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martes, 20 de febrero de 2018

Luna de invierno de Dean Koontz

Sinopsis:

Jack MacGarvey, un policía de Los Ángeles, resulta gravemente herido durante un tiroteo en una gasolinera. Eso le hace replantearse el futuro con su esposa Heather y su hijo Toby:
¿vale la pena vivir en una sociedad sumida en una espiral de violencia? 
En medio de este dilema, el destino parece sonreírles: heredan una casa en los bosques de Montana.
Sin embargo, comienzan a producirse hechos inexplicables: el pequeño Toby se comporta como poseído, los animales del bosque se muestran inquietos...

Opinión:

Ya os he reseñado alguna vez novelas de Koontz.
Es un escritor consagrado, considerado como uno de los grandes autores de intriga y terror de los Estados Unidos, pero para mi gusto, algo falla en sus historias, y es que todas tienden a enfocarse hacia la ciencia ficción, un género que no despierta pasiones en mí. Aún así debo reconocer que esta novela escrita en 2003 resulta bastante interesante, porque mantiene la tensión hasta prácticamente la página final, eso sí, sin llegar a superar a Víctimas.

Koontz vuelve a hacer uso en esta historia de dos hilos argumentativos que fluyen de forma paralela y que se irán solapando; de esa forma dosifica la información y logra mantener el suspense, que irá más allá del momento en que los hilos se fusionen.

Desde las primeras páginas sabemos que algo indescriptiblemente extraño sucede en el Rancho Quatermass, pero los personajes, lógicamente, desconocen ese dato.
El autor con ello crea una sugerente ambientación. Los lectores tenemos en todo momento más información de la que ellos disponen y nos anticipamos a los acontecimientos, algo a lo que ellos permanecen ajenos.

Los protagonistas serán una familia vulnerable que huye de la violencia de las calles de California, Koontz les hace una oferta que no pueden rechazar, crea para ellos un escenario "supuestamente" idílico.
Ya no deben preocuparse por las bandas callejeras, por los tiroteos, los robos, o las ventas de crack... ahora, solo deben saborear la paz y la tranquilidad de esa perfecta postal navideña, enfrentándose eso sí, a la soledad y al silencio; a las batallas de copos, fríos y húmedos que rápidamente recubren el terreno.
El rancho Quatermass reposa en mitad de las montañas rodeado de bosques. Una casa que se queda aislada en invierno, donde el vecino más cercano está a veinte minutos en coche. Una preciosa casita de madera, acompañada por cuadras, por la casa de los guardeses, un cementerio en la colina, y con unos vecinos únicos: animalillos de comportamiento extraño.

Koontz utiliza en contra de los lectores nuestra sensibilidad y racionalidad. Como he indicado otorga a los animales un comportamiento que además de resultarnos extraño, genera una alerta en nuestro subsconsciente, creándonos incomodidad y también utilizando a un pequeño protagonista de ocho años, el hijo de los McGarvey al que vemos indefenso y vulnerable, despertando en nosotros el espíritu protector.
La curiosidad del niño le hace arriesgarse en exceso ante nuestros ojos, vamos viendo como lentamente el mal, el horror, se va acercando a esa familia. mientras que los adultos intentan de forma obsesiva dar una explicación razonable a lo desconocido.

Como os he indicado al comienzo, es una novela bastante interesante, la tensión se masca hasta el final, pero falla en lo de siempre, en la forma de concluir, y además no aporta nada espectacular ni innovador al género. Es una novela entretenida, sí, pero con unos personajes que resultan más bien planos. 


jueves, 4 de enero de 2018

Vienen cuando hace frío de Carlos Sisí

Sinopsis:

La crisis económica azota Estados Unidos. Joe Harper acaba de perder su empleo y, con el poco dinero que le queda, decide abandonar Baltimore y mudarse a la cabaña que su abuelo, el mítico Cerón Harper, le dejó en herencia cerca de Sulphur Creek, en las montañas de Canadá. Es un lugar remoto y aislado, ideal para vivir con poco dinero mientras espera a que todo mejore.
La cabaña está prácticamente en ruinas, pero Joe no se desanima. Reconvertido en pionero, arregla el tejado, repara con tablones el porche y consigue hacerla habitable. Casi enfebrecido por el cansancio, se siente vivo.
Para su sorpresa, pronto descubre que Sulphur Creek se vacía durante los duros meses de invierno. Con cualquier excusa, los lugareños abandonan el pueblo temporalmente. Un hecho curioso, que Joe atribuye a las extremas temperaturas, pero que parece adquirir otro significado cuando uno de sus vecinos le advierte: «No pase aquí el invierno. Ellos vienen. Vienen cuando hace frío».

Opinión:

Me inicié en el género de terror de manos de algunos grandes clásicos como Drácula de Bram Stoker o El gato negro de Edgar Allan Poe. Tras esas lecturas hubo otras que las siguieron de cerca como El exorcista, pero debo reconocer, que el verdadero bautismo dentro del género me llegó de manos de Stephen King.
En esa época, rara era la vez que no se me veía cargada con una de sus obras. Era un autor que manejaba el argumento, los personajes y la tensión, de forma espectacular, al menos eso opinábamos los amantes de ese tipo de novelas.
Daba igual la trama, porque podía llevarnos a una población tomada por vampiros o transportarnos a un futuro apocalíptico, donde al final nos preguntábamos, si la raza humana aprendería de sus errores.
De esa forma me perdí entre las páginas de Apocalipsis, de Cementerio de animales, Misery, o en las de El misterio de Salem´s Lot, y reconozco que disfrutándolas totalmente, de principio a fin.
Después algo cambio...
No se si fue que mis intereses en el mundo de la literatura variaron, que algunos elementos que King utilizaba empezaban a parecerme reiterativos, o simplemente, que el gran mago del terror había perdido parte de su magia.
Puede que fuese una amalgama de todos juntos...

