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martes, 16 de mayo de 2017

La casa del páramo de Elizabeth Gaskell

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

El nombre de Elizabeth Gaskell puede que a muchos no os suene de nada, pero puedo deciros que está considerada como una de las mejores escritoras inglesas de la época victoriana, y lo cierto es, que a pesar de haber escrito una de las mejores biografías sobre Charlotte Brontë o la famosísima Norte y Sur, que fue llevada a la televisión, otras contemporáneas suyas, han conseguido eclipsarla totalmente.
La mayor preocupación para Gaskell fue reflejar de forma fiel en sus obras los problemas sociales de la época; la diferencia abismal entre ricos y pobres, y sobre todo, la problemática a la que se enfrentaba la mujer. 
Esas cuestiones quedan reflejadas en sus obras con acierto, convirtiendo sus narraciones en críticas enmarcadas especialmente en el ámbito rural.

Nos encontramos ante una historia que al principio fue publicada como cuento de navidad, la verdad es que no tiene mucho de navideño, salvo que sea por el mensaje de perdón y de bondad que prevalece hasta el final...

Gaskell nos ofrece con La casa del páramo, una historia muy sencilla pero intensa, con una amplia gama de personajes que van desde los más dañinos y odiosos, hasta la dulce y angelical, Maggie.

Edwar Browne, el hermano de Maggie, es un ser totalmente egoísta, vanidoso y que carece de principios.
Desde la muerte del padre se ha convertido en el cabeza de familia, un déspota que cuenta en todo momento con la aceptación de la Señora Browne.

La Señora Browne, es para ponerla a comer a parte, una mujer que considera ley los deseos de su hijo, y que en ningún momento demuestra cariño hacia Maggie.

Estos dos personajes, enturbian con su presencia el ambiente, lo hacen irrespirable tanto para Maggie como para el lector. Al principio pensé que eran tan planos como retorcidos, pero me equivocaba, porque los lectores solo podemos sentir emociones hacia personajes complejos, bien definidos, y en esta historia, aunque son pocos los personajes que aparecen, sí encontramos en ellos un amplio abanico de caracteres; los malos malísimos, los demasiado santurrones y otros que se mantienen en el centro intentando equilibrar la balanza.

Frank el heredero del Señor Buxton, como es lógico, se enamora de Maggie.
Hasta ese momento la familia Browne ha estado baja la protección de Buxton, pero el amor de los jóvenes se ve de golpe enfrentándose a la oposición paterna.
Maggie pertenece a una familia respetable pero demasiado humilde para cubrir las expectativas que Buxton ha depositado en su hijo.

El Señor Buxton, es el otro personaje junto con Maggie que hace que la historia brille, dan ese toque dramático tan necesario para las historias de la época.
Maggie ha sido acogida en su familia, es dulce y adorable, pero no tiene ni fortuna ni relaciones, por lo que Buxton considera que no es la mejor opción para el futuro de su hijo, ya que carece de capacidad o del espíritu para ayudarle a ocupar una posición preeminente en el país. Maggie sería la criada perfecta, pero nada más...

Gaskell con este punto, busca romper las barreras sociales, esas que impedían o veían con malos ojos la fusión de clases. No pretende ofrecernos una novelita romántica, sino hacer hincapié en esas barreras que va encontrando Maggie.

Y llegamos hasta Maggie.
Su madre y hermano, totalmente egoístas, se aprovechan y la menosprecian a partes iguales, es la versión victoriana de la cenicienta, la única finalidad de Maggie es servir a la familia.
Como he dicho, es el personaje más dinámico junto con el Señor Buxton. La vemos crecer y evolucionar, sin dejar de lado sus principios y su bondad, a pesar de los contratiempos a los que se enfrenta a lo largo de la narración.
La autora critica abiertamente el papel secundario de las mujeres y sobre todo, el destino impuesto para ellas.
Maggie es un personaje muy completo, totalmente abnegado, que terminará sacrificando su bienestar por salvar el honor de la familia, convirtiéndose así en la heroína de la trama.
Salva con su forma de actuar a una familia desagradecida, que no muestra, ni ha mostrado nunca hacia ella, un solo ápice de cariño, aunque hay que reconocer que ese sometimiento al que se entrega nuestra protagonista, sin tan siquiera cuestionarlo, llega a sacarnos de quicio en más de una ocasión.

¿Pero qué pasa con la autora?
Maggie toma por primera vez una decisión, tan trascendental que cambiará su vida y la de todos aquellos que la rodean, abandona con ello ese papel pasivo y toma el mando.
Por una vez deja claro que no se va a dejar manipular ni por unos ni por otros, ¡Ay ilusa! ¡qué no habías contado con tu creadora!, en ese punto llega Gaskell y ¡ ZAS!, le corta las alas de un plumazo, como diciendo... ¡eh! ¿pero qué te habías creído? ¡Eso de salvar el mundo, aunque sea tu pequeño mundo, no corresponde a las mujeres y menos de tu época!
¡Pon de nuevo los pies en el suelo, arréglate el vestido y retoma el papel mojigato que has representado a lo largo de la historia, qué ya vendrá el verdadero paladín a salvarte!
¡No olvides que tu lugar se halla en la vida privada, en el hogar, y solo te desarrollarás en beneficio de los intereses familiares!

Así que de esa forma, Maggie abandona ese papel de libertad que no la correspondía y retoma el otro, tan acorde al siglo XIX, donde se cuestionaba la capacidad de la mujer para la toma de cualquier decisión. Y es que, como no podía ser de otra forma, Gaskell nos acerca con un relato fiel, a las grandes diferencias existentes entre clases sociales. Toma de referencia el personaje de Maggie, le concede su minuto de gloria, le muestra la realidad y los límites naturales que una mujer decimonónica no debía traspasar.

Gaskell crea pequeñas historias alrededor de cada personaje que se mimetizan con la trama central, son ellos y sus circunstancias, y ahí, es donde vamos viendo reflejada su verdadera naturaleza; esos sucesos van construyendo la trama, excelente, habría que decir llegados a este punto.
Las descripciones también son algo importante en esta breve historia.
La casa está rodeada de naturaleza y es el lugar hacia donde Maggie dirige sus pasos, arrastrándonos con ella, cada vez que sus tareas se lo permiten. Aún así, ante toda esa naturaleza que se abre salvaje ante sus ojos, Maggie se siente atada, enjaulada.
Y de esta forma llegamos al final...
Como habéis podido comprobar, ha resultado ser una excelente lectura a la que sin embargo hay que añadir un pequeño pero... y es en el final.

El desenlace es demasiado abrupto, los acontecimientos suceden de forma precipitada y el lector apenas tiene tiempo para reaccionar o hacerse a la idea de lo que le viene encima. Aún así, aunque el final es demasiado breve, aunque nos sabe a poco, esta historia es una obra que no dudo en recomendar.


miércoles, 10 de mayo de 2017

Tristana de Benito Pérez Galdós

Sinopsis:

Tristana forma parte del ciclo de las obras agrupadas por el propio Galdós bajo el epígrafe de Novelas españolas contemporáneas. Este ciclo novelístico está dedicado a pintar la vida madrileña en la que nuestro autor ve concentrada la España del siglo XIX.
Tristana, sin embargo, funciona de una forma totalmente autónoma respecto al resto de las obras de ese ciclo novelístico: no aparece en ella ningún personaje recurrente en el mundo galdosiano, con la excepción de los médicos. Tristana es representativa, además, del periodo en que Galdós se interesa más por la verdad de la persona en su sociedad, y en particular de la mujer en su relación con el hombre, que por la realidad de dicha sociedad a través de tipos ejemplificadores. Por primera vez Galdós se plantea en Tristana el tema de la emancipación de la mujer. Sin embargo, la soñadora Tristana fracasa en sus intentos. Y el genial novelista pone una vez más de manifiesto su capacidad para ahondar en el conocimiento de la sociedad española de su época y analizar los aspectos negativos que la aquejan.

Opinión:

Hace tiempo que quería profundizar en la obra de este gran escritor español, y como todo libro y autor tiene su momento, creo que a D. Benito, por fin, le ha llegado el suyo.
Tristana se engloba dentro de la serie que el propio Galdós denominó, como novelas españolas contemporáneas.
La prosa empleada invita a hacer una lectura pausada y se convierte en una experiencia inolvidable para el lector.
Muy pocos autores alcanzan ese grado excepcional de maestría, y es que en esta obra, el lenguaje es rico y preciso.
D. Benito hace gala de un estilo envidiable, al tiempo que elabora un retrato perfecto de la ciudad, de la sociedad y de los personajes.

Galdós crea a un personaje fuerte, muy parecido a las heroínas que encontramos en otras novelas de la época como: Ana Osorio, el personaje de la Regenta de Clarín; Emma, protagonista de la obra de Flaubert, Madame Bobary o la Ana Karenina de Tolstoi, mujeres fuertes que terminan arrastrando con su tragedia a otros.

Las referencias a las novelas caballerescas son constantes, nos encontramos con el Quijote e incluso con el burlador de Sevilla homenajeados cada dos por tres, y por supuesto, la novela da comienzo al más puro estilo cervantino.

