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martes, 4 de abril de 2023

Trilogía de Candleford de Flora Thompson

Sinopsis:

La Trilogía de Candleford es un clásico de la Inglaterra rural victoriana inspirado en la infancia y juventud de Flora Thompson. 
Cuenta la historia de tres comunidades vecinas de Oxfordshire: la aldea de Juniper Hill (Colina de las Alondras), donde Flora creció; Buckingham (Candleford), una pequeña ciudad cercana, y el pueblo de Fringford (Candleford Green), donde Flora consiguió su primer trabajo como oficinista de correos. 
A través de la mirada de Laura, una niña de la aldea que va creciendo a lo largo de los tres libros, la obra captura un mundo aún marcado por las cosechas, los viejos juegos infantiles y un sinfín de canciones al alba en la taberna del lugar. Un mundo que se desvanece porque el campo se mecaniza, las muchachas regresan con ideas modernas de servir en la ciudad y las endiabladas bicicletas invaden la campiña para desconcierto de las viejas generaciones.

Opinión:

Flora Jane Thompson es conocida por su célebre Trilogía de Candleford en la que relata su infancia y juventud. Esta trilogía está compuesta por Colina de las Alondras, Camino de Candleford y Candleford Grenn, publicadas en 1939, 1941 y 1943 respectivamente. Estas tres novelas fueron publicadas conjuntamente por primera vez en 1945, y más tarde, póstumamente, llegó la secuela que lleva por título Heatherley, de la que os hablaré en breve.

Trilogía de Candleford es una novela costumbrista, un clásico ambientado en la Inglaterra rural victoriana en la que Flora nos contará su niñez y adolescencia a lo largo de 39 capítulos. Para ello crea un personaje ficticio, Laura Timmins, sobre el que pondrá el foco y a la que seguiremos por esas tres comunidades vecinas de Oxfordshire. A través de su mirada vamos a apreciar los pequeños detalles que dejaron una huella profunda e indeleble en su interior, al tiempo que veremos como la llegada de las nuevas ideas van alterando poco a poco ese escenario rural en el que pasó sus primeros años.

El primer libro, Colina de las Alondras, es el que se me ha hecho más pesado. 
Comienza en la década de 1880 y en esta parte la autora intenta mostrar al detalle como va afectando la llegada de la modernidad a las zonas rurales.
Los valores y las condiciones de vida van a transformarse inevitablemente, por mucho que sus habitantes quieran resistirse salvaguardando las tradiciones y costumbres. La llegada de la nueva maquinaria agrícola, el ferrocarril que acerca los puntos más distantes, incluso los primeros tomates y el chocolate o la nueva moda que viene a sustituir a la anterior, supone un cambio que, aunque gradual, va a ir tomando cada vez mayor presencia y haciendo desaparecer la acogedora sencillez del estilo rural antiguo.

Por otro lado, la lectura de Colina de las Alondras se hace un poco rara. Contiene una narración nostálgica, mucho más descriptiva que la que vamos a encontrar en las otras dos novelas que componen la trilogía; se mueve entre la narración costumbrista y una especie de autobiografía, incluso el personaje de Laura parece que no tiene mucha relevancia para la trama, es tan solo un medio para que avance la historia y narrar lo que sucede a su alrededor que no son más que las vivencias de la autora. ¿Y por qué sucede esto?, pues simplemente porque su editorial en esos momentos, Oxford University Press, no publicaba ficción y Flora tuvo que adaptar el relato a las normas editoriales.

Posteriormente, en Candleford y Candleford Green el estilo narrativo da un giro completo y Laura se convierte en la protagonista total, y ahora sí, nos encontramos con dos libros que se parecen bastante a una novela. Y digo que se parecen bastante porque en ella no vais a encontrar la clásica introducción, nudo y desenlace, es más bien un anecdotario en el que cada capítulo está dedicado a un tema en concreto de la vida de la protagonista, eso sí, intentando seguir una narración lineal que en algún momento se romperá mediante flashbacks que nos harán retroceder al pasado. 

Como podéis ver tenemos tres libros que se enlazan y en los que también vamos a conocer las influencias literarias de la autora: Cranford de Elizabeth Gaskell, Pamela o la virtud recompensada de Samuel Richardson, las obras completas de William Shakespeare, Historia de Inglaterra de Hume, y otros títulos de Byron, Trollope, Austen o Dickens.
Sobre Candleford debo añadir que en realidad se corresponde a la localidad real de Buckingham, pero la autora optó por poner un nombre ficticio al igual que sucede con Candleford Green que es la actual Fringford. En estos dos volúmenes lo que vamos a notar es la gran diferencia que existe entre esas localidades y la pequeña población rural de Colina de las Alondras en la que Flora pasó los primeros años.

Ya para terminar...
Flora Thompson no solo nos ofrece la narración de su adolescencia, sino que detrás de cada historia se esconden otras, las de los habitantes de cada una de dichas poblaciones. 
Vamos a ser testigos de costumbres transmitidas de generación en generación y que poco a poco van a ir desapareciendo hasta caer casi por completo en el olvido, pero también de otras que afectarán a las comunidades, a su rápida expansión y que harán que la población aumente a gran velocidad. El pequeño mundo de Flora está a punto de acabarse, pero en su propio relato reconoce que es una transición tan obligada como necesaria.
La estructura de la sociedad tal y como la conocía Laura/autora, aparentemente sólida aunque debilitada, había cumplido su finalidad y no sobreviviría a un mundo en constante cambio. Atrás quedaba el mundo de la infancia, el de las tradiciones frente al de la modernidad, cargado de nuevas ideas y avances.


Esta trilogía fue llevada por la BBC a la pequeña pantalla en 2008.

domingo, 28 de noviembre de 2021

La dama de blanco de Wilkie Collins

Sinopsis:

Walter Hartright se traslada a Limmeridge para dar clases de dibujo a Laura, sobrina y heredera del barón Frederick Fairlie. Sin que ninguno de los dos pueda evitarlo, surge entre ellos un profundo amor, enturbiado por el compromiso de la muchacha con sir Percival Glyde, que solo busca arrebatarle su fortuna. La aparición de una misteriosa mujer, sin embargo, cambiará de forma inevitable el curso de los acontecimientos.
La dama de blanco, inspirada en un hecho real y publicada originalmente por entregas en una revista dirigida por Charles Dickens, ha sido un éxito ininterrumpido de ventas en todas las lenguas en que se ha publicado. Ello se debe a una trama sumamente bien llevada, a la atmósfera de misterio e intriga, al trepidante ritmo narrativo y, sobre todo, a la profundidad psicológica de los personajes y la fabulosa descripción de los ambientes y las situaciones. 

Opinión:

La dama de blanco es una novela epistolar escrita en 1859 por Wilkie Collins. Un autor del que ya os he hablado en ocasiones anteriores y del que podéis consultar todos sus libros reseñados en el blog pinchando en el siguiente enlace: Wilkie Collins
Siguiendo con la tradición clásica de presentarla al público por entregas fue serializada durante 1859 y 1860 en la revista literaria All the Year Round fundada por Charles Dickens.

«Sensation novel»
Está considerada como la primera novela sensacionalista; un género o subgénero de gran influencia en la época victoriana donde se combinaban detalles del género gótico, crímenes y misterio con el realismo psicológico, llevando a los protagonistas a vivir situaciones límites y exageradas con el fin de despertar emociones en unos lectores sedientos de morbo y entretenimiento. 
Estas historias, que vendían siniestros dramas familiares, tuvieron una gran aceptación por parte del público. Los sucesos que venían ocurriendo en el género gótico en castillos europeos pasaron a suceder en ambientes burgueses de esa sociedad victoriana, abarcando desde el clásico asesinato a la bigamia, infidelidades, incesto... etc. 
En resumidas cuentas, todos los delitos que a diario aparecían publicados en la prensa como hechos reales y/o como fragmentos de juicios fueron ahora transportados al papel creando un nuevo género afín a las clases más bajas, pues aunque suene repetitivo, en ellos se juzgaban la moralidad de esas clases pudientes que vendían una imagen oficial que distaba de la real.

«Marketing y curiosidades»
Con La dama de blanco se puso en marcha la máquina del marketing, algo asombroso para la época, desconozco si se había hecho con anterioridad, pero lo que sí puedo deciros es que a Collins le funcionó muy bien y sacó un provecho sustancial.
Empezaron a venderse aguas de colonia, capotes y algunos vals compartieron título con la obra. 
Hubo tanta afinidad con los protagonistas que sus nombres empezaron a sonar con fuerza entre los bebés mientras que el del principal antagonista se empleó como mote para animales domésticos, llegando incluso Oscar Wilde a utilizarlo como apodo universitario. 

