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martes, 26 de febrero de 2019

Los crímenes de Oxford de Guillermo Martínez

Los crímenes de Oxford (Crímenes de Oxford 01)
Sinopsis:

Un estudiante de matemáticas realiza un viaje a Oxford con fines académicos. Además de conocer a algunos de sus maestros en esta ciencia, las emociones se alborotan cuando se produce un asesinato en la casa donde se aloja.
Se desata así un misterio para el que las matemáticas son, más que una disciplina teórica, la clave para su investigación y desarrollo.
La serie de Oxford es un artefacto literario que combina una altísima calidad literaria con una trama capaz de atrapar a miles de lectores.

Opinión:  Los crímenes de Oxford (Crímenes de Oxford 01)

Supongo que últimamente estaréis oyendo hablar mucho de Guillermo Martínez, ganador del premio Nadal 2019 por su novela Los crímenes de Alicia, pero estoy segura de que si rebuscáis en la memoria, también os sonará otro título suyo y que da el pistoletazo de salida a lo que ha pasado de ser un libro independiente a una saga.
Esa primera obra que fue publicada en 2003 llevó por título Crímenes imperceptibles, y también obtuvo un premio, el Planeta Argentina 2003.
En 2008, el cineasta Álex de la Iglesia hizo la adaptación cinematográfica con el título de Los crímenes de Oxford, y a partir de ese momento las posteriores ediciones adoptaron ese título.

Guillermo Martínez, como ya he mencionado al comienzo, no pensó en un principio hacer una serie de novelas ambientadas en esa ciudad universitaria, Oxford, es más... dejó el final cerrado de esta historia, con el objetivo de no hacer una segunda entrega, pero ya se sabe que hay veces que los personajes se rebelan y terminan reapareciendo, de ahí, que no solo vaya a haber una segunda parte, sino que según alguna entrevista que he leído recientemente por ahí, está en proceso la tercera.
Debo deciros también que en este ciclo de novelas de Oxford, los libros son de lectura independiente.

Los crímenes de Oxford y Los crímenes de Alicia, tienen varios elementos en común, siendo el principal que comparten algunos de los personajes: El profesor de Lógica Arthur Seldom, el inspector Petersen y el joven estudiante argentino del cual no conoceremos su nombre, por mucho que en algunos blogs y webs, insistan en llamarle Martin.
Creo que aquí llega el momento de hacer la aclaración.
En la película de Álex de la Iglesia, el personaje sí adoptaba ese nombre, en cambio, tanto en esta obra de la que os hablo como en la siguiente, Los crímenes de Alicia, se indica que el nombre contiene una doble ele y que resulta impronunciable para los británicos.

"Escuché que pronunciaba mi nombre, con un esfuerzo conmovedor, tropezando en la doble ele".

A esto añado que en Los crímenes de Alicia, aparece en varias ocasiones la referencia a la letra inicial del nombre: G, lo que me lleva a pensar que podría ser Guillermo, y más si le vemos como un Alter ego del autor, con el que comparte no solo ser argentino y matemático, sino también haber completado sus estudios en Oxford.
Pero bueno... dejando de lado las conjeturas, lo que sí se me escapa es si en alguna edición, en alguna adaptación literaria posterior a la película, el joven adopta ese nombre.

Pues bien, dicho esto, G, será nuestro narrador protagonista a lo largo de la historia, y por lo tanto eso condicionará el relato, ya que solo puede contar los hechos de los cuales es testigo o lo que le van contando.
La omisión de su nombre crea un pequeño halo de misterio a su alrededor, ¿por qué nos lo oculta Guillermo Martínez?, pues quizás para recalcar con ello que el estudiante, tan solo es un elemento narrativo, el transmisor de la historia, evitando así que pueda restar protagonismo a otros personajes o a los hechos.
Os mencioné más atrás que la saga iba a tener más elementos en común, pues bien, esos detalles se aprecian a simple vista con solo mirar los títulos; toda la saga se construirá alrededor de crímenes en serie.

Esta novela tiene rasgos de novela policíaca y al mismo tiempo de novela negra, porque lo cierto es que hay veces que es difícil delimitar dos géneros que con frecuencia se dan la mano.

Los personajes masculinos toman el mando en esta historia y los femeninos aparecen simplemente como atrezzo, espero que esto no se tome como una crítica, tan solo es una apreciación.
También debo decir en este apartado, que todos sin excepción, están poco definidos.
Conocemos muy pocos datos sobre su vida pasada, y eso puede darnos la idea de que están construidos de forma superficial; yo soy de la opinión de que todo personaje tiene que tener un pasado y los escritores deben presentárnoslo, aunque tan solo sea de forma escueta, para que no parezca que han surgido así... sin más, como por ciencia infusa.
Visto esto desde otro punto, lo de no perfilar en profundidad, también puede tener otra lectura, y es la de no desviar nuestra atención de los sucesos, de la forma de ejecutar los crímenes.

Otro detalle que no puedo olvidar mencionar es el uso de algunos giros o expresiones que emplea el autor, y que pueden chocarnos a los españoles, por no estar acostumbrados a oírlos, algo que creo que nos saca de la rutina y que enriquece culturalmente el texto.

Para ir terminando os diré que el final elegido no es el que más me hubiese gustado leer.
Me parece cogido un poco por los pelos, porque creo que se apoya en demasiadas casualidades...
Pero incluso con los peros que os he citado, considero que es una novela bastante interesante.



martes, 16 de octubre de 2018

Los crímenes de Mitford de Jessica Fellowes


Los crímenes de Mitford (Crímenes de Mitford 01)
Sinopsis:

Seis hermanas. Toda una vida de misterio. Una familia incomparable.
Estamos en 1919, y Louisa Cannon sueña con escapar de su vida de pobreza en Londres y, sobre todo, de su peligroso y opresivo tío.
La única salvación para Louisa es una posición dentro de la casa de los Mitford en Asthall Manor, en el campo de Oxfordshire. Allí se convertirá en institutriz, acompañante y confidente de las hermanas Mitford, especialmente de Nancy, de dieciséis años, una chica joven y mordaz, fantasiosa e imaginativa.
Sin embargo, una enfermera de nombre Florence Nightingale Shore, será asesinada en un tren a plena luz del día, y Louisa y Nancy se encontrarán envueltas en los crímenes de un asesino que hará cualquier cosa para ocultar su secreto.

Opinión: Los crímenes de Mitford (Crímenes de Mitford 01)

Creo que sería justo, antes de comenzar a hablaros sobre esta novela, hacer una breve mención a su autora y a la estructura que adoptará esta nueva saga de novelas.

Jessica Fellowes es conocida por sus novelas de Dowton Abbey, ambientadas en Inglaterra a comienzos del s. XX, y en ellas se retrata la vida de una familia aristócrata y la de sus criados, seguro que os suena la serie de televisión.

Esa fascinación por los años 20 y por la alta sociedad inglesa, la ha llevado a crear esta otra saga de novelas de misterio, basadas en casos reales sin resolver y adaptando como personajes a la familia Mitford, (también reales).
Cada volumen de esta serie tendrá como personaje destacable, a una de las hermanas Mitford, y los casos que se intenten resolver harán avanzar el curso de la historia, relatando los acontecimientos que marcaron ese siglo XX.

El protagonismo principal a lo largo de toda la serie recaerá en un personaje de ficción, Louisa Cannon, una humilde joven que ocupará el puesto de niñera de la aristocrática familia, detalle que aprovecha la autora para mostrarnos las diferencias entre clases, al tiempo que reivindica el papel de la mujer y su lucha por hacerse un hueco en la sociedad; por supuesto, sin dejar de lado, la resolución plausible de los misterios, que será el objetivo principal de este conjunto de libros.
Pero la joven Louisa no estará sola en esas aventuras, para hacerlas más reales se hará ayudar por un joven policía, y de esa forma también se incorporará el toque romántico a la saga.

Hay que decir, que la ambientación está muy cuidada, pero en algunos momentos debido a las descripciones y a ese intento de hacer llegar al lector los escenarios y ambientes con total nitidez y precisión, la narración se me hacía algo lenta, parecía que la historia se quedaba enganchada en algunos puntos, costándole avanzar, y eso me impedía cogerle el ritmo.
Supongo que eso será un detalle puntual achacado al comienzo de la saga, ya que hay que hacer especial hincapié en algunos datos y situaciones que en las sucesivas entregas serán omitidos.

A pesar de lo ya mencionado, me ha parecido una novela muy entretenida, pero habría que hacer otra puntualización para los los que estéis pensando en comenzar con esta novela; no debemos fiarnos al pie de la letra de todo lo que se cuenta en ella.
La vida que se recrea entono a los personajes reales no se ajusta totalmente a la realidad, porque contiene un alto componente de ficción o de licencia del autor.

Dicho esto voy a mencionaros lo que resta y que me ha parecido más interesante y atractivo de esta historia.