Pero vayamos a lo importante y descubriréis a qué viene esta disertación...
Debo empezar por decir que el título, la portada, y la sinopsis de este libro, me han parecido todo un acierto.
Una vez metidos en materia, vemos que engancha desde las primeras páginas, se devora literalmente... y aunque estaréis pensando que eso no es siempre sinónimo de calidad, a mí este tipo de lecturas tan ágiles, tan absorbentes, me sirven para sacudirme el tedio que me han dejado algunas recomendaciones nefastas de esas que circulan por ahí... y de paso, esta en concreto, ha conseguido que algunas sensaciones olvidadas se hayan removido dentro de mí.

Para mí este autor ha sido todo un descubrimiento, aunque hay que decir, como podréis ver casi al final, que hay algún detalle que no me ha convencido.
Es cierto que me ha hecho disfrutar con el misterio, con la tensión sostenida, y sobre todo, con la experiencia de volver a leerme un libro en un par de tardes y disfrutando del argumento. Me ha devuelto la emoción por este género que yo pensaba que estaba extinto.

Carlos Sisí nos ofrece una novela con momentos de inquietud más que de terror, pero precisamente esos momentos, consiguen ponerte la piel de gallina.
Conocemos al personaje principal, Joe Harper, recién mudado a una cabaña cerca de Sulphur Creek, en las montañas de Canadá; completamente en soledad, en un aislamiento voluntario y sin vecinos cercanos a los que recurrir en momentos de dificultad.

Reconozco que el autor, no solo me ha transmitido la angustia de Joe, sino que también ha despertado en mí, una especie de agorafobia hacia esos paisajes nevados, tan blancos y ese silencio absoluto, solo roto por los crujidos del hielo, de la nieve acumulada en las ramas de los árboles, o de ¡vaya usted a saber qué!

El frío es un elemento importante para el desarrollo de esta historia, actúa como el miedo, nos atenaza, y eso sumado al aislamiento, a esa soledad ya mencionada, y a los fenómenos inexplicables, desapariciones y asesinatos que se mencionan en algún capítulo, me provocaban ansiedad, desazón, o como lo queráis llamar, al tiempo que iban marcando el desarrollo de mi lectura.
Todo eso sobrevolaba mi cabeza como un ente omnipresente generando desasosiego, y esa frase que da lugar al título "Vienen cuando hace frío" y que de forma reiterativa aparecía, no ayudaba en nada.

Me sentía dentro del pellejo de Joe Harper, esperando...
No tenía un miedo atroz, pero sí una leve incomodidad hacia lo desconocido que crecía con cada página, al no saber que seres eran esos, que solo "Vienen cuando hace frío"...
El ritmo narrativo se mantiene, no decae en ningún momento. La trama está cargada de detalles, sin dejar nada en manos del azar, hasta aquí todo perfecto, pero la explicación a esos fenómenos, da un vuelco hacia lo paranormal que a mí no me ha llegado a convencer.
Aquí quiero aclarar esto, cuando ponemos pegas sobre una novela, lo hacemos siempre recurriendo a nuestros gustos y pensando en los giros que nos hubiesen gustado a nosotros.
Yo me hubiese conformado con algo más sencillo, una especie de demonios de hielo y frío, aterradores, que se alimentan de calor o algo por el estilo, algo más tangible, no tan enrevesado para evitar recurrir a lo metafísico.
Como veis es el único detalle que no me ha seducido y eso no influye demasiado en mi concepto general sobre esta historia, porque está muy bien escrita...


miércoles, 8 de noviembre de 2017

La leyenda de Sleepy Hollow de Washington Irving

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

Este relato breve escrito por Washington Irving en 1820, seguro que también os suena por otro título, La leyenda del jinete sin cabeza.
La verdad es que desde estas primeras líneas, debo deciros, que esta narración no tiene mucho, o más bien nada en común, con la película de Tim Burton.
Comparten protagonistas, sí, pero poco más.
Ese fue precisamente mi error, empezar a leer este libro intentando recordar al tiempo la película. Veía pasar las hojas y el terror como yo lo esperaba, tardaba en llegar...

Salvando ese error que me atribuyo, la obra está genial.
Se encuentra a caballo, y nunca mejor dicho, entre el género gótico y el romántico, y en un principio, formó parte de un compendio de relatos publicados bajo el título de Libro de apuntes de Geoffrey Crayon, pseudónimo bajo el que escribía. En ese volumen, también aparecía otra narración que quizás os suene, Rip Van Winkle; la historia de un hombre que despierta tras un largo, largo sueño...

Pero dejemos a Washington Irving en compañía de Rip Van Winkle y transportémonos a ese pequeño valle, Sleepy Hollow, porque la obra es todo un clásico con algunos detalles dignos de mención.
Para ir abriendo boca os diré que está cargado de notas de ironía, hilada con un fino sentido del humor y por supuesto de suspense; un buen cóctel que mantiene la atención del lector volcada en la lectura, mientras observamos alguna pequeña crítica hacia el comportamiento de esos holandeses, que se asentaron en tierras, a orillas del río Hudson.

Las descripciones son soberbias; solo con el uso del lenguaje, Irving nos transporta en el tiempo, creando una ambientación que nada tiene que envidiar a la que consigue Tim Burton en su película, valiéndose de otros medios más visuales.
Pero quiero insistir en este punto, es cierto que la base sobre la que se construye, es decir la leyenda, es un detalle importante, consigue transmitirnos ansiedad, pero sin una buena técnica narrativa describiendo escenarios y ambientes, esto no sería posible.
Conocemos el relato, esa historia de un antiguo soldado germano que perdió la cabeza durante la Guerra Revolucionaria por culpa de una bala de cañón, y que cabalga por los caminos solitarios alrededor de Sleepy Hollow, al caer la tarde, sobre un corcel tan negro como la noche más cerrada, buscando esa parte del cuerpo donde se encuentra la mayor parte de nuestros sentidos.

