viernes, 13 de abril de 2018

La tienda de los suicidas de Jean Teulé

Sinopsis:

Novela enormemente divertida, no exenta de humor negro, en la que el lector penetra en la tienda y en la vida de una familia dedicada a la venta de productos (sogas para ahorcarse, venenos de toda índole, armas, etc,) que cualquier suicida deber tener a mano para el momento en que decida abandonar este mundo.

La familia se siente orgullosa de su trabajo y su reconocida eficacia profesional, hasta que en su seno nace una nueva criatura:
un niño alegre al que entusiasma la risa.

Es una novela muy divertida, ágil, bien escrita, con diálogos chispeantes.

Opinión:

Llegué a esta novela desde otra, desde La librería del señor Livingstone de Mónica Gutiérrez, donde uno de sus personajes la mencionaba de pasada.
Enseguida busqué datos sobre ella, y tras comprobar que la obra existía y que no era fruto de la imaginación de los personajes, me lancé a hacerme con ella.

Tras esta novelita de título tétrico, se esconde una obra muy breve, de apenas 160 páginas, con unos diálogos brillantes que arrancan la carcajada constante en el lector.
Uno de esos libros que literariamente nos hacen felices, aunque a simple vista puedan parecer un poco macabros...

“—¿Qué lees? Las estadísticas del año pasado: un suicidio cada cuarenta minutos, ciento cincuenta mil intentos, doce mil muertos. Es una barbaridad...
Sí, es una barbaridad la cantidad de gente que falla. Menos mal que estamos nosotros [...]".

Supongo que todos pensamos que el tema de la muerte, es algo tabú, algo que es mejor no mencionar. Pero ahora que estamos en petit comité y nadie nos oye, no me negaréis, que ya que solo podemos morir una vez, deberíamos convertir ese momento en algo inolvidable, y eso es precisamente de lo que se encargan los protagonistas de este relato corto.

Pese a su brevedad hay que alabar la gran carga de humor negro e ironía que guarda en su interior.
El humor negro es un tipo de humor o sátira que no todo el mundo comparte o entiende, del que no todo el mundo disfruta porque se hace generalmente sobre situaciones o temas delicados, incluso habría quien lo consideraría como políticamente incorrecto.
En su defensa debo decir que en esta obra, ese tipo de humor aparece muy suavizado y se complementa con un argumento muy original, sin pecar en exceso en el morbo que una narración de este tipo podría generar.

 "La tienda de los suicidas"
¿Su vida ha sido un fracaso? ¡Con nosotros, su muerte será un éxito!

La historia gira alrededor de la familia Tuvache, comerciantes de productos un tanto peculiares, ya sabréis por el título que regentan una tienda para suicidas.
La familia la forman cinco miembros; los padres, Mishima y Lucrèce; y tres hijos, Vincent, Marilyn y Alan.
Supongo que todos habréis oído alguna vez los chistes de colmos... hay infinidad de ellos.
Por ejemplo sobre profesiones.
¿Cuál es el colmo de un jardinero? Que su novia se llame Rosa y le deje plantado.
o este otro...
¿Cuál es el colmo de un carpintero? Pues llamarse Armando Esteban Quito...

Bien, a lo que quiero llegar con esto, es que esta familia Tuvache, también tiene su colmo particular. Todos son sombríos, sin humor, sin una sonrisa que adorne su cara... ¡todos menos uno!
¡Una gran desdicha para esa familia que quiere ganarse la vida de forma honrada! porque el pequeño Alan, es un niño alegre y positivo.
Siempre con una sonrisa que regalar, y la familia al completo intenta renegar de él. ¡Pobre Alan! no es un auténtico Tuvache, porque esa alegría le impide llevar el suicidio en la sangre, como el resto de los miembros de la familia.


