a las decisiones de Maxim de Winter, un personaje anodino que carece de interés no solo para el lector, también para los personajes ambientales que aparecen a lo largo de la narración.
La obra en sí parece un conglomerado de pensamientos sin valor, pueriles. Una especie de soliloquio repetitivo, cargado la mayoría de las veces de prejuicios.
Reflexiones y comentarios de una protagonista que se aísla a sí misma, perseguida por miedos absurdos y ataques de culpabilidad, cuya interpretación siempre queda supeditada a lo que pensará Maxim.
Si alguno de vosotros pensáis que el comportamiento corresponde a una mujer de la época, no es así. Encontraréis bastantes diferencias con el resto de personajes femeninos y con su forma de actuar.
Y esta inundación de pensamientos esta sobrecarga con la que nos deleita la autora, ocurre en casi la totalidad de la novela, concretamente en dos terceras partes de la historia. 

La sombra de Rebeca, aunque más difusa, continua sobrevolando sobre los personajes, unos personajes que ya conocemos, pero cuya obsesión se ve agravada por el paso del tiempo.
Y podríamos decir que con Manderley, esa preciosa mansión que aún perdura por sus descripciones en nuestro recuerdo, ocurre casi lo mismo.
Los Señores de Winter son prisioneros de sus miedos y Manderley se ha convertido en un temor patológico que parece acechar detrás de cada conversación, ejerciendo su influencia como un espectro.

El desenlace de Rebeca, las notas finales de esa obra genial, dejaban al lector completamente intrigado, cargado de preguntas sin respuesta, y en esta historia, Susan Hill, no solo pasa de puntillas en un vano intento de darles explicación, sino que lo poco que menciona de ello, hace que el lector piense que la actuación y los hechos, resultan totalmente surrealistas.


El asesinato de Rebeca quedó resuelto... pero la obsesión anteriormente citada de los personajes les persigue allá donde vayan, más por el miedo a las opiniones de los que los conocieron que por el hecho en sí.
El avance de la novela es directamente proporcional con el comportamiento ridículo y en ocasiones absurdo de los protagonistas principales, Los Señores de Winter.

Hay otra novela que hace referencia a Rebeca, su título es Regreso a Manderley de Sally Beauman. La he intentado localizar para comparar pero me ha sido totalmente imposible dar con ella.


sábado, 29 de octubre de 2016

Soy leyenda de Richard Matheson

Sinopsis:

Robert Neville es el único superviviente de una guerra bacteriológica que ha asolado el planeta y convertido al resto de la humanidad en vampiros.
Su vida se ha reducido a asesinar al máximo número posible de estos seres sanguinarios durante el día, y soportar su asedio cada noche.
Para ellos, el auténtico monstruo es este hombre que lucha por subsistir en un nuevo orden establecido.



Opinión:

"La fuerza del vampiro reside en que nadie cree en él"
Van Helsing.

Los vampiros.

Supongo que muchos habréis leído novelas que tienen a estos seres sobrenaturales como protagonistas.
Drácula de Bram Stoker, El misterio de Salem's Lot de Stephen King o Carmilla de Sheridan Le Fanu en 1872, son algunas de las que vienen sin esfuerzo a mi memoria.
Lo que resultaría más difícil, es no haber visto ni tan siquiera un trocito de alguna película donde esas criaturas míticas apareciesen; porque lo cierto es, que los vampiros, han sido elementos fijos del folclore de muchas culturas desde tiempos inmemoriales, acaparando el protagonismo de muchas leyendas de Europa Central y del Este, y dando un salto después a la literatura, convirtiéndose en personajes imprescindibles del género Gótico.
Estas novelas que os he citado tienen algo en común y es que resaltan el estereotipo popular del vampiro:

"Había muchos puntos oscuros: que no salieran de día, que no soportaran el ajo, que los mataran definitivamente las estacas, que temieran las cruces y que evitaran los espejos".

Pues bien, aquí llegamos al punto más destacable de Soy leyenda.
Matheson, da una explicación bastante razonable a por qué los vampiros huyen de las cruces, de los espejos, de tierra sagrada o del ajo entre otras cosas; detalle que hasta el momento en el resto de novelas, nadie se había molestado en explicar. Porque todos sabemos como eliminar a un vampiro... pero no el porqué de que desaparezcan tras clavarles una estaca.

Robert Neville.

Otro de los puntos más interesantes de esta novela es el personaje principal, sin duda una creación redonda.
Tras una guerra bacteriológica, el mundo tal y como hoy lo conocemos ha dejado de existir.
Robert Neville es el único superviviente de la raza humana.
Por las mañanas dedica su tiempo a reforzar su casa y cada noche, se ve obligado a resistir el asedio de la nueva raza que ha surgido tras la enfermedad.