Está elaborada con los clásicos estereotipos del género enigma de comienzos del s. XX; esos patrones que de forma tan perfecta desarrollaron grandes damas como Agatha Christie y/o Ethel Lina White.
¿Cuáles son esos estereotipos?
Pues un asesinato o desaparición cometido en un medio de transporte, en concreto en un tren, y una mujer que toma las riendas del papel principal para resolver el misterio, intentando dejar de lado los clichés sociales.
Puede que pensemos que para una novela del siglo pasado repetir esos patrones estaba bien, pero para una actual esa reiteración puede llegarnos a parecer aburrida, yo creo que solo se copia lo bueno y las modas terminan volviendo, y en este caso la repetición de ideas resulta acertada.

En esta novela Jessica Fellowes, no solo se inspira en el argumento de ese tipo de obras que convirtieron historias de apariencia sencilla en uno de los géneros más populares, presumiendo de argumentos complejos y retorcidos, sino que también consigue adoptar con acierto el tono narrativo de los personajes, el ambiente y el estilo de la época.
Creo que es algo a tener en cuenta y que deberíamos valorar de forma positiva.
La autora también consigue integrar en la novela el género epistolar, y ese es otro de los elementos que aportan ese toque de novela de época, consiguiendo recrear el ambiente y utilizándolo de paso para facilitar datos y hacernos retroceder en el tiempo mediante esas cartas, a modo de recuerdos.

Para ir terminando, voy a mencionaros otro detalle a modo de curiosidad que me ha gustado, y es incluir a la famosa Florence Nightingale en la novela.
Florence fue una gran enfermera que está considerada como la precursora de la enfermería actual. En su honor, hoy en día, los nuevos enfermeros tras acabar sus estudios, siguen haciendo el juramento Nithtingale, un juramento público de carácter ético, parecido al hipocrático que realizan los médicos.
Esta famosa enfermera, que tan solo aparecerá citada, será la madrina del personaje que aparece muerto, y de ahí la similitud en el nombre, que al comienzo puede crearnos algo de confusión.

De momento solo podemos opinar sobre esta historia, tendremos que esperar a la siguiente entrega para hacernos una opinión más global sobre el desarrollo de la saga, pero si sigue la misma linea, creo que nos encontraremos ante una saga interesante y entretenida a tener en cuenta.


martes, 9 de octubre de 2018

La escalera de caracol de Ethel Lina White

Sinopsis:

Helen ha comenzado a trabajar como dama de compañía en La Cúspide, una gran mansión que se erige en la línea divisoria entre Inglaterra y Gales. La ciudad más próxima se encuentra a 22 millas y el pueblo más cercano a 12. Por ello, son pocos los que aceptan de buen grado trabajar en un lugar tan apartado.
Helen empieza al servicio del viudo profesor Warren, su hermana Blanche - también viuda - y la vieja madrastra de ambos, Lady Warren, enferma y recluida en la habitación azul desde hace años.
A pesar de que inicialmente Helen no debía ocuparse de Lady Warren enseguida se ganará su amistad y su confianza gracias a su dulzura, y se convertirá en la favorita de la dueña de La Cúspide.

Opinión:

Hace unas semanas os hablaba de "La dama desaparece", una gran historia de suspense escrita por la autora británica Ethel Lina White y que fue llevada al cine por Alfred Hitchcok. En esa reseña os avanzaba que en breve volvería a hablaros sobre su excelente autora.
Pues bien, ya ha llegado ese momento anunciado y hoy os acerco a otra novela suya, esta vez a la que está considerada como la mejor de todas sus obras y que fue escrita en 1933.
La historia que se esconde tras La escalera de caracol, tardó en ser llevada al cine, pero al final vio la luz en 1945 bajo la dirección de Robert Siodmak, aunque hay que mencionar que existen bastantes diferencias a simple vista con la novela.

Ethel Lina White, como ya pudisteis comprobar, es una autora que sabe mantener la intriga hasta el final, pero que peca de dar a sus obras un final apresurado.
Esa es quizás la mayor pega que encuentro en sus relatos, que los finales me resultan poco elaborados, sin detalles.
Nos dejan siempre con la miel en los labios; con la dama en brazos del galán, pero sin saber muy bien como hemos llegado a ese punto, a esa escena final.
Al margen de esta minucia, hay otros elementos que convierten en interesantes sus lecturas...

Como detalle curioso que voy a utilizar para picaros en la lectura de este libro, os diré que he encontrado un detalle en el argumento que me hacía recordar muchísimo a la estructura de diez negritos, escrita por Agatha Christie en 1939.
En esa novela, los personajes van muriendo, desapareciendo de escena, aquí no ocurre exactamente así, no penséis que es un spoiler... pero en esta narración, los habitantes de la casa tienen en común con los protagonistas de la obra de Christie, que irán saliendo de escena uno a uno, por diversos motivos, contribuyendo a crear un ambiente cada vez más aislado y claustrofóbico.

Pero vayamos por partes, creo que lo mejor sería comenzar con los parecidos razonables...

Similitudes con "La dama desaparece" de la misma autora:

Vamos a tener...
➣Un personaje central femenino.
➣Ambiente claustrofóbico, provocado por el aislamiento.
➣La soledad que rodea a la protagonista, pese a estar rodeada de gente.
En La dama desaparece, esa soledad se debía al comportamiento del personaje; a viajar en un tren que no realizaba paradas; a la dificultad para hacerse entender en un lenguaje ajeno y al comportamiento extraño del resto de viajeros...
En La escalera de caracol, ese aislamiento es causado por la diferencia de clases.
Helen no pertenece a los criados, es como una asistente, pero tampoco encaja con la clase alta, y lógicamente esa soledad también lo aporta la mansión apartada.
➣El argumento sucede en un breve espacio de tiempo.

Diferencias con "La dama desaparece":

Como diferencias encontramos principalmente, el tono que emplea la autora.
➣El tono:
Si en La dama desaparece hacía gala de un toque de humor muy inglés, aquí el humor es más socarrón y quizás aparece en dosis menores.
➣El ritmo y la tensión.
También veíamos que la aventura en tren tenía más ritmo, resultaba más dinámica, y la tensión se diseminaba a lo largo de la narración, eso sí, intensificándose en la parte final.
En  La escalera de caracol aunque con una narración más pausada y concentrando toda la tensión en el último cuarto de novela, nos ofrece un argumento mejor, más enrevesado y mejor construido, con más detalles.

La escalera de caracol.

Lo que quizás más me ha gustado de este relato es el narrador elegido, que afecta a la tensión narrativa.
Para esta ocasión, la autora opta por un narrador equisciente

Relata en tercera persona al igual que lo haría el omnisciente, pero la gran diferencia reside en que este tipo de narrador tiene unas carencias.
Solo conoce lo que ocurre alrededor de un personaje, en este caso el de Helen; se centra en captar hasta el más mínimo movimiento de ella, la persigue como si se tratase de una cámara, y esa información es la que nos hace llegar, pero descuida lo que sucede alrededor del resto de personajes. De esta forma se aporta más suspense a la historia.
Vemos como el peligro flota en el aire, siempre alrededor de Helen.
Los lectores con este tipo de narrador, siempre vamos a ir un paso por delante de la protagonista.
Intuimos lo que va a suceder por las pistas que nos va dando el narrador; nos deja ver algunos detalles, lo que más le llama la atención, pero solo puede narrar lo que ve en un círculo de acción mucho más pequeño que el que vería un narrador omnisciente.
En una película, el peligro nos lo avanza la música; aquí aunque carecemos de ese elemento vamos viendo como el peligro se acerca cada vez más a Helen. Con esa intuición nuestra, y con esa carencia del narrador se aumenta la angustia, sobre todo porque sabemos que la protagonista desconoce que poco a poco el cerco se va cerrando sobre ella.

A ese suspense que se consigue con el narrador, también hay que añadir el que aportan los escenarios.
La mansión, "La Cúspide", parece acechar a los personajes, al igual que la famosa escalera de caracol que da título al libro.
Esos elementos inanimados, omnipresentes a lo largo del relato, que adoptan al mismo tiempo el papel de protagonistas, dan el toque de inquietud y convierten a los habitantes de la mansión en simple atrezzo. Una casa demasiado aislada de la civilización, solitaria y que arrastra fama de traer mala suerte, y una escalera oscura, con ángulos muertos, donde cualquiera podría esconderse y pasar totalmente desapercibido...

Otros detalles a favor de esta historia...

Tema central... El psicópata misógino.
No sé si es la primera, la segunda, o la décima vez, que una obra tiene como tema central a un asesino en serie que arrastra un trauma sexual; pero quizás esta junto con Psicosis, son las que más me impactaron cuando las vi en su versión cinematográfica.
Vemos el tono misógino incluso en el papel de algunos personajes femeninos. Ese pensamiento se había enquistado incluso dentro de nuestro género.
Lo apreciamos en la forma de pensar de la enfermera que asiste a Lady Warren, con las opiniones sobre todas las mujeres "de aspecto cuidado", y también en Simone, el personaje que encarna a la femme fatale de la novela.
El pensamiento de Simone contrasta enormemente con su forma de actuar; ella, una mujer adinerada, a pesar de estar casada con Newton, uno de los integrantes de la familia Warren, se cree libre y que puede abandonarle cuando ella quiera, en cambio ese pensamiento tan liberal para la época choca con la opinión que tiene sobre su propio género.