Las descripciones juegan un papel primordial en nuestra imaginación y en la de los personajes, que alentada por las leyendas de la zona, y aderezada con esa calidad narrativa que os menciono, nos puede sugestionar y llevar a ver, creer, e incluso perder la cabeza.
Irving nos transporta a la época, notamos la humedad, la niebla que lo inunda todo y el temor nos llega desde cualquiera de los caminos solitarios que rodean la comunidad de Tarrytown.

Como un personaje más, nos adentramos en solitario por esos caminos anteriormente citados y con tan solo, el sonido de una lechuza cortando el silencio, el más valiente de nosotros echa a correr perdiendo no solo la cabeza, sino también esa otra parte donde acaba la espalda y pierde su casto nombre.
Con esto lo que quiero decir, es que Irving, sabe captar nuestra atención y dotar a la narración de una tensión sostenida, hasta la última página.
Los lectores esperamos la aparición del jinete, con una especie de tensión y emoción, dividida a partes iguales.


lunes, 16 de octubre de 2017

El exorcista de William Peter Blatty

Sinopsis:

Si la medicina y la psiquiatría no ayudan, ¿puede el exorcismo ser la respuesta? Ha llegado el momento para el implacable rito que enfrenta a exorcista y demonio en duelo mortal.
El exorcista es una de las obras de ficción mas sobrecogedoras y terroríficas jamás escritas. Basada en un hecho real, ocurrido en la década de los cuarenta del siglo pasado, la protagonista es una niña de apenas once años que sufre terribles transformaciones, sobre todo en su comportamiento. Ni médicos, ni científicos, ni psicólogos, son capaces de hallar la causa de tal estado y paulatinamente todo se va decantando hacia la hipótesis de que la niña esta poseída por el demonio.
Publicada en 1971, El exorcista es una de las novelas mas sobrecogedoras y terroríficas jamás escritas, y ha dado origen a una saga cinematográfica y una serie de televisión de culto.

Opinión:

El reto...

De nuevo recupero un clásico de terror, escrito en 1971, para el reto Halloween junto al fuego, que nos propone Atalanta anualmente desde su blog.
El reto consistía en elegir un libro de terror que hubiese sido llevado al cine, por lo que me debatí entre dos grandes historias.
El exorcista y Drácula de Bram Stoker, ambas novelas son de esas que siempre apetece releer y que sabes que serán un acierto seguro.

Curiosidades sobre el libro y sus secuelas...

El exorcista, es una obra escrita por William Peter Blatty y basada en un exorcismo realizado en 1949 y del que este escritor, oyó hablar cuando estudiaba en la Universidad de Georgetown.
La novela generó cierta polémica por el tema que trataba, y cuando parecía que las aguas habían vuelto a su cauce, Blatty sorprende de nuevo, escribiendo el guión de la que sería la adaptación cinematográfica de esta obra, y que se estrenaría en diciembre de 1973 en Estados Unidos.
El motivo de que esa película sea tan fiel al libro original lo encontramos precisamente en lo que acabo de señalar, que Blatty realizó el guión.

Años más tarde, en 1977, estrenarían una secuela de esta película, El hereje, donde el escritor no participaría como guionista, y la verdad es que la cinta decepcionó.

En 1983, Peter Blatty escribe un nuevo thriller psicológico bajo el título de Legión, esta vez con tintes de novela policíaca, donde varios de los personajes que ya conocimos en El exorcista vuelven a hacer acto de aparición. Fue llevada al cine en 1990 y dirigida por Blatty, pero con algunas modificaciones sobre el guión que al público no llegaron a convencer, por ejemplo, la incorporación de un exorcismo que no aparecía en ningún momento en el libro.

El libro...

El exorcista es en pocas palabras, una novela de las mejores dentro del género de terror.
Logra transmitir incomodidad en muchas de sus escenas, e incluso provocar que pequeños escalofríos recorran nuestro cuerpo. Este libro, lo leí hace muchísimos años, y la verdad es que las sensaciones que ha desatado esta vez, no han cambiado. Por lo tanto me reitero en lo dicho, nos encontramos ante una gran novela de terror, intemporal, que independientemente de las veces que la leas, seguirás disfrutándola al máximo.
Este libro lleva en las estanterías de casa muchos años, es una edición de Círculo de lectores y parece aguantar bastante bien el paso del tiempo, al igual que la historia que se esconde entre sus páginas.
Hay un par de fallos, el primero que encuentro es la traducción, donde existen, al menos en esta versión de la que os hablo, algunas expresiones chocantes. Del otro fallo ya hablaré un poco más abajo...

El argumento...

Estoy segura de que todos conocéis el tema central, o bien por la novela o por su adaptación cinematográfica.
La historia se divide en prólogo y cuatro partes, las dos últimas bastante más breves que las anteriores.
En el prólogo entramos en contacto por primera vez con el padre Merrin, que se encuentra en una excavación en el norte de Irak, donde hallan una estatuilla de un demonio sumerio.
Posteriormente, saltamos a la primera de las cuatro partes que componen la narración.

Regan es una niña de apenas 12 años que empieza a tener un comportamiento extraño.
Su madre, Chris MacNeil, es una actriz volcada en su trabajo, divorciada y atea, que empieza a visitar médicos sin que le den una explicación clara de lo que le está sucediendo a su hija.
Regan, pasa de ser una niña adorable a un verdadero monstruo.
Al mismo tiempo, el detective Kinderman, empieza a investigar unas profanaciones en una iglesia cercana y poco a poco, esos acontecimientos irán uniendo a los personajes.
Chris MacNeil, viendo como la vida de su hija se consume día a día sin solución, recurre al padre Karras, en un último intento desesperado de hallar una solución.
El padre Damian Karras, además de sacerdote es un eminente psiquiatra. En principio se muestra reacio a realizar un exorcismo, e intenta relacionar su estado con un caso de psicosis, pero todo cambia cuando graba a la niña hablando en una lengua extraña.

Hasta aquí, lo que todos conocéis sobre la historia, pero hay que rascar un poco más en la superficie para llegar al asunto principal...