Neville es un personaje en constante evolución y Matheson a través de él, nos ofrece un relato perturbador que nos incita a reflexionar sobre algo tan clásico como es el bien y el mal o el terrorífico miedo a la soledad y a lo desconocido.

¿Cómo actuaríamos si nos encontrásemos en su misma situación?
Neville pasa por todos los estados emocionales, desde la resignación al coraje, desde la ira al miedo, enfrentándose noche tras noche al dilema de seguir siendo el único superviviente o ceder a los llamamientos que los vampiros le hacen desde fuera y terminar siendo uno de ellos. Pero para Neville eso no es una solución, hay algo en él que le convierte en inmune, por lo tanto, solo le queda resistir o morir...

En el relato que nos ofrece Matheson en tercera persona, incluye algunas narraciones retrospectivas que nos obligan a retroceder en el tiempo, para mostrarnos algunos detalles, imprescindibles, sobre como era la vida de Neville antes del suceso. Esas analepsis obligan a ralentizar el ritmo del relato pero en cambio le aportan la coherencia necesaria para no dejar los tan odiados cabos sueltos que encontramos en otras novelas del género.
Aun así, la narración resulta muy fluida y convierte este relato corto postapocalíptico en una lectura muy recomendable.

Como último apunte mencionar que existen varias versiones cinematográficas, pero que ninguna de ellas contó con el beneplácito del autor por motivos obvios:
Ninguna de ellas consigue transmitir ni la más mínima parte de lo que se muestra en el libro, la angustia que sufre el protagonista, la soledad; además de que ninguna se adapta fielmente a la obra.

Soy leyenda con Will Smith (I'm legend, 2007) y El último hombre vivo (The Omega Man, 1971) con Charlton Heston, como actores protagonistas, son las únicas adaptaciones que he visto de este libro, aunque se de una tercera, El último hombre sobre la Tierra (The last Man on Earth, 1964), protagonizada por Vincent Price.
Soy leyenda, resultó muy taquillera, es una película que está muy bien para entretener, pero creo que la que más podría ajustarse al libro es sin duda la protagonizada por Heston, aunque repito, difiere bastante de lo que se nos cuenta en el libro.

"Y antes de que la ciencia hubiese destruido la leyenda, la leyenda devoraría la ciencia y todo lo demás". 
Soy leyenda.


miércoles, 26 de octubre de 2016

La muerte abrió la leyenda de Alejandro M. Gallo

Sinopsis:

Durante la primavera de 1972, el joven subinspector de Policía Gorgonio Llaneza se incorpora a su primer destino, la Brigada de Investigación Criminal de Castellón de la Plana, dominada por los agentes de la temida Brigada Político-Social. 
Su primer caso es un mero trámite, certificar el fallecimiento de un ingeniero chileno en un accidente de tráfico ocurrido en Sueca, a treinta kilómetros de Valencia. Pero cuando Gorgonio llega al lugar del siniestro todo se complica: en la guantera del vehículo accidentado descubre que la víctima posee una doble identidad. Es también Amado Granell, natural de la localidad castellonense de Burriana y héroe de Francia, que le nombró oficial de la Legión de Honor por haber liberado París de la ocupación nazi. 
A partir de ese momento la investigación policial intenta arrojar luz, luchando contra una oscura red de intereses que pretende encubrir un más que probable asesinato.

Opinión:

Ajandro M. Gallo, fue uno de los cuatro ganadores del Certamen Literario "Letras del Mediterráneo", convocado por la Diputación de Castellón para novelas ambientadas en la provincia.

En esta novela, Alejandro nos presenta el primer caso del comisario Gorgonio Llaneza. Una novela negra muy amena, basada en un hecho real poco conocido que sucedió cuando el régimen franquista daba sus últimos coletazos.
Amado Granell muere en un accidente de tráfico y nuestro protagonista es enviado para rellenar el informe del atestado.
Gorgonio, un joven subinspector de policía que destaca por su gran habilidad, descubre ciertas irregularidades en el accidente que le llevan a iniciar una investigación por su cuenta, al margen de sus superiores.


Gorgonio descubrirá una elaborada conspiración que se extiende más allá de nuestras fronteras y que arranca en la toma de París por los aliados en la II Guerra Mundial.

Amado Granell, fue uno de los oficiales republicanos que comandó la liberación de París bajo el mando de Leclerc. Su unidad fue la primera en entrar en París el día de la liberación y lógicamente ese hecho histórico, que la liberación fuese hecha a manos de españoles republicanos, no sentó muy bien ni a los militares franceses ni por supuesto, al régimen franquista, que se encargó de ocultar dichos acontecimientos.

Gorgonio es invitado a una pequeña emisora de radio desde donde nos relatará como fue su primer caso.
El autor hace uso de varios raccontos bastante extensos para hacernos retroceder hasta 1972, donde su narración destacará entre otros, no solo por los hechos narrados, sino también, por el excelente sentido del humor con el que adorna este complicado caso.