El político William Glandstone canceló varios compromisos para continuar con la lectura de la obra; el príncipe Alberto regaló varios ejemplares; William Thackeray, considerado como el segundo mejor novelista de la época victoriana, pasó un día entero absorto en ella, y así podríamos seguir citando nombres de personajes famosos que se quitaron el sombrero ante Collins.

A día de hoy, la Mystery Writers of America, es decir, la asociación de escritores de misterio de Estados Unidos, la ha incluido en la lista de las cien mejores novelas de misterio de todos los tiempos; una opinión que comparto con ellos al cien por cien.

Y ya para terminar con este apartado de curiosidades:
Aunque en la sinopsis se indica que esta novela se inspiró en un hecho real, eso no es del todo cierto. Collins utilizó sucesos de la época para inspirarse en determinadas escenas, lo gracioso del asunto es que empezó a recibir cartas donde se le pedía que desvelará la identidad oficial de uno de los personajes femeninos, Marian Halcombe, llegando incluso algunos lectores a ofrecerse como esposos y protectores.

«La renovadora técnica narrativa de Collins»
La estructura resultó sorprendentemente innovadora. 
Collins abandonó el uso del narrador omnisciente y lo sustituyó por varios narradores que se sucedían plasmando sus vivencias en diarios o cartas. De esa forma se conseguían varios objetivos: 
El narrador omnisciente, a pesar de que lo conoce todo, aportaba a la narración un distanciamiento de los lectores y en cambio, con esta diversidad de voces se lograba una narración más lineal y personal, ya que cada uno de ellos, junto con los acontecimientos que relataban, reflejaban también sus sentimientos embargando esas emociones, de igual forma, a protagonistas y lectores.
Esta estructura se convirtió en un clásico de las obras de este escritor, ya que el relevo narrativo aportaba un punto de vista distinto, más "fiel a los acontecimientos" si obviamos la subjetividad que va implícita y el riesgo a ser engañados.
Otro elemento que empleará Collins en la mayoría de sus obras es el de la experiencia, al incluir un personaje cuya profesión es la de abogado, pues él mismo estudió esa carrera aunque nunca llegó a ejercer.

«Quién es quién en la trama»
Y ahora llega el momento de hablar de los personajes y como veréis el autor no escatima a la hora otorgarles labores.

La trama gira alrededor de Laura Fairlie, un personaje que a mí me ha resultado muy limitado y cuya actuación se reduce a desencadenar la acción, algo que no hay que desmerecer. 
Los sucesos que girarán tanto alrededor de ella como de su futuro esposo, sir Percival Glyde, aparecerán relatados por los narradores.

Tampoco tendrá voz en la historia "La dama de blanco", pero ella cumplirá la función de personaje omnipresente, y el misterio que se crea en torno a ella nos acompañará hasta las páginas finales.

Sobre el resto de personajes recaerá la delicada labor de transcribir los hechos. 
Cada uno de ellos será el encargado de relatar los sucesos de los que únicamente ellos serán testigos. Lógicamente habrá unos que participen de forma más activa en la trama, mientras que otros quedarán relegados a un segundo término y al mero papel de informantes. 
Llegados a este punto debo deciros que sobre vosotros recaerá la función primordial de juzgar la credibilidad de lo que se relata en cada uno de los testimonios narrados.

Siguiendo con el elenco protagonista y tratando de ser objetiva os diré que los mejores para mí son Marian Halcombe y Walter Hartright; ellos serán los encargados de desentrañar el misterio y actuar como protectores de Laura. Obviamente, si tengo que elegir entre uno de los dos me quedo con el personaje femenino, no por este hecho, si no por su compleja construcción.

Y llega el momento de mencionar a los dos grandes antagonistas
Y sí, he dicho antagonistas, porque Collins aquí se permite la licencia de incluir a dos malos por el precio de uno, un recurso que da mucho juego. Cada una de las situaciones en las que intervienen crea desconcierto en los lectores y eso es precisamente lo que buscaba la narrativa sensacionalista, sorprendernos. Cada una de las decisiones que toman alteran el orden lógico de unos acontecimientos que terminan tomando un rumbo perturbador.
En general, y ya para terminar, todos los personajes aparecen muy bien descritos, pero quizás lo que más resalta es el detallado perfil psicológico de los dos malvados y de Marian.

«Descripciones»
Otro detalle que hay que alabar de las novelas de Collins y que tiene relación con el apartado anterior es su gran capacidad a la hora de describir. 
Ya os he hablado de la descripción profunda de los personajes, pero no podía obviar la atmósfera de suspense tan lograda y que traslada a todos los escenarios. 
Por otro lado, el ritmo narrativo en este libro me ha parecido bastante más rápido que en "La piedra lunar" o en "Armadale", y lo consigue impulsando la trama con constantes giros argumentales.

Y hasta aquí la reseña de hoy.
Espero que haya sido de vuestro agrado a pesar de su longitud, pero como habréis visto es una gran obra y merece la pena perderse unos instantes más entre sus detalles.

martes, 25 de mayo de 2021

Cranford de Elizabeth Gaskell

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

La época victoriana, supuso un cambio de estilo en lo que a literatura se refiere. 
Atrás quedaban figuras de la talla de Shelley o Byron, y aunque el Romanticismo seguía vivo, la literatura buscaba otras fuentes de inspiración inclinándose hacia el realismo, haciendo un retrato más cercano de la vida social de la época. En ese periodo de esplendor y de renovación surgieron grandes autoras, entre las que se encuentra esta de la que ya os he hablado en otras ocasiones.

Elizabeth Gaskell se preocupó por los problemas sociales de la época, por la diferencia de clases y los profundos cambios que llegaban, y lo reflejó en todas sus obras. Las mujeres cobraban importancia y pasaban a asumir el papel central de muchas de las novelas de este periodo, como habréis podido comprobar.

Cranford es una de sus obras más populares y en ella se recogen una pequeña colección de historias. Gaskell, animada por Charles Dickens, publicó en 1851, en la revista Household Words que él dirigía, un par de narraciones aisladas. 
Debido a la gran acogida que recibieron por parte del público, se animó a continuar escribiendo narraciones de similar estilo, y fueron apareciendo a lo largo de 1852 y 53. 
Finalmente en 1853 se recopilaron todas ellas en un único volumen, pero esta edición se basa en la última revisión del recopilatorio que hizo la autora y que se publicó en 1864.
Sobra decir que no nos encontramos ante un compendio de relatos aislados, sino de un conjunto de sucesos que agrupados conforman una narración lineal, al irse encadenando unos con otros. Lo que sí hace Gaskell es ofrecernos esas historias como si fuesen capítulos, cada uno de ellos es un cuadro costumbristas, un retrato de escenas de la sociedad rural inglesa. 

La gran diferencia que he encontrado entre Cranford y otras novelas de la época es que aquí la autora da el protagonismo a unos personajes que se alejan de los clásicos arquetipos de la narrativa victoriana.
No vamos a tener a jóvenes casaderas ni la historia girará sobre una trama romántica, porque nuestras protagonistas son ancianas solteronas, y por lo tanto, su mirada o sus inquietudes se centrarán en otros temas muy distintos, como los recuerdos, las apariencias o las manías ahorradoras, todo ello adornado con grandes dosis de humor que dotan a las escenas de una gran comicidad.

Cranford es un pequeño pueblecito donde la mayoría de las mujeres de buena familia son solteronas y viudas sin hijos; esto no es que lo diga yo, es que nos lo dice la autora, y precisamente esas solteronas van a ser las grandes figuras de la novela.
Al comienzo parece que ese protagonismo se dividirá entre varias de ellas, pero según avanza la narración vemos como la señorita Matty se hace con el control del papel central.
A través de la narradora, de la cual desconocemos su identidad hasta que casi llegamos al final, vamos a asistir tanto a los pequeños como grandes acontecimientos que llenan las vidas de esta comunidad tan peculiar. 

No quiero contaros mucho más sobre esta deliciosa novela, salvo que está narrada en un estilo muy íntimo. Los personajes, todos sin excepción, con sus manías y virtudes, consiguen hacerse un hueco en nuestro corazón lector.
Os aseguro que es una obra interesante y a tener muy en cuenta.

martes, 16 de marzo de 2021

El hotel encantado de Wilkie Collins

Sinopsis:

Autor de las grandes novelas "La dama de blanco" y "La piedra lunar", alabado por personalidades tan dispares como Borges, Eliot o Swinburne, Wilkie Collins ha sido reconocido universalmente como uno de los más geniales creadores de la intriga y el misterio, y celebrado por sus desenlaces imprevisibles.
"El hotel encantado" pertenece al género de la novela de terror, o más específicamente al de la novela de fantasmas. Unos fantasmas que no son espantajos de ululante protoplasma, sino realidades que hallan sentido en los repliegues más oscuros y abyectos del espíritu de todo ser humano. 
El terror, pues, no se busca aquí a través del susto fácil, del mero entretenimiento, sino en la conmoción profunda que genera el horror auténtico: el que surge del encuentro del hombre consigo mismo en el terreno atroz de lo que está más allá de lo conocido y, también, más allá de lo tolerable.