Lo que la verdad esconde...

Damian Karras, es un sacerdote atormentado, en plena crisis de fe.
Esta crisis, sumada a la bondad o pureza de Regan; que Chris sea divorciada y atea; parece que alientan al demonio a quedarse en el cuerpo de Regan. Además, aparece el padre Merrin, un experto en exorcismos, que ya conoce de otro caso al demonio que ha tomado a Regan; por lo que este exorcismo se convierte en una lucha de poder, de egos, un gran desafío para demostrar quien ostenta más fuerza, si el bien o el mal, y que termina convirtiendo a la niña en un daño colateral.
Creo que esos detalles, son precisamente los que sembraron polémica en la década de los 70, cuando el libro fue escrito.

El desarrollo...

La novela no cuenta con demasiados personajes, por lo que la trama es sencilla de seguir.
Los principales son Chris, Regan, Karras, el detective Kinderman y el padre Merrin, todos redondos, aunque lógicamente también existen algunos ambientales que sirven para reforzar la historia. Tampoco nos perderemos vagando de un escenario a otro, ya que el escenario principal es la casa, y la mayoría de las escenas suceden entre esas cuatro paredes.

La narración es pausada, con ello el lector no se pierde ningún detalle y además el suspense y la tensión narrativa se mantiene hasta el final de forma soberbia, aunque conozcamos de antemano como será el desenlace.

El final...

Ahí se encuentra el otro fallo que ya os adelanté al comienzo, y es que esa secuencia que queda grabada en nuestra retina, donde vemos a los dos sacerdotes, Merrin y Karras, luchando casi sin fuerzas contra el mal, sucede en el libro de forma muy acelerada.
Todos conocemos de sobra o intuimos lo que ocurrirá, y aunque no resta interés en el lector, que pasa las páginas deseando llegar a ese momento crucial, sí nos deja un ligero regusto agridulce.
En apenas un par de páginas llega el desenlace y quizás esa urgencia por acabar, aunque no resta tensión suprime la espectacularidad de un final más a la altura de un milagro divino, algo que deseábamos pero que sabemos que es imposible...

Superando ese breve destello de decepción y analizando con frialdad esta última escena, veremos como Karras y Merrin están condenados de antemano, hay que ser realistas.
Merrin es ya anciano, llega al exorcismo con sus fuerzas muy limitadas y duda de su capacidad, y Karras duda de su fe.
Ambos son sacrificios necesarios para que el bien triunfe y salven mediante sus actos a un alma inocente y pura como es Regan. Dios prescinde de alardear que es precisamente lo que condena al demonio y por ese motivo, solo son necesarias un par de páginas para ese final.

Diferencias...

Como dije al comienzo, no existen grandes diferencias entre la película y el libro, salvo alguna escena añadida el la cinta, para impactar más aún en los espectadores.
En el libro apreciamos más los cambios que va experimentando Regan, uno a uno, de forma lenta. Con esa narración pausada, que emplea Blatty, somos testigos de todo el proceso que lógicamente en la película se optó por abreviar, por cuestión de tiempo.
El libro depende más de la imaginación del lector y ahí juega un papel más importante la narración, o la forma de narrar. El autor, en la obra escrita, también dio bastante importancia a las relaciones entre los distintos personajes, otro detalle que en la cinta es obviado, por acelerar.

El cine hace uso de los grandes recursos de los que dispone, sobre todo de los efectos especiales.
Con ellos se resaltan algunas escenas que prácticamente en la narración, habrían podido pasar desapercibidas, y consiguen captar la atención del espectador, exagerando más las reacciones y el comportamiento de Regan.

Sinceramente, para los que no hayáis leído aún este libro, es una gran lectura, de las mejores de este género.


sábado, 29 de octubre de 2016

Soy leyenda de Richard Matheson

Sinopsis:

Robert Neville es el único superviviente de una guerra bacteriológica que ha asolado el planeta y convertido al resto de la humanidad en vampiros.
Su vida se ha reducido a asesinar al máximo número posible de estos seres sanguinarios durante el día, y soportar su asedio cada noche.
Para ellos, el auténtico monstruo es este hombre que lucha por subsistir en un nuevo orden establecido.



Opinión:

"La fuerza del vampiro reside en que nadie cree en él"
Van Helsing.

Los vampiros.

Supongo que muchos habréis leído novelas que tienen a estos seres sobrenaturales como protagonistas.
Drácula de Bram Stoker, El misterio de Salem's Lot de Stephen King o Carmilla de Sheridan Le Fanu en 1872, son algunas de las que vienen sin esfuerzo a mi memoria.
Lo que resultaría más difícil, es no haber visto ni tan siquiera un trocito de alguna película donde esas criaturas míticas apareciesen; porque lo cierto es, que los vampiros, han sido elementos fijos del folclore de muchas culturas desde tiempos inmemoriales, acaparando el protagonismo de muchas leyendas de Europa Central y del Este, y dando un salto después a la literatura, convirtiéndose en personajes imprescindibles del género Gótico.
Estas novelas que os he citado tienen algo en común y es que resaltan el estereotipo popular del vampiro:

"Había muchos puntos oscuros: que no salieran de día, que no soportaran el ajo, que los mataran definitivamente las estacas, que temieran las cruces y que evitaran los espejos".

Pues bien, aquí llegamos al punto más destacable de Soy leyenda.
Matheson, da una explicación bastante razonable a por qué los vampiros huyen de las cruces, de los espejos, de tierra sagrada o del ajo entre otras cosas; detalle que hasta el momento en el resto de novelas, nadie se había molestado en explicar. Porque todos sabemos como eliminar a un vampiro... pero no el porqué de que desaparezcan tras clavarles una estaca.

Robert Neville.

Otro de los puntos más interesantes de esta novela es el personaje principal, sin duda una creación redonda.
Tras una guerra bacteriológica, el mundo tal y como hoy lo conocemos ha dejado de existir.
Robert Neville es el único superviviente de la raza humana.
Por las mañanas dedica su tiempo a reforzar su casa y cada noche, se ve obligado a resistir el asedio de la nueva raza que ha surgido tras la enfermedad.

