miércoles, 17 de junio de 2015

Criadas y señoras de Kathryn Stockett

Sinopsis:

Skeeter, de veintidós años, ha regresado a su casa en Jackson, en el sur de Estados Unidos, tras terminar sus estudios en la Universidad de Mississippi. Pero como estamos en 1962, su madre no descansará hasta que no vea a su hija con una alianza en la mano.
 Aibileen es una criada negra. Una mujer sabia e imponente que ha criado a diecisiete niños blancos. Tras perder a su propio hijo, que murió mientras sus capataces blancos miraban hacia otro lado, siente que algo ha cambiado en su interior. Se vuelca en la educación de la pequeña niña que tiene a su cargo, aunque es consciente de que terminarán separándose con el tiempo.
 Minny, la mejor amiga de Aibileen, es bajita, gordita y probablemente la mujer con la lengua más larga de todo Mississippi. Cocina como nadie, pero no puede controlar sus palabras, así que pierde otro empleo. Por fin parece encontrar su sitio trabajando para una recién llegada a la ciudad que todavía no conoce su fama. A pesar de lo distintas que son entre sí, estas tres mujeres acabarán juntándose para llevar a cabo un proyecto clandestino que supondrá un riesgo para todas. ¿Y por qué? Porque se ahogan dentro de los límites que les impone su ciudad y su tiempo. Y, a veces, las barreras están para saltárselas.

Opinión:

Hoy vengo a hablaros de una novela de historias cruzadas.
La trama se sitúa en el sur de EEUU en el estado de Mississippi, concretamente en la ciudad de Jackson.
Las protagonistas son tres.
Aibileen, una criada de color que se ha pasado la vida criando a los hijos de blancos. Reservada y sobre todo, tan bondadosa como inteligente.
Minny, otra criada con un carácter totalmente contrario al de Abileen. Una mujer incapaz de mantener la boca cerrada y que suelta todo lo que le pasa por la cabeza, atrevida pero en el fondo, dotada de un gran corazón.
Por último tenemos a Skeeter.
Una joven blanca que se revela contra todas las normas que rigen la sociedad sureña y que sufre la segregación racial, a pesar de ser blanca, por sus ideas.
Me rindo y enciendo otro cigarrillo, aunque ayer el inspector general de Sanidad apareció en televisión y nos apuntó a todos con el dedo intentando convencernos de que fumar puede matarnos. Pero recuerdo que una vez Madre me dijo que los besos con lengua podían dejarte ciega, así que empiezo a pensar que está compinchada con el inspector general de Sanidad para asegurarse de que nadie se divierta en todo el Estado.

A partir de estas tres protagonistas y de sus narraciones en primera persona, nos acercaremos al día a día de esa ciudad sureña y descubriremos como viven tanto los habitantes blancos como los negros. Es necesario decir, que las tres narraciones se irán alternando pero siguiendo el orden lineal de los acontecimientos y algo muy positivo de esta estructura, es que veremos tres puntos de vista distintos al tiempo que cada una de ellas aporta sus propias experiencias.

A pesar de que las tres tienen muy poco en común, terminarán uniéndose para plasmar en un libro las injusticias que les ha tocado vivir.
La encargada de transformar esas historias en palabras escritas será Skeeter, y las otras dos al tiempo que narran intentarán localizar a más criadas que estén dispuestas a relatar sucesos que hayan vivido.

Es una novela que logra que afloren todo tipo de sentimientos, nos lleva constantemente de un extremo a otro. En algún momento consigue que soltemos carcajadas, porque los comentarios de algunas criadas está cargados de ironía y toques de humor, y al momento los sucesos narrados hacen que se nos salten las lágrimas por la injusticia.
Querida Miss Myrna, ¿Cómo puedo quitar las manchas de sudor que le salen en el cuello de la camisa al seboso y desaliñado de mi marido, que parece un cerdo y suda como si lo fuera?
-¡Jesús! ¿De qué se quiere deshace esa mujé -pregunta Aibileen-, de las manchas o del marío
La historia comienza en 1962, en una sociedad racista e hipócrita en exceso, donde algunas de las situaciones nos harán sentir vergüenza ajena e incluso sentirnos violentos.