Es algo parecido a esa situación que se vive en la película de La familia Addams.
Ellos ven el mundo del revés y cuando el pequeño de los Addams aparece una mañana con una mata de ricitos rubios adornando su coronilla, con mofletitos sonrosados y entonando una dulce melodía de sonrisas y carcajadas, todos ponen el grito en el cielo, porque el niño Addams está enfermo.
Alan, el pequeño Tuvache, sufre algo parecido.
Los futuros suicidas que acuden en busca de algún material para llevar a cabo sus fines, son sorprendidos por ese niño vivaracho, al que han prohibido sonreír para no espantar a los clientes.



Pero os contaré más sobre esta extraña familia...
Por la noche, cuando los pequeños se van a dormir, Lucrèce les cuenta cuentos, ¡cómo cualquier otra madre!, salvo que en este caso las narraciones distan un poco de las que contaríais vosotros.
Así que los pequeños se acomodan entre los brazos de Morfeo, con la historia del famoso suicidio de Cleopatra o de Safo de Lesbos, de fondo.
Y una vez que están completamente dormiditos, mientras cierra la puerta del cuarto, Lucrèce no se olvida de desearles terribles pesadillas, en lugar de felices sueños...

Nos vamos a enfrentar a una historia fuera de lo común, una novela que avanzará dando saltos para que seamos testigos de como el pequeño Alan va creciendo. Todo lo que gira alrededor de la familia Tuvache está teñido de tonos oscuros, sin color, y en cambio en el momento en que Alan entra en escena, el escenario se ilumina con tonos alegres.
Tiene un poder especial, el de verlo todo de color de rosa, sacando siempre lo bueno en situaciones negativas. Para los Tuvache es una especie de enfermedad y si tenéis la posibilidad de leer esta novelita, veréis que están un poco en lo cierto. Alan tiene una enfermedad y muy contagiosa... La felicidad.

Esta historia está sembrada de detalles memorables, por citaros alguna curiosidad, los nombres de los personajes corresponden a suicidas célebres.
El padre Mishima, lleva el nombre en honor al escritor japonés Yukio Mishima; Lucrèce, la madre, en honor al personaje de la Antigua Roma, esa mujer que tras ser violada se suicidó, influyendo en la caída de la monarquía y estableciéndose la República. Hecho que bellamente fue retratado por autores de la categoría de Tiziano o de Eduardo Rosales.
El resto de personajes os dejo que los busquéis vosotros...

Para terminar os diré, que el relato avanza, deslizándose con parsimonia hacia un final natural. Quizás no el que yo habría elegido, pero si lo miramos con frialdad, es el único final posible para esta historia.

Una historia que no dudo en recomendaros desde estas líneas, porque a pesar del tema que trata, tiene un "algo especial" que engancha.
También deciros que hicieron una adaptación para el cine, una película de animación de 2012, de donde se han extraído las imágenes que decoran esta reseña.

Y ahora otra recomendación, si no habéis tenido la oportunidad de ver la gran obra de Capra, "Arsenico por compasión" con el gran Cary Grant como protagonista, os estáis perdiendo un clásico magistral de la comedia negra, que emplea el mismo tono que esta breve narración a la que hoy os he acercado.


martes, 10 de abril de 2018

Reino de fieras de Gin Phillips

Sinopsis:

Lincoln es un buen niño. Con cuatro años es curioso, inteligente y bien educado.
Hace lo que su madre le dice y sigue las normas.

«Hoy las reglas son distintas.
Y las reglas dicen que nos escondamos y no permitamos que el hombre del arma nos encuentre.»

Cuando un día feliz en el zoo se convierte en una pesadilla y Joan se ve atrapada con su hijo, deberá hacer acopio de todas sus fuerzas y encontrar el coraje para protegerlo a cualquier precio; incluso si eso significa cruzar la línea entre el bien y el mal, entre la humanidad y el instinto animal. Una línea que nadie imaginaría nunca traspasar.
Pero, a veces, las normas son diferentes.