La novela forma parte de una saga donde el comisario será el protagonista. Éste, al ser su primer caso, lógicamente se convierte en la precuela de toda la saga.
La obra destaca, además de por su sencillez, por la extraordinaria capacidad del autor para engancharnos en un apasionante y en momentos escalofriante relato policial.
Pese a su brevedad, ya que la novela solo tiene 256 páginas, el autor no se ha dejado ningún tema importante en el tintero. De esa forma, los que no lo vivimos, podremos ser testigos de las técnicas poco ortodoxas de las que hacia uso la Brigada de Investigación Político-Social; quizás para mí, la parte más impactante de toda la novela.
Y también, ¿cómo no? habrá momentos destinados a la resistencia antifranquista. A esas imprentas clandestinas desde las que se intentaba hacer oposición al régimen.

Gorgonio por su parte, es un personaje muy completo y que si evoluciona de la forma que espero en el resto de entregas de esta serie, llegará a convertirse en un protagonista redondo.

Creo que éste libro tiene lo fundamental para gustar a los lectores.
Entremezcla de forma correcta y en las dosis adecuadas, novela negra y memoria histórica, sin olvidar las tan necesarias dosis de humor para tratar sobre un tema tan espinoso como fue la política llevada a cabo en el tardo franquismo.
Como último apunte, solo me queda destacar la cuidada edición de la editorial Reino de Cordelia.



miércoles, 19 de octubre de 2016

Rebeca de Daphne du Maurier

Sinopsis:

"Anoche soñé que volvía a Manderley..."

Nadie que conozca la película basada en esta novela podrá olvidar la voz en off que recita la frase inicial de la obra más lograda de Daphe du Maurier: REBECA.
Así comienzan los recuerdos de la segunda señora de De Winter, que la transportan de nuevo a la aislada y gris mansión situada en la húmeda y ventosa costa de Cornish.
Con un marido al que apenas conoce, la joven esposa llega a este inmenso predio para ser inexorablemente ahogada por la fantasmal presencia de la primera señora Winter.

Opinión:

Esta novela de la que hoy os hablo y que fue escrita  por la famosa novelista inglesa Daphne du Maurier en 1938, está considerada como una de las mejores novelas policíacas. Por ese motivo, cuando desde el blog de Juan Carlos se me invitó a participar en el reto de Libros encadenados, vi la oportunidad perfecta para releer esta historia y de paso, aportar un nuevo libro a la pestaña de El rincón de los clásicos.

La forma de narrar tan completa y detallada, con un ritmo pausado y cadencioso, sumado a ese comienzo elegido que nos da la bienvenida a sus páginas y al suspense que se esconde tras ellas, creo que forman un pequeño conjunto de elementos que son los que le dan la nota brillante a esta novela.

"Anoche soñé que había vuelto a Manderley. Me encontraba ante la verja del parque, pero durante algunos momentos no pude entrar. La puerta estaba cerrada con candado y cadena. Llamé en sueños al guarda, pero nadie me contestó, y cuando miré detenidamente a través de los barrotes mohosos de la verja, vi que la caseta estaba abandonada".


La novela está narrada en primera persona por la segunda mujer de Maximilian de Winter, desde un presente que intenta parecer feliz pero donde pesan demasiado los acontecimientos del pasado.
La nueva Sra. de Winter, nos hace retroceder en el tiempo para empezar a narrar la historia desde el momento en que conoce a Maxim.
Y con esto llega el primer aporte de misterio. En ningún momento de la obra se menciona el nombre de la joven... pero de esto ya hablaremos un poquito más abajo, porque antes quiero que conozcáis a los dos personajes que acapararán toda nuestra atención,

En esta historia existen dos protagonistas omnipresentes, que se encargan de marcar los pasos de todos los personajes y de sus acciones.
Uno, como bien indica el título es Rebeca. Un personaje que no aparece físicamente, pero cuya presencia parece acechar en todas las esquinas, como un fantasma, calando profundamente, acaparando todas las atenciones y eclipsando con su sola presencia.
El otro personaje ubicuo, es la mansión, Manderley.
Aquí es donde el lector cae rendido ante la prosa tan descriptiva que emplea Daphne du Maurier. Consigue crear una atmósfera arrebatadora.
La gran mansión, construida sobre una hondonada y rodeada de una enorme pradera, aparece como por arte de magia ante nosotros, imponente, envuelta en brumas y flanqueada por bosques, con el mar como tapiz al fondo. Un espectáculo sobrecogededor... porque en esta historia, los escenarios poseen una fuerza sobrenatural que también se plasma en el argumento.
El interior, con sus habitaciones, la amplia escalinata de la entrada, el eco de las pisadas por los corredores, son elementos que crean el ambiente necesario para aportar más intriga al argumento.