Neville es un personaje en constante evolución y Matheson a través de él, nos ofrece un relato perturbador que nos incita a reflexionar sobre algo tan clásico como es el bien y el mal o el terrorífico miedo a la soledad y a lo desconocido.

¿Cómo actuaríamos si nos encontrásemos en su misma situación?
Neville pasa por todos los estados emocionales, desde la resignación al coraje, desde la ira al miedo, enfrentándose noche tras noche al dilema de seguir siendo el único superviviente o ceder a los llamamientos que los vampiros le hacen desde fuera y terminar siendo uno de ellos. Pero para Neville eso no es una solución, hay algo en él que le convierte en inmune, por lo tanto, solo le queda resistir o morir...

En el relato que nos ofrece Matheson en tercera persona, incluye algunas narraciones retrospectivas que nos obligan a retroceder en el tiempo, para mostrarnos algunos detalles, imprescindibles, sobre como era la vida de Neville antes del suceso. Esas analepsis obligan a ralentizar el ritmo del relato pero en cambio le aportan la coherencia necesaria para no dejar los tan odiados cabos sueltos que encontramos en otras novelas del género.
Aun así, la narración resulta muy fluida y convierte este relato corto postapocalíptico en una lectura muy recomendable.

Como último apunte mencionar que existen varias versiones cinematográficas, pero que ninguna de ellas contó con el beneplácito del autor por motivos obvios:
Ninguna de ellas consigue transmitir ni la más mínima parte de lo que se muestra en el libro, la angustia que sufre el protagonista, la soledad; además de que ninguna se adapta fielmente a la obra.

Soy leyenda con Will Smith (I'm legend, 2007) y El último hombre vivo (The Omega Man, 1971) con Charlton Heston, como actores protagonistas, son las únicas adaptaciones que he visto de este libro, aunque se de una tercera, El último hombre sobre la Tierra (The last Man on Earth, 1964), protagonizada por Vincent Price.
Soy leyenda, resultó muy taquillera, es una película que está muy bien para entretener, pero creo que la que más podría ajustarse al libro es sin duda la protagonizada por Heston, aunque repito, difiere bastante de lo que se nos cuenta en el libro.

"Y antes de que la ciencia hubiese destruido la leyenda, la leyenda devoraría la ciencia y todo lo demás". 
Soy leyenda.


jueves, 13 de octubre de 2016

Fantasmas de Dean Koontz

Sinopsis:

La doctora Jenny Paige y su hermana, la pequeña Lisa, vuelven al pueblo de Snowfield, ya que se aproxima la temporada alta y tienen que poner en marcha la consulta antes de que lleguen los turistas en invierno.
El pueblo se encuentra particularmente tranquilo y el silencio es total. Una vez en la consulta, encuentran a la asistenta en la cocina muerta, con el cuerpo hinchado y amoratado. El agente al cargo del pueblo también está muerto, por lo que tienen que pedir ayuda a una población cercana, desde donde enviarán a un grupo de policías para la investigación.
La historia desarrolla esta investigación, a la que se une más tarde un grupo científico del ejército. Todo el pueblo ha muerto o ha desaparecido, del mismo modo que comienzan a desaparecer miembros del grupo. Los encuentros con fuerzas desconocidas y seres de pesadilla son constantes y sólo una persona puede ayudarles: el científico Thimoty Flyte. Con su ayuda intentarán terminar con el Antiguo Enemigo, una criatura de millones de años de edad que durante su historia ha hecho desaparecer un gran número de criaturas y asentamientos humanos.

Opinión:

Como todos los meses, propongo una lectura para el taller mensual.
En esta ocasión, Atalanta, desde su blog Un libro junto al fuego nos ofrecía un reto para todo el mes de octubre muy interesante, #Halloweendelibrosycine; por lo tanto, no he dudado en unirme a él seleccionando para nuestro taller mensual una lectura que se adaptase a sus normas.
La propuesta de Atalanta consistía en leer un libro o relato de terror y la única condición era que hubiese sido adaptado cinematográficamente.
Por ese motivo opté por Fantasmas de Dean R. Koontz.

Intensificando la intriga...
Nos encontramos en la oficina del Sheriff en Snowfield, donde un par de gritos, inusuales, le harán salir de su rutina. Al tomar conciencia de que algo extraño está sucediendo, comprende ya tarde, que hay algo que se encuentra junto a él.
A continuación somos testigos de como las hermanas Paige, entran en este pequeño pueblo de montaña.
Snowfield es una localidad tranquila, pero Jenny y Lisa se encuentran en él algo más... una calma no habitual. El pueblo parece muerto, aparentemente se encuentra vacío.
La siguiente maniobra del autor, es guiar nuestros pasos hasta una localidad cercana y presentarnos al comisario Bryce Hammond, que será quien aporte los efectivos para intentar averiguar lo que ha sucedido con la población desaparecida.

Estos dos hilos argumentales evolucionaran de forma paralela y tras escasos diez capítulos terminarán convergiendo y fusionándose en un único hilo.
Con ese encuentro tan rápido, el autor, induce al acercamiento entre personajes y lectores. Hace que centremos nuestra atención, únicamente, en los acontecimientos que suceden en Snowfield y no nos alejemos de lo importante, que sería lo que ocurriría si alternase los momentos narrativos saltando de unos personajes a otros.

En el primer párrafo de esta reseña os he mostrado un recurso literario que utiliza Koontz para aumentar el suspense. De ese artificio narrativo ya os he hablado en alguna otra ocasión, es el Cliffhanger, y consiste en dejar colgando de un hilo una escena, en el momento más álgido de la narración, saltando a otro personajes o a otro lugar; de esa forma se logra mantener en vilo al lector hasta que el autor considere que ha llegado el momento para culminar esa situación. Este recurso lo utiliza básicamente en el comienzo y de forma excepcional cuando ya hemos cruzado el meridiano de la novela. En ese momento, aparecerán un par de hilos argumentales más. Estos hilos son totalmente secundarios y sirven para complementar y hacer más intenso e incluso alargar el relato.