Opinión:

Hay un hecho recurrente que sucede siempre a comienzos de año, y es la insistencia por parte de algunas editoriales, de vendernos su nueva novela recién publicada como, "El libro del año ".
Al leer esa frase no puedo evitar que surja en mí una sonrisa, porque considero algo anticipado hablar de libro del año, cuando nos encontramos sumidos en plena cuesta de enero, restando aún doce duros meses por delante, con sus días y sus noches.
Además para hacer más énfasis en lo sublime del libro en cuestión, se apoyan en comentarios, valiéndose de una especie de argumento de autoridad, lo que conocemos como magister dixit, empleando la coletilla: "La crítica ha dicho", "la crítica ha hablado"; una sentencia que retumba en mi cabeza, como si por solo venir de ese sector, el veredicto u opinión fuese irrebatible.
Algo parecido a lo que hacía Santa Teresa con sus textos para saltarse la censura de la iglesia, aludiendo a que le eran dictados por orden divina.

Con cautela y con una especie de malsana curiosidad que se despertaba en mí con fuerza, esquivé cuanto pude esta novela.
Intenté obviar las críticas entusiastas, las que la calificaban como impactante y adictiva, las que la comparaban con un buen chute de adrenalina e invitaban a visitar al médico antes de leerlo, porque la sola lectura de un par de páginas bastaba para acelerar el ritmo cardíaco; y al final, lo reconozco, sucumbí; me resultó imposible resistirme a su influjo.

Una tarde dando vueltas entre las estanterías de la biblioteca, lo vi.
Estaba allí, solo, expectante, ocupando un lugar privilegiado, a la vista de todos; expuesto en la estantería de novedades.
Al principio fue solo un ligero ademán de acercamiento, un amago seguido por pasos titubeantes, unas rápidas miradas de reojo y ¡zas!, con un movimiento rápido cargado de excitación, lo tuve cobijado entre mis manos.
Ahora, tras dos tardes intensas con él, debo reconocer que ha sido toda una experiencia, hacía mucho tiempo que no devoraba una novela en tan poco tiempo.

Reino de fieras, es un thriller muy intenso.
Una narración tan absorbente que es imposible apartarla mucho tiempo de nosotros; aunque no es una novela de diez, sí es de esas que recomendaría sin dudarlo a mi madre, gran amante del thriller y del  suspense. Una obra muy amena y sencilla de leer, con una prosa muy fluida y directa.

La novela se divide en varias partes, las correspondientes a las franjas horarias y dentro de cada una de esas divisiones encontraremos los distintos hilos argumentales, correspondientes a cada personaje y relatados mediante un narrador omnisciente.

Esos personajes que nos guiarán por la trama son muy pocos, apenas cinco, y la autora da prioridad al hilo argumental protagonizado por Joan y Lincoln, convirtiéndolo en el hilo conductor. 
El resto de personajes son secundarios, incluso algunos de ellos meramente ambientales, sirven para complementar la historia, para generar ambiente en el drama, aportando tensión, pero eso sí, sin llegar a distraernos del argumento principal.
Podríamos decir más respecto a los personajes, como que pueden resultarnos muy estereotipados, y es cierto, pero la trama y sobre todo la tensión que se genera en los personajes, será lo importante, lo que marcará el desarrollo del argumento.

Los protagonistas están muy bien definidos, nos creamos una imagen exacta de cómo son sin necesidad de grandes descripciones, tan solo con observar como actúan.
Pero estaréis pensando que las descripciones son un elemento del cual no se puede prescindir en una narración, y en eso estoy totalmente de acuerdo, pero en este caso se emplean para ofrecernos una amplia imagen de como es el ambiente, los escenarios por los que se mueven los personajes, para mostrarnos como es ese lugar en el que se encuentran encerrados, el zoo; y también para reflejar las emociones que embargan a los protagonistas; porque en esta historia los sentimientos de los personajes tienen demasiada importancia, llegando casi a tomar el control del argumento.
Todo esto, como digo, sin hacer un gran alarde descriptivo que restaría fluidez al relato; y es que muchas veces: menos es más.
Hay autores que obvian esto, y terminan confundiendo al lector con extensas y tediosas descripciones, que lo único que consiguen es alejar al lector de los personajes y de la historia.