Opinión:

La obra de Wilkie Collins, autor que ya ha aparecido por este blog en varias ocasiones, se caracteriza, o al menos lo que yo he leído de él hasta el momento, porque siempre incluye el personaje recurrente de un abogado, independientemente de la relevancia que éste tenga en la trama.
Otra característica es la pluralidad del punto de vista, es decir, recurre al uso de varios tipos de narradores dentro de la misma historia. 
En este caso la mayor parte del relato nos llega desde la voz de uno en tercera persona que no conoce toda la historia, ya os comenté que este autor huye del narrador omnisciente que era común utilizar en esa época.
Para subsanar ese detalle, Collins reserva una pequeña parte de la narración para darnos a conocer los sucesos como ya nos tiene acostumbrados, a través de cartas y del manuscrito de una obra de teatro, de esa forma seremos testigos de los detalles a los que no accede ese narrador y rellena los posibles vacíos argumentales que podrían derivar de ello.

El hotel encantado escrita en 1878 es una novela breve si la comparamos con otras de sus grandes obras, ya que solo tiene 212 páginas.

Está dividida en cuatro partes y se ajusta completamente al género de las sensations novels de las que ya os hable un poco en la anterior reseña de Collins, Armadale
Este género, que surgió alrededor de 1860 y que se extendió hasta finales de la siguiente década de 1870, abarcaba obras de misterio y terror; en ellas se incluía algún crimen y algunos de los rasgos de sus protagonistas, mayormente psicológicos, aparecían descritos de forma algo exagerada, además de que las historias escondían algún secretillo escandaloso que chocaba con la severa moralidad de la época. 

En esta novela nos vamos a encontrar con un Wilkie Collins que vuelve a dar el protagonismo principal a los personajes femeninos y entre ellos destaca, lógicamente tratándose de una sensation novel, una villana de la clase aristocrática.
Como ya sabéis otra característica de ese género era que como foco de esas conductas escandalosas se encontraba un personaje de la clase alta, y por ese motivo estas novelas adquirieron esa calificación despectiva de novelas sensacionalistas, dado que en ellas se sacaba a la luz un comportamiento, más que censurable, que la aristocracia tomó como un ataque personal. sobra decir, que esas novelillas contaron con la aprobación del público de a pie que vio cómo los delitos no eran cometidos solo por las clases bajas.

En esta novela Collins consigue mantener el suspense hasta prácticamente el final y vuelve a sorprender por el soberbio argumento en el que cada pieza termina encajando al detalle.
Hay algunos expertos que dicen que la novela es floja e incluso la califican de obra menor, ya que corresponde a una época en la que el autor empezaba a decaer presa de su situación económica, de los dos romances que mantenía al mismo tiempo y de una fuerte adicción al opio, como veis la vida de Collins también parece una sensation novel, pero a mí no me ha parecido floja. 
Me ha parecido una novela más breve, lógicamente doscientas páginas no pueden contener lo mismo que mil, pero la trama sigue siendo igual de elaborada e ingeniosa, por no hablar de los personajes que aparecen descritos de forma minuciosa.

Sin duda, Wilkie Collins es uno de los grandes autores de misterio que hay que conocer. Si sois de los que tenéis miedo a zambulliros en más de 800 páginas, aquí tenéis una buena alternativa.

martes, 16 de febrero de 2021

Armadale de Wilkie Collins

Sinopsis:

En 1832, en un balneario alemán, un hombre llamado Allan Armadale, ya en su lecho de muerte, confiesa que muchos años atrás mato a un hombre que llevaba su mismo apellido: un hombre que fue su amigo y luego su enemigo y cuya muerte le ha pesado y perseguido toda su vida. Ahora, en su testamento, le deja a su hijo una grave advertencia: debe mantenerse apartado del hijo del otro Armadale o una maldición caerá sobre ellos y la tragedia volverá a repetirse.

Pero veinte años después, a pesar de las advertencias del padre, ambos jóvenes, hijos de la víctima y el verdugo vuelven a encontrarse, se harán amigos, y, una vez más, la herencia maldita volverá a perseguirlos.

Opinión:

Ya os he hablado en otra ocasión de Wilkie Collins, cuando reseñé "La piedra Lunar".
Este autor fue muy prolífico, ya que escribió 27 novelas, más de 60 relatos cortos, unas 100 obras de no ficción y aproximadamente 14 de teatro, por lo que no os debe parecer extraño que, en breve, otras historias suyas empiecen a aparecer reseñadas por aquí.

Aunque a Collins se le conoce como a uno de los creadores o precursores del género policíaco, también hay que recordar que muchas de sus historias son catalogadas dentro de lo que fue denominado despectivamente como novela sensacionalista o sensation novel
En ese género o subgénero, incluyeron una amplia gama de textos que abarcaban desde las historias de crímenes a las de misterio y terror que fueron publicadas en la década de 1860. Este tipo de narraciones descendían del género melodramático y del Newgate, también llamado Old Bailey, donde se daba cierto protagonismo a los criminales y a sus actos.

Algo que caracteriza la escritura de Wilkie Collins, y que se debe a los estudios que cursó, es que el tema de la abogacía está muy presente en todas sus narraciones. 
En ellas aparecerán personajes que desempeñan esa profesión que, por cierto, él nunca llegó a ejercer, pero que le sirven a la hora de dar forma a personajes muy creíbles. También veréis que da mucha importancia al género epistolar que aparece representado mediante cartas, recuerdos trasladados al papel, diarios, etc...

En los dos libros que hasta ahora he leído de él tienen como base argumental un testamento y una maldición que caerá a plomo sobre los herederos, y es que ese es otro de los puntos fuertes de este escritor: la atmósfera de misterio y suspense que consigue generar con solo ese par de elementos.

En Armadale (1866) vamos a encontrarnos también otros detalles que aportan ese clima de suspense. Quizás uno de los más importantes es el tema onírico que irá adquiriendo importancia a medida que avance la trama, tanto o más que las coincidencias de las que también hace buen uso o los juegos del destino.

Otra característica de la narrativa de Collins que no puedo olvidar mencionar son las descripciones que constituyen el soporte escénico de la historia. 
Aunque no abusa de ellas en exceso, sí observamos que disfruta ofreciendo a los lectores un relato minucioso y detallista, al igual que una prosa muy cuidada y evocadora.
En esta ocasión me ha parecido que Armadale tenía un arranque más lento que el que encontramos en La piedra Lunar, pero esa calma que podemos apreciar al comienzo en el ritmo narrativo rápidamente es solventada con un calculado in crescendo. Para ello el autor se vale de algunos personajes que serán los que aporten los sucesos melodramáticos e impulsen la trama, sin olvidar incluir una gran variedad de golpes de efecto.

Al igual que ocurría en la ya mencionada Piedra Lunar vamos a encontrarnos una historia dentro de la historia principal, ese es el medio por el que los lectores conoceremos los hechos relativos al pasado; un pasado que estimulado con ese testamento y la maldición que conlleva para los herederos, avanzará a pasos agigantados hasta terminar dando caza a los protagonistas.

Y ahora llega el turno de hablaros de los personajes. 
El elenco protagonista está representado casi de modo absoluto por el género masculino, pero ¡ojo!, las mujeres aquí ocupan un papel de vital importancia, ya que sobre ellas Collins hace recaer la función principal, no solo la de impulsar la trama sino que sin ellas no habría historia. 

Vamos a encontrarnos con un gran personaje, una gran "Villana" capaz de eclipsar no solo a los protagonistas masculinos de "Armadale", sino que considero que es un genio criminal que podría estar a la altura de competir con el mejor de los detectives de la época.  
Miss Gwilt está dotada de una personalidad llamativa, así como de una mente brillante. 
Collins no escatima a la hora de proporcionarnos su descripción y hace especial hincapié en los entresijos psicológicos del personaje, quizás descuidando un poco más a sus antagonistas masculinos.
Miss Gwilt como veis consigue tomar las riendas del relato. Sus actos, al margen de que los podamos juzgar como buenos o malos consiguen inclinar la balanza posicionando al lector de su lado, de ahí que la novela como indiqué al comienzo sea catalogada dentro del género sensacionalista.