El monstruo , los parecidos razonables o ¿quién fue antes, el huevo o la gallina?
Soy de la opinión que en la literatura está todo inventado ya. Pocos libros pueden llegar a sorprendernos por un argumento único, y cada vez es más frecuente leer una obra y que su argumento, o algunos momentos puntuales, nos recuerden sin remedio a otras historias.
He leído en algunos sitios que el monstruo de It, de Stephen King tenía claras reminiscencias o influencias, de éste que aparece en esta historia. Yo no lo veo así.
Es cierto que pueden apreciarse algunas semejanzas, pero hay infinidad de referencias a ese tipo de monstruos en la literatura; me refiero a seres cambiantes, capaces de adoptar forma o apariencia de otros seres.
Basta remontarnos al año 1938, momento en que se publicaba la novela de John W. Campbell, escrita bajo el seudónimo de Don A. Stuart. Who goes there?, o en español, ¿Quién anda ahí? que os sonará por la adaptación cinematográfica de John Carpenter "La cosa".
Además, esto de buscar semejanzas sería el cuento de nunca acabar, porque si queremos encontrar algún parecido razonable entre todas las obras citadas, o más en concreto entre sus seres, deberíamos remontarnos aún más en el tiempo y hacer un repaso a la obra de Lovecraft para conocer a sus criaturas.

¿Y qué decir de algunas partes de este libro de Koontz en cuestión? porque en este aspecto no se libra nadie, y algunos fragmentos también pueden recordarnos a otros, como el momento en que los protagonistas hablan por primera vez con el bicho, a partir de ahora lo llamaremos "El antiguo enemigo", cuya escena parece extraída de una conversación de El exorcista.

Los personajes y los tópicos.
En Fantasmas, podemos decir que aparecen bastantes personajes, si bien los principales, los que destacan sobre el resto son: El comisario Hammond; Jenny y su hermana Lisa.
Lo que menos me ha gustado es la poca imaginación para crear el perfil de los personajes.
Se limita a construirlos sobre los clásicos estereotipos de: buenos, guapos y listos, y ni tan siquiera los hace crecer asignándoles unos diálogos que se alejen de la simpleza.
Puedo decir que no se salva ninguno.
No aportan nada a la trama, ni tan siquiera credibilidad, son más simples que el asa de un cubo.
Por ese motivo no voy a profundizar en ellos, sería alargar demasiado la reseña.

Lo que sí puedo decir empleando la ironía, es que el número de personajes, marca una cuenta atrás oculta que nos acerca al final de la novela, y no es exagerar, ya que El antiguo enemigo va dando buena cuenta de todos los que aparecen de más, como cabría esperar en una novela del género, hasta que lógicamente el autor haciendo uso de otro de los tópicos más extendidos, encuentre al personaje idóneo para acabar con ese dominio puntual.

Como podréis ir observando a lo largo de la reseña, la novela de Koontz, está cargada de clichés.

El antiguo enemigo.
Y pensaréis, vale, ha hablado de un ser que cambia de forma, pero ¿qué más sabemos de él?
Pues bastantes cosas, aunque aquí he de avisaros... no intentéis buscarle lógica, ni razonar sobre algunos detalles del argumento.
Si sois de los que siempre buscáis en las lecturas alguna explicación científica que pueda aclarar los hechos, sinceramente aquí no la encontraréis.

El antiguo enemigo es un ser ancestral, al que se le achacan las extrañas desapariciones en masa de poblaciones, asentamientos enteros o de la extinción inexplicable de algunas especies, a lo largo de la historia.
Esto incluye a ejércitos enteros desaparecidos, ciudades Mayas, la colonia de Roanoke Island o el pueblo esquimal de Anjinuki, entre otros, sin olvidarnos de los más importantes... Los dinosaurios.
Bajo mi punto de vista, ese es uno de los detalles más interesantes de la novela. No me refiero a la desaparición de los dinosaurios, pero sí al misterio de esas desapariciones históricas a las cuales aún no hemos encontrado explicación.

Y llegamos al final...
Aquí es donde podemos encontrarle más fallos, porque hay algunos detalles que nos hacen rechinar los dientes.
Koontz es un escritor que por lo general, cuida bastante los detalles pero en otros mete la pata hasta el cuello sin remedio.

  • La forma de acabar con el Ser, me ha parecido insuficiente. Empleamos más esfuerzo y material en deshacernos de unas simples hormigas.
  • En el capítulo final se nos muestra a los personajes supervivientes un año después, creo que también podría haberse incluido algunas referencias a la situación del pueblo tras los acontecimientos. 
Se aprecia prisa a la hora de finalizar la historia. Si la obra tiene casi cuatrocientas páginas, bien podrían haberse añadido unas cuantas más. La historia avanza, en general, de forma pausada, atando bastante bien los cabos sueltos, pero como digo en el final al autor parece que le entran las prisas.

Últimos apuntes.
Como veis no es una novela perfecta, ni tan siquiera se aproxima, pero sí entretiene y se lee con facilidad.
Koontz sabe generar suspense desde el comienzo y lo mantiene de una forma muy efectiva, no decae en ningún momento y eso se debe a los elementos de intriga que va incorporando a la narración.
En ocasiones ese elemento se trata de un personaje nuevo, de la atmósfera que envuelve a los protagonistas, y en otras, de algún acontecimiento que enrolla más la trama. También sería justo decir que El antiguo enemigo, aporta algún que otro sobresalto, ya que también le toca mover ficha en algunos momentos demostrando ser un contrincante incierto.
Y recordad, el argumento tampoco tiene por qué resultar creíble, nos encontramos simplemente frente al clásico bestseller fantástico de terror.
Aunque es cierto que de terror y horror tiene poco, si resulta inquietante.