"En el populoso barrio de Chamberí, más cerca del Depósito de aguas que de Cuatro Caminos, vivía no ha muchos años un hidalgo de buena estampa y nombre peregrino, no aposentado en casa solariega, pues por allí no las hubo nunca, sino en plebeyo cuarto de alquiler de los baratitos, con ruidoso vecindario de taberna, merendero, cabrería y estrecho patio interior de habitaciones numeradas" [...].

También el nombre de Tristana hace referencia a uno de esos caballeros de las leyendas celtas, quizás al caballero romántico de trágico final, el Tristán de Isolda. Ese nombre parece marcar el destino de la protagonista desde el comienzo. Ambos son valientes, parecen creerse invencibles y el motor de sus historias, es el amor imposible.

Los personajes...
Tristana es joven, soñadora y fantasiosa, ilusa e incluso pánfila en algunas ocasiones.
Desde el principio conocemos que ha sido deshonrada por D. Lope cuando era una niña.
Aún así, la vemos independiente, se aleja totalmente del estereotipo de mujer de la época, más realistas y prudentes, en pocas palabras... domesticadas.
Ha recibido la educación insustancial de las niñas, cuyo único fin, es conseguir un buen marido.
En resumidas cuentas, Tristana en esta historia se enfrentará con su comportamiento a una sociedad machista, y al final lógicamente, terminará ganando la inmensa mayoría.
La gran vencedora de toda esta historia, al igual que ocurre en las obras de las heroínas citadas en el segundo párrafo, será la sociedad, esa sociedad conservadora que imponía un papel determinado a las mujeres.
Tristana es un espíritu libre, indomable, que al final ve como se escapan sus sueños de golpe.

D. Lope, es su tutor, un brillante Don juan venido a menos que la mira como esposa, amante e hija, según le convenga.
Es un chantajista emocional que no duda en recurrir a las amenazas verbales, que invoca la memoria de los padres de Tristana y que incluso llega a reprocharle, que por ayudar a su familia se haya empobrecido.
En los primeros tiempos de vida junto a él, nuestra protagonista, llega a tener momentos de corta y pálida felicidad, quizás debido a la aceptación de un futuro del que sabe que no puede librarse. Ha sido deshonrada y el matrimonio es algo que ve improbable, por lo que solo le quedaría la vida en el convento, cosa que descarta rotundamente.

D. Lope, gracias a sus consumadas artes de seductor, siembra en ella ideas que fomentan la conformidad con la vida impuesta, y la joven no da importancia, en un principio, a que el Don Juan, triplique su edad.
Pero el tiempo empieza a pasar, y esa imaginación despierta en ella deseos de libertad y hay que decir llegados a este punto, que la palabra libertad en esa época, y más en boca de una mujer, no sonaba del todo bien.
D. Lope empieza a derrumbarse en lo físico, llegan los achaques al tiempo que se despiertan en él unos celos que le comen por dentro.
De esa forma, Tristana pasa a convertirse también en esclava, dato que él deja bastante claro por el comentario que veréis a continuación.

"Cree que mi mayor suplicio es no poder dorarte la jaulita" [...]

Y Saturna, la protagonista secundaria de esta historia, también lo confirma con sus palabras:

"Si ha de haber un poco de reputación, es preciso que haya dos pocos de esclavitud". [...]

Saturna es la criada, una consumada maestra en sisas y otras artimañas de cocinera y compradora. Es la confidente, otro personaje fuerte e interesante de esta historia.

Y llegamos al último de los protagonistas, el que cierra esta especie de triángulo amoroso...

Horacio, el artista, es otro egoísta y plasta de cuidado.
Es el personaje que ofrece el amor y el romanticismo a Tristana.
¿Pero qué ocurre? pues que aquí también llega el conflicto.
Los lectores somos conscientes de la evolución que experimenta el personaje femenino, y de ello también es consciente Horacio. En ese momento, vemos como algunos detalles empiezan a contrariarle, y ahí es donde nos percatamos de la verdadera naturaleza de Horacio.
Él y D. Lope, tienen más en común de lo que creen, quieren una mujer subordinada al hombre en inteligencia y voluntad, una esposa que solo les vea con los ojos y el corazón, que idolatre a su persona y a su inteligencia, para saciar su gran ego.
Pero no cuentan con que Tristana va por libre, y aquí llega el esperado desenlace...

La caída...
Si al comienzo de la reseña os decía que la prosa invitaba a hacer una lectura pausada, ahora añado que también nos invita a hacer una reflexión.

Tristana llega a tocar el cielo, se cree capaz de hacer cualquier cosa, se envalentona y después inicia su descenso particular a los infiernos cual Dante.
El poderío del que hacia gala desaparece dando paso a la aflicción y de nuevo a la aceptación del destino impuesto.

Esa caída muchos la interpretan como una suerte de "castigo" autorial, haciéndose eco de la moral de la época. Dicen que Galdós devuelve a Tristana al lugar que le corresponde, la castiga por ese comportamiento que consideran un desafío, destinándola a un final trágico. Y esa opinión es compartida por la autora Emilia Pardo Bazán.
Ella le critica que no convirtiese a Tristana en un ejemplo de mujer a seguir, en una feminista. Censura que le de alas para volar y que luego se las corte de un plumazo.

Creo que Doña Emilia y todos los que secundan esa opinión, son injustos...
Galdós hizo lo que pudo, tan solo reflejó la realidad de una sociedad injusta con la mujer.
El creó una mujer avanzada a su época, la dotó de una fuerte personalidad, mostró a la sociedad que las mujeres así existían, podríamos incluso verla como un símbolo en pro de la igualdad, pero no pudo hacer nada más, él no disponía de la llave para abrir las jaulas de las mujeres.
Don Benito solo reflejó la realidad, retrató las costumbres y los acontecimientos, una sociedad contra la que estaba atado de pies y manos. Era solo una voz más que se alzaba reivindicando, o denunciando el triste papel de la mujer.
Galdós fue un excelente retratista, pintó la realidad sin escatimar en detalles y en esa realidad, la protagonista de esta historia no sale muy bien parada. Si hubiese cambiado el final, si la hubiese dejado volar, ahora no estaríamos hablando de una novela realista, estaríamos hablando de ficción o de romanticismo, y al fin y al cabo, las críticas le seguirían lloviendo por haber creado un texto surrealista.

Como habéis visto, el tema principal de esta historia es la subordinación de la mujer.
A mitad de la historia, incorpora el género epistolar. Los jóvenes amantes cruzan correspondencia en un rito que se convierte en el súmmum de la cursileria, porque todo hay que decirlo, al igual que el tiempo termina convirtiendo a D. Lope en un mal menor. Al final éste se alza cual paladín y arrincona en un segundo plano a Horacio.
La ciudad de Madrid se abre ante nuestra mirada, ha permitido y amparado el idilio, mientras que la relación que perdurará en el tiempo queda oculta, siempre bajo llave, en la intimidad y protección del hogar.



domingo, 23 de abril de 2017

Misterio en blanco de J. Jefferson Farjeon

Sinopsis:

En la velada del día de Nochebuena, una gran nevada obliga al tren de las 11:37 procedente de la estación londinense de St. Pancras a detenerse en las proximidades de Hemmersby. Decididos a no pasar la noche en el vagón, un ecléctico grupo de seis pasajeros decide desafiar las inclemencias del tiempo e intentar llegar al cercano pueblo. A mitad de camino, se ven obligados a refugiarse en una solitaria casa de campo que, a pesar del fuego encendido en la chimenea, el té para tres dispuesto sobre la mesa y el agua de la tetera todavía hirviendo, parece estar desierta. Atrapados por las circunstancias en ese reducido espacio, los viajeros intentarán desentrañar el enigma de la vivienda deshabitada y, cuando la tormenta finalmente amaine, de las cuatro personas que han sido asesinadas…
La recuperación de esta espléndida novela de intriga de ambiente navideño, desaparecida de las librerías desde hace más de setenta años, se ha convertido en un festivo e inesperado éxito editorial en el Reino Unido, resucitando así el interés de la crítica y los lectores por un escritor que Dorothy L. Sayers no dudó en calificar como «un insuperable maestro en el marco de las aventuras de misterio».

Opinión:

Misterio en blanco, es una obra de J. Jefferson Farjeon, que inicialmente fue publicada en 1937 y presentada con un cuento de navidad. Ahora, ha reaparecido más de setenta años después, convirtiéndose en un inesperado éxito editorial en Reino Unido.
Esta novela en concreto, es una de las más leídas de este autor, aunque en su larga y prolífica carrera escribió más de setenta obras; curiosamente Alfred Hitchcock adaptó una de ellas para la gran pantalla, la pieza teatral titulada "El número 17".
Esta historia tiene un marcado estilo británico, incluso podríamos encontrar en ella un homenaje a otros autores de novela policíaca, como Arthur Conan Doyle o Agatha Christie, célebres por sus exhaustivos detectives.

