lunes, 26 de febrero de 2018

El reloj de sol de Shirley Jackson

Sinopsis:

Una obra maestra del suspenso por primera vez en español.
Han pasado apenas unas horas desde el funeral del único hijo de los Halloran cuando su madre, nueva heredera de la majestuosa casa familiar, anuncia que está lista para apoderarse de todo y desterrar al resto de los ocupantes. Pero antes de que logre imponer su deseo, la tía Fanny recibe un mensaje sobrenatural de su padre, el dueño original de la propiedad: ella y los otros inquilinos sólo podrán sobrevivir a un inminente fin de los tiempos si permanecen confinados en la mansión.
Mientras se preparan para ser los últimos sobrevivientes de la Tierra, los ocupantes de la casa no pueden evitar sucumbir a las intrigas, la paranoia y la convicción de que la profecía es real y de que ellos son los elegidos para heredar un mundo nuevo: ¿llegarán al día del juicio sin destruirse unos a otros?
En El reloj de sol, como en La lotería y La maldición de Hill House, Shirley Jackson hace gala de su maestría para la creación de ambientes enrarecidos por la sospecha y el presentimiento de un horror sin nombre, que tanto fascinó a autores como Joyce Carol Oates y Stephen King, sin que su ácido sentido del humor y su agudeza para la crítica social desmerezcan en comparación.

Opinión:

"Cada vez que leo Orgullo y prejuicio me gustaría desenterrarla y darle golpes en el cráneo con su propia tibia..."
No es que lo diga yo... es que eso fue precisamente lo que dijo Mark Twain sobre Jean Austen, y aunque pueda sonar un poco brusco, la verdad es que yo he experimentado un sentimiento similar mientras veía pasar las páginas de esta novela.
Su lectura me ha hecho preguntarme hasta dónde quería llevarnos la autora y cuál era su estado emocional mientras escribía.

Dicen que Shirley Jackson se inspiró para sus obras en su propia vida; en la frustración de su matrimonio; en la horrible relación que mantuvo con su madre y en sus problemas de salud; cuentan que incluso llego a sufrir agorafobia impidiéndole salir de casa...
Era una autora que tenía la capacidad de sorprender, era siniestra, pero sobre todo, una aguda observadora del mundo que la rodeaba.
La conocí con, Siempre hemos vivido en el castillo, y la verdad es que me llamó la atención su particular forma de narrar, cargada de elipsis narrativas, donde lo que no se contaba, pasaba a convertirse en el elemento principal del argumento.
Esa forma de narrar, fragmentada, obligaba al lector a inmiscuirse en la trama, a intentar averiguar que se escondía tras los silencios.
Es una autora a la que puedes adorar o aborrecer; despierta sentimientos contradictorios según leas su obra, y reconozco que esta en concreto, a mí no me ha gustado.

Elementos comunes en la obra de Shirley Jackson.
Los comienzos pueden resultar abruptos.
Al comienzo de esta historia me costó conectar con la voz narrativa empleada, demasiado fría, carente de emotividad; y también con el comportamiento anormal que detectaba en los personajes. Incluso así, no puedo negar que me encontraba como abducida, intentando ver que era lo que fallaba en el relato.

La trama manipuladora nos seduce en todas sus obras.
El lector toma un camino mientras ella lleva la trama por otro. Los lectores nos centramos en unos hechos esperando averiguar los motivos. Priorizamos algunas de las situaciones, somos nosotros los que nos llevamos a engaño pensando que tiene que haber algo oscuro tras lo que cuenta, cuando realmente no es así. Los hechos que para nosotros son el generador de suspense, para ella tan solo son un juego, detalles totalmente intrascendentes...

“—La abuela mató a mi papi —dijo Fancy obedientemente—.
Lo empujó por las escaleras y lo mató.” 

Los escenarios son un personaje más.
Tienen un protagonismo especial, dotándolos de una personalidad casi fantasmal que acecha a cada uno de los personajes. Esos elementos crean un halo de suspense fantasmagórico, que llega a influir en su comportamiento.
Tenemos la majestuosa mansión de los Halloran, una presencia omnipresente que acecha a los personajes, y también el famoso reloj de sol que da título a la obra.
Ese reloj de sol parece ser el ingrediente discordante en la historia, un elemento que desequilibra la armonía de la mansión. Es lo que conocemos como un Macguffin. Un objeto que parece fundamental para la trama pero que finalmente no lo es; tan solo es una excusa para contar la historia, un cebo para  enganchar a los lectores.
Shirley Jackson lo utiliza con frecuencia en sus obras, es una de sus señas de identidad, poner elementos que luego no son imprescindibles o resolutorios; según mi opinión y para este caso en concreto, ese reloj solo me ha creado confusión.

Los personajes también aportan suspense.
Solo conocemos detalles de su vida actual, y sobre la pasada nos llegan pequeños retazos en momentos puntuales del relato. Tienen un comportamiento extraño y misterioso, los coloca entre la locura y el absurdo.
Parece que están enfermos por el ambiente enrarecido y claustrofóbico que viven, y se contagian unos a otros, porque otro elemento en común en las obras de Jackson es que los personajes permanecen encerrados en la mansión, quizás intentando plasmar en la obra parte de la realidad de la autora.