Gin Phillips con esta fórmula, consigue que no nos dispersemos de lo importante, una trama intensa que ocurre en apenas tres horas.
Crea una atmósfera cargada de tensión en la cual parece que se ralentiza el tiempo, no solo para los personajes, sino también para los lectores.
El miedo, el estrés, la tensión, la confusión y la incertidumbre, pero sobre todo, el instinto de protección, serán los pilares primordiales sobre los que se sustenta esta historia.

Hay situaciones que nos plantean un dilema, nos hacen reflexionar sobre cuál sería nuestra actitud en determinados momentos, y es que narra unos acontecimientos, lamentablemente muy actuales.

Lo peor, o mejor dicho lo que menos me ha gustado, es que se queden un poco al aire los hilos de los personajes oscuros, de los causantes de su encierro forzoso.
La autora no profundiza en sus motivaciones, en cómo han llegado a esa situación límite, ni en cómo termina.
Por ese lado la novela se queda un poco coja.
Otro detalle que no me ha llegado a convencer son las digresiones de la protagonista, esos momentos que nos llevan a saltar al pasado para rememorar hechos que aunque están relacionados con la trama y sobre todo con los sentimientos de la protagonista, Joan, también podrían ser un obstáculo y alejarnos del tema principal.



viernes, 6 de abril de 2018

Diez negritos de Agatha Christie

Sinopsis:

Diez personas sin relación alguna entre sí son reunidas en un misterioso islote de la costa inglesa por un tal Sr. Owen, propietario de una lujosa mansión a la par que perfecto desconocido para todos sus invitados. Tras la primera cena, y sin haber conocido aún a su anfitrión, los diez comensales son acusados mediante una grabación de haber cometido un crimen en el pasado.

Uno por uno, a partir de ese momento, son asesinados sin explicación ni motivo aparente. Sólo una vieja canción infantil parece encerrar el misterio de una creciente pesadilla.

Opinión:

Hoy voy a hablaros de una autora que no necesita presentaciones, ya que sus obras continúan leyéndose y reeditándose más de cuarenta años después de su fallecimiento.
Esta escritora, era de la opinión de que el asesinato podría ser arte y valiéndose de esa fórmula, lo reflejaba en las elaboradas tramas de sus novelas, narraciones que lograron conquistar tanto a críticos como a lectores.
Me estoy refiriendo a la gran e inimitable, Agatha Christie.

Diez negritos ha pasado a convertirse en su novela más vendida y también en la novela de misterio más vendida de la historia.
En este relato que fue publicado en 1939, no aparece ninguno de sus personajes más carismáticos; ni el detective belga Hércules Poirot ni la entrometida Miss Marple, pero lo que sí vamos a encontrar, son esos elementos tan característicos y reconocibles de su obra, esos que la hicieron convertirse en la gran dama del misterio y que muchos han tratado de imitar sin mucho éxito.

El patrón que sigue en todos sus relatos, sin apenas aportar variaciones y que seguro que reconoceréis, consiste en coger un elenco de personajes bastante amplio, de lo más dispares, y añadir una muerte en extrañas circunstancias, en un escenario aislado.
Sobre este círculo de sospechosos habría que decir que todos cuentan con una coartada, pero también con un móvil, lo que convierte la narración en un relato lleno de suspense desde el comienzo. Ese suspense se retroalimenta con las elipsis, se cuenta... pero no se cuenta todo, quedan vacíos, frases en el aire, que el lector tratará de completar en su mente.

Decía Christie que el detective debía contar con los mismos datos que los lectores, de esa forma nos ayudaba en la difícil labor de descubrir al culpable y resolver el misterio. Pero con lo que no contamos es con un personaje indispensable en todas sus novelas, que sabrá más que nosotros y que lógicamente se callará detalles desde el principio, eso le lleva a ir un paso siempre por delante en nuestra investigación, y ese personaje es "el asesino".
Para descubrir el misterio y al culpable, sobra decir que solo lo conseguiremos si uno es muy avispado, y reconozco que yo no debo contar con ese don, ya que aunque me acerco no consigo resolverlo.
En mi defensa debo decir que la autora, siempre se reserva un as en la manga y en esta historia en concreto, se vale de una argucia para engañarnos, expone un argumento falso de modo tan hábil que a los simples ojos de un detective con pocas tablas y con el sentido de la deducción un poco atrofiado como es el mío, nos parece verdadero.