Y ya para terminar...
Armadale es un gran libro, no me refiero solo a su categoría literaria sino también a su extensión, lo que la convierte en una lectura destinada a lectores pacientes que disfrutan de los clásicos. 
Lo de su extensión no debería frenaros ni incomodaros, ya que como sabéis en la época en la que fue escrita, lo normal era que las obras se publicasen por entregas y que los autores cobrasen por palabras. Eso daba como resultado historias muy complejas y completas con numerosas tramas y vueltas de tuerca, sin olvidar que no faltaban un gran número de personajes, todos ellos construidos a conciencia, que iban apareciendo y desapareciendo conforme dictaban los acontecimientos.

Sin duda es una obra que os recomiendo

martes, 9 de febrero de 2021

Los habitantes del bosque de Thomas Hardy

Sinopsis:

Los habitantes del bosque, inédita hasta el momento en castellano, es una de las novelas más brillantes, controvertidas y representativas de la narrativa de Thomas Hardy, quien siempre la consideró su obra favorita. Sus evocadores paisajes y sus personajes llenos de fuerza hacen de Los habitantes del bosque una obra indispensable. 

Grace Melbury, la preciosa y delicada hija de un próspero maderero que haría cualquier cosa por ella, regresa al pequeño pueblo de su infancia después de haber recibido una refinada educación lejos de allí. Su reencuentro con quien siempre estuvo destinado a ser su marido, Giles Winterborne, les revela a los dos que, pese a todo lo que él pueda amarla, no está a la altura de sus nuevas expectativas sociales y, en cambio, sí lo está el nuevo médico de la región, el aristocrático Edred Fitzpiers, que aparece rodeado de libros y de un raro halo de misterio. La relación que se establece entre los tres se verá salpicada de malentendidos y traiciones, pero también de una devoción y una lealtad que conducirán a un desenlace extraordinario.

Opinión:

Hoy os hablo en el blog de Los habitantes del bosque, una obra curiosa por varios motivos.
El primero es que fue escrita en 1887, pero no fue publicada en castellano hasta 2012.
Otra de las curiosidades es que la historia se desarrolla en un condado imaginario, Wessex, inspirado en su lugar de nacimiento, Dorsetshire.
Entre las obras que pueden incluirse en ese microcosmos figuran títulos como Lejos del mundanal ruido (1874), Tess la de los d'Urberville (1891) y Jude el oscuro (1895), de las que espero poder hablaros en breve.
En los habitantes del bosque vamos a encontrarnos un retrato del mundo rural inglés no exento de polémica, ya que el conjunto de novelas ya mencionado y dentro de la cual se incluye esta, llegó a considerarse escandaloso por la crítica a la sociedad victoriana que se vertía en ellas.

La trama gira alrededor de los habitantes de Little Hintock , una pequeña aldea perdida en el interior de un bosque.
Para iniciar esta historia, Thomas Hardy se lo toma con calma. Hace uso de una narración lineal en la que va presentándonos a los principales protagonistas, al tiempo que nos ofrece una visión amplia de los escenarios por los que se moverán. 

Conocemos en un primer momento al señor Melbury, un próspero maderero obsesionado con que su hija Grace ascienda socialmente gracias a la educación que él le ha proporcionado, no sin pocos esfuerzos. Para llevar a buen término esa empresa la única solución es conseguir un buen matrimonio. Lo que Melbury desconoce es que sus acciones bien intencionadas, aunque todo hay que decirlo, bastante torpes, pueden conllevar infelicidad y trágicas consecuencias para todos.

Los otros personajes a los que conoceremos en profundidad serán: Giles, otro de los comerciantes de la zona; Marty, una joven campesina, y Fitzpiers, un médico rural procedente de una familia aristocrática venida a menos y que al tiempo que pone un ojo en Grace desvía el otro a la señora Charmond, la rica propietaria de la zona. 

Los personajes al comienzo parecen algo contenidos, pero no tardan en liberarse de esas ataduras morales, creando una cadena de amores y deseos no correspondidos. La historia de cada uno de los principales protagonistas, los he señalado en negrita, se irán enlazando con la del resto, dando como resultado tres triángulos amorosos entrelazados entre sí, cuyo vértice común será Grace. 
Cada uno de los personajes citados representa un estatus social diferenciado dentro de esa sociedad.

Grace, desde mi punto de vista, es la gran protagonista de esta historia, una joven que al principio puede parecer superficial e insulsa, pero que al llegar a la mitad de la novela esconde una gran sorpresa para los lectores, ya que experimentará una gran evolución antes de llegar al final.

Para ir terminando... 
Hardy nos ofrece una bella historia a la par que trágica; un relato donde nos muestra los conflictos de clase y en el cual el destino de los personajes aparece marcado por la suerte. Eso sí, para que no le catalogasen de demasiado pesimista, añadió un final más o menos feliz calmando su conciencia y amansando con ello a los lectores.
Los escenarios y el modo en que el tiempo transcurre por la narración es otro de los puntos fuertes que convierten la lectura de esta obra en una aventura inolvidable que abre la puerta a otras obras del autor.

miércoles, 28 de octubre de 2020

La Piedra Lunar de Wilkie Collins

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

La Piedra Lunar, publicada en 1868 está considerada como "la primera novela policial de Inglaterra"; ¿por qué pongo esta frase en cursiva y haciendo hincapié en una localización en concreto?, pues, simplemente, porque en 1841 la publicación del relato del americano Edgar Allan Poe, "Los crímenes de la calle Morgue", ya había sorprendido sentando las bases para las posteriores historias policíacas. 
Curiosamente, tan solo un par de meses antes en Francia, Honoré de Balzac también había publicado la que se considera como primera novela policíaca, esta vez, de la literatura universal"Un asunto tenebroso".
Hasta aquí parece que queda bastante justificado la puntualización, pero lo cierto es que esa afirmación pueden rebatirla los amantes de Charles Dickens, ya que "Bleak House" (Casa tenebrosa), fue publicada en Inglaterra en 1853, y según se rumorea esta novela llevaba guardada en sus cajones desde fecha anterior a 1842. 
Lo que me queda por comprobar es si es cierto que esa novela tiene tintes policíacos y puede calificarse como tal, o simplemente es un amago precoz del género policíaco como también se denominó a "La dama de blanco" de Collins publicada en 1860.

Como curiosidad os diré que, tanto "La Piedra Lunar" como "La dama de blanco", fueron publicadas por entregas en la revista  que hasta 1859 se publicaba bajo el nombre de Household Worlds" y que a partir de esa fecha pasó a llamarse "All the Year Round", publicaciones fundadas y dirigidas por Dickens, donde también se publicó "Bleak House".

Y ahora sí, retomemos el comentario sobre este libro.
Wilkie Collins nos ofrece una historia policíaca cargada de intriga y que despertó mi interés desde el comienzo de su lectura por algunos detalles.
El principal es que es totalmente epistolar, algo que ya he mencionado en otras reseñas, y que era muy común en la época. 
Para ello el autor emplea como narradores a varios personajes que se irán sucediendo, relatando los acontecimientos y ciñéndose estrictamente a su experiencia personal para que la narración resulte lo más fiel posible. Este modo de narrar múltiple, muy frecuente en la obra de Collins, se debe a su formación jurídica y se aleja de la forma de narrar de la época que recurría a los narradores omniscientes.

Otro punto fuerte y que Wilkie Collins maneja a la perfección es el retrato de los personajes. 
Con el uso de las diversas perspectivas, cada personaje nos ofrece una visión subjetiva de cada uno de los integrantes de la historia. De esa forma, y aunque la falta de objetividad al describir pueda parecer, a simple vista, un impedimento; analizando en conjunto todas esas descripciones, el lector se hará un retrato bastante ajustado y fiel de cada protagonista.
En lo que al arco dramático de los personajes se refiere, Collins los crea bastante neutros. No experimentan cambios radicales, porque sus protagonistas tienen un comportamiento natural y la transición que sufren, a consecuencia de los sucesos que experimentan, aparecen muy suavizados; no son excesivamente buenos ni malos.

Por supuesto no puedo olvidar mencionar la compleja trama, cargada de múltiples giros argumentales y de ambientes sugestivos, algo en que el autor vuelve a mostrarse hábil, ya que hasta el aire aparece envenenado de misterio y sospecha.
Una oscura conspiración se desata sobre la familia Verinder, como habéis leído ya en la sinopsis, y todos los personajes se verán atrapados en sus redes. 