Pero hagamos una breve presentación de los personajes para después poder centrarnos en el argumento...
Tenemos a Jessie Noyes, una joven y bonita corista; a los hermanos Carrington, Lydia y David; a un triste y soñador oficinista, el joven Thomson (sin P); a Edward Maltby, un anciano perteneciente a la Real Sociedad de Psicología, (quizás otro guiño hacia Conan Doyle) y al señor Hopkins (el pelmazo del grupo).

Todo comienza con una inmensa nevada que obliga a los protagonistas a abandonar el tren en el que viajan. Piensan que cualquier alternativa es mejor que permanecer encerrados en él, esperando a que vengan a rescatarlos o a que las vías vuelvan a estar operativas para llegar por fin, a sus ciudades de destino.
Tras una breve presentación de los personajes, estos se lanzan sin pensárselo mucho al exterior, enfrentándose a las duras inclemencias del tiempo y arrastrándonos inevitablemente con ellos.

El señor Matlby es el primero en bajar del tren, y rápidamente desaparece en la inmensa cortina de nieve que cae.
El resto del grupo salvo Hopkins, deciden seguir sus pasos... pero la nieve ha cubierto rápidamente sus huellas, y los cuatro jóvenes quedan abandonados a su suerte, en medio del fuerte temporal.
Como ya habéis comprobado en la sinopsis, el recorrido de estos aventureros será breve aunque cargado de contratiempos, pero por suerte para ellos, pronto encuentran en su camino una solitaria casa de campo donde resguardarse.
El silencio reina en la casa mientras el fuego de las chimeneas caldea las habitaciones, una tetera hierve el agua sobre el fogón de la cocina y el servicio de té espera en el salón.
En ese momento, una pregunta rasga el cargado ambiente, ¿dónde están los habitantes de la casa?

De esta forma comienza una novela que nos transporta al pasado.
Es una novela intemporal, en la que parece que el tiempo se detiene y aunque tendremos a lo largo del argumento, algunas referencias que la sitúan en 1937, el comportamiento de sus personajes, la trama e incluso la forma de narrar, en ocasiones, nos hace pensar en otra época, la de Dickens.
El autor nos ofrece una historia de misterio de corte clásico donde veremos como el narrador sabe más aparentemente de lo que cuenta.
La cadencia narrativa es lo que transmite intriga al relato.
El ritmo es pausado, Farjeon impone su propio tono y su propio tempo, se toma con mucha calma el introducir algo de acción, haciendo gala más bien de una tensión sostenida, y acelerando únicamente la trama al final, con un desenlace quizás para mi gusto, demasiado abrupto.

Os he mencionado al grupo de personajes que forma parte de la avanzadilla, pero a ellos pronto se les unirán, tres, cuatro, incluso seis personajes más...
Un grupo singular en extrañas circunstancias, la necesidad les empuja hacia la casa y al final la necesidad les retiene allí.
Desde el comienzo empiezan a ocurrir cosas extrañas, los personajes de actitud sospechosa, aparecen al mismo tiempo que abandonan los escenarios, y esa situación, hace que la casa empiece a parecerse al famoso camarote de los hermanos Marx.

La novela parece una función teatral, con amplios y surrealistas diálogos.
Los personajes llegan a rozar el absurdo en muchas ocasiones, hablan y hablan entre ellos, sin llegar a decir nada coherente o que tenga lógica para nosotros. Ese detalle, obliga al lector a permanecer atento, ya que cualquier dato mencionado de forma ingenua, puede ser de vital importancia para no perdernos una pista trascendental para la resolución del misterio.

Como digo, es una novela perfecta para representar en el teatro, ya que podemos definir claramente los actos, con cambios mínimos de escenario.
Las escenas y las conversaciones se superponen unas a otras en distintas habitaciones, al tiempo que la trama avanza.
Esta obra es un compendio de géneros.
Tiene mucho de folletín; coincidencias, situaciones poco verosímiles y exageradas, y todo ello, adornado con un fino sentido de humor inglés.
Los diálogos de los que ya os he hablado, se alargan muchas veces sin sentido y los acontecimientos se dosifican con ironía.
A su vez, también podemos encontrar registros de novela de misterio y policíaca, e incluso de las comedias de enredo, porque como veréis es una historia sencilla que se va complicando a pasos agigantados.

Una obra atrevida y en ocasiones alocada que reconozco que se ha convertido en otra excelente lectura compartida con los blogs de Si fuésemos libros, Un libro junto al fuego y No solo leo.


martes, 4 de abril de 2017

El misterio del carruaje de Fergus Hume

Sinopsis:

Cuando un hombre es hallado muerto en el interior de un carruaje de alquiler, uno de los más distinguidos ciudadanos de Melbourne es acusado de asesinato. El ilustre joven proclama su inocencia, pero se niega a dar una coartada. Pronto se descubre la identidad de la víctima: un caballero recién llegado a la ciudad, muy bien relacionado con las altas esferas de la sociedad, y que pretendía en matrimonio a la hija de un rico hacendado, Madge Frettlby, que a su vez está enamorada de Brian Fitzgerald, un apuesto irlandés instalado en Melbourne para hacer fortuna.
Desentrañar el misterio será tarea de un eminente abogado y dos intrépidos detectives que llevarán al lector desde los más distinguidos salones de la alta sociedad, al submundo más miserable de los bajos fondos.

Opinión:

Ya sabéis lo mucho que me gusta la novela del siglo XIX.
En esta ocasión os hablo de la primera novela policíaca que logró convertirse en un bestseller.
Fue publicada en 1886, y a la muerte de su autor en 1932, se habían vendido más de 750.000 ejemplares, la mitad de ellos en los seis primeros meses tras su publicación, convirtiéndose en la novela más vendida del siglo XIX y principios del siglo XX.

Fergus Hume y el teatro.

El mayor sueño de este autor era llegar a ser un gran dramaturgo, y esa vocación se ve plasmada en esta historia, donde encontramos claras influencias del género.
El argumento parece dividido en actos, que son los que marcan de forma brusca los cambios o giros en la historia.
En el primer acto conoceremos en que consiste el misterio, y va desde el asesinato hasta la detención del joven Fitgerald.
En el segundo, nos encontramos con el juicio en su totalidad y es aquí, donde encuentro las mayores semejanzas con una obra de teatro.
La estructura de los diálogos, que son el método empleado en la ronda de declaraciones de los testigos, utilizan un estilo muy directo, haciendo uso de expresiones muy cortas que agilizan las escenas, y dando alternancia al discurso de los personajes que intervienen en esa escena.
El tercer acto se corresponde con el desenlace de la obra y conlleva una serie de revelaciones que desentrañaran el misterio que rodea al asesinato del carruaje.
En esa parte los acontecimientos se desencadenan de forma rápida y muestran de forma lineal, paso a paso la historia tal y como sucedió.
Por otro lado, no hay un gran número de personajes y en cada escena intervienen un número muy limitado de ellos. Algunos incluso desaparecen tras su corta aparición.

Un homenaje a los autores victorianos.

El libro lo componen 35 capítulos no muy extensos, y en ellos encontramos constantes alusiones a novelas y autores de la época.
Entre los referenciados podemos encontrar a Wilkie Collins, Edgar Allan Poe , Émile Gaboriau o Arthur Conan Doyle, entre muchos otros, pero quizás lo que más sorprende, son las constantes citas a escritoras, en un momento de la historia donde las mujeres, nos centraremos solo en este gremio, no estaban muy valoradas, y muchas de ellas optaban por publicar sus obras bajo seudónimo. Por eso resulta extraño a la vez que admirable, que Fergus las haga un hueco en su obra y sobre todo que de los constantes comentarios se desprenda la gran admiración y respeto que sentía por las obras de Mary Elizabeth Braddon y Anna Katherine Green, por cierto reseñadas en este blog.


¿Realismo o Naturalismo?

Las clásicas novelas victorianas se caracterizaban porque reflejaban de forma muy real la vida social de la época, en concreto sobre la aristocracia y la clase media emergente.
Pero esta historia, que muchos incluyen dentro del género del Realismo, tiene unos rasgos pronunciados que a mi me parece que pertenecen más bien al Naturalismo, ya que la trama, aunque habla de la aristocracia, profundiza bastante más en la vida callejera, adentrándose en los suburbios más marginales. Hace especial hincapié en la diferencia de clases, refleja la parte más dura y oscura de la condición humana y las taras sociales como la prostitución, las bandas callejeras o el alcoholismo.
Vemos una amplia critica social, aderezada con buenas dosis de ironía. La clase alta se resguarda tras un velo de hipocresía, tras falsas apariencias que serán un elemento fundamental en el desarrollo del argumento.

Una historia policial un tanto inusual.

No nos encontramos ante una historia policial al uso. Pensamos que al tratarse de una novela policíaca, el responsable de llevar a cabo la investigación será un detective, y eso no es del todo cierto.
Samuel Gorby es un detective que al comienzo parece que será el encargado de desentrañar el misterio, pensamos que su intervención será constante, pero poco a poco, según avanza la trama, vemos como este personaje empieza a perder fuelle y termina haciendo, como se diría en teatro, Mutis por el foro, es decir, saliendo de escena...