Siempre hay un personaje que intenta sobresalir por encima de los demás.
Intenta imponer su voluntad al grueso del elenco de actores, y lo más curioso, es que estos asumen de forma voluntariosa sus designios. Aún así no hay que olvidar que todos ellos, sin excepción, actúan como si fuesen los habitantes de una casa de muñecas, marionetas hechizadas por la fuerte personalidad de la mansión.

La complejidad del ser humano es infinita.
En todas las obras veremos como la autora busca profundizar en la condición humana, mostrándonos siempre lo peor del ser humano; la ambición, el egoísmo, el cinismo, la envidia...

El humor cínico, pilar sobre el que se sustentan todas sus obras.
La novela se lee como una especie de obra de teatro; de humor ácido, absurdo diría yo, donde vemos como todos los personajes se mueven únicamente por el dinero.

La ubicación de la trama.
Al igual que me pasó con Siempre hemos vivido en el castillo, me costó ubicarla en el tiempo, a pesar de que se van dando detalles sin cesar. Creo que es un ardid que emplea para despistar o entretener al lector, alejándolo de lo que verdaderamente importa.

Y por último...

Los finales abiertos...
Otro de los detalles a tener en cuenta si leemos a esta autora, ya que disfruta dejando al lector con la boca abierta, dando pie a que cada uno genere su propio final...

Un abandono a tiempo siempre es un acierto.
Los grandes críticos hablan maravillas de este libro, como habéis podido comprobar en la primera frase de la sinopsis, pero yo no he llegado a conectar ni con los personajes ni con el argumento. Los diálogos y las situaciones me parecían del todo surrealistas.
Es cierto que esta autora es una maestra creando ambientes enrarecidos por la sospecha, eso ya lo he dicho, pero esta novela no me ha aportado nada en especial.
No me gusta abandonar las lecturas, soy reacia a hacerlo, siempre espero hallar algo en el siguiente párrafo que me enganche, y en este relato, lamentablemente para mí y mi tiempo, no lo he hallado...


7 comentarios:

  1. Hola Susurros:
    Yo si no hubiera sido una lectura conjunta con vosotros lo habría abandonado, no soy tan reacia a abandonar lecturas :-)
    La verdad es que creo que esta autora y yo no nos llevamos bien, así que dudo que me vuelva a acercar a ella, aunque no se puede decir "nunca" :-)
    Un beso.

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    1. Hola Atalanta.
      ¿Y lo bien que lo hemos pasado en twitter comentando? también deberíamos valorar eso en las reseñas, seguro que esta subía en puntuación, :D
      Sobre lo que comentas que no se puede decir que "nunca más" te acercarás a sus novelas, jajaja es cierto. Tengo pensado picaros con su relato de "La lotería" ;) dicen que es de lo mejorcito :-)
      Un besazo.

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    2. Ay, sí, lo de Twitter no tiene precio XD XD Pero de momento, y por mucha curiosidad que tenga con esa obra que dicen que es la mejor que escribió, ni de lotería ni de primitiva ni de bonoloto XD XD XD

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  2. Hola guapa, pues la verdad es que en principio me estabas picando, por lo del ambiente, pero tanto tu conclusión como el comentario de Atalanta me echan para atrás... si no os ha convencido a ninguna de las dos, que sois fans del género, la rechazo totalmente y me voy a aprovechar mi tiempo con otras lecturas.
    Un besazo

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    1. Hola Nitocris.
      Pues haces bien, sumérgete en otras lecturas, porque a mí esta sinceramente, no me ha aportado nada. Los diálogos me parecían absurdos y el comportamiento de cada uno de los personajes, más aún.
      Siempre hemos vivido en el castillo, fue una obra que sí me gustó. Era rara, y te ofrecía algo que no esperabas, te desconcertaba y eso te hacía alabar a la autora.
      Dicen que su relato la Lotería, es muy bueno. Tendré que volver a probar, aunque sea para criticarla después. :D
      Un besazo.

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  3. Una vez más quedo gratamente sorprendido por lo meticuloso y elegante del análisis. Por como la reseña desmenuza con precisión y eficacia los distintos aspectos de la obra en cuestión, y por las concienzudas reflexiones generales que aporta la comentarista de este blog. El mérito es mayor aun cuando la obra no le ha gustado a quien realiza la reseña, como aquí ocurre. ¡Felicitaciones!

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    1. Hola Gabriel.
      Muchas gracias por pasarte de nuevo por mi blog, para mí es un orgullo que me visites porque se que tu tiempo es limitado; aunque debo reconocer que lo que más me gusta es como me halagas en tus comentarios, jajaja.

      Ahora en serio, intento ser lo más objetiva posible en todas las reseñas y también que no se basen en un simple "me ha gustado". Este blog se supone que incita a leer y aunque las reseñas sean negativas, siempre pueden despertar la curiosidad en otros lectores.
      Las opiniones, dentro de la objetividad, siempre se adaptan a los gustos de cada lector, osea que son algo subjetivas.
      Para mí es un placer que haya amigos que se dejen guiar por mis opiniones, eso para mí es el mejor de los regalos.

      Muchas gracias por tus palabras.
      Un abrazo.

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