No descarto leer más de este autor.

También recordaros que existe una película de 1998, una adaptación de esta novela cuyo guion fue escrito también por Koontz. A pesar de esa supervisión, la película es pésima.
Hay demasiados cambios, en un vano intento de hacerla más comercial.
El comienzo es inquietante, sí, pero después cae en picado y termina convirtiéndose en una absoluta decepción.
Si tuviese que elegir, sin duda optaba por quedarme con el libro.


sábado, 2 de mayo de 2015

A ciegas de Josh Malerman

Sinopsis:

Cinco años después de que diera comienzo la pesadilla, los pocos supervivientes que quedan viven refugiados en el interior de casas y edificios, protegidos por puertas cerradas y ventanas con las cortinas echadas. Malorie, que ha conseguido sobrevivir en una casa abandonada junto a sus dos hijos, decide abandonar la seguridad de su refugio para emprender un viaje por el río hacia un lugar mejor. En esta peligrosa odisea a ciegas, Malorie sólo podrá confiar en su instinto y en el entrenado oído de los niños, que no tardarán en descubrir que algo los sigue. Pero, ¿qué es? Inmersa en la oscuridad, rodeada de sonidos, familiares unos, estremecedores otros, Malorie se embarca en una tremenda odisea; un viaje que le llevará a un mundo sin visión y de vuelta a su pasado. En un mundo que ha enloquecido, ¿se puede confiar en alguien? 

Opinión:

«Un thriller inquietante, que puede compararse con Los pájaros de Alfred Hitchock o Stephen King.» 
Kirkus Review 
 «Nunca ha habido una historia de terror igual. Un libro que se lee de un tirón.» 
Hugh Howey. 

Así de contundentes son los comentarios que encontraréis por internet. Hasta el mismísimo Stephen King lo ha recomendado. 

¿Nunca ha habido una historia igual? Ese comentario me parece un poco exagerado. 
Creo que hay historias de terror bastante más interesantes que ésta y que realmente logran aterrorizar al lector creando una tensión que se mantiene hasta el final.
El argumento no está mal, su lectura es entretenida, la trama conecta con el lector algo que no consigue la protagonista y el final... ¿Qué se puede decir del final? 
De momento lo más correcto es comenzar por el principio e ir viendo lo que tiene de positivo y negativo. 
Como siempre la decisión de leerlo queda en vuestras manos.

Nadie sabe que sucede... Algo extraño, lo que se denomina "el problema" afecta a nivel mundial. Se cree que se desencadena cuando las víctimas ven algo. La única recomendación es cerrar puertas y ventanas, evitar mirar al exterior y salir de las casas...
De esa forma inevitablemente, llega la desconexión del mundo exterior.

En ese estado conoceremos a Malorie, el personaje principal. El ser humano ha pasado de tener una dependencia total, no solo de las nuevas tecnologías y pasa de un estado de vida cómodo a encontrarse aislado e indefenso ante algo que les obliga a estar encerrados y a prescindir del sentido más vital para la mayoría de los seres humanos.
La vista.

Lo positivo...
El encargado de guiarnos a ciegas por esta historia narrada a dos tiempos, es un narrador omnisciente. Conoceremos casi sin límite, tanto el mundo externo que rodea a Malorie como el interno. De ese modo llegaremos a escuchar hasta los diálogos más íntimos que mantiene consigo misma. Uno de los alicientes de esta novela es que al narrarnos lo que escucha la protagonista, sin opción de describir lo que ve, logra estimular sensorialmente al lector, provocando reacciones en nosotros y transmitiéndonos su angustia.
Tendremos acceso al pasado y al presente, e iremos componiendo a base de encajar piezas, un puzzle, hasta dar forma a la verdadera historia.
Lógicamente, el relato de nuestro narrador tiene una pequeña limitación. Una visión parcial.
Al centrarse en el personaje de Malorie, solo nos relatará los hechos que suceden a su alrededor. Los sucesos relevantes que ocurren a otros personajes los deja para que más adelante, ellos, sean los encargados de relatarlos, aunque veamos que el medio elegido vuelve a ser nuestro narrador.
Obviamente, tampoco nos va a contar sucesos futuros destripando el argumento, sería contraproducente.
Podréis pensar... Entonces no nos encontramos ante un narrador omnisciente que todo lo sabe... Eso pensé yo en algún momento, pero según avanza el libro, veremos que él conoce hasta el último detalle, incluso en momentos puntuales menciona... eso ya lo descubrirá más adelante...

La lectura se hace entretenida y el ritmo se mantiene a lo largo del libro. Solo se detiene de forma totalmente deliberada por el autor, cuando volvemos hacia atrás en el tiempo. La tensión creada hasta el momento entra en modo pausa para mostrarnos hechos del pasado relevantes para el desarrollo de la trama, que no harán más que aumentar la angustia.
En cada uno de los saltos que damos, nuestro cerebro se activa y va acumulando preguntas. ¿Qué pasó? ¿Qué es lo que acecha? ¿Hay más supervivientes? ¿Qué ocurrió con la gente del refugio? ¿Hay alguna esperanza de sobrevivir?

Lo negativo...
Lo que menos me ha gustado es la sintaxis utilizada. El autor se vale de frases muy cortas, sencillas. Es cierto que eso proporciona agilidad a la lectura pero al mismo tiempo da la sensación de que los personajes que las emiten son demasiado simples, no están respaldados por diálogos y tienen poco que aportar a la historia.

Otro detalle. Para que una obra sea buena no es imprescindible que tenga elaboradas y detalladas descripciones, ni esas descripciones deben centrarse exclusivamente en el sentido de la vista. Sabemos que en esta novela, se intenta prescindir de ese don. El narrador no puede extenderse demasiado contando lo que existe más allá de Malorie, porque de eso se trata, de mostrarnos la angustia de ese personaje, limitar sus acciones y centrarse más en sus pensamientos, pero podían haberse añadido algunos párrafos más descriptivos donde se hiciese hincapié en el uso que se da al resto de sentidos o mostrarnos como es el lugar en el que vive.