En ese momento, hacen acto de aparición dos personajes con bastante relevancia para el argumento. Un nuevo detective, Kilsip, con bastante más fuerza y personalidad que el anterior y Ducan Calton, el abogado defensor.
Pero tanto Gorby como Kilsip, son detectives imperfectos, con modos poco convencionales y mientras ellos se discuten el aplauso del público, Calton toma el mando de esta investigación y será finalmente quien, con su sagacidad, desentrañe la mayor parte del misterio.
Calton es un personaje muy bien definido y con el que el lector logra empatizar. Para mí, es el mejor personaje de toda la historia con diferencia.

Arquetipos

Sobre el resto de personajes no hay mucho que decir.
Podríamos hablar de Brian Fitgerald, el joven que es acusado desde el comienzo, y que desempeña uno de los papeles principales, pero no llega a cuajar.
Aunque el personaje está muy bien definido, a mí no deja de parecerme un peón, aunque necesario para el desarrollo de la trama, pero solo un peón.
Madge Frettlby, su enamorada, hija de un rico hacendado de Melbourne, tampoco me llega a convencer, y el motivo es que ambos personajes, al igual que el resto que aparecen en este relato, están demasiado estereotipados.

Las mujeres parecen tiernas flores de invernadero, demasiado ingenuas, con muy poco que decir o más bien nada, ya que su conversación resulta completamente vacía, ajustándose al canon de la época.
Los hombres, virtuosos y en apariencia inteligentes, portadores del fino sentido del humor inglés.
La clase humilde, además de tener que cargar con el lastre de la falta de cultura, aparecen cargados de defectos, faltas que no dudan en utilizar los de la clase snob para mofarse de ellos.
Entre medias de estas clases surge otra, la correspondiente a los dos detectives y que parecen mantenerse al margen de todas estas características.

Detalles

La novela incluye en la narración, cartas, fragmentos de los periódicos, transcripciones del juicio, lo que aporta un cambio en la estructura que convierte en amena la lectura.

Al final de la obra encontramos un posfacio donde Fergus Hume, nos cuenta no solo como surgió la idea de la novela, sino todas los problemas que tuvo que solventar antes y después de su publicación.

Por último, recomiendo dejar la lectura de la introducción, para el final. Creo que en ella se dan demasiadas pistas sobre el desarrollo de la trama, que en algún momento pueden llegar a destripar parte del argumento.


jueves, 30 de marzo de 2017

Para leer al anochecer. Historias de fantasmas de Charles Dickens

Sinopsis:

Charles Dickens estuvo interesado durante toda su vida por los fenómenos misteriosos. Su natural inclinación hacia el drama y lo macabro hicieron de él un extraordinario escritor de cuentos de fantasmas.
Para leer al anochecer presenta trece de las más célebres y espeluznantes historias de fantasmas escritas por Dickens —«El fantasma en la habitación de la desposada», «El juicio por asesinato», «El guardavías», «Fantasmas de Navidad», «El Capitán Asesino y el pacto con el Diablo», «La visita del señor Testador» o «La casa encantada», entre otras—, en una nueva traducción al castellano. Villanos que mueren ahorcados, mujeres misteriosas que encargan retratos desde el más allá, marinos desaparecidos que hacen visitas inesperadas a los vivos, viajeros victorianos que se encuentran con siniestros niños en oscuros caserones… Puro talento gótico.

Opinión:


Introducción.
El antes y el después de la Literatura Gótica

Las historias de fantasmas con el paso de los años, como ya ha sucedido con otros géneros, han terminado adaptándose a los tiempos.
Si antes los espectros solo aparecían en casas solariegas, grandes mansiones, abadías o cementerios, por citar algunos escenarios, en la actualidad cualquier sitio es bueno para que un ente sobrenatural haga de las suyas.
En la época de Dickens, las apariciones fantasmales se mostraban ante nosotros, de aspecto, tal y como habían sido en vida y cumplían con una función moralizante.
Nos mostraban el mal realizado, nos pedían ayuda y/o se manifestaban con el fin de avisar a modo de premonición, eso sí, siempre después de dar la media noche, cuando una tímida luz iluminaba la habitación, y en muchas ocasiones tras escucharse el sonido de  una campanilla.
En cambio ahora, el fantasma atormenta por el mero hecho de molestar.
Tiene potestad para aparecerse a cualquier hora y en cualquier lugar, siempre rodeados de grandes cambios de temperatura, apagones de luz, objetos que se mueven o se rompen, e incluso haciendo uso de la violencia. Pero lo mejor o lo peor, según se mire, es su apariencia escalofriante.
Hoy en día no se concibe un fantasma que no sea terrorífico y un poco gore, porque lo del gore es algo fundamental.

Y os estaréis preguntado ¿qué ha ocurrido con el romanticismo que fijó su vista en ellos, que los mostró como seres condenados a vagar por toda la eternidad, arrastrando tristeza y soledad y penando por el crimen realizado? pues que como otras muchas cosas, ha evolucionado, y en este caso, no para mejor...

Consejos para leer al anochecer.

La verdad, porque todo hay que decirlo, es que aunque hayan surgido de la virtuosísima pluma de Dickens, en esta ocasión nos enfrentamos a unos fantasmas un poco light, cosa que por otro lado, no impide disfrutar plenamente de las situaciones en las que se hacen visibles y de otros detalles, combinados a la perfección, de los que ya hablaré.
Sabiendo de antemano que no transmiten mucho miedo, me permito daros un consejo:
 para leerlos hay que ponerse en situación.
Elegir preferiblemente la noche, y aún mejor, si podemos leerlos con lluvia o viento golpeando los cristales, con niebla o con cualquier otro fenómeno atmosférico de fondo, mientras contemplamos de soslayo, como oscilan las llamas de la chimenea, el que la tenga ¡claro está!, y el que no, pues tendrá que conformarse echando mano de unas simples velas.
Porque lo interesante, es que estos relatos no transmiten terror o angustia, pero la forma de narrar nos invita a sumergirnos en la época victoriana, en un intento de dar de lado a la razón y donde algunos de sus individuos, extremadamente susceptibles, se arrojaban sin temor, en brazos de la creencia espírita.
Estas historias, donde cuesta distinguir si se tratan de sueños o realidad, llegan a confundir al lector, dejando algunas de ellas incluso el final algo abierto para no privarnos de elucubrar.

13 relatos de fantasmas.

Nos enfrentamos a 13 relatos breves, algunos de ellos corresponden a fragmentos extraídos de otros relatos más extensos, pero hay que aclarar que fueron escritos, narrados o publicados en distintas fechas, por lo que la fecha que aparece en algunos lugares como 1852 es meramente orientativa.

Según mi gusto, los mejores son:
Fantasmas de Navidad.
El fantasma en la habitación.
Cuatro historias de fantasmas.
El guardavías.
La visita del Señor Testador.
La historia del retratista.

En lineas generales, el libro me ha gustado, a pesar de que como he dicho, los fantasmas asustan más bien poco y muchas veces, las historias prometen más de lo que ofrecen.
Lo que más destaca es la forma de narrar y el uso que se da a algunos detalles casi impercetibles, y que se convirtieron en las características principales que definieron al género gótico.
Este género surgió como reacción al Racionalismo, el siglo XVIII, el siglo de las luces, de la ilustración y creían que todo podía explicarse mediante la razón.
A mitad de ese siglo surge esta nueva corriente, que más tarde asentaría los cimientos para el Romanticismo.
En narrador elegido para estas historias suele ser en primera persona, un estilo directo con el que se apela constantemente al lector,
De los fantasmas y de los escenarios ya he hablado al comienzo, así que poco hay que añadir.
Los personajes están claramente estereotipados.
Los señores, inteligentes y enigmáticos, las señoras, frágiles y delicadas, y los criados por lo general asustadizos, algo que sus señores achacan a la falta de conocimientos.
En la mayoría de los relatos, al personaje principal tiene dificultad para identificar si se trata de un sueño o de realidad y también es frecuente ver como el protagonista se ve arrastrado en saltos temporales, viajes en el tiempo y en el espacio, a los que lógicamente también está invitado a asistir el lector.

Dickens, al igual que otros muchos escritores de la época, se sintieron atraídos por  lo sobrenatural y también se dice de él, que muchos de estos relatos, fueron surgiendo de su cabeza intentando dar explicación a vivencias propias que no supo explicar.
Según los grandes expertos, en sueño de un niño con una estrella, relato que también se incluye en este libro, se refleja la añoranza por los familiares desaparecidos y curiosamente los protagonistas de esa historia, podrían representar al hermano y hermana de Dickens fallecidos cuando el era solo un niño. Pero eso sería hilar muy fino, y realmente ¿qué autor no refleja una parte de su vida en sus textos?
Lo que sí sabemos a ciencia cierta, es que Dickens logró reflejar fielmente la sociedad de la época, la gran diferencia entre clases sociales y en estos relatos, consiguió una atmósfera que incluso hoy en día logra seducir al lector.



miércoles, 19 de octubre de 2016

Rebeca de Daphne du Maurier

Sinopsis:

"Anoche soñé que volvía a Manderley..."