El libro trata varios temas, el más importante sin lugar a dudas es la segregación racial que existía en todo el territorio de EEUU pero que en algunos estados sureños como digo, era llevado al extremo.
En el resto de EEUU empezaban a surgir movimientos a favor de eliminar esas barreras que separaban a ciudadanos del mismo país, pero que unos por el color de la piel e incluso por sus origenes, eran considerados de segunda clase.
Esta obra, cita por encima algunos sucesos importantes, pero es lógico que no se pueda profundizar en demasía en todos ellos, ya que de lo contrario nos iríamos a una obra de 1000 páginas. Aun así, esos acontecimientos hay que tenerlos en cuenta.
  • La marcha por los Derechos Civiles en 1963 con Martin Luther King 
  • El boicot de autobuses. 
  • La demanda por parte de James Meredith a la Universidad de Mississippi para que le permitiesen estudiar allí. Ganó la demanda en septiembre de 1962, pero continuaron bloqueando su admisión a pesar de que el gobernador fue multado. Al final logró acceder al campus el 30 de septiembre de 1962 acompañado por marshalls del ejército.
  • Algo que sobrecoge al lector, es el miedo latente en toda la sociedad de color a las represalias por parte del Ku Klux Klan y ese miedo, estará presente de forma continua en todas las conversaciones de nuestras protagonistas.
  • El asesinato de Medgar Evers, jefe de una asociación por la defensa de las personas de color, tiroteado frente a su casa en Mississippi, El asesinato de un líder tan popular enfureció a la comunidad negra. Durante varios días hubo disturbios con la policía en el centro de Jackson. Hasta los blancos que gobernaban la ciudad se sintieron impresionados por la muerte de Evers.
  • El asesinato del presidente Kennedy.
Para intentar entender la situación que existía en los años 60 en algunos estados del sur de EEUU, especialmente en el de Mississippi, hay que remontarnos a la guerra civil americana.

La proclamación de emancipación realizada por Abraham Lincoln en 1863, anunciaba que Todos los esclavos de los Estados Confederados de América serían liberados, pero claro, esto solo fue efectivo, una vez que la Unión se hizo con la victoria en la guerra Civil en 1865.
¿Qué ocurrió después? 
Pues sencillamente, que algunos estados como Kentucky, Missuri, Maryland o Delaware que tenían esclavos, no habían declarado la secesión, por lo tanto no pertenecían a los Estados Confederados y la proclamación de emancipación no les afectaba. Fueron unos estados que permanecieron al margen sin decantarse por un bando u otro, por lo tanto había una pequeña laguna en la proclamación de emancipación.
Abraham Lincoln, preocupado por ese vacío que se había creado y temiendo que la proclamación fuese vista como una medida temporal, propuso crear la Decimotercera Enmienda en enero de 1865 y la ratificaron  casi todos los estados.

Maryland y Misuri se unieron en febrero de 1865.
Delaware firmaría, casi cuarenta años después, en febrero de 1901.
Aquí llegan los datos interesantes...
El estado de Kentucky ratificó la Decimotercera Enmienda en 1976 y el estado de Mississippi en 1995, siglo y medio después, aunque por un fallo no se entregó en el archivo del congreso hasta 2013.

Conociendo estos datos no es de extrañar que el estado sureño de Mississippi, pasase olímpicamente de las marchas, de la integración y se comportase como si la esclavitud no hubiese sido abolida de sus tierras.

Otros tema que se mencionan frecuentemente en esta historia, es el machismo que estaba presente en toda la sociedad.
Una chica de estatura media acentuará su atractivo con maquillaje y buenas maneras. Una larguirucha y poco agraciada, con una buena cuenta corriente.
Sobre la novela solo puedo deciros, que no os deben asustar las 480 páginas que tiene, porque es un placer leerlas.
Es una historia con un argumento sólido y con unas protagonistas que no dejarán impasibles a ningún lector, además de estar escrita con sensibilidad y emotividad.
Es una obra que merece la pena leer, donde cada personaje cumple a la perfección su papel y proporcionan equilibro a la narración.
A Aibileen, Minny y Skeeter ya os las he presentado, pero hay otros figuras fundamentales para esta historia, todas con mucho peso en la narración.
Celia Foote, que logrará conquistar nuestros corazones, Miss Hilly Holbroock, la más odiosa de todo el estado de Mississippi, Elizabeth Leefolt, que dejará claro desde el comienzo, que carece totalmente de personalidad y un gran elenco de personajes secundarios muy interesantes, cada uno con una personalidad muy marcada, que se irán dibujando ante nuestros ojos al tiempo que se alojan en nuestro recuerdo y que dan vida a esta sublime historia.

Desde aquí agradezco a Atalanta y a su blog Un libro junto al fuego, cuya reseña de este mismo libro, hizo que adelantase esta estupenda lectura.

La adaptación que fue llevada al cine está bastante bien. Es fiel a la novela salvo al final, donde la historia cambia ligeramente sin perder la esencia de la obra original.
 Aun así, es una película también muy recomendable.