También vamos a encontrar un gran homenaje al espíritu aventurero, no solo en el argumento en sí y en esos viajes y exploradores que aparecen fruto del afán colonialista británico, sino también a las narraciones basadas en ellos y que florecieron durante la Edad Augusta (s. XVIII), la literatura de viajes y aventuras, empleada muchas veces como medio para criticar la propia realidad desde puntos de vista distinta y que alcanzó su mayor esplendor con la publicación de "Robinson Crusoe" de Daniel Defoe en 1719 y considerada como la primera novela inglesa. Este libro aparece mencionado en numerosas ocasiones, ya que uno de los protagonistas recurre a él como elemento de inspiración.

martes, 6 de octubre de 2020

La inquilina de Wildfell Hall de Anne Brontë

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

Llevaba mucho tiempo deseando leer esta novela pero nunca encontraba el momento idóneo. Al fin, gracias al reto anual de lectura de clásicos que estoy haciendo y gracias también a una lectura conjunta en twitter, encontré el momento de iniciarme con  "La inquilina de Wildfell Hall", segunda y última obra de Anne Brontë que fue publicada en 1848 bajo el seudónimo de Acton Bell.

La inquilina de Wildfell Hall es una novela victoriana con detalles muy curiosos.
El primero es que es epistolar, algo muy frecuente en la época; el segundo detalle es que nos vamos a encontrar con dos narradores en primera persona, Gilbert Markham y Helen; y el tercer detalle es que nos vamos a encontrar con una historia dentro de otra.
Enumeradas estas curiosidades paso a hablaros de ellas más en detalle...

El género epistolar fue uno de los más empleados durante los siglos XVIII y XIX. En él se plasmaban sentimientos y opiniones, y servían sobre todo a los lectores para conocer en profundidad al emisor de las cartas. En este caso la historia nos va a hacer retroceder hasta el otoño de 1827, momento en que comienza nuestra historia. 
Gilbert Markham será el primer narrador con el que entremos en contacto. 
Él será el narrador principal al tiempo que también desempeñará la función de protagonista. Gilbert utilizará el primer capítulo de su narración para hacer una ligera presentación de los personajes que tomarán partido en la obra; tras eso nos contará la historia de una misteriosa mujer que llegó a la mansión de Wildfell Hall. Esa narración epistolar va dirigida a un amigo y relatará, como ya os he mencionado, hechos del pasado.
El segundo narrador será Helen, la misteriosa inquilina que da título a la obra, y su relato nos transportará un poco más hacia atrás en el tiempo, sirviendo para rellenar vacíos; esa historia dentro de la historia la conoceremos gracias a su diario personal.

En este libro vamos a encontrarnos con que el arco dramático de los personajes es muy variado.
Tenemos personajes con una evolución positiva, que mejoran con el desarrollo de la trama, pero hay que decir que este tipo es inferior en número al de sus antagonistas, ya que la gran mayoría experimentan un retroceso a peor en su evolución. 
Todos ellos comienzan siendo neutros, no conocemos su pasado y por lo tanto su forma de actuar hasta ese momento, pero después, según se va desarrollando el argumento, vemos como su evolución moral, de valores e ideológica sufre un deterioro, que en algunos casos lleva al final trágico. En estos últimos, los más criticados, se nota que la autora hace uso de esa licencia del escritor que la lleva a hacer uso de la justicia divina.

Y es que de eso se trataba, de hacer una crítica...
Anne no se pone límites a la hora de denunciar el maltrato, el alcoholismo, el adulterio, e incluso el cinismo malintencionado de una parte de la sociedad que contempla las situaciones al tiempo que miran hacia otro lado. También hay una alta carga de religiosidad, detalle con el que crea un gran contraste entre los personajes y no puedo olvidarme de mencionar el sentido del humor mordaz empleado.

Ya para terminar os diré que la publicación de este libro no estuvo exenta de polémica. Por ello tuvo que incluir un prólogo explicando que la crítica que en él se vertía no era generalizada sino que iba dirigida a un grupo en concreto.

martes, 28 de julio de 2020

Jane Eyre de Charlotte Brontë

Sinopsis:

Jane es una niña huérfana que se ha educado en un orfanato miserable. Sin embargo, pese a todas las adversidades que la vida ha dispuesto en su camino, su inteligencia y su afán por aprender consiguen apartarla del mundo de su gris infancia, y logra establecerse como institutriz. 
Mientras trata de cuidar y educar a la joven Adèle, Jane empezará a trabar una estrecha relación con Edward Rochester, el padre de la pupila. Pero el amor de Jane se verá enturbiado [...]

Una de las grandes novelas de todos los tiempos, Jane Eyre supuso en su época todo un fenómeno, además de un escándalo y una revolución. 
 
Opinión:

Jane Eyre está considerada hoy en día como uno de los mejores clásicos de todos los tiempos.
Fue publicada bajo el seudónimo de Currer Bell y llevó en un principio el título de Jane Eyre: una autobiografía, título que dejaba entrever detalles personales de la autora.
Cuenta la hija del célebre novelista, William Makepeace Thackeray, que cuando la obra se publicó en octubre de 1847, todo Londres hervía en comentarios. 
No solo se hablaba del argumento o de los personajes, sino que lo que más resaltaba era el estilo novedoso. Todo el mundo quería saber quién se escondía tras el alias de Currer Bell, aunque también hay que decir que le surgieron bastantes detractores que tacharon la novela de manifiesto feminista, peligroso y erótico.
El caso es que a favor o en contra, en todos los hogares de Inglaterra era fácil encontrar un ejemplar.
El tono franco a la hora de relatar de Charlotte Brontë y que en su título apareciese "autobiografía", hizo que el público empatizase con la enigmática autora y quisiesen conocer los datos más íntimos de esa vida que aparecía plasmada en el texto.

Las hermanas Brontë siempre habían firmado sus obras con seudónimos ambiguos para evitar esa doble vara que empleaba la crítica y que impedía que las novelas de las mujeres recibiesen una crítica justa. En este caso se hacía más necesario ocultar la identidad de la escritora porque en él se escondía una clara denuncia hacia esa sociedad hipócrita que humillaba a las mujeres de clase media, instruidas, que luchaban por ganarse la vida. 
Con estilo y elegancia, Charlotte Brontë, desenmascara a esas familias de clase alta que muchas veces, pese a su ignorancia, se creían por encima del resto.
La novela también sirve para denunciar el maltrato infantil en las instituciones "benéficas" y es precisamente el tono directo que emplea Charlotte, a la hora de hacernos llegar la historia, lo que hace que empaticemos con el personaje principal, Jane Eyre.

Esta novela, que se cataloga dentro del Romanticismo, hace mucho hincapié en la soledad; en los sentimientos de los personajes, en sus pasiones; en lo onírico y lo sobrenatural, y es precisamente este último detalle el que me empujó a leer la obra. 
Este género, como ya sabéis, se alió en muchas obras con el movimiento gótico; ambos surgieron como reacción al Racionalismo y en esta obra se cuelan algunas de esas características góticas. Las notas de suspense se generan en la mansión Thornfield; las emociones desbocadas de los personajes, como los celos o el amor enfermizo; se apela al lector mostrando un personaje femenino oprimido y a un personaje masculino tiránico...
Toda esta enumeración de detalles me lleva a deciros que me arrepiento de no haberlo leído antes, porque el resultado ha sido muy positivo. 
Charlotte consigue envolver de un tono misterioso a toda la obra y aunque algunas escenas se tornan demasiado previsibles a pesar de los giros argumentales, no desmerecen mi valoración general.

En el argumento no voy a profundizar, creo que las editoriales cuentan más de lo que debían en las sinopsis, ya que muestran sucesos determinantes que debían omitirse, y por ese motivo he editado ese campo. 
Vale que el libro fue escrito hace casi doscientos años, pero eso no les da derecho a colar spoilers del tamaño del Cañón del Colorado. 
Creo que deberían mostrar más respeto hacia sus lectores y simplificar al máximo los resúmenes del libro, porque precisamente eso es una sinopsis, un esquema o resumen muy breve y general de la obra.
Los lectores, si queremos un resumen más amplio, ya nos encargaremos nosotros de leer el libro.
Tras este tirón de orejas retomo la reseña...

Charlotte Brontë hace uso de un narrador en primera persona. 
Jane Eyre será la encargada de contarnos su historia, tal y como ella la recuerda, pero haciendo gala de una narración tan sumamente íntima, que permite que conozcamos todo lo que pasa por su mente. De esa forma consigue exponer al lector, conmovernos y conseguir que empaticemos con ella.
Jane es un personaje femenino complejo y completo. 
Se ha hecho fuerte a base de sufrir calamidades e injusticias, tal y como les ocurría a todos esos otros huérfanos célebres que se asoman por las páginas de nuestros clásicos.

La narración de la vida de Jane se divide en varias etapas, la primera nos contará los diez primeros años de su vida y después dado que no hay nada extremadamente significativo da un salto de ocho años y conoceremos a la Jane adulta, una mujer de diecinueve años que tiene que empezar a ganarse la vida.