Nadie que conozca la película basada en esta novela podrá olvidar la voz en off que recita la frase inicial de la obra más lograda de Daphe du Maurier: REBECA.
Así comienzan los recuerdos de la segunda señora de De Winter, que la transportan de nuevo a la aislada y gris mansión situada en la húmeda y ventosa costa de Cornish.
Con un marido al que apenas conoce, la joven esposa llega a este inmenso predio para ser inexorablemente ahogada por la fantasmal presencia de la primera señora Winter.

Opinión:

Esta novela de la que hoy os hablo y que fue escrita  por la famosa novelista inglesa Daphne du Maurier en 1938, está considerada como una de las mejores novelas policíacas. Por ese motivo, cuando desde el blog de Juan Carlos se me invitó a participar en el reto de Libros encadenados, vi la oportunidad perfecta para releer esta historia y de paso, aportar un nuevo libro a la pestaña de El rincón de los clásicos.

La forma de narrar tan completa y detallada, con un ritmo pausado y cadencioso, sumado a ese comienzo elegido que nos da la bienvenida a sus páginas y al suspense que se esconde tras ellas, creo que forman un pequeño conjunto de elementos que son los que le dan la nota brillante a esta novela.

"Anoche soñé que había vuelto a Manderley. Me encontraba ante la verja del parque, pero durante algunos momentos no pude entrar. La puerta estaba cerrada con candado y cadena. Llamé en sueños al guarda, pero nadie me contestó, y cuando miré detenidamente a través de los barrotes mohosos de la verja, vi que la caseta estaba abandonada".


La novela está narrada en primera persona por la segunda mujer de Maximilian de Winter, desde un presente que intenta parecer feliz pero donde pesan demasiado los acontecimientos del pasado.
La nueva Sra. de Winter, nos hace retroceder en el tiempo para empezar a narrar la historia desde el momento en que conoce a Maxim.
Y con esto llega el primer aporte de misterio. En ningún momento de la obra se menciona el nombre de la joven... pero de esto ya hablaremos un poquito más abajo, porque antes quiero que conozcáis a los dos personajes que acapararán toda nuestra atención,

En esta historia existen dos protagonistas omnipresentes, que se encargan de marcar los pasos de todos los personajes y de sus acciones.
Uno, como bien indica el título es Rebeca. Un personaje que no aparece físicamente, pero cuya presencia parece acechar en todas las esquinas, como un fantasma, calando profundamente, acaparando todas las atenciones y eclipsando con su sola presencia.
El otro personaje ubicuo, es la mansión, Manderley.
Aquí es donde el lector cae rendido ante la prosa tan descriptiva que emplea Daphne du Maurier. Consigue crear una atmósfera arrebatadora.
La gran mansión, construida sobre una hondonada y rodeada de una enorme pradera, aparece como por arte de magia ante nosotros, imponente, envuelta en brumas y flanqueada por bosques, con el mar como tapiz al fondo. Un espectáculo sobrecogededor... porque en esta historia, los escenarios poseen una fuerza sobrenatural que también se plasma en el argumento.
El interior, con sus habitaciones, la amplia escalinata de la entrada, el eco de las pisadas por los corredores, son elementos que crean el ambiente necesario para aportar más intriga al argumento.


Quizás el comienzo de la lectura, puede parecer algo lento para algunos lectores, pero tan solo son 30 páginas que se leen en un suspiro y que nos invitan a conocer un poco como serán los personajes.
Y ahora sí, ha llegado el momento de hablar de los personajes. pero no de todos.
Curiosamente, los personajes femeninos son los que consiguen cautivar e hipnotizar al lector. Todo el peso de la trama recae sobre ellos y de forma brillante salen airosos del encargo. Por ese motivo no voy a entrar en detalles sobre los personajes masculinos.

La nueva esposa, hay que reconocer que no está a la altura y no solo porque ella lo repita de forma constante.
El personaje sufre una ligera evolución, pero no experimenta un cambio lo suficientemente pronunciado para que me haya convencido. No he logrado conectar con ella.
En ocasiones tiene un comportamiento y unas reacciones infantiles que llegan a rozar el absurdo. No me gustan los personajes de este tipo, tan lastimosos que se pasan la vida justificándose y justificando a terceros, que sin llegar a considerarse el centro del mundo, piensan que todos andan pendientes de sus acciones para juzgar u opinar después sobre ellos. Me parecen algo paranoicos y al final ven fantasmas donde realmente no los hay.

La duda sobre la extraña muerte de Rebeca empieza a planear por su cabeza, a obsesionarla y los celos aparecen en un personaje que como ella misma se define, y como nosotros podremos observar a lo largo de toda la novela, es débil, insegura, impresionable e inmadura.
La falta de nombre que he mencionado con anterioridad, es significativa y acrecienta lo insustancial del personaje. Solo sabemos lo que dice Maxim al respecto:

"Tiene un nombre poco corriente y encantador..."

En algunas culturas se cree que los nombre no sirven únicamente para llamarnos, sino que contienen la esencia misma de la persona. No vamos a exagerar hasta tal punto, pero el quitarle ese derecho a este personaje hace que aparezca ante nosotros como un ser insignificante, totalmente manejable frente al gran personaje de Rebeca, a la que se le da mayor importancia o relevancia y que domina totalmente el argumento.
Lo mejor es ver la lucha de esta joven contra el fantasma inexistente de Rebeca,

Rebeca o más bien su sombra permanece de forma constante en la mansión, de ello se encarga la Sra. Danvers, el ama de llaves. Un personaje extraño, escalofriante, que sentía una adoración enfermiza por Rebeca y que ha terminado convirtiéndose en obsesión. Sin duda el personaje redondo de esta novela.
Y esto me lleva a otro punto importante que puede llevarme a "justificar" el comportamiento infantil del que acuso a la joven Sra. de Winter.
La diferencia social y/o cultural creo que es el causante de crear, ese gran contraste que existe entre todos los personajes femeninos.
La Sra. Danvers, como ama de llaves, es una mujer instruida; Rebeca y su cuñada Beatriz pertenecen a la clase alta, más liberal y la única que no encaja en ese mundo, al que ha llegado de rebote, es la nueva esposa. Como podéis apreciar, quizá su forma de actuar, tímida en ocasiones e incluso demasiado servil y asustadizo en otras, se deba precisamente a su status social y/o a la educación recibida.

Como podéis observar, Maximilian de Winter y el resto de personajes masculinos, son meramente secundarios. Personajes ambientales que sirven de adorno para la excelente trama.

Al principio de esta reseña os hablaba de que el comienzo era magnifico, y ahora ha llegado el momento de hablar del final.
La opción elegida para terminar esta novela está totalmente a la altura. Cargada de silencios deja al lector completamente intrigado, nos invita a imaginar o más bien a elucubrar sobre el futuro de los personajes y sobre todo de Manderley.

Curiosidades...
La obra de Daphne du Maurier, en general, ha sido una fuente de constante inspiración y creatividad en muchos aspectos.

  • Los cineastas se rifaban sus obras para llevarlas al cine, entre ellos y por poner un ejemplo, estaba Alfred Hitchcock, que hizo las adaptaciones cinematográficas de varias de sus obras, no solo de Rebeca, también de La posada de Jamaica y de la archiconocida, Los pájaros
  • De la misma forma, han sido publicados varios libros que dan continuidad a esta historia de Rebeca. Unos escritos con mayor acierto que otros, como La Sra de Winter de Susan Hill, que reseñaré en breve.
  • Según el Diccionario de la Real Academia Española; en castellano, se denomina rebeca al tipo de chaqueta que curiosamente llevaba la protagonista de la película, Joan Fontaine.
  • Y en Psicología, se conoce como El síndrome de Rebeca, a los celos patológicos hacia la ex-pareja de la pareja, cuando son sin fundamento y llegan a afectar al comportamiento normal de quien los sufre.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

El monje de Matthew G. Lewis

Sinopsis:

El 23 de septiembre de 1794, el joven Matthew Lewis con tan sólo diecinueve años, anunciaba en una carta a su madre que había escrito en sólo diez semanas una novela, entre 300 y 400 páginas en octava. Acababa de nacer una de las obras cumbre de la novela gótica, la forma más leída de literatura popular en Gran Betraña y buena parte de Europa desde finales del siglo XVIII hasta bien mediado el siguiente. La opinión pública se dabatió entre declarar El monje como obra de ingenio o tacharla de blasfema y obscena. Situada en un decadente, hipócrita y mítico Madrid gótico, Lewis mezcla dos tramas bastante espeluznates: la del libidinoso y blasfemo monje Ambrosio y la historia de Ramón y su fatídico amor por la desdichada Inés. Ambas historias están entrelazadas para crear una tensión entre su envoltura sentimental y su trasfondo neta y sombríamente gótico.