“Sentía desprecio hacia las mujeres inteligentes, ya que creía que la mujer solo necesitaba instinto para explotar todos los rincones del territorio llamado hombre”.

La historia resulta perfecta para convertirla en obra de teatro.
La escasez de escenarios y de personajes, sumado a que se ajusta a la perfección a las reglas literarias ideadas por Aristóteles para el teatro, la convierten en ideal para la escenificación. Esas reglas conocidas por las tres unidades, son:

  • La unidad de tiempo: todo sucede en un día.
  • La unidad de espacio: todo sucede en un único escenario.
  • La unidad de acción: una historia lineal, con introducción, nudo y desenlace, y que no da importancia a las historia secundarias.
Y por fin, para ir terminando, no podía dejar de mencionaros otra serie de diferencias...

Diferencias entre película y novela:

➣En la película, Helen, es muda, lo que crea más angustia, porque su aislamiento es mayor.
La inquietud se agudiza por esa mayor vulnerabilidad de la protagonista y también con los planos en los que aparece el asesino observando, planos en los que solo podemos contemplar un ojo que acecha cada movimiento de la protagonista, y que en la novela se omiten.
➣En la película también sabemos que el asesino es un hombre, todo lo contrario de lo que sucede en la obra literaria, donde todos los personajes, independientemente del género, aparecen como posibles asesinos.

➣El número de personajes en la cinta también es menor.
➣Otra diferencia es que Helen en la película lleva tiempo trabajando en la mansión, detalle que hace que conozca más profundamente a los personajes y haya una relación más estrecha con ellos.

Por el contrario...
➣En la novela se capta más los matices de las personalidades complejas de cada uno de los personajes, detalles que en la película apenas se aprecian, ya que no hay tiempo para ahondar en ellos, resultando más superficiales.


martes, 25 de septiembre de 2018

La dama desaparece de Ethel Lina White

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

Ethel Lina White, para los que no hayáis oído hablar de ella, es una de esas grandes escritoras de misterio británicas que lograron conquistar no solo a los lectores con sus tramas retorcidas, sino que también lo hicieron con grandes cineastas de la época que terminaron llevando sus obras al cine.
Aunque muy conocida en su época, en nuestros días su obras se han visto eclipsadas por la fama de la gran Agatha Christie, al igual que le ocurrió a otra de sus contemporáneas, Josephine Tey, otra gran autora de novela de misterio.
Esta novela publicada en 1936 llevó el título de "The Wheel spins" ("gira la rueda"), pero tras ser llevada al cine por Alfred Hitchcock en 1938 bajo el título de "The lady Vanishes", en español "La dama desaparece" o "Alarma en el expreso", las posteriores reediciones adoptaron el título de la película.

Es curioso la gran cantidad de novelas clásicas que ocurren de fondo en un tren, algo lógico ya que era un medio de transporte rápido y económico de la época, pero como digo, esa forma de desplazamiento ha dado lugar a que se liberase la imaginación de los autores y a que creasen grandes e inquietantes historias, como esta de la que hoy os hablo o Asesinato en el orient express (1934) y el tren de las 4.50 (1957), ambas novelas de Agatha Christie; Pacto de sangre de James M. Cain (1943); Extraños en un tren de Patricia Highsmith (1950)... entre otras muchas; y es que parece que las conspiraciones y asesinatos tienen un buen aliado en los raíles, porque el tren es un excelente escenario para cometer delitos, ya que en muchas ocasiones tenemos el aliciente del cuarto cerrado, nadie puede entrar ni salir.

La dama desaparece, es una novela que me ha encantado, no por el argumento que llegados al punto podría parecernos muy trillado, sino por la forma de desarrollarlo y echar el lazo al lector.
Ethel Lina White crea a una protagonista que a simple vista no nos va a caer bien, y elige para relatar a un narrador ajeno a la trama.
De esa forma evita la subjetividad o que desconfiemos de los acontecimientos que suceden alrededor de Iris Carr; porque la protagonista, además de parecernos engreída y estirada, en algunas ocasiones su comportamiento puede inducirnos a pensar que no está en sus cabales.Todo eso como digo, la forma de enfrentarnos al personaje, cambia con el tipo de narrador.

Vamos a encontrar varios elementos que convierten la lectura en adictiva y que residen en el desarrollo del argumento.

La lucha contrareloj:
Esa especie de investigación que inicia Iris y que parece que no avanza, se vuelve más intensa porque el tiempo apremia.
El tren se desplaza veloz hacia la estación de Trieste, e Iris, debe encontrar a la señorita Froy antes de que el expreso llegue a la estación y todos sus viajeros desciendan de él.

El aislamiento total:
Iris a pesar de estar rodeada de gente, se encuentra sumida en una soledad total, en parte provocada por ese irritante comportamiento que la aleja hasta de los lectores, y por otro lado, porque está encerrada en un tren donde todos parecen tener algo que ocultar.

La búsqueda de la señorita Froy se va a convertir en desesperación, porque solo Iris, de entre todas las personas que viajan en el tren, parece ser consciente de su desaparición.
Es cierto que la señorita Froy, es alguien sencillo que pasa desapercibida, ¿pero hasta el punto de que nadie la recuerde? Eso nos va a llevar a pensar que todo lo que sucede en el tren es producto de la imaginación de Iris, porque no puede ser que todos los viajeros tengan un comportamiento tan extraño, y se empeñen en negar su existencia.
¿Será la señorita Froy producto de la imaginación de Iris, fruto de la insolación o de la histeria?, eso es algo que tendréis que resolver vosotros.
Como veis, todo esto que he citado en conjunto, hace que aumente la tensión narrativa, y que en los últimos cinco capítulos el lector tenga que contener la respiración.

Esta novela, catalogada en su día como de misterio, es una novela enigma que roza el thriller; hoy en día podríamos ubicarla perfectamente en esa nueva categoría que se empeñan en denominar como "domestic noir", protagonizada por mujeres con algún problemilla; y es que el estilo de Ethel Lina es intemporal y convierte esta historia en actual.

Por poner alguna pega...
Puede parecernos que el final es algo precipitado, pero pensándolo fríamente, la historia sobre la que se construye el argumento ya ha quedado resuelta, no hay más que contar, y todo lo que se añadiese sería relleno.

Os animo a leer y conocer a esta escritora de la que en breve volveré a hablaros...


viernes, 14 de septiembre de 2018

Matemos al tío de Rohan O'Grady

Sinopsis:

Una lectura deliciosamente perversa. Oscura y mortalmente ingeniosa, Matemos al tío es un clásico de culto que nunca hasta ahora se había publicado en español.
Barnaby Gaunt tiene diez años y acaba de quedarse huérfano. Solo y desamparado en la vida, ha de vivir con su tío, por lo que viaja a una preciosa isla remota de la costa de Canadá, llena de amables ancianitos y donde hay hasta un policía montado. A primera vista, todo indica que le espera un verano perfecto. Salvo por un pequeño problema: su tío está tratando de matarlo. Heredero de una fortuna de diez millones de dólares, Barnaby se cansa de decirle a todo el mundo que su tío, un hombre misterioso y aterrador, anda detrás de su herencia, pero nadie le cree. Nadie salvo Christie, una niña rara y de poco comer, que llega a la conclusión de que Barnaby solo puede detener a su demoniaco tío de una manera: matándolo primero a él. Y así, con la ayuda de Una Oreja, un puma salvaje a quien los isleños atormentan desde hace años, Christie y Barnaby traman un plan infalible.

Opinión:

Rohan O'Grady, es el seudónimo de la novelista canadiense June Skinner. Esta autora llegó tarde al mundo de la literatura, a los cuarenta años, pero rápidamente se hizo un hueco y en un breve espacio de tiempo, diez años, publicó cuatro novelas, entre las que se encuentra esta de la que hoy voy a hablaros, y de la cual también se hizo una adaptación cinematográfica en 1966.

Esta novela de difícil catalogación se mueve entre el género de aventuras, el juvenil y el policíaco, eso sí, adornada con algunos toques de humor.
Un detalle a destacar antes de empezar a desarmar la obra, es que de nuevo es la editorial Impedimenta la que ha rescatado este gran libro que, hasta la fecha, no había sido publicado en castellano, eligiendo como portada la ilustración original que Edward Gorey realizó para la primera edición del libro, la de 1963, y que capta la esencia principal del argumento.
Miradla con mucho detenimiento...