La novela cuenta con muy pocos personajes, por lo que es fácil seguir la trama sin perderse. Al girar toda la historia alrededor del personaje de Jane, ella será la única protagonista, el resto del elenco de personajes pasan a cumplir con una función más secundaria dividiéndose en incidentales y ambientales, lógicamente algunos resultarán más interesantes que otros, aunque todos serán necesarios para sostener y hacer creíble el argumento. 
El arco de transformación variará, los habrá con un arco ascendente y otros totalmente descendente, y quizás estos últimos son los que hacen que resalte más la personalidad de Jane. 

Como podéis ver es una novela clásica muy recomendable. 


martes, 19 de mayo de 2020

Cuentos góticos de Elizabeth Gaskell

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

Elizabeth Gaskell fue una autora victoriana sobresaliente.
No solo escribió la primera biografía de Charlotte Brontë, sino que también es famosa por otras obras como "La casa del páramo (1850), "Norte y Sur" (1855), "Hijas y esposas"(1865), o esta de la que hoy os hablo, sus "Cuentos góticos".
Esta autora reflejó fielmente en sus obras el papel de la mujer y también la diferencia de clases, detalles que podremos observar en estas narraciones góticas que se alejan un poco de la visión que tenemos del género.
El género gótico está estrechamente ligado al de terror o subsumido en éste, pero Gaskell transforma esas historias, llamémoslas extraordinarias o fantásticas, dándolas un toque más realista que también nos impacta.

Aunque, como acabo de mencionar, estas historias no tienen ese toque tan terrorífico al que nos tienen acostumbrados otros autores de la época, hay que reconocer que Gaskell juega con la tensión y con los sentimientos de los lectores, sin olvidar incluir en ellas algunas características de las más representativas del género gótico como: las mansiones aisladas, los ruidos nocturnos, las maldiciones, y otra seña de identidad imprescindible en este tipo de relatos que afecta a la descripción psicológica de los personajes, los comportamientos extraños e insólitos y otros elementos que terminan influyéndoles: como la angustia, la soledad, el amor enfermizo o los celos, etc...

Este compendio de relatos está formado por 9 historias que fueron publicadas en revistas entre 1851 y 1861; todas, salvo una, lo hicieron de forma anónima.
En ellas nos vamos a encontrar con diversidad de voces narrativas; unas serán narradas en primera persona y otras en tercera, e incluso podemos encontrarnos con fragmentos epistolares.

No todos los relatos me han gustado por igual, pero la valoración general es muy positiva como ya veréis.
Salvo el primer relato: "Desapariciones" que no me ha aportado nada, el resto me han parecido de buenos a brillantes.
Ese primer capítulo, supongo que, a nosotros, casi doscientos años después de haber sido escrito, no nos va a transmitir ningún tipo de miedo, pero si nos ponemos en la mentalidad victoriana deduzco que, solo por los ambientes y escenarios, al menos un poco de respeto sí que nos aportaría.
El resto de las historias, como ya he mencionado, me han gustado mucho, eso sí, se aprecia un desequilibrio narrativo en el estilo.
Ese estilo desigual se debe a la extensión de los relatos; a mayor extensión, mayor calidad, ya que la autora disponía de más lineas para jugar con nosotros e intranquilizarnos, aportando detalles.

Los relatos que más me han gustado han sido:
"La historia de la vieja niñera; La clarisa pobre; La bruja Lois; La rama torcida; Curioso, de ser cierto y La mujer gris".

No os voy a hablar ni a profundizar en el argumento de los cuentos pero hay algo que me gustaría comentaros y es que, en muchos de los citados, no en todos, podemos apreciar una obsesión recurrente: "Los pecados de los padres los pagan los hijos".

Y ya para terminar os cito superficialmente el argumento de dos que me han parecido muy curiosos...
La bruja Lois nos transporta a Salem, en el periodo álgido de la quema de brujas, y Curioso, de ser cierto nos hace recordar, mediante guiños, los cuentos clásicos de nuestra infancia, cuyo origen se remonta en muchos de ellos al s. XVI y XVII e incluso antes. Yo en este pequeño relato, que me he tomado a modo de juego, he encontrado seis referencias.
Me pregunto ¿Cuántas seréis capaces de encontrar vosotros?


jueves, 16 de enero de 2020

Los misterios de East Lynne de Ellen Wood

Sinopsis:

Archibald Carlyle se prenda de lady Isabel Vane y desea casarse con ella. Sin embargo, la joven siente una fuerte atracción hacia Francis Levison, un hombre de reputación dudosa. Isabel deberá escoger entre los dos, y esa decisión marcará su destino de por vida. Entretanto, el asesinato de George Hallijohn sacude la plácida vida de East Lynne: Richard Hare, hijo del respetado juez Hare, es acusado del crimen y se da a la fuga, y la dulce Barbara Hare, enamorada en secreto de Archibald Carlyle, tratará de demostrar su inocencia. El escándalo está servido y las vidas de los habitantes de East Lynne jamás volverán a ser las mismas.
Ellen Wood, célebre autora y editora que llegó a ser más popular en su tiempo que Charles Dickens y cuyas obras hicieron las delicias de lectores como Lev Tolstói y Joseph Conrad, ofrece al lector en Los misterios de East Lynne un escandaloso retrato de la sociedad victoriana y lleva a cabo un agudo análisis psicológico de las pasiones humanas.

Opinión:

Los misterios de East Lynne está considerada como la novela victoriana que escandalizó a toda Europa; una historia que hasta el mismísimo Lev Tolstói catalogó como maravillosa, y no es de extrañar, ya que una década y pico después, en 1878, él escribiría la que se ha considerado como su obra más ambiciosa y de mayor trascendencia, Ana Karenina, una narración de corte realista y psicológico, que retrataba el tema del adulterio y el rechazo social, y en la cual encontraréis muchos paralelismos con "Los misterios de East Lynne".
Lo más curioso es que, siempre he oído hablar de "La Regenta", de "Ana Karenina"y de "Madame Bovary", como si estas obras formasen parte de una trilogía del adulterio, pero si no es por una casualidad, no habría conocido esta fantástica historia de Ellen Wood, que nada tiene que envidiar a las citadas y que parece que se ha mantenido a la sombra de ellas, a pesar de que durante la época victoriana y principios del siglo XX, fue llevada en innumerables ocasiones al teatro.

Escrita en 1861 llevó el título de East Lynne, y fue publicada por entregas en la revista New Monthly Magazine. obteniendo un éxito inmediato; es un melodrama con tintes de suspense que incluye un asesinato, y teniendo en consideración el marco histórico, también sabemos que contamos con un escándalo asegurado.
Esta novela podemos catalogarla dentro de las "sensation novels" que surgieron alrededor de 1860, desarrollándose a lo largo de esa década y en la posterior. Mostraban situaciones escandalosas que censuraba la sociedad victoriana. Esas conductas o actitudes se veían peor al ser cometidas por la clase alta, por uno de los suyos; además de que en ellas se escondía un misterio, como también tenemos aquí.

En 1857 se publicó en Inglaterra una ley, el Acta de Causas Matrimoniales, que daba facilidades para obtener el divorcio; en ella se indicaba que el lazo sagrado del matrimonio podía romperse por infidelidad, y Ellen Wood construyó su obra alrededor de esa premisa.

Esta escritora logró alcanzar el éxito con sus libros, tanto que dicen que llegó a rivalizar con Charles Dickens, eso sí, no hay que olvidar que al igual que su protagonista, ella estuvo sometida a la misma y estricta moralidad victoriana, y tuvo que firmar sus obras como "La señora de Henry Wood".

El narrador.

El narrador que vamos a encontrarnos es el clásico de las novelas victorianas, ese omnisciente que interrumpe el relato dirigiéndose a los lectores, haciéndonos partícipes de los sucesos al tiempo que nos obliga a abandonar el papel pasivo.
Intentará llamar nuestra atención sobre determinados hechos que, para él, son de vital importancia, mostrándonos situaciones o personajes que desempeñarán roles importantes a lo largo de la trama.
Pero ojo, hay que tener cuidado con él, porque en algunas ocasiones intenta advertirnos adelantándonos algunos acontecimientos que vendrán después, ¡vamos que nos cuela un pequeño spoiler! y también intentará condicionar nuestra opinión. Ese spoiler que nos hace es perdonable, ya que intenta que nuestra frágil moralidad, o nuestra tierna mentalidad, no se vea afectada por los hechos que sucederán...

Los personajes.