Opinión:

La novela Gótica.
Ya sabéis que la novela gótica está estrechamente ligada al género del terror.
Es un género que vio su máximo esplendor a finales del siglo XVIII y que se extendió a lo largo de todo el siglo XIX.
Surgió como reacción ante el movimiento del Racionalismo, pensamiento dominante de la Ilustración, y el Romanticismo se alió con él en muchas o en gran parte de sus historias.


Lo que encontramos en el interior de esta obra, es un compendio de la mayoría o de las principales características del género gótico.
El primero aporte para intentar transmitir desasosiego al lector es que la mayoría de las escenas ocurren cuando el sol ha caído.
Los escenarios elegidos para que se muevan los personajes, castillos, abadías, cementerios, son los encargados de aportar a la trama el toque tenebroso y oscuro.
También encontramos otra de las particularidades clásicas, la maldición ancestral, ya que alguno o algunos de los personajes, la arrastrarán sin saberlo.
Otra rasgo... la incorporación de fantasmas o sucesos paranormales de difícil explicación, algo lógico porque como ya he indicado este movimiento surgió para hacer frente al Racionalismo, donde se priorizaba la lógica.
Las escenas eróticas, amores enfermizos, soledad y melancolía, es algo también inherente a este tipo de literatura, algo que como podemos apreciar coincide también con el Romanticismo, en el que se daba prioridad a los sentimientos, muchas veces llevados al extremo.
Nadie muere de amor con tanto dramatismo, como en este tipo de obras.
Pero volviendo a la literatura gótica...
Los personajes arrastran siempre conflictos interiores, están sujetos a pasiones desenfrenadas, a grandes agitaciones del ánimo, nostalgia extrema, e incluso erotismo y libertinaje; supongo que ya habéis entendido el motivo por el cual, esta novela, fue considerada como una de las más transgresoras del género.
Pero aún hay más, queda lo más importante.

Su trama se desarrolla en Madrid y desde sus primeros compases ya encontramos una crítica abierta hacia los españoles, volcándose en concreto contra los madrileños; a los que ve por su fe ciega en la religión, como autenticos meapilas, con una exagerada e hipócrita devoción.
Lewis no se detiene ahí con su vituperio y extiende su crítica hacia el sistema religioso, así que no es de extrañar la conmoción que causó esta obra en la época.
Lewis declarado anticatólico, se recrea retratando los aspectos más oscuros y corruptos del catolicismo, sin olvidar dedicar una especial mención a la Santa Inquisición y sus Autos de Fe.

Francisco Rizi, Auto de Fe en la Plaza Mayor de Madrid, 1683.
Museo del Prado.

El comienzo.
Uno de los primeros detalles que nos llama la atención y que podía haber incluido en el apartado anterior, es que la prosa es sumamente descriptiva; esto unido a la presentación de los personajes de la cual os voy a hablar a continuación, provoca que para mi gusto, se ralentice un poco el comienzo.

Como digo, los primeros capítulos están destinados a la presentación de los personajes. Nos encontramos con un pequeño laberinto de tramas superpuestas y concatenadas. Todos los personajes y sus hilos tienen un punto en común, un lugar de inicio, y desde él, parecen fluir en distintas direcciones. Pero eso, es tan solo un efecto, ya que al final personajes e historias terminan convergiendo de nuevo.
El punto de inicio del que os hablaba es un personaje, Ambrosio. y desde él se crea la historia.

Parece que con esta obra Matthew G. Lewis intentaba demostrar que a pesar de su juventud, era un excelente escritor que destacaba en varios géneros y que debía ser tomado en cuenta. Al sumergirnos en esta lectura somos testigos de ello, vemos el extraordinario trabajo realizado, el enriquecedor uso del lenguaje y la facilidad con la que se desenvuelve saltando de un género literario a otro. Maneja a la perfección tanto prosa como lírica, incluyendo en la novela poemas y baladas e incluso en algún momento alguna narración breve que puede recordarnos a los cuentos.

El protagonista.
Ambrosio es el protagonista indiscutible de esta historia, sobre él gira todo el argumento y por ese motivo, del resto de personajes no os voy a hablar. Creo que es mejor que leáis la obra para conocerlos en profundidad.
Ambrosio, es el prior del monasterio, conocido en todo Madrid por El Hombre Santo. Este personaje es muy curioso, es un dechado de virtudes, admirado por su elocuencia y temido al mismo tiempo por su intransigencia. Precisamente esa admiración que sienten todos por él, termina convirtiendo lo que tendría que ser humildad en superioridad y esa intransigencia convertida en falta de compasión, termina siendo su perdición.
Nos encontramos ante un personaje dinámico que no para de sorprendernos con su actitud. Según avanzamos en la lectura vemos como la primera impresión que teníamos de él, se va distorsionando a pasos agigantados.

Se podría decir que la trama es bastante predecible, pero eso no es un rasgo negativo; lo interesante es el desarrollo.
Y con esto llegamos a los compases finales y a lo que considero un pequeño fallo...
La forma de concluir la novela es lo que menos me ha gustado, y no me refiero al final elegido.
En los últimos capítulos la acción se acelera al tiempo que se intenta comprimir demasiado los acontecimientos, pasando de puntillas sobre algunos temas. Me ha parecido un final demasiado atropellado, precipitado, en contraste con el comienzo pausado de la historia.

Una curiosidad.
Matthew G. Lewis a pesar de haber ambientado su obra en Madrid, lo cierto es que nunca pisó ni esta ciudad ni más concretamente España). Aun así es meritoria esta obra de principio a fin, porque en ella se respira un ambiente muy real, algo también lógico ya que para ambientarla se documentó leyendo a nuestros mejores clásicos, como Lope de Vega, Cervantes o Calderón.

Y ahora sí que hemos llegado al final.
Para los que huis de las novelas de miedo, realmente esta novela no lo da.
Hay un par de escenas a mitad de la narración que más que horror siembran intriga o un poco de desasosiego; nada que no se pueda superar.
Esta novela ha sido llevada al cine en varias ocasiones, solamente puedo hablar de la protagonizada por Vincent Cassel en 2011... totalmente prescindible, la narración supera con creces la película.

Creo que es una novela muy recomendable y coincido en que es una de las mejores del género.
Ha sido todo un acierto recuperarla para el taller de lectura del mes de septiembre.


miércoles, 4 de mayo de 2016

Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez

Sinopsis:

Acaso sea Crónica de una muerte anunciada la obra más «realista» de Gabriel García Márquez, pues se basa en un hecho histórico acontecido en la tierra natal de escritor. Cuando empieza la novela, ya se saber que los hermanos Vicario van a matara a Santiago Nasar -de hecho ya le han matado- para vengar el honor ultrajado de su hermana Ángela, pero el relato termina precisamente en el momento en que Santiago Nasar. El tiempo cíclico, tan utilizado por García Márquez en sus obras, reaparece aquí minuciosamente descompuesto en cada uno de sus momentos, reconstruido prolija y exactamente por el narrador, que va dando cuenta de lo que sucedió mucho tiempo atrás, que avanza y retrocede en su relato y hasta llega mucho tiempo después para contar el destino de los supervivientes. La acción es, a un tiempo, colectiva y personal, clara y ambigua, y atrapa al lector desde un principio, a pesar de que conoce el desenlace de la trama. La dialéctica entre mito y realidad se ve potenciada aquí, una vez más, por una prosa tan cargada de fascinación que las eleva hasta las fronteras de la leyenda.

Opinión:

Aprovechando que en ocasiones nos embarga la tan temida crisis lectora, en la cual no sabemos que leer, siempre viene bien recurrir a los clásicos que invaden nuestras estanterías.
¡Clásicos! ¡Sí, habéis oído bien!
Esa palabra que a algunos con solo oírla parece que les crea animadversión. Esas novelas casi olvidadas que esperan pacientemente y acumulando polvo, a que su turno vuelva a llegarles; cuyas hojas ya amarillas por el paso del tiempo, leídas y releídas en incansables ocasiones, difícilmente pueden defraudarnos.
Ésta en concreto, ha vuelto a salir victoriosa del difícil encargo para el que había sido elegida, limpiar la desidia lectora.

Crónica de una muerte anunciada, ya la había leído hace años, pero en ningún momento se me ocurrió reseñarla. Suele pasar con las novelas tan famosas, no sabes que decir de ellas y es que, poco se puede decir que no se haya dicho ya.

Textos periodísticos que terminan convertidos en novela... por supuesto con lo esencial.

Hay muchas novelas basadas en hechos reales que nacen en un principio como textos periodísticos. Realmente es una excelente forma de crear una novela. No se necesita imaginación ni que el autor se devane el cerebro inventando un argumento.
Los hechos están ahí, llenando las portadas de los principales periódicos y noticiarios. Lo que sí se necesita y resulta primordial, es el talento para saber buscar y extraer los sucesos más relevantes, dándoles forma después haciendo uso de la técnica adecuada. No debemos olvidar en este punto, la prosa y el don para enganchar al lector.
 