Algunas de las leyes estatales y locales que establecían las normas de segregación para los negros y otras minorías raciales. 
Vigentes desde 1876 hasta 1965 en algunos estados del Sur.

  • Nadie puede pedir a una mujer blanca que amamante a su hijo en salas o habitaciones en las que se encuentre un negro.
  • Una persona blanca sólo puede contraer matrimonio con alguien de su misma raza. Cualquier unión conyugal que viole esta prerrogativa será considerada nula.
  • El oficial al cargo no puede dar sepultura a una persona de color en terrenos que han servido de enterramiento a personas blancas.
  • Las escuelas para negros y para blancos no pueden intercambiar libros. La raza que primero usó unos libros, deberá seguir usándolos. 
  • Ningún peluquero de color puede cortar el pelo a mujeres o niñas blancas.
  • La mujer negra que es criada en una casa de blancos, deberá utilizar siempre el mismo vaso, plato y cubiertos, y guardarlos en sitio aparte.
  • Los blancos y los negros no pueden compartir agua de las fuentes, ni cines, teatros, lavabos públicos, campos de béisbol, cabinas telefónicas ni espectáculos circenses, escuelas, hospitales, bibliotecas, 
  • Las personas de color no pueden acudir a la misma farmacia, ni comprar sellos en la misma ventanilla que un blanco.
  • Una mujer negra solo puede entrar en supermercados de blancos si lleva puesto el uniforme.
Y así podríamos seguir detallando un montón de normas aberrantes e injustas que propugnaban la segregación racial en todas las instalaciones públicas y que se aplicaban a los estadounidenses negros y a otros grupos étnicos no blancos en EEUU.

Hay un detalle insignificante pero que me gusta muchísimo, y es en las lecturas encontrar que se citan libros. En esta ocasión entre los mencionados están:

El guardián entre el centeno.
Lo que el viento se llevó.
Matar a un ruiseñor.

Una gran obra, un derroche de talento, pero sobre todo de creatividad.


viernes, 12 de junio de 2015

El año sin verano de Carlos del Amor

Sinopsis:

El 2 de agosto dejé el coche en el garaje. Estaba desierto. Al llegar al portal, abrí la puerta y maldije una nueva avería en el ascensor, tan bonito y antiguo como poco práctico. Vivo en un sexto piso de un edificio de siete plantas, así que emprendí la escalada resignado. En el tercero, di una patada a algo, encendí la luz del rellano y vi un enorme manojo de llaves.
Es pleno verano, Madrid está vacío y hay un periodista que tiene tiempo y ganas de curiosear. Las llaves están hechas para abrir puertas, buzones, coches, sueños. Y vidas ajenas. Aun así, lo que menos se imagina es que se va a encontrar con una historia de amor y con una misteriosa muerte que se verá inevitablemente abocado a investigar. La vida de los otros puede resultar sorprendente.

 Opinión:

Cuando comencé a leer este libro venía de estrellarme de mi anterior reseña, y reconozco que elegir esta obra ha sido como sentir un soplo de aire fresco en una tarde de caluroso verano. Una historia con la que he disfrutado de comienzo a fin.
Lo que primero llamó mi atención fue el buen comienzo. Lograba sembrar intriga, enganchaba al lector desde las primeras páginas y el argumento que empezaba a desarrollarse de forma fluida ante nuestros ojos se aventuraba prometedor.

La lectura resulta ágil, Carlos del Amor ánima a leer.

Es una novela que se devora a pasos agigantados y en la que en algún momento he encontrado similitudes con Calle Berlín, 109 de Susana Vallejo.
No estoy diciendo que las dos novelas sean iguales, porque soy la primera en opinar que las comparaciones son odiosas, pero es cierto, que ambas obras comparten ingredientes en común.
Una muerte en la comunidad, quizás sea el componente de novela negra o de intriga que más nos puede llamar la atención, aunque realmente lo importante, es el tema social.
La acción trascurre en un edificio de viviendas y se deja al descubierto un problema muy actual, el trato impersonal que damos a nuestros vecinos, donde las prisas y el estrés diario impiden una relación más abierta y cercana con ellos.
Y aquí acaban los parecidos razonables.