Me sorprende mucho su descripción.
Ellen Wood se centra en desarrollar los entresijos psicológicos de cada uno de ellos, en cambio relega a un segundo plano la descripción física. Esa breve descripción, que básicamente aparece en los diálogos de los personajes, permite que les conozcamos, externamente, en profundidad, y deja que la mente del lector vuele construyendo su propia imagen.
Otro detalle interesante es que, la mayoría de los personajes que rodean a Isabel Vane, la protagonista, son individuos a los que el lector termina odiando; quizás por eso, el personaje principal destaca más. La autora focaliza la trama sobre ella, como si la enfocara con un haz de luz y a su alrededor crea una sombra, por eso el personaje deslumbra a pesar de que no tiene una personalidad llamativa, ni frases brillantes, pero esa maldad que rezuma del elenco de secundarios la hace sobresalir.

Os dije al comienzo, que la historia, en general, tenía muchas similitudes con Ana Karenina, en cambio el personaje me recuerda más a la Ana Ozores de Clarín, quizás por su bondad e ingenuidad, y porque aunque es responsable de sus actos, es empujada, de forma indirecta, por el resto...
La autora dota a Isabel de humanidad, la convierte en alguien que, pese a su estatus, es normal y corriente, sencilla; en cambio Ana Karenina no puede superar ese listón que separa a las clases, y se muestra artificial hasta el final.

De entre esos personajes odiosos, hay otro detalle que me ha llamado la atención, y es que salvo uno, el resto pertenecen al género femenino. Son dañinas, envidiosas y ruines, y aunque intenten que el tiempo subsane sus errores, en el lector la espinita queda clavada de forma profunda. Hay algunas tan mezquinas, que ladrarían de noche para evitar tener que comprarse un perro...
Estos personajes femeninos, por suerte para el lector, van a ir sucediéndose, con lo cual no llegamos a saturarnos con ellos. Pero este detalle beneficioso para nuestra cordura perjudica a Isabel, ya que ese relevo permite que ella se convierta en un blanco fijo para sus dardos envenenados.

Terminando.

El final es el adecuado, aquí no vale decir: yo habría hecho o yo habría escrito... La distancia en el tiempo nos permite a los lectores de hoy hacer una lectura crítica y por supuesto aplaudir el magnífico resultado.
El villano es un gran personaje, e incluso los secundarios bordan su papel.
En la reseña de Ana Karenina os dije que en el final echaba algo en falta. Alrededor de la Karenina se creaba un vacío, un silencio y además sobraban algunos detalles.
En esta historia no hay nada que sobre ni que falte. Está construida a conciencia, y además Ellen Wood prescinde de ese lenguaje recargado tan habitual en obras de esta época.

Espero que esta lectura os resulte tan apasionante como me lo ha parecido a mi.


jueves, 21 de junio de 2018

Cumbres borrascosas de Emily Brontë

Esta reseña está elaborada sobre una obra de Penguin Clásicos, sello de Random House, e incorporaba la sinopsis e imagen de su portada.
Tras la denuncia de la editorial Alba, que nada tiene que ver con Penguin, hemos optado por retirar lo que podría incumplir los derechos de Copyright, tras la advertencia recibida por parte de Blogger que nos informaba que de no hacerlo nos cerraría el blog.
Nos hemos puesto en contacto con la editorial emisora de la denuncia pidiendo explicaciones, pero no hemos recibido contestación.
Dicen que "A buen entendedor pocas palabras bastan", y tras esta denuncia, por un contenido que insisto, no les pertenece, lo único que puede extraerse es que soliciten la retirada de reseñas elaboradas sobre ejemplares de otras editoriales y que son títulos que comparten en sus catálogos, para de esa manera, cuando se haga una consulta a través de los motores de búsqueda de Google, los resultados devueltos sean únicamente resultados de reseñas de su editorial.
¡Vamos! lo que comúnmente se denomina competencia desleal, una serie de prácticas agresivas, deshonestas, que se emplean para obtener ventaja sobre los competidores

Para más información pinchar aquí.


Opinión:

Introducción.
Esta novela, la única escrita por Emily Brontë, fue publicada en 1847 bajo el seudónimo de Ellis Bell, debido a que, en ese momento, el reconocimiento literario de las mujeres era nulo.
Tras su publicación, la obra tubo una acogida decepcionante, ya que la crítica opinó que las descripciones de las pasiones sin control y las muestras de violencia, resultaban demasiado explicitas y se alejaban de la clásica moralidad victoriana.
A esto había que sumarle que Catherine, se alejaba del papel que debía representar la mujer de la época; obviamente, la moralidad inglesa siempre tan políticamente correcta, evitó también hacer mención a otros tema más delicados, como la relación incestuosa a la que podrían llegar los protagonistas, ya que son hermanastros; la diferencia de clases de la que provienen y el trato racista que recibe Heathcliff de manos de algunos personajes, ya que el joven es de raza gitana.

La gran paradoja es que aunque recibió una tibia acogida, hoy en día está considerada como la obra más representativa del Romanticismo inglés, y me aventuro a decir que también es de las que marcó un antes y un después en la literatura, porque supuso el punto de partida para un nuevo tipo de mujer literaria, totalmente incontrolable y revolucionaria.

Ya sabéis que el Romanticismo, surge a caballo entre Alemania e Inglaterra en el s. XVIII y XIX. Este movimiento cultural nace en contra de las ideas de la ilustración, del racionalismo, y en él se dará mucha importancia a los temas oníricos; a la fantasía; al simbolismo y a lo sobrenatural; a la naturaleza, o más bien, a como el ser humano la siente y la interpreta, pero también hay un espacio muy amplio destinado a la muerte, a las pasiones y sentimientos desatados. Aunque hay que decir, que este concepto del Romanticismo, poco tiene que ver con los conceptos modernos del amor o el romance.

Nos enfrentamos con esta lectura, a una aventura amorosa arquetípica, (por el comportamiento de los personajes), un amor tempestuoso, que solo acarreará sufrimiento a cuantos les rodean y que a los protagonistas les perseguirá hasta después de la muerte; un modelo original que servirá como pauta en el futuro a otros escritores, pero que también comparte detalles con otras obras que la preceden en el tiempo, valiéndose de los estereotipos que aparecen en ellas, concretamente y aunque pueda parecer extraño, con Romeo y Julieta de Shakespeare, aunque la personalidad de los protagonistas resulte totalmente opuesta.
  1. Ambas se incluyen dentro del género de la tragedia.
  2. Usan el estereotipo de los amantes desventurados, una relación condenada desde el principio al fracaso.
  3.  Y por último, la muerte de la pareja supondrá la reconciliación de ambas familias.
Personajes
Estaréis conmigo, en que a lo largo de la historia de la literatura, han aparecido personajes tan absorbentes, que no solo se han limitado a cobrar vida en la obra, sino que también han impedido que el público o la crítica se olvidase de ellos, aunque haya pasado el tiempo.

Los hay de naturaleza buena y mala, eso es precisamente lo que convierte el argumento en real; pero estos de los que hoy os hablo, son bastante diferentes.
Aparecen cubiertos de un halo de misterio y sus sentimientos van a ser llevados al límite, sobresalen porque no pueden pasar desapercibidos por su gran complejidad.
No son unos protagonistas con los que empaticemos por su pasado, por sus acciones, ni tampoco hacen el menor esfuerzo por redimirse. Son arrogantes, obsesionados, soberbios y rompen con cualquier patrón preestablecido, creando una incomodidad creciente en el lector, eso es precisamente lo que les convierte en personajes que dejan huella.

Catherine asume el papel central de esta obra.
Es una mujer caprichosa, rebelde y orgullosa, cuyas decisiones marcarán el ritmo del argumento.
Anteriormente os he mencionado que el papel que desempeña en esta historia, se aleja del que la sociedad asignaba a una mujer. Emily Brontë rompe con todos los estereotipos de la época.
Crea un nuevo arquetipo, que se aleja tanto del papel sumiso y pasivo que corresponde socialmente al mal llamado "sexo débil", superando esos estrechos límites impuestos por la sociedad decimonónica, y al mismo tiempo alejándose también del estereotipo de mujer fatal que se desarrolló plenamente durante el XIX.

Heathcliff, debo reconocer que no me ha caído bien.
Es arrogante y oscuro, un alma atormentada que desafía constantemente a la autoridad, y muchas veces sin motivo, solo por el mero hecho de hacerlo.
Es el personaje que aporta a la trama la locura, la obsesión y el misterio.
Un ser abyecto y vengativo, totalmente desconcertante, que nos atrae al mismo tiempo que le aborrecemos.
Tiene un extraño resplandor, un halo misterioso que mana a su alrededor, y que no solo atrae a los lectores como las polillas a la luz, sino que también ejerce su atracción, para bien o para mal, sobre el resto de personajes de la obra.
Catherine ve en él la representación del amor pasional e imposible; el señor Earnshaw al hijo perfecto y Hindley ve a un ladrón en todos los aspectos.
Heathcliff despierta amor, odio, envidias o pasión, según con quién se cruce.