Quizás el comienzo de la lectura, puede parecer algo lento para algunos lectores, pero tan solo son 30 páginas que se leen en un suspiro y que nos invitan a conocer un poco como serán los personajes.
Y ahora sí, ha llegado el momento de hablar de los personajes. pero no de todos.
Curiosamente, los personajes femeninos son los que consiguen cautivar e hipnotizar al lector. Todo el peso de la trama recae sobre ellos y de forma brillante salen airosos del encargo. Por ese motivo no voy a entrar en detalles sobre los personajes masculinos.

La nueva esposa, hay que reconocer que no está a la altura y no solo porque ella lo repita de forma constante.
El personaje sufre una ligera evolución, pero no experimenta un cambio lo suficientemente pronunciado para que me haya convencido. No he logrado conectar con ella.
En ocasiones tiene un comportamiento y unas reacciones infantiles que llegan a rozar el absurdo. No me gustan los personajes de este tipo, tan lastimosos que se pasan la vida justificándose y justificando a terceros, que sin llegar a considerarse el centro del mundo, piensan que todos andan pendientes de sus acciones para juzgar u opinar después sobre ellos. Me parecen algo paranoicos y al final ven fantasmas donde realmente no los hay.

La duda sobre la extraña muerte de Rebeca empieza a planear por su cabeza, a obsesionarla y los celos aparecen en un personaje que como ella misma se define, y como nosotros podremos observar a lo largo de toda la novela, es débil, insegura, impresionable e inmadura.
La falta de nombre que he mencionado con anterioridad, es significativa y acrecienta lo insustancial del personaje. Solo sabemos lo que dice Maxim al respecto:

"Tiene un nombre poco corriente y encantador..."

En algunas culturas se cree que los nombre no sirven únicamente para llamarnos, sino que contienen la esencia misma de la persona. No vamos a exagerar hasta tal punto, pero el quitarle ese derecho a este personaje hace que aparezca ante nosotros como un ser insignificante, totalmente manejable frente al gran personaje de Rebeca, a la que se le da mayor importancia o relevancia y que domina totalmente el argumento.
Lo mejor es ver la lucha de esta joven contra el fantasma inexistente de Rebeca,

Rebeca o más bien su sombra permanece de forma constante en la mansión, de ello se encarga la Sra. Danvers, el ama de llaves. Un personaje extraño, escalofriante, que sentía una adoración enfermiza por Rebeca y que ha terminado convirtiéndose en obsesión. Sin duda el personaje redondo de esta novela.
Y esto me lleva a otro punto importante que puede llevarme a "justificar" el comportamiento infantil del que acuso a la joven Sra. de Winter.
La diferencia social y/o cultural creo que es el causante de crear, ese gran contraste que existe entre todos los personajes femeninos.
La Sra. Danvers, como ama de llaves, es una mujer instruida; Rebeca y su cuñada Beatriz pertenecen a la clase alta, más liberal y la única que no encaja en ese mundo, al que ha llegado de rebote, es la nueva esposa. Como podéis apreciar, quizá su forma de actuar, tímida en ocasiones e incluso demasiado servil y asustadizo en otras, se deba precisamente a su status social y/o a la educación recibida.

Como podéis observar, Maximilian de Winter y el resto de personajes masculinos, son meramente secundarios. Personajes ambientales que sirven de adorno para la excelente trama.

Al principio de esta reseña os hablaba de que el comienzo era magnifico, y ahora ha llegado el momento de hablar del final.
La opción elegida para terminar esta novela está totalmente a la altura. Cargada de silencios deja al lector completamente intrigado, nos invita a imaginar o más bien a elucubrar sobre el futuro de los personajes y sobre todo de Manderley.

Curiosidades...
La obra de Daphne du Maurier, en general, ha sido una fuente de constante inspiración y creatividad en muchos aspectos.

  • Los cineastas se rifaban sus obras para llevarlas al cine, entre ellos y por poner un ejemplo, estaba Alfred Hitchcock, que hizo las adaptaciones cinematográficas de varias de sus obras, no solo de Rebeca, también de La posada de Jamaica y de la archiconocida, Los pájaros
  • De la misma forma, han sido publicados varios libros que dan continuidad a esta historia de Rebeca. Unos escritos con mayor acierto que otros, como La Sra de Winter de Susan Hill, que reseñaré en breve.
  • Según el Diccionario de la Real Academia Española; en castellano, se denomina rebeca al tipo de chaqueta que curiosamente llevaba la protagonista de la película, Joan Fontaine.
  • Y en Psicología, se conoce como El síndrome de Rebeca, a los celos patológicos hacia la ex-pareja de la pareja, cuando son sin fundamento y llegan a afectar al comportamiento normal de quien los sufre.