De la protagonista y demás personajes no me voy a explayar mucho. Ya he mencionado que los diálogos son sencillos. Pienso, que si estas encerrado en una casa con algunos supervivientes, sin saber cuanto tiempo te queda de vida, sin saber que acecha en el exterior, las conversaciones no serían tan limitadas o nulas. Siempre hay alguien con el que te relacionas más e intentarías crear unos lazos donde poder encontrar apoyo.
Esos diálogos tan breves transmiten al lector o al menos así me ha pasado a mí, una sensación de desidia, de deshumanización, cuando realmente intuimos que lo deshumanizado es lo que acecha desde el exterior...
Tampoco he logrado empatizar con la protagonista. Creo que hay personajes secundarios que aportan bastante más que ella.
Me ha parecido un personaje demasiado distante, hermética, fría hasta el punto de ni llamar a sus hijos por sus nombres.
Se limita en todo el relato a llamarlos niño y niña. En cierto momento dice que el ponerles nombre ha sido un lujo que no se podía permitir.
Yo creo que es totalmente lo contrario.
Los humanos con el comienzo de "el problema" perdieron el control sobre sus vidas.
Precisamente, sobre lo único que ella puede ejercer un total control, es sobre la elección del nombre de sus hijos.
Si quería mostrarnos una relación cercana con ellos, habría bastado con  llamarles hijo o hija... Pero no creo que el autor buscase eso. Da la sensación de que marca las distancias o que no les pone nombre para evitar encariñarse con ellos en un nuevo mundo que se presenta hostil. Es un detalle mínimo, incluso podríamos decir que sin importancia, no aporta nada a la historia salvo dejar clara esa frialdad, la distancia que la separa de los niños, quizás de algo que se puede convertir en un momento dado en una carga o un lastre...

Como veis a la obra le fallan algunos puntos y el más importante para mí es el remate final.
No puedo decir que la forma de concluir la novela sea mala o no sea la acertada, pero yo esperaba otra cosa, algo más...
Cuando llegamos a esas páginas da la sensación de que existen una ganas enormes de terminar el libro por parte del autor, o bien, de no saber como acabarlo. Resulta insuficiente, falta algo. Me vienen a la cabeza varios finales alternativos y el elegido me deja más bien fría, además de que algunos detalles quedan sin atar. También es cierto que a mí me gustan las historias con muchos detalles, que me dejen pensando, que me den para comentar un libro, y en este caso lo cierras con un ... Pues vaya...

Es un puzzle al que le falta alguna pieza.


miércoles, 1 de octubre de 2014

En la hierba alta de Stephen King y Joe Hill

Sinopsis:

Cal y Becky DeMuth son dos hermanos que mantienen una relación casi telepática, pues sus vidas han montado en el mismo tándem desde su nacimiento. Cuando Becky se queda embarazada, decide marcharse a San Diego a casa de sus tíos hasta que nazca el bebé. La unión entre los hermanos es tan fuerte que Cal deja sus estudios para acompañarla y cruzar con ella el país en coche. Incluso planean juntos el futuro del niño. Pero la casualidad intercede en el transcurso del viaje. Al mediodía realizan un alto en el camino junto a un campo de hierba altísima: Cal apaga la radio para tener un momento de calma, y Becky abre las ventanillas, sofocada por el calor. De haber sido de otra manera, nunca habrían oído la voz de auxilio de aquel niño atrapado en la espesura. Deciden adentrarse en el campo y tomar sendas distintas para encontrar al niño cuanto antes. Por primera vez en su vida, los hermanos quedarán separados, aunque sea tan solo por unos metros de hierba. Sin embargo, nunca habían estado tan lejos. Una historia terrorífica narrada con la maestría insuperable de Stephen King.

Opinión:

Nos encontramos ante un relato corto escrito por Stephen King en colaboración con su hijo, el también escritor Joe Hill.
Sobre Stephen King se han dicho muchas cosas. Desde que es el gran mago del terror hasta que en los últimos años ya no es el que era y ha ido perdiendo fuelle. Como siempre hay opiniones para todos los gustos.
Mi opinión, es que las primeras obras de este autor fueron únicas y me gustaron mucho más que las últimas. Es como si hubiese ido perdiendo la chispa con el paso de los años, aunque también puede ser que el público nos hayamos convertido en demasiado exigentes.
Sea como sea, en este relato parece reencontrarse a sí mismo.
Se nota la esencia y brillantez de sus primeras novelas, donde lograba transmitir nerviosismo y angustia desde los primeros capítulos. Donde los lectores nos debatíamos entre las páginas del libro, siempre con piel de gallina, intentando averiguar que ocurriría a continuación. Admirando esa forma única de transmitir ansiedad y que nos mantenía enganchados a lo largo de la obra intentando averiguar el final.

Ahora bien, sobre el hijo también se ha hablado mucho en los últimos años. Dicen que es digno sucesor del padre, que su forma de escribir se asemeja mucho a la de los comienzos de King, en esa época, donde cada novela que sacaba tenía el éxito asegurado.

Yo hasta el momento no he leído nada de Joe Hill, salvo este pequeño relato donde intervienen los dos, por lo tanto, no puedo hacerme una idea clara de su forma de escribir y resulta complicado averiguar donde acaba la genialidad del padre y comienza la del hijo.
Lo que sí os puedo asegurar, es que me ha recordado en la forma de narrar a Desesperación, a Tommyknockers o Apocalipsis... ¡Que años aquellos! cuando en mi librería no faltaba ninguna de las obras del gran genio Stephen King.

Poco más puedo decir de este brevísimo relato con momentos de maestría salvo que es Stephen King en estado puro y no me ha decepcionado lo que he encontrado entre sus páginas. Consigue transmitir suspense y angustia a partes iguales desde el comienzo.
Solo me queda añadir que apunto a mi lista de pendientes las obras de Joe Hill.