Cumbres Borrascosas, la casa de la que se obtiene el título, también va a convertirse en un personaje más, una presencia que acecha negativamente a sus habitantes.
La elección del nombre resulta acertada, ya que la niebla que cubre las escarpadas cumbres, las tormentas de agua y nieve, en resumen, la naturaleza hostil, parece que se apodera no solo de la propiedad, sino también de los que allí viven.
La autora consigue aportar misterio, ya que fuera de sus limites no parece existir nada, solo hay vacío, detalle que puede comprobarse a lo largo de la novela en varias escenas; cuando Heathcliff llega a la casa por primera vez, o cuando desaparece de escena en dos ocasiones más...

Emily Brontë consigue aislar Cumbres Borrascosas del resto del mundo, hasta tal punto, que elimina totalmente el contexto histórico, si no es gracias a que alguno de los narradores se empeña en comunicarnos el año en que vive, nos costaría ubicarnos en la época.

Otro dato curioso es que cuando atraviesas la valla de entrada de Cumbres Borrascosas, parece que allí, en la misma puerta, abandonas las normas que rigen el mundo civilizado sustituyéndolas por la violencia constante.
Por ese motivo, Cumbres Borrascosas y la Granja de los Tordos, parecen ser dos mundos totalmente opuestos. En la Granja de los Tordos, hogar de los Linton, parece habitar la cordialidad, las buenas maneras, la educación y la cultura, frente a la barbarie, la falta de hospitalidad y desconocimiento que reina en las Cumbres. De esa forma, la ambientación y sus rutinas se convierten en reflejo de las logradas personalidades de los personajes.

La estructura.
La mediana de las Brontë con esta historia, no solo rompió con las normas morales de la época, sino que también lo hizo a la hora de dar forma a la obra.
Dio vida a unos personajes con gran profundidad psicológica, y también demostró su brillantez a la hora de elaborar una estructura compleja para su obra.
Hemos visto que la personalidad del elenco protagonista tiene forma de cebolla, capa a capa van mostrando una nueva cara, un nuevo sentimiento exagerado, hasta que llegamos al centro, donde se guarda su verdadera esencia; y lo mismo sucede con el argumento, una estructura que nos lleva a encontrar una narración dentro de otra gracias a los narradores.

Narradores
Para empezar tenemos un narrador homodiegético, aquí Emily Brontë rompe con el narrador heterodiégetico de uso frecuente en la novela victoriana, es decir, ese narrador de conocimiento ilimitado que presentaba la historia marcando las distancias.
Aquí como digo, el narrador es distinto, nos cuenta la trama desde dentro, porque forma parte de ella, interviniendo en los sucesos o en parte de ellos.

Aunque he hablado de un narrador, en realidad tendremos dos, pero del mismo tipo. El primero al que conocemos es el señor Lockwood, que será quien en principio nos presente a algunos de los habitantes de Cumbres Borrascosas.
La narradora que tomará posteriormente el relevo será, Nelly Dean, un ama de llaves que conoce todos los secretos de los habitantes de la casa y que será la encargará de relatar su dramática historia al señor Lockwood.
Nelly narrará una historia de pasiones desatadas, con un ambiente asfixiante y oscuro de fondo, donde la venganza y el odio ocupan el lugar principal.

La obra se divide en dos partes. La primera con 14 capítulos y la segunda con 20 y aquí hay que mencionar otro detalle a tener en cuenta:

La ordenación de la trama.
La técnica literaria utilizada por Emily, es la que suele denominarse como In media res, es decir, la trama comienza en mitad de la historia, justo cuando el señor Lockwood llega a Cumbres Borrascosas. Para completar el vacío argumental, el narrador debe retroceder relatando los hechos anteriores, mediante una narración retrospectiva.
En esta novela, esa narración como ya os he dicho, estará en manos de la señora Dean que comenzará a relatar los hechos desde el comienzo. Una vez que los hechos antiguos alcancen el momento presente, donde comenzó la historia, asistiremos de nuevo al intercambio de narradores, que continuarán su relato de forma lineal hasta el final de la historia.

Una novela brillante por todos los detalles que nos aporta; por la complejidad de los personajes, por la trama, por la estructura y por los narradores.
Pero esta reseña, no tendría mucho sentido sin esa pequeña reflexión lectora que últimamente estoy añadiendo a algunos clásicos. Por eso de nuevo os doy las gracias por vuestra paciencia infinita a la hora de leerme.

Lo que la verdad esconde
Hace muy poco que leía un comentario que aunque al principio me hizo sonreír por la ñoñería, después me inquietó por lo que escondían esas palabras.
La frase más o menos decía: Muero de amor por Heathcliff. 
Ese sencillo comentario me hizo plantearme varias cuestiones:

¿Me habría leído yo el mismo libro que esa otra lectora?
Doy por hecho que sí, pero debido a la gran complejidad de los sentimientos, la interpretación es libre, y por lo tanto tiene distintas lecturas.
Los sentimientos y como nos afectan a cada uno de nosotros, también afectan a nuestra realidad y a la forma de interpretar un argumento. Lo que no se puede negar es que estamos ante una gran novela de ficción, una joya literaria pese a la actitud de los protagonistas y a ese arquetípico amor, que dista mucho del que tenemos hoy en día.
Pero inevitablemente eso me lleva a otra pregunta, la más importante;

¿En serio se puede morir de amor, en nuestros días, por alguien con una personalidad similar a la de este individuo?
Porque Heathcliff, dista mucho de ser un héroe o un ídolo.
Se vale de los malos tratos constantemente, tantos físicos como psicológicos, para conseguir lo que quiere.
Da igual que sea una mujer, una niña, su hijo, un criado o un animal de su granja... Todo es de su propiedad y por lo tanto, tiene derecho a hacer lo que quiera con ello.
La verdad es que esos hechos aborrecibles, si estuviésemos en el s. XIX no nos sorprenderían, o no deberían sorprendernos, eran una forma de actuar en la época y en etapas anteriores, pero lo que realmente sorprende, es leer ese tipo de comentario hoy en día.

Por eso, sintiéndolo mucho, solo puedo decir que Heathcliff es un gran personaje, pero para una novela de ficción, no para dejarle suelto más allá de las cubiertas de un libro, para anhelarle como ser humano y menos aún como amante.
Es un galán, atractivo pero sin sentimientos. Se aleja de mi ideal de héroe, y sobraría decir que solo me ha arrancado una ligera sonrisa durante sus últimos días.
¡Pero no! no me voy a guardar el comentario, porque eso que puede parecer cruel a simple vista, no lo es; tan solo es una pequeña venganza, en respuesta al sufrimiento que el ha hecho padecer al resto de personajes durante 256 páginas.
Es un personaje que evoluciona, que pasa por distintas etapas, pero sus errores no le han ayudado a mejorar.
Ha sido un niño salvaje, un desagradecido, un adulto huraño y maleducado, pero sobre todo... vengativo.

Aún así, puedo asegurar que me resultará difícil borrarle de mi memoria, aunque en el fondo me duela reconocerlo.
Es un malo, malote, de esos que dejan huella; tanto o más que el inspector Javert, ya sabéis... el de los miserables... pero a ese ya le dedicaré sus propias lineas cuando le toque el turno.

Por otro lado, Heathcliff, debe dar gracias a la época en que Emily Brontë le hizo vivir, porque de haberlo hecho en nuestros días, su comportamiento más que tóxico le habría tachado de psicópata.
No es por faltar... es simplemente porque su actitud así lo muestra.
Por la falta de empatía; por su poder de manipulación; por ser un narcisista que se ve mejor que el resto; con un encanto superficial. sí, pero insustancial y temporal, como un canto de sirena; por el acoso al que somete a sus víctimas, por la falta de remordimientos y por esa necesidad obsesiva de tener siempre el control...

En fin, que habrá quien achaque ese comportamiento a su infancia difícil y dirán que eso le convirtió en un adulto peligroso, pero eso no es justificación.
Por otro lado la relación con Catherine, aunque esté mal decirlo a estas alturas, se convirtió en una relación enferma por los celos, por la dependencia y el sometimiento. Pero eso ya lo habréis descubierto...

Lo siento por todos aquellos lectores decimonónicos que no supieron ver la grandeza de la obra ni la gran profundidad psicológica de los personajes.
Eran otros tiempos, otra forma de vivir y también otra forma de entender el amor, y por eso intentaron condenar este libro.
Por suerte, y es algo que no me canso de decir, en la actualidad hemos aprendido algo, poco, pero lo justo para saber que hay que leer sin juzgar, y ese amor tan impulsivo e irracional, ese que se escapa de toda lógica, que se encuentra en un abismo entre realidad y loca pasión, y que solo tiene sentido entre las páginas de un libro, hoy en día sigue desafiando al más banal de los juicios.