Dicho todo esto pensaréis que cualquiera puede escribir, ¡pues no! se necesita algo que ya he citado, TALENTO, y por suerte para unos o desgracia de otros, no todo el mundo lo tiene.
Hay que ser realistas; por mucho que papá, mamá y el amiguete de turno nos encumbren, no dejan de ser papá y mamá. Como dice el dicho popular... ningún hijo es feo para sus padres; y hay que saber mirar un poco más lejos del círculo familiar: padre, madre, abuelos y mascotas.
Vamos, como decían en la serie Expediente X 

La verdad está ahí a fuera...

Y ahora en serio...
Hay muchas obras similares, pero no llegan a ser dignas de alabar como ésta de la que hoy os hablo o por poner otro ejemplo, A sangre fría de Truman Capote. Y es que estas obras citadas, recalcando lo dicho en el párrafo anterior, no son solo una reconstrucción periodística de sucesos, más bien yo lo describiría como un encadenamiento armónico y casi perfecto de escenas. Por algo, Crónica de una muerte anunciada, fue incluida en la lista de las cien mejores novelas del siglo XX y su comienzo, también aparece en otra de esas famosas listas.

Pero vayamos al principio...

La primera vez que la leí, me pareció una obra extraordinaria, ahora con el paso del tiempo, reconozco que no solo no ha variado mi opinión, sino que la coloca en ese lugar excepcional al que solo tienen acceso determinadas joyas literarias.

Conociendo el final desde el principio...

Coincido al igual que la vez anterior, en que lo qué más me impresionó, es el comienzo. Saber desde el principio del texto, desde el título, cual será el final de Santiago Nasar.
Y es que como se dice en la narración... "Nunca hubo una muerte tan anunciada" pero añado... tampoco estuvo también contada.
El conocer el desenlace desde el principio, a muchos les puede parecer que le quita gracia a la historia, pero no es así, en este caso consigue crear más tensión.
Gabo, el apelativo cariñoso con el que se conocía al autor, aprovecha ese detalle, ese dato que conocemos de antemano y lo explota, colocando al lector en situaciones comprometidas. A través de las completas descripciones del lugar, de los relatos de los personajes, vamos conociendo de primera mano el recorrido de Santiago y de sus asesinos, los hermanos Vicario, llevando al extremo la angustia del lector.
Vemos como sus recorridos en más de una ocasión están a punto de cruzarse, y aquí entran de nuevo...

Las casualidades...

"Sobre todo, nunca le pareció legítimo que la vida se sirviera de tantas casualidades prohibidas a la literatura, para que se cumpliera sin tropiezos una muerte tan anunciada".

¿Recordáis lo qué siempre digo sobre las casualidades? Que la literatura no puede pasar a depender totalmente de ellas... pues bien hay excepciones, y una de esas gloriosas excepciones, es esta novela que aparece cargada de coincidencias. (Las otras podrían ser El conde de Montecristo y Los tres mosqueteros, ambas de Alejandro Dumas), por citar algunas...
Todo el mundo en el pueblo sabe la amenaza de los hermanos Vicario... todos claro está, menos Santiago.
Los hermanos, Pedro y Pablo Vicario, lo cuentan a todo aquel con el que se encuentran, como en un intento de que alguien tenga la suficiente valentía de detenerles. De esa forma y ante la imposibilidad de cometer el asesinato, la cuenta pendiente quedaría saldada.
El cura, la policía, una carta que se cuela por debajo de la puerta, TODO el pueblo sabe lo que va a ocurrir, pero nadie toma medidas. Aquí es donde el "hecho en sí" adquiere un protagonismo especial, según mi punto de vista, no solo son asesinos Pedro y Pablo, también lo son los que con su silencio colaboran y no evitan el desastre.
Este es el momento oportuno para citar otro detalle de la obra, el número infinito de personajes secundarios que aparecen para componer el relato.

Multiperspectivismo...

Narrada en primera persona, se recrean principalmente, unos hechos acontecidos veinte años antes. Aunque existe un narrador, éste no interfiere y nos muestra las versiones de los distintos personajes, lo que se conoce como multiperspectivismo. Ellos serán los encargados de recrear una historia a tres tiempos, de ir rellenando los huecos en blanco para que el lector no pierda detalle.
La narración, como he avanzado, no sigue un orden lineal, los saltos son frecuentes.
Tenemos la narración del día del suceso, donde Santiago y los hermanos Vicario son los protagonistas; otra que se corresponde con la recogida de los datos por parte del narrador, para recrear completa la historia, y donde se incluyen las narraciones de todos los personajes del pueblo que se vieron involucrados; por último, una tercera donde se cuenta lo que ocurrió tras el asesinato.

El realismo mágico... 

Si hay algo que caracteriza a Gabriel García Márquez, es el realismo mágico que aparece plasmado en sus obras. ¿Quién lo invento? Pues no lo sé, pero es citar ese estilo narrativo y el nombre de Gabo y sus historias vienen directas a mi cabeza. Narra los hechos sin restarles crudeza y los adorna con algunos momentos puntuales de fantasía, con hechos surrealistas, que perduran en el recuerdo del lector.
En esta obra se pueden disfrutar algunos de esos momentos excepcionales y quizás ese toque de magia, que aportaba su autor, es lo que hace que el lector a pesar de conocer desde el comienzo el desenlace, continúe leyendo con la absurda esperanza de que el destino de Santiago Nasar cambie con el paso de las hojas...

Una prosa pausada, detallista; una novela breve, genial, casi única, que siempre es un placer recuperar en un intento de que si no la habéis leído lo hagáis...



miércoles, 17 de febrero de 2016

Matar a un ruiseñor de Harper Lee

Sinopsis:

«Disparad a todos los arrendajos azules que queráis, si podéis acertarles, pero recordad que es un pecado matar a un ruiseñor».

Este es el consejo que da a sus hijos un abogado que está defendiendo al verdadero ruiseñor del clásico de Harper Lee: un hombre de color acusado de violar a una joven blanca. Desde la mirada de Jem y Scout Finch, Harper Lee explora con humor y una honestidad insobornable la actitud irracional que en cuestiones de raza y clase social tenían los adultos del Sur profundo en los años treinta. La conciencia de una ciudad impregnada de prejuicios, violencia e hipocresía se enfrenta con la fortaleza y el heroísmo silencioso de un hombre que lucha por la justicia.
Matar a un ruiseñor, galardonado con múltiples reconocimientos desde su publicación original en 1960, se presenta ahora en una nueva traducción. Esta novela ganadora del Premio Pulitzer ha sido traducida a más de cuarenta idiomas, ha vendido más de cuarenta millones de ejemplares en todo el mundo y ha dado lugar a una popular película.

Opinión:

Para comenzar esta reseña, lo primero que quiero hacer es dirigirme a todos los que no hayáis tenido la oportunidad de leer esta obra.
Os estáis perdiendo no solo un clásico de la literatura moderna, también la posibilidad de disfrutar leyendo una pequeña joya literaria que invita a la reflexión, no solo por lo que cuenta, sino por como lo hace su autora, además de ser testigos del excelente uso que hacía de su pluma y que se limitó únicamente a plasmar en esta novela.
En 2015 publicaron bajo el título de Ve y pon un centinela, lo que comercializaron como una secuela, unos dicen que en realidad es el primer borrador de Matar a un ruiseñor. ¿Lo leeré? Quién sabe, he oído que el personaje de Atticus da un giro radical y esos cambios tan drásticos no son de mi agrado.

Esta historia, de la que hoy os hablo, nos llega a través de una narración retrospectiva, en primera persona. La encargada de hacerla es Jean Louise Finch, a partir de ahora Scout, una niña de tan solo seis años que nos narrará los sucesos que sacudieron al condado de Maycomb. 

Estructura...
La estructura física, externa, divide la historia en dos partes, treinta y un capítulos en total.
A grandes rasgos, la primera se centra en los personajes y la segunda en el juicio, pero a pesar de como digo, estar dividida en dos secciones bien diferenciadas, a mí me gustaría concretar un poco más.

La primera parte comienza presentándonos a los personajes principales, Scout; Atticus, su padre; Jem, su hermano; Calpurnia, una mujer negra que más que criada es ya familia y a Dill, su mejor amigo.
A partir de ese momento, ese círculo de influencia se amplía, y conoceremos a todos los vecinos de la calle donde viven y las historias que arrastran cada uno de ellos.
Un nuevo circulo alrededor de la protagonista aparece y nos llevará a conocer a los compañeros de la escuela, de esa forma también a las principales familias de Maycomb y las clases sociales a las que pertenecen cada una.
Entre personaje y personaje aparece una leyenda que nos intrigará, la de Boo Radley, un vecino que tras un suceso se encerró en su casa y no volvió a salir.
Para los adultos del lugar es un hecho sin ningún interés, pero la negativa de darles información a los tres niños no hace más que incentivar su imaginación. Comienzan a elaborar fantásticas teorías alrededor de ese extraño habitante, y de ese modo la historia avanza hasta llevarnos al verano donde se sitúa la segunda parte de esta narración.

Toda la primera parte, lo que consideraría introducción, es una narración costumbrista.