Lo que Carlos del Amor nos ofrece es una novela coral, donde el protagonista y el libro que pretende escribir, hacen de hilo conductor. El resto de personajes que habitan en su comunidad, sus vidas, sus secretos, empezarán a cruzarse en su camino.
Así comienza la aventura de un personaje sin nombre.
Nuestro protagonista, encuentra unas llaves de forma accidental en la escalera, pertenecientes a la portera.
Un libro pendiente de escribir, que no termina de cuajar en su cabeza, será el responsable directo, junto con la curiosidad inherente a su profesión de periodista, de que termine entrando en las casas de sus vecinos ausentes, a husmear, en busca de historias en pleno mes de agosto.
De esta forma, comenzará a fraguarse lo que será su próxima novela.
Este interés despertado por las vidas ajenas, le irá descubriendo unos secretos que le llevarán a otros.
El descubrimiento de una historia de amor, es por decirlo de algún modo, el tema central de esta narración, aunque si os decidís a leerla observaréis, que hay dos temas que estarán constantemente presentes; el amor, en todas sus etapas y formas, y la muerte.

La narración alterna el relato en primera persona de nuestro protagonista, con el de un narrador omnisciente en tercera persona, que nos llevará a conocer los sucesos pasados que han marcado a cada habitante de la comunidad.
Pero lo más importante es que con un argumento sencillo en apariencia, este escritor logra hipnotizar al lector.
Los personajes están bien construidos, no resultan superficiales y eso, sin necesidad de emplear grandes descripciones, ni utilizar extensos capítulos para presentárnoslos.

Hay a lectores a los que no les gustan las novelas corales, el motivo es que infinidad de personajes empiezan a cruzarse y terminan liando la trama y entorpeciendo la lectura.
En esta obra eso no va a ocurrir.
El autor estructura la novela de tal forma, que esa confusión por un posible exceso de personajes está solventada.
Os avanzo que iremos conociendo los personajes de uno en uno.
Cuando un nuevo personaje va a hacer acto de presencia, Carlos del Amor nos lo avisa con una pequeña introducción, evitando así cualquier posible confusión, y una historia irá entrelazándose con otra.

Otra detalle que me ha gustado, es que no sabemos donde acaba la realidad y donde comienza la ficción.
Donde acaba el personaje principal y donde comienza el autor, Carlos del Amor.
Porque parece a simple vista, que tanto el protagonista como él, tienen muchas cosas en común.
Eso es un aliciente para el lector, que nos vamos montando nuestra propia película en la cabeza, a falta de unas llaves que nos permitan entrar en su vida para averiguarlo.
Nos hace plantearnos varias preguntas ¿Cómo actuaríamos si encontrásemos las llaves de nuestro bloque? ¿Qué sabemos de nuestros vecinos? ¿Qué secretos se esconden detrás de cada una de las puertas de nuestro descansillo? y el súmmum de todas las cuestiones ¿Qué parte habrá de realidad en este libro?

Una historia de amor con tintes de novela negra que despierta desde el comienzo nuestra curiosidad o por decirlo de otro modo... nuestro lado más cotilla.
Como lectores podríamos conformarnos con un comienzo aceptable y un final acorde, pero esta obra ofrece algo más.
Un argumento distinto con personajes de lo más variopinto, historias dentro de historias y más de un giro insólito que hacen que la lectura como he dicho, se disfrute desde la primera palabra hasta el punto final.

Como último comentario os diré que he estado sopesando si le concedía un 8 o un 9.
La verdad es que esta lectura me ha dejado muy buen sabor de boca. He disfrutado dejándome arrastrar por la cálida prosa de este autor, por las anécdotas vividas por sus personajes, por la sencillez del argumento y al final, me he quedado con ganas de saber más.
Pero ya conoceréis el dicho... Lo bueno si breve dos veces bueno.
Lo que considero más importante, es que me ha costado elegir la siguiente lectura y eso solo puede significar una cosa... ésta, ha dejado el listón muy alto.

lunes, 8 de junio de 2015

El lector del tren de las 6.27 de Jean-Paul Didierlaurent

Sinopsis:

Guibrando Viñol no es ni guapo ni feo, ni gordo ni flaco. Su trabajo consiste en destruir lo que más ama: es el encargado de supervisar la Cosa, la abominable máquina que tritura los libros que ya nadie quiere leer. Al final de la jornada, Guibrando saca de la entrañas del monstruo las pocas páginas que han sobrevivido a la carnicería. Cada mañana, en el tren de las 6.27, se dedica a leerlas en voz alta para deleite de los pasajeros habituales. Un día descubre por casualidad una pieza de literatura atípica que le cambiará la vida.

La amistad une a un grupo de personajes aparentemente anodinos, probables compañeros invisibles de nuestros viajes cotidianos en tren,que esconden mundos extraordinarios donde todo es posible: un vigilante de seguridad que habla en verso, una princesa cuyo palacio es una seo público, un mutilado que busca sus piernas. En una mezcla insólita de humor negro y dulzura, celebramos con ellos el triunfo de los incomprendidos.