Pero os voy a hablar un poquito sobre el género por el que se mueve esta gran escritora.
Esas tramas tan complejas donde debemos descubrir al culpable e ir encajando las piezas como en un rompecabezas, se catalogan dentro del género policíaco o de misterio, y responden al término Whodunit¿Quién lo ha hecho?, y los grandes expertos en el tema fueron la mencionada Agatha, Ellery Queen y Chesterton.
Este género Whodunit, también tiene una variante que se conoce como "misterio del cuarto cerrado", donde el crimen se comete en un lugar aislado y los personajes no tienen posibilidad de contacto con el exterior, algo muy similar a lo que vamos a encontrar en esta obra de diez negritos.
En este caso, la señora Christie no se conformará con agasajarnos con un crimen retorcido y siniestro, sino que que todos los personajes que han sido invitados a la misteriosa isla del negro y que se encuentran totalmente aislados, empezarán a ser asesinados, uno a uno, de forma similar a las circunstancias descritas en una conocida canción infantil.

La narrativa de esta célebre autora es muy especial.
Los relatos nos resultarán muy breves, gracias a la prosa ágil y amena que emplea y a las sorpresas que va diseminando a lo largo de los capítulos. También habría que resaltar que el lenguaje empleado se ajusta a cada uno de los personajes, por lo tanto no hablará igual una señorita de la alta sociedad, que una criada; ni un general del ejército retirado, que un joven cazador de dotes...

En este relato conoceremos a diez personajes que nos son presentados nada más comenzar.
Esto en un principio puede resultarnos lioso, el ubicar a cada uno de ellos con nombres y apellidos y con los datos que aportan, pero esto también es un característica fija en la obra de Agatha Christie que no debe asustarnos, y menos en este caso, en el que veremos como van cayendo, uno a uno, como moscas...

Y poco a poco, casi sin darnos cuenta hemos llegado al final. La forma de resolver este misterio resulta sorprendente, porque como os he adelantado al comienzo, la autora no juega del todo limpio. Gracias a su maestría, eso solo lo descubrimos al llegar y leer la carta final.

Agatha Christie buscó y encontró un estilo propio con el que firmar sus obras.
Era de la opinión de que ningún escritor debería imitar el estilo de otro, por mucho que lo admirase. Decía que en ese momento se perdía la originalidad y la esencia; por ese motivo no entiendo que su bisnieto, James Prichard, presidente desde 2015 de Agatha Christie Limited, haya decidido resucitar al mítico Poirot, protagonista de 33 de sus 80 novelas, para protagonizar "Los crímenes del monograma" y "Ataúd cerrado", empleando para ello la pluma de Sophie Hannah.
Si habéis leído la reseña que hice sobre la primera obra citada, veréis que Hannah no consigue ni imitar malamente la pluma de Christie, ni tan siquiera impregnar el relato con el espíritu inconformista del Gran Poirot.

Por último solo me queda recomendaros la obra de esta autora, alguien que de forma merecidísima se ganó el sobrenombre de Reina de la intriga o gran dama del misterio, entre otros muchos...
Esta como he dicho, es una de sus mejores obras y no aparece ninguno de sus grandes detectives. Si no la habéis leído, aún estáis a tiempo de descubrir si sois un detective sagaz.
¿Os atrevéis a intentar adivinar quién es el asesino?

Curiosidades:
➤El título ha sufrido cambios dependiendo de los países donde era publicado.
Según James Prichard, bisnieto de Agatha Christie eso es a consecuencia de que el lenguaje evoluciona y actualmente el título de "diez negritos" se considera inadmisible. Ahora lleva el título de ¡Y no quedó ninguno! que queda políticamente más correcto.

➤Esta novela lleva unas diez adaptaciones cinematográficas, la primera realizada en 1945.