Lo que más me ha gustado y que destaco por encima del resto, ha sido el narrador elegido.
➤Un narrador omnisciente, que no duda en relatarnos todos los acontecimientos con detalles incluidos, sin dejar de lado los pensamientos. Este cronista, nos ofrece hasta los pensamientos más profundos de los personajes, todo hasta aquí es normal, pero lo singular es que entre los personajes se encuentra "Una Oreja", un puma salvaje, del cual también conoceremos lo que piensa y que se convertirá en un elemento esencial para el desarrollo de la historia.

Muchas veces damos más valor al argumento de lo que realmente tiene.
Lógicamente no estoy relegándolo a un segundo término, ni diciendo que la trama no sea el elemento más importante de una narración, ya que es la base sobre la que se mueven los personajes, y sin un argumento que enganche, no existiría el libro.
Lo que quiero decir, es que hay otros detalles, otros elementos que pueden convertir una historia sencilla o de apariencia simple, en una excelente novela.
En matemos al tío, vamos a encontrar un montón de detalles que irán sumando valor a la obra.

Habrá un espacio para el género epistolar.
A través de él conoceremos los sentimientos y algunos acontecimientos que giran alrededor de la vida de uno de los protagonistas, el sargento Coulter, un policía montado.
La inclusión de ese género en la novela y del singular narrador, del que ya os he hablado, rompe con la monotonía de esta historia y la aporta frescura, convirtiéndola en una obra muy entretenida.

Otro elemento importante es el gran perfil creado para cada uno de los personajes, y en este apartado no hago exclusiones.
Todos los actores que intervendrán en mayor o menor medida, aparecen dibujados al detalle.
Cada uno arrastra su propia historia, viven en su propio microcosmos; y en conjunto, consiguen una composición singular, un ambiente y unos escenarios casi únicos; por ese motivo no os voy a quitar el gran placer de descubrirlos por vosotros mismos.
La relación existente entre ellos, los diálogos y su forma de actuar, transforman y llenan de matices el argumento.

Tampoco podemos olvidar mencionar, el toque mágico.
Un ligero aporte sobrenatural que sacaría los colores a muchos expertos a la hora de manejar el realismo mágico.

Os recomiendo esta pequeña historia, una buena opción de lectura, entretenida y divertida.


martes, 31 de julio de 2018

Arderás en la tormenta de John Verdon

Arderás en la tormenta (Dave Gurney 06)
Sinopsis: 

La tensión ha ido en aumento en White River. El inminente primer aniversario de la muerte de un motorista negro por el disparo de un policía local inquieta a una población económicamente deprimida y racialmente polarizada. Se han pronunciado discursos incendiarios. Han empezado manifestaciones airadas. Ha habido casos aislados de incendios y saqueos. En medio de toda esta agitación, un francotirador mata a un agente de policía y la situación se descontrola. El fiscal de distrito del condado acude a Dave Gurney, detective de homicidios retirado del Departamento de Policía de Nueva York, con una extraña propuesta: quiere que Gurney lleve a cabo una investigación independiente del homicidio y que le informe directamente a él. Pese a tener algunos recelos sobre la singular oferta, Gurney termina por aceptar el encargo. Sus dudas se intensifican todavía más cuando conoce al tremendamente ambicioso jefe de policía local, en cuyos métodos agresivos y posiblemente ilegales podría hallarse el origen de la inquietud de los ciudadanos.  La situación en White River se vuelve real...

Opinión: Arderás en la tormenta (Dave Gurney 06)

Cuestión de gustos.
Cuando las sagas empiezan a alargarse y a extenderse en el tiempo, lo más común es que sufran de algún que otro altibajo; lo malo es cuando esos altibajos terminan convirtiéndose en una constante de la saga.
A partir de la lectura del segundo libro, ya empezaron a hacerse más que evidentes los cambios en el ritmo narrativo. Las subidas y bajadas en la intensidad de la narración, causaban un desequilibrio en el conjunto que me sugería abandonar la lectura en algunos momentos, aunque luego consiguiese resistirme y finalizarla.

Con esta nueva entrega, vamos a enfrentarnos a 480 páginas, y fijaros que no digo que nos vamos a enfrentar a asesinos, a casos complicados, o a burócratas más preocupados por su imagen que por los problemas sociales... ¡no!, hablo de la extensión del libro que, a mí particularmente, se me ha hecho cuesta arriba.
Verdon con esta última entrega no ha conseguido captar mi atención, salvo al final; y cuando hablo de final me estoy refiriendo a los dos últimos capítulos.

Esta reseña puede parecer un poco dura, pero creo que ya ha llegado el momento de poner fin a la saga por parte del autor. Como se que esto no va a ocurrir, la otra opción es ponerla fin definitivamente en este blog.

Tenemos una novela, dividida en cuatro partes, con unos giros argumentales que no es que tarden en llegar... es que no llegan.
El motivo es que Verdon da vueltas y vueltas al argumento, poniéndolo del derecho, del revés, quizás buscando la sorpresa o la originalidad, pero tanto retorcer el argumento termina restando frescura a la historia, y volviéndola pesada.
Esas sorpresas o vueltas de tuerca que el autor intenta ir sembrando a lo largo de la trama, se vuelven previsibles, porque precisamente él demuestra demasiado interés en que nos fijemos en esos detalles en particular, destapando él mismo el pastel antes de tiempo.

Algunas opiniones oficiales, dicen de esta nueva aventura de Gurney que es su novela más brillante, emocionante y ágil; sinceramente... he encontrado más emoción en los capítulos de Bob Esponja, pero eso como todo, es cuestión de gustos.

Esto me lleva a reflexionar y a preguntarme, si los lectores nos estamos relajando demasiado, y si ese relax implica ser menos exigentes y/o más conformistas, o bien, si es que algunos lectores tienen miedo a decir lo que realmente piensan sobre un libro.
El otro día leí un artículo en el cual decían que, los lectores somos los únicos responsables de nuestras propias expectativas; es decir, si esperamos mucho de un libro o un autor, y luego éste nos defrauda, nosotros somos los únicos culpables por habernos sumergido en la lectura esperando más de lo que ofrecían...
Es una opinión totalmente respetable, pero también pienso que está hecha un poco a la ligera o sin profundizar, y que en este caso no comparto.

Es cierto que muchas veces, nos embarcamos en una lectura esperando más de lo que ofrece. Nos pierde el deseo, las ganas o nuestra imaginación, ¡vete tú a saber!, pero también en otros casos, y aquí llega mi discrepancia con el artículo, nos vemos influenciados por todo lo que rodea a la promoción de determinados libros; artículos o menciones en programas de radio, televisión o prensa escrita, siempre ensalzando; comentarios o reseñas demasiado entusiastas en la red; expositores editoriales colocados en lugares preferentes de las librerías; retazos de artículos en fajas, portadas y contraportadas... todo eso puede llevarnos a equívocos.
Yo a eso lo llamo marketing engañoso, y paso a argumentarlo con algunos ejemplos:

  • "Su sexta novela encamina la serie hacia la novela negra pura [...]"
  • "Fenómeno global"
  • "La mejor novela del autor"
  • "Trama poderosa, absorbente, impecable"
  • "Se ha superado"
  • "Novela impecable, absolutamente redonda y con un ritmo trepidante"

Todos estos ejemplos que he puesto, elevan las expectativas de un lector.
Son señuelos que nos invitan a entrar en contacto con la saga, si no la conocemos, o a hacernos con el libro que da continuidad a esa serie que en su día nos gustó. En algunos lectores, no digo que vaya a ser en todos, esas expectativas creadas por esas influencias externas, lamentablemente se pueden ver truncadas.

Leyendo esas frases, después no me pueden venir y acusar de que "yo" he tenido mal tino a la hora de elegir, porque precisamente me he dejado engañar o seducir por esa linea de comentarios, por lo tanto, no es que yo espere más de lo que ofrecen, sino que venden más de lo que realmente hay, es decir, venden humo.
De eso yo no soy responsable, al igual que tampoco lo soy de que se publiquen textos de dudosa calidad, ni de que en determinados sitios se emitan comentarios, poco reflexivos por miedo a decir que un autor o su obra no les ha gustado...

También hay que señalar que todos los comentarios por muy objetivos que intentemos que sean, tienen un alto grado de subjetividad, ¡todos sin excepción!, incluido éste; por lo tanto, no se puede dar más valor a la opinión propia y considerarla objetiva, y tirar por tierra o menoscabar la de otros, como se intenta en ese artículo, calificándola de errónea o subjetiva.

Por ese motivo yo voy a seguir argumentando el motivo de que no me haya gustado esta nueva aventura de Gurney, y solo vosotros podéis decidir si lo leéis o no.