Opinión:

Hay ocasiones en las que nos dejamos llevar por las reseñas demasiado entusiastas que leemos en otros blogs, revistas culturales o redes sociales.
Eso es lo que me ha pasado a mí con este autor y este libro en concreto.

Desde que salió publicado en marzo del 2015 no se ha parado de hablar de él.
Se ha convertido en muy poco tiempo en un superventas con los derechos vendidos a más de 25 editoriales. Por lo visto en Francia los libreros han caído rendidos a sus pies y aquí en España ha sucedido más o menos lo mismo.
¿De dónde provienen tantas críticas y reseñas positivas?
Pues francamente no lo sé, pero estoy muy sorprendida del efecto que ha causado y más... después de haberlo leído.
No voy a decir que sea un mal libro, pero en la actualidad hay muchos que lo superan en calidad literaria, y precisamente esos libros no alcanzan la popularidad que ha logrado éste en tan breve espacio de tiempo.

Quizás yo esté confundida y mi comentario sea errado, no digo lo contrario, pero los 18€ invertidos en él ahora me duelen, y pienso que habrían resultado más satisfactorios de haber sido empleados en comprar otros libros que tenía en mente.
Puede que tras este libro haya una gran campaña publicitaria, de eso no hay lugar a dudas, pero muchas veces inflar comentarios no ayuda al escritor. Una vez te puedes dejar liar por los comentarios efusivos que lees sobre él, pero una y no más, la siguiente vez, andarás con más cuidado a la hora de comprar a ese autor o de dejarte influenciar por ciertos medios.

Como siempre os digo, sois vosotros los que tenéis que decidir si os apetece leer o no un libro, y en este caso hago especial hincapié en ello.
Yo os voy a señalar lo que he ido encontrando a lo largo de sus páginas, mis impresiones, pero repito... mi opinión no tiene por qué ser compartida.

El libro como ya habéis leído en la sinopsis tiene como protagonista a Guibrando Viñol, un operario de la STRN (Sociedad de Tratamiento y Reciclaje Natural).
Nuestro protagonista está encargado de manejar La cosa, una máquina atroz, cuya única finalidad es destruir libros.
Guibrando cada mañana coge el tren para ir a su trabajo y lee en voz alta al resto de viajeros las hojas que cada día logra rescatar de la máquina.

Pero en esta historia existen más personajes ...
Un vigilante que habla haciendo uso de versos, Alejandrinos.
Giuseppe, un antiguo compañero de Guibrando que arrastra una dramática historia.
Las hermanas Delacôte, dos ancianas que viven en una residencia.
Julie, un personaje al que iremos conociendo poco a poco a través de un diario que encuentra de forma accidental Guibrando.

Podéis ver que es una historia sencilla, con personajes totalmente corrientes con los que el lector, en algún momento puntual, "podría" sentirse identificado.
Son personas que se agarran a la vida a través de los libros, eso sí, cada cual a su manera.
Guibrando ve en esas hojas rescatadas una forma de acercar la lectura a los demás, al tiempo que hace un homenaje a los libros destruidos.
Giuseppe busca en los libros una parte de sí mismo.
Julie vuelca en su diario su día a día, y así, iremos pasando y conociendo a todos los personajes...

A pesar de que el planteamiento de la historia, como acabáis de ver, en un principio resultaba prometedor, se termina desaprovechando la gran oportunidad que brindaba el argumento al no profundizar ni en las historias ni en los personajes. Ese para mí es el gran fallo, la novela resulta muy superficial para mi gusto.

Volviendo a los personajes y a lo que cuentan, no he logrado conectar con ellos en ningún momento. Se dibujaban ante mí demasiado grises y difusos, y lo único que me sugiere es que la novela está poco desarrollada.
No me ha aportado nada. Ni la prosa, ni el estilo empleado, son demasiado simples...

Creo que no hay que ir muy lejos para encontrar mejores autores y obras que realmente merecen la pena.
En España actualmente estamos sobrados de ellos y es lamentable que perdamos el tiempo en alabar falsamente a libros que creo que no lo merecen.
Como ya he dicho al principio, mi error ha sido meterme en esta lectura con una idea preconcebida.
Es cierto que cada lector abordamos la lectura desde una perspectiva única, por eso no tenéis por qué opinar igual que yo.
Leer y escribir no son ciencias exactas y he intentado que mi opinión fuese lo más justa posible.
Quizás me ha salido una reseña demasiado larga, pero prefiero esto a decir un simple "No me ha gustado" o "No perdáis el tiempo", es cierto que también podía haber optado, como hacen en otros blogs, por no reseñar lo que no les guste, pero los que me conocéis sabéis que ese no es mi estilo.