La segunda parte nos narra casi íntegramente el juicio a Tom Robinson y las consecuencias que acarreará su defensa.
Atticus Finch es el encargado de defender a un joven negro acusado de violación por una mujer blanca.
Aquí comienza la parte más importante, la que acarreará consecuencias, pero antes de hablar de eso deberíamos conocer más sobre el contexto histórico.

Del contexto histórico a la crítica social.
Los acontecimientos que se citan nos pueden parecer hoy en día muy lejanos y, en cambio, no hace tanto que ocurrieron, menos todavía para los protagonistas de esta historia
Si mirásemos esta novela desde el punto de vista actual, sin preocuparnos por conocer lo que ocurría en el momento que se narra, perderíamos la esencia de la obra y ¿por qué no? la mitad de los detalles importantes.
Además de conocer el momento que vivían los personajes, también es importante conocer un poco de la historia que arrastran. Por lo tanto, hay algunos acontecimientos que deberíamos tener en cuenta.

En este estado Sureño, al igual que en otros, había quedado muy arraigado en sus gentes un sentimiento de humillación por perder la guerra contra los yanquis. La decimotercera enmienda, que el estado de Alabama ratificó en 1865, tras finalizar la guerra, abolió oficialmente la esclavitud y la servidumbre involuntaria, al mismo tiempo que generaba un odio racial que perduraría más de un siglo.

Aunque no es un elemento omnipresente en la obra sí se detecta de forma puntual un odio hacia los estados del norte y es que ese hecho para ellos era algo muy reciente.

El tío de Atticus que aparece en una ocasión en la trama, fue soldado del bando confederado.
El condado de Maycomb, se puede ver más concretamente el detalle en la calle donde vive Scout, es una calle donde todos sus habitantes son ancianos, hay pocos niños.
Lo que quiero decir es que la pérdida de la guerra conllevó también a la pérdida de derechos y eso era un recuerdo recurrente entre los habitantes de mayor edad de Alabama.

Por otra parte, el sentimiento de humillación se convertía en resentimiento hacia los estados del norte y éste a su vez era volcado hacia la gente de color, siendo eso un elemento constante en este libro. Ese odio, del que ya hablaré más abajo, se veía agravado más aún por las penurias económicas que sufrían los EEUU.
En la narración vemos reflejadas las repercusiones del crac del 29. Todo el país está inmerso en la Gran depresión, la economía está por los suelos y continuarían así hasta bien entrada la década de los cuarenta.

Conocido todo esto, nos encontramos con que Harper Lee hizo una amplia crítica social.
En 1935 había claramente dos tipos de leyes, una que se aplicaba a los blancos y otra para negros. No vamos a entrar a estas alturas a ver la diferencia ni a juzgar cada una de ellas, pero sí hablaremos del caso que se trata en esta historia.

Si la palabra de un blanco se enfrentaba a la de un negro, siempre tendría validez la del blanco, por muy bajo que fuese el estamento social al que perteneciese.
En un juicio, sin pruebas, con una presentación de los hechos desmontada por la defensa como la que se narra en esta obra, un hombre blanco habría sido absuelto. Como mucho, con pruebas circunstanciales habría pasado un tiempo en la cárcel. Por el contrario, si el acusado era un hombre negro, estaba destinado a ser condenado sin titubeos a la pena Capital.

La sala de un tribunal es el lugar donde un hombre debería ser tratado con justicia e imparcialidad, fuese del color que fuese su piel.
La gran mayoría de los habitantes del condado de Maycomb ya habían realizado su juicio particular en las calles condenando a Tom Robinson. Habían llevado sus resentimientos hasta la sala del juicio y el jurado había olvidado el principal requisito al que estaban sometidos, la imparcialidad.
La sociedad al completo había olvidado momentáneamente que los Ewell, los denunciantes, eran gente sin principios, maleantes, vagos y poco o más bien, nada de fiar.
Aun así, decidieron aceptar su palabra porque eran blancos.

El odio racial era algo asumido pero no reconocido.
Todos decían respetar a la gente de color, como buenos cristianos les daban trabajo para que pudieran mantener a sus proles, pero eso no les daba la suficiente categoría como para compartir colegios, iglesias o supermercados...
Atentos al siguiente fragmento:

-¿Cómo puede hacer eso?
-¿Quién y qué? -preguntó miss Gates con paciencia.
-Quiero decir, ¿cómo puede Hitler poner a un montón de gente en un corral, así de este modo? Parece que el Gobierno debería impedirlo -dijo el propietario de la mano.
-Hitler es el Gobierno -explicó miss Gates. Y aprovechando una oportunidad para hacer dinámica la educación, fue a la pizarra y escribió DEMOCRACIA -dijo-. ¿Sabe alguno una definición?
-Nosotros -dijo alguien.
Yo levanté la mano, recordando un antiguo latiguillo electoral que me había explicado Atticus. -Derechos iguales para todos; privilegios especiales para ninguno -cité.
-Muy bien, Jean Louise, muy bien -miss Gates sonrió. 
Delante de DEMOCRACIA escribió entonces NOSOTROS SOMOS UNA-.
Ahora, chicos, decidlo todos a coro: nosotros somos una democracia. 
Ésta es la diferencia entre América y Alemania. Nosotros somos una democracia y Alemania es una dictadura. Dictadura -repitió-. Aquí, en nuestro país, no creemos que se deba perseguir a nadie. La persecución es propia de personas que tienen prejuicios. 

Como se suele decir, veían la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el suyo.

Otro detalle que se trata en esta historia es la perdida de la inocencia y la veremos reflejada en la evolución de dos de los personajes principales, Scout y Jem. Estos dos personajes nos llevan a ver otra crítica, quizás subrepticia pero sobre todo irónica, a la enseñanza, al sistema educativo. También al papel, al rol de la mujeres sureñas, esas Grandes Damas del Sur.

Personajes...
  • Scout nos sorprende muchas veces por la claridad, inocencia y sinceridad con la que narra algunos acontecimientos de su vida. Atticus se ha encargado de enseñarles, tanto a ella como a su hermano, que lo principal en la vida es ser honrados. Por lo tanto, nos narrará los sucesos desde una perspectiva única, la visión de unos niños cuando aún no ha habido nada en sus vidas que interfiera en el proceso de razonamiento. Ven la vida sin maldad y para ellos no hay distintas clases sociales ni diferencias por el color de piel.
"No, Jem, yo creo que solo hay una clase de personas. Personas." 
Esto pensaba yo también -dijo por fin-cuando tenía tu edad. Si solo hay una clase de personas, ¿por qué no pueden tolerarse unas a otras? Si todos son semejantes, ¿cómo salen de su camino para despreciarse unos a otros? Scout, creo que empiezo a comprender una cosa. Creo que empiezo a comprender por qué Boo Radley ha estado encerrado en su casa todo este tiempo... 
Ha sido porque quiere estar dentro.
  • Atticus Finch es un abogado que destaca por su integridad, sentido de la justicia y dedicación, tanto dentro de la sala de un juzgado como fuera. Este dato resulta curioso ya que contrasta con la imagen que Truman Capote nos ofrecía en su contemporánea, A sangre fría, donde en todo el proceso destacaba la mala praxis por parte de la justicia.
  • El juez, el dueño del periódico local, el sheriff, son otros personajes a tener en cuenta. A pesar de las opiniones que puedan tener hacia la gente de color, sobradamente distinguen el bien del mal, lo correcto de lo que no lo es.
  • El clan Ewell.
Bob Ewell, el antagonista de Atticus, básicamente es un ser sin principios. Vago innato, no ve la necesidad de conseguir un trabajo para mantener a su familia, siete hijos. La beneficencia se encarga de ello, le proporciona un cheque mensual para su mantenimiento, que él gasta en alcohol. Los críos viven prácticamente abandonados en un basurero, ya que él no considera importante ni necesario que vayan a la escuela.
Es un personaje mezquino, su actuación va desde la valentía que proporciona momentáneamente el alcohol hasta la cobardía más absoluta.

Mayella Ewell, la hija de Bob, la presunta víctima de violación...
Para describir a este personaje me limito a citar un fragmento de la novela.

"Cuando Atticus le preguntó si tenía amigos, pareció que ella no entendía lo que quería decir; luego pensó que se burlaba.
Era un ser tan triste como lo que Jem llamaba un niño mestizo: los blancos no querían contacto con ella porque vivía entre cerdos; los negros no querían contacto con ella porque era blanca."

Curiosidades...
Esta obra está considerada como autobiográfica.
Narra unos sucesos que ocurrieron cerca de su ciudad cuando Harper Lee tenía diez años.
Curiosamente el padre de Harper Lee era abogado y Truman Capote, por entonces un niño, pasaba los veranos en la casa de al lado.
Según Harper Lee el personaje de Dill está basado en Truman Capote.

El título original fue Atticus, pero como podéis ver decidió cambiarlo antes de su publicación. La verdad es que la obra aunque es un claro homenaje hacia este personaje en concreto, quizás basado en su padre, el personaje más importante termina siendo Scout pero sobre todo los acontecimientos alrededor del juicio.