He dicho que los giros argumentales se quedan en amagos...
El argumento parte de una buena idea, no carece de originalidad, pero se ve truncada en el desarrollo, no solo por esas vueltas que he mencionado.
Los que habéis leído sus libros anteriores, sabéis que lo curioso, además de los títulos que elige, es que los casos de Gurney al comienzo, parece que no vayan a tener una explicación lógica; en esta entrega, ese ingrediente no existe, al igual que tampoco hay tensión.
Ya os he dicho que lo interesante llega al final, por lo tanto también debo decir que encuentro demasiadas páginas para contextualizar la trama, demasiado desarrollo sin que veamos una lucecita que nos indique el final del túnel.
Incluso tendría que decir, que el detective Gurney, se aleja en algunos momentos del perfil al que nos tenía acostumbrado; eso sí, el elemento fijo y discordante de la serie, sigue estando en manos de Madeleine, que cada vez se hace más insoportable.

Por decir algo bueno, pues me quedo con la forma de relatar de Verdon, me gusta tanto como el personaje de Hardwick, a pesar de su 'reflujo gástrico'; pero eso no es suficiente como para restar importancia a todo lo negativo que os he mencionado.

Podéis leer el resto de reseñas pertenecientes a la saga, pinchando en la pestaña superior de "Sagas", o accediendo a través del autor.





martes, 26 de junio de 2018

Prueba de nervios de Richard Hull

Sinopsis:

Esta magistral novela del autor de Mi propio asesino, inaugura un curioso procedimiento.
El criminal refiere los hechos que conmueven al pueblo de Losfield End; en el primer capítulo declara:
«No diré quien soy. Escribiré sobre todos, aun sobre mí, en tercera persona. No se sabrá muy bien en qué ocasiones describo algo que conozco perfectamente y en qué otra recurro a la imaginación.
El lector podrá sacar sus conclusiones.
Pero ¿qué seguridad tendrá de que éstas son justas?».

Opinión:

Richard Hull, seudónimo de Richard Henry Sampson, fue asistente de Agatha Christie, en la presidencia del Detection Club, una asociación de escritores de novelas policíacas, fundada en 1929.

Hace muy poco que entré en contacto con este autor, lo hice a través de otra de sus obras, con "El asesinato de mi tía", y ya que esa lectura me dejó muy buenas sensaciones, decidí probar suerte con otra del mismo autor.
Tanto "El asesinato de mi tía" como esta de la que hoy os hablo,"Prueba de nervios", pertenecen a la colección "El séptimo círculo", creada en 1945 bajo la dirección de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.
Esta colección, que hoy en día cuesta muchísimo encontrar y que es deseo de coleccionistas, fue un éxito durante muchos años.
Se centraba casi exclusivamente en la publicación del género policíaco inglés, el más clásico, aunque también terminaron haciendo un pequeño hueco a la novela negra.

La mala fama de un Género con mayúsculas...
Como he dicho la colección fue todo un éxito, incluso superando la reticencia de muchos críticos que consideraban ese género, desprestigiado. Una mala fama que acompañaba a las novelas de crímenes y misterio, prácticamente desde su creación como género literario, allá por 1840.

¿Y de dónde procedía esa mala fama?
Pues bien, durante el siglo XIX y posteriormente el XX, se la consideró como literatura barata y sensacionalista.
El crimen era visto como algo antiestético, morboso e incluso inmoral.
Muchos lectores se habían aficionado a leer los relatos policíacos que se publicaban en los periódicos, siendo estos en su mayoría, crónicas reales de sucesos, que continuaban publicándose tras la resolución del caso, incluyéndose en esas publicaciones, transcripciones o resúmenes de procesos judiciales, solo por su morbosidad.
Los más puristas, consideraron que esas obras que atendían a una demanda social, eran un género menor, porque contenían un argumento retorcido, escabroso y desagradable, dando mayor importancia a la deducción que a la experiencia, y por ello carecían de realismo.

Cuestión de gustos, si hoy en día levantasen la cabeza esos críticos caerían fulminados, porque actualmente, ese tipo de novelas que dan importancia al cómo, quién y por qué, son un género con espacio propio, en constante evolución y que reúne a millones de adeptos, entre los cuales me encuentro...

Estructura...
Esta novela, sigue la misma estructura que esas crónicas de sucesos que he mencionado en el apartado anterior.
Es un relato lineal, volcado sobre un diario; ahora bien, no esperéis encontrar la clásica novela policíaca, donde se relatan los avances de un policía o detective.
En este caso, es una novela totalmente inversa a esos clásicos policíacos, porque nuestro guía en la trama, nuestro narrador, es el delincuente; algo parecido a lo que veremos más adelante en las novelas de Patricia Highsmith, protagonizadas por Ripley, un estafador inteligente con valores propios y totalmente amoral; o en la obra de Jim Thompson"El asesino dentro de mí".

Diario de un asesino...
 "El asesinato de mi tía" y "Prueba de nervios", tienen algunos detalles en común, y es que los acontecimientos nos llegan en forma de diario. Un relato cronológico que comienza el día 17 de septiembre y finaliza el 23 de octubre.
Conocemos desde el primer capítulo lo que le ha sucedido a Jhon Hannan, el carnicero, pero carecemos de detalles.
Como he visto que en la sinopsis de la editorial tampoco hacen referencia alguna al argumento, os pondré en antecedentes...
El criminal que adopta el papel de narrador nos relatará los sucesos que ocurren en la pequeña aldea de Losfield End, tras descubrirse la desaparición de uno de sus habitantes, el mencionado Hannan.

La aparición posterior de su cadáver mutilado parece que complica la situación; todos los habitantes de esa localidad pasan a ser sospechosos potenciales y el lector tendrá un doble trabajo...
Deberemos tener a punto nuestra capacidad deductiva, ¿seremos capaces de entrever más allá de la subjetividad que el asesino aporta a la narración y averiguar su identidad?
Pues en este punto os advierto que los lectores vamos a tener una labor bastante complicada porque en esta novela atípica nos enfrentamos a una investigación múltiple.
No solo nos enfrentamos al reto de averiguar quién es nuestro narrador oculto, nuestro asesino, sino que también querremos conocer la identidad de otros dos personajes, uno que aprovecha la oscuridad para cometer robos en las casas de Losfield End y otro que publica en los periódicos de Londres, todos los trapos sucios que ocurren en la pequeña localidad.
Como veis varias historias en una.

La forma de narrar es otro de los detalles que tienen en común ambas novelas y que puede resultarnos extraña.
No es una novela policíaca al uso, parece que el autor serpentea, se desplaza por el argumento de forma ondulante y va dejando caer algunas pistas de forma puntual, intentando saciar el ansia por descubrir al culpable que crece en el lector con cada página que pasa.

Nos encontraremos por tanto que la forma de narrar que emplea Richard Hull o el modo de enfocar el argumento es chocante, incluso para la época en que está escrito, pero tiene su explicación.
Esta novela que es publicada en 1952 sale a la luz en un momento en que había una amplia cultura del libro policíaco y de detectives, un género que estaba totalmente exprimido.
¿Qué quiero decir con esto?, pues simplemente, que como habéis podido observar en el apartado donde hablaba sobre la mala fama del género, en 1952 llevaban ya casi cien años escribiendo novela policíaca y los autores tenían que innovar argumentalmente para no cansar y continuar sorprendiendo a los lectores.
Debían provocar reacciones incorporando estructuras raras o inusuales, como la que encontraremos en esta historia.

Hay muchas formas de contar una misma historia...
Según nos informa la sinopsis, Richard Hull inaugura un curioso procedimiento, "el juego sucio".
Ese procedimiento consiste en emplear a un narrador poco fiable que hará que dudemos en todo momento.
Con esa descripción, con esos rasgos, los lectores ya sabemos de antemano que su credibilidad está comprometida.
El criminal nos relatará en tercera persona unos hechos que han ocurrido en Losfield End. No nos revelará su identidad e intentará escribir sobre todos los habitantes de esa pequeña aldea, incluido él, jugando al despiste.

Será un narrador que al mismo tiempo es personaje, pero ¿podemos fiarnos completamente de él?, la respuesta creo que la tenéis bastante clara.
Lógicamente ¡no!, porque unos sucesos serán descritos fielmente y otros en cambio, recurriendo a su ilimitada imaginación.
Su relato es totalmente subjetivo, depende de sus apreciaciones, porque como nos advierte desde el primer capítulo:
 "escribiré sobre lo que he visto, lo que ocurrió y especialmente sobre como lo sentí".

Los lectores sabremos que ese comentario es su primera mentira, ya que también avisa que narrará situaciones en las que no estuvo presente, intentando desviar nuestra atención para evitar que conozcamos quién es.

Es cierto que este extraño personaje intentará narrar manteniéndose apartado de los sucesos, empleando la tercera persona, creando un relato distante al igual que lo haría un narrador externo, el problema es que por mucho que lo intente no podrá ser objetivo.
La forma de narrar es directa, pero debemos tener en cuenta que algunos acontecimientos los relata de oídas y otros los adornará para que queden más literarios.

También encontramos en el narrador a un personaje desconcertante, amante de lo morboso.
Se mueve al límite.
En ocasiones parece que quiere pasar desapercibido, en otras decepcionado de que no ocurra nada e incluso en otros momentos le vemos como siente la necesidad de observar desde la primera fila el avance de los acontecimientos, saboreando la emoción de ser el responsable de esa agitación, causante de ese drama al que está vinculado íntimamente.
Como podéis apreciar es un personaje embarcado en un juego arriesgado.

La balanza...
Ahora que os he mostrado toda la genialidad de este autor, debo reconocer que no entiendo lo que me ha ocurrido con esta novela.
No sé si ha sido que me ha costado seguir el ritmo al narrador o que no he llegado a conectar con él. El caso es que me costaba introducirme en el argumento, a pesar de que éste es totalmente original como habéis apreciado y que la estructura narrativa es para quitarse el sombrero; aún así, me ha costado alcanzar el estado de concentración que consigo con otras historias.
Debo reconocer que es complicado contar unos hechos desde el punto de vista del asesino y no revelar en ningún momento, salvo al final, quién es.
Por eso no voy a darle una mala puntuación a esta obra, creo que los detalles positivos superan con creces a esa dificultad que yo he encontrado a la hora de introducirme en la trama. Lo achaco por tanto a un problema mío.


martes, 1 de mayo de 2018

El asesinato de mi tía de Richard Hull

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

Lo primero que quiero hacer es agradecer a Atalanta y a su blog Un libro junto al fuego su brillante recomendación, ya que sin ella esta gran historia habría pasado desapercibida.

“Indudablemente las tías, de cualquier clase que sean, son siempre problemas desagradables”.

Esta obra que se encuentra a caballo entre la novela de detectives y la comedia, fue publicada por primera vez en 1934, y como veis, con solo leer el título y la frase con la que da comienzo, ya tenemos una idea bastante clara del ambiente disparatado por el que se moverán los personajes.

Este libro está escrito con un estilo fluido, y aunque dista mucho de ser una lectura perfecta, os aseguro que no os defraudará, por la cantidad de situaciones absurdas alrededor de las cuales planea nuestro incauto e infeliz protagonista.

Edward, harto de su autoritaria tía Mildred, decide preparar el asesinato perfecto con el que librarse de ella, mientras que nosotros observadores de primera mano, veremos como todos sus planes se desbaratan uno a uno.

Nada más comenzar nos vamos a encontrar con una amplia descripción no ausente de sarcasmo, de como es la ciudad de Llwll, en Gales; localidad en la que vive los dos personajes.
Y sí... ya lo se porque precisamente lo comenta el protagonista...

“ningún ser racional debería habitar en un lugar cuyo nombre sea incapaz de pronunciar un cristiano”.

Edward va a convertirse en un personaje multifuncional. Será nuestro protagonista, nuestro narrador y también actuará como guía particular por esa pequeña localidad y sus alrededores.

Edward es el típico personaje, encantado de haberse conocido; dotado de un extraño sentido del humor irónico; ironía a la que es empujado por la desesperación, y que convertirá su día a día en un continuo disparate.
Un personaje de los que me gustan, de los que evolucionan, pero que en este llamativo caso, evolucionará sin remedio hacia el desastre.

Con esta breve introducción ya habéis conocido a uno de los personajes, a la mitad menos avispada de una dicotomía muy especial, la formada por el perspicaz Edward y su antagonista tía Mildred.

Tía Mildred usufructuaria de la herencia del joven, desde que éste perdió a sus padres en un extraño accidente, es la clásica ancianita de la campiña inglesa, adorada por todos los vecinos de la comarca, pero que esconde tras su afable fachada un hueso muy duro de roer.

Ambos personajes aportarán a la trama su toque personal, con infinidad de excentricidades que adornan las escenas, creando una serie de situaciones que, como ya habréis averiguado, rozan el ridículo, y ante las cuales el lector no puede permanecer impasible. La tensión se masca en el ambiente cada vez que el dúo de personajes aparece junto en escena.

Richard Hull consigue crear el equilibrio perfecto entre la tiranía de tía Mildred y la cara dura, sin límites, de Edward, y eso nos lleva a dar saltos continuos entre lo absurdo y la comedia negra.

Para ir terminando os diré, que la novela se divide en cinco partes.
En las cuatro primeras, los acontecimientos nos llegarán desde una especie de diario, donde el incauto de Edward refleja sus preocupaciones y los agotadores acontecimientos que le acosan. Una especie de narración que se mueve entre vanos intentos de manipulación.
En la última parte el argumento da un giro inesperado y nos daremos de bruces con la narración de tía Mildred. Un fin de relato muy hábil que conlleva un cambio de punto de vista, que tratará de desbaratar todos los mitos creados anteriormente por su vago y caprichoso sobrino.


martes, 17 de abril de 2018

La casa torcida de Agatha Christie

Sinopsis:

Tres generaciones de la familia de Arístides Leónides, multimillonario griego, conviven en Inglaterra, en una curiosa mansión de estructura inclinada que el magnate hizo construir para este fin.
Una multitud de personajes se entremezcla en los pasillos y las estancias de la casa, incluidas la joven y hermosa Brenda, segunda esposa del anciano patriarca, y Sophia, su más avispada nieta, cuyo futuro suegro es comisario de policía.
La paz hogareña se trunca cuando Arístides es envenenado, ya que se sospecha que el culpable ha de ser alguien de la familia. Sophia exigirá entonces a Charles, su prometido, que haga lo posible por esclarecer el asesinato, ya que no podrá casarse con él hasta que el asunto haya sido resuelto. El caso, que contará con el apoyo del padre de Charles y del inspector jefe Tavener de Scotland Yard, se complicará con más muertes y con el hecho de que nadie tiene una firme coartada.

Opinión:

Esta es la reseña pendiente de las dos novelas que os propuse para leer durante este mes de Abril, y que tenía como protagonista a la gran Agatha Christie.
Las dos lecturas elegidas, Diez negritos y esta de la que hoy os hablo, La casa torcida, están consideradas como sus mejores obras y tienen algunos elementos que comparten.
En "Diez negritos", el título surgía de una canción de cuna de la cual el asesino copiaba el modus operandi, y en esta comprobamos que de nuevo la idea del título surge de una canción infantil:

"Érase un hombre torcido que anduvo una milla torcida.
Encontró seis peniques torcidos junto a un portillo torcido.
Tenía un gato torcido que cogió un ratón torcido,
y todos vivieron juntos en una casita torcida".

Lo que más llama la atención en esta cancioncilla, además de que la rima es pésima en nuestro idioma, es la cantidad de veces que aparece el adjetivo, torcido/a, y es de ahí de donde surge el título de la obra y también la primera pista sobre el asesino; porque torcido/a no solo significa algo que no está recto...

También vamos a encontrarnos con unos personajes que aunque no están encerrados en el lugar donde ocurre el asesinato, sí es cierto que todas sus acciones ocurren dentro de la mansión, con lo cual podríamos encuadrar esta obra dentro las novelas tipo "misterio del cuarto cerrado" y resultaría perfecta para representarla como obra de teatro.
Otro detalle que no debemos olvidar, indispensable en este tipo de misterios del cuarto cerrado, es que dispondremos de los mismos indicios que el investigador, por lo tanto igual de condiciones para resolver el caso.

Y por último mencionar que tampoco encontraremos ni a Poirot ni a Miss Marple, pero sí un protagonista que desempeñará el papel de investigador a la perfección, por lo que los lectores no echaremos en falta la deducción de ninguno de los dos personajes citados.
Ese personaje que os acabo de presentar es Charles Hayward, un joven que intentará resolver el misterio del asesinato de Arístides Leónides para conseguir el corazón de su amada Sophia, nieta del aristócrata asesinado.

Charles además de personaje investigador actuará como narrador, alguien que como nosotros desconoce lo que ocurre más allá de las puertas de la mansión de las tres chimeneas o como nosotros la vamos a conocer, La casa torcida.
Todos y cada uno de los personajes que va a ir conociendo, podrían ser el asesino, así que los lectores junto a Charles tendremos una misión común, averiguar quién es el responsable del crimen y sus motivos.

Para esta novela que fue publicada en 1949, Agatha Christie elaboró una trama sin igual, de ahí que como ya os he adelantado, haya sido considerada como una de sus mejores obras.
Además de una trama compleja cargada de misterio, destacan las vueltas de tuerca que desconciertan totalmente al lector. A eso le añadimos un elenco de personajes bastante amplio, más o menos 15, entre los que deberemos localizar al asesino.

Ahora bien, de entre esos 15 debemos descartar al muerto, a la policía y a algún personaje incidental, por lo que al final contaremos con unos diez personajes que nos van a complicar nuestra labor de detective. Tendremos que tener a punto todos nuestros sentidos, para analizar las acciones de cada uno de los posibles asesinos.
Lo normal, sería pensar que todos los personajes tienen motivos para asesinar al patriarca, pero este es nuestro primer error. Ninguno de ellos tiene motivos aparentes para desear su muerte.

Ya os he comentado en otras ocasiones que mi sentido sabueso no es muy bueno, así que esta vez me propuse prepararme a conciencia para descubrir al culpable.
Aunque es muy sabio hacer caso a los refranes, yo intenté ignorar esta vez a esa vocecilla que me decía que El hábito no hace al monje. 
Me calcé mi gorra de detective, me apropié de una lupa, e intenté afinar mis escasas dotes detectivescas. ¡No iba a permitir que se me escapase ni un solo indicio!, ya que según Agatha Christie, todas las pistas necesarias para resolver el caso estaban a la vista... así que me lancé a seguir su rastro.

Dicen que el 95% de los asesinatos son cometidos por hombres, y tan solo el 5% restante, es cometido por mujeres; esto me sirvió para ponerme en guardia, y revisé uno por uno a los personajes masculinos.
El primer problemilla surgió al leer la forma de morir, ya que normalmente esa forma de asesinar se atribuye a mujeres...
De esa forma volví a estar situada en el punto de partida y sin pistas.

La siguiente medida que adopté en mi corta carrera como detective, fue analizar las reacciones de los que directamente intentaban pasar desapercibidos; los que Agatha parecía descartar, sin profundizar en su perfil y sin darnos muchas pistas sobre ellos.
¿Creéis que acerté?
Pues tampoco, pero este nuevo error me sirvió para descubrir varias cosas.
La primera, que hay que hacer caso al refranero popular... El hábito no hace al monje
La segunda, que miraba el asunto desde el ángulo equivocado...
Y la tercera, que esto de ser detective es algo muy complicado y no está hecho para mí.

Según fui pasando las hojas descarté a ocho personajes, y me quedé solo con dos culpables, que aunque tenían los mismos motivos que el resto, parecían querer pasar por las escenas de puntillas.
¡Dos culpables, y solo uno de ellos podía ser el asesino!
Opté por uno en concreto, me la jugué a una sola carta... y como he dicho, fallé.

Reconozco que así terminó mi pequeña incursión como investigadora y alabo la gran maestría de esta autora a la hora de construir escenas y de confundirnos con ellas.
Agatha Christie fue una adelantada a su tiempo. Tenemos que tener en cuenta que este libro fue escrito en 1949, y en esa época era impensable que el asesino de esta obra resultase... el que es.
Y hasta aquí puedo contar... ya sabéis, el que quiera saber más que lea...

Otra cosa que he sacado en claro tras leer esta narración y que corrobora que soy una total negada para la deducción, es que Agatha Christie utilizó los venenos en más de la mitad de los crímenes que imaginó. De ella es la frase:

 "Dadme una botella decente de veneno y construiré el crimen perfecto".

Os animo a leer esta novela ahora, antes de que se estrene su versión cinematográfica, porque el libro estoy segura de que es mucho mejor.
Os enfrentaréis a 26 intensos capítulos y como siempre, Agatha gana y nos presenta al verdadero culpable y sus motivos, en el último.
Yo creo que no es su mejor novela, pero sí la que tiene un final tan inquietante como sorprendente.


viernes, 6 de abril de 2018

Diez negritos de Agatha Christie

Sinopsis:

Diez personas sin relación alguna entre sí son reunidas en un misterioso islote de la costa inglesa por un tal Sr. Owen, propietario de una lujosa mansión a la par que perfecto desconocido para todos sus invitados. Tras la primera cena, y sin haber conocido aún a su anfitrión, los diez comensales son acusados mediante una grabación de haber cometido un crimen en el pasado.

Uno por uno, a partir de ese momento, son asesinados sin explicación ni motivo aparente. Sólo una vieja canción infantil parece encerrar el misterio de una creciente pesadilla.

Opinión:

Hoy voy a hablaros de una autora que no necesita presentaciones, ya que sus obras continúan leyéndose y reeditándose más de cuarenta años después de su fallecimiento.
Esta escritora, era de la opinión de que el asesinato podría ser arte y valiéndose de esa fórmula, lo reflejaba en las elaboradas tramas de sus novelas, narraciones que lograron conquistar tanto a críticos como a lectores.
Me estoy refiriendo a la gran e inimitable, Agatha Christie.

Diez negritos ha pasado a convertirse en su novela más vendida y también en la novela de misterio más vendida de la historia.
En este relato que fue publicado en 1939, no aparece ninguno de sus personajes más carismáticos; ni el detective belga Hércules Poirot ni la entrometida Miss Marple, pero lo que sí vamos a encontrar, son esos elementos tan característicos y reconocibles de su obra, esos que la hicieron convertirse en la gran dama del misterio y que muchos han tratado de imitar sin mucho éxito.

El patrón que sigue en todos sus relatos, sin apenas aportar variaciones y que seguro que reconoceréis, consiste en coger un elenco de personajes bastante amplio, de lo más dispares, y añadir una muerte en extrañas circunstancias, en un escenario aislado.
Sobre este círculo de sospechosos habría que decir que todos cuentan con una coartada, pero también con un móvil, lo que convierte la narración en un relato lleno de suspense desde el comienzo. Ese suspense se retroalimenta con las elipsis, se cuenta... pero no se cuenta todo, quedan vacíos, frases en el aire, que el lector tratará de completar en su mente.

Decía Christie que el detective debía contar con los mismos datos que los lectores, de esa forma nos ayudaba en la difícil labor de descubrir al culpable y resolver el misterio. Pero con lo que no contamos es con un personaje indispensable en todas sus novelas, que sabrá más que nosotros y que lógicamente se callará detalles desde el principio, eso le lleva a ir un paso siempre por delante en nuestra investigación, y ese personaje es "el asesino".
Para descubrir el misterio y al culpable, sobra decir que solo lo conseguiremos si uno es muy avispado, y reconozco que yo no debo contar con ese don, ya que aunque me acerco no consigo resolverlo.
En mi defensa debo decir que la autora, siempre se reserva un as en la manga y en esta historia en concreto, se vale de una argucia para engañarnos, expone un argumento falso de modo tan hábil que a los simples ojos de un detective con pocas tablas y con el sentido de la deducción un poco atrofiado como es el mío, nos parece verdadero.

Pero os voy a hablar un poquito sobre el género por el que se mueve esta gran escritora.
Esas tramas tan complejas donde debemos descubrir al culpable e ir encajando las piezas como en un rompecabezas, se catalogan dentro del género policíaco o de misterio, y responden al término Whodunit¿Quién lo ha hecho?, y los grandes expertos en el tema fueron la mencionada Agatha, Ellery Queen y Chesterton.
Este género Whodunit, también tiene una variante que se conoce como "misterio del cuarto cerrado", donde el crimen se comete en un lugar aislado y los personajes no tienen posibilidad de contacto con el exterior, algo muy similar a lo que vamos a encontrar en esta obra de diez negritos.
En este caso, la señora Christie no se conformará con agasajarnos con un crimen retorcido y siniestro, sino que que todos los personajes que han sido invitados a la misteriosa isla del negro y que se encuentran totalmente aislados, empezarán a ser asesinados, uno a uno, de forma similar a las circunstancias descritas en una conocida canción infantil.

La narrativa de esta célebre autora es muy especial.
Los relatos nos resultarán muy breves, gracias a la prosa ágil y amena que emplea y a las sorpresas que va diseminando a lo largo de los capítulos. También habría que resaltar que el lenguaje empleado se ajusta a cada uno de los personajes, por lo tanto no hablará igual una señorita de la alta sociedad, que una criada; ni un general del ejército retirado, que un joven cazador de dotes...

En este relato conoceremos a diez personajes que nos son presentados nada más comenzar.
Esto en un principio puede resultarnos lioso, el ubicar a cada uno de ellos con nombres y apellidos y con los datos que aportan, pero esto también es un característica fija en la obra de Agatha Christie que no debe asustarnos, y menos en este caso, en el que veremos como van cayendo, uno a uno, como moscas...

Y poco a poco, casi sin darnos cuenta hemos llegado al final. La forma de resolver este misterio resulta sorprendente, porque como os he adelantado al comienzo, la autora no juega del todo limpio. Gracias a su maestría, eso solo lo descubrimos al llegar y leer la carta final.

Agatha Christie buscó y encontró un estilo propio con el que firmar sus obras.
Era de la opinión de que ningún escritor debería imitar el estilo de otro, por mucho que lo admirase. Decía que en ese momento se perdía la originalidad y la esencia; por ese motivo no entiendo que su bisnieto, James Prichard, presidente desde 2015 de Agatha Christie Limited, haya decidido resucitar al mítico Poirot, protagonista de 33 de sus 80 novelas, para protagonizar "Los crímenes del monograma" y "Ataúd cerrado", empleando para ello la pluma de Sophie Hannah.
Si habéis leído la reseña que hice sobre la primera obra citada, veréis que Hannah no consigue ni imitar malamente la pluma de Christie, ni tan siquiera impregnar el relato con el espíritu inconformista del Gran Poirot.

Por último solo me queda recomendaros la obra de esta autora, alguien que de forma merecidísima se ganó el sobrenombre de Reina de la intriga o gran dama del misterio, entre otros muchos...
Esta como he dicho, es una de sus mejores obras y no aparece ninguno de sus grandes detectives. Si no la habéis leído, aún estáis a tiempo de descubrir si sois un detective sagaz.
¿Os atrevéis a intentar adivinar quién es el asesino?

Curiosidades:
➤El título ha sufrido cambios dependiendo de los países donde era publicado.
Según James Prichard, bisnieto de Agatha Christie eso es a consecuencia de que el lenguaje evoluciona y actualmente el título de "diez negritos" se considera inadmisible. Ahora lleva el título de ¡Y no quedó ninguno! que queda políticamente más correcto.

➤Esta novela lleva unas diez adaptaciones cinematográficas, la primera realizada en 1945.


miércoles, 6 de diciembre de 2017

La caricia de la bestia de Cristina C. Pombo

Sinopsis:

En un bosque solitario, dos adolescentes son brutalmente atacados por un ser de una fuerza sobrenatural. En su declaración, ambos sostienen que el agresor es un zombi.
La inspectora Laura Tébar es encargada de la investigación. Se trata de una profesional de 55 años, brillante, solitaria  y con un carácter temible forjado en un pasado lleno de errores imposibles de remediar. Se la respeta y se la teme a partes iguales. Con Tébar, y a su pesar, comienza a trabajar el subinspector Merino, un joven tan inexperto como intuitivo y motivado.
Los dos no pueden ser más opuestos y no tardan en chocar. A través de la novela, el lector asistirá a un auténtico tour de force entre ambos personajes, que pasarán lo suyo antes de permitirse el mínimo respeto mutuo que les permita colaborar y enfrentarse a unos seres tan misteriosos como violentos, que atacan desde lo más profundo del bosque, parecen invulnerables y desaparecen sin dejar rastro. Cristina C. Pombo trama una intriga originalísima que supone una vuelta de tuerca en el thriller contemporáneo, un género en que parecía que todo estaba inventado y al que, sin embargo, le faltaba traspasar una última frontera que, literalmente, está en el más allá.

Opinión:

Creo que nos encontramos ante una de esas novelas, cuya sinopsis puede actuar como arma de doble filo.
A muchos de vosotros no os atraerá el hecho de encontrar en ella, la palabra zombi, y directamente obviaréis esta lectura, pero en cambio, para otros tipos de lectores, ese término puede ser un buen gancho y despertar la curiosidad lectora.
Por lo tanto, creo que este comentario debería ir dirigido especialmente a ese primer grupo, en el cual me incluyo, que huyen del género de casquería. Os ánimo por tanto a continuar con esta reseña, ya que estoy segura de que al final os va a convencer.

Cuando leemos o escuchamos la palabra zombi, nuestros pensamientos vuelan sin querer, a esas escenas, un tanto gore, que proliferan últimamente en series de televisión, cómics y/o novelas.
Esas hipnotizantes historias, nos transportan a un futuro cercano, a un escenario apocalíptico, donde los humanos somos diezmados por un virus o bacteria, que convierte a la mayoría de la raza humana, en esos seres, de fuerza sobrenatural y actitud extremadamente violenta, que buscan de forma incesante "alimento humano", y digo alimento humano entre comillas, haciendo un pequeño juego de palabras, no porque su alimentación se base en la tan alabada dieta mediterránea, sino más bien, porque nosotros somos su principal fuente de alimentación...
Y sobre esta premisa, vemos como las historias avanzan, muchas veces sin sentido, mientras que los pocos supervivientes convertidos en una raza en peligro de extinción, se resisten a formar parte del plato principal.

El resumen editorial, como podéis comprobar no puede ser más jugoso, aunque hablando de zombis como detonante de la narración, sería más apropiado sustituir esa palabra por sugerente o intrigante

Nuestra cerebro se activa y empieza a barajar suposiciones.
La primera pista sobre el desarrollo lo encontramos en que en la página de la editorial, se cataloga el libro como novela negra, por lo tanto ya sabemos que nos vamos a enfrentar a una lectura poco corriente y con un argumento inusual.
La segunda es que la trama se sitúa en España, concretamente en Grazalema, en la sierra de Cádiz, y amigos lectores, siendo realistas y esto lo digo en "petit comité",  esas cosas de zombis, no pasan aquí en España. Aquí tenemos fantasmas, almas en pena, pícaros y mucho sinvergüenza, pero zombis, lo que se dice zombis, va a ser que no. Por lo tanto debemos anteponer la razón y recordar dos refranes, que de eso si vamos sobrados por estos lares, "No es oro todo lo que reluce" y "Las apariencias engañan".

Aclarado esto y retomando el hilo, el relato nos lleva hasta Andalucia, y lógicamente tanto los protagonistas principales como los lectores, vamos a intentar encontrar el sentido lógico a esa situación que se narra al inicio y que nos deja, prácticamente sin aliento.

El terror o la angustia que nos atrapa desde las primera páginas, va a dar paso a un thriller con una investigación de fondo, dividiendo el argumento en cuatro partes, con un total de 88 capítulos muy breves, a lo largo de los cuales, os avanzo, que la intriga irá en aumento.
La racionalidad como he dicho intentará imponerse sobre los indicios, y poco a poco sobre hipótesis, se configurará un argumento original pero sobre todo bien urdido.
Y es que, todos los hilos están bien atados, en ningún momento se dejan detalles en manos del azar, y eso es algo muy bueno para un libro y para sus lectores.

Los giros argumentales se convierten también en elementos fijos en esta historia, manejados con acierto.
La autora, juega con nosotros y mayormente con la sorpresa, hasta tal punto, que en algún momento me dejó literalmente con la boca abierta.

La relación entre los dos protagonistas es otro de los puntos fuertes. Una relación, que al comienzo se nos presenta bastante tensa.
Ambos personajes son de fuerte carácter y no acostumbran a ceder, dando juego para que Cristina C. Pombo, configure una serie de diálogos y actuaciones bastante intensas.

"—Vale, vamos a ver—retoma Tébar, volviendo a su hieratismo—, si tú me dijeras que vienes de pescar y acabas de ver, con tus propios ojos y sin lugar a dudas, a un ser en medio del agua, con una potente y brillante cola de pez, unida de forma indisoluble a un tronco de mujer, y que nadaba y se zambullía dejando claro, por los tiempos de inmersión, que el agua era su medio natural, y yo te dijera que eso se llama sirena, ¿quién está loco? ¿El que afirma ver un ser que no existe o el que da la denominación correspondiente?
Cons la mira unos segundos.
—Y entre una persona que intenta buscar una explicación racional a una realidad y otra que, como no entiende dicha realidad, se limita a negarla, ¿quién es el loco?—pregunta él."

Nos ofrece un dúo que al principio se repele y atrae a partes iguales, pero que están destinados a entenderse.
Se supone que el lector ante algunas situaciones debe posicionarse a favor de uno u otro, es a lo que nos tienen acostumbrados la mayoría de autores, al igual que es inevitable que en el lector se despierte un mayor afecto por alguno de ellos; pero en esta historia nos va a resultar imposible elegir.
Yo, al comienzo, no sabía por cual de ellos sentirme más atraída, los dos son de fuerte personalidad, pero también sufren una interesante evolución. Al final terminas adoptando a ambos, adorándolos por igual.

Pero hay otro detalle que no debo olvidarme de mencionar, antes de terminar, y que hace referencia a esa evolución de los personajes que he mencionado en el párrafo anterior.
La autora a pesar de que la investigación no se detiene en ningún momento, dedica un tiempo a cada personaje.
Hay espacio para las relaciones personales, para su pasado, lo que viene a complementar el perfil que ya nos hemos podido crear de ellos y además de entretener, nos distrae del asunto principal.
Los personajes poco a poco van humanizándose ante nuestros ojos, volviéndose reales.
Entramos en contacto íntimamente con la Inspectora Laura Tébar, con una mujer que pasados los cincuenta sigue sintiéndose muy viva, activa y sobre todo válida, pero que siente como tiene que demostrarlo día a día.
El subinspector Merino, llamado Cons, es su complemento ideal aunque le cuesta reconocerlo.
Un chico más joven, con instinto y que no duda en arriesgarse a la menor ocasión.
Ambos personajes tienen algo en común, y es que Merino, a pesar de su aspecto juvenil, también quiere demostrar que es un buen policía, por ese motivo vamos a ser testigos de como intentan robarse el protagonismo a la menor oportunidad.

Y poco más me queda por decir, salvo desearos ¡bon appétit! y tranquilidad a la hora de degustarla...
Supongo que esto último habrá sonado un poco macabro, pero tratándose de muertos vivientes, es lo que hay...